Retórica y argumentación

jurídica
Unidad 3. Argumentación e
interpretación en distintos enfoques
 Unidad 3. Argumentación e interpretación en distintos enfoques

Argumentación e interpretación
en distintos enfoques

Actualmente, en el nuevo Sistema Acusatorio los abogados están

obligados a presentar argumentos que sirvan para justificar la razón
de su dicho, fundamentos que tengan como finalidad el convencer y
persuadir al órgano jurisdiccional, para alcanzar el beneficio de un fallo
o deliberación positiva.

Por lo que el abogado, dentro de su discurso argumentativo, deberá

alcanzar ciertos efectos, como la persuasión, el convencimiento y la
demostración; es decir, comprobar la razón de su dicho a través de
medios de pruebas fehacientes, útiles, pertinentes, y que tengan relación
con los elementos fácticos y jurídicos que integran su argumento.

Dentro de un Juicio Oral, el orador debe presentar un discurso que

conlleve a motivar a la autoridad a través de la persuasión; asimismo,
se requiere de un discurso convincente, en donde se apele a la razón a
través de argumentos racionales que estén debidamente fundados en
el Derecho y en pruebas que versen sobre los hechos controvertidos.
De igual forma, es necesaria la comprobación de la posición o juicio
irrefutable de la verdad histórica que se presenta y pretende demostrar.

De ahí que dentro de este tercer bloque, denominado Argumentación e

Interpretación en Distintos Enfoques, se identificarán y ejemplificarán los
distintos tipos de argumentación, así como los métodos de interpretación,
con la finalidad de generar nuevos conocimientos que permitan redactar
un documento propio, debidamente argumentado y que pueda tener un
adecuado desempeño en su quehacer profesional.

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La argumentación en distintos ámbitos

En el segundo bloque de esta asignatura, titulado Argumentación Jurídica,

se establecía que argumentar significaba probar, alegar, presentar
argumentos, etc.; además, que era el conjunto de razonamientos que
se empleaban para probar o demostrar una proposición o convencer a
otro de aquello que se afirma o niega.

De igual forma, se hizo mención de que la argumentación jurídica consiste

en el discurso que un jurista prepara y presenta ante una audiencia para
exponer una tesis de manera clara y a favor o en contra de una postura,
de tal forma que logre convencer a los demás de lo que está exponiendo.

Por lo que el fin de la argumentación no es deducir las consecuencias de

ciertas premisas, sino provocar o aumentar la adhesión de un auditorio
a la tesis que se somete a su aprobación.

Actualmente, se ha llegado a considerar a la argumentación jurídica

como un arte, cuya técnica permite persuadir a los demás, tratando de
aportar las pruebas que inclinen a los otros a aceptar su posición como
la adecuada y, por lo tanto, asuman el mandato que contiene.

La argumentación proporciona conocimientos sobre distintas teorías y

modelos interesantes; asimismo, de las reglas, tipos y aplicaciones de
cómo construir y utilizar argumentos.

Por su parte, la argumentación jurídica es una forma interactiva de

proceder; es decir, un procedimiento dialéctico, interpersonal, de
justificación, donde cobran mayor relieve los recursos inteligentes y las
estrategias retóricas y argumentativas.

En torno a la argumentación jurídica, la literatura antigua deja entrever

que fueron Quintiliano y Cicerón quienes establecieron que dicha
argumentación puede darse de dos formas, y que ambas posibilitan la
resolución de problemas en materia de derecho:

1. Argumentación racional
Se utiliza para resolver las diferencias de valoración de los
hechos, ya que permite justificar la relación entre el conflicto
y el autor del mismo.

2. Argumentación legal
Se utiliza para retomar los elementos de los preceptos
establecidos en las normas jurídicas; es decir, su actuación
se inclina a lo legalmente aceptado para no salirse del marco
normativo. Esto le da mayor fuerza y aceptación, ya que el
argumento se avala por la Ley vigente.

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Argumentación parlamentaria

En lo referente a la argumentación parlamentaria, también conocida

como legislativa, en el bloque dos se refirió, de manera breve, que ésta
va encaminada a la producción de la norma jurídica.

Diversos autores coinciden en que este tipo de argumentación, la cual

debe ser efectuada por legisladores, implica mayor complejidad, ya que
se caracteriza por ser más abierta y menos estructurada, con relación
al hecho de que las leyes no necesitan ser justificadas y sólo debe ser
justificado el acto y decisión judicial.

