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Durante la Guerra Fría, Estados Unidos luchó en la Guerra de Corea y la Guerra de Vietnam,
pero evitó el conflicto militar directo con la Unión Soviética. Las dos superpotencias
compitieron en la Carrera Espacial, que culminó en el vuelo espacial de 1969 que llevó a los
humanos a la Luna por primera vez. El final de la Guerra Fría y la disolución de la URSS la
dejaron como la única superpotencia internacional. En el siglo xxi, los atentados del 11-
S dieron lugar a la denominada guerra contra el terrorismo, y el ascenso de China y el regreso
de Rusia conducen a una Nueva Guerra Fría, mientras que eventos como la crisis económica de
2008, la elección de Donald Trump como presidente o las protestas por la muerte de George
Floyd provocaron tensiones sociales internas.
El país representa dos quintas partes del gasto militar mundial y es una fuerza económica,
política y cultural, líder en el mundo.1819
Etimología[editar]
La manera estándar para referirse a un ciudadano de los Estados Unidos son los
términos estadounidense (o estadunidense en Honduras y México).13 También se
utilizan gringo y yanqui, que pueden o no tener un matiz despectivo, según el uso, el contexto
y el tono de la voz.22 A veces se utiliza «norteamericano» como sinónimo de
«estadounidense», pero se debe tener presente que la región de Norteamérica está formada
por Canadá, Estados Unidos y la mayor parte de México, hasta el istmo de Tehuantepec. Debe
evitarse el gentilicio «americano» para referirse exclusivamente a los naturales de los Estados
Unidos13 debido a que esta palabra engloba a todos los habitantes del continente americano.
Por esta razón, el gentilicio recomendado es la palabra «estadounidense». Para escribir
abreviadamente el nombre de este país suelen emplearse, de manera correcta, la abreviatura
«EE. UU.» (Estados Unidos),23 o la sigla «EUA» (Estados Unidos de América). Aunque frecuente,
en español es incorrecto emplear la sigla anglosajona «USA».13
Historia[editar]
Véanse también: Nativos americanos, Colonización de los Estados Unidos y Trece Colonias.
Comúnmente se piensa que los pueblos indígenas de los Estados Unidos continentales,
incluyendo a los nativos de Alaska, emigraron desde Asia entre doce mil y cuarenta mil años
atrás.24 Algunos, tales como la cultura misisipiana, desarrollaron una agricultura avanzada,
grandes obras arquitectónicas y sociedades con un orden jerárquico. Después de que los
europeos comenzaran a asentarse en América, hubo una acusada disminución de la población
indígena debido a las epidemias de enfermedades traídas desde Europa, como la viruela.25
En 1674, los Países Bajos cedieron su territorio a Inglaterra y la provincia de los Nuevos Países
Bajos fue renombrada con el nombre de Nueva York, convertida en la ciudad más importante
de los Estados Unidos desde mediados del siglo xix. Muchos inmigrantes recién llegados,
especialmente en el sur, fueron contratados como criados, de tal modo que cerca de dos
tercios de todos los inmigrantes que llegaron a Virginia entre 1630 y 1680 trabajaban como
sirvientes.27 Para finales de ese siglo, los esclavos africanos se convirtieron en la principal
fuente de mano de obra en condiciones de servidumbre. Con la división de las Carolinas en
1729 y la colonización de Georgia en 1732, se establecieron las Trece Colonias británicas, que
finalmente se convertirían en los Estados Unidos de América. Todas contaban con un gobierno
local electo, apegado al republicanismo, además de que se legalizó el comercio de esclavos.
Con altas tasas de nacimiento, bajas tasas de mortalidad y la constante inmigración, la
población colonial creció rápidamente. El movimiento cristiano revivalista de las décadas de
1730 y 1740, conocido como «el Gran Despertar», alimentó el interés en temas como la
religión y la libertad de culto. En la Guerra Franco-India, las fuerzas británicas le
arrebataron Canadá a Francia, pero la población de habla francesa permaneció políticamente
aislada de las colonias del sur. Sin contar a los nativos americanos (popularmente conocidos
como «indios») que finalmente fueron desplazados en contra de su voluntad, en 1770 las
Trece colonias tenían una población de 2,6 millones de habitantes, alrededor de una tercera
parte de la del Reino Unido, aunque casi uno de cada cinco estadounidenses era un esclavo
negro.28 Sin embargo, los colonos estadounidenses no tenían ninguna representación en
el Parlamento del Reino Unido.
Independencia y expansión[editar]
Las tensiones entre los colonos y los británicos durante las décadas de 1760 y 1770 condujeron
a la Guerra de Independencia, que se extendió desde 1775 hasta 1781. El 14 de junio de 1775,
el Congreso Continental, reunido en Filadelfia, estableció un Ejército Continental bajo el
mando de George Washington. Proclamando que «todos los hombres nacen iguales» y
dotados de «ciertos derechos inalienables», el Congreso aprobó la Declaración de
Independencia, redactada en gran parte por Thomas Jefferson, el 4 de julio de 1776.29
Anualmente, en esta fecha se celebra el Día de la Independencia de los Estados Unidos. Así,
Estados Unidos se convirtió en la primera nación americana en declarar su independencia. En
1777, los artículos de la Confederación establecieron un débil gobierno confederal, que operó
hasta 1789.
Después de la derrota británica por las fuerzas estadounidenses, asistidas por franceses y
españoles, el Reino Unido reconoció su independencia y soberanía sobre el territorio al este
del río Misisipi. Una convención constitucional fue organizada en 1787 por aquellos que
deseaban establecer un gobierno nacional fuerte. La Constitución de los Estados Unidos fue
ratificada en 1788 y un año más tarde, George Washington se convirtió en el
primer presidente. La Carta de Derechos, que prohibía la restricción federal de los derechos
humanos y garantizaba una serie de medidas para su protección jurídica, fue adoptada en
1791.30
Con la nueva autonomía, las actitudes hacia la esclavitud fueron cambiando; una cláusula en la
Constitución protegió el comercio de esclavos hasta 1808. Los estados del norte abolieron la
esclavitud entre 1780 y 1804, dejando a los estados esclavistas del sur como defensores de la
"institución peculiar". El "Segundo Gran Despertar", que comenzó alrededor de 1800, convirtió
a las Iglesias evangélicas en una de las principales fuerzas detrás de varios de los movimientos
reformistas de la época, incluyendo el abolicionismo.31