Está en la página 1de 12

TECNOLÓGICO NACIONAL DE MÉXICO

CAMPUS DE LOS RÍOS

ACADEMIA DE:
INGENIERIA AMBIENTAL

MATERIA:
TOXICOLOGÍA AMBIENTAL

DOCENTE:
ELSY CONSUELO SEGURA B.

SEMETRES: 5to

EQUIPO:
DULCE GPE ARA MORENO
ZULEYMA RUBI HERNANDEZ MENDOZA

ACTIVIDAD:
REPORTE DE RIESGO.

FECHA:
10/NOV/2023.
EVALUACIÓN DE RIESGO ABATE (TEMEFOS)

INTRODUCCIÓN

El control de los vectores ha evolucionado de la aplicación de insecticidas a los


programas integrados de control de plagas, que incluyen la vigilancia, la reducción
de las fuentes, los larvicidas, el control biológico y la educación pública. No
obstante, los adulticidas siguen desempeñando un importante papel en muchas
circunstancias, tales como inundaciones o brotes de enfermedades como el
dengue. En el caso de la utilización de sustancias químicas para el control de
enfermedades vectoriales, el Ministerio de Salud tiene la triple responsabilidad de:
a) el cuidado de la salud de la población general, b) el cuidado de la salud, la
seguridad en el trabajo y la capacitación específica del personal propio con arreglo
a las disposiciones legales vigentes, y c) el destino de los productos que adquiere
en su rol de generador ocasional de residuos peligrosos, así como la protección de
los ambientes naturales o antrópicos en los que los productos son utilizados.
Todos los plaguicidas son venenos que exigen conocimientos y pericias
especiales para su utilización controlada. De ello depende no solo la efectividad de
su uso, sino la salud y la protección de los aplicadores y sus familias, así como la
protección de los recursos naturales en el ambiente objeto de la intervención. Para
programas de control de plagas de importancia sanitaria los plaguicidas deben ser
entendidos como un elemento de segunda opción para el abordaje de los
problemas.
El Abate (temefos) es un plaguicida de gran importancia en salud pública al
utilizarse a nivel mundial como larvicida en las campañas de control de los
vectores que transmiten enfermedades, como el dengue. La Organización Mundial
de la Salud (OMS) lo clasifica en la categoría III (ligeramente tóxico); sin embargo,
se ha detectado que es ampliamente metabolizado en el organismo y uno de sus
metabolitos es el bisfenol S, al igual que es perteneciente al grupo de
organofosforados, consideradose un disruptor endócrino que altera la función de
las hormonas de la reproducción.

OBJETIVO:
El objetivo de este trabajo es analizar los riesgos, para la seguridad y la salud de
las personas expuestas a la aplicación del larvicida abate (Temefos). La
expectativa es que nuestra evaluación de riesgo llegue a los responsables de
tomar decisiones, para que se reconsidere la toxicidad del temefos, pues su uso
es preocupante.

IDENTIDICACION DEL PELIGRO

Nombre de la sustancia:
Temefos. Comúnmente conocido por una de sus fórmulas comerciales de nombre
Abate (grado técnico 98%), es el plaguicida que ha tenido mayor uso en las
Américas, particularmente en programas de salud pública para el control de las
larvas del mosquito Aedes aegypti, transmisor del dengue.

Características generales:
Grupo químico: organofosforado. Nombres comerciales: Abate, Larvifos, Sanex
Tempo, Skeeter, Temephos. Fórmula: C16H20O6P2S3, Uso
general: insecticida, Estabilidad: hidrolizado por ácidos y bases fuertes
(estabilidad óptima entre pH 5 y 7). No se debe almacenar a más de 49
ºC. Usos: en salud pública para el control de larvas, Formulación: Técnico.
Cristales blancos o incoloros. Con punto de fusión igual a 30.5 °C y su densidad
relativa de 1.32. Es soluble en dicloruro de etileno, acetonitrilo, tetracloruro de
carbono, éter y tolueno, pero muy poco soluble en agua e insoluble en
metilciclohexano, hexano. Su presión de vapor es igual a 8.62x10-10 mm Hg a 25
°C. Su constante de la ley de Henry es igual a 1.96x10-9 atm-m3/mol a 25 °C. Se
hidroliza con ácidos fuertes y bases. Esta sustancia se descompone al ser
calentada a temperaturas entre los 120 y 125°C o al ser quemada, produciendo
vapores tóxicos que incluyen a los óxidos de fósforo y azufre.

