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j^R IM ER -pE R IO D IC O p R IO L L O

D IR E C T O R
ALGIDES DE-MARÍA
T COLABORADORES: VARIOS AVENTAJADOS LITERATOS ÏNACIOKALES J
Administrador: ENRIQUE DE-MARIA
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Sale a \lu s todos los {Dom ingos
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Número s u e lto ..................... 16 «
» atrasado . . . . 20 «
y otras publicaciones convencional.
tor de bombachas y farol (á sigun las cir
cuastaacias) que és, sin desmejorar lo pre­
sente, el alma de ese cuerpo, precisamente
porque es hombre capaz de hacer esas
metamorfosis.
Unaautoridá criolla que se charquiara
por pegar un galope de unas leguas, que se
Sno I—— Montevideo, Febrero 16 de 1896 g enredara en el poncho y no supiera caminar
con espuelas, seria cosa de reirse;—como un
SUMARIO DEL. NUMERO 2 4 -L a fiesta
del Domingo pasado.—Trilla pueblera.—El maestro de escuela que quisiera enseñar á
Campo.—Recuerdos del carnaval del 73.—De
m ercachifle.—El hombre y su gato.—Cantos leer sin saber la cartilla.
de Alondra.—Cosas criollas. Pero el petizo que regentea La Criolla,
sabe donde le aprietan las botas; no es de
LA FIESTA DEL DOMINSQ PASADO aquellos que montan á lo lechero y se dejan
bolear con boleadoras de carne cuando es­
Estamos en Maroñas, en la quinta del tán sobre el pingo; ni de los que se encojen
simpático Risso; como ustedes lo oyen; que delante de la gente cuando tienen que tem­
hay hombres muy simpáticos por mas feos plar prima arriba para cantar en términos
que parezcan, como hay otros muy lindos cajetillas.
con algo de repulsivo. Es comohecho de encargue para regentear
Eso no quiere decir que sea tan feo el de gaucho y de pueblero, y por eso lo siguen
dueño de la quinta ni que no haya bonitos los criollos tomándolo de señuelo.
que sean á la vez simpáticos, como sucede La fiesta no era de la magnitud de otras
con el Comelídante don Pancho, que tiene que se han realizado en el mismo local con
perfil de Venus (en Cuaresma) y fuerza de asistencia de numerosas familias que, como
atractivo capaz de arrastrar las simpatías es natural, las realzaban con el atractivo
populares como arrastra su latón en dias de que presta la muger á esas reuniones de
servicio. campo, verdaderas espansiones de la vida.
Estamos, pues, en Maroñas, donde tiene Se trataba de una reunión de criollos, sin
su cuartel general «La Criolla» al mando asistencia de ganado rabón ni de agregados
de su no menos simpático Presidente, el doc- de arriba (salvo alguna invitación especial
como la nuestra, que mucho agradecemos) hermano gemelo del presidente de I„aCrio­
y á pesar de que el aia no se mostró muy lla, y el viejo Calisto el Ñato, entraron en
católico, como suela decirse, la concurren­ la penca que se corrió en el galpón antes de
cia fue regular y no faltó animación en los la sortija;—
fogones ni en la fiesta.
Los churrascos y los con cuero, los pu­ TRILLA PUEBLERA
cheros y los pasteles, y el cimarrón de or­
denanza, fueron como de costumbre los que Se le antojó á la casualidá. que yo ca­
llenaron la primera parte del programa. yese al pueblo el dia de un gran baile, con-
Terminado el almuerzo, los mas madru­ certao en casa de mi patrón. Aunque te­
gadores tendieron las coronas y los ponchos nia apuro por volverme á mi pago,o,
á la sombra de la arboleda para echar una comprendí que era una chambonada des­
siesta, mientras los otros se entretenían en perdiciar- aquella ocasión pá ver una fiesta
truquiar por cigarros ó en partidos de taba, de puebleros; y alegando el compromiso de
pero de esa que se acostumbra jugar en el esperar al maneo Perez, que se me habia
fogon y sin güesito. destrabiao campiando el paradero de un
Continuando el programa, hubo gran precurador ñandú, senté el garrón y me
partido al tejo, en que lucieron su habilidad acomodé por la cocina, pastoriando la
los criollos de mejor pulso y mejor ojo, llegada de los envitaos y el prencipio del
y en seguida ya mandó el Comendante que bailo.
Mucho barullo en tuitos los cuartos,
se tocara llamada para reunir al criollaje arrempujando los armarios y haciendo
en el morrudo galpón donde se para rodeo cabrestiar las camas, pá que la gente no
para presenciar las pencas que corren los se lunanquiase á trompezones. Las mo-,
payadores. zas de la casa, con aperos de trabajo, re­
Cayeron todos al baile, y cada uno de fregaban las chafalonías apiladas encima
los que ocupaban el tablao de la testera, de algunos-armazones, lapionadale aco­
despuntó el vicio á su gusto con algo del modaba juerte alas muñecas pá espan­
agrado del criollaje, que aplaudia al uso de tar el telerio de arañas y dejar relumbro­
los puebleros. sas las vidrieras, y eri el último patio
Comonovedá en la fiesta hubo gran can­ retumbaban los balidos del borregaje, en-
chiquerao dende temprano pá que no
chada á sable entre dos oficiales que se juese con sus travesuras á desarreglar
sacudieron de lo lindo, mano á mano y sin los acomodos que estuviesen concluidos
sacarse ventaja. y remataos.
