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INFORME DE LOS ARTÍCULOS VULNERADOS EN LOS SIGUIENTES CASOS

SEGÚN EL CÓDIGO DEONTOLÓGICO DEL PSICÓLOGO

CASO 1:

Un paciente que se encuentra en terapia desde hace 5 meses plantea


a la psicóloga que le atiende, que se siente atraído sexualmente hacia
ella... que sólo piensa cuándo llegará la sesión para estar con ella y
que desea invitarla a cenar con el objetivo de establecer un tipo de
relación diferente a la de terapeuta-paciente.

La psicóloga acepta ya que ella se siente igualmente atraída, y que


piensa que en la terapia esto le ayudará enormemente porque será
mucho mayor la alianza y confianza generada entre ellos.

De acuerdo con el análisis de dicho caso realizado por la totalidad de los integrantes,
hemos llegado a la conclusión de la vulneración de los siguientes artículos con el
presente orden de prioridad:

Art. 25º: “Al hacerse cargo de una intervención sobre personas, grupos, instituciones o
comunidades, el/la Psicólogo/a ofrecerá la información adecuada sobre las
características esenciales de la relación establecida, los problemas que está
abordando, los objetivos que se propone y el método utilizado. En caso de
menores de edad o legalmente incapacitados, se hará saber a sus padres o
tutores. En cualquier caso, se evitará la manipulación de las personas y se
tenderá hacia el logro de su desarrollo y autonomía.”

Consideramos que la psicóloga realiza una mala praxis al no informar al paciente de


las características esenciales que subyacen en la relación terapeuta-paciente, la cual
se ve vulnerada por el establecimiento de un vínculo afectivo más allá del lazo
profesional que los une. La psicóloga debería clarificar en todo momento cuál es el rol
de cada uno y cuáles son las limitaciones profesionales.

Art. 29º: “Del mismo modo, no se prestará a situaciones confusas en las que su papel
y función sean equívocos o ambiguos.”

En el caso la psicóloga también se siente atraída por el paciente y acepta la invitación,


por lo que no estaría generando una situación confusa por eso, sino por el hecho de
iniciar una relación con su paciente y pretender continuar con la terapia, situación que
generaría una situación ambigua por ejercer dos roles, el de pareja y terapeuta.

Art. 6º: “La profesión de Psicólogo/a se rige por principios comunes a toda deontología
profesional: respeto a la persona, protección de los derechos humanos, sentido
de responsabilidad, honestidad, sinceridad para con los clientes, prudencia en
la aplicación de instrumentos y técnicas, competencia profesional, solidez de la
fundamentación objetiva y científica de sus intervenciones profesionales.”
Al ser conocedora de los sentimientos que está desarrollando el paciente por ella y del
gran impacto que pueden tener sus palabras sobre el mismo, el hecho de aceptar la
invitación a la cena además de revelar que el sentimiento es mutuo, viola el principio
de la responsabilidad y sinceridad para con los clientes.

Art. 4º: “El/la Psicólogo/a rechazará toda clase de impedimentos o trabas a su


independencia profesional y al legítimo ejercicio de su profesión, dentro del
marco de derechos y deberes que traza el presente Código.”

La psicóloga ha de respetar el código deontológico y actuar con obediencia a la ética


profesional. Por ello, consideramos que dicha relación afectiva con el paciente es un
impedimento y traba para su independencia de criterio, ya que su desempeño como
psicóloga estaría afectado por su vínculo afectivo.

CASO 2:

Unos padres traen a terapia a una adolescente, de 16 años, por "tener


muchas dificultades de comunicación con ella y porque no respeta
ninguna regla o medida disciplinaria en casa ni en el instituto". Temen
que esté tomando drogas y que tenga una vida sexual promiscua y
descuidada. Están muy preocupados y no saben cómo resolver el
problema. Los padres solicitan la intervención del psicólogo para
"intentar mejorar la conducta de la chica, mejorar el rendimiento en los
estudios, y averiguar si sus sospechas son verdaderas, sin que ella se
dé cuenta, porque se siente muy suspicaz. De hecho, la hemos traído
diciéndole que vería a un psicólogo para que le ayudase con alguna
técnica de estudio".
El psicólogo les pide tiempo para conocer a la chica e intentar
identificar qué comportamientos son peligrosos. Propone una sesión
con los padres, dentro de tres sesiones para informarles de todo lo
hallado, y les expresa que mantendrá el silencio en relación al motivo
de consulta original.