Toxicidad:

Acción tóxica y síntomas: síndrome tóxico por inhibidores de la colinesterasa.


Toxicidad neurotoxicidad: nivel 2 (colinérgico, neuropatía periférica);
teratogenicidad: no es clara; mutagenicidad: negativa; carcinogenicidad: nd
(IARC); nd (EPA); disrupción endocrina: Si y otros efectos reproductivos.
Observaciones: conocido por ser 4 veces más tóxico cuando se combina con
malation.

Comportamiento ambiental:

Solubilidad en agua: baja. Movilidad en el suelo: inmóvil. Bioacumulación:


alta.
Es moderada a extremadamente tóxico para aves, en ellas se han observado los
siguientes síntomas de intoxicación: lagrimeo, miosis, salivación, erizamiento de
las plumas, congestión traqueal, debilidad muscular, astenia, ataxia, inmovilidad,
taquicardia, taquipnea, temblores y muerte.
Para los organismos acuáticos muestra una toxicidad variable, en insectos y
crustáceos es moderada a extremadamente alta, en peces de ligera a
extremadamente alta, en moluscos prácticamente nula a ligera, en anfibios y
anélidos moderada y en zooplancton ligera. Su toxicidad en estos grupos de
organismos depende del tipo de formulación; el compuesto grado técnico es
moderadamente tóxico, mientras que el concentrado emulsionable y el polvo
humectable son alta a extremadamente tóxicos. Los anfípodos y misidos
(pertenecientes a los crustáceos), así como la trucha arcoiris son especialmente
sensibles a este plaguicida.
Es altamente tóxico para abejas en pruebas por contacto directo, pero en
condiciones de campo su toxicidad es baja. En ganado expuesto por un período
prolongado a este compuesto (1 año) se han descrito algunos signos de
intoxicación e infertilidad en el caso de vacas jóvenes. No es tóxico para las
plantas bajo condiciones de uso recomendado.

Fuentes de exposición.
La exposición al temefos puede darse de manera ocupacional, durante la mezcla,
carga y aplicación del plaguicida, para-ocupacional o ambiental. En la población la
exposición puede ser directa a través del agua de bebida, por contacto con agua
tratada que se usa para diversos usos domésticos (EPA, 2016; WHO, 2009;
Satriawan y cols., 2019).
Abate (temefos) información en general
Larvicida Themefos (granulado al 1%), Los organofosforados son un grupo de
sustancias orgánicas, derivadas de la estructura química del ácido fosfórico,
soluble en disolventes polares, lo que permite su fácil absorción y distribución en
el organismo (Betancourt 1999, Fernández et al. 2010). Desde el punto de vista de
la toxicocinética, ésta se inicia por absorción rápida a nivel respiratorio y cutáneo,
posteriormente pasan a la sangre y se distribuye por todos los tejidos. Pueden
sufrir diferentes reacciones metabólicas a nivel hepático, identificándose hasta 10
metabolitos derivados, para finalmente ser excretados principalmente por vía
urinaria y fecal, también ha sido detectado en la leche materna (Roberts y Hutson
1999, Bouchard et al. 2003, Tchounwou et al. 2015).
Estos compuestos, causan inhibición sobre la enzima acetilcolinestarasa (AChe),
en las uniones sinápticas, por un mecanismo de fosforilación o carbamilación, que
puede ser dentro del centro activo o cercano a éste, por lo que son considerados
inhibidores inespecíficos de la enzima (Bisset 2002). En condiciones normales la
AChe, hidroliza el neurotransmisor acetilcolina, sin embargo, cuando se encuentra
inhibida se genera acumulación de la acetilcolina en puntos críticos como las
uniones colinérgicas neuroefectoras, desencadenando en la placa mioneural del
músculo esquelético y en los ganglios autónomos el síndrome nicotínico, así como
alterando de manera general el funcionamiento normal del sistema nervioso
central. La acumulación de acetilcolina en las uniones neuroefectoras
muscarínicas produce el síndrome colinérgico muscarínico caracterizado
fundamentalmente por disminución de la frecuencia cardíaca y presión arterial,
secreción glandular exocrina y contracción de la musculatura lisa bronquial y
gastrointestinal (Plienge-Tellechea et al. 2007, Fernández et al. 2010).