Realizada esa otra parte del programa Ansinajué disparando el tiempo, y ya
volvió á tocarse llamada para terminar la el sol se habia resbalao lo bastante pa
fiesta con una corrida de sortija. que no se le viese mas que la punta de
Los criollos ensillaron sus pingos y co­ la cola, cuando se dió la orden de re­
menzaron á caer al camino ganosos de una puntar la cena pa ajuera de Ja cocina.
ensartada. Reclaro que le tomé mal olor al asunto,
porque hasta ese momento no habia
El presidente repartió los palillos, numeró amostrao la figura ninguno de los con­
los corredores para que entraran por turno, vidaos. Se churrasquió, pasó un gran
y mandó que avanzaran al trote hasta la rato y .. .naidesllegaba. Se jueron encen­
altura en que debían hacer alto para empe­ diendo las luminarias y ensillándose los
zar la corrida. de la .familia.. .y el mesmo rodeo. Me
Todo estaba ya listo; los fletes escarcea­ puse á pensar que esa vez el patrón se
ban como impacientes, y los mozos echaban iba á topar con un desaire bagual y que
la vista al arco de que pendía la sortija, co­ solo podría desquitarse bailando conmi­
mo calculando la alturaá que debían levan­ go ó con la negra cocinera; y cavilando
sobre las inconvenencias de preparar el
tar el brazo para ensartarla. camino pa que otros corran la carrerra,
Suena la señal de partida, y .. .ensegui­ me tiré arriba de una silla grandota, de
da.. .desbande general! Un copioso aguace­ esas pa sentarse cuatro al mesmo tiempo,
ro con que los'corredores no contaban, y que estaba arrinconada en el fondo por
que por esa razón me los agarró sin poncho, mal pelechada, y allí quedé sin conoci­
apresuró la corrida que se hizo en peloto­ miento y á los bufidos, un güen pedazo
nes en lugar de por turnos. de horas.
Van en seguida La Trilla pueblera, que Yo la empecé á correr como de tiro
es cosa de rechupete, y la versada El Cam­ largo, pero un nación de los conchabaos
po, composiciones con que Florencio Pintos, me palmotió por el encuentro y me dijo
que enderezase los caracuces, porque ya
estaba dentrando la gente de la riunión. con pescueceos pá adelante y pá atrás,
Sin retrucarle le hice el gusto, y con tran­ como amaconcitos de terutero.
quilo de matrero desconfían, me juí arri­ Tres ó cuatro ocasiones bailaron unas
mando al cuarto prencipal de la pobla­ cuadrillas medias raras, con algún entre­
ción, que era el destinao pá hacer la vero de nacional. Aunque no tenían ni un
trilla. toquito de rilación, á mi se me antojó que
¡Cuasi me almareo!.......... vidc tanta aquello podría ser el pericón uropeo, muy
cosa rara que se me afiguró estar entua- mal sancochao por los fabricantes de per­
via en la silla de á cuatro. ¡Qué vistua- dices.
rios!----las mozas amostraban los bra­ Allá, bastante cerquita de las cansadas,
zos hasta el sobaco y como media suerte rodó el anuncio de que se iba á pasar á
de pechuga. No quise preguntar el mo­ la trastienda, pá darle trabajo al caño de
tivo pá que no me tomasen por curioso, tragar. Naide se equivocó de camino y,
> pero comprendí que como esos uniformes como ganao conocedor de las sendas
deben ser caros, solo han de agenciar que van al rodeo, tuito el genterio agarró
uno á los trece ó quince años, y__ es dcrechito pa el cuarto, ande estaban
claro__ lo que echan cuerpo, ya no les amontonadas las masas de la coníituria y
alcanza inas que pá la media res de abajo. las botellas con bebida. Al rato nomás,
En cuanto á los varones, parece que se aquello era un hormiguero de cristianos,
hablan pasao la palabra pá visturiarse revolviéndose alborotao entre cumpli­
ccn pilchas igualitas como los soldaos de mientos y mascadas. Algunos de los en­
la Urbana. Pantalón escuro, chaleco ra­ vitaos se terciaron un trapo al hombro y
bón y una chaqueta desprendida, con dos encomenzaron á sacar de tiro los tapo­
colgajos en la cintura, que cáíban tapan­ nes. ¡Ahi se vido la gorda!... ¡vaya una
do mita el anca. Tuzos de diferentes la­ gente de tragadero refaloso, tanto pá lo
yas— con copete, de cogotilio, do me­ einbotellao como pá lo macizo!...
dia caña y á lo yegua. Vide algunos —Ché, le decía uno á un compañero,
con sombrero de aplastar y de desdoblar, pegale á estos pastelitos de costras, que
como esos juguetes que venden en las son rigularones. Yo ya he zampao en la
pulperías pá asustarlos muchachos. An­ maleta como cuatro pares de docenas.
daban con el abollao en la mano y no lo —Gracias, le respondía el otro. La es­
largaban ni pá rascarse. Carculé que de- toy jugando firme con el changüí. Ya sa-
juramente se habrían quedao á pié mas bés que se me ha enfermao el estómago y
de una ocasión y que, recelosos de chu­ tengo que rellenarlo con una sola fatura
par otro sogazo, no querían apartarse, ni pá que no estrañe. Como tres arrobas he
un canto de gallo, de la cordiona. despachad pá abajo, pero se me hace que
Tanto los mozos como las muchachas ricién la carreta se encuentra á media
estaban salpicaos con aguas de güen je- carga.
dor, y llevaban los dedos escondidos en Y esas atropelladas se remojaban á ca­
vainas acollaradas, resultando como quien da rato con licores de diferentes pelos. Al
dice, retobaos de las cuatro patas. que mas se le prendían, menudiando los
Dispues de muchos escarceos pa ade­ viajes, era á uno que al destapar las bote­
lante y pa los cosíaos, se jueron arreglan­ llas zumbaban los tapones como balazos,
do las yuntas y encomenzó el baile, con y que al vaciarlo en las copas juntaba ar­
música de órgano sin manija, de esos riba una cosa blanca como espumita de
que suenan apretándoles, á salto de chin­ jabón. Me afijé bien y vide claro que se
gólo, un güeserio overo negro. trataba de limonada grasiosa,
Pá mi gusto, tuito se bailaba con el Las mujeres empezaron á desgranarse
mesmo trote, un andar de zorrillo asustao y los mozos cargaron de frente. Deje me­
que va rumbiando á la cueva. La polka ter muelas y sacudir garganta pá que, en
. era melliza con la danza, y la mazurka un abrir y cerrar de boca, la mesa queda­
no se separaba una escupida de la fa­ se trasquilada á punta de tijera.
