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J-’R I M E R E R IO D IC O ^ R IO E L O

D IR E C T O R
ALCIDES DE-MARÍA
COLABORADORES: VARIOS AVENTAJADOS LITERATOS ’NACIONALES
Administrador y redactor: E. DS-MARIA
Sale d luz (odos los Domingos
Suscrición mensual. . . . 50 cents.
Número s u e lto ..................... 16' «
» atrasado . . . . 20 <r
/ivisos y otras publicaciones convencional.
E. Administrativas de campaña, deja
crecer en los caminos los cardales y
abrojales, hasta el punto de hacerse in­
transitables.
Lean, paisanos, lo que dice don Félix,
porque es bueno saberlo, y puede ser
A ñ o I ------ 2 M o u te v id a o , M a y o 1 0 d o 1 8 0 8 £— — N . 3 6 que no falte quien saque utilidad do esa
lectura.
S U M A R IO D E L N U M E R O 36—Bueno e3 A la orilla del fogón, mientras que se
saberlo.—En Palermo.—.Narices fem eninas.—
. 3.a oarta lei indio Jesú3 á su china Niea- toma un mate, son cosas que entre­
•nora.-T cdo tierra.-E l baile :le! 7 .-'k aram u 8 -
oaa.-La Oriolla.-bespsdida.-Coáaa criollas. tienen y que instruyen, y con las cuales
se gana mucho más que charlando sobre
bueyes perdidos.
BUENO ES SABERLO El amigo Don Félix nos habla decosas
nuevas, al menos para nosotros que so­
Nuestro paisano don Félix Buxareo lemos marchar á la cola en cuestiones
Oribe, mozo de buena fortuna, de buena de progresos ganaderos y agrícolas; pe­
instr ucción y buenas prendas, que anda ro aun cuando asi no fuera, nunca es
por aquellos pagos de la Legación en viejo lo que es bueno, y lo bueno debe
Francia, de dónde solía es'-ribaniarle al procurarse siempre no solo porque no
viejo don Calisto e! enrabao Braulio cansa sihó porque se aprovecha.
Araujój (que por lo visto ha perdido el El buen campo, paisanos, es el que
resuello) ha remitido estos días á los engorda y hermosea las haciendas, pero
mozos de la gaceta á que llaman E l para que sea siempre bueno, es necesa­
Bien, algunas noticias nuevas sobre rio cuidarlo, porque la buena tierra pro­
asuntos de maquinarias. duce del mismo modo, en abundancia,
Son noricias de interés para los que el buen pasto como la mala yerba.
ganan la vida en las faenas del campo, Para hablarle al criollo no hay que
y hasta de oportunidad en estos tiempos hacerlo en puro estilo campero; el gau-
de «administración y trabajos en que la cho también comprendo el lenguaje pue­
\
ndolencia habitúa1 de, nuestras Juntas blero con tal que no sea muy grande la
i
carga de firuletes con que quieran enre­ Apesár de ser sú construcción ligera,
darlo. es muy fuert■•, siendo toda metálica.
De manera que como los firuletes del La armadura es toda de fierro en T.
amigo Don Félix no tienen cargazón de las uniones s-sn de fierro fórjalo, los
chafalonía de términos, sinó los más ne­ porta-ejes, bielas, etc.,son d° acero. Los
cesarios para indicar el movimiento de cojines son de bronce. Un solo caba­
las máquinas, es fácil que lo entiendan llo basta para su funcionamiento ape­
hasta los menos despiertos. sar de su anchura.
Oído, pues, á la caja, que aquí princi­ Su precio es de 450 francos, ó lo
pian las noticias que nos manda nues­ que es lo mismo 90 pesos de nuestra
tro paisano Don Félix, desde Paria de moneda. No lo consideio caro, siendo
Francia; y no se rian del dicho porque un instrumento destinado á prestar tan
nosotros tambie n tenemos nuestro Pa­ grandes servicios. E<ia máquina podría
rís, sin ser el de los franceses; un Paris también utilizarse para cortar paste s,
chiquito, muy sucio y muy moderno, aunque ño tan á raiz de tierra como
por todo lo cual seguramente se llama las segadoras. En fin es una máquina
Nuevo Paris. que puede ser aplicada en diveisos ca­
Y aquí sujeto el pingo, porque si sigo sos con provecho.
vareando no lo dejo puntear en todo el
diaaldelas maquinarias. Es lamentable queen nuestra tierra
Oigan, que talla Den Félix. no se hayan adoptado aun los arados
Brabant doble, tan esparcidos aquí y
«Muchos, sino la mayoría de nues­ que han revolucionado todo cultivo ha­
tros ganaderos, se ven obligados á ha­ ce ya medio siglo, haciénde dar un gran
cer cortar los cardos, que pueblan sus paso hacia el piogreso.
campos, para poder transitar con más Estos arados, son de doble vertedera
facilidad, con sus ganados vacunos ú igual á la de los otros arados, pero
ovinos de un punto á otro de su pro­ colocada la una sobre la otra y dis­
piedad, sea este el rodeo ó de un po­ puestas de tal suerte que, por medio
trero á otro; pues bien, hoy día pueden de un pequeño manubrio colocado de­
economizar tiempo y dinero debido á trás y en el centro de las dos verte­
una máquina de construcción moderna deras, permite al obrero hacerlas jirar
y llamada aquí Essanveuse l' Avenir. y por consiguiente cambiar la supe­
Su autor al idear y constituir la má­ rior por la inferior, haciendo que el
quina, no lo hizo con el objeto de cor­ surco se haga en sentido opuesto del
tar cardos, sino con el de destruir las anterior, pero al >oslado de éste, lo
malas yerbas y plantas que perjudican que hace se efectúe la rotura de un
á la vegetación de los cereales y para terreno en menos tiempo de lo que se
retardar por medio del corte, su cre­ verifica hoy en día con los otros ara­
cimiento y darle de este modo mayor dos.
