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LA MESA PARA EL PAN DE LA PROPOSICIÓN

También “pan de los rostros”. En Ex. 25:30 (NVI “pan de la presencia”), las
instrucciones del Señor sobre la parafernalia de la adoración incluían una
provisión de pan que siempre se guardaba en una mesa colocada delante del
Lugar Santísimo. Este pan se denominaba “pan de la proposición”. El
significado literal de la expresión hebrea es “pan del rostro”. Consistía en doce
panes presumiblemente sin levadura que se cambiaban todos los días de
reposo. Jesús tomó la dieta básica de la adoración de las festividades, el pan
sin levadura, y se lo dio a Sus seguidores como símbolo de la presencia de Su
cuerpo partido para proveer salvación y la esperanza de Su regreso (1 Cor.
11:17-32)

Para muchos de nosotros, la mesa del comedor puede ser el lugar


más preciado de nuestra casa. Esto no es solamente por el sustento
que se recibe allí, sino también por la apreciada interacción que tiene
lugar con familiares y amigos al compartir una comida.

Nuestra propia experiencia de la hora de la comida nos permite


apreciar mejor el simbolismo de la mesa para el pan en el tabernáculo.
Ubicada al lado derecho (norte) del Lugar Santo, la mesa estaba
hecha de madera de acacia y cubierta con oro puro (Éx. 25:23-30;
37:10-16) . Medía aproximadamente noventa centímetros de largo,
cuarenta y cinco de ancho, y setenta de alto. Un borde abarcaba el
exterior de la mesa, y cuatro patas con cuatro anillos de oro adheridos
la sostenían.

Cuando llegaba el momento de mover la mesa, se deslizaban postes a


través de los cuatro anillos para transportarla. Además, colocaban
sobre ella platos, platillos, jarras y cuencos hechos de oro puro. Los
platos y los platillos probablemente contenían el incienso, y los frascos
y cuencos eran aparentemente utilizados para libaciones (ofrendas de
bebidas).
El propósito principal de la mesa era sostener “el pan de la
proposición” (literalmente, “el pan del rostro”), que se colocaba ante la
presencia o rostro de Yahvé (Éx . 25:30) . Cada sabbat, los sacerdotes
reemplazaban los panes de la semana anterior con un lote fresco
(Levítico 24:5-9) . Exactamente doce panes se colocaban en dos filas
de seis, y estos panes representaban a las doce tribus de Israel. Estos
panes eran una ofrenda de comida a Dios que se llevaba a cabo
perpetuamente como “un pacto para siempre” (Levítico 24:8) .

Junto con los otros elementos del tabernáculo, la mesa resalta la


relación de pacto entre Dios y su pueblo al habitar Yahweh con Israel
de una manera especial. Aunque podría decirse mucho acerca de esta
mesa, hay dos cosas principales a tener en cuenta.

Primero, la mesa del pan enfatiza la provisión de Dios para Israel.


Dios es el Creador y el Señor del pacto que ha prometido redimirlos y
cuidarlos. Como la fuente de su vida, Él les da su pan de cada día
(como el “maná” en el desierto; Ex. 16:1-36). Pero aún más, Él es la
fuente de su vida eterna. Y el pueblo reconoce estas cosas al
participar en el ritual de ofrendas de comida en la mesa. Proveen
para la mesa una porción de la abundancia que Dios les ha dado. De
esta manera, las personas muestran su gratitud y adoran al Señor del
pacto.

Segundo, la mesa resalta la comunión íntima que existe entre Dios y


su pueblo. En la Biblia, una comida compartida era un momento de
estrecha comunión entre las personas, especialmente en el contexto
de pacto (por ejemplo, la comida de Abraham con Dios en Génesis
18:1-9).

