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LOSARGUMENTOPS DE LAINTERPRETACION

Cuando aquí hablamos de interpretación, nos referimos a la atribución a un enunciado jurídico de


un significado lo suficientemente preciso como para que de la correspondiente norma podamos
decir: a) si es aplicable o no al caso que se enjuicia (relación entre interpretación y selección de
la norma aplicable); b) en caso de que esa norma sea aplicable, qué consecuencias precisas se
desprenden de ella para la resolución del caso en cuestión.

II. ARGUMENTACIÓN JURÍDICA 1. Algunas clases de argumentación La argumentación jurídica


tiene como objeto las argumentaciones que se dan en contextos jurídicos. Manuel Atienza nos
dice que pueden distinguirse tres campos distintos de lo jurídico en que se efectúan
argumentaciones. El primero de ellos es el de la producción o establecimiento de normas jurídicas;
diferenciándolas a su vez en las argumentaciones que tienen lugar en una fase prelegislativa y las
que se producen en la fase legislativa; nos dice que la primera se da como consecuencia de la
aparición de un problema social, cuya solución se piensa que puede ser la adecuación de una
medida legislativa.5 Podemos asegurar que en este caso la argumentación la encontramos en los
trabajos legislativos, en los debates y desde luego en la exposición de motivos que da nacimiento a
esa ley. Nos sigue diciendo este autor que, respecto de la fase legislativa, la argumentación la
encontramos en las cuestiones de tipo “técnico-jurídico”, las que pasan a un primer plano. Un
segundo campo en que se efectúan argumentos jurídicos, nos dice este mismo autor, es el de
aplicación de normas jurídicas al caso concreto, distinguiendo entre la argumentación en relación
con problemas concernientes a los hechos o bien al Derecho; asegurándonos que la
argumentación jurídica dominante se centra en las cuestiones de los casos difíciles relativos a la
interpretación del Derecho y que se plantean en los órganos superiores de la administración de
justicia. El tercer ámbito en que tienen lugar argumentos jurídicos es el de la dogmática jurídica en
la que cabe distinguir tres funciones: 1) suministrar criterios para la producción de criterios en las
diversas instancias en que ello tiene lugar; 2) suministrar criterios para la aplicación del Derecho;
3) ordenar y sistematizar un sector del ordenamiento jurídico. Las teorías usuales de la
argumentación jurídica se ocupan también de las argumentaciones que desarrolla la dogmática en
cumplimiento de la segunda de estas funciones; nos dice al respecto Atienza que de lo que se trata
es de suministrar a esos órganos criterios —argumentos— dirigidos a facilitarles la toma de una
decisión jurídica consistente en aplicar una norma a un caso concreto. Por todo lo anterior, es
claro que para dar argumentos necesitamos saber cómo hacerlo y teniendo conocimiento de que
existen varias clases de ellos haremos alusión a los que nos parecen más interesantes.