Estabilidad del temefos en agua potable:


Estudios previos han indicado que los OF que tienen un doble enlace con azufre
en el átomo central de fósforo generalmente forman oxones durante la
desinfección química por compuestos clorados (Kamel y cols., 2009). Este
proceso químico consiste en la sustitución de un átomo de azufre en el enlace
P=S por un átomo de oxígeno transformándose a su compuesto oxonado (Magara
y cols., 1994; Wu y Laird, 2003). Esta transformación es un tema de preocupación
ya que una de las técnicas de desinfección en plantas de tratamiento de agua es
la cloración, y se conoce que el producto oxonado es más tóxico que el compuesto
padre, hasta 10, 100 ó 1,000 veces más. Dentro de los productos de oxidación de
temefos se incluyen: temefos sulfóxido (Tem-SO), temefos oxón sulfóxido (Tem-
oxón-SO), temefos dioxón sulfóxido (Temdox-SO) y temefos dioxón sulfona (Tem-
dox-SO2). Se ha demostrado que la estabilidad de estos metabolitos en agua
clorada es de por lo menos 72 h. El Tem-SO y el Tem-oxón-SO fueron detectados
después de unos pocos minutos del tratamiento de cloración, a 24 h ya no fueron
detectados. Sin embargo, estos productos oxidados fueron oxidados nuevamente
a Tem-dox-SO y Tem-dox-SO2, los cuales fueron persistentes después de 72 h
(Kamel y cols., 2009). La oxidación de temefos puede ocurrir no solamente en
condiciones de cloración, en un estudio realizado en campos de cultivo de arroz,
se encontró que la vida media (t1/2) del temefos en agua ambiental expuesta a la
luz del sol, es de 6-8 h, y las rutas de degradación del temefos en cuerpos de
agua naturales incluyen procesos de oxidación e isomerización (Lacorte y cols.,
1996). Lo anterior implica que después de la aplicación de temefos a cuerpos de
agua, factores como el calor, la luz solar incluyendo rayos UV, este plaguicida se
transforma en sus productos oxidados (por fotólisis), como temefos oxón (Tem-
oxón) y Tem-SO.

Absorción:
El temefos es un compuesto con un coeficiente de partición elevado, lo que le
permite atravesar membranas y ser absorbido más fácilmente. la absorción del
temefos es de aproximadamente 40% y una gran cantidad no absorbida es
eliminada en las heces.

Distribución:
El total de la concentración de temefos que alcanza la circulación sanguínea
representada por el área bajo la curva (AUC) fue de 98 µg-h/mL, el volumen de
distribución (Vd) fue alto, de 38,215.0 mL, lo que sugiere que el compuesto tiene
mayor afinidad hacia los tejidos extravasculares, y esto también se apoya por el
aclaramiento (Cl) elevado de 3,072.7 mL/h (Verdín-Betancourt y cols., 2021). El
temefos se distribuye eficientemente al hígado, riñones, cerebro, y en mayor
proporción al tejido 5 adiposo, donde existe la afinidad más alta para su
acumulación en comparación con los órganos anteriores, con un coeficiente de
partición de 20, lo que indica que es el principal órgano involucrado en el Cl del
temefos. La acumulación en el tejido adiposo representa un riesgo debido a que
después puede ser liberado gradualmente a la circulación y provocar efectos
adversos (Blinn, 1969; Verdín-Betancourt y cols., 2021). Otro órgano en el que se
ha cuantificado a temefos es la placenta (Vani y cols., 2018), lo que sugiere que
durante la gestación existe una exposición de los embriones.

