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I. ¿CÓMO ESTUDIAR UN CASO?

Para tos noveles colegas que nos integramos a la comunidad del derecho; d
tema presentado es sumamente interesante debido a que tras dejar las aulas
universitarias o iniciar nuestra incursión profesional en el mundo de la praxis
jurídica, nos enfrentamos a diversas ideas que rodean nuestra mente al
“enfrentar" nuestro primer cliente y al asumir nuestro primer caso; siendo
alguna de ellas: ¿y ahora como estructuro mi primera consulta? ¿qué me
querrá decir? ¿qué es lo que espera de mi? ¿por donde y cómo planteo el
presente caso? ¿habré causado demasiada expectativa? ¿y ahora, como fijo
mis honorarios? Etc., etc., etc.

Recordemos que las aulas universitarias no se enseña el oficio de abogado,


técnicas, métodos o sistemas propios de la misma, como un plus de la
actividad académica, a pesar de que éstos aspectos se encuentran ligados de
manera muy estrecha para el correcto empleo y aplicación de ese cúmulo de
información. Por tanto el profesional novel frente a un caso real primigenio;
empieza a tener las dudas naturales a! oír a su cliente narrar un hecho que
pretende dar satisfactoria solución, a través de sus servicios profesionales; el
temor probablemente se apodere de uno, cuando siendo el más connotado de
tos alumnos, no halle o no pueda encajar el problema planteado por el cliente
en el basto mundo jurídico; es por ello que considero importante relatar y
plasmar algunas experiencias prácticas de las Aulas universitarias de la
Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, a efectos de plantear de una u otra
manera algún tipo de técnica valedera -al menos para el autor-; sin antes no
dejar en claro que cada uno de mis noveles colegas podrán encontrar su propia
técnica y metodología; para, poder dar respuesta a la interrogante de rigor un
abogado ¿cómo debe estudiar un caso jurídico? ¿Qué debe hacer un abogado
para encontrar una solución satisfactoria? ¿Cómo debe plantear sus
argumentos ante el magistrado para ocasionar convicción y obtener fallo
favorable a su pretensión? En consecuencia está demás señalar; que, entre las
cosas que hacemos tos abogados se encuentra el predecir y provocar
decisiones concretas, con mayor o menor acierto o eficacia, y para ello es
necesario conocer bien el derecho vigente.

En ese entender, la labor de tos abogados es, pues, una labor técnica; que
consiste en usar ciertos medios para alcanzar un resultado a partir de una
situación inicial dada. El derecho es una herramienta de control social, quizás
la más poderosa, o en todo caso una de las más notorias, que han fabricado
tos hombres. El orden jurídico puede ser visto o abordado desde puntos de
vista o perspectivas distintas y con intereses distintos.

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En contraposición ai tecn icismo escucharemos decir “que ios mejores
abogados no son ios que saben más derecho sino quienes, cualesquiera sean
tos medios que a tai fin empieen, pueden ejercer mayor fuerza persuasiva
sobre tos jueces y demás autoridades. Oirán que de nada vale estudiar a fondo
ei caso, robar horas ai sueño, agotando la bibiiografía y ia jurisprudencia, y
exponer a tos jueces con ciaridad y buenos fundamentos las peticiones
pertinentes, porque “ios jueces no ieen tos escritos", etcétera. Esa bagatela
debe ser desoída; constituye una gruesa exageración o distorsión de un
fenómeno real, propio de tos tiempos que vivimos. Un abogado que sabe
derecho y que estudia bien los asuntos en que ie toca intervenir iieva enormes
ventajas ai coiega que se maneja a tientas.

De primera intención, será necesario enfocarnos en el caso, y establecer de


que tipo de caso se trata y en que materia se debe enfocar tos hechos; para
posteriormente interiorizar e ímpiementar ios hechos mediante el análisis
debido “estudiar el caso, pero estudiar bien" y de ésta manera saiir airosos
frente a la afirmación de que tos jueces, con alguna frecuencia, no estudian
bien los juicios y dictan sentencias insostenibles, y si tos abogados se esmeran
en estudiar bien ios asuntos en que les toca intervenir y presentan sus
argumentos de manera brillante, haciendo uso de algún tipo de apoyo
tecnológico, llegado ésa oportunidad ésta sustentación debe ser to más claro y
conciso posible; para de ésta manera atacar con eficacia y solidez las malas
sentencias que con alguna frecuencia se dictan. La administración de justicia,
como medio civilizado y raciona! de resolver conflictos, requiere !a cooperación
inteligente de jueces y abogados. Si esa cooperación deja de funcionar porque
tos jueces no tienen tiempo de estudiar tos expedientes y tos abogados hallan
más expeditivo no estudiar sus asuntos, por el contrario hace falta que estudien
más. Sóio así podremos contribuir de manera satisfactoria superar esas
dificuitades.

¿NUESTRO PRIMER CASO O NUESTRO PRIMER CLIENTE?

Dar respuesta al planteamiento hecho, es sumamente sencillo, a sumiendo que


el colega recién recibido ha captado adecuadamente las enseñanzas
deontológicas impartidas en las auias universitarias; por tanto, asumo que ha
sido fijado en ia mente dei novel abogado; que, es la persona humana el fin y el
objeto del Derecho, es por ello que en nuestra profesión, tan igual; que la del
médico es una muy delicada especialidad con las diferencias del caso claro
esta -un paciente cuando llega al consultorio dei galeno va en procura de una
mejoría o rehabilitación en su salud, no a que io agraven o maten; si el médico
es un profesional debidamente preparado; su paciente sanará de tos males que
to aquejaban; caso contrario, si el galeno ha dado un diagnóstico; y tratamiento
errado; el paciente agravará su saiud e incluso llegará a morir- es así que tan
iguai que el caso descrito es nuestra noble profesión; si un cliente a ingresado
a nuestro inaugurado despacho, éste viene en procura de sanar y restablecer
su paz y armonía interna, familiar, y social; a través de la justicia. Es por ello,
que debemos asumir a la persona que acaba de cruzar tos umbrales de
nuestro despacho; como nuestro cliente, por cuanto, es él quien nos seguirá
confiando nuevos casos -por cierto en el caso de satisfacer sus expectativas
de la manera adecuada-