milia. Se aprovechaba cualquier pieza Dispués__ no sé lo que sucedió. De
como momento conviniente pa fajarle ta­ tanto mirar se me había rejuntao como
lón á la sin güeso, dejando la faina de los una cuarta de saliva y, ganándole el lao
pieses en el pastoreo del olvido. de montar á un cajetilla, le dije:
¡Que mozada conversadora! De que —A ver, aparcero, sírvame de algo que
tabiaban, no sé; pero el proserío era un aura nos toca á los de la casa.
arroyo sin pasos. ¡Y como son los enga­ El hombre, tal vez ñublao con la limo­
ños! Mas de uno filié por la estampa pá que nada, se puso arisco y le dió parte al pa­
juesc pariente de Sonsalez, pero ansina trón que, con cara de empacao, me man­
que se enfrentaban con las mozas, era dó á fabricar ronquidos.
otro la güelta. Pura boca estaquiada de Supe al otro dia los motivos de la riso-
oreja á oreja y dele cotorriar á lo ladino lueión. Yo, de gaucho bruto, liabia con-
fundido al hijo de un menistro con los donde la esposa es rosal
piones traídos de la confituría pá cuidar y cada hijo un pimpollo;
del despacho. Como tuitos andaban con donde en pleno desarollo
aperos iguales, se me afiguró qne debie­ naturaleza se ostenta,
ran ser de la mesma marca. donde ruje la tormenta
Florencio Pintos. con mas intenso vigor
y es mas diáfano el color
EL CAMPO déla nube cenicienta.
Es el rancho donde abriga
Es la estación del estío, á sus hijos y á su esposa,
el campo hermoso verdea el pobre rancho, la choza
y el sol como inmensa téa que levantó su fatiga,
lo adorna con su atavío; y en donde su mano amiga
no hay nubes en el vacío, tiende al que pide hospedaje,
todo es espacio azulado que en el agreste paraje
y en el llano dilatado, donde un rancho se levanta,
dando al cuadro animación, la hospitalidad es tanta
en confusa profusión como es hermoso el paisaje.
se desparrama el ganado. Allí es dónde el gaucho encierra
A Veces, como una queja el porvenir y el pasado,
ó una voz que va rodando, donde cuida su ganado
suena un relincho, llamando y donde labra la tierra;
la tropilla que se aleja; donde sus hechos de guerra
el balido de la oveja recuerda con emoción;
que va tras de la 'majada; donde entona su canción
de la vaca encariñada con que sus ocios recréa;
el mugido plañidero donde el mate saboréa
con que lo llama al ternero á la orilla del fogon.
á través de la cañada. Donde tiene su ramada,
Mas lejos, sobre la loma, su palenque y su corral;
donde mas brilla la luz, donde crece el totoral
se divisa al avestruz y la selva enmarañada;
que entre las matas asoma; donde de la madrugada
en el árbol la paloma hasta casi la oración,
alza su arrullo amoroso, en su rancho de terrón,
y en prolongado retozo, en el campo ó el arroyo
entre cabriolas sin fin siempre se encuentra al criollo
sacude el potro la crin trabajando con tesón.
ágil, alegre y fogoso.
De cuando en cuando se siente Y en la labor de esa vida
del toro arisco el bramido, tiene la dicha que anhela;
y cual monótono ruido solo le falta la escuela
el gemir de la corriente par a tenerla cumplida;
que, como inmensa serpiente la escuela donde se anida
ae bruñida y blanca escama, el porvenir del paisano,
se desliza entre la rama de ese tipo soberano
del sarandi de la orilla, de raza altiva y bravia,
sobre la verde gramilla de que surgirá algún dia
ó sobre alfombra de grama. nuestro gaucho-ciudadano.
Entre ese Edén de hermosura, Compañeros! el caudillo
como ascendiendo á la meta, en las Piedras vencedor,
se divisa la carreta el que mas timbre de honor
que va ganando la altura; le dió á la patria y mas brillo;
y allá, junto á la espesura el que anillo por anillo
de algún árbol corpulento, rompió cadenas de acero,
el pequeño monumento el abnegado guerrero
donde el gaucho feliz mora, de la patria centinela,
con su techo de totora para esos ranchos-escuela
y paredes sin cimiento. nos dejó escrito un letrero.
Es el hogar del criollo, Es el lema de esperanza
su jardín primaveral que hoy ostentan por doquiera
los que enastan la bandera y otras también que cruzaban
de la Liga de Enseñanza. del bracete y en carrozas.
Feliz si esa Liga alcanza Yo al ver esto, aunque soy rudo
queden frutos sus simientes, decía pa mi entender,
y que pongan álos frentes qué pu.. .cha, no puede ser
de esas escuelas rurales: que haiga tanto corajudo!...
«Que sean los orientales pero otra vez luego al ñudo
ilustrados y valientes». comenzaba á desconfiar
A esa obra hay que propender viendo las hembras cruzar
porque es obra meritoria; con sus vestidos mas nuevos,
nuestro futuro de gloria sin mirar si traiban güevos
de riqueza y de poder. los que andaban por jugar.
