INTERNACIONALES. DEL EQUILIBRO DE PODER A LA REVERSIÓN
DE ALIANZAS Utrecht situó a Gran Bretaña en una posición de ventaja comercial y marítima en el Atlántico y el Mediterráneo, obligando a España a reforzar la defensa de sus intereses y del dominio directo de sus posesiones y rutas en los principales escenarios geoestratégicos: América y el Mediterráneo. Felipe V siempre consideró que el Tratado de Utrecht había resultado lesivo para sus intereses en favor del Emperador, que se negó a aceptar la legitimidad de Felipe V hasta 1725. Gran Bretaña, Francia y las Provincias Unidas impusieron el statuquo de Utrecht (1713) para frenar las ambiciones españolas sobre Italia. Pese a todo, Felipe V y segunda esposa (desde 1714), Isabel de Farnesio (depositaria de derechos sucesorios a los ducados de Parma-Piacenza y Toscana: extinguida su sucesión masculina), no renunciaron a recuperar la influencia española en Italia, protagonizando diversas crisis en el Mediterráneo occidental. El “revisionismo de Utrecht” (inspirado por el cardenal Alberoni y el barón Ripperdá, 1717-1724, que reemplazaban al primer ministerio francés de Felipe V con la princesa de los Ursinos y Orry) se enfrentó al equilibrio europeo inspirado por Inglaterra. Esta política que buscaba la consolidación de una nueva hegemonía se vio afectada por el Protagonismo político y diplomático alcanzado por el otro gran escenario europeo, el este y Centro de Europa (eclosión deRusia y Prusia como potencias tras la Gran Guerra del Norte). Revisionismo de Utrecht (Irredentismo mediterráneo) planteaba como grandes líneas de Intervención política (a todas luces irrealizables para una monarquía que salía de un larga Guerra): - No hacer efectiva la renuncia de Felipe V al trono de Francia. - Recuperación de Gibraltar y Menorca. - Conquista de los reinos italianos. España no podía contar con la ayuda de Francia (la sucesión al trono de Francia enfrentaba a Felipe V con el regente Felipe II de Orleáns). Su política de acercamiento a Inglaterra (reducción aranceles productos ingleses de América, Tratado 1715) fracasó. Alberoni propuso incluso una alianza entre Felipe V y los principados italianos para expulsar al emperador de la península. España se negó a satisfacer las soluciones de paz propuestas por la Gran A lianza de la Haya (Inglaterra, Holanda, el emperador y Francia). Su respuesta fue la exitosa ocupación de Cerdeña (1717) y Sicilia (1718). Jacobo III fue recibido en Madrid y se organizaron dos expediciones navales con destino a las islas británicas dispersadas por un temporal, que fueron respondidas por un ataque británico a Galicia en 1719. La respuesta internacional al desafío hispánico: el ejército anglo francés tomó Fuenterrabía y San Sebastián obligando a Felipe V a renunciar en 1720 a sus ambiciones y a evacuar Cerdeña y Sicilia tras la derrota de la flota española en Cabo Passaro. Tras la causa del cardenal Alberoni y del barón de Ripperdá, se impuso el ministerio español, representado por José Patiño, que reoriento la política exterior española: reconocimiento del sistema de Utrecht y la alianza con Francia: - Integración de España en el sistema de alianza europeo: adhesión a la Cuádruple Alianza (1720). Felipe V asume el fracaso de su política agresiva en Italia pero no renuncia a satisfacer sus reclamos con otras tácticas (que pasaban por una reconciliación y alianza con Francia y la recuperación militar y naval de España) - Acercamiento Felipe V y Carlos IV. Paz de Viena (1725). Reconocimiento mutuo. El emperador reconoció la sucesión del infante Carlos a los ducados de Parma y Toscana. - Alianza hispano portuguesa (casamiento entre el príncipe don Fernando y la infanta portuguesa Bárbara de Braganza; y la infanta Maria Ana con el príncipe de Brasil José). Ratificación de las ventajas comerciales de Inglaterra. - Recuperación de Orány Mazalquivir en 1732 (perdidas en 1708). - Tensiones con Inglaterra. Fracaso del sitio de Gibraltar en 1727. - 1729-1731. El infante Carlos, primogénito de Isabel de Farnesio, reconocido sucesor de los ducados de Parma y Piacenza y del gran ducado de Toscana (como heredero de los Farnesio y Medici) por Inglaterra, Holanda y Francia. En 1731, tras fallecer el duque Antonio Farnesio, Carlos parte hacia Parma con una escuadra anglo española.