De ahí que la argumentación legislativa obedece al razonamiento

adecuativo; es decir, existe un medio y un fin, donde la ponderación
juega un papel muy destacado en lo referente a concretizar los términos,
elementos y características de la norma jurídica.

Argumentación en el órgano administrativo

La argumentación jurídica, en su concepción formal, es el razonamiento

jurídico que realizan los órganos administrativos mediante la consecuencia
de proposiciones; es decir, la ilación de argumentos que se encuentran
encadenados uno tras otro, lo que corresponde a un juicio de tipo
silogístico aristotélico, en donde no sólo es importante la inferencia
deductiva, sino también el contenido de la verdad o de corrección de las
premisas.

La función de los órganos administrativos, por tanto, es la de dominar

la técnica que les permita inferir correctamente ante las proposiciones
presentadas, basándose en un criterio de corrección formal; al mismo
tiempo deben examinar con detenimiento dichas premisas, apoyándose
de las buenas razones y del silogismo. De esta forma podrán determinar
cuál de las premisas presentadas es válida y, por ende, aceptada.

La argumentación jurídica también puede ser abarcada desde un enfoque

pragmático, para lo cual los órganos administrativos deben aplicar su
raciocinio lingüístico, ya que la argumentación generada se da entre dos
o más personas que tratarán de convencerse entre sí.

Argumentación dogmática

Se puede considerar como la norma de un determinado Derecho Positivo

que no puede ser sometida a discusión, únicamente a la interpretación.

Por lo que el carácter dogmático de la actividad del teórico del Derecho

únicamente supone el reconocimiento de que él no es un órgano
competente para dictar normas jurídicas y, en consecuencia, tiene
que aceptar lo que el Derecho vigente en un país contiene y no puede
modificar. 4
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Esto no quiere decir que no tenga una postura crítica, considerando el

principio de que todo ordenamiento jurídico deber ser interpretado de
acuerdo con la Constitución.

Por tanto, lo que caracteriza a la argumentación dogmática es que se

ocupa del fragmento de un sistema jurídico vigente; es decir, describe
y explica un sector del ordenamiento jurídico, elabora un sistema
conceptual con el que aprehende lo más relevante de esa materia y
suministra criterios para la aplicación de las normas vigentes, a fin de
producir nuevo Derecho.

El discurso de la dogmática es heterogéneo en el sentido de que

está formado por enunciados de diversos tipos, como el descriptivo,
explicativo, teórico, valorativo y prescriptivo, que facilitan el estudio o
análisis de un fragmento del Derecho que permite establecer la solución
de un problema conectado con la interpretación, mediante la aplicación
o producción del Derecho.

Interpretación jurídica

En relación con este punto, es necesario establecer qué se entiende

por interpretación, en virtud de que la interpretación de la Ley es sui
generis, ya que no sólo se puede interpretar la Ley sino que, en general,
toda expresión que encierre un sentido.

Interpretar es captar o instruirse en el significado de una expresión,

entendiéndose como expresión el conjunto de signos que tienen una
significación.

Del mismo modo, la interpretación tiene que ver con el hecho de conocer
lo que se quiere decir, adaptar el mandato de las normas aplicables al
caso concreto.

De ahí que la interpretación jurídica sea una actividad utilizada para

referirse a la atribución de significado a una formulación normativa en
presencia de dudas o controversias en cuanto a su campo de aplicación;
es decir, sólo cuando el significado del texto es oscuro o discutible. Así
también, cuando se duda sobre si es aplicable o no a un determinado
supuesto, se dice que el texto requiere de interpretación.

Interpretación gramatical

Por lo que se refiere a la interpretación gramatical, ésta consiste en

averiguar, analizar y comprender el sentido exacto y sistemático de las
palabras que integran a la norma jurídica, sin que se realice modificación
alguna al texto original.

Asimismo, la interpretación gramatical atiende de forma exclusiva al

estricto significado de las palabras empleadas por el legislador.
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Interpretación extensiva

A diferencia de la interpretación gramatical, la interpretación extensiva

busca atribuir al cuerpo de la norma jurídica un significado que vaya
más allá del sentido literal; es decir, que se expanda el alcance y sentido
siempre y cuando la letra, así como el espíritu de la norma jurídica, lo
permita.