Será el nuevo amanecer Todo eso, amigo, me hacia
que anuncie el ave canora andar siempre receloso
cuando se tiñan, á esa hora, poniéndome cosquilloso
nuestros campos dilatados á cada cosa que via;
con los tintes sonrosados ¿si será la polecia,
de tan espléndida aurora. (pensaba yo un redepente)
Febrero 9 de 1896. la que ha enfriao tanto caliente
y embargao tantajeringa,
RECUERDOS conque antes hasta Mandinga
lo dejaban al corriente...?
DEL CARNAVAL DEL 73 Ansí hablando y ya tristón
iba, viendo tal rareza
Relación completa dehabidas
las famosas fiestasmen­y cuando al alzar la cabeza
otras novedades, en el año sentí el mas grande alegrón;
cionado. y fué que de sopetón
POR ANICETO GALLARETA me hallé frente á la nidada
que se hallaba apeñuscada
L a e n tra d a la ciudad al medio delaciudá,
I
é .
para mas comodida,
sin duda, de la mozada.
En un flete parejero, II
colorao y escardador,
revoliando el amador Sintiendo allí el griterío
y echao atrás el sombrero, de la gente de afición
el veintitrés de Febrero fui á sentar el mancarrón
caiba amigo por la Aguada al campo-santo judio...
por ver la fiesta mentada ¡Barbaridá, qué gentío!
del Carnaval de su pago, ¡quéjunción, qué composturas!
que había é ser como el halago ¡qué'de arcos y de figuras
por lo nueva y cacareada. de ay mismito divisé!...
¡si cuasi me desmayé
Como á las dos y un poquito al ver tantas hermosuras!
de la tarde del domingo ¡Qué fiestas de paz, canejo!
medio sofrenando el pingo > ¡qué revistas ni carreras!
dentré al pueblo al trotecito; si todo eso eran zonceras
y aunque ni un solo chorrito con ver aquello mi viejo;
me echaron en la cruzada, allí no hallaba cotejo
con la vista desconfiada ni siquiera pa empezar
y mi poncho bien tendido cuanto hallaba qué mirar
seguí al centro, sorprendido en aquella compostura
de no vér ni una rociada. en que había cada figura
Y hubo aparcero ocasión para hacerme disvariar,
que en deveras desconfiaba L as calles a d o rn a d as
que quizás nos amagaba I
alguna rigolución;
pero era susto al boton Desde el antigüo Mereao
porque miraba á las mozas hasta la plaza Cagancha,
que sin andar recelosas como jardín, la calle ancha
por las calles so paseaban, se hallaba de lao á lao.
¡Bien haiga quien ha largao y á la cuenta aquel señor
tan projundasa invención! se hallaba enterao de mas
(dije entre mi, con razón, porque el mesmo capataz
viendo abobao tal infierno).. me convidó á que volviera
¡De siguro que el Gobierno á ver, lo que escureciera,
va á darle algún medallón! las luminarias del gas.
De sauce verde y laurel De ay agarró derechito
arcos, ni grandes ni chicos, para elJuerte de Gobierno,
formando puertas y picos siempre cruzando el infierno
vide aliñaos á cordel, de arquito junto á otro arquito;
coches sin techo, á granel, en eso el pingo maldito,
mascaraos, como aguacero, que iba medio albarotao,
curiosos, como hormiguero, dio un bufido, condenao,
y banderas á montan, y una espantada tan fiera
luciendo en toda ocasión que hasta la mesma vedera
la Oriental que tanto quiero. me largó... pero parao!
Farolitos de colores Y con razón me sacó
por toda la ramazón limpito mi parejero,
y en trechos y á discresión pues como no era pueblero
lindas coronas de flores; de algo raro se espantó;
mil retratos de dotores y fué.. .¡la que los lambió!
hechos con gran artificio, de unas colunas tordillas
otros no sé de qué oficio que asigun los cajetillas,
mas fieros que los pesares, eran de nueva invención,
y hasta creo que el de Suarez pero asigun mi opinión
en cruz con el de Aparicio. eran pa romper costillas.
Millares de banderitas Figúrese.. .¡quién diría!
en los retratos cruzadas que sobre esos murallones
y así como acollaradas derechos como estacones
otras tantas coronitas; cuatro endividuos había.
banderolas muy bonitas, ¡Jué pucha! la sangre fría
muy fuerte musiquerio, de aquellos cristos al cuete...
incalculable gentío, ¡Si estaban con el... bonete
y en ventanas y balcones mas apretao que peludo,
como globitos punzones la vida esponiendo al ñudo
un lindo farolerío. y asustando á mas de un flete.
De ramitas y alfajia Dos de aquellos condenaos,
lindamente trabajada pruebistas ó cachafaces,
como una torre ó ramada llevaban fieros disfraces
en cada cuadra se vía; overos y entrepelaos;
no se que nombre tendría los otros dos, empilchaos
aquel compuesto ramaje, con ropa negra y usada,
pero todito el hembraje liendo uno á la disparada,
que abajo de él se ganaba se me hace que una cartilla,
sin escarciar se libraba y el último con sombrilla
de calentarse al solaie. de las que usa la gringada.
Otras cosas vide allí Riéndome de la ocurrencia
que dejo de mencionar, que á aquella jente le dió,
pues comenzé á caminar pa la calle ítuzamgó
y ya la cuenta perdí; doblé con mucha pacencia;
diré pues, que deay seguí su adorno estaba con concia
hasta la calle Rincón pero en corta cantidá
que estaba en una armazón y la mayor novedá
de palos y mata-ojo, era un alto y lindo altillo
con una alfombra de hinojo pintao de blanco-amarillo
y linda iluminación. y arreglao con variedá.
Digo eso porque un dotor La calle del tenderaje
de leva, galera y coche, del Veinticinco llamada,
dijo «que seria á la noche también estaba adornada
esa calle la mejor;» con el mas lucido erraje.