Este caso ha sido analizado por todos los integrantes del grupo y tras debatir sobre los
artículos que se encuentran vulnerados en dicho caso hemos establecido el siguiente
orden:

Art.42º: “Cuando dicha evaluación o intervención ha sido solicitada por otra persona -
jueces, profesionales de la enseñanza, padres, empleadores, o cualquier otro
solicitante diferente del sujeto evaluado-, éste último o sus padres o tutores
tendrán derecho a ser informados del hecho de la evaluación o intervención y
del destinatario del Informe Psicológico consiguiente. El sujeto de un Informe
Psicológico tiene derecho a conocer el contenido del mismo, siempre que de
ello no se derive un grave perjuicio para el sujeto o para el/la Psicólogo/a, y
aunque la solicitud de su realización haya sido hecha por otras personas.”
En este caso entendemos que el mayor dilema lo encontramos a la hora de no facilitar
la información a la menor del verdadero objetivo de la intervención que se le está
realizando. La menor es la paciente y tal como indica el artículo 42, tiene derecho a
conocer el contenido de su informe psicológico, por lo que en nuestra
opinión el psicólogo debería revelar la naturaleza de la terapia a la paciente y además
informar de que esta información será conocida por sus padres puesto que es menor
de edad y por ley así ha de ser.

Art. 25º: “Al hacerse cargo de una intervención sobre personas, grupos, instituciones o
comunidades, el/la Psicólogo/a ofrecerá la información adecuada sobre las
características esenciales de la relación establecida, los problemas que está
abordando, los objetivos que se propone y el método utilizado. En caso de
menores de edad o legalmente incapacitados, se hará saber a sus padres o
tutores. En cualquier caso, se evitará la manipulación de las personas y se
tenderá hacia el logro de su desarrollo y autonomía.

De acuerdo con el artículo 25, el psicólogo debería ser sincero respecto al objetivo de
la evaluación con la paciente, las características de su relación, etc. Además, los
padres deben ser informados bajo el consentimiento de la paciente y el tratamiento
nunca puede ser llevado a cabo bajo un engaño o manipulación.

Art. 36º: “Cuando la investigación requiera del recurso a la decepción o al engaño,


el/la Psicólogo/a se asegurará de que éste no va a producir perjuicios
duraderos en ninguno de los sujetos, y, en todo caso, revelará a estos la
naturaleza y necesidad experimental de engaño al concluir la sesión o la
investigación.”

En el caso el psicólogo no muestra la intención de revelar a la paciente el motivo real


de la consulta, ni muestra una preocupación por los daños que este engaño podría
ocasionar en ella como podría ser baja autoestima, desconfianza, rechazo a la terapia
y al psicólogo en sí, aislamiento, etc.

Art.6º: “La profesión de Psicólogo/a se rige por principios comunes a toda deontología
profesional: respeto a la persona, protección de los derechos humanos, sentido
de responsabilidad, honestidad, sinceridad para con los clientes, prudencia en
la aplicación de instrumentos y técnicas, competencia profesional, solidez de la
fundamentación objetiva y científica de sus intervenciones profesionales.”

Por último, todo psicólogo ha de regirse por una ética general que incluye el respeto,
honestidad y sinceridad, principios que en dicho caso se están dejando de lado al
ocultar información a la paciente e informar a los padres de cada avance sin el
permiso de la misma.
CASO 3:

Una mujer de 37 años, que se encuentra en terapia desde hace 3


meses, y que se ha divorciado hace 6 meses, después de 12 años de
matrimonio, sin hijos, que nunca ha trabajado fuera de casa, y que
tiene grandes dificultades económicas, entre otros problemas no
encuentra un piso donde vivir, por el coste económico y porque se
encuentra sin fuerzas para buscar y elegir. Actualmente vive con una
hermana casada, con la cual se ha producido un deterioro en la
relación, así como con su cuñado, lo que le está perjudicando
anímicamente.
El psicólogo tiene un pequeño piso en alquiler y se lo ofrece. La
paciente se encuentra muy agradecida por la ayuda recibida y lo
acepta.

De acuerdo con el código deontológico del psicólogo y tras debatir entre todos, hemos
decidido establecer este orden de prioridad de los artículos vulnerados en dicho caso:

Art.29º: “Del mismo modo, no se prestará a situaciones confusas en las que su papel y
función sean equívocos o ambiguos.”

La argumentación que apoyo la elección de este artículo fue que el terapeuta en el


momento que ofrece una casa de alquiler de su propiedad está vulnerando el Art. 29
pues se produce una doble relación: terapeuta-paciente y propietario-inquilino, dando
lugar a una ambigüedad entre su papel de terapeuta y propietario, no quedando bien
delimitada la función del terapeuta.

