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Explorando

ECOS
el encuadre
Laura Mejorada de la Mora*

T
itulé este trabajo “Explorando el encuadre” porque explorar
es hacer un recorrido, un viaje hacia un lugar desconocido o
poco conocido para aprehenderlo, descubrirlo y redescubrir-
lo, en un intento de conquistar un poco de saber acerca del encua-
dre psicoanalítico, tal vez un poco de dominio, y el deseo de encar-
narlo. Explorar también es abrir nuevos caminos, nuevas líneas de
pensamiento. Es adentrarse para encontrar algo nuevo y valioso.
En psicoanálisis, intentamos explorar el inconsciente de los
pacientes y nos encontramos con la sorpresa de que también sur-
ge el nuestro, y de que es imposible -ya lo decía Freud- dominarlo,
pero estamos obligados a enterarnos, a saber de eso que surge
en nosotros, para poder sostener el encuadre que requiere cada
paciente.
Durante esta incursión, me llamó la atención que “encuadre”
es un término usado comúnmente en el arte fotográfico y cinema-
tográfico para señalar la colocación del objeto o tema en el visor
de la cámara, siendo éste el elemento que permite comprender
cómo se construyen las imágenes y cómo en éstas podemos ver
exclusivamente aquello que el realizador de las imágenes desea
que percibamos.
En el tratamiento psicoanalítico, el realizador del montaje es-
cénico es el analista, pero él no crea las imágenes. Éstas surgen en
ese singular encuentro con el paciente, que es la sesión analítica. Él
es el espectador e intérprete de lo que ocurre en cada encuentro,
es el guardia del encuadre que reconstruye continuamente, por
* Laura Mejorada,
medio de la interpretación, cuando el paciente lo intenta romper
Psicoanalista titular en o lo rompe.
función didáctica de la
Asociación Psicoanalítica Así, en el marco del encuadre, nos asomamos a una realidad
de Guadalajara. que nunca es la realidad misma. Es la ventana o el marco, que al
mejoradalaura@hotmail.com superponerlo a la imagen, proporciona al analista vistas inacaba-

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das no sólo del paciente sino de lo que siempre termina en fracaso porque busca
ocurre en la sesión. Si la distancia es óp- el primer encuentro y eso es imposible.
tima -como diría Green-, lo que requiere De acuerdo a Green, el encuadre
la diferenciación del analista de lo que le es el conjunto de condiciones, de posi-
ocurre a él y lo que le ocurre al paciente, y bilidades requeridas para el ejercicio del
la instalación, por medio de su análisis, del psicoanálisis. Abarca las disposiciones
encuadre interno que es la sede del “pen- materiales que rigen las condiciones entre
samiento clínico, fundamento de su iden- analizante y analista como pago de sesio-
tidad psicoanalítica y escucha vinculada a nes a las que no acudió, acuerdo de vaca-
las construcciones que van teniendo lugar ciones, duración de la sesiones, modo de
durante su trabajo con el paciente”, enton- pago, condiciones fijadas desde un primer
ces puede surgir un paisaje que describe momento, pasando a ser objeto de un
un escenario que envuelve al analista y convenio entre las partes. Esto sólo es un
le hace sentir sensaciones y emociones fragmento del encuadre diferente de la re-
que guiarán la mirada por los elementos gla fundamental que forma parte de éste,
de una forma que bordea al sujeto en un e involucra tanto al analista como al pa-
área limitada, lo enfoca exclusivamente, lo ciente, pues, así como existe la regla fun-
extrae de su contexto para aproximarlo al damental para el paciente, que es la única
analista y atraer su atención a un detalle, exigencia del analista sobre el trabajo del
una textura, una forma, encuadrándola en analizante, quien la aceptará aun cuando
un marco representativo por medio de la le sea imposible respetarla, existe la con-
palabra analítica. traparte para el analista que es la atención
Es en esa escena enfocada por el libre, flotante.
encuadre que nombra, limita, define y re- Esta regla sirve de tercero. Es el or-
glamenta, donde surge el encuentro con den superior para ambas partes, que es
el inconsciente. El encuadre puede ser necesario observar para que haya análisis,
alterado una y otra vez por el paciente y puesto que el respeto a la regla funda-
su pulsión, pero el analista, al aceptar la mental invita a un modo de ensueño des-
renuncia de satisfacer su pulsión con el pierto en sesión -nos menciona Green-,
paciente, será capaz de sostenerlo, y de y crea una relación paradójica permisiva
recrearlo una y otra vez. Es este hecho, y obligatoria. Se puede y se debe decirlo
asociado a la acción interpretativa del ana- todo, función moral porque, aunque auto-
lista, lo que lo sostiene. Por eso, el analista riza la perversión verbal, prohíbe el hacer.
es el guardián del encuadre que favore- Aquí decir es hacer; se dice porque no se
ce la producción creativa del encuentro puede hacer. Entonces, el lenguaje se con-
analítico, al mantener la ley y el límite. Es vierte en otra manera de hacer.
contención, sostén para que se produzca El encuadre le otorga una condición
la transformación creadora de esa obsti- metafórica al discurso analítico. La regla
nación por parte del paciente, del encuen- básica es el ejercicio de un soliloquio di-
tro entre la repetición de lo mismo que rigido a alguien invisible que no está ni
encarna el rehusamiento del saber por estará. Así, el encuadre es una matriz ac-
parte del inconsciente con el que siempre tiva compuesta por la asociación libre del
tropezamos -lo sé por experiencia-, y la paciente y la atención y escucha flotante
pulsión, en algo diferente, que ya no será del analista, impregnada de la neutralidad
más la búsqueda del encuentro con el ob- benévola, que forman el diálogo donde se
jeto primario, puesto que esta repetición arraiga el análisis. Es también el cofre y la