A. Argumento de autoridad; por el que a un enunciado normativo le es atribuido aquel


significado que ya le había sido atribuido por alguien o por ese solo hecho, Mediante el
argumento de autoridad se reconoce a la cita de la jurisprudencia y de la doctrina para
reafirmar o reforzar las razones que se dan para sostener una tesis. Atendiendo a la
definición de argumento de autoridad se puede afirmar que es un tipo de argumento
utilizado con gran frecuencia por los tribunales de menor jerarquía.
B. Argumento analógico; Con la expresión “analogía jurídica” los juristas entienden una
semejanza entre hechos o situaciones que se encuentran en la base de la interpretación
analógica (extensión analógica o razonamiento analógico), indican la operación realizada
por el intérprete (p.e. el juez) para aplicar a un caso no previsto por el orden jurídico las
disposiciones jurídicas (legislativas o consuetudinarias) destinadas a regir casos similares.
De esta forma tenemos que la analogía jurídica aparece dentro del complejo proceso de la
aplicación del Derecho, se manifiesta particularmente en la sentencia jurisdiccional
cuando se trata de aplicar una norma general a un caso concreto no previsto.
C. Argumento sistemático; interpretar sistemáticamente un precepto legal es reconocer que
un precepto no se encuentra aislado del ordenamiento jurídico, ya que puede tener
relación de manera horizontal o vertical con otros preceptos legales, ésta es una de las
formas que el juzgador utiliza para interpretar las normas; de ahí que para argumentar la
aplicación de un precepto cuya interpretación se hizo a través del método sistemático,
debe ser utilizado este mismo argumento. El argumento sistemático entonces es la razón
que se funda en que el precepto legal aplicado al caso a estudio pertenece a un sistema de
normas que unidas o correlacionadas dan la justificación de su aplicación.
D. El argumento de equidad o equitativo; La equidad constituye el máximo de
discrecionalidad que la ley concede al juez en algunos casos, cuando la singularidad de
ciertas relaciones se presta mal a una disciplina uniforme. Lumia expone que la equidad no
debe confundirse con el mero arbitrio, porque esto significaría un mal uso por parte del
juez de sus poderes; en cambio, cuando decide conforme a equidad, respeta aquellos
principios de justicia que se encuentran recibidos por el ordenamiento jurídico positivo o
que son compartidos por la conciencia común.
E. Argumento a fortiori; contiene ciertos enunciados que se supone refuerzan la verdad de
la proposición que se intenta demostrar, por lo que se dice que esta proposición es a
fortiori verdadera. Respecto al uso del argumento a fortiori en el campo del Derecho, se
ha dicho que se entiende que la solución prevista para un determinado caso debe
extenderse con mayor razón a otro caso que, en principio, no ha sido previsto, de ahí que
se identifique este argumento, con el analógico. La finalidad del argumento a fortiori es
representar el “tanto más cuanto que” con que se expresa gramaticalmente el hecho de
que una parte de lo que se aduce como prueba viene a agregarse a la otra,
sobreabundando en lo afirmativo.
F. Argumento a contrario; se basa en la presunción de que si el legislador ha regulado
expresamente una hipótesis, entonces esa regulación se refiere a esa hipótesis y sólo a
ella”.Las características del argumento a contrario son:
a. el argumento a contrario es considerado un instrumento de la interpretación
lingüística o literal, ya que la actividad interpretativa no se sale fuera del texto a
interpretar, además de que supone un respeto de la letra que hace tener a ésta
como única guía para la interpretación.
b. el argumento a contrario sirve para motivar o proponer la denominada
interpretación restrictiva, que es la que limita los significados posibles de un texto,
de tal modo que no todos los sugeridos por la letra del documento o por otros
datos extratextuales son adoptados.
c. el argumento a contrario impone como condición para su utilización el silencio de
la ley, por lo que hay que distinguir, para poder utilizar este argumento, dos
hipótesis distintas: la expresamente regulada por el legislador y la otra segunda no
mencionada.

G. El argumento psicológico; sería aquél por el que se atribuye a una regla el significado que se
corresponda con la voluntad del emisor o autor de la misma, es decir, del concreto legislador que
históricamente la redactó. Respecto a este argumento, no cabe duda de que hay que acudir a los
trabajos preparatorios y la exposición de motivos del legislador creador de la norma. No cabe duda
de que, tal como lo señalan varios autores, es extremadamente difícil determinar cuándo se está
en presencia de una argumentación teleológica o de una argumentación psicológica, pues cómo
desvincular la voluntad del legislador de la finalidad para la creación de la norma, sobre todo
cuando hay quienes niegan la existencia de una voluntad del legislador contra los que afirman su
existencia.

Estructura de un argumento

La argumentación se divide, principalmente, en dos partes: premisas y conclusión.