fuerza. Por su solidez la creo muy apta Como por otra parte, en e^te arado,
para el corte de cardos, que debe efec­ el hombre no interviene sino á la con­
tuarse siempre á 25 centímetros del clusion de cada surco para hacer girar
suelo, si se desea destruirlos y no á el arado, lo que se efectúa en el mis­
raiz de tierra como es creencia ge­ mo sitio y rápidamente, y como con
neral. estos arados el hombre tiene que ocu­
El manejo de esta máquina es de lo parse mas de los animales que del ara­
más simple. El conductor sentado en do y no se fatiga no teniendo que con -
la silleta puede en cualquier momen­ ducir el arado por las manijas, pierde
to, valiéndose de una palanca de alza, menos tiempo en las vueltas y hace
colocada sobre un sector dentado, ha­ mas trabajo en el día.
cer variar Ja altura del corte, conser­ Existen varios modelos de estos ara­
vando la guadaña en el plano para­ dos sin rival. Los hay, en los que las
lelo de la posición inicial. Una segunda vertederas de forma especiál permiten
palanca de engranage, colocada igual­ el vuelco completo de una faja de tie­
mente al alcance de la mano del con­ rra de 45 grados trayendo el subsuelo
ductor, le permite hacer funcionar ó á la superficie, y otras con vertederas
parar inmediatamente la marcha de la ovoideas, volcando la tierra sobre otro
guadaña. ángulo, sin traer el subsuelo. Estos
arados son simples y por consiguiente Brota en límpido raudal,
de fácil manejo. Como mostrando el caudal
Que atesora su corriente;
El Radiateur, por M. Salenius, in­
geniero de Stockolmo, es un aparato En esa verde colina
perfeccionado de lechería, que extrae Donde el ceibo colorea
directamente de la leche la manteca Como enseña que flamea
pastorizada, efectuando en una sola Entre nube esmeraldina,
operación el desnate, el enfriamiento y Donde á besarlo se inclina
el batimiento. El aparato se compone La celeste campanilla,
de un bol ó recipiente desnatador, de Donde liba la abejilla
De las flores el dulzor,
un bol batidor, de acero y de tres cu­ Y se mece el pica-flor
biertas sobrepuestas de lata estañada. En los juncos de la orilla;
La leche se pone en el aparato á
la temperatura de 70 grados y la cre­ En ese hermoso rincón
ma separada por el bol desnatador, es Donde brotan á porfía
inmediatamente batida fuera del con­ Flores de rica ambrosía
tacto del aire, después de haberse en­ Que engalanan la creación;
friado á 15 grados centígrados. No Allí sobre ese terrón
pasa un minuto entre la introducción Que el sol con su rayo besa,
de Ja leche caliente en el Radiador y Fué do admiré la grandeza
Del payador argentino,
la salida de la manteca mezclada al De ese zorzal, cuyo trino
suero. Suena con tanta belleza.
La manteca que resulta es de una
pasta homogénea, fina y de buena con­ En la hora vespertina
sistencia, de buen gusto, aroma deli­ En que todo se entristece,
cado y, gracias á la pastorización de Y doliente nos parece
la leche, de una conservación mucho Ver al día que declina,
mayor que todas las otras clases de Cuando entre sombras camina
manteca conocidas, y para la alimen­ A perderse en el ocaso,
tación segurísima, tanto mas cuanto Oscureciendo el ribazo
que es un producto esterilizado. De los múltiples colores,
Mientras le envían las flores
Nubes de aroma á su paso;
EN PALERMO ® Fué el momento que el criollo
Eligió para su endecha,
Y en que á su alma satisfecha
Á LAS SEÑORITAS LAURA Y ALICIA DE Le pidió todo su apoyo
Para largarnos el rollo
OLAZÁBAL (ARGENTINAS) De arrobantes armonías,
Sobre un tapiz de esmeralda Tristes que son alegrías
Que á un cerrillo so levanta, De su guitarra al acento,
Y á que circunda esa planta Y que en las alas del viento
A que llaman rojo-gualda; Ruedan como melodías.
Tapiz que oculta su espalda
Entre un tupido ramaje Sobre mullida gramilla
Que hermosea aquel paisaje Tendido estaba el cantor,
Con su color y su aroma; Ese ardiente trovador
Donde anida la paloma De la loma y la cuchilla;
Y bordonea el criollaje; Con entonación sencilla,
Rebozante de emoción,
Allí dó naturaleza Preludiaba una canción
Derramó sus ricas galas Hermosa y llena de vida,
Y dió al céfiro las alas Como nota desprendida
Con que trepa en la maleza; Del fondo del corazón.
