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NIETZSCHE,
FILOSOFÍA EN MOVIMIENTO

Autores

Dr. David Muñoz Condell (Ed)


Luis Gamboa Baeza
Carlos Gaete Manríquez
Eduardo Orellana Espinoza
Héctor Valenzuela Sepúlveda
Leonardo Acosta Cespedes
David Marshall Villanelo
Dr. David Muñoz Condell
4

Registro de Propiedad Intelectual: 2023-A-7454.

Cómo citar este texto: Dr. David Muñoz Condell. (Ed). Luis Gamboa Baeza. Carlos
Gaete Manríquez. Eduardo Orellana Espinoza. Héctor Valenzuela Sepúlveda.
Leonardo Acosta. David Marshall Villanelo. (2023). NIETZSCHE, FILOSOFÍA EN
MOVIMIENTO. Editorial ALBA. Valparaíso.

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al autor de esta.
5

Dedicatoria:

A los hombres y mujeres


de pensamiento libre,
que buscan la verdad desde su
identidad personal y colectiva.
6

Índice

Dedicatoria

Proemio

Capítulo I.- Las Diferentes Concepciones de la Divinidad y la “Muerte de Dios”.

1.- Proemio.
2.- Obras.
3.- Fenomenología de la Religión.
4.- Un Acercamiento al Fenómeno Religioso.
5.- ¿Dios ha Muerto?

Capítulo II.- Antecedentes Biográficos de Friedrich Nietzsche.


1.- Proemio.
2.- Antecedentes Biográficos.
3.- Sus Antecedentes como Filósofo.
4.- Su Producción Bibliográfica.

Capítulo III.- El Estado del Arte de la Filosofía de Friedrich Nietzsche.

1.- Proemio.
2.- Nietzsche, la Genealogía, la Historia.
3.- Nietzsche y la Filosofía de Gilles Deleuze.
4.- Rafael Echeverria “Mi Nietzsche”.
5.- La Moral Crítica de Nietzsche.
6.- Sobre la Genealogía de la moral de Friedrich Nietzsche.

Capítulo IV.- El Pensamiento de Friedrich Nietzsche.

1.- Proemio.
2.- Dionisiaco y Apolíneo.
3.- Dios ha Muerto.
4.- El Nihilismo.
5.- Desvalorización de los Valores.
6.- El Eterno Retorno.
7.- El Superhombre.
7

Capítulo V.- Hermenéutica de Friedrich Nietzsche.

1.- Proemio.
2.- Qué es la Hermenéutica.
3.- Aproximación a la Hermenéutica en la Filosofía de Nietzsche.
4.- La Voluntad de Poder en la Filosofía de Nietzsche.
5.- La Crítica de Nietzsche a la Hermenéutica Tradicional.
6.- La Interpretación y el Perspectivismo Nietzscheano.

Conclusiones.
Bibliografía.
8
9

Presentación.

Luis Antonio Gamboa Baeza.

El presente libro sobre Friedrich Nietzsche nos permite resaltar la propuesta básica de la

filosofía de este controvertido pensador que nos plantea que la vida es la realidad primera y

que esa vida se manifiesta en la singularidad de cada ser vivo, el cual, en su pretensión de

seguir viviendo, interpreta el entorno y establece así las condiciones para asegurar su vida.

Cada ser vivo es una voluntad de poder que elige las condiciones y las posibilidades que,

imponiéndolas a otras voluntades, le permiten mantenerse y crecer.

De lo anterior se deduce que todo ser vivo maneja, consciente o inconscientemente, una

escala de valores, lo cual significa que los valores no son universales y objetivos, sino

subjetivos y particulares, lo cual no impide que muchos valores sean compartidos por

diferentes seres humanos.

A modo de consideraciones previas algunas definiciones que nos permitirán orientar el

trabajo a una mayor comprensión.

Partamos de una definición generalista, señalando que: la Filosofía, es una actividad

humana que se manifiesta como una preocupación racional interesada en determinar los

fundamentos o razón última de todo lo que es.

Otra definición, más actual pero contrapuesta a la inicial es la de Michel Foucault,

filósofo francés centrado en el trabajo crítico del pensamiento sobre sí mismo 1.

Destacando el cambio de acento en el tema; la preocupación por el objeto se traslada al

sujeto que piensa.

1
M. FOUCAULT. (1971). Las palabras y las Cosas, Siglo Veintiuno Editores S.A. México, pp..205-206, 242-243-
244, 326.
10

Por otra parte, se nos indica que, según Heidegger, la Filosofía es un producto o creación

griega, propio de Occidente, y a través de la cual, la razón se adueñó de los derechos

para explicar el mundo 2.

Sintetizando diremos que la Filosofía, es una visión global de la realidad, pero debemos

preguntarnos ¿qué es la realidad? El término realidad mis procede del latín res que

significaba cosa en sentido muy amplio.

De res deriva el adjetivo latino “realis”, real, a partir del cual formará el vocablo

abstracto realidad.

Ahora bien, complejicemos aún más el término, filosóficamente realidad significa

la esencia de la cosa, aquello por lo que la cosa es tal.

Pero, como otros vocablos abstractos, el de realidad ha sufrido una colectivización

semántica, por lo que, en el lenguaje ordinario, se utiliza para designar el conjunto

de las cosas. Realidad se ecuaciona así con “lo real” con la totalidad de lo que es.

En este sentido lato, por realidad entendemos no sólo la totalidad de los seres

materiales, sino también la de los seres espirituales: ideas, valores, ilusiones,

apariencias, posibilidades, etc. Pero la acepción amplia conviene delimitarla más

con algunas precisiones.

A la realidad se opone la irrealidad, vocablo también abstracto que representa lo

irreal en el sentido de la nada.

Nada e irreal equivalen. Entre los términos irreductibles de nada y algo, de

realidad e irrealidad, se señala un tercer género llamado arrealidad, constituido

2
M. HEIDEGGER. (1961). ¿Qué es eso de Filosofía?, Ed. Sur, Buenos Aires, p. 12.
11

por aquello que se da o puede darse como puro objeto de la inteligencia, como

relaciones de pura razón o como mundo de las ideas3.

Por lo tanto, la filosofía aborda temas significativos como el origen del mundo, la idea

de un primer principio o divinidad, la muerte y la inmortalidad, esencia y finalidad del

hombre.

No obstante, lo anterior, es posible reducir la problemática filosófica a dos grandes

temas: la ontología, o estudio del ser de las cosas, aunque la ciencia del ser existe

desde la época de Parménides, el término ‘ontología’ aparece por primera vez a

comienzos del siglo XVII y la Gnoseología, o conocimiento de las cosas.

En este viaje diacrónico desde el comienzo de la filosofía en Grecia, cuyo elemento

motivador es “el asombro”, destacando que sin duda la filosofía griega clásica

constituye la más alta expresión de realismo filosófico; surgiendo luego la visión

filosófica realista, llegando a su expresión más madura con Aristóteles.

Es sabido que posterior a Aristóteles surgen grandes crisis sociales, comienza la

modernidad, lo que antiguamente eran verdades irrefutables, ya no reflejaban la nueva

realidad del mundo moderno, surge la figura de Copérnico.

En la época del Renacimiento, Copérnico ejerció una gran influencia en el

desarrollo de la filosofía y de las ciencias de la naturaleza, y más tarde en toda la

ciencia mundial.

Su doctrina asestó un golpe aplastante a la religión y a la Iglesia cristiana, y al

relato de la creación del mundo por Dios.

3
PIEPER, J. (1974). El descubrimiento de la realidad. Ediciones Rialp. Madrid.
12

Especial importancia en esta línea de pensamiento reviste el filósofo alemán Manuel Kant;

después de Kant, reacciona el Romanticismo tratando de llegar al absoluto que Kant les

niega por su carácter metafísico.

En cambio, el Positivismo, que es anti metafísico, reacciona favorablemente a las teorías de

Kant, surgiendo algunas corrientes neokantianas4.

Se discute hoy acerca de si estamos en una nueva época llamada Postmodernidad.

Surgen investigadores del tema, tales como François Lyotard5 y Gianni Vattimo.

Sin duda, Vattimo es uno de los exponentes más significativos de la

Postmodernidad, entendida como la reacción a los excesos propios de la

Modernidad, donde la absolutización y omnipotencia de una racionalidad carente

de límites proporcionan el punto de partida para entender al mundo como algo

predispuesto para su dominio.

Posteriormente nos encontramos con la figura de Friederich Nietzsche, que fue

radical, porque anunció, con preclara visión, el panorama histórico y cultural de

los siglos XX y XXI.

De ahí el hecho de que toda la filosofía contemporánea, cual más cual menos,

estuviera influenciada por su pensamiento6.

La propuesta básica de la filosofía de Nietzsche es que la vida es la realidad

primera y que esa vida se manifiesta en la singularidad de cada ser vivo, el cual, en

su pretensión de seguir viviendo, interpreta la realidad y establece así las

condiciones para asegurar su vida.

4
M. KANT. (2021). Crítica de la Razón Práctica. Editorial Verbum. Madrid.
5
F. LYOTARD.(1944). La Condición Postmoderna, Ed. Cátedra, Madrid, pp. 13-14.
6
F. NIETZSCHE. (1973). Crepúsculo de los ídolos, Alianza Ed. Madrid, pp. 51-52.
13

Cada ser vivo es una voluntad de poder que elige las condiciones y las

posibilidades que, imponiéndolas a otras voluntades, le permiten mantenerse y

crecer.

De aquello, se deduce que todo ser vivo maneja consciente o inconscientemente

una escala de valores, lo cual significa que los valores no son universales y

objetivos sino subjetivos y particulares, lo cual no impide que muchos valores sean

compartidos por diferentes seres humanos.

De esta forma, la verdad y los valores son siempre propuestas que se hacen desde

la singularidad de alguien que se expresa desde una perspectiva que, como tal, es

única y que no pasan de ser un punto de vista.