 Premisas: Son el conjunto de ideas que adoptamos como verdaderas, sirviendo como
base para el desarrollo de la argumentación. Es un elemento esencial, ya que si las
premisas son erróneas o falsas, el argumento construido sobre ellas también lo será. Por
ejemplo, en la investigación sobre un asesinato, necesitamos saber con seguridad ciertas
cosas para construir el caso y nuestra argumentación, como el arma del crimen. Si en
nuestra investigación tomamos como arma un cuchillo, pero realmente fue un arma de
fuego, con seguridad el resto de la investigación será errónea, puesto que partimos de
una premisa errónea.
 Conclusión: Es la tesis derivada del proceso argumentativo. También es un elemento
indispensable. Pues, tras elaborar la relación entre las distintas premisas, la conclusión es
la idea derivada de las mismas. La conexión entre premisa y conclusión ha de ser fuerte,
lógica e indestructible. Puesto que de ello se deriva la veracidad y la persuasión de
nuestro argumento. 

EFICACIA

El propósito de la argumentación es convencer a alguien de la validez de una idea


o persuadirlo para que adopte un determinado comportamiento. De ahí que en la
argumentación sea posible distinguir dos dimensiones: una lógica, en la medida en
que se aportan razones, y otra práctica, por cuanto la finalidad última es lograr la
adhesión del receptor.
La argumentación tiene una gran importancia en la vida social; a ella acudimos
continuamente para justificar nuestro comportamiento o influir en el de los demás.
Importancia de la prueba
Portada Derecho civil Por Gerencie.com en 26/06/2022

La prueba es el medio que nos lleva a saber si un hecho es real o es falso, es el


camino que nos permite a través de un proceso judicial confirmar que el derecho
en realidad nos pertenece o estamos usurpando el derecho de otro.

Lo que se alega o reclama se debe probar.


La prueba es el elemento que lleva al juez o a quien administre justicia, al
convencimiento de que algo es cierto, es real, de que el derecho reclamado existe,
etc.
Por ejemplo ¿Cómo se prueba que en realidad Juan vendió una casa a María?
Con el contrato de compraventa suscrito por las partes, el cual es una prueba
documental.
Claro todos esto basado en la buena fe de que dicho negocio no fue una
simulación el cual sería otro caso aparte, y por ello es que toda prueba puede ser
controvertida por la parte contraria.

Medios probatorios.
En Colombia el código general del proceso habla de los medios probatorios los
cuales encontramos en el artículo 165 de la siguiente manera:
«Son medios de prueba la declaración de parte, la confesión, el juramento, el
testimonio de terceros, el dictamen pericial, la inspección judicial, los documentos,
los indicios, los informes y cualesquiera otros medios que sean útiles para la
formación del convencimiento del juez.
El juez practicará las pruebas no previstas en este código de acuerdo con las
disposiciones que regulen medios semejantes o según su prudente juicio,
preservando los principios y garantías constitucionales.»
Entonces en resumidas cuentas los medios probatorios son:

 El testimonio: que lo hacen personas que pudieron haber percibidos los hechos
que se discuten en un litigio.
 El juramento
 La declaración de parte: una de las partes es interrogada con una serie de
preguntas respecto al hecho que se discute.
 El dictamen pericial: es un estudio que hace un experto en temas que el Juez no
tiene conocimiento, para aclarar los hechos al Juez.
 La inspección judicial: es cuando el Juez se dirige personalmente al lugar de los
hechos o cuando se dirige al lugar que puede aportarle más pruebas para resolver
un caso.
 Los documentos
 Los indicios: son definidos como señal de que posibilita saber si algo ocurrió.

Además de los medios probatorios antes mencionados, el artículo 175 del código
de procedimiento civil deja la puerta abierta para que cualquier otro medio
probatorio que con el avance de la ciencia surja sea permitido siempre y cuando
cumpla la finalidad de darle claridad al Juez sobre los hechos que se discuten.
Debido a la posibilidad antes mencionada, la prueba de ADN, es un medio
probatorio relativamente nuevo a través de la cual se puede comprobar la
paternidad de una persona.