Alli donde la grandeza
De Dios, se admira esplendente, Con su voz vibrante y pura
Y donde el agua surgente Nos relata larga historia
Que le arranca á su memoria
(i) Recuerdo tle la tarde del 21 de Diciembre Con acentos de ternura;
<le 1805, en Buenos Aires. Luego da écos de amargura
De un gemido á semejanza j Como se comprende ahora,
Cuando, cual queja que lanza El beso aquel que sonó
á quien su pecho desgarra, No fué á ella á quien se lo dió
Dice al son de su guitarra: Sino á la flor, portadora
« He perdido la esperanza». De esa esencia embriagadora
Que aspira el que sabe amar,
Vuelve luego enardecido Y perfumará el altar,
A entonarnos su canción, Cuando Julián sonriente
Y ora le habla ál corazón Coloque á María en la frente
Con acento nunca oido, una corona de azahar.
Ora se siente al raid o Ramón Marín De-Maria.
Por patrióticos fulgores,
Ora le canta á las flores, Montevideo, Abril 30 de 1896.
A su rancho y ásu amada.... ----2**2—
Y concluye la balada
Relatando sus amores. NARICES FEMENINAS
Una lágrima en sus ojos Hay sabios que le adivinan
Brilla, y tiembla en su pestaña, &cualquiera, por la cara,
Porque él piensa que lo engaña
La mu,jer de sus antojos. con una ciencia muy rara
Entretanto: labios rojos el génio y la inclinación;
Que de perlas son un nido, y saben si la persona
Más allá se han sonreído con arreglo á una medida
Al oir al payador va á ser un sabio en la vida
Que lanza en frases de amor ó va á ser un mancarrón.
Como flechas de Cupido.
^Blanca rosa perfumada A esa ciencia misteriosa
Cae rozando su instrumento, le llaman freno logia,
Rosa que le lleva el viento quizás porque enfrenaría
Desde el seno,, de su amada, al mismo que la inventó,
Que ha escuchado embelesada ó talvez porque consiga
El relato primoroso enfrenar al ser humano
Conque cautivóla el mozo descubriendo de antemano
A quien ha jurado amar; lo que natura le dió.
Ser la reina del hogar
De aquel criollo celoso. Otros dicen que del alma
El cantor, casi temblando son los ojos el reflejo,
Levanta la flor del suelo y allí como en un espejo
Y á sus lábios con anhelo las pasiones pueden ver,
Se la acerca suspirando; y no falta entre eaos sabios
Y luego como dudando quien descubre ó quien divisa
De que aquello no es un sueño, en una leve sonrisa
Busca en redor con empeño... los sentimientos del ser.
La ve,... es ella,.... su alegría,....
Es su luz,... es su María Pues yó que también estudio
De que él es único dueño. observando noche y día,
tengo mi nazo-logía,
ciencia de gran esplendor,
y con la cual se descubre
en el sexo femenino
Al silencio de la noche la inclinación ó el destino
Lo rompió sonoro beso... en las cuestiones de amor.
Y entre zarzas quedó preso,
Como sujeto de un broche, La nariz es sin disputa
Junto al tronco de alto moche lo que en el rostro más vale,
El afamado cantor, la parte que sobresale
Sin poder darle á su amor y más llama la atención;
Un ósculo en la mejilla
Pues huyó cual cervatillo la pincelada maestra
De la i ronda al espesor. del femenino retrato,
el prominente aparato La de nariz algo roma
que dá ó quita la ilusión. de ventanas dilatadas,
que respira á bocanadas
Justo es pues, que el nazo sea como un caño de vapor,
la brújula qué encamine esa es de génio irascible,
á quien busque y examine amiga del lujo y rango
el instinto mujeril; y capáz de armar fandango
el timón que lo d*rija cuando está de mal humor.
cuando en el mar de la vida
busque escollos sin salida La de nariz respingada
ó la playa de u n pensil. y en dimensiones pequeña,
generalmente es risueña
La mujer si es narigona y de carácter jovial;
es de noble descendencia, aficionada á paseos
pero mucha prominencia de la noche á la mañana,
suele hacerla hasta infeliz/ comunmente casquivana
porque la savia del alma, y á veces sentimental.
aunque impalpable sustancia, Las de nariz remolacha
debe estar ep consonancia suelen ser muy testarudas,
con la savia en la nariz. pendencieras, malas, rudas,
Siendo el nazo tan soberbio, toda una calamidad;
soberbia habrá de seguro y en llegando á cuarentonas
tras el misterioso muro suelen hacerse hasta guasas.
donde el alma oculta está; La suerte que son escasas
y la soberbia es la sombra por bien de la humanidad.
de una pasión repelente Las de punta abatatada
que la afea á quién la siente tratan de hacerse aceptables,
y negras sombras le dá. suelen ser buenas, amables
) amigas de conversar;
La ñata, por el contrario, el noviasco las seduce,
suele ser de humilde raza, pero con tanto cumplido
más si en ella se propasa por ver si pescan marido
la achatadura nasal, raro es que puedan pescar.
puede ser signo elocuente
de estupidezy de encono En mi ciencia naso-lógica
porque se asemeja al mono suele haber sus escepciones,
que es maniático animal. que hay á veces corazones
que desmienten la nariz;
La nariz de caballete, pero rara vez se engaña
no muy grande y bión formada, por las reglas de esta ciencia
á mujer enamorada uién observa con paciencia
suele siempre denotar; e la punta á la raiz.
mujer que quiere de veras T ío F r a n c isc o
pero un poquito celosa, N ota:—
algo fatua, vanidosa
y amiga de aparentar. Como también aplicable
es al hombre este sistema
Una nariz aguileña, nasas músculos por tema
lijeramente encorvada, otro dia tomaré,
de ventana algo cerrada y sin fijarme en el mió _
y regular dimensión, ni el de Don Calisto el Ñato,
es signo característico he de hacer cada retrato,
de carácter bondadoso como sorviendo rapó.
fidelidad ni esposo
y sensible corazón.