Así, toda la filosofía, toda religión, toda ideología es la expresión del modo de ser

de las condiciones de vida, de la experiencia de una subjetividad rara, la cual esa es

la verdad7

7
F. NIETZSCHE, (1972). Genealogía de la Moral. Alianza Editores. Madrid, III, 7-8.
14
15

Capítulo I.- Las Diferentes Concepciones de la Divinidad y la “Muerte de Dios”.

Dr. David Muñoz Condell.

1.- Proemio.

En el presente libro nos hacemos cargo de una de las cuestiones más ruidosas de la

filosofía de la religión.8 Quien instala esta discusión epistemológica es el alemán

Friedrich Nietzsche.9

Así como Hegel también trabaja en el tema antes citado en su famosa obra

“Fenomenología del espíritu”.10

Fue hijo de un pastor luterano. Nació en 1844 en Roecken, Prusia, y estudió

filología clásica en las Universidades de Bonn y Leipzig. Mientras estaba en

Leipzig, leyó las obras de Schopenhauer, que lo impresionaron mucho, haciendo

un giro intelectual en su pensamiento sobre la religión y la filosofía.11

Asimismo, se convirtió en pasante del maestro Richard Wagner y a temprana

edad, cuando tenía 25 años, Nietzsche fue nombrado catedrático de la Universidad

de Basilea en Suiza.

En 1870, durante la guerra franco-prusiana, Nietzsche se une al cuerpo médico del

ejército prusiano. Mientras atendía a los soldados en el frente contrajo difteria y

disentería; nunca estuvo físicamente sano después.12

8
HEGEL, G. W. F. (1984). Lecciones sobre filosofía de la religión. Volumen III. R. Ferrara (ed. y trad.). Alianza
Editores. México.
9
ROCO, FRANCISCO. (2009). De la verdad a la interpretación. Editorial Universidad de La Serena. Chile.
10
HEGEL, GEORG WILHELM FRIEDRICH. (2017). Fenomenología del espíritu. Fondo de Cultura Económica.
México.
11
MASSUH, VICTOR. (1969). Nietzsche y el fin de la religión. Editorial Sudamericana. Buenos Aires.
12
JUKKA LEHTO. (2020). La Guerra Franco-Prusiana 1870-1871. Amazon Digital Services LLC - KDP Print US,
2020 M08 28.
16

La guerra entre el Segundo Imperio Francés y el Reino de Prusia fue un conflicto

entre las dos potencias europeas por el control del poder en el continente. Prusia,

que había crecido desde 1815 convirtiéndose en el principal estado germánico,

rompió el débil equilibrio de poder existente en Europa.

Su principal rival era Francia. La tensión entre las dos potencias no hizo más que

aumentar, sobre todo a partir de 1848, con la llegada al poder de Napoleón III en

Francia.

Durante los siguientes años, tanto Francia, con Napoleón III como Emperador,

como Prusia, con Bismarck como primer ministro desde 1862, se dedicaron a

intentar afianzar su posición y buscar la manera de minar la de su rival.13

En 1874 Nietzsche tuvo que retirarse de su trabajo académico por motivos de

salud. Posteriormente fue diagnosticado con un trastorno nervioso grave,

trastocando su normalidad en la vida cotidiana.

2.- Obras.

Es mejor conocido por las obras que produjo después de 1880, especialmente su

texto: “La gaya ciencia” en 1882.14

Así habló Zaratustra15 (1883-85), Más allá del bien y del mal16 (1886), Sobre la

genealogía de la moral17 (1887), El anticristo18 (1888) y Crepúsculo de los ídolos19

(1888).

13
Ibid.
14
NIETZSCHE, FRIEDRICH. (2015). La Gaya Ciencia. Ediciones Brontes. Barcelona.
15
NIETZSCHE, FRIEDRICH. (2018). Así Hablo Zaratustra. Ediciones Brontes. Barcelona.
16
NIETZSCHE, FRIEDRICH. (2013). Mas Alla Del Bien y Del Mal. Edimat Libros. Madrid.
17
NIETZSCHE, FRIEDRICH. (2017). La Genealogía de la Moral. Editorial Época, S.A. de C.V., Madrid.
18
NIETZSCHE, FRIEDRICH. (2008). El anticristo. Una maldición contra el cristianismo. Ediciones Lea. Buenos
Aires.
19
NIETZSCHE, FRIEDRICH. (2011). El Crepúsculo de los Ídolos. Ediciones Brontes. Barcelona.
17

En enero de 1889, Nietzsche sufrió un repentino colapso mental; vivió los últimos

10 años de su vida en una condición de locura. Después de su muerte, su hermana

publicó sus artículos bajo el título “Voluntad de Poder”.20

Fue un cuestionador radical que a menudo escribía polémicamente con una

oscuridad deliberada, con la intención de dejar perplejos, conmocionar, y ofender a

sus lectores.21

Acometió la tradición metafísica de la filosofía occidental 22, especialmente el

cristianismo y la moral cristiana, que pensaba que habían alcanzado su forma final

y más decadente en el humanismo científico moderno, con sus ideales de

liberalismo y democracia.23

Su célebre frase: “Dios ha muerto” “Dios sigue muerto. Y nosotros lo hemos

matado” sigue repercutiendo conciencias en la actualidad.

¿Cómo podríamos reconfortarnos, los asesinos de todos los asesinos? El más santo

y el más poderoso que el mundo ha poseído se ha desangrado bajo nuestros

cuchillos: ¿quién limpiará esta sangre de nosotros? ¿Qué agua nos limpiará? ¿Qué

rito expiatorio, qué juegos sagrados deberíamos inventar? ¿No es la grandeza de

este hecho demasiado grande para nosotros? ¿Debemos aparecer dignos de ella?24

En el campo del saber científico y de la sistematización de las ciencias sociales, la

antropología social ha sido una de las primeras en estudiar los fenómenos

20
NIETZSCHE, FRIEDRICH. (2018). La Voluntad de Poder. Editorial Edaf. Madrid.
21
ESCOBAR BELMAR, NELSON. (2013). Antecedentes Generales en torno al Pensamiento Filosófico de
Friedrich Nietzsche y su Visión Libertaria del Hombre. Ediciones Plus Ultra. Santiago.
22
DELEUZE, G. (2013). Nietzsche y la filosofía. A. Tartal (trad.). Anagrama Editores. Barcelona.
23
GONZÁLEZ VALLEJOS, MIGUEL. (2023). La condición humana en Nietzsche. Una reflexión a partir de
Zaratustra. Tópicos. Revista de Filosofía. Universidad Panamericana. México.
24
FRIEDRICH NIETZSCHE. GERMÁN CANO. (2001). La ciencia jovial: (la gaya scienza). Biblioteca Nueva.
Madrid.
18

religiosos25, otorgando luces para comprender el fenómeno de las creencias y de las

diversas formas antropocéntricas que se han ido tejiendo a través de la historia de

la humanidad.26

Posteriormente se sumó la sociología como disciplina con sus distintas variantes al

estudio de los temas religiosos, siendo Max Weber quien se destaca en esta

disciplina.27

Sin embargo, en el contexto antropológico es donde el estudio de los hechos

denominados religiosos, supersticiones, magias, mitos, especialmente son aquellas

creencias o prácticas cultuales que provenían de sociedades llamadas “primitivas”,

y que no fueron abordadas científicamente desde un comienzo como materias de

estudio, con criterios academicistas amplios y desprovistos de los típicos

prejuicios.28

Uno de los antropólogos evolucionistas que abordó el tema de los fenómenos

religiosos fue Edward Taylor, intelectual inglés de una sensibilidad especial para

captar los fenómenos de carácter religioso.29

Sus estudios pronto se centraron en la mentalidad de pueblos primitivos, y de esta

forma desarrolló el llamado concepto de "animismo", 30 basado en la idea de que

25
MUÑOZ CONDELL, DAVID. (2020). Ciencias de la Religión y Escocesismo. Santiago. Ediciones
Responsabilidad.
26
ELIADE, MIRCEA. (2009). Tratado de historia de las religiones: morfología y dialéctica de lo sagrado.
Madrid. Ediciones Cristiandad.
27
WEBER, MAX. (2012). Sociología de la Religión. Madrid. Ediciones Akal.
28
BRIAN MORRIS. (2009). Religión y antropología. Madrid. Ediciones Akal.
29
TAYLOR, EDWARD- PATTERSON, DANIEL. (2003). Determinaciones y preparatorias de los dioses. EE.UU. de
América.
30
El “anmo” (del latín anima, ‘alma’) es un concepto que engloba diversas creencias en las que tanto objetos
(útiles de uso cotidiano o bien aquellos reservados a ocasiones especiales) como cualquier elemento del
mundo natural (montañas, ríos, el cielo, la tierra, determinados lugares, espíritus, rocas, plantas, animales,
árboles, etc.) están dotados de movimiento, vida, alma o consciencia propia.
https://es.wikipedia.org/wiki/Animismo
19

todos los seres vivos son creados por una fuerza espiritual y poseen almas y

espíritu.31

Gonzalo Puente Ojea e Ignacio Careaga Villalonga entienden que en el desarrollo

antropológico de la humanidad hay un punto crucial al nivel del conocimiento,

que es aquel momento o fase de la evolución específica en que la inteligencia del

homínido, ya hecha racional, se torna además reflexiva.

La condición “racional” hace que la inteligencia humana pregunte y se interrogue

buscando en los fenómenos de la realidad algo que la naturaleza obviamente se

obstina en negar: el sentido de las cosas.32

Una pluralidad de sentidos: de la vida, de la muerte, del entorno y el mundo

exterior, del mundo interno, de las relaciones intersubjetivas.33

Cuando el hombre empieza a fabricar respuestas es que ha entrado ya en una

nueva etapa antropológica: la fase de la “reflexión”.34

Al efecto da lo mismo que las respuestas sean correctas o inadecuadas, lo que

importa es la capacidad para idearlas.