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¿ ENTREVISTA CON NUESTRO PRIMER CLIENTE?
Esto me recuerda las conversaciones con amigos rankedos en el trajín judicial
y compañeros recién colegiados en cuanto a su primera experiencia al verse
prácticamente solos en el basto mundo del “litigio" y del Derecho; las
experiencias narradas básicamente las podemos resumir en el siguiente
ejemplo: - el joven y novel abogado; recibe a su primer cliente, quien empieza a
narrar sus cuitas; narrando una historia que a éste le suena heterogénea y
confusa; una efervescencia de hechos que hacen que el letrado guarde un
azorado silencio tratando de encasillar los hechos en el basto conocimiento
interdisciplinario que los más exigentes docentes y catedráticos impartieron en
él; la creciente desesperación del joven abogado muchas veces le hace perder
el hilo del relato, cada vez se complica y entiende menos; una vez concluida su
narración, el cliente calla; sigue un embarazoso silencio y se presenta una
nube de ideas, interrogantes y un azorado ¿y ahora que hago? ¿le pido que
vuelva mañana para tratar el tema? ¿le digo que su problema es sene 800 muy
complejo de solucionar? ¿estará satisfecho con mi actuar? ¿cómo le inspiro
confianza? ¿y ahora como le planteo el pago de mis honorarios? en suma;
todas estas interrogantes son muy pocas, luego de visto la realidad, en
consecuencia, a éstas alturas debe estar preguntándose ¿y porque le ocurrió
esto a nuestra joven y brillante promesa, número uno en las aulas
universitarias? En las aulas universitarias, aún no nos han enseñado el oficio
de abogado, por tanto aún no se imparte dentro de la carrera profesional
técnicas que permitan superar estos pequeños pero iniciales tropiezos.

En consecuencia es necesario, señalar que una vez recibido nuestro primer


cliente, alejemos de nuestra mente el excesivo formalismo que lo úiico que
hace es crear una barrera de desconfianza entre el letrado y el potencial
patrocinado; para ello debemos romper el hielo inicial -claro esta sin llegar a
excesos, todo exceso hace daño- hacer que el cliente se sienta en confianza y
encuentre a un profesional que efectivamente conoce del negocio y finalmente
lo ayudará a encontrar aquello que busca. Es necesario que en ésta primera
entrevista -prefiero llamarlo entrevista y no consulta por las implicancias
señaladas- se muestre el debido interés sobre las cuitas de nuestro cliente; y
para lograrlo debemos seguir atentamente su comportamiento a través de la
mirada, tomando nota de los aspectos relevantes -ésta actitud hace que el
cliente pueda interiorizar, que estamos tomando la debida importancia a su
problema, y no se sienta hablando al Smbo- una vez concluida la narración de
hechos, debemos hacer uso de técnicas de empatia; así como de preguntas
para fijar ideas y hechos trascendentales que permitan orientar el rumbo
judicial, elaborando una consistente argumentación y pretensión.

Es recomendable en ésta primera entrevista que aún no se hable en exceso


sobre tos detalles de estrategia legal que hemos de emplear, sino hablar de
aspectos generales del problema planteado; precisando que es necesario
realizar un estudio mucho más detallado y profundo, y para ello es
imprescindible tener una segunda entrevista con el cliente -el tiempo
programado debe ser en lo posible rápido- a efecto de no extender el
sufrimiento o preocupación de nuestro cliente; el intervalo de tiempo destinado
al estudio del caso, también debe ser empleado para realizar las consultas

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correspondientes sobre las dudas que pudieran surgir; siendo así, es necesario
recurrir en busca dei apoyo de nuestros docentes y catedráticos que permitan
disipar !as dudas o inseguridades propias de nuestro primer caso.

La estructura de nuestra segunda entrevista, debe iniciarse indefectiblemente


informando a nuestro diente que hemos dedicado el tiempo necesario y
exclusivo ai estudio y análisis de su caso -no debemos adelantar las acciones
o estrategias que hemos trazado para el éxito de la empresa a emprender- en
consecuencia a ello, es momen to de explicarle antes de continuar con el plan
trazado, nuestra propuesta financiera para asumir el caso, planteando de
manera pausada, clara y precisa nuestros honorarios profesionales, haciendo
distinción con los gastos propios del proceso, ya que un proceso judicial no es
gratuito se debe pagar cédulas de notificación, pago por ofrecimiento de
pruebas, etc., es así que se ha hecho evidente la necesidad de realizar gastos
cada vez más altos para poder efectuar la tarea; ciertamente, en los casos de
mucha importancia, y con clientes permanentes, o a los que se quiera
impresionar, los estudios no cobran los gastos que irroga la formación de la
"carpeta". Pero el novel profesional debe tener en cuenta que cada demanda
tiene gastos que se suman a los del estudio y cuya recuperación no se realiza
casi nunca, sino observemos a los antes señalados como; Fotocopias:
herramienta indispensable, pero lamentablemente su costo resulta en
ocasiones excesivo; sobre todo en expedientes voluminosos; Peritajes privado
especializados, etc., todo ello constituye gastos que superan a veces la
posibilidad económica del abogado; no olvidemos que el pleito lleva la carga de
soportar los gastos de la defensa

En la conversación con el cliente deben establecerse de manera precisa sobre


los honorarios y el alcance de nuestra actividad, ya sea patrocinando o
ejercitando el apoderamiento que se nos quiera dar; todo preferentemente por
escrito, precisando de manera clara los gastos operativos propios dei proceso,
indicando si forman parte o no de! presupuesto planteado.

Una vez agotado el acuerdo positivo de! presupuesto, podemos continuar


explicado sobre los detalles del pian diseñado; así como de la debida
implementación de! proyecto.

RAZONANDO EL CASO1
A es menester destacar que la palabra "caso" hace referencia a un problema
práctico. Una persona C (el cliente), que se encuentra en las circunstancias H
(un conjunto de hechos), desea obtener un resultado R (un cierto estado de
cosas). Para la obtención de ese resultado son ¡dóneos ciertos medios que só!o
pueden ser usados —o ser usados sin peligro— por ciertas personas, los
abogados, que poseen un conjunto de conocimientos y experiencia en la
utilización de taies conocimientos. E diente C, que se haila en las
circunstancias H y quiere el resultado R, acude a un abogado para que éste le
consiga ese resultado o, al menos, le indique cómo hay que hacer para
conseguirlo.

1 Genaro R. Carrio Cómo estudiar y cómo argumentar un caso Editorial ABE LEDO -PERROT

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El conjunto de medios que permiten llegar a R partiendo de H constituyen la
solución (S). Tales son, en esta primera aproximación, los ingredientes que
configuran un caso.