\
TERCERA CARTA DEL INDIO JESÚS Por no contradecir á un cajetilla, que
ahora se ha hecho mi compañero, me
Á SU CHINA NICANORA largué hace cinco días, hasta el famoso
Güenos Aires, y te voy á contar mi
Vieja de mi alma: china, tuíto lo que me aconteció en el
Aunque sos muy remolona, y no te endemoniado viaje.
dinás siquiera enderezarme cuatro le­ Nos'juimos en un botecito, hasta un
tras, para consuelo de tu Indio, y gran galpón que estaba boyando en el
cumplir con las reglas de la enducacion, agua, y que tenia mas ventanitas y
te enderezo este lercer viajecito, pa­ firuletes, que la Iglesia Cratedal.
ra que véas que no tengo resenti­ Yo subí con un julepaso, de no te
mientos., y para que te cerciores, que muevas, y prendido de la chapona de
por mas que me relinchen las potran­ mi compañero, para por la dudas co­
cas de estos pagos, ninguna me hace rrer la mala suerte juntos.
parar el rabo, mas que vos, que fuis- El compañero se reiba de verme tan
tes mi Nicanora, la que me plantó en enjabonao, y me dijo, con un tonito
el corazón la marca del verdadero ca­ chichón, «que parecía del otro lao de
riño. la línea por lo valiente! »
Es al cuete mi chinal cuando el amor Medio me resintió la comparanza,
hace cueva en un hombre, escarva pior y traté de serenarme para que no se
que peludo y hace cueva muy hondal cersiorára de que no iba desencami­
Yo, por donde quiera que voy, siem­ nada su sospecha.
pre te tengo presente, y hasta en los Entramos al galpón, mejor dicho á
momentos mas peligrosos de mi vi­ la casa, porque te prevengo que ha­
da..........; te juro, mi vieja, que te veo bía mas lujo que en cualquier fonda
como quien ve las estrellas 1 de Montevideo, y ya medio me serené
No vayas á creer que es cebo que te del todo, al ver que había adentro por­
doy, para que tragues la carnada, es ción de hombres, mujeres y hasta cria­
purito amor lo que siento, y en cuantito turas; todos con caras muy alegres,
estos canallas de jueces, me hayan re­ señal segura de que no había ningún
solvido mi pleito, me largo para esos peligro.
pagos y me acollaro en seguidita con el En eso empezó á sonar, como un ruido
mamador del matrimonio. de cadenas, y la casa á dar güeltas sin
Mientras tanto, y para que no te me ton ni son.—Vieras mi vieja qué cosa
pongas como sardina , pensando en lo rara; todas las cosas se movían, todo
que no se debe, te voy mandando estas bailaba al redor como un "trompo, y yo
cartitas, con la historia de mi vida, por­ empezaba á sentir unas cosquillitas por
que sé que quien bien quiere, se con­ el ombligo, como si me soplaran por
forma con el olor, cuando no hay otra una bombilla, y me aseguré de una es­
cosa. calera toda aferrada de bronce, por lo
Por consejo de un amigo, te remito que podía contingere, como decía un
ese cartoncito, que lleva mi figura y que inglés cazador de peludos y muy apar­
un gringo muy charlatán, por solo 5 cero mió.
realotes, me lo pintó entre una caja, En eso, por una bocina más gruesa
con un tubo y una manta negra, en me­ que tronco de ombú, empezaron á salir
nos de dos minutos. unos mujidos como de toro empacao y
Yo no sé como se las compondría, lo un humaso negro, como de incendio de
cierto fué, que antes que yo pestañeara, pura leña verdiona.
me dijo el gringo: Ya está! Y ya estuvo Yo temblaba, como varita de sarandí,
no mas! y no te creas que se conformó y me prendía de la escalera,como garra­
con darme uno solo; á los tres días se pata hambrienta, sin poder aliviármelas
me descolgó con una docena de figuri­ cosquillitas del ombligo que cada vez se
tas iguales. me hacían más j iertes.
Le estoy haciendo la cama al gringo, Mi compañero, taivez conociéndome
á ver si me saca una cópia tuya, con solo el julepe, me dijo amigablemente, va­
mis esplicaciones, y has de salir igua- mos, Jesús, á nuestro camarote, y de
lita, porque te aseguro que te llevo bien aqui un ratito, cuando se le haya pa-
presente, mi Nicanora querida. sao el sustazo, iremos á llenar la pan­
za y á entonar el espíritu.
Ansi lo hice, y prendido del brazo de o lindo, el potro llamado «Saturno», al
mi compañero,y dando cada tambaliada estremo que me empezaron á venir otra
como si deventas estuviera muy ma- güelta las cosquillas al ombligo.
mao, enderezamos á un cuartito; en A lo mejor de la cena, que te ase­
que había dos camas, una encimaMe guro era macanuda, una señora muy
la otra. 5 orda, que se me había sentao juntito
¡Qué cosa bárbara, mi viejal ¡Tuito en la mesa, me comienza á meniar
se movía en la pieza, hasta un can- codo y á decirme como en secreto que
delero suspendido de unos tornillos, estaba almareada.
bailaba un pericón sin darse cuenta. Yo al principio no cosié bien la cosa,
Medio reflexioné la cosa, y me y crei que la mujer me enoiduba con
dije pa mis adentros: «aura ya cai de otras intenciones; cuando redepente,
misto y es al cuete que me asuste, me suelta en mi misma cara, una vo-
¡valor y serenidadl pa probarle á los canada de comida, que cuasi me deja
estrangis que no he de ser el mas ciego.
