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Dentro de
los primeros elementos que nos propone considerar encontramos “en el curso
del tratamiento analítico, el «sí» y el «no» del paciente, la expresión de su
aquiescencia y de su contradicción.” Lo que propone en esto es que el
tratamiento analítico en realidad es un arte, y como tal, presenta una
complicación, puesto que no existe una fórmula universal que se pueda utilizar
con todos los pacientes.
Dice que “el consabido propósito del trabajo analítico es mover al paciente para
que vuelva a cancelar las represiones”, que es lo leído anteriormente y propuesto
en recordar, repetir y reelaborar, proceso por el cual a medida que va avanzando,
comienzan a hacerse conscientes los conflictos o nudos que cada paciente trae
consigo, todo esto realizándose con la idea de que se pueda trabajar no sólo en
terapia, sino también para que el paciente por sí mismo pueda asociarlo. Si esto
último no ocurriese, el proceso se podría alargar incluso por años.
“(...) ¿En qué consiste, pues, su tarea? (del analista). Tiene que colegir lo olvidado
desde los indicios que esto ha dejado tras sí; mejor dicho: tiene que construirlo”.
Lo que Freud propone incluso con el título de este texto es que, el terapeuta la
verdad no tiene nada que recordar ni destapar, mientras que el paciente es quien
presenta dificultades para poder destapar aquello que debiese ser recordado
pero está reprimido; por esto lo llama “Construcciones en el análisis”. Por medio
de lo que dejó el recuerdo, ya sean repeticiones, síntomas, representaciones,
secuelas, a través de esto llegaremos a los fósiles del paciente y podremos
construir. Un recuerdo narrado de forma literal nos daría una ayuda muy limitada
para esta construcción. Se podría considerar a la construcción del análisis
como el paso de reelaborar el recuerdo que inconscientemente se repite.
“Más allá de quedarse con el texto tal cual que, está bien recibir, hay que tener
siempre presente que es el recuerdo en sí el que trae las secuelas al paciente, y es
a este al que se debe apuntar para hacer la reconstrucción en el análisis.” “Así
como el arqueólogo a partir de unos restos de muros que han quedado en pie
levanta las paredes, a partir de unas excavaciones en el suelo determina el
número y la posición de las columnas, a partir de unos restos ruinosos restablece
los que otrora fueron adornos y pinturas murales, del mismo modo procede el
analista cuando extrae sus conclusiones a partir de unos jirones de recuerdo,
unas asociaciones y unas exteriorizaciones activas del analizado”.
Finalmente, Freud nos indica que debemos ser cuidadosos incluso con las
aseveraciones que un paciente puede hacer, puesto que “el «Sí» directo del
analizado es multívoco (...) puede carecer de significado, o aun ser (...) «hipócrita»,
pues resulta cómodo para su resistencia seguir escondiendo, (...) la verdad no
descubierta”. Añade entonces que la forma en que podemos tomar en cuenta el
«Sí» de un paciente, es cuando éste se acompaña de nuevos complementos a la
construcción, ampliándola.
Por otra parte, el «No» dice que, tan multívoco como el sí, es de menor uso,
puesto que “muchísimo más a menudo exterioriza una resistencia que es
provocada por el contenido de la construcción que se ha comunicado”, sin dejar
de lado el hecho de que esto último no es algo que siempre ocurra, sino que
existen excepciones. Así, “La única interpretación segura de su «No» es, por ende,
que aquella no es integral; la construcción, ciertamente no se lo ha dicho todo”.
Aquí es donde más se enfatizan los comentarios que pueden hacer los pacientes
cuando una interpretación del proceso psicoanalítico llaman lo suficiente la
atención del analizado; para el sí, Freud dice que la gente podría decir “«Sí, en
este golpe acertó usted con lo inconsciente»”, mientras que para el no, podrían
decir “«No me parece» o, «Nunca se me ha pasado/no se me pasaría nunca por
la cabeza»”. Es de gran uso cuando el paciente agrega comentarios positivos, de
“estar de acuerdo”, con lo que el terapeuta dice. Mientras que si la reacción
terapéutica ante factores intensos es negativa, “la conducta del paciente luego
de serle comunicada la construcción, suele facilitarnos mucho la decisión
buscada”.