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TALLER DE CATEQUESIS
LA EUCARISTÍA
JAIME MARTÍNEZ
EL SACRAMENTO DE LA EUCARISTIA
La institución de la Eucaristía
Jesús venía para ser ese Cordero sobre el cual todos íbamos a poner
nuestras manos sucias para quedar limpiados y sanados por su
sangre.
San Lucas apunta que después que Jesús consagró el pan y el vino,
les dijo a los Apóstoles: “Hagan eso en memoria mía” (Lc 22,19).
Hay un valioso texto del año 150, escrito por San Justino, que
describe detalladamente cómo se celebraba una Misa en los
primeros tiempos del cristianismo.
Como dice San Pablo, hasta que Jesús vuelva seguimos anunciando
su muerte y resurrección (1Co 11,26 "Fíjense bien: cada vez que
comen de este pan y beben de esta copa están proclamando la muerte
del Señor hasta que venga."; nos alimentamos del Cuerpo del Señor,
volvemos a experimentar más íntimamente a Jesús que habla, que
perdona, que sana, que transforma corazones.
Arde el corazón
Jesús muy claramente les había advertido que tenían que “comer su
Cuerpo y beber su Sangre”. Jn 6,51-56 en el capítulo 6o. de su
Evangelio, recuerda las palabras exactas de Jesús: “Les aseguro que
si ustedes no comen el Cuerpo del Hijo del Hombre, y no beben su
sangre, no tienen vida; el que come mi Cuerpo y bebe mi Sangre,
tiene vida eterna y Yo lo resucitaré en el último día. Porque mi
cuerpo es
verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida; el que come mi
Cuerpo y bebe mi Sangre, vive unido a mí y Yo vivo unido a El”,
Palabras muy concretas y claras las de Jesús: “Comer su Cuerpo,
beber su Sangre”. Lo mismo repitió en la Ultima Cena: “Coman,
beban”. Para nosotros es un “mandato” de Jesús, y creemos en la
“presencia real” de Jesús en la Eucaristía. Por eso comemos el
Cuerpo de Cristo; nos alimentamos con su Cuerpo; experimentemos
su presencia santificadora. Como los discípulos de Emaús, sentimos
que arde nuestro corazón.
Un Sacramento de Fe
Jesús les decía a los Apóstoles: “Ustedes ya están limpios por las
palabras que Yo les he dicho” (Jn 15,3).
Luego la liturgia introduce a los fieles en la Consagración del Pan y
del Vino: el Sacerdote repite las mismas palabras de Jesús en la
Ultima Cena. Todos estos ritos rememoran los pasos que dieron los
discípulos de Emaús antes de descubrir al Señor.
Un solo pan
La confesión
Lo primero que hacemos antes de iniciar una misa, es purificarnos
por medio de la confesión de nuestros pecados.