Pues bien, en ese contexto y fase antropológica de la reflexión es cuando nosotros

creemos que la Idea animista quedó implantada en el cerebro humano.

Como una respuesta ideada por el intelecto del Homo sapiens para explicarse la

realidad.

31
PUENTE OJEA, GONZALO. CAREAGA VILLALONGA, IGNACIO. (2005). Animismo: el umbral de la religiosidad.
Editorial Siglo XXI. México.
32
KANT, I. (2010). Fundamentación para una metafísica de las costumbres. R. Aramayo (trad.). Alianza
Editorial. México.
33
Ibíd.
34
Ibíd.
20

En este estudio se contempla al animismo -el animismo primigenio- como el

tránsito evolutivo, producto de la razón en reflexión y paradigma de la

antropología cultural.35

¿Cómo interpretar los fenómenos religiosos desde una perspectiva social? ¿De qué

forma contribuye al conocimiento del saber el entender las simbologías religiosas?

¿Cómo estudiar los elementos simbólicos de carácter religiosos a fin de

comprender aún mejor las lógicas discursivas en un lugar tipo?36

La religión como tal es un sistema integrado de las acciones humanas, compuesto

por creencias, prácticas y costumbres acerca de lo considerado como sagrado o

divino, y que generalmente responde a inquietudes de carácter existencial, moral y

espiritual.37

Hay que tener en consideración que cuando se habla de “religiones” se concibe

para hacer referencia a formas concretas de manifestación del fenómeno religioso,

compartidas por los diferentes grupos societales.38

Hay religiones que están organizadas de formas más o menos rígidas, mientras

que otras carecen de estructuras formales y están formadas en las tradiciones

culturales de la sociedad o etnia en la que se practican.39

El término “religión” hace referencia tanto a las creencias y prácticas personales

como a ritos y enseñanzas colectivas.40

35
WILHELM SCHMIDT. (1932). Manual de historia comparada de las religiones: origen y formación de la
religión, teorías y hechos. Madrid. Espasa Calpe.
36
MUÑOZ CONDELL, DAVID. (2015). Enfoque sobre Relaciones de la Francmasonería con las Religiones y la
Sociedad. Cuadernillos Escoceses N°62. Supremo Consejo del Grado 33 para la República de Chile. Santiago.
37
ACOSTA MUÑOZ, MANOLO. (2018). El pensamiento crítico y las creencias religiosas. Universidad
Politécnica Salesiana. Quito.
38
INESTROSA GONZÁLEZ, SERGIO. (2001). La religión como mediadora del sentido de la vida. México.
Universidad Iberoamericana.
39
MUÑOZ CONDELL. (2021). Interaccionismo Simbólico y Construcción de Discurso. Ediciones Luz de la
Razón. Santiago.
21

Según el sociólogo G. Lenski, la “religión” es “un sistema compartido de creencias

y prácticas asociadas, que se articulan en torno a la naturaleza de las fuerzas que

configuran el destino de los seres humanos”.41

Por su parte, el antropólogo Clifford Geertz propone otra definición cuando dice

que la religión es un sistema de símbolos que obra para establecer vigorosos,

penetrantes y duraderos estados anímicos y motivaciones en los hombres.

Formulando concepciones de un orden general de existencia y revistiendo estas

concepciones con una aureola de efectividad tal que los estados anímicos y

motivaciones parezcan de un realismo único.42

Aunque la antropología ha recogido y sistematizado manifestaciones religiosas

desde el primer momento de la existencia del ser humano y éstas han influido

decisivamente en la construcción de las diversas culturas y sociedades, todavía se

discute si es un fenómeno esencial del hombre o puede ser reducido a otras

experiencias o aspectos humanos más fundamentales.43

El ser humano ha hecho por siempre uso de las expresiones espirituales para

encontrarle sentido a su existencia y para dar trascendencia y explicación al

mundo, al universo y a todo lo imaginable.44

El concepto “religión” en ocasiones se usa como sinónimo de “religión

organizada” u “organización religiosa”, es decir, instituciones que respaldan el

ejercicio de ciertas religiones, frecuentemente bajo la forma de entidades legales, a

40
BENTUE, ANTONIO. (1986). La Opción Creyente. Ediciones Sígueme. Salamanca.
41
ABDENNUR PRADO. (2020). Genealogía del monoteísmo: La religión como dispositivo colonial. Ediciones
Akal. México.
42
MUÑOZ CONDELL, DAVID. (2022). Las Diferentes Concepciones del dios Único. Documento de Trabajo.
Capellanía Nacional Evangélica. Policía de Investigaciones de Chile.
43
Ibíd.
44
MANZANO, HENRY. (2019) ¿hombres O dioses? Colecciones Culturales Editores Impresores. México.
22

las cuales podemos denominar agrupaciones, comunidades de fe, congregaciones,

iglesias, entre otras.45

3.- Fenomenología de la religión.

Diversas ciencias del saber humano se han interesado por el fenómeno religioso

desde sus respectivos puntos de vista, como por ejemplo la antropología, la

sociología, la psicología y la historia de las religiones. 46

Por otro lado, disciplinas como la fenomenología de la religión estudian

específicamente sus manifestaciones intentando dar con una definición exhaustiva

del fenómeno y mostrar su relación con el temperamento propio del ser humano.47

Desde una lectura filosófica la religión puede ser un estilo de vida, un camino

hacia la plenitud, una plenitud que inicia desde el mismo instante que se cobra

conciencia de esta.48

En un sentido más amplio, también se utiliza para referirse a una obligación de

conciencia que impele al cumplimiento de un deber, el cual está asociado al ser y al

hacer y al estar.49

La etimología del concepto “religión” ha sido tratada durante siglos debido a las

dos interpretaciones que se han sostenido y que además de ofrecer una propuesta

acerca del origen de la palabra, subrayan alguna actitud religiosa.50

Esta raíz conceptual subraya la fidelidad a los deberes que la persona religiosa

contrae con la divinidad y por tanto está más relacionada con la justicia.

45
HOUTART, FRANÇOIS. (2002). Religiones: sus conceptos fundamentales. México. Siglo XXI Editores.
46
ELIADE, MIRCEA. (2020). Historia de las Creencias y de las Ideas Religiosas. Ediciones Herder. Bilbao.
47
WIDENGREN, GEO. (1976). Fenomenología de la religión – Volumen 1. Ediciones Cristiandad. Bilbao.
48
MORALES, JOSE. (2007). Filosofía de la Religión. CUNSA. Ediciones Universidad de Navarra. Pamplona.
49
MUÑOZ CONDELL, DAVID. (2021). Ética del Mando. Editorial Alba. Valparaíso.
50
MARTÍN VELASCO, JUAN. (1989). Experiencia religiosa. Madrid. Universidad Pontificia de Comillas.
23

La otra etimología propuesta por Lactancio, escritor latino y apologista cristiano,

hace derivar la palabra “religión” del verbo latino “religare”.

Obligados por un vínculo de piedad a Dios estamos “religados”, de donde el

mismo término “religión” tiene su origen, no —como fue propuesto por Cicerón—

a partir de “releyendo”

Este segundo sentido resalta la relación de dependencia que “religa” al hombre

con las potencias superiores de las cuales él se puede llegar a sentir dependiente y

que le lleva a tributarles actos de culto.

Una posibilidad es intentar una definición desde el punto de vista de las personas

que profesan la religión.

Así encontramos propuestas como las del teólogo reformado y filósofo alemán

Friedrich Schleiermacher que define a la religión como un “sentimiento de

dependencia absoluta” que luego distingue este sentimiento de los tipos de

dependencia relativa.51

El sentimiento y la intuición eran la labor de la teología. El concepto sentimiento

era una dependencia absoluta en la deidad. Y este era “la esencia de la piedad,

idéntica consigo misma”. Es decir, era el estar en relación con Dios.

No identificaba la experiencia con la subjetividad. Entendía que el sentimiento era

ese lugar donde el yo aprende del yo divino. Entendía la religión como una

dependencia absoluta de la deidad.

Tuvo implicaciones sobre la teología y la dogmática en el pensamiento. Planteaba

que el dogma era una aserción de nuestro sentimiento. Y no sobre la deidad en sí

misma.

51
JACKSON, RUT. (2018). Un análisis de Sobre la religión de Friedrich Schleiermache. Macat Library. EE.UU.
de América.
24

La doctrina sólo afirma nuestra concepción de Dios. Cuestionaba las definiciones

Dios como una proyección humana sobre la deidad. William James, filósofo

estadounidense, profesor de Harvard y creador de la psicología funcional, subraya

más bien “el carácter entusiasta de la adhesión” de los miembros de las

religiones.52

Desde este punto de vista se pueden considerar elementos como los sentimientos,

los factores testimoniales, emotivos o intuitivos, pero siempre desde una

perspectiva más bien individualista.

Con el estudio que las diversas ciencias humanas (sociología y antropología

cultural especialmente) han realizado de la religión, se ha logrado formular otro

conjunto de definiciones que consideran este fenómeno en su ámbito social y

cultural.

La conocida definición del sociólogo francés Emile Durkheim entra en este grupo:

“Una religión es un sistema solidario de creencias y de prácticas relativas a las

cosas sagradas. [...] Toda sociedad posee todo lo necesario para suscitar en sus

miembros la sensación de lo divino, simplemente a través del poder que ella ejerce

sobre ellos”.53

Sin embargo, con la llegada de la fenomenología de la religión, se intentó ir más

allá de las formas que buscaban el núcleo propio del fenómeno en la sociedad o en

los aspectos individuales.