julepiao.» Ah cochina! le retruqué endinado al
Y después de descansar un ratito le ver que me había chorriao todo mi tra-
dije resueltamente á mi compañero, jecito de cristianar, y pegué un salto
que quería visitar la casa, pa conocer atrás, como para atajarme de otro viaje.
el terreno y poderte contar, mi china, En el salto jul á tropezar con un
en que barrios me había metido. sirviente que tráiba una pila de platos,
El compañero accedió y después de y con la juerza del culataso se los
calarse un gorrito con orejeras, y de desparramé tuititos por el suelo, en­
abotonarse el paletó, salió del cuartito suciándolos á unos cuantos viajadores,
medio tambaleando, y yo atrás de él y entre ellos áun viejo calveta, que le
ya menos mamao y con menos julepe. acertó un plato de tallarines á la ita­
Lo primero que me mostró fué un liana, en el mismito centro de la bocha.
saloncito que á la fija era el comedero, Con el gómitode la gorda, el sustazo
porque había mucho servicio de platos producido por el ruido de los platos, las
y botellas, todas en fila y con ramitos protestas del pelao que ehorriaba mojito
de flores y servilletas. por tuitas partes, y los corcobos del
Bajamos por una escalerita y nos barco, que cada vez se hacían más fiera-
colamos en otro salón, lleno de ban­ zos, se armó un bochinche del diablo!
cos de tercio pelo y hasta con un pia­ Cuasi todos, no sé si por envidia ó por
no fuerte, según me dijo mi compa­ susto, empezaron á imitar á la gorda, y
ñero. te aseguro que por mucho que hubieran
De ahí enderezamos con rumbo al engullido, mas le degolvieron al dueño
Norte, y asómbrate mi vieja! juiinos á de la fonda.
ver la maquinaria, que según me espli- Mi amigo se me acollaró del brazo,
caron, era lo que hacía que la casa ca­ y me dijo con una cara burlona, vamos
minara por arriba de las aguas. paisano á volvernos á nuestro cuarto!
¡Qué de fierros y rueditasl ¡Y algunas Eucjirne.
mi vieja, del tamaño de un ranchol (Concluirá)
En el medio de aquel laberinto de cosas,
andaban dos naciones atizándole carbón
pa que ardiera una fogata que estaba
calentando las ruedas y los fiei rb os. TODO TIERRA
Después seguimos visitando la casa y
subiendo y bajando escalentas, que ya Con la mayor devoción
me tenían las piernas como con calam­ y en la actitud mas sumisa
bres. Redepente suena un cencerro* y estaba un santo varón
me dice mi compañero: vamos á la mesa oyendo la santa misa:
que tocan á churrasquiar. Nos juimos, á todos ejemplo daba
y nos sentamos en el salón de los rami­ su penitente apostura,
tos, y empezamos á meniarle diente, con y los ojos no apartaba
tantas ganas, que empecé á desconfiar de !a corona del cura;
que se me había juido el cerote! ni aquelrum-rum de colmena
Puco ú po~o empezaba á corcobiar de que flotaba en el santuario
distraía su alma, llena ESI B aile a e l V
de fervor extraordinario.
De sus culpas el perdón t
seguramente implorando, Desde el siete, que bailó
se heria sin compasión En casa de ña Toribia
el pecho de vez en cuando, El dolor no se me alivia
diciendo el modo especial De una canilla y un pié.
de darse golpes de pecho, También ¡cómo zapatié
que estaba el pecho del tal Meneando las de bailar!
á prueba de golpes hecho. No me debo de quejar,
Nadie se fijaba en él, Porque la culpa fué mia,
pero viéndole un momento Bailando nada sentía,
mudo, inmóvil, en aquel La cosa fué al acabar.
extático arrobamiento, 2
fuése mentira ó verdad,
devoción ó hipocresía, Vi á un musiquero tristón
lo cierto es que parecía Y por calmar su disgusto
la estátu'a de la humildad. Yo le dije: hágame el gusto
Y emprésteme el acordión.
#** Toqué piezas un porción
Y pericones un ciento,
Ni muestras daba aquel santo Pero después ¡qué te cuento!
de rendirse á tal suplicio, Que tuve que descansar
que se prolongaba tanto Por no poder soportar
como eJ santo sacrificio, El peso del estrumento.
cuando hete que; entrando aprisa
sin notarlo el viejo aquel, 3
otra vieja, á oir la misa A un paisanito visojo
se puso delante de él: Con cara de teru-tero
Y el viejo, á quien no estorbaba Pusieron de bastonero
de la vieja la estatura, Y me andaba echando el ojo,
absorto siempre clavaba Era medio pati-cojo
sus miradas en el cura, Pues andaba átrompezones
Así siguió la pareja, Me pegó cien pisotones
gran rato con devoción, Mientras bailaba conmigo;
en su rosario la vieja Era un bagual ¡pucha digo!
y el viejo en muda abstracción; De atarlo á los carretones.
quietos, en igual postura, 4
y en el cura la mirada, Lo que me vido sentada
hasta que al fin dice el cura Se vino derecho al bulto
que la misa está acabada, Y dijo; ya no le oculto
Quieta la vieja siguió, La pasión que aquí hay guardada;
y, sólo en aquel momento, Y con la mano plantada
el santo viejo volvió Encima del corazón
del místico arrobamiento; Me miró con intención
y cual su fé le aconseja, Y me dijo en voz muy baja:
queriendo el suelo besar, ¡Quién pudiera hacerse paja
tocó en el hombro á la vieja Y servirle de colchón!