B. El resultado R a que aspira el cliente puede ser, entre muchísimas más,


alguna de estas cosas:
— Salir absueito en u na causa penal.
— Dejar sus cosas "arregladas" para el caso de muerte súbita.
— No pagar un dinero que otro le reclama.
— Separarse de su muja-.
— Formar una sociedad apta para ciertos fines.
— Atenuar en todo io posible las consecuencias de malos negocios.
— Obtener la repetición de impuestos que considera indebidamente pagados.
— Obtener que cese una extorsión de que está siendo víctima.
—Etc., etcétera.

C. Las notas distintivas de la tarea del abogado y de los casos en que los
abogados intervienen son estas dos: a) eí resultado R —lo que eí cliente desea
obtener, aunque más no sea que como medio para otro fin que sólo a á
concierne— es: 1) recibir una ventaja otorgada por el orden jurídico, es decir
apoyarse en éste para llegar a una meta X; o bien 2) evitarse un mal, impuesto
por el orden jurídico; o 3) ma combinación de estas cosas en proporciones
infinitamente variables; y b) entre los conocimientos especiales que, según se
entiende, hacen falta para alcanzar resultados de ese tipo, desempeña un
papel central un aceptable grado de familiaridad con el derecho vigente y sus
innumerables arcanos.

De lo referido en el tópico precedente podemos señalar las siguientes


expectativas:
1. En los casos jurídicos per lo general no hay una solución, sino varias. Se
trata de elegir la imás simple, segura, ventajosa y rápida que las
circunstancias admitan o consientan.
2. A contrario sensu puede ser que en el caso jurídico no haya ninguna
solución que lleve desde H hasta R, o bien que las que haya sean tales que
eí cliente ylo el abogado no estén dispuestos a alcanzar mediante ellas el
resultado que el primero busca.
3. En el supuesto de que el resultado R que el cliente quiere alcanzar sea
absolutamente inalcanzable, o aícanzable de manera inconveniente o
demasiado onerosa {icio sensu), podemos aconsejar o sugerir resultados
alternativos que, si son aceptados, cambian la composición del caso.
4. La situación inicial en los casos jurídicos nunca puede ser representada
totalmente. Sólo se puede hacer una descripción selectiva de ella, que
siempre puede ser contrastada con otra (¿En qué medida, entonces,
estamos autorizados a hablar de "el" caso? Si para asegurar y fijar la
confianza de nuestro patrocinado hacemos referencia de casos símiles?).
5. También puede ocurrir que el principio de la solución consista en alterar
sustancialmente lo que se presentaba como la posición inicial. Piénsese por
ejemplo en el efecto que puede tener una medida cautelar eficaz.
6. Del mismo modo en el mundo del derecho nos encontraremos con una
diversidad de reglas que están de por medio, frecuentemente complejas,

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ocasionalmente ambiguas e irremediablemente vagas para resolver o ganar
un caso. Es por ello que se presentan factores que alteren el supuesto del
hecho inicial, las reglas aplicables, y aun el resultado que se considera
deseable. Ese contexto incluye problemas morales, políticos, económicos,
que hemos de capear; orientando la -S- solución de manera que no se viole
los preceptos jurídicos; sino por el contrario permitan ser elementos de
negociación entre los entes judiciales para la disminución de
responsabilidades y beneficios a favor de nuestro patrocinado.

SOLUCIONANDO EL CASO

PLANTEAMIENTOS INICIALES DE SOLUCIÓN


Para plantear la solución al caso en concreto es necesario conocer bien qué es
lo que realmente quiere nuestro cliente y por qué lo quiere (dentro de los límites
de la prudencia). Sólo así podremos:

1. Ver si eso se puede alcanzar a partir de H.


2. Si C quiere Ri porque no sabe que se puede obtener R2.
3. Decidir si estamos o no dispuestos a ayudar a C a conseguir R.

Así mismo en necesario, conocer H a fondo; el desiderátum es conocer H


mejor de lo que ¡os conoce C. No debemos aceptar como dogma la versión de
C. Las emociones nublan la objetividad, hace que la gente no vea con
objetividad sus propias cosas. No olvidemos que la gente se equivoca de
buena fe.

Es necesario en todo cuanto sea posible, formarse una opinión propia e


independiente acerca de H. Hay pocas cosas más desagradables,
comprometedor y bochornosas que enterarse en medio del proceso de que los
hechos son distintos de lo que creíamos, porque C nos informó erróneamente u
omitieron decirnos algo por considerarlo irrelevante.

Constituirse in situ para tener acceso a todos los papeles -pruebas materiales-
y la posibilidad de hablar con todos los testigos. Empaparse de ¡os términos
técnicos y conocimientos básicos de la materia patrocinada.

Con relación al nexo H-S; podemos plantear:


a) Salvo en la faz inicial en la que uno empieza a recoger datos guiado por
intuición, instinto u "oficio", el restante estudio o examen de H se hace desde el
punto de vista de una solución provisional (S1). S1 debe ser comenzada a ser
puesta a prueba, para ver, por un lado, si las circunstancias del caso le dan
sustento y, por otro, qué grado de probabilidad hay de que nos conduzca a R.

b) Si es una especie de proyecto del puente que, una vez construido, nos
llevará de H a R. Para poner a prueba a S1 hay que hacer varias cosas,
simultánea o sucesivamente, según ¡as circunstancias lo requieran.

En todo caso hay que hacerlas todas antes de poner en práctica S1 (o de


aconsejar en firme que se ponga en práctica S1)

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c) Las cosas que hay que hacer para poner a prueba a S1 son de dos tipos:
1. Tipo H-S y
2. Tipo S-R.

1. Comprobar si S1 está bien apoyada en ios hechos y si ese apoyo es lo


suficientemente fuerte como para aguantar la carga máxima que, en nuestra
expectativa, tendrá que aguantar el puente.

Experimentos mentales: ponernos en el punto de vista de quien tiene interés


en argüir que no hay tai cosa como H, (que no es lo que nosotros pensamos); o
que H no da apoyo a S1. Ponernos en ei punto de vista de quien tiene interés
objetivo (no interesado) en saber sí H es como creemos que es y si H apoya a
S1.

2. La otra cosa que hay que hacer para poner a prueba a S1 es estar lo más
seguro posible de que S1 conduce a R (la única seguridad absoluta la da
cruzar y llegar a R). Aquí no se puede experimentar ni seudo-experimentar.

Lo mejor que uno puede hacer es ver la jurisprudencia, tanto en lo que atañe a
H como en lo que atañe a R. Se presenta entonces con claridad la fase de la
cuestión que llamamos S-R. Para que S1 sea una buena Sen relación con R,
S1 tiene que pasar el test imaginario de la aprobación judicial. Obviamente no
podemos ir a preguntarle a los jueces si en las circunstancias H-S1 es, a juicio
de eSos, la mejor vía —esto es, la más sólida, consistente, defendible, etc—
para lograr R. Los jueces no están para evacuar consultas, aunque no faltan
colegas que se las ingenian para lograr esa especie de nihil obstat previo.

