Está en la página 1de 12

A 200 AÑOS DEL

NACIMIENTO. Karl Marx:


200 años del nacimiento
del revolucionario de
Tréveris
Su legado teórico-político.

Gonzalo A. Rojas

Shimenny Wanderley

Domingo 6 de mayo de 2018






Imagen: Cuadro de F. Cohnen

El bicentenario del nacimiento de Karl Marx es una invitación a


revisar su legado teórico y político, parafraseando a Lenin en las "Tres
fuentes y las tres partes integrantes del marxismo", escrito en ocasión
de los 30 años de su muerte en 1913, todavía suscita la hostilidad y el
odio del conjunto de las clases dominantes, así como, cuando no su
negación, su simplificación en la academia, lo que no deja de ser
lógico en una sociedad que tiene como base la lucha de clases y donde
no puede existir una ciencia "imparcial".

A partir del análisis crítico de la filosofía alemana, el socialismo


francés y la economía política inglesa, el revolucionario de Tréveris,
logra realizar una superación dialéctica articulando economía, política,
filosofía e historia, entendidas como separaciones analíticas de una
realidad que forma parte de un todo social.

El objetivo de esta nota es presentar un conjunto de categorías teóricas


que van apareciendo en algunas de sus principales obras y que
siempre tienen relación con una táctica de intervención en la lucha de
clases del proletariado en el marco de una estrategia revolucionaria. Es
una nota muy general, puesto que cada libro de Marx merecería un
análisis específico. En ésta realizamos un recorte en términos de teoría
y filosofía política, de ese modo, no abordaremos sus contribuciones
en la crítica de la economía política burguesa.

Marx y la crítica de la filosofía alemana

Entre diciembre de 1843 y 1845 escribe un conjunto de textos que


tienen relación con saldar las cuentas con la filosofía alemana, pero
que tienen también una clara importancia política y económica. Estos
textos son la Introducción a la Crítica de la Filosofía del Derecho de
Hegel, La cuestión judía, los Manuscritos económico-filosóficos, La
ideología alemana y las Tesis sobre Feuerbach.

En la Introducción a la Crítica de la Filosofía del Derecho de


Hegel (diciembre 1843-enero 1844) destacamos la relación entre la
crítica religiosa y la crítica de la política, la crítica irreligiosa, la crítica
del Estado y en esta obra aparece una de sus primeras menciones al
proletariado como sujeto político de la revolución. Marx muestra la
necesidad de ir más allá de la crítica a la religión, ya realizada por la
burguesía en su lucha contra el orden cristiano-feudal que en términos
filosóficos tiene su punto más alto en el materialismo de Ludwig
Feuerbach el libro La esencia del cristianismo, que debemos presentar
la crítica al Estado diferenciando analíticamente entre Estado y Estado
cristiano, un Estado burgués "puro", como sería el francés, del Estado
Cristiano, el alemán, que reproduce las relaciones sociales burguesas
pero que no es independiente de la religión.

Aquí Marx presenta una frase muy conocida de su legado, pero pocas
veces presentada en su totalidad:

"La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el


ánimo de un mundo sin corazón, el alma de las
situaciones sin alma, la religión es opio de los
pueblos"
Es necesario abolir la religión como felicidad ilusoria para luchar por
la felicidad real.
La burguesía revolucionaria francesa critica la religión, pero no hace
la crítica de la política ni de su Estado. Marx afirma puntos centrales
como que el hombre es un ser social y que son el Estado y la sociedad
los que producen la religión y no que la religión hace a los hombres.

El objetivo de Marx es transformar la crítica del cielo en crítica de la


tierra, la crítica de la religión en crítica del Estado y la crítica de la
teología en crítica de la política. Pero esta crítica de la filosofía del
derecho no es una crítica interna, sólo filosófica, sino que sólo se
propone tareas que pueden ser resueltas por la actividad práctica.