En partes traíba ramaje
y en otras cintas variadas DE MERCACHIFLE
como ser, blancas, rosadas,
celestes, verdes y overas, Era allá por el año 1864, poco antes de
que en tirantes y tijeras la revolución del general Flores llamada
se encontraban enrroscadas. Cruzada Libertadora.
Lindamente embanderaos, Las cosas se ponían feas, y muchos
por la mano mas prolija, de los paisanos que le arisqueaban á la
arcos como de sortija caña hueca, sobre todo cuando no les
en filas y acollaros; gustaba la bolada, se apretaban el gorro
retratos bien trabajaos, en derechura al extrangis, para salvar de
con su chuscada y letrero, la quema.
ya retrucando al tendero Yo fui uno de los tantos, que lié mis pe­
algún dicho compadrón, tates, y salí de galope en uno de esos <fle­
ya fregando al copetón tes bufadores que se manejan por la cola,
reculao del cunclelero. según dijo Ascuzubi (alias Aniceto el
Gallo) yendo á pegar la sentada al pue­
De entre aquel berenjenal blo de Gualeguaychú, por entonces uno
de composturas y gente de los mejores de la provincia de Entre­
pude salir buenamente nos.
y llegar al Hospital; Elegí aquel paraje porque allí habia
deay sofrené al animal pasado algunos años de mi juventud, y
y un cigarrillo prendi, no me faltarían amigos y parientes que
y al rato otra vez seguí pudieran favorecerme.
sin novedá ni trabajo Así sucedió en electo. Unos y otros me
hasta agarrar por abajo brindaron su franca hospitalidad y el aga-
la calle del Sarandi. zajo con que los entrénanos acostumbra­
Toda esa calle encontré ban á tratar á los criollos de esta banda.
con un adorno muy feo, Mis aspiraciones, sin embargo, no es­
hasta enfrentar al Correo taban satisfechas. Yo deseaba vivir de
donde algo bueno miré; mi trabajo sin molestar á nadie, y asi se
luege amigo me topé lo habia manifestado á uno de mis pa­
con arcos rigularones rientes, quien, con ese motivo, me pro­
cuatro grandes figurones puso pocos dias después un negocio.
representando entidades —Hay un amigo, me dijo, que fué aqui
y otras varias novedades comerciante, y conserva todavía algunos
á gusto de los mirones. restos de la casa de negocio que, como
casi todas las de campaña, era un tutí li
Dispues de eso y ya cansao muncli, donde habia de todo como en bo­
cruzó en medio de un gentío tica. (Al menos como la que yo conocí
y otro lindaso arquerío el año 49 ó 50 en aquel pueblo y en que
hasta llegar al Mercao; se despachaban cabezas de ajo y de ce­
allí un malintencionao, bolla como cualquier otro medicamento.)
óála cuenta la gringada, Si quieres, puedo hacerte habilitar con
una trampa bien armada esa/«ctura y algunos artículos de alma­
habia puesto y un letrero cén que se le agreguen, para que vayas
pá fregar lindo, aparcero, á negociar como mercachifle de campaña.
ala gente mas confiada. —Acepto, le contesté, búscame una
carreta y alguno que me acompañe, y
En fin, le diré amigaso manos á la obra.
que en clase de composturas, —Carreta no te conviene, porque es de
de arcos, de gente y figuras marcha muy lenta. Te proporcionaré un
era un Carnaval machaso; carretón y caballos; y para que te acom­
pañé al viejo mi tio Jorge, que es hombre
y hay que agregarle de paso de confianza y muy de campo.
que junto á tantos primores —Pues no hay mas que conversar; don
las muchachas y señores Jorge será mi socio, tu nos proporciona­
y hasta el pueblo pobreton rás la factura y los medios de movernos,
jugaban á discresión y partiremos entre los tres las utilidades
con pomitos y con flores. que se obtengan.
(Continuará). Convenido. Mañana se arregla el car­
retón y la factura. Buscaremos un peón
para que cuide y arree la tropilla, porque
ha de haber que trotear largo, y en cuan­
to acaben de cargar se ponen en camino. Gualeyan, y después de cruzar por algu­
Debo advertir, para mejor inteligencia nos rancherios que hallamos en el cami­
del cuento, que el tio Jorge era un paisa­ no, y en donde vendimos algo, caiinos,
no de aquellos de esperen cía, militar viejo ya avanzado el dia, á una estancia donde
que había prestado servicio mucho tiem­ estaban de farra con motivo de un ca­
po en los fortines de la Pampa, y baquia- samiento.
naso por tanto para saber orientarse y Don Jorge, que era gaucho despierto,
rumbiar con acierto en derechura á los comprendió en el momento que aquella
pagos que más nos conviniesen. era una bolada que debía aprovecharse,
Ademas, era hombre de armas llevar y mandó en seguida el peón á cuidar
y á quien no se le arreaba con las riendas. la tropilla mientras que él me ayudaba á
El peón era un muchacho de paca ex­ negociar la factura.
periencia, pero que sabía ensillar á la crio­ —Compañero, me dijo en cuanto estu­
lla y desempeñar regularmente los traba­ vimos solos; haga usté de patrón, que yo
jos Üe campo á que iba destinado. voy á tratar de largárselos al carretón pa­
Se aprontó el carretón y nos fuimos á ra que les negocée. Cualquier cosa que
caíge r la factura. le hable sobre el particular ha de ser ha
\ o examinaba los artículos y anotaba ciendo que las palabras acaben todas en
los precios, y don Jorge los recibía para inchis, y usté me ha de contestar en igual
irlos acomodando en la tienda ambulante. forma, como que hablamos en pampa,
Aquello era un museo de antigüedades para que no nos entiendan.
averiadas, capaces de hacer reir hasta A los sombreros les llamaremos capa­
por gusto, y entre las que figuraban un chos, á las manteletas clavos y á los pe­
surtido de sombreritos del año uno, con sos mcinguases.
cintarrajos y flores, y algunas manteletas Oiga; á ver si me entiende; no sea cosa
con blondas color ratón y cuerpos de pu­ que se enriede en las cuartas:—«Por-in-
ra seda,á que las manchas dehumedad ya chis los-inchis capacho-inchis pida-inchis
habían vuelto overas negras. dos-inel iis manguas-inchis.»