Pero, lo que frente a casos análogos piensan o han pensado los jueces está en
los repertorios jurisprudenciales. Es cuestión de saber buscar en ellos con
imaginación y audacia pero, a la vez, con buen juicio y sentido de la
responsabilidad.

REGLAS FUNDAMENTALES PARA DAR LA SOLUCIÓN "DEFINITIVA"


Para concluir el tópico de cómo estudiar un caso, me limitaré a referirme a dos
regias de entre las muchas que un abogado debe tener en cuenta al dar la
solución que llamaré "definitiva" para distinguirla de la provisional. Designo
como "definitiva" a la solución provisional que ha superado las tesis
mencionadas precedentemente.

A. Primera regla. Es necesario integrar el cuadro de ¡a manera más completa


posible. Para conseguirlo, hay que ver cómo encaja S en los otros
problemas de C; qué influencia puede tener sobre los mismos. C no es un
ente abstracto; es un ser humano; y como tal, tiene que lidiar con muchas
otras dificultades, además de aquella o aquellas que lo llevaron a requerir
nuestros servicios profesionales. Sólo C sabrá realmente si, desde el punto
de vista amplio de sus otros problemas o dificultades, S es una buena
solución. Hay que pedirle que medite sobré ello y dejar que nos haga todas
las preguntas que él juzgue pertinente.

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No sea el caso de que, pese a que nuestra solución sea óptima a la luz de
las circunstancias que nosotros tuvimos en cuenta para aconsejarla, no b
sea en eí contexto más amplio referido. Esto es, que sólo sirva para
solucionar una parte de las dificultades de C, pero al precio de agravar
otras, que no conocemos, más a!lá de !o razonable o tolerable. Siendo así el'
supuesto S no sirve.

B. Segunda regla.- tiene un aire de paradoja. Indica que hay que estar
siempre dispuesto a revisar o a reajustar nuestras soluciones "definitivas"
tan pronto advirtamos que su puesta en práctica no arroja los resultados
que se esperaban. O sea, que no hay soluciones que puedan de antemano
ser consideradas realmente definitivas.

¿COMO ARGUMENTAR UN CASO FRENTE A UN TRIBUNAL?


Planteémonos que ¡as partes han producido ya su prueba y formulado sus
pretensiones fundamentales. Ni las pruebas ni las pretensiones pueden ya ser
alteradas. Esa es la situación en que normalmente se encuentra quien tiene
que preparar un alegato, una expresión de agravios, un recurso de
inapücabilidad de ley o un recurso extraordinario.

Limitaré el presente tópico a observaciones muy generales, válidas —espero—,


de cómo debe argumentarse un caso ante un Tribunal. El método alternativo
hubiera sido tomar un caso, real o imaginario, dotado del máximo grado de
concreción posible, y con él a ¡a vista dar algunas pautas o consejos sobre
cómo debe argumentarse ese caso. De haber seguido esa alternativa, mis
recomendaciones habrían estado severamente condicionadas, entre olios; por
ios siguientes factores:

1) Por nuestro "papel" en ell juicio: actor o demandado; parte querellante o


defensor, etc. La importancia de esto es obvia en cuanto se liga con la carga de
la prueba, con el funcionamiento de ciertas presunciones de distinta fuerza y
con ciertas actitudes generalizadas de los tiibunales que suelen ver con
distintos ojos, por ejemplo, al querellante y al defensor.

2) Por el tipo de juicio: ¿Se trata de una causa civil, por oposición a una causa
pena!, o de una causa penal? ¿Se trata de un litigio en que se ventilan
preponderantemente cuestiones de derecho privado o de derecho público?,
etc. La importancia de esto también es fácil de ver. Así, por ejemplo, en el área
de ¡as causas penales tienen vigencia principios propios de ella, tales como los
que se relacionan con la regla ñ dubio pro reo, con la veda de la interpretación
analógica, con la no admisibilidad de ¡a prueba confesional como fundamento
de una sentencia de condena si no está corroborada con prueba de otro tipo,
con el rigor que tiene allí !a exigencia de que la acusación debe probar los
extremos de hecho que justifican la imposición de una pena, etc. Esos
principios tienen manifiesto peso sobre el tipo y contenido de ios argumentos
que pueden usarse con eficacia en el dominio donde ellos imperan. En el área
de las causas en que se ventilan preponderantemente cuestiones de derecho
publico opera el concepto de "gravedad o interés institucional". Ese concepto

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influye decisivamente para aumentar, o reducir a cero, la fuerza de una
determinada forma de argumentación, etcétera.

3) Por el tipo de escrito en que hemos de desarrollar nuestra argumentación:


un alegato de bien probado; una expresión de agravios; un recurso
extraordinario; una contestación de demanda en un juicio de puro derecho,
etcétera.

4) Por el tipo de Tribunal frente aJ que debemos argumentar: un Tribunal


"tradicional" (civil, comercial, penal); un Tribunal "no tradicional" (laboral, penal
económico, contencioso-administralivo, etc.); un Tribunal sui generis, de
carácter político {laiu sensu), como la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

5) Por el contenido de la litis: ¿se debaten cuestiones preponderantemente de


hecho, preponderantemente de derecho o se trata de un pleito, por decirlo así,
equilibradamente mixto?

6) Por lo que razonablemente podemos esperar, dadas todas las circunstancias


del caso, de la decisión judicial: la absolución de nuestro defendido o una pena
baja; el éxito parcial de nuestra demanda; nada más que la eximición de
costas; etcétera.

7) Por el resultado de la prueba producida: favorable, equilibrada, desfavorable.

8) Por el estado del derecho vigente respecto de los tópicos centrales en


debate; claramente en apoyo de nuestra posición, claramente adverso a ella, o
con mayor frecuencia, favorable en unos aspectos y desfavorable en otros, o
con tendencia a orientarse en la "buena" o en la "mala" dirección, o bien
ambiguo, indeciso, contradictorio, o aún inescrutable; etcétera.

9) Por el "clima" del asunto concreto que tenemos entre manos: por
innumerables puede ser desde muy bueno hasta muy malo, pasando por un
"clima" de opaca —y a veces reconfortante— indiferencia (es un juicio más de
los muchos que el Tribunal debe decidir).

10) Por las características idiosincráticas del juez: conservador; alérgico a los
argumentos, X, y, o z o a los hechos p, q o n hedonista; sumiso; deseoso de
hacerse ver; patológicamente independiente; profesoral; amigo de las
especulaciones abstractas; obsesivamente religioso; etcétera.