Biotransformación:
Hasta el momento, sólo existen dos estudios en los que se han propuesto rutas de
biotransformación del temefos, uno realizado in vivo en ratas y otro in silico en el
que se predicen las rutas que podría ocurrir en seres humanos (Verdín-Betancourt
y cols., 2021; Reyes-Chaparro y cols., 2020). Ambos estudios proponen rutas que
se complementan, en el primero se reportó la formación de oxones, dioxones,
productos mono- y dihidrolizados, así como otros metabolitos oxidados del
temefos.
Las reacciones del metabolismo de fase I propuestas son S-oxidación,
desulfuración oxidativa y reacciones de hidrólisis, dando lugar a una gran variedad
de metabolitos, como reacciones de fase II se han descrito los conjugados
glucuronidados y sulfatados que se eliminan a través de la orina (Blinn, 1969;
Shafik, 1970). Dentro de los metabolitos detectados en la sangre y los tejidos de
rata se incluyen a los derivados oxidados (Tem-SO, Temoxón, Tem-dox-SO2 y
Tem-oxón-SO), los oxidados monodesfosforilados (temefos oxón sulfóxido
monohidrolizado (Tem-oxón-SO-OH), temefos sulfona monohidrolizado (Tem-
SO2-OH)) y los derivados fenólicos oxidados didesfosforilados (dihidrolizados)
(tiodifenol (TDF), tiodifenol sulfóxido (TDF-SO) y tiodifenol sulfona (TDF-SO2),
también conocido como bisfenol S (BPS))
Los metabolitos oxonados aún no han sido identificados en los seres humanos
hasta ahora no existe un marcador para evaluar la exposición al temefos en los
seres humanos, sólo se encontró en el estudio in vivo que el metabolito Tem-SO2-
OH es el más abundante, específico y estable en sangre y tejidos de ratas, por lo
que fue propuesto como un posible biomarcador de exposición al temefos (Verdín-
Betancourt y cols., 2021). Asimismo, la información sobre las enzimas
involucradas en su biotransformación es muy limitada. En estudios preliminares se
ha descrito que algunas isoformas del citocromo P450 (CYP) como el CYP2B1/2 y
3A1/2 tienen una participación importante en la formación de oxones y dioxones
del temefos en la rata (Hernández-Esteris, 2020); el temefos también puede ser
desfosforilado o desalquilado por algunas isoformas del CYP y el oxón podría ser
hidrolizado por esterasas, como la paraoxonasa, para convertirse en productos
“desactivados” (Buratti y cols., 2007).
Eliminación:
La información sobre la eliminación del temefos es muy limitada. Los únicos
reportes disponibles son los de Blinn (1969) y Shafik (1970). En el primero se
reportó que el temefos se elimina en una proporción similar por medio de las
heces y la orina.

Principales efectos sobre la salud:

Si bien es cierto, que el propósito del uso de plaguicidas es controlar la vida de los
insectos, animales y plantas perjudiciales para el hombre, es conocido que
conllevan diversos riesgos tanto para el medio ambiente, como para la salud de
los trabajadores expuestos directamente y de la población en general. Esto se
debe a que otros seres vivos, incluyendo el hombre, presentan mecanismos
bioquímicos y fisiológicos, similares a los de las especies que se desean eliminar,
y por lo tanto son susceptibles a los efectos tóxicos de los plaguicidas (Karam et
al. 2004).
Dentro de los efectos adversos que ocasionan los plaguicidas, se encuentran
aquellos de tipo agudo, los cuales suceden por lo general luego de unos pocos
minutos u horas de la exposición y pueden ser locales o sistémicos, teniendo gran
impacto en la mortalidad en la población (Karam et al. 2004), ocasionando un
conjunto de signos y síntomas denominados síndrome colinérgico, y que se
caracteriza por cambios en el estado de conciencia, debilidad muscular, y
excesiva actividad excretora (Fernández et al. 2010). Por otra parte, estas los
efectos crónicos son aquellos que se pueden manifestar hasta años después de
la exposición.