Controversia, del latín controversĭa, es una discusión entre dos o


más personas que exhiben opiniones contrapuestas o contrarias.
Se trata de una disputa por un asunto que genera distintas
opiniones, existiendo una discrepancia entre los participantes
del debate.

Tipos de controversia

La noción de controversia puede entenderse a pequeña escala (un


enfrentamiento privado entre dos personas) o como una situación
global que involucra a millones de personas (una sociedad dividida
por algún tema).

Ciertas controversias estallan por un asunto determinado que,


incluso, puede ser considerado como algo menor. Este tipo de
controversias suelen ser momentáneas o pasajeras y, aunque no se
llegue a un acuerdo entre las partes, no modifica la esencia de las
cosas.

Otras controversias, en cambio, son históricas y afectan a


dimensiones como la religión, la filosofía o la política. Las
controversias más profundas pueden generar fanatismos y posturas
extremas, ya que lo que algunas personas aceptan como normal o
correcto, puede resultar un tabú para otros sujetos.
 Negociaciones
 Arbitraje
 Acumulación
 Derivación a un experto
 Continuación del cumplimiento durante la diferencia
Al momento de evaluar o redactar un acuerdo, es importante analizar cuidadosamente la
cláusula relativa a la solución de diferencias. Esa cláusula es la que determina dónde y cómo
se realizarán las audiencias de diferencias, y es importante garantizar que las disposiciones
sean adecuadas y aplicables en la jurisdicción pertinente, constatándolo con abogados
locales. Los mecanismos de solución de diferencias varían notablemente y son clave en
términos de cómo será interpretada la redacción prudente utilizada para el acuerdo y al
momento de determinar si podrá aplicarse. Es difícil exagerar la importancia de dichas
disposiciones.

3. ¿Existe un sistema de tribunales adecuado, al que las partes estén dispuestas

a someterse?

Debe buscarse asesoramiento local sobre el sistema de tribunales local, los plazos de
procesamiento de reclamos, la objetividad del poder judicial, la calidad del poder judicial y si
tuvo experiencia en disposiciones contractuales similares, si los procedimientos del tribunal
son claros y se respetan, el costo del litigio, y el costo y el tiempo implícitos en la aplicación de
fallos. Es probable que una parte gubernamental prefiera someterse a su propio sistema de
tribunales, pero una empresa operadora, en especial si es extranjera, probablemente no esté
dispuesta a someterse a un sistema que desconoce y a la posibilidad de que los tribunales
locales se muestren reacios a fallar en contra de los intereses del Gobierno. En casos en los
que participen prestamistas extranjeros, es posible que también deseen evitar los tribunales
locales. La solución de compromiso suele consistir en aplicar un procedimiento de solución
provisional de diferencias y proceder luego al arbitraje (véase el punto 5, a continuación).

4. Si las partes están dispuestas a someterse a tribunales en una jurisdicción específica:

“Las partes se someten irrevocablemente a la jurisdicción de los tribunales [ ] en relación con


los fallos correspondientes a diferencias que surjan en el contexto de este contrato”.
Esta disposición se denomina “cláusula sobre jurisdicción exclusiva”, y es la mejor manera de
evitar que se realicen audiencias por las diferencias en otras jurisdicciones. La interpretación
de las cláusulas puede variar en la práctica, por lo que es preciso consultar con abogados
locales.

 Esto debe estar especificado en el contrato. También es posible que las partes deseen
identificar tribunales específicos dentro del sistema de un país, como los tribunales
comerciales, o un mecanismo de arbitraje administrado por los tribunales. Las leyes
que determinan qué jurisdicción corresponde a una situación particular pueden ser
confusas y, en ocasiones, opuestas entre sí, en especial si una transacción implica
personas de distintas nacionalidades o servicios que se suministran en un tercer país,
con varios tribunales con fundamentos para sostener que la transacción corresponde a
su jurisdicción.
 A fin de evitar o limitar esa posibilidad, la cláusula de jurisdicción puede redactarse de
la siguiente manera:
Una variación sería: “En beneficio de la Parte B, la Parte A se somete a la jurisdicción
exclusiva de los tribunales [ ]”.