porque le hiciera lugar. 5
Y ella, volviéndose, fiera
y á no ceder decidida, No atropelle la tranquera
viendo de aquella manera Que puede pisar los polios,
su oración interrumpida, Despacio, guarde esos rollos
replicóle al vieje así, Por si halla alguna soltera,
mostrándole el saleo honor, Le dije: pues mi tapera
—Puede usted besar aquí, La tengo pa usté cerrada,
que iodo és tierra, señor! Está suelta la perrada,
Son bravos los cimarrones
J u a n O se s. Y cebaos con los garrones
De gente mal educada.
O chas las lectoras del Fogón en las ciu­
En ancas mi capataz dades y pueblos principales de los de­
Me vigila mucho el monte, partamentos de campaña.
Y aunque usté tanto se apronte Debo, pues, saludar á todas ellas, con
Es un hombre muy capaz la mayor atención y fino amor, desde
De montarlo allí no más mi puesto de gefe (sin sueldo) de la
Y clavarle alguna espuela, sección Charamuscas.
Y si acaso el facón pela ¿Y como debo hacerlo para contentar
Y se lo llega á clavar á tanta rubia y morocha de aquellos
Amigo, lo va á dejar deliciosos pagos?.......
Como pavilo de vela. Improvisando unos versitos, al com­
pás de los quejidos amorosos de mi
7 inseparable compañera la guitarra.
Yo con tantas amenazas Oido muchachas:
Comadre, lo convencí, Son toditas las criollas
Yf muy tranquila me fui de la campaña,
A descansar á mi casa. flores de la preciosa
Si pa el ocho se me pasa flora Uruguaya.
El dolor de la canilla Todas abren sus cálices
Verá usté que maravilla, por la mañana,
Bailo una polka saltona, y de tarde yde noche
Una danza comadrona, iay! embalsaman.
Un chotis y una cuadrilla. ¡Que vivan las morochas,
rubias y blancas,
A lon d ra. ' que del Fogón reciben
las llamaradas,
CHARAMUSCAS y si ajguna se queda
cháramusquiada,
mando yo que le apliquen
un jarro de agua.
Sujeto el pingo de mis correrías amo­ ***
rosas, junto al Fogón del renombrado
don Calisto, y—cori el chamberguito en Me cayó en suerte, noches pasadas, el
la mano y una flor de pajarito, no ya entrar de coladera á un bailecito rigula-
atrás de la oreja sino en el ojal de mi ron, que con motivo de un bautismo, se
saquito semicriollo—doy los giienos dias daba en el alegre barrio del Reducto.
á las amables lectoras del periódico do­ Cerca de veinte parejas de puro crio-
minguero, donde comienzo á charamus- llaje á la moderna, se sarandeaban á son
quiar. de camalote en la estensa sala, adornada
No traigo programa alguno en las ma­ con banderitas orientales, coronas de
letas, porque no soy comediante, ni si­ carnaval y papelitos de colores.
quiera candidato para teniente alcalde. Cuatro guitarreros de recibo, un violi­
En cambio, traigo un rebenquito espe­ nista de alquiler, y un mandolino, daban
cial, tan suave, que apenas hace cosqui­ movimiento y alegría á la flesta nacional.
llas cuando lo dejo caer sobre el lomo de El mate diilce y cimarrón corría entre
los enemigos del americanismo. las almidonadas madres de familia y en­
Por lo demás, las muchachas y tam­ tre los viejos; el guindao con clavo de
bién las viejas del hermoso suelo uru­ olor, el licor de rosa, marca Pajarito, y
guayo, pueden contar conmigo en todo sobre la cama de los padres de la cria­
lo que gusten, teniendo en cuenta que tura, se dejaba ver una bandejita con
soy un moceton bien parecido, que canto, dulces, teniendo al centro, paradito co­
bailo y preludio la de cuerdas con regu­ mo sobre una botija, una especie de pollo
lar maestría y que mi principal objeto en recien nacido hecho de azúcar y puesto
el campo de la prosa estampada, será el allí sin duda alguna, en cuenta de ange­
sostener á raja cincha, las sencillas y lito velador.
honestas costumbres de nuestros bene­ La animación era grande y la mozada
méritos abuelos. seguidora, por lo cual esperaba extre-
Hecha esta declaración, me arreman­ narme con un repuntaje de rechupete
go y dentro á la tarea de rejuntar cha­ capáz de hacer chuparse los dedos al
ramuscas, para desparramarlas en el lector mas descontentadizo del Fogon...
trasfoguero del Fogón Montevideano. El bastonero mandó tocar un valse
*** cuando afinaba el palito para mis apun­
tes; chilló el violin y se quejaron las cla­
Tengo conocimiento de que son mu­ vijas de las guitarras, al mismo tiempo
que la mozada atropellaba á las bailari­ un cariño verdadero,
nas acollarándose del brazete, con la y la que verla prefiero
mayor prontitud. en escombros convertida
Se formó la rueda, y agatitas me die­ antes que verla oprimida
ron tiempo para enfrentarme á una mo­ por un poder extranjero.
rocha con peineta abrillantada y aros
hechura de argolla, que en cuanto me La prenda soy que cantando
echó el ojo tiró con el abanico cuatro de la cuchillita al pié
cortes al aire y se compuso la pollera, alegre siempre se vó
como esperando el envite.