Y en ese ámbito se identificó como propio de la religión el hecho de la presencia o

consciencia de lo sagrado.54

52
WILLIAM JAMES. (2006). Las Variedades de la Experiencia Religiosa: Estudio de la Experiencia Religiosa.
México. Editorial Lectorum.
53
DURKHEIM, EMILE. (2001). Sociología y Filosofía. Madrid. Miño y Dávila Editores.
54
Ibíd.
25

Rudolf Otto en su obra, “Lo Santo”, publicada en 1917, indica como esencia de la

consciencia religiosa el temor reverencial ante aquello que, siendo desconocido al

mismo tiempo sobrecoge y atrae casi irresistiblemente.

Sin embargo, estos elementos que Rudolf Otto refiere como propios de la

experiencia religiosa parecen estar ausentes en las religiones asiáticas.55

En la perspectiva del historiador de la religión Mircea Eliade se da una ampliación

de la noción de “sagrado” que perfecciona la definición de Otto. Habla de espacios,

cosas y tiempos sagrados en la medida en que estos se relacionan con simbolismos

y rituales propios de las religiones.

Así la religión es la configuración u organización de la existencia a partir de

dimensiones profundas de la experiencia humana que relacionan al hombre con

algo que se le presenta como último y trascendente.

Tales dimensiones varían de acuerdo con las circunstancias y culturas. A partir del

siglo XVIII, con la irrupción del humanismo y el pensamiento ilustrado en Europa,

que se extenderá con rapidez a otras partes del mundo, se asienta la idea de

separar la doctrina del Estado de las doctrinas religiosas.

2.- El fenómeno religioso. Para aproximarse al fenómeno de las religiones hay que

tener en consideración la clasificación de estas, tales como:

2.1.- Por concepción teológica: El Teísmo: es la creencia en una o más deidades.

Dentro del teísmo cabe distinguir entre: monoteístas: aquellas religiones que

afirman la existencia de un solo Dios, que a menudo es creador del universo.

Las religiones monoteístas más numerosas son el cristianismo y el islam. Otras más

minoritarias son el judaísmo, zoroastrismo o la fe bahaí.

55
OTTO, RUDOLF. (2016). Lo santo: lo racional y lo irracional en la idea de Dios. Alianza Editorial. Madrid.
26

Politeístas: creen en la existencia de diversos dioses organizados en una jerarquía

o panteón, como ocurre en el hinduismo, el shinto japonés, o las antiguas

religiones de la humanidad como la griega, la romana o la egipcia.

También cabe incluir aquí la mayoría de las corrientes del neopaganismo moderno.

Henoteístas: el orientalista alemán y fundador de la mitología comparada Max

Muller acuñó este término en el siglo XIX para referirse a la creencia en un sólo

Dios en la que se admiten otras deidades, como sucedía en la antigua religión

egipcia especialmente con Akenatón.

Aunque ya en la época de Max Muller resultó un término problemático y quedó

con el tiempo incluido académicamente dentro de politeísmo, panteísmo, etc.

dependiendo del caso histórico.

Actualmente, algunas sectas y cultos neopaganos han restaurado el término.16

Dualistas: aquellas religiones que suponen la existencia de dos principios o

divinidades opuestos y enfrentados entre sí.

Aunque sólo uno de ellos suele ser merecedor de veneración por sus fieles

mientras que el otro es considerado demoníaco o destructivo. Cabe incluir en esta

categoría el maniqueísmo y el catarismo.

Este último considerado como un movimiento religioso de carácter gnóstico que se

propagó por Europa Occidental a mediados del siglo X, logrando asentarse hacia el

siglo XIII en tierras del Mediodía francés, especialmente el languedoc, donde

contaba con la protección de algunos señores feudales vasallos de la corona de

Aragón.56

No teístas: Hay religiones como el budismo y el taoísmo, que desdeñan o rechazan

la existencia de dioses absolutos o creadores universales, o bien les otorgan

56
ELIADE, MIRCEA. (1972). Tratado de historia de las religiones. Biblioteca Era. México.
27

funciones menores o muy específicas (como, por ejemplo, la creencia taoísta en el

Emperador de Jade).

En ocasiones, estas deidades son vistas como recursos metafóricos utilizados para

referirse a fenómenos naturales o a estados de la mente.57

Panteísmo: es una creencia o concepción del mundo y una doctrina filosófica según

la cual el Universo, la naturaleza y Dios son equivalentes. La ley natural, la

existencia y el universo (la suma de todo lo que fue, es y será) se representa por

medio del concepto teológico de "Dios".

La palabra está compuesta del término griego πᾶν (pan), que significa todo, y θεός

(theos), que significa Dios; así se forma una palabra que afirma: todo es Dios. El

panteísmo es la creencia de que el mundo y Dios son lo mismo.

Cada criatura es un aspecto o una manifestación de Dios, que es concebido como el

actor divino que desempeña a la vez los innumerables papeles de humanos,

animales, plantas, estrellas y fuerzas de la naturaleza.

También aporta un punto de unión entre diferentes religiones, por ejemplo, hay

poca diferencia entre esta visión o el que para los budistas "el uno es el todo". 58

2.2.- Por revelación. Las religiones reveladas se fundamentan en una verdad

revelada de carácter sobrenatural desde una deidad o ámbito trascendente y que

indica a menudo cuáles son los dogmas en los que se debe creer y las normas y

ritos que se deben seguir.59

Las religiones no reveladas no definen su origen según un mensaje dado por

deidades o mensajeros de ellas, aunque pueden contener sistemas elaborados de

57
Ibíd.
58
Ibíd.
59
BERKHOF, LOUIS. (1995). Teología sistemática. Libros Desafío. Madrid.
28

organización de deidades reconociendo la existencia de estas deidades y espíritus

en las manifestaciones de la naturaleza.

Algunas religiones de reciente creación tienen un estatus complejo ya que no son

reconocidas como religiones de manera universal.

Según la antropología y la sociología, una secta o nuevo movimiento religioso es

un grupo de personas con afinidades comunes: culturales, religiosas, políticas,

esotéricas.60

Habitualmente es un término peyorativo, frente al cual ha surgido el eufemismo

“nuevos movimientos religiosos”.

Aunque el vocablo “secta” esté relacionado con grupos que posean una misma

afinidad, con el paso de los años ha adquirido una connotación relacionada con

grupos de carácter religioso, a los que se califica como secta destructiva.

Estos grupos pueden tener un historial judicial en uno o varios países, por

manipulación mental o por ser grupos de carácter destructivo. En algunos países,

algunas de estas no están reconocidas o autorizadas.

A menudo una secta está centrada en el culto personal al profeta o líder, del grupo.

La palabra secta se ha concebido derivada, principalmente, del latín seqüi:

‘seguir’.61

4.- Un acercamiento al fenómeno religioso

La religión es un reflejo particular de las relaciones de los hombres tanto en la

sociedad primitiva como en las demás, esclavitud, feudalismo, capitalismo, donde

éstas se encontraban bajo el dominio de fuerzas exteriores a ellas, que no conocían

60
MUÑOZ CONDELL, DAVID. (2004). Sectas religiosas y campo simbólico. , Instituto de Criminología. Policía
de Investigaciones de Chile.
61
Ibíd.
29

y por consiguiente no podían dominar y hacia las cuales experimentaban una

especie de misterio al cual tenían que buscar solución.62

La respuesta estaría en la religión. En este sentido desde el punto de vista

sociológico, la religión es una de las representaciones que los hombres se hacen del

mundo y de sí mismos, específicamente, la representación que hace referencia a lo

sobrenatural.

Por tanto, es percibida la religión como un hecho social, observable y colectivo. El

investigador debe de ser indiferente al problema de la existencia o no de un dios,

las diversas disciplinas del saber humano no se deben usar para hacer apología de

la religión ni para fundamentar el ateísmo.63

Lo importante, en nuestro caso, debe de ser estudiar la dimensión social de esa

realidad que es la religión.64

Para explicar la génesis y el funcionamiento de las diversas estructuras o formas

religiosas que se manifiestan en los grupos sociales es pertinente referirse a autores

como Max Weber, Jean Pierre Bastián, Peter Berger y Thomas Luckman

La inmensa variedad de creencias y rituales religiosos no son limitantes para el

estudio puesto que cada cultura ha elaborado un sin número de actos ceremoniales

de acuerdo con los diferentes contextos socio históricos, dándoles identidad social.

La religión depende no solo del conjunto de condiciones en que se describe la vida

de las personas, sino también de las formas políticas peculiares y culturales, junto a

todas las influencias externas, como es el caso de nuestro país.

62
MUÑOZ CONDELL, DAVID. (2021). El Chile Religioso Actual. Editorial ALBA. Valparaíso.
63
MARTIN, MICHAEL. (2010). Ateísmo. Ediciones Akal. Madrid.
64
ESTRADA DÍAZ, JUAN ANTONIO. (2013). La pregunta por Dios. Desclée de Brouwer. Bilbao.
30

Que fue inundado de creencias de todo tipo, especialmente africanas, católica,

después seguidamente la fe radical y reformada.

Por esta razón el contenido de la religión no se reduce a concepciones enraizadas

en las mentes de los hombres sino también la implantación de pensamientos de

una nación a otra, donde se reproduce esa creencia en medio de disímiles

condiciones, influyendo así en los modos de vida existentes hasta el momento.

Todas estas reflexiones sociológicas han sido un buen intento, teniendo en cuenta

el contexto social, para dar a conocer la sociología como una ciencia, así como para

unir teoría y práctica en un esfuerzo común.

Donde estos análisis religiosos que he presentado describen el carácter litúrgico de

la religión con sus ceremonias, significados y tabúes, es como un código moral y

jurídico integrado en el modelo de organización de la vida privada y pública de

cada gestor social.

El interés por la influencia de las ideas religiosas en los modos de vida de las

personas ha sido de gran importancia para cientistas sociales, ya que la variable

"religión" es una variable sociológica muy analizada por su gran amplitud dentro

del marco social.