Art.25º: “Al hacerse cargo de una intervención sobre personas, grupos, instituciones o
comunidades, el/la Psicólogo/a ofrecerá la información adecuada sobre las
características esenciales de la relación establecida, los problemas que está
abordando, los objetivos que se propone y el método utilizado.
En caso de menores de edad o legalmente incapacitados, se hará saber a sus padres
o tutores.
En cualquier caso, se evitará la manipulación de las personas y se tenderá hacia el
logro de su desarrollo y autonomía.”

No obstante, consideramos que el psicólogo ha de conocer los limites profesionales y


clarificar al cliente cuales son las características de la relación establecida y no dar
lugar a confusión.

Art. 11º: “El/la Psicólogo/a no aprovechará, para lucro o beneficio propio o de terceros,
la situación de poder o superioridad que el ejercicio de la profesión pueda
conferirle sobre los clientes.”

Art. 44º: “De la información profesionalmente adquirida no debe nunca el/la


Psicólogo/a servirse ni en beneficio propio o de terceros, ni en perjuicio del
interesado.”

En este caso el conflicto nos encontramos ante el hecho de que el psicólogo va a


conseguir un beneficio económico extra posiblemente gracias a su posición
profesional, puesto que entendemos que el piso se lo ofrece a la paciente en alquiler y
no de forma totalmente altruista. Es por ello por lo que destacamos también el Art. 11 y
el Art. 44, pues el terapeuta se encuentra en una relación asimétrica de poder que ha
usado a su favor en un sentido económico.

CASO 4:

Un paciente que se encuentra en la fase final de una intervención


clínica, plantea a la psicóloga que le atiende que se siente enamorado
de ella y que piensa lo difícil que será para él cuando termine la
terapia.
La psicóloga le dice: "Agradezco mucho que seas tan sincero y me
siento muy halagada. Reconozco que probablemente no ha sido fácil
para ti llegar a expresar lo que estás diciendo, sin embargo yo no
siento lo mismo por ti. Ahora tenemos que ver si esta situación te es
muy difícil de sobrellevar, porque de ser así deberíamos pensar en
cambiar de terapeuta... de lo contrario, continuamos exactamente
como hasta ahora, eso significa, preparar el cierre del tratamiento y la
etapa de seguimiento, que era lo que teníamos previsto.”

En este caso hemos trabajado todas las personas del grupo y ha costado llegar a una
conclusión para encontrar artículos vulnerados, pues la actuación de la psicóloga
podría ser entendida como responsable y acertada en cierta forma.

Finalmente optamos por añadir los artículos 5º y 6º después de cierto debate en el que
también apareció el artículo 29 antes de ser descartado. La inclusión de estos artículos
se hace pensando sobre todo en la honestidad y la sinceridad que debería tener la
psicóloga en estos casos, dando por hecho que la relación terapeuta-paciente se
podría ver vulnerada tras la revelación de los sentimientos del paciente.

Orden de prioridad:

Art. 5º: “El ejercicio de la Psicología se ordena a una finalidad humana y social, que
puede expresarse en objetivos tales como: el bienestar, la salud, la calidad de
vida, la plenitud del desarrollo de las personas y de los grupos, en los distintos
ámbitos de la vida individual y social. Puesto que el/la Psicólogo/a no es el
único profesional que persigue estos objetivos humanitarios y sociales, es
conveniente y en algunos casos es precisa la colaboración interdisciplinar con
otros profesionales, sin perjuicio de las competencias y saber de cada uno de
ellos.”

Este artículo sería el más representativo del caso porque habla del bienestar del
paciente como uno de los objetivos del psicólogo y derivar a un compañero cuando
sea preciso, que justamente es lo que la psicóloga no hace. El psicólogo debería mirar
por el bienestar del cliente ya que continuando la terapia el paciente podría sentirse
confundido a la hora de manejar la nueva situación.

Artículo 6º: La profesión de Psicólogo/a se rige por principios comunes a toda


deontología profesional: respeto a la persona, protección de los derechos
humanos, sentido de responsabilidad, honestidad, sinceridad para con los
clientes, prudencia en la aplicación de instrumentos y técnicas, competencia
profesional, solidez de la fundamentación objetiva y científica de sus
intervenciones profesionales.
A pesar de que la psicóloga ha sido honesta con el paciente, una vez que conoce los
sentimientos de este no debería darle la opción de seguir con la terapia (menos aún
dejarlo a elección de este ya que su decisión no va a ser objetiva) y debería ser
responsable y derivarle a otro profesional con el que la relación sea estrictamente
profesional por ambas partes.

