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En este sentido, al iniciar la relación laboral, se suele establecer en el contrato de trabajo a que grupo profesional pertenece el
trabajador, y en consecuencia, el trabajador podrá realizar todas aquellas tareas indicadas en el convenio colectivo para dicho grupo
profesional para las que esté capacitado. Por lo tanto, es importante traer a colación que se entiende por grupo profesional
establecido en el artículo 22.2 del Estatuto de los Trabajadores:
Se entenderá por grupo profesional el que agrupe unitariamente las aptitudes profesionales, titulaciones y contenido general de la
prestación, y podrá incluir distintas tareas, funciones, especialidades profesionales o responsabilidades asignadas al trabajador.
Naturalmente, esta posibilidad de modificar o variar de funciones tiene unos límites, y para ello es necesario explicar los dos
tipos de movilidad funcional que existen:
Movilidad funcional horizontal o “Ius variandi ordinario”: Es la movilidad funcional que se produce dentro del mismo grupo
profesional. Estos cambios no tienen límites –salvo el derecho a la dignidad del trabajador-. Eso sí, el trabajador debe tener la
titulación que se exija para desempeñar las nuevas funciones encomendadas. Este tipo de movilidad, dentro del grupo profesional, es
el que puede realizar la empresa siempre y cuando se respete la dignidad del trabajador y no sea una medida arbitraria. contraria a la
buena fe contractual. Por todo ello, la movilidad funcional se podrá realizar siempre respetando estos dos límites:
1. Según el grupo profesional del trabajador en relación con su titulación académica. Siempre será necesario estar en
posesión de la titulación académica o profesional necesaria para ejercitar la prestación de servicio encomendada
2. Respete la dignidad del trabajador: El concepto de dignidad es un concepto difuso y subjetivo, que dependerá no solo de
la conciencia social del momento, sino de la apreciación personal del trabajador afectado y de las repercusiones sociales que puede
originar el cambio de puesto.
Cambio de funciones de un trabajador por otras que corresponden a otro grupo profesional superior o inferior. Esta movilidad
deberá hacerse siempre que existan razones técnicas y organizativas que la justifiquen. Dentro de ésta, podemos distinguir a su vez:
Ascendente: El trabajador realiza funciones que están encomendadas a trabajadores con categoría profesional superior.
Descendente: El trabajador realiza funciones que suelen realizar trabajadores con menor categoría profesional.
Aquella movilidad que sólo se podrá realizar cuando existe una causa para ello y además, se comunique su decisión a los
representantes de los trabajadores. La movilidad funcional para la realización de funciones, tanto superiores como inferiores, no
correspondientes al grupo profesional solo será posible con tres condiciones:
En caso de que no se cumplan dichas condiciones, para que haya una movilidad funcional se exige el acuerdo de las partes
(trabajador y empresario).
Es decir, si la empresa quiere decidir de manera unilateral el cambio de funciones de otro grupo profesional debe de respetar las
condiciones anteriormente indicadas. O, por el contrario, puede pactar individualmente con el trabajador el cambio de funciones.
Pero, en ese caso, ya sería una modificación (una novación) de la relación laboral, y no podríamos hablar desde un punto de vista
jurídico de una movilidad funcional ya que para eso pase, tiene que ser una decisión unilateral y no un acuerdo pactado. Además
de los límites anteriormente indicados de respeto a la dignidad del trabajador, así como a la titulación académica del trabajador
existen unos límites para la movilidad superior o inferior:
En el caso de movilidad funcional vertical ascendente si se encomiendan funciones superiores a las del grupo
profesional transcurridos:
Una vez superados estos límites de tiempo, el trabajador podrá; 1) solicitar un ascenso de categoría siempre y cuando se respete el
sistema de ascensos establecido en el convenio colectivo o 2) solicitar la cobertura de dicho puesto de trabajo por otro trabajador.
Es decir, que la empresa no puede a través de este sistema, incumplir o no respetar el sistema de ascensos o cobertura de vacantes
establecido en el convenio colectivo aplicable a la empresa. De no cumplir los méritos para el ascenso, según convenio colectivo, el
trabajador afectado, podrá reclamar el salario que le corresponde con la nueva categoría, pero no el ascenso.
Por otro lado, en la movilidad funcional vertical descendente no existen dichos límites temporales, y sólo se indica que será
durante el tiempo imprescindible.
Sin embargo, para el caso de movilidad funcional vertical descendente, el trabajador no podrá ver reducido su salario. No por
ver reducido sus funciones, pueden automáticamente reducir su salario. Si fuera el caso, ya no estaríamos hablando de una movilidad
funcional, sino de una modificación sustancial de las condiciones de trabajo cuyo procedimiento y opciones del trabajador son
diferentes (prevista y regulada en el art. 41 ET).
- Si el cambio de funciones es por otras causas que no sean técnicas, organizativas. Por ejemplo, por causas económicas o de
producción.
- Si el cambio de funciones no respeta el límite de tiempo según dure la causa justificativa del mismo. Si el cambio de
funciones es indefinido en el tiempo.
En estos casos el procedimiento y los efectos de estos cambios de funciones están previstos y regulados en el art. 41 ET que regula
la modificación sustancial de las condiciones de trabajo.