De ahí es que se derivan una serie de estudios con amplitud y gran calidad, lo que

ha hecho posible el balance del conocimiento acerca de la influencia o falta de esta

en términos de la existencia social.

El núcleo central de la evolución de las ideas religiosas es el propio sistema de

símbolos que la conforman, eso es lo que le da la capacidad a la religión para

proporcionar ideales y modelos para nuevas líneas de desarrollo social.


31

Estas aumentan a medida que es mayor la diferenciación simbólica individual y

social. Para poder operar todo individuo o grupo necesita una definición que

recoja el ambiente en el cual el individuo se desenvuelve.

Esa definición con el sistema que compone el conjunto de relaciones sociales del

individuo conforma la concepción de identidad, que es necesaria en las diferentes

facetas que atraviesa el sujeto para dar respuesta a todos los daños sufridos.

La concepción a la que hemos hecho referencia es capaz de hacer frente a

situaciones diversas donde no es preciso que estas sean cognitivamente adecuadas,

sino motivaciones significativas.

“Dios ha muerto” no quiere decir literalmente que “Dios está efectivamente

muerto”; es la manera de Nietzsche de decir que la idea de Dios no es capaz de

actuar como fuente del código moral o teleológico (teleología).65

Nietzsche reconoce la crisis que la muerte de Dios representa para las

consideraciones morales existentes, porque cuando uno desecha la fe cristiana, se

olvida de la moralidad cristiana. Esta moralidad de ninguna manera es evidente en

sí misma.

Rompiendo un concepto principal del cristianismo, la fe en Dios, uno rompe el

esquema: nada necesario se mantiene en las manos de uno.

Esta es la razón por la cual en “El loco”, el loco se dirige a los ateos — el problema

es conservar cualquier sistema de valores en ausencia de un orden divino.

La muerte de Dios es la forma de decir que los humanos ya no son capaces de creer

en cualquier orden cósmico desde que ellos mismos no lo reconocen.

65
NIETZSCHE, FRIEDRICH. (2004). La Muerte de Dios. Universidad Nacional Autónoma de México.
32

La muerte de Dios conducirá, dice Nietzsche, no sólo al rechazo de la creencia en

un orden cósmico o físico, sino también al rechazo de los valores absolutos — al

rechazo de la creencia en una objetividad y una ley moral universal, que se ejerce

sobre todos los individuos.66

De esta manera, la pérdida de una base absoluta de moralidad conduce al

nihilismo. Este nihilismo es el que trabajó Nietzsche para encontrar una solución a

la revaluación de los fundamentos de los valores humanos.

Esto significa, para Nietzsche, la búsqueda de los fundamentos más profundos que

los valores cristianos, más allá de los cuales él sentía que la mayoría de los

cristianos.

El aforismo nietzscheano se encuentra de modo específico y fundamental en la

sección número 125. La traducción de su título podría corresponder a “El

frenético” o “El hombre loco”.67

Dicho hombre, frenético o loco, cierta mañana se deja conducir al mercado.

Provisto con una linterna en sus manos no dejaba de gritar: «¡Busco a Dios!» Allí

había muchos ateos y no dejaron de reírse. Los descreídos, mirándose con sorna

entre sí, se decían: ¿Se ha perdido? ¿Se ha extraviado?

Y agregaban: «Se habrá ocultado». “O tendrá miedo”. “Acaso se habrá embarcado

o emigrado”. Y las carcajadas seguían.

Al loco no le gustó esas burlas y, precipitándose entre ellos, les espetó: “¿Qué ha

sido de Dios?”.

66
HORACIO RÍOS, RUBÉN. (1996). Ensayo sobre la muerte de dios: Nietzsche y la cultura contemporánea.
Biblos Ediciones. Madrid.
67
SÁNCHEZ NOGALES, JOSE LUIS. (2003). Filosofía y fenomenología de la religión. Ediciones Secretariado
Trinitario. Salamanca.
33

Fulminándolos con la mirada agregó: “Os lo voy a decir. Lo hemos matado.

Vosotros y yo lo hemos matado. Hemos dejado esta tierra sin su sol, sin su orden,

sin quién pueda conducirla... ¿Hemos vaciado el mar? Vagamos como a través de

una nada infinita”.

Y en tono interrogativo y con énfasis prosiguió afirmando que nos roza el soplo del

vacío, que la noche se hace más noche y más profunda, y que se torna

indispensable encender linternas en pleno día.

Manifestó que se oye a los sepultureros enterrando a Dios, agregando que tal vez

tengamos que oler el desagradable tufo de la putrefacción divina, pues,

naturalmente, los dioses también se pudren.

Y siguió diciendo que lo más sagrado y lo más profundo se ha desangrado bajo

nuestro cuchillo, preguntando, al mismo tiempo, si se podría encontrar un agua

capaz de limpiar la sangre del cuchillo asesino.

E inmediatamente puso en duda que la grandeza de este acto fuera propiamente

humana. Y entendía que toda la posteridad se agigantaba con la magnificencia de

este acto.

Se puso colérico y echó al suelo su linterna y creyó reconocer que se había metido

muy precozmente entre los hombres. Intuía que los oídos humanos no estaban

todavía preparados para escuchar tales verdades.

Porque el rayo, el trueno, la luz de los astros, y los actos heroicos de los hombres

requieren su tiempo para arribar. Y este último acto mencionado se encuentra más

lejos que los actos más lejanos. Los hombres nada saben de ellos y son ellos los que

han cometido el acto.


34

Dicen que el loco ese día penetró en varias iglesias y entonó un requiem æternam

deo. Y cuando era arrojado esgrimía reiteradamente su argumento: « ¿Qué son

estas iglesias, sino tumbas y monumentos fúnebres de Dios?»68

5.- ¿Dios ha muerto? O ¿la institucionalidad eclesiástica lo ha sepultado?.

Para respondernos a una de las afirmaciones más gravitantes de la historia de la

humanidad, recurriremos a la sociología de la religión, la que nos da los elementos

de juicio para nuestro análisis.

1.- El “dios ha muerto” no quiere decir textualmente que “Dios está efectivamente

muerto”; es la manera que Nietzsche utiliza para exponer la idea de Dios y que

este no es idóneo de actuar como principio moral o teleológico.

2.- Nietzsche enuncia que el Dios cristiano no es la fuente creíble de los principios

morales absolutos. Se consideró antirreligioso durante su vida adulta y por lo tanto

no creyó en la existencia de un ser superior, a pesar de haber nacido en un hogar

cristiano, y que su padre haya sido pastor luterano.

3.- El “Dios que ha muerto” es el Dios cristiano. En el aforismo 125 de la Gaya

Ciencia, Nietzsche afirma que la “muerte de dios” ha sido el producto de un

asesinato de los propios creyentes. El texto dice: “sin embargo son ellos los que lo

han cometido”. Son los mismos cristianos los que lo han matado; su rebaño se

atrevió a darle finalmente muerte.

4.- En el intelectualismo europeo, la noción del nihilismo se comparó con la

destrucción de los valores tradicionales. Aunque el nihilismo nietzscheano parece

apuntar hacia la interpretación tradicional, este ve en el nihilismo una

consecuencia de la propia tradición occidental.

68
Nietzsche. La gaya ciencia. Op. Cit, sección 125.
35

5.- El cristianismo consumó la separación entre Dios y el mundo, devaluó las

pulsiones naturales del hombre y puso al más acá en manos de la nada.

6.- La destrucción nietzscheana de los valores cristianos es, además, la destrucción

de una religión que había aniquilado los valores de la Antigüedad. Nietzsche

propugna un retorno a la Antigüedad grecorromana, que había colocado la

autodeterminación en el centro de su filosofía y reconocido la fragilidad de la

existencia humana.

7.- Por último, esta decepción del filósofo en relación con la “muerte de dios” es el

reflejo del fracaso de una sociedad secularizada que apuesta a una cultura sin

divinidades, malentendiendo la racionalidad del ser humano.

El creyente debe también dar razón de fe y de sus creencias en algo sobrenatural,

en un destino de un oriente eterno, independiente los nombres que se les asignen.


36
37

Capítulo II.- Antecedentes Biográficos de Friedrich Nietzsche.

Carlos Arturo Gaete Manríquez.

1.- Proemio.

“El hombre ama dos cosas: el peligro y el juego. Por eso ama a la mujer, el más peligroso de

los juegos”.

Este aforismo, lo sacó Nietzsche de lo más profundo de su ser y lo puso en boca de

Zaratustra el profeta que proclamara al superhombre, culto, bello, fuerte, tolerante,

poderoso y libre. ¿Un pensamiento misógino, o machista herido?

Presentaremos su biografía en dos aspectos: Su vida personal y privada

propiamente tal y su vida como Filósofo, como uno de los pensadores más

influyentes del Siglo XIX y XX. Y luego señalaremos algunas reflexiones como

conclusiones masónicas.

2.- Antecedentes Biográficos.

Nació el 15 de octubre de 1844 en Röcken, región de Turingia, perteneciente al

reino de Sajonia que fuera anexionada en 1815 a Prusia, Alemania y también fue

nacionalizado suizo.

Su familia: Sus padres fueron Carl Ludwig Nietzsche y de Franziska Oehler, y sus

hermanos fueron: Elisabeth Förster Nietzsche y Ludwig Joseph Nietzsche.

Friedrich fue el hijo primogénito, con una severa miopía, su padre y abuelo

paterno fueron pastores luteranos.


38

Su progenitor falleció a los 35 años cuando él tenía apenas cinco años, su hermano

menor falleció a los dos años.

Friedrich Nietzsche, registró un sueño en el que su padre se levantaba de entre los

muertos, reclamaba a su hermano menor y regresa a la tumba.