Esto podemos vincularlo con las Tesis sobre Feuerbach (1845), donde
después de criticar tanto al idealismo, que entiende que es la actividad
intelectual que crea la realidad, así como el materialismo empirista
mecanicista que narra los hechos como ellos se presentan de modo
inmediato, diferenciando éste del materialismo histórico dialéctico. En
la Tesis XI sobre Feuerbach, Marx presenta la filosofía de la praxis,
cuando afirma que los filósofos sólo han interpretado el mundo de
maneras diferentes hasta ahora; la cuestión, sin embargo, es
transformarlo, una tarea que está por fuera de la propia filosofía.
En La ideología alemana (1845) expone que las ideas de una época
son las ideas de la clase dominante, es justamente una praxis
revolucionaria lo que cambia las conciencias y transforma la realidad,
la práctica es considerada como prueba de la verdad.

A continuación, con la crítica a George Hegel, el mayor filósofo de la


burguesía, mientras ésta era todavía una clase revolucionaria, el
teórico del Estado Ético, que entendía que el hombre sólo podía ser
libre en el Estado, Marx explica que ese Estado es de clase y que es la
esfera de la alienación, por lo que las posibilidades de emancipación
del proletariado están en la formación de una clase que tenga cadenas
radicales, de una clase de sociedad civil que no sea una clase de
sociedad civil, de un estamento que sea la disolución de todos los
estamentos, una esfera universal porque sus sufrimientos son
universales, de una esfera que no pueda emanciparse sin emancipar al
conjunto de la humanidad, que sólo puede redimirse redimiendo
totalmente al hombre. La disolución como clase particular es el
proletariado moderno, aquí aparece el proletariado como sujeto
histórico, lo que diferenciará el socialismo científico, el comunismo,
de las diferentes y heterogéneas versiones socialistas utópicas. El
"descubrimiento" del proletariado como clase universal, significa un
avance gigantesco que desarrollará junto con Friedrich Engels en
el Manifiesto del Partido Comunista (1848). El concepto de alienación
será trabajado en los Manuscritos Económico-Filosóficos (1844)
también por Marx, más aún sin el concepto de explotación. Sobre esto
entendemos que hay que diferenciar los conceptos como lo realizará
Marx, y no colocarlos uno contra el otro.

Por último, en el libro La cuestión judía (1844) es relevante en su


polémica con Bruno Bauer, la diferenciación conceptual entre
emancipación política, defendida por Bauer (un exprofesor de la
cátedra de Teología en la Universidad de Bonn expulsado, acusado de
ateísmo) con la emancipación humana. Bauer entendía que era
necesario que el Estado Cristiano alemán, un Estado religioso, otorgue
los mismos derechos a los judíos, derechos políticos. Marx expone los
límites de la emancipación política incluso constitucional en Francia,
porque emancipación política en una sociedad dividida en clases sigue
siendo la expresión de la desigualdad social, por lo que la lucha es por
la emancipación humana en el marco de una lucha anticapitalista sin
explotación.

Marx y la lucha por la independencia política de la clase


trabajadora

En 1947 la Liga de los Comunistas les pide a Marx y a Engels la


elaboración de un programa de partido, tanto teórico como político
práctico para explicitar los contenidos del comunismo por la propia
voz de los comunistas, que si bien ya era una fuerza política que sus
adversarios no podían dejar de reconocer, tergiversaban sus principios
y era preciso hacerlo explícito. El Manifiesto del Partido
Comunista será publicado en 1848 y tendrá como objetivo guiar al
proletariado en la lucha de clases que entre 1848-1850 que se lleva
adelante en Francia y en Europa.
Lo central es que el programa presenta por primera vez la necesidad
de la independencia política de la clase obrera. Hasta 1848 los
proletarios luchaban junto a la burguesía contra los elementos del
orden cristiano feudal aún existentes en Europa, a partir de 1848 los
trabajadores dejan de luchar contra los enemigos de sus enemigos para
luchar contra sus verdaderos enemigos: la burguesía.