11; Por las características del colega-adversario: embarullador; pedante;


belicoso; latero; excesivamente detallista; dado a los placeres de la retórica;
autoridad en el tema sub lite, ex-magistrado del fuero recientemente alejado de
él; abogado de causas célebres; impulsivo abogado novel; astuto veterano de
mil lides forenses; etcétera.

Para trabajar con casos concretos, reales o imaginarios, hay que disponer de
una abundante gama de ellos, que cubra una parte importante del espectro de
casos en que suelen verse envueltos los abogados.

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En otras órbitas de cultura jurídica —me refiero al mundo anglosajón— ¡as
facultades de derecho enseñan los rudimentos del oficio de abogado con ayuda
del llamado método del caso o case method. Este consiste en r presentando
los principales probíemas que se suscitan en la aplicación y manejo de reglas
jurídicas tal como se los ve a partir de casos concretos en cuya decisión
gravitan las soluciones que se dé a esos problemas.

En lugar de considerar que los casos sirven únicamente para ejemplificar


reglas aprendidas con independencia de ellos, se entiende que el verdadero
alcance y función de las reglas sólo pueden ser captados a partir de los casos.
El derecho no es visto, por lo tanto, con ojos de profesor de derecho sino con
ojos de abogado.

Para poder decir aquellas pocas cosas tendré que suponer, e invitar a ustedes
a hacer lo propio, que nuestra hipotética argumentación debe ser hecha ante
un juez que si bien es imaginario puede ser caracterizado en función de sus
rasgos típicos. Ese juez imaginario compendia las virtudes y defectos que,
salvo períodos anómalos, definan a nuestros jueces. A saber del respeto
irrestricto al ritualismo o formalismo establecido en los cuerpos adjetivos.

Los dos primeros consejos o recomendaciones, como se advertirá fácilmente,


son de distinta naturaleza que los restantes.

1. Primera recomendación. En el capítulo X de su fascinante libro Los italianos,


LUlGGl BARZINI recuerda el caso de Monssignore Chitarella, prelado de
Ñapóles, que hace ya mucho tiempo llevó a cabo la interesante tarea de
codificar o compilar las reglas de la escoba de quince. Según el ilustre
sacerdote la primera regla de ese juego es ésta: Tratar siempre de ver las
cartas del adversario Un pendant de ese precepto en el campo del que me
ocupo sería, quizás alguna variante, algo más sórdida aún, del consejo del
Viejo Vizcacha.

La recomendación para argumentar ante un Tribunal es Tratar, ante todo, que


el Tribunal nos oiga. Ya dijimos que los jueces están, por lo general, excedidos
de trabajo. Hay por ello frecuentes lecturas apresuradas o superficiales de las
actuaciones, así como mucha delegación. No es insólito que magistrados
prestigiosos fallen juicios importantes sobre la base de la relación" de los
hechos y de la síntesis de las pretensiones en juego escuchadas de boca de un
secretario relator. No hay sensación más frustrante para un profesional
estudioso advertir que ha perdido un pleito porque el juez no ha leído sus
escritos.

Para estar seguros de ser oídos por el Tribunal muchos colegas consideran
indispensables recurrir al vulgarmente llamado "alegato de oreja". Consiste en
entrevistar al magistrado y, so pretexto de pedirle celeridad o que "estudie el
asunto bien" —exhortación ésta que, bien mirada, es ofensiva— machacarle de
palabra los puntos salientes de la argumentación que ya se ha hecho por
escrito. Frente a esta práctica algún colega ha dicho que nuestro procedimiento
no es en rigor de verdad oral ni escrito, sino "conversado".

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Ese método tiene varios inconvenientes. Uno de ellos es que no puede
recomendarse su adopción universal. Si todos los abogados recurriesen a él,
habría que buscar la manera de asegurarse de que los magistrados van a
recordar, al tomar la decisión, nuestro alegato oral. Tal vez un cumplimiento fiel
de ciertas prescripciones conectadas con la segunda recomendación nos
ayude a conseguir ser oídos.

2. Segunda recomendación. En cierta medida es complementaria de la anterior.


Puede formularse así: tratar que el Tribunal nos entienda bien. En relación con
esto vale la pena hacer las siguientes indicaciones sintéticas, quizás un poco
pedestres.
a) Ser breve, claro y conciso. Usar un estilo llano.
b) Describir con la mayor precisión, y en lo posible, sin tecnicismos, el conflicto
de intereses en juego.
c) No escatimar el punto y aparte, los títulos y ios subtítulos.
d) Presentar ordenadamente los argumentos, distinguiendo cuidadosamente
los principales y los subsidiarios y dando el necesario relieve a los primeros.
e) Hacer una síntesis de nuestra posición.
f) terminar con la petición concreta, cual es que el tribunal falle a favor nuestro
en cuanto a nuestro petitorio, o mejor dos. Una al comienzo, en la que se
precisará cuáles son las cosas que nos proponemos demostrar (expresión
inicial de intenciones que guía la lectura y facilita la comprensión de nuestra
línea argumenta!). Otra al fina!, en la que se resumirá de qué modo creemos
haber demostrado io que nos habíamos propuesto demostrar (expresión final
de conclusiones que dará a nuestro escrito la fuerza de un argumento bien
armado). O En lo posible construir la argumentación partiendo de un modelo
simple, que iremos enriqueciendo progresivamente.

Claro está que de poco valdrá que consigamos que el Tribunal nos oiga, y que
nos entienda bien, si lo que decimos carece de idoneidad para persuadir. Las
siguientes sugerencias se refieren a este otro aspecto —el sustancial— de la
cuestión.

Las ocho recomendaciones restantes


3. Tercera recomendación. Es menester esforzarse por ver las cosas como uno
las vería, sucesivamente, si fuera: a) el abogado de la otra parte, y b) el juez.
Puede ser que esto nos sea fácil, pero no es imposible. En todo caso
constituye una saludable gimnasia mental. Depende, en buena medida, del
temperamento de cada uno.

La pasión suele cegarnos y lo que los abogados necesitamos para ejercer bien
¡a profesión es tener los ojos abiertos y ia mente alerta y lúcida.

Sólo si somos capaces de apreciar la situación desde los otros dos puntos de
vista —el de nuestro adversario y el del juez— podremos reforzar nuestra
argumentación de manera de persuadir al Tribunal de que tenemos mejores
razones que nuestro adversario. Hay que estudiar a fondo las pretensiones del
colega contrario y los argumentos en que las sustenta. Ver en qué medida
están probados los hechos que da por probados.