Pero los precios correspondían al arti­ —¿Qué le he dicho?
culo, y no había que pararse en pelillos. —Que «por los capachos pida dos pe­
—¡Cargue nomas, don Jorge, que es pi­ sos».
chincha! le gritaba yo al viejo; y él, sol­ —Bueno.—Ahora conteste.
tando la risa, contestaba de adentro del —No-inchis, hay-inchis, cuidao-inchis.
carretón: Mande nomás, que hemos de —Superior. Voy á repuntar la gente y
pasar por güenos cueros mas de desecho. á largársela al carretón. Calcule lindo la
Pa eso sernos tenderos, pa conocer la fa- armada, no vaya á errarles el pial, porque
tura. á la hora que mosqueen, trabajo le va á
Y así seguíamos titeándonos, porque costar agarrarlos á tiro.
en la vida la habíamos visto más gorda. —No se aflija, que he de hacer lo posi­
—Cuando acabamos de cargar lo ele ble por no errarles.
tienda, pasamos á un almacén en que el En seguida se fué el viejo á los ran­
pariente nos había abierto crédito, y com­ chos, como haciéndose el bobo, y pre­
pletamos la carga con galleta, yerba, azú­ guntó si no precisaban algo de lo que
car, fariña, arroz, pasas, ticholos, y algu­ traiba el mercachifle.
nas damajuanas de bebida de las que —¿Y qué trae dé güeno, paisano?
mas se acostumbraban á tomar en aquel —Cosas güeñas y lindas.—Yerba, ga­
tiempo. lleta, chicholos y unos sombreros de á la
No había mas que esperar; encerramos moda, ripien llegaos de las urojjas, como
la tropilla á eso de la tardecita, le dimos pa mugeres y muchachos.
sebo a los ejes, preparamos los recaos y —¿Y son lindos los sombreros?
las guascas, y después de cenar nos en­ —Deben de serlo, porque lo que és en
tregamos al duerme, con intención de el pueblo ya cuasi no hay muger ni cria­
marchar de madrugada. tura que no los use, y eso que no los aflo­
II jan á menos de dos pesotes bolivianos.
—Tráigalos pa verlos, paisano, que pue­
Como á las cinco de la mañana del dia da ser que le compremos si son lindos.
siguiente nos pusimos en camino, en —Allegúense al carretón pa que el pa­
dirección al centro de la provincia. trón se los amuestre, que yo no soy el
Don Jorge iba adelante arreando la que vendo, y de paso puede que vean
tropilla y sirviendo á la vez de ba­ otras cosas de su agrado.
queano;—el peón hacia de carrero, y yo —Las mugeres y unos cuantos paisa­
marchaba al costado del carretón, en un nos cayeron al carretón con ganas de ver
Hete doradillo como de retar alcaldes. tanta cosa buena, y después de amostrarles
Churrasqueamos del otro lado del algunas chucherías, empecé á maniobrar
con los sombreros, mientras que el viejo la casa de mil millones
don Jorge tabiaba con el novio, por ver de ratones:
si lo decidía haciéndole atropellar las pero el pobre mentecato
manteletas. dió en la maña
Pocosmomentos después los vi venirse de mantener bien atada
en derechura á donde yo me encontraba. la alimaña.
Cuando estuvieron al habla el novio me
saludó dándome las buenas tardes, y Porque decía el pazguato:
don Jorge, así que pasó revista por siendo tan mozo este gato,
aquellas mugeres y muchachos vestidos y tan falto de esperiencia,
de mascaraos con los sombreros, que él no es conciencia
decía que les asentaba muy lindo, me darle suelta y libertad,
largó estas indirectas, como quien suelta mientras no tenga la edad
el llanto sobre el difunto: y las fuerzas suficientes
«Patrón: este amigo desea hacerse de para hacer, activo y bravo,
una prenda como para quedar bien con buen uso de uñas y dientes.
una güeña moza. A ver si puede cederle la Mientras tanto,
manteleta con caja, que le lleva tratada preso al clavo,
en una onza pa la hija del estanciero de sigue el gato; y regimientos
las puntas del Gato.» de ratones,
—Pero esa ya va de encargue, y quizás sin espanto,
quede mal con el marchante si demoro muy contentos,
en llevársela. corren por esos rincones.
—(Dirijiendosc al novio, medio despa­ De la despensa y cocina
cio:) Ahora le voy á hablar en pampa todo lo rompen'y muerden,
para que afloje. que ellos el tiempo no pierden;
—«Hermano; no-inchis afloje-inchis de- y con una hambre canina
inchis una-inchis onza-inchis.» comen cuanto hallan á mano,
—Bueno; voy á hacerle él gusto, aun­ no dejando queso sano.
que quizás me cueste mas de las quince Y luego hácia el gato vienen,
reales que voy ganando en la onza. A * y allí en las barbas del gato
ese hombre se la traté en ese precio por­ se entretienen,
que me compra otras cosas; de nó no se triscando con desacato,
la iba á dar per una onza, que es lo que porque ya miedo no tienen,
valen en el pueblo». al ver que no se les daña.
Y ya le pelé la prenda, pero sin sacár­ De este modo
sela de la caja, por temor de que se fueran la alimaña
á ver las averías. fué perdiendo instinto y todo.