Toxicidad aguda del Temefos:


El temefos tiene una toxicidad aguda moderada por las vías oral y dérmica y tiene
toxicidad baja por la vía inhalatoria. Es ligeramente irritante para los ojos, pero no
es irritante para la piel ni produce sensibilización dérmica (WHO, 2006; EPA,
2016) Por la vía inhalatoria, en un estudio se concluyó que la toxicidad aguda fue
baja con una concentración letal 50 (CL50) mayor a 4.79 mg/L en ratas.

Toxicidad crónica del Temefos:


Los efectos neurotóxicos, oncogénicos, teratogénicos, daños en pulmones, ojos,
sistema inmunológico y esterilidad (Karam et al. 2004) así como también, la
enfermedad de Parkinson, leucemia linfocítica crónica, aumento en la frecuencia
de infecciones, entre otros (Ortega-Ceseña et al. 1994).
Los efectos sobre el sistema nervioso central, merecen especial atención, debido
a que no solo es reconocido su efecto en la disminución persistente del
rendimiento neuropsicológico en individuos con eventos confirmados de
exposición laboral (Rosentock et al. 1991), sino que adicionalmente, se ha
reportado que el uso a largo plazo de los organofosforados, sin evidencia de un
episodio agudo de la intoxicación, puede ocasionar de igual forma, cambios sutiles
en el rendimiento neuropsicológico (Fiedler et al. 1997). Han sido documentados
de igual forma, efectos genotóxicos (aberraciones cromosómicas, micronúcleos,
intercambio de cromátidas hermanas y producción de cometas) en personas
ocupacionalmente expuestas, encontrándose correlación positiva entre el tiempo
de exposición, dosis y las frecuencias elevadas de éstos efectos (Martínez-
Valenzuela y Gómez-Arroyo 2007).

Mecanismo de toxicidad:
Los OF actúan inhibiendo principalmente la actividad de la AChE mediante la
unión del grupo fosfato al grupo -OH de la serina del sitio catalítico de la enzima,
evitando la hidrólisis de la acetilcolina, lo que genera su acumulación en los
espacios sinápticos neuromusculares.
Esto provoca una sobre estimulación de los receptores colinérgicos de tipo
muscarínico y nicotínico, debido a que estos receptores se encuentran distribuidos
ampliamente en el organismo, lo anterior resulta en un síndrome colinérgico (Gallo
y Lawrk, 1991; Costa, 2019). En el caso del temefos, la inhibición de la actividad
de la AChE podría ser atribuida a un efecto aditivo inhibitorio de varios de los
metabolitos oxidados generados durante su biotransformación, teniendo como
base lo observado en el estudio in vitro, en el cual se evaluó el potencial inhibitorio
de todos ellos (Verdín-Betancourt, 2020).
Otros dos metabolitos del temefos que pueden producir efectos tóxicos son el
TDFSO2 o BPS y el TDF. El primero es un sustituto del bisfenol A (BPA) que se
emplea comúnmente en el papel termosensible para recibos y en los plásticos. El
BPA es un disruptor endócrino de reconocida capacidad estrogénica. El BPS por
su semejanza química al BPA puede también provocar daños a nivel hormonal ya
que también actúa como un disruptor endócrino (Sogorb y cols., 2019). En el caso
del TDF, se ha encontrado que posee una actividad estrogénica aún más potentes
que el BPA, incluso hasta diez veces más.
¿Dónde está el riesgo a intoxicarse?
En diversos trabajos, se recomienda el uso de equipos y vestimenta adecuada
como una de las principales medidas de prevención a tener en cuenta para evitar
intoxicaciones con dicha sustancia, pero muchas veces el personal trabajador no
cumple con la ropa de protección requerida para la correcta manipulación del
temefos, así como la capacitación suficiente para la dosis correcta de esta
sustancia en los diferentes vertederos, en los trabajadores se corre el mayor
riesgo ya que ellos están expuestos continuamente y en mayores
concentraciones, al igual la población al ponerse en contacto con el agua que ha
sido tratada, los pobladores utilizan el agua tratada para diferentes usos
domésticos como por ejemplo: bañarse, lavar su ropa, regar sus plantas al igual la
utilizan para consumo de sus animales y esto nos pone altamente en riesgo
porque aunque no sea una sustancia altamente toxica, están expuestos
constantemente volviéndose una intoxicación crónica, al paso del tiempo veremos
las consecuencias de esta y no solo de nosotros sino de nuestras futuras
generaciones.