Tras la muerte del padre en 1849 y el hermano pequeño en 1850, se trasladó con su

madre y su hermana a Naumburg, donde vivió con la abuela materna y las

hermanas solteras del padre, bajo la vigilancia de un magistrado local, Bemhard

Dächsel.

Se dice que su infancia, pese a estar marcada por la muerte de su padre y su

hermano menor, fue la época más feliz de su vida.

Estudios: habiendo demostrado talento especial para la música y el lenguaje fue

admitido en la reconocida Schulpforta, donde continuó sus estudios desde 1858

hasta 1864.

Convengamos que Schulpforta era un colegio cerca de Naumburgo, en Alemania,

con régimen de internado para la promoción de alumnos aventajados.

En esta etapa, surge en él una admiración por el genio grieto, lee a Platón y

Esquilo, también por la música y la poesía realizando ensayos como poeta y

músico, llegando a ser admirable su habilidad al piano.


39

Después de su graduación, en 1864, Nietzsche comenzó sus estudios

en Teología y Filología Clásica en la Universidad de Bonn con la idea de

convertirse en pastor igual que su padre y abuelo.

Tras un semestre, para disgusto de su madre, abandonó sus estudios de Teología y

comenzó los de filología clásica con el profesor Friedrich Wilhelm Ritschl. Al año

siguiente siguió a este a la Universidad de Leipzig.

Se cree que contrajo la sífilis en su época de estudiante. Después de graduarse,

obtuvo un puesto de profesor en la Universidad de Basilea, en Suiza, a la edad de

24 años. Durante su tiempo en Basilea, cultivó una amistad con el compositor

alemán de música clásica, Richard Wagner, distanciándose luego de él.

En 1867 realizó un año de servicio militar voluntario con la división de artillería

prusiana de Naumburg. En marzo de 1868 sufrió un accidente ecuestre que le dejó

inútil para el servicio.

Después de trasladarse a Basilea, Nietzsche renunció a su ciudadanía alemana,

manteniéndose durante el resto de su vida oficialmente sin estado.

Sin embargo, sirvió en el bando prusiano durante la Guerra Franco-

Prusiana como médico camillero. Su paso por la milicia fue corto, pero vivió

múltiples experiencias.

Allí fue testigo de los efectos traumáticos de la batalla. Contrajo la difteria y la

disentería.
40

Entre los años 1873 y 1876 publica las “Consideraciones intempestivas” en las que

critica a David Strauss y el Historicismo y alaba a Schopenhauer y Wagner.

Sin embargo, en ese último año comenzará su distanciamiento de Wagner,

culminando en una abierta oposición del autor y su ideal como artista y genio

creador; en los años venideros orientará su reflexión hacia la ciencia, que plasmará

en obras como “Humano, demasiado humano”, escrita entre los años 1878 y 1879.

A partir de este último año, al parecer producto de su delicada salud, renuncia a su

cátedra en la universidad de Basilea comenzando un período que se caracteriza

por sus constantes viajes por Suiza, Alemania e Italia, época de su máxima y

creciente producción creativa.

En 1880, reside entre otros lugares en Naumburgo, Venecia, Marienbad y Génova.

En 1881 residirá particularmente en Génova y Sils-María pequeña localidad de los

Alpes Suizos, lugar de inspiración para las ideas centrales de su filosofía futura

tales como la del eterno retorno y la de la voluntad de poder.

Mantendrá una activa correspondencia con sus amigos, con quienes se encontrará

en numerosas ocasiones, tales como Overbeck, Rée, Rhode, Hillebrand, y Lou

Salomé.

En 1882 y años siguientes residirá en ciudades como Génova, Messina, Roma, Orta,

Basilea, Lucerna, Naumburgo, Leipzig, Santa Mergherita, Florencia, Rapallo y

Niza, entre otras.


41

Pasó varios veranos en la ya mencionada localidad de Sils-María, lugar predilecto

de Nietzsche. Allí escribió sus obras más significativas, como “Más allá del Bien y

del Mal”; “Así habló Zaratustra” y “La Genealogía de la Moral”.

En 1889 y producto seguramente de su enfermedad venérea mal tratada, sufre un

colapso mental, manifestando severos síntomas de desequilibrio mental, es

sometido a tratamientos en la ciudad de Basilea y posteriormente en Jena.

Pasando lo que resta de su vida bajo cuidados médicos y de su madre hasta la

muerte de ésta en 1897 y cuidados posteriores de su hermana Elisabeth, falleciendo

el 25 de agosto de 1900 en Weimar, Alemania, a la edad de cincuenta y cinco años.

Es considerado uno de los Filósofos más influyentes de la Filosofía Occidental,

tanto en el ámbito histórico como cultural, pero también un reconocido misógino

muy original de amor y odio por las mujeres, las consideraba no sólo débiles.

Sino que propensas a victimizarse, que desean ser tomadas y aceptadas como

propiedad, deja de manifiesto su desprecio por considerarle un ser inferior

manipulador y cuyo único objetivo que persigue es satisfacer al hombre.

Sin embargo, en nuestro entender con estas reflexiones y expresiones sólo

exterioriza sus miedos, resentimientos e inseguridades con relación a la mujer.

Al contrario, sentía fascinación por ellas, fue un enamoradizo y se encaprichaba

intensamente con aquellas que lo rechazaban o que le eran inalcanzables, así fue

creciendo su odio exteriorizado posteriormente en sus obras.


42

3.- Sus Antecedentes como Filósofo.

Dejando de lado los aspectos ya tratados de su vida personal, durante los años

siguientes Nietzsche, escribió una serie de obras filosóficas de importancia, entre

las que, por razones de tiempo para el presente ensayo, sólo citaremos algunas de

ellas que he estimado interesante aquí abordar, y que reflejan el pensamiento de

Nietzsche, la inquietud por la lectura de otras interesantes obras del mismo autor:

En 1872. El nacimiento de la tragedia. Conocida también primeramente como “El

origen de la tragedia en el espíritu de la música”, Después de tres correcciones

1886 como “El Origen de la Tragedia o Grecia y el pesimismo”; a la cual añadió un

“Ensayo de Autocrítica”.

Obra en la cual destaca la dicotomía entre lo apolíneo y lo dionisíaco en el arte.

Adjetivos utilizados por él para destacar por una parte las formas acabadas y

bellas, lo racional que se expresan en las artes figurativas y aquellas otras basadas

en el ritmo y la pasión, lo terrenal o sensual, respectivamente.

Esta obra tuvo en la academia tanto detractores como defensores, entre estos

últimos podemos señalar a Erwin Rhode y Wagner.

Entre 1883- 1885. Así habló Zaratustra. Una de las obras más complejas, que consta

de cuatro partes y que desde el punto de vista humano trata temas como la

superación personal, la búsqueda de sentido de la vida y la sustentación de la

individualidad.
43

En ella critica la moralidad tradicional y propone la idea del “eterno retorno”, lo

que incide en abrazar la vida en su integridad, tanto alegrías como tristezas y

vivirla de manera auténtica y libre; desde el punto de vista filosófico, en esta obra

busca cuestionar y trascender los valores y conceptos preestablecidos por la cultura

occidental.

Nietzsche proclama la muerte de Dios y plantea necesario que el hombre asuma la

responsabilidad de crear sus propios valores y darle así sentido a su existencia; con

ello nos quiere dar a entender que la moralidad tradicional y la religión ya no son

viables en el mundo moderno, argumenta que la humanidad debe crear nuevos

valores para sí misma.

En lugar de depender de los viejos valores religiosos, forjando su propio camino

hacia la grandeza y autorrealización y encontrar su propia trascendencia, en Un

mundo sin Dios.

Introduce también el concepto de “superhombre” que trasciende las convenciones

humanas que impone la civilización y que busca su propio e individual desarrollo

y autorrealización.

En suma, hace un llamado a la superación personal, a la responsabilidad

individual, a la búsqueda del sentido propio, crear valores y encontrar finalmente

la plenitud en su existencia.

En 1886. Más allá del bien y del mal. Es una obra en que aborda temas éticos y

morales, critica y cuestiona los fundamentos de la moral tradicional,

argumentando que muchos de los valores y principios éticos que acepta una
44

sociedad determinada, son convenciones que reprimen el desarrollo pleno del

individuo.

Propone y aboga por la superación de la moralidad convencional que esclaviza al

hombre, que le restringe, limita e impide el desarrollo propio y pleno del

individuo, es lo que él llama una ética nueva de la autenticidad y la sustentabilidad

de la vida del individuo.

Cada cual debe desarrollar su propia escala de valores y persiga su propia

voluntad de poder creativo; la ética de Nietzsche se convierte en una cuestión de

autoafirmación, de vivir una vida auténtica y plena, en lugar de adherir a

principios morales universalmente válidos.

En 1887. Genealogía de la Moral. Es muy común que los lectores confundan esta

obra con la anterior aquí tratada “Más allá del bien y del mal”, ya que ambas tratan

temas relacionados, pero de aspectos ligeramente diferentes.

Así, por ejemplo, como hemos dicho en la obra Más allá del bien y del mal, critica

la moralidad tradicional y plantea una reevaluación de los valores morales

preestablecidos.

En este nuevo libro Nietzsche examina conceptos como la voluntad de poder, y

realiza además una genealogía de los conceptos morales, aquí investiga las raíces

históricas de la moral y busca desentrañar cómo se han establecidos y transmitido

luego las nociones de bien y mal, bueno y malo, a lo largo de la historia de la

humanidad.
45

En suma, si bien ambos libros comparten una crítica a la moralidad tradicional y

exploran la construcción de valores morales, “Más allá del bien y del mal” se

centra o enfoca en la crítica filosófica general, mientras que “Genealogía de la

moral”.

Se interna en el análisis histórico y etimológico del concepto de valores morales y

examina como se han establecido y manipulado a lo largo del tiempo y aunque hay

temas y conceptos relacionados en ambas obras, cada una aborda.