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En qué medida las normas que invoca autorizan, frente a las circunstancias del
caso, las conclusiones que extrae de ellas.

4. Cuarta recomendación. Conceder sin vacilar todo aquello en lo que


razonablemente no podemos hacernos fuertes, tanto en cuestiones de hecho
como de derecho. No aferramos a defensas o alegaciones que sabemos que
no son buenas. En cambio, no ceder un palmo de terreno en todo aquello que,
tras un análisis riguroso de nuestra posición, nos sentimos seguros.
5. La quinta recomendación. Presentar nuestro caso de modo que la solución
que propugnamos aparezca lo menos alejada posible de lo ya establecido.
Existe en los jueces una marcada tendencia a seguir los precedentes. Esto se
justifica por dos razones respetables (amén de ser explicable por muchos
motivos bastante menos respetables), a) porque la adopción del punto de vista
generalmente aceptado es, por lo menos, síntoma de objetividad y, por lo más,
equivalente de ella; b) porque si hay algo que parece ser un incuestionable
principio de justicia —sí no el principio de justicia— es que hay que tratar de
igual manera los casos iguales.

6. La sexta recomendación. Si no podemos presentar nuestro caso de manera


tal que su solución se apoye en lo ya establecido, tratar de demostrar que lo ya
establecido no se refiere a nuestro caso. Con otras palabras, que éste exhibe
características, aspectos, matices, implicaciones, etc. que lo presentan como
un caso singular muy singular y que, en consecuencia, la aplicación ciega o
mecánica de la regia o reglas que prima facie lo incluyen conduciría a un
resultado notoriamente injusto, absurdo, caprichoso o arbitrario.

Aunque desde cierta perspectiva pueda parecer lo mismo sostener: a) que en


nuestro caso no se aplican las reglas X, y, z porque el mismo pertenece a una
familia de casos que constituye una excepción a esas reglas, o b) que éstas no
se aplican porque ellas no se refieren a un caso como el nuestro, que queda
fuera de su dominio, siempre es más conveniente argüir de la segunda manera.
Lo es por razones que tienen que ver con la psicología de los jueces y con las
creencias subyacentes en que están instalados.

Es más fácil conseguir que un juez decida que un caso no debe ser resuelto
por aplicación de las reglas x, y, z porque ellas no se refieren a él, en cuanto el
caso está fuera del radio de acción de aquellas disposiciones, que conseguir
que diga que está creando o aun reconociendo una excepción a las mismas.

7. Séptima recomendación. Evitar que nuestros argumentos puedan ser


exitosamente rebatidos con el contra-argumento de que la solución que
propugnamos no puede ser generalizada sin grave detrimento para la
seguridad jurídica.

Un buen antídoto es presentar nuestra solución para el caso concreto como


aplicación de un principio que admite ser formulado con aceptable precisión, de
modo que el riesgo de inseguridad no existe, porque no pretendemos pasar de
un ámbito reglado a otro discrecional, sino de un ámbito reglado a otro también
reglado, o, al menos, reglable. Esto es, susceptible de ser cubierto por normas
claras y manejables.

12
8. Octava recomendación. No usar argumentos puramente formales o que
impliquen un manifiesto sacrificio de valores sustantivos a cuestiones adjetivas
o rituales. No ser artificiosos ni parecerlo. No abusar de recursos arguméntales
de tipo estrictamente técnico para conservar ventajas o pretender nuevos
beneficios. La tendencia de la evolución del derecho, particularmente en la
regulación de las relaciones patrimoniales, se orienta hacia el rechazo de los
abusos formales. Basta con recordar el auge creciente de la llamada teoría de
la penetración del velo de la personalidad jurídica o la firmeza que, a partir del
famoso caso Colalillo {Fallos, 238:550), ha ido adquiriendo la jurisprudencia de
la Corte Suprema en materia de arbitrariedad por excesos rituales.

9. Novena recomendación. No olvidar que —contra lo que pudiera parecer—Ja


Constitución Nacional forma parte del derecho positivo, por ¡o menos en la
medida en que recibe aplicación judicial en conflictos justiciables.

Por lo tanto, examinar si en nuestro caso hay algún ingrediente que justifique la
aplicación de preceptos constitucionales y la eventual intervención de la Corte
Suprema. Esta sugerencia no es sino una forma particular de un consejo de
alcances más amplios.

A saber, que sin perder de vista la singularidad del caso acerca del cual
argumentamos y todas sus características concretas relevantes, conviene
siempre verlo en un contexto o perspectiva ¡o suficientemente amplio como
para permitirnos enriquecer nuestra argumentación con criterios o pautas que
una visión estrecha dejaría afuera.

10. Décima recomendación. No usar la agresión verbal como arma de


persuasión, porque, como diría Vizcacha, esa arma suele dispararse por la
culata. Para lograr los resultados que perseguimos no es necesario que nos
empeñemos en probar que el abogado contrario es un pérfido o el juez de
primera instancia un infradotado. El terrorismo verbal, los abusos de lenguaje,
el sarcasmo encarnizado, no conducen a nada bueno. Más bien disponen en
contra de quien recurre a tales expedientes.

Vistos con objetividad, parecen recursos retóricos dirigidos a ocultar el hecho


de que no se cuenta con buenos argumentos. El abogado que tiene buenos
argumentos, o que sabe usar bien los que tiene, puede permitirse ser cortés y
comprensivo. Eso ayuda a ganar pleitos. Ayuda también —cosa nada
desdeñable— a merecer el respeto y la consideración de los demás y a ser
mejor de lo que uno es, no ya simplemente como abogado, sino come ser
humano.

I3
Procesos Abreviados i

Por Efraín Mora Jorge


Trabajo de la Asignatura: Practica Preprofesional de
Derecho Civil y Procesal Civil.
Catedrático: Luis Danilo Vilca
Página Web para bajar el articulo.
http://www.scribd.com/doc/2570062/Procesal-Civil-2

El Proceso Abreviado es un proceso


contencioso de duración intermedia entre el
proceso sumarísimo y el proceso de
conocimiento (respecto a los plazos).

CARACTERÍSTICAS
Se caracteriza por la concentración de algunos actos procesales como:
1. La realización de¡ Saneamiento Procesal y de Conciliación en una sola
audiencia;
2. Posibilidad de ofrecer medios probatorios en la apelación de sentencias;
3. Improcedencia de la Reconvención en los procesos contenciosos de:
a. Retracto,
b. Títulos Supletorios,
c. Prescripción Adquisitiva de Dominio,
d. Rectificación de Áreas o Linderos,
e. Responsabilidad Civil de los Jueces,
f. Tercerías, Impugnación de Acto o Resolución Administrativa.