—Conquista segura, dije en seguidita; estilitos modulando
estiré la mano y le acomodé esta consa­ con acento dulce y blando,
bida invitación: á la hora de su llegada,
—Señorita, me.... esa hora tan anhelada,
—Melitona Cardales, para servir á usté, por quien bien sabe querer,
calle Guaviyú, haciendo cruz con la de como quiere la mujer
Abrojales, me contestó la moza. de su gaucho enamorada.
—Tendré presente, y gracias por la
atención; pero le decía si me acompaña
al valsesito. De aquel que en la tardecita,
—En esta, ni valseo ni polquéo, caba­ en mitad del mes de Mayo,
llero. montado en su pingo bayo
—¿No?... que desgracia la rnia; y bajó por la cuchillita;
diga moza, no me acompaña siquiera el paisano más quiebrita
á mazarguiar % que en la vida he conocido
—No señor, y le diré con franqueza mozo pintor, presumido,
el motivo; me encuentro media renga de sus pilchas cuidadoso
del dedo cosquilloso y temo perder el buen ginete y más buen mozo,
compás.
Jesús! y como ha sido eso?.... y de esta china querido.
Fué con la tapa de la tinaja que me
dejó caer en un descuido mi hermanito El que llegó á convertir
y no la pude cuerpiar. mí rancho en nido de amores,
—Pues mire lo que son las cosas, le y en mis noches de dolores
dije á la pobrecita renga, yo cuerpéo supo aliviar mi sufrir, »
hasta al mismo diablo, pero de esta vez el que ligó su existir
no me animo porque he dentrao con á esta pobre paisanita
desgracia y puede que pegue alguna ro­ cuyo corazón palpita
dada si me enriedo en las cuartas.
A g a p ito . por su gaucho solamente,
siendo fiel y consecuente
como es él, á su chinita.
LA CRIOLLA Soy por fin una paisana
A la artista y literata
A quien conocen por Cata.
que libremente retoza,
que solo vive dichosa
Yo soy hija de esta tierra, cuando de tarde y mañana
soy de la raza uruguaya cruza por el campo ufana
cuyo valor no desmaya pisando la verde alfombra;
ni se amiuora en la guerra; la que á cada instante nombra
la que en su memoria encierra su dueño con tierno halago,
las reseñas del fogón, la que cruza por el pago
la que eu más de una ocasión sin encontrar una sombra.
dió alientos al paisanaje ^ Io a d ra .
para pelear con coraje
por su querida nación.
Tengo sangre de un valiente DESPEDIDA
de aquellos que al patrio suelo, Ya la esperanza mía
tras prolongado desvelo marchítase, fenece,
lo hicieron independiente. cual planta que carece
Soy quien por su tierra siente de sávia en su raíz,
y pobre, desvalido, Bernardo Suárez al Presidente de la Co­
y triste y cabizbajo misión encargada de dicho monumento, don
en busca de trabajo Nicanor Amaro.
me voy de mi país. El monumento será como sigue: sobre la
meseta natural se construirá una artificial
Mis ay es son sentidos, de 1 metro 50 de altura, de piedra saliente
más nadie me consuela, á imitación de las estaciones de los ferrocar­
por eso mi alma anhela riles, de una circunferencia de 30 metros; al
al extranjero huir; centro un pedestal de 3 metros, de piedra
huir lejos, sí muy lejos azul del país y sobre él un monolito de gra­
mientras la suerte cruente, nito punzó de 10 metros de altura, teniendo
mis males acrecienta, -y éste el nombre de «Artigas» en letras de
aumenta mi sufrir. relieve en la parte que mira al Uruguay.
Hoy pago las locuras La meseta so encontrará circundada por
que cometí de mozo, pilares de fierro unidos por cadenas hasta
hoy pierdo mi reposo, llegar á la parte del frente donde se troncha­
mi dicha fué ilusión, rán junto á un pilar de bronce sosteniendo
sin comprender entóneos un fuego fatuo, representado por mármol
que es peligroso juego del país, y al pié el nombre de Artigas.
jugar con ese fuego La alegoría es la siguiente:
pues quema el corazón. La meseta artificial representa la Repú­
blica Oriental, sola, aislada luchando por su
Si yo brotar sintiera independencia; las cadenas, la [opresión; el
la inspiración sublime, fuego fátuo la antorcha del patriotismo que
cantara como gime ha roto las cadenas de la opresión y aparece
opreso el corazón; el nombre de su salvador, Artigas.
pero cantar no puedo, Ese monumento y el que se erejirá en
pues rota está mi lira, una de las plazas de San José, serán las
mi musa no se inspira, primeras páginas consagradas á perpetuar
agóbiame el dolor. en el país la leyenda patria, cuyos pri­
meros capítulos escribió el inmortal Ar­
Adiós, Montevideo, tigas con su espada.
adiós, mis afecciones, Para los habitantes de nuestra campaña,
las gratas ilusiones para los hombres que ganan la subsisten­
con que soñé vivir; cia en la ruda labor de los campos, para
adiós mis esperanzas, los orientales de poncho y de bombachas,
adiós mi desvaneo, á quienes se llama gauchos, serán un tim­
qnedarme es mi deseo, bre de honor esos dos monumentos le­
¡ y teugo que partir ! vantados por su esfuerzo colectivo y su pa­
Adiós, por fin á todos triotismo, mientras que en la capital de
aquellos, que sou pocos, la república se pospone la gloria incom­
que no me juzgan loco parable de Artigas, al recuerdo de otros
y creen en mi dolor; proceres que, por muy meritorios y pa­
adiós ! .. .decir no puedo triotas que hayan sido, no alcanzan otro
lo que decir quisiera. lugar en la historia de nuestra indepen­
El barco ya me espera dencia que el de simples satélites de aquel
¡ Adiós mi patria !, adiós ! gran astro de la patria oriental.