Estos temas desde ángulos y enfoques distintos, cuestión muy importante de

distinguir entre ellas para entender en forma precisa el pensamiento de este

Filósofo tan controvertido y vigente.

4.- Su Producción Bibliográfica.

En todas sus obras trató cuestiones muy contingentes, como la religión, la cultura,

la moral, la verdad y el poder, de todo ello formó las bases de su concepto

filosófico de la “voluntad de poder”, que se traduce en lo que se ha denominado

corriente filosófica voluntarista.

Creía que la voluntad de poder era la fuerza fundamental que motivaba los actos

de las personas, cuyo objetivo de vida era ejercer y aumentar esa voluntad de

poder, referida según él, no solo a la capacidad de dominar a otros, sino a la

capacidad del ser humano de vivir una vida creativa y plena.

Otros filósofos que han sido considerados Voluntaristas son Arthur Schopenhauer,

que influyó sin duda alguna en la filosofía de Nietzsche y Max Stirner, quien
46

destacó el rol de la voluntad individual en la toma de decisiones importantes y los

actos de las personas.

También filósofos existencialistas como Martin Heidegger y Jean- Paul Sartre, han

sido relacionados con esta filosofía voluntarista por el énfasis que ponen en la

libertad y la responsabilidad de los individuos en la vida.

Entre otras obras de Nietzsche tanto en vida del filósofo, como póstumas son:

1873-1876 Consideraciones intempestivas;

1878.1879 Humano, demasiado humano;

1881 Aurora;

1882 La Gaya ciencia;

1888 El caso Wagner. Cabe hacer presente que todas sus obras a partir de este año

fueron publicadas con posterioridad a su enajenación mental;

1888 Nietzsche contra Wagner;

1888 El crepúsculo de los ídolos;

1888 El anticristo;

1888 Ecce homo, y

1888 El viajero y su sombra.

Fragmentos póstumos: además de su poesía y otros escritos, mencionamos y

destacamos:

La voluntad de poder. Publicada en 1901, la cual según estudios entre otros de

Karl Schlechta, Richar Roos, Giorgio Colli y Montinari, no debe ser considerada

como una obra de Nietzsche, sino como un texto espurio, elaborado entre su
47

hermana Elisabeth y Peter Gast, a partir de textos posteriores a 1880 y que contiene

innumerables errores.
48

Capítulo III.- El Estado del Arte de la Filosofía de Friedrich Nietzsche.

Eduardo Orellana Espinoza.

1.- Proemio.

Nos corresponde a continuación, contextualizar la obra del autor en comento,

clasificando la información obtenida, a través de una investigación documental,

recuperando a nuestro juicio los hechos más relevantes del trabajo de Nietzsche.

Con el propósito de entregar una comprensión crítica sobre el conocimiento que

nos presenta el autor y generar nuevos conocimientos y comprensiones de diversos

enfoques.

Esto, en función de conseguir una visión que nos permita determinar a través de

dicha documentación, cómo la información seleccionada y trabajada, se conecta

entre sí y determinar la utilidad que ésta tendrá para quienes deseen incursionar

en esta mirada.

Este estudio presenta una investigación exploratoria descriptiva a través del

método inductivo, sobre la filosofía de Nietzsche. Se consideraron, motivaciones,

hábitos, gustos y preferencias, como así también, identificar las fortalezas y

debilidades del autor.

Considerado como uno de los más importantes filósofos del siglo XIX, Friedrich

Nietzsche, despliega una filosofía práctica de corte ascético en varias de sus obras,

especialmente en la “genealogía de la moral”.

Para Nietzsche la voluntad de verdad, entronizada por Platón, es un producto de

la soberbia humana, pero también de la voluntad de negación de la vida, de querer

reducirla a un ideal abstracto.


49

Por otra parte, el concepto y análisis de la verdad, constituye una idea provocada

por la vanidad humana, es imposible, dice Nietzsche, establecer una verdad

universal, lo es, por los múltiples filtros que la distorsionan.

El primer filtro es biológico, la percepción humana y las imágenes cerebrales a que

conducen son la distorsión común de todos los miembros de nuestra especie.

El segundo filtro es mental, es la conceptualización como operación básica de la

mente humana. Conceptualizar es igualar lo que es desigual. El mundo está

formado por realidades singulares interconectadas entre sí. Conceptualizar es,

además petrificar una realidad que es un proceso, que es dinámica.

El tercer filtro es cultural. Cada sociedad crea una lengua que clasifica

conceptualmente de diferente manera.

La verdad de cada sociedad es lo que imponen los que tienen poder para hacerlo.

La verdad es, por tanto, una relación de poder, como ocurrió con los siglos de

dominio del cristianismo y como sucede después con el nihilismo.

Un estado tal de pérdida de sentido es lo que Nietzsche llama nihilismo, de este

estado de nihilismo se desprende una exigencia: si los viejos valores ya no valen

más, ¿qué se ha de hacer entonces?

Es decir: ¿a través de cuáles valores se reemplazan los viejos? Sobre todo: ¿se

encuentra el hombre actual en condiciones de crear dichos valores? ¿es la

dimensión de ese hecho demasiado grande para nosotros?

La verdad social es la producida por los que tienen el poder de hacerlo. Aquí se

manifiesta la influencia de Nietzsche sobre Michel Foucault, que vincula los

campos del saber con las relaciones de poder.


50

En la segunda intempestiva, publicado un año más tarde, en 1874, aparece el

término perspectivismo, en sus escritos posteriores aparecerá el método

genealógico, que para Nietzsche siempre es interpretativo.

La ciencia, por ejemplo, es una manera abstracta y cuantitativa de interpretar la

realidad, no hay conocimiento objetivo. Todo saber es hermenéutico.

Para Nietzsche, hay discursos mejores y peores pero el criterio no es desde el valor

de la verdad sino desde el valor de la vida, porque la verdad es siempre, para

Nietzsche, una ficción.

Hay que señalar, que hay una cierta ambigüedad, ya que a veces habla de la

verdad que cada cual puede soportar, esta expresión significa que la verdad tiene

que ver con alguna realidad que nos interpela.

También intenta ver en Sócrates el origen del pensamiento racional, con el cual se

aniquila la cultura de la antigua Grecia, que es para el filósofo germano, la etapa

más floreciente y rica de la historia universal, y se abre paso a los primeros

gérmenes de la decadencia de la cultura occidental.

Nietzsche ama esta cultura pues comporta una visión trágica del mundo, en la

cual, se dejaba aflorar la vida instintiva, el arrebato inconsciente, predominan la

agresividad y el erotismo.

Dionisos es el representante de este sentido trágico, en donde las pasiones son más

valiosas que las razones. Lo dionisíaco implica, además, la unidad de todos los

seres y la naturaleza. Unidad del dolor y la alegría, del bien y del mal, elementos

que se hallan en una rotación eterna.


51

Es el paso a lo que Nietzsche denomina "la unidad primordial". Por lo tanto, en un

mundo configurado de esta manera, donde todo es parte del ser, no hay espacio

para la moral, pues no hay propiamente actos o situaciones malas.

Todo es parte de lo uno, incluso el dolor y la crueldad, además de la vitalidad

dionisíaca y el mal concebido trágicamente, la intuición es otro elemento central de

la óptica trágica.

La intuición es el medio fundamental para acceder a la vida misma, a través de la

cual se encuentra el hombre con aquella unidad primordial que mencionamos.

Pero esta óptica trágica, alegre, desenfrenada, pasional, amoral, comenzó de pronto

a descomponerse, en su lugar, florece un nuevo modo de pensar hasta entonces

desconocido, el pensamiento filosófico. La filosofía nace cuando muere la tragedia.

Este nuevo modo de concebir el ser, la tendencia teórica, que Sócrates habría

impulsado, es de alguna manera un desajuste, un lamentable error, mediante el

cual, se pone en marcha una devastadora interpretación de la realidad y que

conforma nuestra actual cultura occidental.

Nietzsche participa de una línea dominante de la filosofía contemporánea: la

reivindicación de la contingencia y de la finitud y la sospecha del carácter

infundado de la idea de Dios.

No ha dado lugar a una escuela filosófica claramente establecida, pero sus ideas

están presentes de un modo u otro en muchos pensadores contemporáneos;

aunque en vida fue un autor prácticamente desconocido (fue Ch. Adler quien dio a

conocer el pensamiento nietzscheano al llevar a cabo un estudio serio y riguroso de

los escritos de Nietzsche).


52

Su influencia ha traspasado los límites de la filosofía llegando no sólo al público

general sino también a doctrinas políticas tan opuestas como el nazismo (para el

que la filosofía de Nietzsche sirvió de base ideológica, fenómeno en el que tuvo

mucho influjo la posición de su hermana Elisabeth) y el anarquismo.

En el círculo de la filosofía se han ocupado de él figuras tan importantes como

Jaspers (para el que la filosofía de Nietzsche describe los estados límite de la

existencia humana y su crítica al cristianismo corrupto intenta una vuelta al

cristianismo originario).

Scheler (que valora a Nietzsche como el gran descubridor y analista de los valores

en la cultura y la moral) o Heidegger (para quien Nietzsche es el consumador de la

metafísica occidental, pero no su superador), pero su más clara huella se encuentra

en las doctrinas vitalistas, y en España en la filosofía de Ortega y Gasset.

Más recientemente, en autores como Fernando Savater o Julián Marías. Savater en

idea de Nietzsche valora la importancia de éste como “vitamina intelectual” o

dinamizador del pensamiento, y no sólo como dinamitador.

Entiende que el pensamiento contemporáneo ni puede ignorarlo o rechazarlo ni

intoxicarse de nietzscheanismo.

Aspectos que le siguen pareciendo fundamentales de este autor son su condición

de heredero y radicalizador crítico de la Ilustración, sin ser anti-ilustrado, y su

hincapié en el goce de lo afirmativo y en la afirmación del goce.