El paisano la miró; vió que era cosa de Dulcificóse su saña
vista, probablemente muy fina, y echando con aquella servidumbre,
mano al tirador aflojó la onza de oro, y, en fuerza de la costumbre
pensando probablemente en la sorpresa que adquirió allí atado al clavo,
que le iba á dar á la novia. el esclavo
En seguida cobramos los sombreros, al fin se quedó tan manso
vendimos unas peinetas, unos collares de como un ganso.
cuentas y algunas otras chucherías, y Soltólo, al cabo, el patrón,
nos pusimos en marcha con el pretesto y vió que el gato poltrón
de que teñiamos que llegar á casa de otro del lugar no se movia,
marchante y ya se iba haciendo tarde. en donde crecido había;
En realidad huíamos de la quema. El y estando ya acostumbrado
despacho había sido de clavos y podian á, vivir allí amarrado,
reclamar los marchantes. la casa no recorría.
Los sombreros nos costaban á razón Los ratones
de dos reales y la manteleta un peso; la tan ladrones
ganancia era de unos veinte ¡duros en la y tunantes
primera jornada. como de antes,
(Continuará). siguieron sus escursiones,
•« arrasando con impía
gula, la despensa entera,
EL HOMBRE Y SU GATO
(fábula)
sin que el gato les dijera
siquiera esta boca es mia.
Desolado
Un hombre criaba un gato el cuitado
porque se hallaba plagada de su suerte se quejaba,
ycontaba
su desventura, prolijo,
si no le parece mal
de su leñita unas rajas
á un amigo, quien le dijo: ásu F ogon arrimar.
—«Tú tienes toda la culpa, No sé si será flojoua
«y disculpa al lado del ñandubay,
«no mereces mentecato, pero si pa algo le sirve
«pues enastes á tu gato puede no mas ordenar:
«amarrado, por temer Jistancia de los suspiros
«que fuera á echarse á perder!
«Teniéndolo atado al clavo (muy cerca de la ciudá)
«obraste contra natura, donde gorgea la calandria
«porque es necio quien procura y trina alegre el zorzal,
«que el esclavo donde arrulla la paloma
«animoso sea y bravo donde canta el cardenal
«para defender su casa. y donde su servidora
«Pues amigo, eso le pasa La alondra quiere anidar
«al necio que no comprende como anidan las perdices
«que echando á perder se aprende en las matas del cardal.
«(verdad mas grande que un templo)
«Voy á ponerte un ejemplo:
«¿porque nuestros Municipios ALETEOS
«hoy, menguados, Los paisanos son los héroes
«tanto olvidan su faena? que nuestra historia escribieron,
«Porque desde los principios los primeros que nos dieron
«han vivido esclavizados, gloria, patria y libertad,
«siempre atados
«con la incortable cadena y si ene! suelo querido
«de nuestra Constitución, hoy tantas glorias tenemos
«que asi entraba á la nación! es por ellos, y debemos
su memoria venerar.
««¿pV
o porqué
rque h ayella
hom esbres
inco
cortab
m o le'
tú’
Los que en el alma tienefi
Sed estiranjera,
«de espíritu miserable, que gocen los placeres
«que le tienen miedo al bú de la ciudad,
«con que á los niños se asusta que yo idolatro el aire
«Por eso con mano injusta, de las cuchillas,
«y con torpes intenciones, mi mate, mi chinita
«temiendo un gran desacato, y el arazá.
«tienen amanado al gato
«para que caze ratones.» No ambiono riquezas
1). B. Grez. mal adquiridas,
ni me entusiasma el lujo,
la vanidad;
CANTOS DE ALONDRA soy dichosa en mi rancho
de paja y barro,
Lo que bajo este título publicamos en que á las orillas se alza
seguida, pertenece á una nueva colaborado­ del Uruguay.
ra que espontáneamente nos ha favorecido
con sus producciones. Vivan otros contentos úé
Lo de hoy creemos que será bien acojido en sus palacios,
por nuestros favorecedores, y si lo que en con las costumbres rancias
adelante nos remita corresponde á la dul­ de sociedad,
zura del pájaro que le sirve de nombre, sus que yo solo en el campo,
cantos serán oidos con preferente atención con mis calandrias,
por los aficionados á la música de la natu­ vivo alegre, cantando
raleza. mi libertad.
Oigan con atención, que empieza á cantar
la Alondra: Cuado ensillo mi overo
Al señor Calisto el Ñato de madrugada,
se dirije esta chana y recorro la sierra
pidiéndole le permita, soy muy feliz;
solo repudia mi alma HOMBRE
al que se olvida, Yo tengo un ramo guardado
del valiente paisano de trébol y margaritas,
de su país. y la fecha de mi amor
No ha de ser buen criollo está en sus hojas escrita.
el que tal hace, MOZA
¡patria de mis ensueños! Yo en un rincón de mi rancho
¡suelo oriental! guardo un chiripá bordao,
porque los orientales y atadas en la puntita
al gaucho deben, las prendas de tu chapiao.
la santa independencia HOMBRE
del Uruguay. Ya van tres dias mi prenda
Por eso me entusiasmo que no recibo tus flores;
y admiro los criollos avisa si estas herida
que con orgullo visten ó das á otro tus amores.
El traje nacional; MOZA
el traje que prefiero Me dijistes que con pelo
por ser el de esta tierra esas florcitas te atara;
y llevar en mis venas apurá pues el casorio
sangre pura Oriental. que ya estoy media pelada.
Alondra. HOMBRE
¿Por donde queda tu rancho?
RELACIONES PARA PERICON dame mi vidalas señas,
que ya de tanto buscarlo
HOMBRE me voy quedando maceta.
Yo tengo un rancho enlutado, MOZA
hecho de paja y terrón, Le diré donde es mi rancho
y dentro del ranchó, oculto, ya que llegó la ocasión;
el secreto de mi amor. es cerquita del arroyo
MOZA que llaman quita-calzón.