CASO 5:

Un paciente deprimido no puede continuar pagando la terapia, porque


se ha quedado en el paro. Es alicatador desde hace 15 años.
El psicólogo le plantea que continúe la terapia y que le pague
alicatando la cocina y los dos baños de su casa, de ese modo, no sólo
puede continuar con el proceso terapéutico sino también se asegura
no quedarse inactivo lo que le provocaría, probablemente, un aumento
de la sintomatología depresiva. Al paciente le parece una muy buena
solución.

En este caso también hemos participado todos los integrantes del grupo y hemos
tenido que debatir para llegar a un acuerdo y determinar un orden de los artículos
vulnerados, aunque finalmente nos decantamos por añadir los artículos 44, 11, 28 y
29, en ese orden.

Art.44º: “De la información profesionalmente adquirida no debe nunca el/la Psicólogo/a


servirse ni en beneficio propio o de terceros, ni en perjuicio del interesado.”

Art.11º: “El/la Psicólogo/a no aprovechará, para lucro o beneficio propio o de terceros,


la situación de poder o superioridad que el ejercicio de la profesión pueda
conferirle sobre los clientes.”

Art.28º: “El/la Psicólogo/a no aprovechará la situación de poder que pueda


proporcionarle su status para reclamar condiciones especiales de trabajo o
remuneraciones superiores a las alcanzables en circunstancias normales.”

Art.29º: “Del mismo modo, no se prestará a situaciones confusas en las que su papel y
función sean equívocos o ambiguos.”

Decidimos nombrar primero el 44 porque lo más importante nos parece el hecho de


que el psicólogo se está aprovechando de información que adquiere desde su posición
de superioridad o poder, los artículos 11 y 18 los situamos en un segundo escalón por
el hecho de que se refieren a que el psicólogo no debe utilizar su situación de poder
para conseguir remuneraciones superiores o especiales, además añadimos el 29
porque esta situación puede generar una relación confusa entre terapeuta y paciente.
CASO 6:

Una mujer de 42 años viene a terapia por "ser víctima de malos tratos
por parte de su marido". Viene solicitando "un informe que le ayude
ante el juez para demostrar su situación".
Al psicólogo le parece coherente el relato de las situaciones que sufre
la mujer y, ante cada uno de los hechos que la paciente relata, él
intenta encontrar las contradicciones, al no encontrarlas toma nota de
todo el relato de manera de poder luego reproducir las situaciones por
escrito en un informe.

En este caso hemos participado todos los integrantes y también hemos tenido que
debatir para llegar a un acuerdo final. Decidimos añadir los artículos 8, 17 y 16 en ese
orden.

En primer lugar, hablamos del artículo número 8 porque en caso de detectar que se
está cometiendo un delito, el psicólogo deberá informar al menos al colegio profesional
sobre la situación y no dar el informe directamente a la paciente.

Art 8º: “Todo/a Psicólogo/a deber informar, al menos a los organismos colegiales,
acerca de violaciones de los derechos humanos, malos tratos o condiciones de
reclusión crueles, inhumanas o degradantes de que sea víctima cualquier
persona y de los que tuviere conocimiento en el ejercicio de su profesión.”

Añadimos los artículos 17 y 6 en ese orden porque consideramos que el psicólogo no


ha realizado una correcta praxis para poder llegar a emitir un informe con la validez
correcta, no ha utilizado más métodos que la búsqueda de contradicciones en la
historia y para emitir un informe debería realizar un trabajo más minucioso por sus
posibles repercusiones.

Art 17º: “La autoridad profesional del Psicólogo/a se fundamenta en su capacitación y


cualificación para las tareas que desempeña. El/la Psicólogo/a ha de estar
profesionalmente preparado y especializado en la utilización de métodos,
instrumentos, técnicas y procedimientos que adopte en su trabajo. Forma parte
de su trabajo el esfuerzo continuado de actualización de su competencia
profesional. Debe reconocer los límites de su competencia y las limitaciones de
sus técnicas.”

Art 6º: “La profesión de Psicólogo/a se rige por principios comunes a toda deontología
profesional: respeto a la persona, protección de los derechos humanos, sentido
de responsabilidad, honestidad, sinceridad para con los clientes, prudencia en
la aplicación de instrumentos y técnicas, competencia profesional, solidez de la
fundamentación objetiva y científica de sus intervenciones profesionales.”
CASO 7:

Una antigua paciente, vuelve a la consulta de su psicólogo, después de 1 año de


haber finalizado una terapia por una fobia social, para comentarle que ha estado
esperando todo este tiempo antes de acercarse a él para expresarle sus
sentimientos. Ha estado pensando insistentemente en él, y no ha podido
establecer ninguna otra relación desde que le conoció.
El psicólogo le refuerza el afrontamiento que ha realizado de la situación y
queda con ella para cenar ese fin de semana. El psicólogo se ha citado con ella
con la intención de poder conversar y decirle que él no comparte sus
sentimientos. Le parece muy duro hacerlo en la consulta y por eso, como ya no
es paciente, lo prefiere hacer en otro lugar.