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caja de Pandora del proceso psicoanalíti- las dos realidades: psíquica y material, in-
co, pues su objetivo es llevar al paciente cluso entre el cuerpo y el mundo; lo que
a reconocer su inconsciente que ignora incluye el cuerpo del analista, favorecien-
pero quiere y no seguir ignorando, apo- do el avance de la representación del ob-
yándose en la transferencia y en la inter- jeto hacia la representación de la palabra,
pretación. en presencia del otro invisible e intocable.
Esta benevolencia del analista —nos Ésta es la regla del juego que lleva en sí
dice Green— tiene que ver con una recep- la posibilidad de que advenga el otro del
tividad comprensiva que no es la complici- objeto, poniedo en juego la teoría de la
dad que produce el baluarte y la interrup- triangulación con el tercero substituible: el
ción del proceso analítico, sino receptividad lenguaje en su función mediadora limitada
hacia las propias producciones inconscien- a lo que puede significar.
tes que el analista debe tolerar y entender. Metáfora, metonimia, realidad psí-
Lo cual está directamente relacionado con quica y realidad material, dramatización y
el encuadre interno del analista. simbolización, son los cuatro mecanismos
Así, el encuadre es un aparato psi- que Freud menciona sobre el sueño y que
coanalítico cuya finalidad es transformar Green traslada al escenario que produce
al máximo el aparato psíquico en un apa- el encuadre en el cual se hace hablar y se
rato de lenguaje (que funcionará en con- posibilita la simbolización del complejo de
tacto con un objeto presente-ausente, Edipo. Porque pase lo que pase, la sesión
que intentará obedecer a una libertad de tiene un final, una duración. Así, el pacien-
palabra como si se estuviera a solas-en te vive cada sesión como una repetición
presencia de, sometido a los cambios que de un proceso de reunión y separación de
desea recibir del objeto donde la verbali- la relación analítica.
zación y la relación mutua son una meta La flexibilidad, movimiento o ruptura
común y se incluye una realidad tercera, del encuadre, remiten al encuadre interno
virtual, suscitada por objetos del tercer del analista que ha debido internalizar en
orden, los transicionales, en los cuales los su propio análisis. Lo que le permite ins-
objetos del lenguaje sustituyen a todo tipo trumentar un encuadre encarnado, pues
de objetos de la realidad psíquica y mate- el propio encuadre no está ausente si se
rial) que pretende poner en acción a un efectuó la cura y no deja de estar presen-
sujeto que pueda jugar durante el tiempo te en su mente, rigiendo el límite de las
de la sesión. modificaciones que autoriza, preservando
El encuadre también es el guardián las condiciones necesarias para producir
del análisis, igual que el sueño es el guar- los intercambios. De esta forma, se puede
dián del dormir (Green, 1995), en el senti- explicar por qué la actitud del analista es
do de que el análisis se efectúa y se sitúa tan importante para el desarrollo de cada
en un espacio intermedio potencial donde sesión. Él mismo la puede facilitar o con-
la palabra cambia de estatuto para con- trariar, estimular o frenar, hasta extinguir.
vertirse en un objeto singular que sustitu- Estoy de acuerdo con Green cuando men-
ye el acto. Se consuma una metaforización ciona que cada analista deberá pecar se-
polisémica, donde se restringe lo motriz, gún su complexión, su ideología, su moral
y predomina la percepción sostenida por personal y sus propias perversiones.
la energía de la pulsión y el proceso pri- El encuadre también revela, a través
mario, campo liberado a la expresión de de alteraciones mínimas del aparato de
los deseos, difuminando la barrera entre lenguaje, las perturbaciones de las activi-