En este caso, la interpretación extensiva permite descubrir, averiguar

o examinar con detenimiento, cuáles son los alcances del pensamiento
del legislador, para integrar aquellos elementos que permitan tener una
adecuada comprensión de la norma jurídica y aplicarla al caso concreto
de forma eficiente y se pueda dar solución al hecho controvertido.

Interpretación restrictiva

Respecto a la interpretación restrictiva, encontramos que consiste en la

reducción del alcance del dispositivo legal, por considerarse que la letra
tiene un significado menor del que aparenta.

Por lo tanto, en la interpretación restrictiva, que se opone a la expansiva,

se restringe el alcance de la norma jurídica, aislando de ella determinados
supuestos que se encuentran incluidos en la redacción de su texto, sin
que haya sido la voluntad del legislador integrarlos dentro del contenido
de la norma jurídica.

Interpretación progresiva

En lo que respecta a la interpretación progresiva, es conveniente resaltar

que el Derecho, antes de ser un norma jurídica, es un hecho social que
surge de las necesidades, intereses y exigencias de la sociedad, por lo
que la elaboración de la norma no puede prescindir de ciertos conceptos,
ni tampoco de la estimación de los intereses humanos y exigencias de
la sociedad; de ahí que el legislador integra al contexto del dispositivo
legal, principios o ideales que constituyen la base o presupuesto de la
aplicación de la norma al caso concreto.

Derivado de lo anterior, la interpretación progresiva atiende elementos

cambiantes de la cultura, de costumbres y del medio social; ésta va
adaptándose de acuerdo a cómo va evolucionando la sociedad, así como
su transformación por los avances científicos y el progreso tecnológico.

Es conveniente subrayar que este tipo de interpretación debe tomar

en consideración la evolución de los tiempos y las condiciones de vida
actual, ejerciendo un impacto en el desarrollo progresivo de la norma
jurídica, de acuerdo con la realidad que vive la población a quien va
dirigida.
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Métodos de interpretación

Con la finalidad de alcanzar el significado y el mensaje de la norma

jurídica, se han establecido diversos métodos que permiten un adecuado
análisis del dispositivo legal, lo cual propicia su exacta aplicación al caso
concreto.

Entre los métodos clásicos de interpretación jurídica se encuentran el

gramatical, histórico, sociológico y sistemático, entre otros.

Método gramatical

El método gramatical, o exegético, busca encontrar el verdadero sentido

de la norma a partir de lo que expresa literalmente; es decir, el sentido
propio de sus palabras. Para ello analiza y se centra en el lenguaje
técnico que utiliza la norma jurídica.

Diversos autores refieren la importancia de este método, destacando

que es necesario interpretar los textos jurídicos desde su estricto sentido
literal, por lo que la interpretación gramatical busca el significado de un
determinado leguaje jurídico, a través de un sentido literal que vaya
acorde al contexto que se contiene.

Método histórico

Por lo que se refiere al método histórico, éste va encaminado a estudiar

los contextos que influyeron en el entendimiento actual de las normas
jurídicas.

Respecto a este método de la interpretación, debe tenerse en cuenta

que, al descubrir y develar el sentido real de la norma jurídica, a través
de conocer el pensamiento y la intención del legislador, encontramos
que la punta de partida no es la Ley sino el legislador; mejor dicho, su
voluntad como representante del espíritu del pueblo en la época de la
que se trate.

En otras palabras, el método histórico consiste en investigar:

a) El estado del espíritu en que se encontraba el legislador.

b) Los motivos que lo llevaron a legislar.

c) Cómo se ha representado la futura aplicación de los textos

elaborados.

Método sociológico

A diferencia del método histórico, el método sociológico realiza la

interpretación atendiendo a los requerimientos de la realidad social del
momento que se vive. 7
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Por tanto, se centra en aspectos como:

- La observación de lo que sucede en el presente, en un

plano social.

- El dar significado a los aspectos observados.

- Dar significado y reconocer el alcance de la norma

que se aplicará.

También hay que decir que la vida social está en constante cambio,
por lo que existe la necesidad de adecuar el derecho a las recientes
necesidades sociales.

Método sistemático

En lo que respecta a este método, señalamos que se caracteriza por

darle a las normas un significado de acuerdo con el tipo de ordenamiento
al que pertenece, logrando así una relación clara entre la norma y el
estatuto que lo rige.

Como técnica de apoyo recurre a los antecedentes históricos de los

estatutos y doctrinas legales.