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Análisis del Libro "El Alma De La Toga"

LICENCIATURA EN DERECHO
CENTRO UNIVERSITARIO
MOTOLINIA
DERECHO CONSTITUCIONAL
SELENE COLIN VILLEGAS
PEDRO ALFONSO GUILLEN
MENDOZA
INTRODUCCION
El libro el ama de la toga nos enseña todo lo que está pasando con los abogados
en todo el mundo porque muchas veces no sabemos en realidad diferenciar lo que
es un abogado y un licenciado en derecho, ya que estos dos tienen gran diferencia
y nosotros como futuros a egresar de la carrera somos licenciados en derecho y
tenemos que ser más conscientes de la situación que se vive y en realidad tomar
muy enserio la licenciatura, tenemos que ser conscientes de que si decidimos
estudiar esta carrera fue porque en realidad lo queríamos y nos llamó la atención. 
Tenemos que empezar a actuar de manera profesional y correcta para obtener
buenos resultados en las diferentes ramas del derecho, la licenciatura en derecho
se tiene que manejar con ética y profesionalismo para que se pueda cambiar la
percepción que tiene la sociedad sobre los licenciados, pensar realmente en
apoyar a nuestro cliente y que la resolución del caso se lleve de la manera más
justa y poder lograr la justicia que ahora en nuestros tiempos esta por los suelos,
aprender hacer nuestro trabajo y no solo guiarnos sobre las leyes que esas
siempre van a existir y para eso están plasmadas en los libros si no pensar
realmente que podemos hacer para que nuestro cliente salga beneficiado pero
siempre y cuando se haga lo correcto y trabajando con ética que es como en
realidad se gana un caso.
Tenemos que aprender a ser profesionales con nuestro trabajo y enseñarnos que
no podemos ir por la vida sintiéndonos mejores que otros, porque en realidad el
mejor abogado es aquel que disfruta lo que hace, que le gusta hacer su trabajo
pero sobre todo que no solo ocupas las leyes sino que también el pensamiento de
el de cómo llevar acabo de manera justa un caso, las técnicas que ocupa, pero
sobre todo el secreto profesional que tiene hacia su cliente porque le está
confiando su patrimonio, su familia etc, ya que es la ética con la que él se va a dar
a conocer.
Los abogados deben de aprender a decidir por ellos mismos lo que deben hacer y
decir para que puedan tener una mejor expresión ante los demás con claridad y
contar con la capacidad posible para poder dar solución a un caso, pero sobre
todo estar siempre consientes del lugar donde venimos, y siempre contar con la
sencillez sin tener como intereses las cosas materiales y así poder cambiar la
reputación que tiene la gente sobre todos lo abogados, ya que por unos pagan
todos y eso no es lo justo para esta carrera tan maravillosa con las que podemos
contribuir a la sociedad para hacer justicia y de un mejor país libre de corrupción. 
Quién es abogado
no será aquel que de memoria redacte las pandectas, o las institutas si no aquel
que se apasione por su arte, el que busca no llevar a su cliente a lo que este le
pida, si no a la emanación pura de la justicia, el que de ella ejerza
permanentemente.
La fuerza interior
Menciona indubitablemente como es precisa esa fuerza interior que distingue a la
abogacía de otras profesiones, ya que en el campo de guerra el abogado se haya
en una especie de confinamiento en solitario público, cuando si bien no se haya
privado de la libertad, se encuentra solo a la condición de la confianza, esto
mencionado como que lo único meramente formal con lo que contamos los
abogados, es eso, nosotros mismos como abogados. Debemos aprender a confiar
en nosotros mismos, en vivir nuestra vida sin tener como condicionales las
opiniones de los demás colegas, que, si bien son validas, muchas veces y por la
práctica moralista de cada caso en cuestión, podría no ser la más correcta o la
indicada.
La sensación de la justicia
Al ser nosotros un ministerio para la ley, debemos notar inexorablemente dicha
puntualización “ministerio para la ley” esto que señalo es sin lugar a duda vértice
de la piedra angular en la abogacía, como resulta que aquellos que peleasen en
nombre de los gobiernos liberales, que abogaron contra la pena de muerte, sean
hoy los que ahorcan y fusilan a mansalva. ¿Dónde está lo justo? No podemos
juzgar meramente con base en lo que puntualice la ley, sin lugar a duda, hay que
vivirla, hay que interpretarla.
La moral del abogado
Uno de los conflictos más grandes a los que se enfrentan muchas veces los
colegas, que es sin lugar a duda lo primordial, mantener la moral o desistir de la
misma. Si bien somos parte fundamental de nuestro ingenio, este no deberá
prevalecer por encima de nuestra moral, basarnos en la rectitud de nuestra
conciencia. Debemos servir al fin bueno, aunque sea con los medios malos y no
viceversa.
El secreto profesional
En el principio de la historia la función del abogado fue de patronato, de
protección, de confidencia. No es una simple y llana carrera, es un ministerio, por
lo tanto, debemos fidelidad a lo que nuestro cliente nos confiese, entrando al
conflicto con el tema que antecede a este, ¿Es posible servir al secreto profesional
y a la moral del abogado conjuntamente? Es quizá una de las dudas más tratables
en esta carrera de vida al encontrar conflictos de propia conveniencia, de interés
particular ajenos y de grave interés social.