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dades de transformación de los objetos el paciente no neurótico, el analista es la
que son herederas de los ataques contra réplica del encuadre: se duplica el objeto
los objetos y contra los vínculos, que afec- en una relación dual.
tan la transicionalidad del lenguaje y trans- La concepción intuitiva del encuadre
forman la función simbolizante en un sis- nació sobre el modelo del sueño, de la
tema de ecuaciones simbólicas, que son la hipnosis y de la sugestión. Esta excursión
base del pensamiento concreto. me reveló que el encuadre no es sólo un
Transformar el aparato psíquico en señalamiento material, sino una situación
aparato de lenguaje, sólo es posible pri- sin equivalente en la vida, pues es el lugar
vilegiando el papel emocional y evocador de un contexto señalado por una relación
del lenguaje, en un contexto de presen- de no familiaridad, en donde se emprende
cia-ausencia al que el encuadre da senti- la conquista de uno mismo, se está solo y
do. Así, el encuadre desempeña el papel con alguien desconocido como persona.
de guardián del análisis, como desligazón
con vista a una religazón, preservándonos Bibliografía
del riesgo de la seducción materna, que
en lugar de despertar la vida, fija, bloquea ________(2014). Diccionario de la Lengua Espa-
y provoca una parálisis devastadora. El en- ñola, 23° Edición. Madrid, España: edi-
cuadre, dentro de los límites adecuados, torial Real Academia Española, RAE.
tiene el poder de preservar su propia crea- Donnet, J. L. (2011). “El analista y su regla
ción, lo que le permite nacer como sujeto. fundamental” en Unidad y Diversidad de
las prácticas del psicoanalista. Madrid,
Con relación al mundo exterior, el
España: Editorial Biblioteca Nueva.
encuadre es “un adentro”, pero con re-
________ (2001). “De la regla fundamental a la
lación al analizado es “un afuera”; unas
situación analizante”, Revista de Psicoa-
veces, proyección al afuera de un aden- nálisis APdeBA. Vol. XXIII, Nº 1. Buenos
tro exteriorizado, otras veces, encuentro Aires, Argentina: Editorial APdeBA.
afuera de un adentro oculto. El analista Green, A. (2011). Unidad y Diversidad de las
se encuentra en la intersección de estos prácticas del psicoanalista. Madrid, Es-
dos espacios. Es el objeto transicional que paña: Editorial Biblioteca Nueva.
puede ser desechado cuando ya no se le ________(2010). El pensamiento clínico. Buenos
requiere. Es gracias al encuadre interno Aires, Argentina: Amorrortu Editores.
que cumple esa función de ser pantalla ________(2005). Ideas directrices para un pensa-
sobre la que se proyecta, espejo don- miento contemporáneo. Buenos Aires,
Argentina: Amorrortu Editores.
de se refleja y la cámara que le revela la
________(1995). El lenguaje en Psicoanálisis. Bue-
imagen, pero que no es sólo una superfi-
nos Aires, Argentina: Amorrortu Edito-
cie, también es afecto. El analista, para el
res.
neurótico, forma parte y está dentro del
encuadre, siendo el objeto que ocupa el
espacio definido por este encuadre. Para

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