Significativamente, el capítulo anterior en Éxodo proporciona un


maravilloso ejemplo de esto. En Éxodo 24:9-11, después de que Dios
le dio su ley a Israel, Moisés y los ancianos subieron a la montaña
para comer con el Señor, y el texto nos dice maravillosamente que en
ese momento ellos vieron a Dios (vv .10-11). Esta fue la comida del
pacto que conmemoraba la relación entre Yahweh e Israel. Comer en
la presencia de Dios reveló que Israel era íntimamente conocido y
amado por Él. Entonces, como los doce panes eran una ofrenda de
comida a Yahweh y más tarde eran comidos por los representantes
sacerdotales del pueblo, la mesa se convirtió en un recordatorio
perpetuo de la comunión íntima que Dios tenía con su pueblo.

Estos elementos del Antiguo Testamento son sombras de mejores


realidades que han llegado a la Iglesia en Jesucristo (Heb. 10:1). Él es
la expresión más completa del tabernáculo/ templo como la presencia
de Dios entre su pueblo (Mt. 1:23; Juan 1:14; 2:19–21). A través de él,
Dios le da vida a la Iglesia tanto ahora (Mt. 6:11; Fil. 4:19) como en la
eternidad (Juan 3:16, Hechos 4:12). El pan de la proposición
finalmente señalaba a Jesús como el pan del cielo (Juan 6:22-65). Él
es el pan de vida (vv .35, 48), el verdadero maná del cielo (vv .30-33),
y todos los que comen su carne y beben su sangre (es decir, creen en
él) tienen vida eterna (vv .51-58).

Este acto de alimentarse de Cristo por la fe se simboliza en la Santa


Cena (1 Corintios 11:23-26), que no se limita a los sacerdotes como el
pan de la proposición del pacto antiguo. En la comida del nuevo pacto,
todos los creyentes ahora participan en una comunión íntima con el
Dios trino, y juntos, los miembros de la Iglesia ven que son conocidos
y amados por Él. La Mesa del Señor también señala el glorioso
banquete de bodas del Cordero, donde Cristo y su Iglesia tendrán
comunión para siempre (Apocalipsis 19:6-9). Esta es la mesa que Dios
está preparando para aquellos que lo aman, o más bien, para aquellos
que son amados por Él.

