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República de Colombia

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Tribunal Superior de Bogotá D.C.
Sala Civil

TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL


SALA CIVIL DE DECISIÓN

Magistrado Ponente:
FRANCISCO FLOREZ ARENAS

Bogotá D.C., veintiocho (28) de octubre de dos mil tres (2003).

Ref: Acción de tutela de Luis Alberto Moreno Guevara y Luz Alba Espitia Forigua contra
Instituto Nacional de Vivienda de Interés Social INURBE, en liquidación.

(Discutido y aprobado en sesión de 28 de octubre de 2003).

Decídese la impugnación formulada por la parte accionante contra


la sentencia proferida el 3 de octubre de 2003 por el Juzgado
Dieciséis Civil del Circuito de la ciudad, dentro de la acción de la
referencia.

ANTECEDENTES

1. Los señores Luis Alberto Moreno Guevara y Luz Alba Espitia


Forigua instauraron acción de tutela contra el Instituto Nacional de
Vivienda de Interés Social y Reforma Urbana “INURBE”, en
liquidación, para que se les amparen sus derechos fundamentales
a la igualdad, vivienda digna y propiedad, supuestamente
vulnerados por aquella, dado que tras haber sido beneficiados con
el otorgamiento de un subsidio para vivienda desde hace más de
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seis meses, previa concurrencia de los requisitos necesarios para


el efecto, a la fecha no se ha cancelado su valor en cuantía de
$7.150.000 con destino al Instituto de Vivienda de Interés Social y
Reforma Urbana IVIS de Chía y, de paso, a la sociedad F.F.
Soluciones S.A., como constructora del proyecto Nuevo Milenio –
vivienda digna, dentro del cual se les adjudicó una vivienda.

Tal abstención, informan los accionantes, puede ocasionar la


pérdida de su vivienda porque la sociedad constructora ha
amenazado con instaurar acciones legales en su contra,
tendientes a obtener el pago de la suma de dinero mencionada
como saldo del precio de venta del predio, a más de que en la
etapa I del mismo proyecto habitacional, ya fueron pagados los
valores correspondientes a los subsidios de vivienda. Por último,
se afirma en el escrito de tutela que el INURBE se abstiene de
pronunciarse sobre el pago del subsidio e impide, por su estado de
liquidación, el suministro de cualquier información.

2. El INURBE le dio contestación a la petición de amparo


constitucional, precisando que se están adelantando todos los
trámites pertinentes para realizar el pago demandado, pero que
por tratarse de apropiaciones de reserva del año 2001, las mismas
se encuentran expiradas por no haber sido ejecutadas a 31 de
diciembre de 2002, por lo que deben esperar el traslado o adición
presupuestal correspondiente, para lo cual se están haciendo
todos los trámites de rigor ante la Dirección General de

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Presupuesto y el Departamento Nacional de Planeación.


Finalmente señala que los contratos celebrados entre el oferente
del proyecto y el beneficiario del subsidio familiar ostentan carácter
civil y, por tanto, se escapan de su órbita.

3. La juez de primera instancia denegó la protección


constitucional solicitada indicando que, habida cuenta que no se
encuentra comprometida la existencia de los actores, no puede
predicarse en el sub lite que el derecho a la propiedad se torne en
fundamental. En cuanto al derecho a la igualdad arguyó que no se
demostró en el trámite trato desigual alguno, más aun cuando la
accionada aduce ausencia de disponibilidad presupuestal como
motivo de su proceder, todo lo cual pone en evidencia que se trata
de un conflicto de tipo económico.

4. Los accionantes oportunamente impugnaron la sentencia de


primer grado argumentando que a la sociedad constructora no sólo
le deben el subsidio a ellos concedido, sino otros 45 más en
cuantía total de $321.720.000, por lo que tal entidad procederá al
adelantamiento de procesos judiciales contra los propietarios de
las viviendas tal y como lo informaron mediante requerimientos
privados, de donde debe colegirse la inminente perdida del
inmueble afectándose, como mínimo vital, su derecho a la
propiedad por carecer de recursos propios para cubrir la deuda.
Así mismo se indica que en otros fallos emitidos en acciones de

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tutela similares, sí se han amparado sus derechos fundamentales


por lo que entiende conculcados los suyos.

CONSIDERACIONES

1. Con arreglo al texto del artículo 10 del Decreto 2591 de


1991, está legitimada para interponer la acción de tutela, la
persona que estime vulnerados o amenazados sus derechos
fundamentales, quien debe actuar por sí o por medio de
representante. A más de lo anterior, el texto legal faculta para
agenciar derechos ajenos cuando el titular de los mismos no está
en condiciones de promover su propia defensa, circunstancia esta
última que deberá manifestarse en la solicitud.

Con base en tal óptica y habida cuenta que el profesional del


derecho que instaura esta especialísima acción carece de poder
para ello respecto de la señora Luz Alba Espitia Forigua, colige
esta Corporación que, por ende, no ostenta legitimidad por activa.

En efecto, nótese que aunque el poder extrañado por el Tribunal


fue anunciado en el escrito de tutela, el mismo no se allegó a las
diligencias ni desde su inicio ni en el curso del trámite, a más de
que no existe norma en el ordenamiento que presuma la existencia
de poder para acudir a la vía constitucional que ocupa la atención
de la Sala.