El manifiesto tiene cuatro partes. La primera es "Burgueses y


proletarios" donde define claramente a éstos: la burguesía, como los
propietarios de los medios de producción, y los proletarios como
aquellos que no tienen propiedad alguna, son doblemente libres, libres
jurídicamente y libres de sus medios de producción y deben vender su
fuerza de trabajo para ser explotados en el mercado mundial
capitalista, como Marx desarrollará mejor en el Capítulo XXIV de El
Capital cuando habla del proceso de la acumulación primitiva de
capital. Lo importante es cómo analizan el proceso histórico de
construcción de la burguesía, el del proletariado y presentan los
conceptos de clase, fracción de clase, lucha de clases y Estado.
La historia de la humanidad no es otra cosa que la historia de la lucha
de clases, que no se produce en toda sociedad sino en aquellas en que
los intereses entre las clases son irreconciliables. Amos-esclavos en el
modo de producción esclavista, señores feudales-siervos en el
feudalismo y burgueses y proletarios en la moderna sociedad
capitalista. Surge el Estado como una institución para garantizar la
dominación de clase. El Estado será definido en el capitalismo como
un comité que administra los negocios comunes de la burguesía, que
debe garantizar la reproducción de la sociedad burguesa, que la
propiedad privada sea legal, al igual que la explotación de la fuerza de
trabajo, para garantizar la acumulación rentable de capital en un
territorio.

Muy relevante es como Marx y Engels presentan la relación entre


burguesía y proletariado y que la burguesía en la medida que se
desarrolla lleva con ella a su sepulturero: el proletariado como sujeto
histórico revolucionario.
En la segunda parte del Manifiesto presenta la particularidad de los
comunistas entre el conjunto de los trabajadores, la importancia
política del programa y su relación con los proletarios, en la tercera
parte hace el debate con las diferentes variantes de socialismo utópico,
incluyendo a los anarquistas, reivindicando frente a éstos la lucha
política por el poder político del poder político, el Estado. Aquí el
socialismo científico es sinónimo de comunismo y se diferencia
claramente de las diferentes variantes utópicas que realizan críticas a
la sociedad burguesa, a veces hasta presentan elementos de una
sociedad mejor, pero no presentan cómo será posible pasar de esta
sociedad a la sociedad pretendida. El proletariado como sujeto político
histórico es una diferencia central del socialismo científico del utópico
como ya se ha mencionado, como actor social que construirá la
sociedad comunista.

En la cuarta parte, se refiere a la relación con los diferentes partidos de


oposición en varios países y la conclusión es internacionalista, si el
capitalismo es un modo de producción mundial, sólo puede ser
superado de forma revolucionaria en el marco internacional y es
necesaria la unidad de la clase trabajadora de todos los países que
queda cristalizada en la famosa frase: “¡Proletarios de todos los países
uníos!”.

Las luchas de clases en Francia, a su vez, será como afirmó Engels en


su famosa Introducción de 1895, el primer texto en que Marx utilizará
el método materialista histórico para el estudio de un proceso político.
Esto por sí mismo habla de la importancia de la obra, pero también
realiza una autocrítica sobre algunas hipótesis que trabajaban con
Engels en el Manifiesto del Partido Comunista, después de la derrota
de las revoluciones en Francia y en Europa. Saca como una conclusión
que desarrollará en la Introducción a la Contribución a la Crítica de
la Economía Política, que ninguna sociedad desaparece sin haber
desarrollado la totalidad de sus fuerzas productivas y que los hombres
no se proponen tareas que no logran realizar. León Trotsky, cuando
escribe en la ocasión de los 90 años del Manifiesto del Partido
Comunista, afirma que Marx confundió los dolores de parto del
capitalismo con los dolores de su agonía final.