COMPETENCIA
Jueces Civiles
Jueces de Paz Letrados o Juzgados de Paz Letrados cuando la cuantía de la
pretensión es mayor de 20 y hasta 50 URP.
Excepción, con la excepción de los casos en los que ia ley atribuye su
conocimiento a otros órganos jurisdiccionales.

PRETENSIONES SUSCEPTIBLES DE TRÁMITE EN LA VÍA DEL PROCESO


ABREVIADO
1. Retracto;
2. Título Supletorio;
3. Prescripción Adquisitiva de Dominio;
4. Rectificación de Áreas o Linderos;
5. Responsabilidad civil de los jueces;
6. Expropiación;
7. Tercería de propiedad;
8. Tercería de Derecho Preferente;
9. Impugnación de acto o Resolución Administrativa;
10. Cumplimiento de dar sumas de dinero;

14
11. Daños y perjuicios derivados de accidente de tránsito;
12. División y partición;
13. Cesación de usurpación del nombre e indemnización;
14. Impugnación judicial de cambio o adición de nombre;
15. Impugnación judicial de acuerdos de asociación;
16. Disolución de asociación por actividades o fines contrarios al orden público
o a las buenas costumbres;
17. Impugnación de acuerdos de los administradores de fundaciones;
18. Requerimiento de presentación de cuentas y balances de fundación;
19. Suspensión de administradores en fundación;
20. Ampliación de los fines de la fundación;
21. Modificación de los fines de la fundación;
22. Disolución de fundación por imposibilidad del fin fundacional;
23. Disolución de comité por actividades o fines contrarios al orden público o a
las buenas costumbres.
24. Limitación de la representación de la sociedad conyugal;
25. Sustitución del régimen de sociedad de gananciales por el de separación
de patrimonios por abuso de facultades;
26. Sustitución del régimen de sociedad de gananciales por el de separación
de patrimonios por actuación dolosa;
27. Sustitución del régimen de sociedad de gananciales por el de separación
de patrimonios por actuación culposa;
28. Autorización a los hijos para vivir separados de sus padres;
29. Entrega en custodia a tercero de bien prendado en caso de abuso;
30. Responsabilidad del depositario por abuso del bien prendado;
31. Fijación del plazo para devolución de mutuo;
32. Nulidad del pacto social;
33. Nulidad de acuerdos societarios;
34. Impugnación de acuerdos de junta general de accionistas;
35. Impugnación de acuerdos de exclusión de accionistas en sociedad
anónima cerrada;
36. Oposición a prórroga de la sociedad colectiva;
37. Oposición al acuerdo de exclusión de socio en sociedad colectiva;
38. Exclusión de socio en sociedad colectiva;
39. Oposición al acuerdo de exclusión de socio en sociedad comercial de
responsabilidad limitada;
40. Impugnación de acuerdos de asamblea de obligacionistas;
41. Nulidad de transformación de sociedad;
42. Nulidad de fusión de sociedades;
43. Nulidad de escisión de sociedades;
44. Responsabilidad en sociedades irregulares;
45. Pago de póliza de seguro por accidente de tránsito;
46. Pago de remuneraciones por servicios prestados como consecuencia de
vínculo no laboral;
47. Fijación de la retribución del tutor;
48. Justificación de la desheredación;
49. Remoción judicial de albacea;
50. Partición judicial de bienes hereditarios antes del vencimiento del plazo de
indivisión;
51. Partición judicial de herencia;

I5
52. Partición judicial obligatoria de la herencia;
53. Oposición del acreedor de la herencia a la partición;
54. La partición cuyo petitorio tenga una estimación patrimonial mayor de
veinte y hasta trescientas URP (unidades de referencia procesal)

FLUJO EN LOS PROCESOS ABREVIADOS


1. Trámite
A. Admisión de demanda
B. Saneamiento procesal y conciliación
b.1. Juramento a convocados
b.2. Excepciones y defensas previas
b.3. Obligación del juez de propiciar la conciliación
b.4. Fijación de puntos controvertidos
b.5. Admisión de medios de prueba
b.6. Resolución de cuestiones probatorias propuestas.
2. Audiencia de pruebas
3. Audiencia especial y complementaria
4. Sentencia
5. Apelación

1. Admisión de demanda.
Presentada ía demanda al Juzgado, y ésta es calificada positivamente; los
emplazados son notificados con copia de la demanda y anexos respectivos,
pudtendo el demandado:
a) Interponer tachas u oposiciones a los medios probatorios dentro del
plazo de tres (03) días contados desde la fecha de la notificación de la
resolución que los tiene por ofrecidos.
b) Interponer excepciones y defensas previas, dentro del plazo de cinco
(05) días, contados desde la notificación de la demanda.
c) Contestar la demanda y reconvenir, en un plazo de diez (10) días
contados desde la notificación con la demanda..
d) Absolver el traslado de las excepciones o defensas previas
planteadas contra la reconvención, dentro dei plazo de cinco (05) días.

E! demandante podrá:
a) Absolver las tachas u oposiciones, dentro del plazo de tres (03) días;
b) Absolver el traslado de las excepciones o defensas previas, dentro
del plazo de cinco (05) días;
c) Interponer excepciones o defensas previas contra la reconvención,
dentro del plazo de cinco (05) días;
d) Ofrecer medios probatorios, si en la contestación se invocan hechos
nuevos no expuestos en la demanda, dentro del plazo de cinco (05) días;
e) Absolver el traslado de la reconvención, dentro del plazo de diez (10)
días.

2. Saneamiento procesal y conciliación se realiza en una sola audiencia;


dentro de ios quince (15) días de vencido el plazo para contestar la demanda
o reconvenir, o de vencido el plazo para absolver e! trasíado de la
reconvención.