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Sobre el particular la Corte Constitucional ha enseñado, en


múltiples ocasiones, que “La acción de tutela, salvo los
casos de la representación (legal o judicial), actuación
del Defensor del Pueblo o de los personeros municipales y
agencia oficiosa, que tienen sus propias reglas ya
examinadas por la Corte (Cfr. Sentencias T-131 del 27 de
marzo de 1996. M.P.: Dr. Vladimiro Naranjo Mesa, T-207
del 23 de abril de 1997. M.P.: Dr. José Gregorio
Hernández Galindo, T-173 del 4 de mayo de 1993. M.P.: Dr.
José Gregorio Hernández Galindo, T-555 del 23 de octubre
de 1996. M.P.: Dr. Eduardo Cifuentes Muñoz y T-331 del 15
de julio de 1997), no puede ser ejercida sino por quien
tenga un interés directo en el reclamo de respeto para
sus derechos fundamentales cuando son sometidos a
violación o amenaza.

Se precisa, entonces, que quien presenta la demanda de tutela se encuentre legitimado


para actuar.

Por ello dispone el artículo 10 del Decreto 2591 de 1991:

"ARTICULO 10. Legitimidad e interés. La acción de tutela podrá ser ejercida,


en todo momento y lugar, por cualquier persona vulnerada o amenazada en uno
de sus derechos fundamentales, quien actuará por sí misma o a través de
representante. Los poderes se presumirán auténticos.

También se pueden agenciar derechos ajenos cuando el titular de los mismos no


esté en condiciones de promover su propia defensa. Cuando tal circunstancia
ocurra, deberá manifestarse en la solicitud.

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También podrán ejercerla el Defensor del Pueblo y los personeros municipales ".
(Sentencia T-694 de 1997. M.P. Dr. José Gregorio Hernández
Galindo.)

A más de lo anterior y haciendo alusión a la legitimidad de los


apoderados judiciales, la misma Corporación señaló que “La
Corporación ha puesto de manifiesto que el apoderado no gestiona ante los jueces sus
propios derechos sino que es vocero de los que puedan corresponderle a su
patrocinado, siendo ello así "por cuanto en virtud de un contrato de mandato los
abogados actúan en representación de otros" y en los términos del poder que se les
haya discernido. Nótese que la titularidad de los derechos en juego se predica de la
parte, que es permanente, mientras que el apoderado no lo es, ya que su mandato es
revocable y susceptible de sustitución e incluso de renuncia; por tanto, los derechos
invocados como fundamento de la acción de tutela no son de quien actuó en condición
de representante, sino que se radican en cabeza de la parte procesal que, por lo mismo,
es la llamada a solicitar el amparo en caso de considerarlos vulnerados o
amenazados.” (Sentencia T-526 de 1998. M.P. Dr. Fabio Morón Díaz.)

Lo dicho, en síntesis, significa que el accionante en sede de tutela


no tiene legitimidad por activa respecto de la señora Luz Alba Espitia
Forigua, por lo que su acción está llamada al fracaso.

2. En cuanto toca al petente Luis Alberto Moreno Guevara, no


debe perderse de vista que el derecho de las personas a gozar de
una vivienda digna, no es de estirpe fundamental, como quiera que
pertenece a los denominados “derechos prestacionales” y, por lo
mismo, no es susceptible de protección por vía de tutela, a menos

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que se encuentre en conexidad con un derecho que sí ostente


aquél carácter. En este sentido, la Corte Constitucional ha
puntualizado que esta clase de derechos sólo pueden ampararse
“cuando de su violación se desprenda claramente que también se
vulnera otro derecho fundamental -vida, salud, seguridad social,
etc.-, cuya efectividad debe restablecerse con urgencia, pues de lo
contrario, los efectos de la conculcación incidirían
desfavorablemente en la supervivencia del afectado y sus
legitimarios o en las condiciones que la hacen digna"1.

En este evento, el accionante no aportó ninguna prueba que


acredite que su vida o la de su grupo familiar, se encuentre en
inminente peligro, o que algún derecho fundamental pueda resultar
vulnerado por la falta de pago del subsidio de vivienda a él
otorgado. Es más, según lo informado por el mismo accionante,
actualmente se encuentra habitando el inmueble a él adjudicado y
en estas condiciones no es posible pregonar, como lo sostiene el
actor, que la situación proveniente del Inurbe le haya violado su
derecho a poseer una vivienda digna pues, se recalca,
actualmente la está poseyendo.

Ahora bien, en lo que atañe al derecho fundamental a la igualdad,


debe el Tribunal convenir con el fallador de primer grado acerca de
que en el plenario no obra prueba que ponga en evidencia tal
vulneración. Por el contrario, como se afirma en el escrito de
1
Sentencia T-483/94. Cfme: T-203/99.

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impugnación a la sentencia de instancia, la situación de que se


duele el censor la viven, tan sólo en su mismo barrio o sector, 45
personas.

Tal situación deja ver la ausencia de vulneración al derecho de


igualdad reclamado en reparo, pues bien se puede afirmar que las
circunstancias que lo rodean revisten carácter general.

3. Así las cosas, la sentencia impugnada deberá confirmarse.

DECISION

Por lo expuesto, el Tribunal Superior del Distrito Judicial de


Bogotá, en Sala Civil de Decisión, administrando justicia en
nombre de la República y por autoridad de la ley, CONFIRMA el
fallo proferido el 3 de octubre del año en curso por el Juzgado
Dieciséis Civil del Circuito de la ciudad.

Dentro del término de ley, se dispone remitir el expediente a la


Corte Constitucional, para lo de su cargo.

NOTIFIQUESE.

FRANCISCO FLOREZ ARENAS


Magistrado

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RODOLFO ARCINIEGAS CUADROS


Magistrado

CLARA BEATRIZ CORTES DE ARAMBURO


Magistrada.

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