Alternativas para evitar el uso del temefos en el control de los vectores.

¿Qué es un criadero?
Cualquier lugar donde el vector coloca sus huevecillos y se desarrollan
posteriormente sus fases de larvas y pupas hasta la emergencia de un mosquito
adulto.
Criaderos naturales.
Sitios en los que, por efecto de la lluvia, retienen agua de manera natural.
Criaderos artificiales.
Son todos aquellos recipientes en los cuales las personas almacenan agua para
cubrir sus necesidades de abasto, o bien que por descuido y efecto de las lluvias
coleccionan agua sin ningún uso.
Criaderos artificiales permanentes.
Son recipientes que se encuentran presentes durante todo el año en uso y que por
sus características no pueden ser movidos de la vivienda.
Criaderos artificiales controlables.
Aquéllos recipientes que por su uso la gente debería de manera periódica
renovarles el agua, con lo que se evita que se infesten de larvas.
Criaderos artificiales eliminables.
Todos aquellos recipientes que no tienen un uso y deberían ser considerados
como basura y deben ser eliminados de la vivienda.

¿Cómo evitamos criaderos y así no utilizar temefos?


Control físico
como la primera alternativa de control. Es destrucción física de los recipientes
“como criaderos” de mosquitos esto implica dejar el depósito sin agua.
Alternativas:
Voltear o embrocar, perforar, tapar, enterrar, aplastar, reciclar, embolsar.
El control de recipientes artificiales como envases, floreros, llantas, etc.; en donde
se crían los mosquitos Aedes, es la piedra angular de cualquier esfuerzo para
prevenir o controlar el dengue. El uso de insecticidas debe ser considerado como
una última opción.

Conclusión.

Si bien es cierto que se cuenta con el marco legal para garantizar la protección de
la población y los trabajadores expuestos a este tipo de sustancias nocivas tanto
para su salud, como para el medio ambiente, aún es necesario inculcar en la
población laboralmente expuesta las medidas generales del uso de estas
sustancias. Tal y como lo señalan Ospina et al. (2009) en un estudio llevado a
cabo para medir el impacto de una intervención educativa sobre conocimientos,
actitudes y prácticas (CAP) referidos a la salud ocupacional, riesgo laboral,
exposición y medidas de protección, en lo referido a la aplicación de
organofosforados, se puede inferir, que a pesar de las leyes y de las normativas
existentes en cada país, y a nivel internacional que rigen el uso de los plaguicidas,
el cambio debe ser conductual, y éste debe estar apoyado por programas
educativos, dirigidos no solo a los manipuladores directos, sino a toda la población
en general, pues todos estamos en contacto de una manera u otra con dicha
sustancia, aunque la mayoría de los incidentes, siguen siendo de tipo laboral y ello
puede incidir en el incremento de enfermedades prevalentes, crónicas, de largo
período de latencia y etiología multifactorial, tanto en la población bajo riesgo,
como la población general (WHO 1990). Por lo cual, es fundamental dar
capacitación técnica adecuada al personal encargado de la manipulación, antes
de iniciar la labor, vigilar la dotación y uso correcto del material y equipos
necesarios para realizar el trabajo, fortalecer los protocolos de vigilancia
epidemiológica, así como establecer como norma el examen médico rutinario y la
prueba de laboratorio para la medición en sangre de la actividad de la enzima
acetilcolinesterasa, de una forma periódica para trabajadores del saneamiento
ambiental, como parte del protocolo de evaluación y control, de las intoxicaciones
por insecticidas organofosforados.

También podría gustarte