16
Secuencias de! Saneamiento procesa! y conciliación:

a. Juramento a convocados - El juez toma juramento a los convocados


antes de iniciarse la audiencia.

b. Excepciones y defensas previas.- el juez admite los medios de prueba


pertinentes que sustenten los hechos de los medios de defensa
ofrecidos tanto por el demandado como por el demandante, rechazando
de piano las pruebas que considere impertinentes.
Admitidos los medios de pruebas de las excepciones y defensas previas
el Juez ordenará su actuación, procediendo luego a resolverlas,
declarándolas fundadas o infundadas; si las declara infundadas,
declarará la existencia de una relación jurídica procesal válida y en
consecuencia saneado el proceso. De no haberse producido
excepciones o defensas previas el Juez expedirá el Auto de
saneamiento procesal, pudiendo declarar:
b. 1. La existencia de una Relación Jurídica Procesal válida; o
b.2. La nulidad y conclusión del proceso; o
b.3. La concesión de un plazo si ios defectos fuesen subsanables.

c. Obligación del juez de propiciar la conciliación.- El Juez debe


propiciar la conciliación de las partes, concediendo el uso de la palabra
al demandante, al demandado o tercero legitimado en su caso.
Luego de escuchar a las partes, y teniendo en cuenta la demanda y
contestación; los medios de prueba ofrecidos por las partes, propone
una fórmula conciliatoria de acuerdo a io que fluya del proceso.
De producirse la conciliación se extiende el acta en el libro de
conciliación del juzgado, aprobándose dicha conciliación y
disponiéndose su cumplimiento siempre que no se trate de derechos
indisponibles de las partes. En el expediente se dejará constancia de la
conciliación dándose por concluido el proceso.
De no producirse la conciliación, el Juez deja constancia expresa de la
fórmula conciliatoria propuesta y de la parte que no la acepte. En caso
de que la sentencia otorgue igual o menor derecho del que se propuso
en la fórmula conciliatoria; a la parte que no aceptó se íe impondrá una
multa no menor de 2 ni mayor de 10 URP.

d. Fijación de puntos controvertidos.- Si la conciliación fracasa, el Juez


dispone la fijación de los puntos controvertidos, es decir delimita las
pretensiones del demandante y las del demandado en forma resumida y
concreta en especial las que deben ser objeto de prueba para poder
resolver el fondo del asunto.

e. Admisión de medios de prueba.- Fijados los puntos controvertidos el


Juez procede ai saneamiento probatorio admitiendo las pruebas que
considere pertinentes y necesarias a la cuestión de fondo;
pronunciándose con respecto a la prueba inadmisible o improcedente,
mediante resolución motivada.

17
f. Resolución de cuestiones probatorias propuestas.- De haberse
propuesto cuestiones probatorias, como tachas u oposiciones, el Juez
ordenará la actuación inmediata de los medios probatorios ofrecidos por
las partes y luego en Resolución motivada procede a resolverlas.

FINALIZADA la Audiencia de Saneamiento y Conciliación, el Juez comunica


a las partes, el día, la hora y el lugar de la realización de la Audiencia de
Pruebas.

3. Audiencia de pruebas
Se lleva a cabo dentro de los veinte (20) días siguientes a la realización de la
Audiencia de Saneamiento y Conciliación.
En esta audiencia, el Juez toma juramento a ¡os convocados.
Luego ordena se actúen las pruebas admitidas; en el siguiente orden:
i. Inspección Judicial, que puede ser con Peritos y declaraciones de
testigos ofrecidos con arreglo a la ley. Si no se ofrece inspección judicial
se actúa en primer lugar la prueba de Peritos; luego, las otras pruebas.
ii. Declaración de testigos;
iii. Documentos; reconocimiento y exhibiciones;
iv. Declaración de parte, comenzando por el demandado.

Si el Juez considera conveniente puede disponer en la audiencia la


confrontación de peritos, testigos, peritos y testigos, peritos y fas partes y de
testigos con !as partes.

4. Audiencia especial y complementaria.- de ser el caso se realizará dentro


de los cinco (05) días de efectuada la Audiencia de pruebas.

5. Sentencia.- se expedirá dentro de los veinticinco (25) días de realizada la


audiencia de pruebas o las audiencias especial y complementaria si se
hubiese realizado.

6. Apelación.- Las partes justiciables pueden apelar de ia sentencia dentro del


plazo de cinco (05) días de habérsele notificado el fallo.
Trámite
o
15 días de vencido el plazo para o
TE
contestar la demanda o reconvenir
c; O
, o de vencido el plazo para absolver — OI t 3- Audiencia de pruebas (05) días de
O
el traslado de la reconvención £ Juramente a convocados. efectuada la
Actuación de Pruebas admitidas, en é siguiente orden
E Audiencia
<5 i Inspección Judicial, que puede ser con Peritos y
de pruebas
C declaraciones de testigos ofrecidos con arreglo a la ley
1. Admisión de demanda <3
O
Si no se ofrece inspección judicial se actúa en primer
O lugar la prueba dePeritos, luego, las otras pruebas.
o j¡
Presentada la demanda al Juzgado, y ésta es calificada o c Declaración de testigos,
positivamente, los emplazados son notificados con copía de la O Documentos reconocimiento y exhibiciones;
■'
rj <v Declaración de parte, comenzando por el demandado.
demanda y anexos respectivos, pudendo el demandado;
TF <1 Si el considera puede disponer an lá
a) Interponertachas u oposiciones a los medios probatorios audiencia la crinfroritación de peritos, testigos, peirlos y
(03) días contados desde la fecha de la notificación de la testigos, peritos j las partes y de testigos con las partes.
resolución que les tiene por ofrecidos

b) Interponer excepciones y defensas previas, (05) días, 4. Audiencia Especial


contados desde la notificación de la demanda. y complementaria
c) Contestar la demanda y reconvenir, (10) días contados 2. Saneamiento procesal y conciliación se expedirá dentro de
desde la notificación con la demanda .. 25 días de realizada la
1. Juramento a convocados
d) Absolver el traslado de las excepciones o defensas previas audiencia de pruebas
planteadas contra la reconvención, efe cinco (05) días. 2. Excepciones y defensas previas.- el Juez o audiencias especia
expedirá el Auto de saneamiento procesal, y complementarla
El Demandante podrá: sí se hLfctése realizado
pudiendo declarar: 1).La existencia de una
a) Absolver las tachas u oposiciones, (03) días, Relación Jurídica Procesal válida; 2). La
b) Absolver el traslado de las excepciones o defensas nulidad y conclusión del proceso; 3) La
previas, (05) días; concesión de un plazo si los defectos 5. Sentencia
fuesen subsanables
c) Interponer excepciones o defensas previas contra la
reconvención, (05) días;
3. Obligación del juez de propiciar la conciliación pueden apelar
dentro del plazo de
d) Ofrecer medios probatorios, si en la contestación se invocan
hechos nuevas no expuestos ei é demanda, dentro del plazo de
4. Fijación de puntos controvertidos 5 Días de habérsele
notificado el fallo
cinco (05) días,
5. Admisión de medios de prueba
e) Absolver el traslado de la reconvención, diez (10) días. 1----- >6. Apelación
6. Resolución de cuestiones probatorias propuestas.
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