El análisis de este caso ha sido realizado por todos los miembros del grupo y de forma
unánime se ha decidido que el artículo vulnerado es el 29.

Los argumentos se han basado en que el psicólogo no debió quedar con su antigua
paciente para cenar, ya que esa cita generará falsas expectativas en ella y dará lugar
a una situación confusa e incómoda. Por muy difícil que le resultara la situación, debió
aclarar sus sentimientos hacia ella en el mismo momento en que ella le confesó los
suyos y así evitar la ambigüedad creada. Además, ha de velar por el bienestar de la
paciente y actuar de manera responsable y honesta.

Art.29º: “Del mismo modo, no se prestará a situaciones confusas en las que su papel y
función sean equívocos o ambiguos.”

Durante el debate, se sugirió la inclusión del artículo 25, ya que también habla sobre
dejar claro la relación establecida entre terapeuta-paciente (en este caso ex-
terapeuta), pero finalmente se llegó al consenso de que el psicólogo no tenía la culpa
en el hecho de que su ex-paciente tuviera esos sentimientos por él, y se descartó.

Art. 25º: “Al hacerse cargo de una intervención sobre personas, grupos, instituciones o
comunidades, el/la Psicólogo/a ofrecerá la información adecuada sobre las
características esenciales de la relación establecida, los problemas que está
abordando, los objetivos que se propone y el método utilizado. En caso de
menores de edad o legalmente incapacitados, se hará saber a sus padres o
tutores. En cualquier caso, se evitará la manipulación de las personas y se
tenderá hacia el logro de su desarrollo y autonomía.”
CASO 8:

Durante un entrenamiento de una paciente en la técnica de relajación, el


psicólogo que se encuentra en proceso de separación matrimonial fantasea con
la imagen sexual de su paciente, pero evidentemente no le comenta nada.

Se siente bien de poder sentir algo así, a pesar de la situación emocional que
está pasando. Evidentemente no dejará que se trasluzca nada de eso en las
sesiones.

Este caso ha sido analizado por todos los miembros del grupo y ha generado varias
líneas de debate, aunque con puntos de conformidad entre todos.

Desde nuestro punto de vista, el principal artículo infringido es el 6 por la falta de


sinceridad y honestidad del terapeuta para con la paciente. A pesar de tratar de que
ella no note lo que está experimentando, vulnera su responsabilidad como profesional,
porque no la está viendo como paciente, sino como una fantasía sexual, y eso acabará
afectando a la relación terapeuta-paciente.

Art. 6º: “La profesión de Psicólogo/a se rige por principios comunes a toda deontología
profesional: respeto a la persona, protección de los derechos humanos, sentido de
responsabilidad, honestidad, sinceridad para con los clientes, prudencia en la
aplicación de instrumentos y técnicas, competencia profesional, solidez de la
fundamentación objetiva y científica de sus intervenciones profesionales.”

Además, también se ha considerado el artículo 26, ya que, dada la situación en la que


se encuentra el profesional, debería derivar a la paciente a otro psicólogo, pues él no
podrá desarrollar su papel de terapeuta en condiciones óptimas, y sin embargo no es
ésa la decisión por la que opta.

Art. 26º: “El/la Psicólogo/a debe dar por terminada su intervención y no prolongarla
con
ocultación o engaño tanto si se han alcanzado los objetivos propuestos, como si tras
un tiempo razonable aparece que, con los medios o recursos a su disposición,
es incapaz de alcanzarlos. En este caso indicará a la persona, grupo,
institución o comunidad qué otros psicólogos o qué otros profesionales pueden
hacerse cargo de la intervención.”

CASO 9:

Un psicólogo está realizando una intervención clínica a un alto político del país,
el que -a partir del agradecimiento que siente hacia él como profesional y
persona-le ha ofrecido insertarlo en el círculo de relaciones que él tiene. Para
ello le invita a participar de una cena en su casa a la cual asistirán importantes
personalidades.
El psicólogo agradece la oportunidad y acepta la invitación.

En este caso todos coincidimos en que los artículos vulnerados son el 11 y 29 ya que
hacen referencia a la contaminación de la relación profesional entre el psicólogo y el
cliente al participar el terapeuta en un contexto personal. En cambio, no hemos llegado
a un consenso respecto al artículo 3, ya que no todos coincidimos en que en este se
incluya la especificación de relación terapeuta-paciente.