Yo quisiera ser la prenda
de tu secreto pesar, Alondra.

y de ese modo podrías


tu rancho desenlutar. COSAS"" CRIOLLAS
HOMBRE La «Liga Patriótica de Enseñanza» aca­
Nueve leguas hay tendidas ba de establecer una de sus escuelas de
de tu ranchito hasta el mió, campaña en eldepartamento de Tacuarembó,
y todas ellas sembradas denominándola General Artigas.
de besitos y suspiros. Es el primer establecimiento de enseñanza
MOZA que la benemérita asociación ha ido á fun­
Si fuese rica, ese campo dar en la frontera del Brasil, y ha hecho
lo compraría á cualquier precio bien en colocarle á su frente el nombre del
para ser la única dueña glorioso caudillo que la defendió palmo á
de esos suspiros y besos. palmo contra la invasión extrangera. y nos
HOMBRE legó el testimonio de su alto patriotismo en
Tenés una cara, china, el lema que hoy sirve de bandera á esos
como nunca vi otra igual, obreros del progreso;—«Sean los orienta­
capáz de sacar á Cristo les tan ilustrados como valientes.»
de su mesmisimo altar. . Continuando la tradición de ese nombre,
como dice «El Siglo», la escuela General
MOZA Artigas levantará trincheras contra la in­
Yo quisiera que tu fueses vasión del idioma portugués que tanto do­
el Cristito de ese altar, minio ejerce en nuestros departamentos del
para llevarte á mi casa Norte, propagará el idioma nacional y hará
y allí poderte adorar, amar y respetar la patria en sus fronteras.
¡Adelante, paisanos! no hay que mezqui- I para evitar tanta farra;
liarle pingos á esa carreta, que lleva plumas cuando á un pobre se le agarra
y libros para vuestras escuelas; hay que no tiene mas que aguantar,
que una cosa es conversar
hacer fuerza de cincha para cuartearla en el yotra cosa es con guitarra.'
camino de modo que llegue bien y cuanto ©
antes con la carga, que ha de alimentar Nuestro compatriota Diógenes Hequet
intelectualmente á vuestros hijos! autor de la colección de cuadros históricos
O sobre los principales episodios relacionados
Las gacetas mas formales, dicen que en con la independencia de esta república, hizo
Canelones se ha estrenado hace dias una su primera escursión, el domingo pasado,
máquina para sacar á la suerte los que han al pueblo de las Piedras, con el objeto de
de componer la mesas electorales. conocer el terreno inmediato donde tuvo
Es obra do hojalateros, y consiste en un lugar la batalla ganada á los españoles por
globo de dos barrigas que da vueltas como el general Artigas el 18 de Mayo de 1811.
tostador de café, para hacer creer que se Dada la competencia del artista y la de­
entreveran las bolillas, las que va largan­ dicación especial que presta á esos trabajos,
do después por un cañuto, al gusto de los es presumible que la Batalla de las Piedras
que la maniobran. resulte un cuadro de mérito, como los que
Si el invento no es macana
no se precisa elección, ya tiene terminados y pueden verse en la
que el autor de la invención librería de los editores señores Silva y An-
deséguro que la gana. tuña, calle 18 de Julio.
Hay quien lo toma ¿jarana, Hay quien dice que en el paraje donde se
p ero .. .pero.. .¡lagran siete!
siempre dicen que es al cohete libró la batalla se han encontrado, no hace
cuando el pueblo se lamenta, mucho, huesos humanos, y valdría la pena
y después, al ün de cuenta, de averiguarlo porque es posible que la cul­
el que gana es Gran Bonete. pable negligencia de los que gozamos hoy los
m frutos de aquella acción memorable, deje
Con motivo del encierro, en un manico­ dormir en el olvido los manes de los que allí
mio de Buenos Aires, de una señora áquien sucumbieron por la patria.
hicieron pasar por alienada sin serlo, la No lo echéis en saco roto y...
Asistencia Pública dé lá capital de la patria «Si al pasar la encrucijada
grande informó al Juez que los directores de algún tortuoso sendero
de esos Asilos al clasificar los enfermos halláis, como aquel viajero
de barba blanca y poblada,
proceden con la autonomía del alto cargo alguna cruz olvidada
que invisten y bajo la sanción superior de su del campo en la soledad,
criterio científico de módicos especialistas. entre sus brazos dejad
una humilde siempreviva
Según ese nuevo modo para el que en tierra nativa
de discurrir, que no es poco, murió por la libertad.»
á cualquiera lo hacen loco
aunque esté cuerdo del todo. □
¡Quelástima, que acomodo Noticias de la frontera dicen que por aquellos
no tenga aqui ese espediente! pagos continúan las carneadas de castelhaos, fei-
pues, según anda la gente tas poros valentes patricios as órdenes do ilus­
por la calle hablando sola,
iba á dar á la gayola tres Joan Francisco é Comandante Leonidas Pata
medio pueblo derepenté. do Burro é Trabucco da Boca Prieta.
© Sobre ese particular le pega duro y parejo un
Siempre contigo morena. corresponsal de Rocha á las autoridades orienta­
La Constitución de la República establece les, que ni siquiera resue lan.
que el domicilio es inviolable, y casi no hay Uno de tantos refranes
semana en que no se denuncie que algún que aqui estuvieron en uso
Comisario de campaña saca á la fuerza de su á los marcianos les puso
casa vecinos trabajadores para mandarlos «carpinteros catalanes.»
de voluntarios á los cuarteles, como acaba ¿Como llamar á esos truanes
de suceder con unos pobres labradores. que achuran en la frontera?
Gritan como unos cochinos «Carpinteros de ribera»
¡trabajo, administración! que tienen en la ocasión
y les pegan un malón por herramienta el facón
cadadia álos vecinos.
La ley vale dos cominos y cabezas por madera.

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