Pan de la proposición - Diccionario Bíblico Sencillo


tip, ALIM LEYEvet, (lit.: «pan de la presencia»). Se trataba de doce hogazas,
puestas en el Tabernáculo en dos hileras de seis sobre la mesa de oro del
lugar santo, donde se hallaban constantemente delante del Señor. Eran
renovadas cada sábado. Los sacerdotes comían, en el lugar santo, los panes
sacados de la mesa (Éxodo 25:30) «Y pondrás sobre la mesa el pan de la
proposición delante de mí continuamente». (Levítico 24:5-9). (1 Samuel 21:6)
«Así el sacerdote le dio el pan sagrado, porque allí no había otro pan sino los
panes de la proposición, los cuales habían sido quitados de la presencia de
Jehová, para poner panes calientes el día que aquéllos fueron quitados».
(Mateo 12:4) «cómo entró en la casa de Dios, y comió los panes de la
proposición, que no les era lícito comer ni a él ni a los que con él estaban, sino
solamente a los sacerdotes?».
En heb., estas doce hogazas se designaban con las siguientes expresiones:
pan perpetuo,pan de la proposición (Números 4:7) «Sobre la mesa de la
proposición extenderán un paño azul, y pondrán sobre ella las escudillas, las
cucharas, las copas y los tazones para libar; y el pan continuo estará sobre
ella». colocación continua (2 Crónicas 2:4) «He aquí, yo tengo que edificar
casa al nombre de Jehová mi Dios, para consagrársela, para quemar incienso
aromático delante de él, y para la colocación continua de los panes de la
proposición, y para holocaustos a mañana y tarde, en los días de reposo,
nuevas lunas, y festividades de Jehová nuestro Dios; lo cual ha de ser
perpetuo en Israel». Josefo afirma que se trataba de panes sin levadura
(Hechos 3:6) «Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy;
en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda». Cada hogaza
contenía dos décimas partes de un efa de flor de harina, de la empleada para
los huéspedes de nota y para la mesa del rey (Génesis 18:6) «Entonces
Abraham fue de prisa a la tienda a Sara, y le dijo: Toma pronto tres medidas de
flor de harina, y amasa y haz panes cocidos debajo del rescoldo». (1 Reyes
4:22) «Y la provisión de Salomón para cada día era de treinta coros de flor de
harina, sesenta coros de harina». Esta flor de harina figuraba en diversas
ofrendas (Levítico 2:1) «Cuando alguna persona ofreciere oblación a Jehová,
su ofrenda será flor de harina, sobre la cual echará aceite, y pondrá sobre ella
incienso». (Levítico 5:11) «Mas si no tuviere lo suficiente para dos tórtolas, o
dos palominos, el que pecó traerá como ofrenda la décima parte de un efa de
flor de harina para expiación. No pondrá sobre ella aceite, ni sobre ella pondrá
incienso, porque es expiación». Los doce panes representaban a las doce
tribus de Israel (Levítico 24:7) «Pondrás también sobre cada hilera incienso
puro, y será para el pan como perfume, ofrenda encendida a Jehová». (Éxodo
28:10-12). (Éxodo 24:4) «Y Moisés escribió todas las palabras de Jehová, y
levantándose de mañana edificó un altar al pie del monte, y doce columnas,
según las doce tribus de Israel». (Éxodo 28:21) «Y las piedras serán según los
nombres de los hijos de Israel, doce según sus nombres; como grabaduras de
sello cada una con su nombre, serán según las doce tribus».
Los qohatitas tenían la responsabilidad de cocer el pan de la proposición
“sábado a sábado”, así como de transportarlo cuando se trasladaba el
tabernáculo. (Números 4:7) «Sobre la mesa de la proposición extenderán un
paño azul, y pondrán sobre ella las escudillas, las cucharas, las copas y los
tazones para libar; y el pan continuo estará sobre ella». (1 Crónicas 9:32) «Y
algunos de los hijos de Coat, y de sus hermanos, tenían a su cargo los panes
de la proposición, los cuales ponían por orden cada día de reposo». Cada una
de las doce hogazas anulares estaba hecha de dos omeres (2/10 de efá;
equivalente a 4,4 l) de flor de harina, y, según Josefo, eran ácimas.
(Antigüedades Judías, libro III, cap. VI, sec. 6). El sábado se quitaban los
panes de la mesa del pan de la proposición, que estaba en el lado N. del Santo
(Éxodo 26:35) «Y pondrás la mesa fuera del velo, y el candelero enfrente de la
mesa al lado sur del tabernáculo; y pondrás la mesa al lado del norte». y se
sustituían con otros doce panes recientes. Se colocaban en dos montones de
seis panes o capas cada uno, y sobre cada montón se ponía olíbano puro. La
tradición judía dice que el olíbano se ponía en vasijas de oro, no directamente
sobre las tortas. Se dice que cuando el sábado se retiraba el pan de la
proposición, el olíbano se quemaba sobre el altar. (Levítico 24:5-8).
Debido a que los panes habían estado durante una semana delante de Jehová,
eran algo santísimo y tenían que comerlos los sacerdotes aarónicos en un
lugar santo, seguramente en alguna parte de los recintos del santuario.
(Levítico 24:9) «Y será de Aarón y de sus hijos, los cuales lo comerán en lugar
santo; porque es cosa muy santa para él, de las ofrendas encendidas a
Jehová, por derecho perpetuo». La Biblia solo registra una ocasión en la que
comieran los panes ya reemplazados personas que no fuesen del linaje de
Aarón. Cuando David huía de Saúl, pidió al sumo sacerdote Ahimélec pan para
él y sus hombres. Como Ahimélec no tenía “pan común”, le dio a David panes
de la proposición que habían sido reemplazados. Ahora bien, el sumo
sacerdote, que creía que David estaba en una misión del rey, hizo esto solo
después que David le aseguró que tanto él como sus hombres estaban
ceremonialmente limpios. (1 Samuel 21:1-6). Jesucristo se refirió a este
incidente cuando los fariseos se quejaron de que sus discípulos habían
arrancado unas espigas en sábado. (Mateo 12:3-7). (Lucas 6:1-4).

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