Es posible que ese formato sea recomendable en casos en los que la aplicación de fallos se
dé en el extranjero y en los que esos tribunales consideran que una cláusula sobre jurisdicción
exclusiva restringe su capacidad de aplicar fallos (en especial, fallos de arbitrajes).

La legislación en torno de cláusulas sobre jurisdicción no exclusiva es compleja, y es preciso


buscar asesoramiento jurídico local.

 Es posible que haya casos en los que las partes deseen contar con flexibilidad en
relación con las jurisdicciones o en los que una parte con mayor poder de negociación
desee someter a la otra parte a una jurisdicción, sin sacrificar su propia flexibilidad
para elegir una jurisdicción. En esos casos, puede ser adecuado utilizar una cláusula
de jurisdicción no exclusiva, como, “Las partes se someten a la jurisdicción de los
tribunales [ ]”.
 Inmunidad soberana ante jurisdicción y la ejecución: la inmunidad ante la
jurisdicción de un Estado surge de la idea de que sería inadecuado que los tribunales
de un Estado sostuvieran que otro Estado está bajo su jurisdicción. Por ende, las
entidades estatales son inmunes ante la jurisdicción de los tribunales de otro Estado.
En general, las entidades estatales tienen la posibilidad de renunciar a esa inmunidad.
Los Estados también tienen inmunidad ante la ejecución, ya que se considera
inaceptable que los tribunales de un Estado confisquen la propiedad de otro Estado.
También es posible renunciar, en general, a esa inmunidad.
¿Por qué esa diferencia entre argumentos interpretativos admisibles e
inadmisibles?
¿Por qué sí resulta admisible el argumento teleológico o el que apela a la voluntad de legislador y
no, en cambio, esos otros cuatro que hemos puesto como ejemplos de argumentos
interpretativos rechazables: el argumento del gusto personal, el argumento partidista, el
argumento teológico y el argumento estético? Prácticamente ningún jurista, en nuestro medio,
admitiría aquellos argumentos del gusto personal, partidista, teológico o estético como
fundamento válido de una interpretación, por mucho que los mismos sean plenamente
respetables en cuanto rectores de las elecciones que tienen lugar en otros ámbitos distintos del
de la decisión jurídica, en cuanto guías de elecciones puramente personales de un sujeto. ¿Por
qué?

¿Qué notas diferencian los argumentos interpretativos admisibles de los inadmisibles? Las dos
siguientes: habitualidad y vinculación a algún valor central del sistema jurídico-
político. La habitualidad significa que los argumentos interpretativos funcionan al modo de los
tópicos de que hablaba Theodor Viehweg, es decir, que reúnen las siguientes características
interconectadas:
 son muy usados en un momento histórico dado, aparecen con mucha frecuencia en las
sentencias y la literatura jurídica en general a la hora de fundamentar las interpretaciones;

 gozan de consenso anticipado entre los expertos en Derecho y los avezados al lenguaje jurídico,
de manera que se los acepta sin cuestionamiento como referencias o argumentos que deben
emplearse al tiempo de interpretar las normas;

 por ello, el significado que avalan pasa a verse como un significado justificado de la norma, de
modo que sólo mediante otro argumento admisible puede ser combatida la preferencia
significativa así sentada.

Un argumento teológico no tiene en nuestra cultura jurídica ninguna de esas tres propiedades
conexas; un argumento teleológico tiene las tres. Por tanto, la praxis cuenta en cada momento
con sus reglas, ligadas, naturalmente, al contexto histórico, social, político, etc. La tipificación de
esas reglas no necesita su positivación bajo forma de normas jurídicas (aunque puede darse),
pues tiene lugar siempre, y de modo mucho más eficaz, conjuntamente en la doctrina y en la
actuación judicial.

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