El orden que hemos establecido es el siguiente:

Art. 29º: “Del mismo modo, no se prestará a situaciones confusas en las que su papel
y función sean equívocos o ambiguos.”

Art. 11º: “El/la Psicólogo/a no aprovechará, para lucro o beneficio propio o de terceros,
la situación de poder o superioridad que el ejercicio de la profesión pueda
conferirle sobre los clientes.”

Consideramos que dichos artículos se ven claramente vulnerados ya que se crearía


entre ellos algo más que una relación estrictamente profesional puesto que el
psicólogo ha sido introducido en el círculo social del paciente, mezclando así lo
profesional con lo personal. Así mismo, se considera que actuando de esta manera no
está procediendo como un buen profesional y está vulnerando el sentido de la
responsabilidad, la honestidad y la sinceridad para con los clientes, siendo la opción
correcta agradecer la invitación, pero declinarla clarificando los límites de su relación
establecida.

A pesar de que no haya habido unanimidad, algunos integrantes del grupo consideran
relevante la inclusión del artículo 3 de acuerdo con la opinión de que el psicólogo
debería ser consciente de cuáles son los límites de la relación que se establece entre
ambos sujetos. Además, debería valorar las consecuencias de aceptar dicha
invitación, ya que en este caso se está desviando de sus limitaciones profesionales, lo
que en el futuro puede tener un efecto negativo en la terapia.

Art. 3º: "En el ejercicio de su profesión el/la Psicólogo/a tendrá en cuenta las normas
explicitas e implícitas, que rigen en el entorno social en que actúa,
considerándolas como elementos de la situación y valorando las
consecuencias que la conformidad o desviación respecto a ellas puedan tener
en su quehacer profesional."

CASO 10:

Un paciente adulto con VIHS, recién diagnosticado, se niega a comentárselo a su


esposa y no utiliza medios de protección en las relaciones sexuales con ella. No
se considera con fuerzas para decírselo y, además, si utilizase medios de
protección no encontraría el modo de justificarlo, dándole pistas a su pareja
acerca del motivo, y no está dispuesto a "poner en riesgo su relación". El
psicólogo decide llamar a la esposa e informarla de la situación de riesgo de
salud en la cual se encuentra.

Hemos tenido muchos artículos puestos a debate, pero realmente el único en el que
ha habido un consenso es en el 61 y el 40. El primero porque hace referencia a cómo
debe actuar el terapeuta ante la encrucijada de dos artículos incompatibles, y el
segundo porque se vulnera el secreto profesional.
En primer lugar, hemos considero el artículo 61 puesto que, en este caso, lo principal
es preservar la salud de la pareja, y es en este punto donde el terapeuta, ante el
dilema de la negativa a informa a la propia pareja por parte del paciente opta de ser él
quien lo realice, pero sin el conocimiento, y menos aún el consentimiento, del paciente.
El terapeuta debería informar al paciente de que ante esa información se haya en la
obligación de informar a su pareja y a la Comisión Deontológica colegial.

Art. 61º: “Cuando un Psicólogo se vea en el conflicto de normas adversas,


incompatibles, ya legales, ya de este Código Deontológico, que entran en
colisión para un caso concreto, resolverá en conciencia, informando a las
distintas partes interesadas y a la Comisión Deontológica Colegial.”

En segundo lugar, estaría el artículo 40, puesto que al llamar a la mujer del paciente
para informarla de los hechos está rompiendo el secreto profesional, por lo que una
vez más deberá informar al paciente y al organismo colegial de su acción.

Art. 40º: “Toda la información que el/la Psicólogo/a recoge en el ejercicio de su


profesión, sea en manifestaciones verbales expresas de sus clientes, sea en
datos psicotécnicos o en otras observaciones profesionales practicadas, está
sujeta a un deber y a un derecho de secreto profesional, del que, sólo podría
ser eximido por el consentimiento expreso del cliente...). Al hacer la llamada, se
saltará el secreto profesional, por lo que una vez más deberá informar al
paciente y al organismo colegial de su acción.”

CASO 11:

Los padres de un pequeño de 7 años acuden a consulta por “problemas de


conducta” de su hijo, quien presenta un síndrome de hiperactividad con
problemas de atención, previamente detectado por el equipo profesional del
colegio. Dentro de los problemas relatados, tanto por los padres como por el
niño, aparecen indicios de que el niño está sufriendo malos tratos por parte de
dos profesores, quienes suelen sentarle en una silla especial, en la cual no
puede moverse ni levantarse, y además no le llaman por su nombre sino por el
apodo de “remolino”, cosa que el niño vive con mucho malestar.
El psicólogo se pone en contacto con los profesores e intenta aliarse con ellos
para obtener información con dos objetivos: saber la verdad de la situación y
poder elaborar un informe a la comisión educativa. Para ello se presenta a los
profesores diciendo “evidentemente es un. Niño muy difícil y no me imagino
cómo lográis controlarlo en la sala… me pongo en vuestro lugar y lo veo
imposible”.