La chicana
El último recurso del que debe de valerse un abogado sin duda alguna, no son
más que tramites innecesarios que se emplean para la obtención de un tiempo
superior al dado por la ley para la obtención de beneficios o para la presentación
de pruebas. ¿Medios dilatorios del procedimiento para ganar tiempo o para probar
una verdad incomprobable de no existir dichas dilatorias? Se debe actuar
conforme a los tiempos que establece la ley, no buscar beneficios en otros,
aunque si bien debería ser así a fin de buscar, prevalezca la ley.
La sensibilidad
El abogado es artista, vive de las emociones de los clientes a fin de hacerlas del
conocimiento del juez mediante su plasme en los escritos o su recitación en las
palabras, no podemos ser fríos de alma y mostrarnos insensibles a los
sentimientos de nuestros clientes y/o de nuestra contraparte, sin embargo, a su
vez, no podemos ser emocionales en estos, y debemos a bien olvidar nuestro
triunfo, tan pronto salimos de la sala y de nuestro cliente nos despedimos.
El desdoblamiento psíquico
Principio fundamental del abogado, actuamos por el cliente, pero no para el
cliente, actuamos en pro del prevale cimiento de justicia aunado a la petición del
1ro. Pero debe de existir una separación entre uno y otro en virtud de la
separación de cuerpos, actuares y pensares entre unos y otros.
La independencia
Al igual que lo mencionado arriba mencionado, debemos actuar si bien por nuestro
cliente no para nuestro cliente. Esto se debe a que indubitablemente habrá de
actuar a lo que a su parecer convenga, no salvaguardando la integridad de la
justicia en la mayoría de los casos, lo cual debe de sr punto de partida del actuar
como abogados. No prestamos un servicio, ya que esto llevaría consigo el pago y
la subordinación, si no, un manejo de situación con asesoramiento y
procedimientos procesales con el fin, (no siempre cierto) de llegar a donde el
cliente pida o aclama la justicia.
El trabajo
Ser firmes en eso es base fundamental, no hacer o emitir opinión alguna sobre la
forma correcta de trabajar o del punto de vista laboral de otro abogado ya que
puede ser desaventurado al no contar con bases que fundamenten nuestro decir
puntualmente, al mismo tiempo que demeriten el del otro.
La palabra
Los abogados más allá de los escritos debemos de contar principalmente con
nuestras palabras, somos abogados, es decir abogamos a favor de algo,
exponemos una historia encuadrada a un hecho, por lo cual la dicción y uso
correcto es fundamental. Si no nos entienden, como habrán de hacernos caso.
El estilo forense
Los abogados debemos de darnos doble orgullo conforme a nuestra profesión, no
solo somos abogados, si no artistas. Somos oradores y escritores, lo cual no es
facultad de muchos hombres, hay que explicar en pocas palabras lo mucho que
pretendemos, haciendo saber porque tenemos la razón y por qué habría de sernos
dada.
Especialista
“El abogado que sea especialista en una materia, no es abogado alguno”. No
debería existir la especialización en esta materia, ya que, como abogados, es
nuestro deber conocer de todos los temas inherentes a la carrera, por lo tanto el
que se especialice en un tema de terminado, no está, si no determinado al
fracaso.
La abogacía y la política
Debería terminarse con la ideología de que cualquiera puede ser político, si bien
mucha gente puede o podría conocer de las necesidades fundamentales de la
gente, no somos si no nosotros los abogados los que conocemos de leyes, su uso
y aplicación. Es en esta noble carrera donde deberían de recaer la base de
gobierno de nuestro entorno.
Los pasantes
El inicio del abogado, si bien la familia será la base fundamental de todo hombre,
es aquí donde el abogado tendrá sus primeros inicios. Lo que vea en los
abogados postulantes, no será, si no la base de su desarrollo en el futuro, por lo
cual resulta predominante ser ejemplo para seguir para ellos/nosotros
Conclusión
Un libro que, sin lugar a dudas, todo abogado, pasante, estudiante de derecho
debe de leer. Empieza con una manifestación singular de lo que un abogado debe
de ser y como aprender a diferenciar la terminología entre Licenciado en Derecho
y Abogado, en como tenemos que manejarnos en los ámbitos diarios de nuestra
vida con pequeños resúmenes en cuanto a las partes fundamentales del abogado
y una pequeña impresión por parte del Lic. Ángel Ossorio.
 Quien es abogado: Cual es la diferencia entre tener el titulo como carrera y
abogar por la libertad y la verdad como ministerios de la Ley.
 La fuerza interior: La confianza que debemos de tener los abogados en
nosotros mismos, como parte fundamental de la creencia de que en
nosotros recae el ministerio de la Ley
 La moral del abogado: Que tanto es justo y que tanto no lo es, ¿defender a
nuestro cliente? o ¿hacer prevalecer la justicia?
Siendo estos temas fundamentales en el análisis de esta obra ya que empieza a
adentrar al lector en los principios básicos de la base de la abogacía, en el cómo
actuar, que decir en cuanto a nuestra opinión solicitada entre otras. Es un libro que
sin lugar a duda deja como tras fondo un análisis exhaustivo de la vida diaria de
los abogados. No puedo dejar pasar una frase que sin lugar a dudas puede
marcar el estudio de este: “Acentúen la pasión, que también al hablar tiene mejor
acomodo que al escribir. Y sientan el honor y el orgullo de ser abogados, que es
una de las cosas más grandes que en el mundo cabe ser

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