Un libro central está constituido por un conjunto de artículos enviados


a Nueva York y que se publican con el título de El XVIII Brumario de
Luis Bonaparte (1852). Allí realiza un excelente análisis de la
coyuntura y del proceso político que acabó en el golpe de Luis
Bonaparte. Destacamos principalmente la relación entre intereses
materiales y conflictos, la existencia de clases y fracciones de clase y
que existe una separación entre economía y política, que los partidos
políticos representan los intereses de las clases y sus fracciones.
También la importancia del Parlamento para la burguesía, presentado
como un campo neutro donde las diferentes fracciones de la
burguesía, la gran propiedad territorial, latifundio, industria y capital
financiero pueden convivir "civilizadamente" con igualdad de
derechos, pero donde esos intereses se pueden unificar y se presentan
como los del conjunto de la sociedad.

También son muy relevantes los conceptos de Bonapartismo y de


crisis política.
En el "Mensaje de la Asociación Internacional de los Trabajadores" (I
Internacional), en La Guerra Civil en Francia de 1871, Marx analiza
la Comuna de París, en el marco de la guerra franco-prusiana, la
primera experiencia de toma del poder político por el proletariado.
Marx conceptualmente opone formas de Estado que remiten a
regímenes sociales diferentes como el Imperio y la Comuna, siendo la
Comuna la antítesis del Imperio, así como sus propuestas políticas que
pueden ser consideradas transicionales.

Entre las propuestas políticas destacamos para ejemplificar que todo


político reciba el mismo salario que un obrero cualificado y que los
jueces sean elegidos y revocables, tales medidas pretendían abolir toda
la casta privilegiada; se pretendía la reducción de la jornada de
trabajo, así como la autogestión obrera en las fábricas, entre otras.

Marx desarrolló en su teoría que si todo Estado es producto de la


división en clases de la sociedad, entonces en cuanto existan las clases
y su antagonismo existirá el Estado, como una forma de organización
política. A partir de la Comuna de París, identificará la dictadura del
proletariado con la forma política de la Comuna. Es importante la
lección de la Comuna presentada por Engels: no es posible usar el
Estado burgués y ponerlo a funcionar en beneficio de la clase obrera.
Marx defiende la destrucción del Estado burgués y su sustitución por
una nueva forma de organización política, puesto que después de una
revolución no desaparecen automáticamente las clases.
Dicho esto, es primordial diferenciar el aparato de Estado de sus
formas políticas, el aparato de Estado depende del régimen social pero
puede tener una variedad de formas políticas. Nos referimos al sentido
dado por Lenin al final del capítulo II de El Estado y la Revolución:

"La transición del capitalismo hacia el comunismo,


está claro, no puede dejar de dar una enorme
profusión y variedad de formas políticas, pero su
esencia será inevitablemente una sola: la dictadura del
proletariado"
Este período de transición, que Marx en la Crítica al Programa de
Gotha (escrito entre abril y mayo de 1875) polemiza con las ideas de
Ferdinad Lasalle, es denominado como primera fase del comunismo o
socialismo. Esta nueva forma de organización estatal que tiene como
objetivo irse deshilachando en la medida que desaparecen las clases,
en el comunismo es denominada dictadura del proletariado.
Por primera vez en la historia de la humanidad la mayoría domina
sobre la minoría.

A 200 años del nacimiento de Marx destacamos la necesidad de la


lucha teórica y política por la independencia de la clase trabajadora, de
los patrones, de los gobiernos y del Estado, organizándose en partido
revolucionario para su intervención en la lucha de clases, en la
perspectiva de la lucha por el poder político del Estado para destruir al
Estado burgués, instaurar una dictadura del proletariado como fase de
transición necesaria a la sociedad sin clases, ni Estado. Después de
décadas de usurpación estalinista del concepto, es necesario hoy, dos
siglos del nacimiento del revolucionario de Tréveris, recuperar
comunismo como proyecto político revolucionario.

También podría gustarte