M a m b o retá
Montevideo, Abril 19 1896.
+
Ahi van esos firuletes como muestra
de que sé preludiar en cualquier tono:
COSAS CRIOLLAS Viudas pobres que hoy en día
se alimentan de pensiones,
El monumento que tratan de erigir los andan como los ratones
salteños á la memoria del general don José que llaman de sacristía,
G. Artigas, en la meseta de su nombre, con la barriga vacía
sobre la margen del Uruguay, será cons­ y ia« piernas muy pesadas
truido conformo ul plano que donó don porque ya están muy pasadas,
de tanta dieta y sufrir; las cadenas del esclavo;
y bien se puede decir y fué al ñudo porque al cabo
que esas son viudas peladas. la esclavitud aun existe;
es esclavo á quien se viste
Las viudas privilegiadas con el truje del cuartel
por sus muchas relaciones, y á quien, por mandato cruel
que gozan grandes pe piones se azota si se resiste.
ó magnificas mesadas; Siguen cayendo al Fogón.
esas bien aventuradas El sonido de las guitarras y las voces
que tienen buenas ayudas, de los cantores que se reúnen al calor-
sin que hayan sido mas rudás cito del fuego, llaman de cuando en cuan­
do la atención de los criollos, que sujetan
las faenas de sus maridos; el pingo frente al rancho y se apean sin
esas son. antes lo han sido cumplimidmos para oir el concierto y
y serán siempre peludas. pedir, si se ofrece, bolada de aficionados.
Entre esos criollos voluntarios que

Esto va como recuerdo de la últi­ han caldo en estos dias, se cuentan tres
ma arreada que so hizo en Santa Lu­ que ttemplan regularmente y cántan y
cia por el teniente Paella, que probable­ prosean con bastante afición y buen
mente será quien pague el pato aunque estilo: - Los paisanos don Remo, Rossi
no tenga la culpa. y Marín, autores respectivamente de
Se hará bien el amasijo para que re­ «Un duelo criollo,» y «Mi gaucha» pu­
sulte un Pan de recibo, aunque por su blicados en el número anterior, y «En
calidad no sea criollo, y los pobres pai­ Palermo» que publicamos hoy.
sanos á quienes cazó la leva, darán gra­ Los tres nos gustan de veras, porque
cias á Dios de que por esta vez les ha­ nos parecen de buena pinta y buen re­
yan abierto la jaula sin cortapies el co­ suello. Quizás les falto la práctica que
pete y sin hacerles saber por esperíencia adquiere el payador en las lides del con­
lo que son eejaderas. trapunto, ó la afinación de oido de los
Siempre lo mismo, paisanos, viejos guitarreros, pero en el camino es
hacen la ley tapadora donde se hacen los bueyes y no hay que
y tratan á los de afuera aflojar manija porque la rueda de la car­
reta caiga en alguna zanja.
como á negros africanos. ¡Adelante, compañeros! que la puerta
Los ganchos son ciudadanos de nuestro rancho siempre está abierta
lo mismo que los puebleros, para criollos como ustedes, y no nos fal­
ni unos ni otros tienen fueros, ta agasajo para corresponder á sus fi­
iguales por Ja ley son, nezas.
mas la ley es el mandón
y los rurales, carneros. ©
Los mocitos de la Universidad, que
Mientras gritan libertad por lo general son el diablo, pero que á
los atan codo con codo, veces también hacen sus cosas buenas,
y amarrados de ese modo han dado áluz un nuevo periódico se­
los llevan á la ciudad; manal titulado Los Debates.
que eso es una iniquidad Sus redactores son los crioHitos Ja-
ya lo saben de memoria; cobo D. Varela, Juan C. Blanco Acevedo,
pero entre lodo y escoria Carlos Pratt y Baldomcro Cuenca.
pisan la Constitución, Cuatro mozos de apelativos macanu­
pegan palo á discreción dos, que bastan para asegurar que de­
y aquí paz y después gloria. ben escribir lindo, por aquello de que el
hijo de tigre tiene que salir overo.
«Admi nistración, trabal o» Y en ancas, como para que no falte
es el lema del que manda, nada, hay hasta un Pratt entre ellos, con
y del que tanda tras tanda lo cual está garantido que no ensucia­
se arrea sin desparpajo. rán á nadie, pues es ya casi tan viejo
Cuando un gaucho pega un tajo como andar á pié el saber que el agua
va á la cárcel por -pelea, Pratt es el mejor limpia-manchas hasta
y en el cuartel se apalea ahora conocido.
sin que nadie diga nada, Agradecemos muy mucho el recuerdo
que esa es la igualdad mentada que los jóvenes estudiantes han hecho
de la ley que nos rodea. de E l F ogón, enviándole sus Debates, y
tendremos mucho gusto en retribuirles
Fué al ñudo que tanto bravo su fineza, y ofrecerles un mate cebado
desde los tiempos de Artigas por la chinita que suele calentar agua
trozara con sus fatigas para obsequiar los amigos.

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