En este caso todos consideramos que en primer lugar se encuentra el artículo 8, ya


que estamos ante una situación de malos tratos, con las terribles consecuencias que
puede acarrear para el niño y además como fuente de ellas sus profesores, figuras
que debería tener como modelo de conducta, transmitiendo la seguridad y confianza
necesaria. De este modo, el psicólogo debería informar a los organismos colegiales de
la situación para que le asesoren.
Art.8º: “Todo/a Psicólogo/a deber informar, al menos a los organismos colegiales,
acerca de violaciones de los derechos humanos, malos tratos o condiciones de
reclusión crueles, inhumanas o degradantes de que sea víctima cualquier
persona y de los que tuviere conocimiento en el ejercicio de su profesión.”

En segundo y tercer lugar, desde nuestro punto de vista, el psicólogo debería


coordinar con el colegio cualquier actuación que tenga que ver con el caso del niño
con el fin de que el centro gestione internamente el problema con los profesores.
Además, creemos que debería ser más transparente con los profesores a la hora de
ponerse en contacto con ellos mostrando respeto a su persona y profesión y a su vez
informar a los tutores del niño de que va a ponerse en contacto con los docentes.

Art.20º:” Cuando una determinada evaluación o intervención psicológica envuelva


estrechas relaciones con otras áreas disciplinares y competencias
profesionales, el/la Psicólogo/a tratará de asegurar las correspondientes
conexiones, bien por sí mismo, bien indicándoselo y orientando en ese sentido
al cliente.).”

Art.23º:” El ejercicio de la Psicología se basa en el derecho y en el deber de un


respeto recíproco entre el/la Psicólogo/a y otras profesiones, especialmente las
de aquellos que están más cercanos en sus distintas áreas de actividad.).”

Por último, no se ha llegado a un consenso acerca del artículo 15, ya que no todos los
participantes vemos la vulneración del artículo. Aun así, hemos decidido incluirlo
debido a que el psicólogo no está actuando de una manera objetiva e imparcial con la
institución correspondiente, sino todo lo contrario, acercándose a los profesores con
una actitud previa de desprecio hacia el niño para que éstos se sientan respaldados
por él. De esta manera, el psicólogo está a su vez faltando al respeto a los
profesionales de la enseñanza.

Art. 15º: “Cuando se halle ante intereses personales o institucionales contrapuestos,


procurará el/la Psicólogo/a realizar su actividad en términos de máxima
imparcialidad. La prestación de servicios en una institución no exime de la
consideración, respeto y atención a las personas que pueden entrar en
conflicto con la institución misma y de las cuales el/la Psicólogo/a, en aquellas
ocasiones en que legítimamente proceda, habrá́ de hacerse valedor ante las
autoridades institucionales.”

CASO 12

Un paciente de 43 años acude a terapia porque tiene "irrefrenables


deseos sexuales hacia niños varones que se convierten, cada vez que
puede, en actos sexuales, y si no lo logra pagándoles o
intimidándoles, realiza masturbaciones en presencia de ellos.
El psicólogo que le atiende, le plantea que está obligado a guardar la
confidencialidad pero que él debe firmar un contrato en el cual se
estipula que mientras está en terapia no volverá a realizar dichas
acciones, y si quebrase el acuerdo el psicólogo tendrá que dar parte a
la policía.

Tras debatir en el foro con los compañeros la situación planteada, hemos llegado a la
conclusión de que los artículos que se vulneran son el 8º, 7º, 6º, 61º y 5º.
No creemos que el contrato realizado dentro del contexto de la consulta sea suficiente
para llevar a cabo una actividad que está recogida como delictiva. Por ello
consideramos fundamentales los artículos 7 y 8, sin embargo, en cuanto al orden han
surgido algunas discrepancias entre poner en primer lugar el 6 o el 7, y para algunos
de nosotros el artículo 5 no parecería estar relacionado.

Surgió la aportación de que si lo que planteara el enunciado es que el paciente expone


en consulta sólo pensamientos y no hablara conductas consumadas, el terapeuta
podría tratarlo, y no estaría vulnerando el código, pero desde el momento en que
manifiesta que "que se convierten, cada vez que puede, en actos sexuales, y si no lo
logra pagándoles o intimidándoles, realiza masturbaciones en presencia de ellos",
estamos hablando de un acto delictivo y art como se recoge en el art 7. "Estos no
participarán en ningún modo, tampoco como investigadores, como asesores o como
encubridores", siendo encubridores de este en el momento en que tengan
conocimiento, dejando a segundo plano el secreto profesional al que todo psicólogo se
debe.

De este modo, la justificación que hacemos del orden establecido sería la siguiente:

El artículo 8 sería el más importante para la mayoría de nosotros porque hace


referencia a la violación de los derechos humanos (abuso sexual en este caso) de
cualquier persona (los niños varones).

Art.8º: “Todo/a Psicólogo/a deber informar, al menos a los organismos colegiales,


acerca de violaciones de los derechos humanos, malos tratos o condiciones de
reclusión crueles, inhumanas o degradantes de que sea víctima cualquier
persona y de los que tuviere conocimiento en el ejercicio de su profesión.”

El artículo 7 estaría en un escalón inferior ya que en este se hace referencia sobre


todo a una contribución directa de prácticas perniciosas, y en este caso la conducta
del psicólogo es de omisión.

Art. 7º: “El/la Psicólogo/a no realizará por sí mismo, ni contribuirá a prácticas que
atenten a la libertad e integridad física y psíquica de las personas. La
intervención directa o la cooperación en la tortura y malos tratos, además de
delito, constituye la más grave violación de la ética profesional de los/las
Psicólogos/as. Estos no participarán en ningún modo, tampoco como
investigadores, como asesores o como encubridores, en la práctica de la
tortura, ni en otros procedimientos crueles, inhumanos o degradantes
cualesquiera que sean las personas víctimas de los mismos, las acusaciones,
delitos, sospechas de que sean objeto, o las informaciones que se quiera
obtener de ellas, y la situación de conflicto armado, guerra civil, revolución,
terrorismo o cualquier otra, por la que pretendan justificarse tales
procedimientos.”
A continuación, pondríamos el artículo 6, ya que es el más genérico, el referirse a los
principios de toda deontología profesional. El principal principio vulnerado sería en
este caso la protección de los derechos humanos.

Art. 6º: “La profesión de Psicólogo/a se rige por principios comunes a toda deontología
profesional: respeto a la persona, protección de los derechos humanos, sentido
de responsabilidad, honestidad, sinceridad para con los clientes, prudencia en
la aplicación de instrumentos y técnicas, competencia profesional, solidez de la
fundamentación objetiva y científica de sus intervenciones profesionales.”

En cuanto al art. 61, lo hemos incluido al porque entra en colisión con el secreto
profesional y la confidencialidad debida al paciente, sin embargo, nos genera algunas
dudas, ya que indica que cuando el psicólogo se encuentre con un conflicto de normas
adversas en un caso (secreto profesional y denuncia de delito) deberá informar a la
Comisión Deontológica Colegial.

Art. 61º: “Cuando un Psicólogo se vea en el conflicto de normas adversas,


incompatibles, ya legales, ya de este Código Deontológico, que entran en
colisión para un caso concreto, resolverá en conciencia, informando a las
distintas partes interesadas y a la Comisión Deontológica Colegial.”

Y finalmente, en cuanto al artículo 5 los que pensamos que estaría vulnerado, lo


incluimos porque hace referencia a unos objetivos básicos y necesarios para la salud
de todas las personas y consideramos que el psicólogo al no informar de los hechos
que es conocedor no está mirando por el bienestar, salud y calidad de vida de los
niños.

Art. 5º: “El ejercicio de la Psicología se ordena a una finalidad humana y social, que
puede expresarse en objetivos tales como: el bienestar, la salud, la calidad de
vida, la plenitud del desarrollo de las personas y de los grupos, en los distintos
ámbitos de la vida individual y social. Puesto que el/la Psicólogo/a no es el
único profesional que persigue estos objetivos humanitarios y sociales, es
conveniente y en algunos casos es precisa la colaboración interdisciplinar con
otros profesionales, sin perjuicio de las competencias y saber de cada uno de
ellos.”
Nº CASO TODOS ARTÍCULOS NIVEL DE
PARTICIPAN VULNERADOS ACUERDO/DISCREPANCIAS
(SI/NO) (0-ninguno, 1-moderado,
2-total)
1 SI 25 2
29 2
6 2
4
1
2 SI 42 2
25 2
36 2
6 2
3 SI 29 2
25 2
11 2
44 2
4 SI 5 1
6 1
5 SI 44 1
11 1
28 1
29 1
6 SI 8 1
17 1
6 1
7 SI 29 2
8 SI 6 1
26 1
9 SI 29 1
11 1
3 0
10 SI 61 1
40 1
11 SI 8 2
20 2
23 2
15 0
12 SI 8 2
7 2
6 2
61 2
5 1

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