La filosofía de Nietzsche está en la raíz de un hondo debate que aún hoy tiene

planteado la filosofía: el que contrapone el proyecto moderno ilustrado, que

pretendía la emancipación del hombre, con una superación del mismo, que sería

precisamente la posmodernidad, corriente que entiende que los ideales ilustrados


53

ya no son funcionales en un contexto multicultural, es más, tales ideales suponen

un carácter etnocéntrico y autoritario de la cultura europea.

Para la filosofía posmoderna, la tarea es reconocer, que lo que caracteriza a los

tiempos actuales, es la multiplicidad, la pluralidad y la mezcla de las diversas

formas de ver el mundo (nota aquí la influencia de Nietzsche).

También podríamos resaltar la reacción de Nietzsche contra los movimientos

sociales por creer que lo único que hacían era extender una moral de esclavos y de

rebaño.

Según él se defendía un igualitarismo que implicaba un empobrecimiento cultural

y vital.

Entre estos movimientos sociales los más importantes fueron los de corte socialista

y anarquista, que lucharon por mejorar las condiciones de vida de las clases más

desfavorecidas, y la extensión de los derechos sociales a todas las personas, lo que

supuso una reivindicación de mayor justicia e igualdad.

Una valoración más: vivimos en una sociedad multicultural en la que pueden

surgir fricciones por costumbres o valores diferentes.

Una posible solución es la "ética de mínimos" de la que habla Adela Cortina:

mínimos exigibles universalmente para que se desarrolle una vida auténticamente

humana. Estas exigencias son los valores reflejados en los Derechos Humanos.

Esta universalidad parece chocar con el individualismo planteado por Nietzsche,

con mayor razón cuando los valores de los Derechos Humanos son la igualdad y la

solidaridad, componentes de la "moral de esclavos" en el sentido de Nietzsche.

También: es actual de Nietzsche el culto al cuerpo, a la imagen, a los

sentidos..."valores juveniles".
54

Además: Nietzsche critica la existencia de un Absoluto que dota de sentido la vida,

culpabilizándola por tanto y haciéndola dependiente. En esto consiste la esencia

nihilista de la cultura occidental.

Este Absoluto ha ido cambiando a lo largo de la tradición occidental: Dios, la

razón, la ciencia, la historia.

2.- Nietzsche, la genealogía, la historia.

La obra de Nietzsche, la genealogía, la historia, es interpretada por Michel

Foucault, donde hace critica de la genealogía al considerársele gris y meticulosa.

Pero es precisamente la genealogía el elemento capaz de llevar a una mejor

comprensión de la historia.

Al proponer romper paradigmas establecidos dentro de su estudio, principalmente

al oponerse a la búsqueda del origen.

De acuerdo con Foucault, el concepto de historia de Nietzsche gira en torno a cinco

conceptos cuyo significado es similar, pero estos vocablos se distinguen a partir de

su sentido moral.

Estos términos provenientes del alemán son Ursprung (origen), Herkunft

(procedencia), Entstehung (formación o génesis), Abkunft (descendencia) y Geburt

(nacimiento).

Foucault reflexiona más sobre los primeros dos conceptos. El término Ursprung se

considera como el principio de los prejuicios morales para marcar diferencias entre

grupos y clases sociales, de la creencia en el paraíso perdido de los tiempos

pasados, así como, del carácter solemne de la Historia y su enseñanza.

Por ello, esta disciplina se suele ver como algo ajeno y distante con respecto a las

situaciones del presente.


55

En la interpretación de Foucault a la obra de Nietzsche está la necesidad de

quitarle ese velo de solemnidad a la Historia y dejar de preocuparse del Ursprung.

Aunque Foucault señala también como Nietzsche, no siempre distinguía entre

Herkunft y Ursprung.

Entonces Foucault propone la disociación del concepto de origen, en disiparlo y

avocarse más en interpretar la realidad de una nueva forma, donde el tiempo y la

historia deben ser replanteadas dejando a un lado el Ursprung cuya esencia resulta

inalcanzable.

La crítica hacia el concepto de origen y los símbolos culturales de identidad se

encuentran también en la obra de José Ortega y Gasset.

Este filósofo español, señalaba a la autoctonía como “siempre problemática y

utópica” con respecto a ello Foucault también criticaba la aparente identidad

europea con un origen único, cuando en realidad existen diferentes tipos de

Herkunft o Entstehung en (no necesariamente Ursprung u orígenes) a través de la

cultura grecorromana, los pueblos germánicos, el cristianismo y hasta del

zoroastrismo.

De hecho, con la obstinada creencia en orígenes e identidades, las sociedades se

niegan a abrirse a la comunicación y al dialogo para poder encontrar más

similitudes que diferencias entre los grupos humanos.

Esta condición también existe entre pensadores quienes se niegan al dialogo al

considerar a sus creencias como verdades absolutas. Esto es algo que Foucault

busca combatir.

Cabe señalar también la crítica hacia el pensamiento positivista y su influencia en

el estudio de la historia a lo largo del siglo XX.


56

Incluso este pensamiento fue criticado en su momento por Nietzsche, pues

consideraba al conocimiento científico como parcial y debía estar en constante

transformación, como lo sugirieron personas como Karl Popper y Martin

Heidegger.

Para Foucault la crítica del pensamiento positivo se fundamenta en la existencia de

discontinuidades a lo largo de la historia, las cuales se oponen a la idea positivista

de la Historia como un concepto siempre lineal y progresivo en sentido

cronológico.

Entonces el objetivo es establecer un nuevo discurso, una historia

genealógicamente dirigida y efectiva, consciente de la presencia de la humanidad.

Esta historia efectiva carece de esencias y debe ser fragmentada.

Para Foucault, la búsqueda de los términos de Herkunft (procedencia) y

Entstehung (formación), resultan más efectivos para el estudio de la historia y de la

genealogía, pues, ya que no buscan limitarse a un origen único sino a varios. Esto

contrasta con la manera en cómo se dan las clases de historia.

Enseñanza de la historia se ha tomado un punto de partida a los periodos más

lejanos para ir en dirección cronológica hasta el presente.

Resumiendo, Foucault, a través de Nietzsche propone una construcción de la

historia y sus términos, esto debe realizarse a través de tres usos cuyo

desenvolvimiento romperá la concepción platónica del estudio del pasado.

Nietzsche y la filosofía (1962) de Gilles Deleuze marca a fuego el pensamiento

contemporáneo y, en gran medida, toda comprensión del lugar decisivo y

excepcional que ocupan las tesis nietzscheanas en la historia de la filosofía.


57

Enfermedad y salud son para Deleuze las claves biográficas y filosóficas del

pensamiento nietzscheano que explican el derrumbe final en la locura y la

parálisis.

Nietzsche se hundiría por fin, luego de un desplazamiento incesante de la

enfermedad a la salud a través de sus escritos, cuando pierde –poco después de la

euforia creativa de 1888– esa movilidad que ponía la enfermedad al servicio de la

salud.

La locura (demencia o psicosis) surge de la misma obra, la paraliza y ya no permite

que Nietzsche, paralizado también él, pueda reconvertirla en obra, en “gran salud”

sino sólo en cartas delirantes.

Como Jaspers (que era médico), Deleuze desestima la sífilis que diagnostican sin

pruebas los médicos de Jena.

3.- Nietzsche y la filosofía de Gilles Deleuze.

En el apartado dedicado a la filosofía de Nietzsche (presentado como introducción

o comentario a un diccionario de personajes del Zarathustra y una selección de

textos nietzscheanos realizada por Deleuze), esa articulación entre enfermedad y

salud conduce a otra: la unidad del pensamiento y de la vida.

Esto sería lo que se ha olvidado de la filosofía, y que los presocráticos poseían.

Modos de vivir que provocan modos de pensar, modos de pensamiento que crean

maneras de vivir.
58

Nietzsche justamente se enfrentaría a ese olvido y al pensamiento –la historia

entera de la metafísica, el cristianismo– que se alza contra la vida, que enferma y

enloquece la vida (los cuerpos) en nombre de valores superiores a ella.

De ahí el filósofo como médico de la cultura, el martillo de la crítica de los valores,

el filósofo artista que crea valores.

Enfermedad y salud son las claves también para dar cuenta de la significación del

nihilismo, en tanto éste es la enfermedad misma producida por las fuerzas que

niegan la vida y su rebasamiento (mediante la transmutación de los valores), el

umbral de la salud.

Las fuerzas nihilistas han triunfado en la historia porque los esclavos han impuesto

su evaluación de la vida.

Deleuze distingue, dentro de la psicología nietzscheana, varias etapas del

nihilismo: el resentimiento, la mala conciencia, el ideal ascético, la muerte de Dios,

el último hombre y el hombre que quiere perecer.

Según esto, el nihilismo se destruye a sí mismo al alcanzar la última etapa donde

los valores nihilistas (divinos y humanos) ya no valen, donde la voluntad del

hombre naufraga en la nada.

Hasta allí la voluntad de negar la vida ha logrado un devenir-esclavo de todos los

hombres, un devenir enfermizo de las fuerzas afirmativas de la vida. En adelante

ya no reinarían los esclavos, sino el superhombre.

El pensamiento nietzscheano se muestra entonces como un grado máximo de esa

tensión entre enfermedad y salud –entre enfermedad como evaluación de la salud


59

y los momentos de salud como evaluación de la enfermedad– en la que se dirime,

de fondo, la gran batalla de la cultura.

Por eso las interpretaciones de Nietzsche basadas en los viejos valores, las cuales

deducen que “voluntad de poder” equivale a deseo de dominar o apetito de poder

(o que los poderosos no son esclavos) deben ser rechazadas.

La energía de este rechazo a favor del porvenir inspira, una vez más, en este

legendario libro, el ardor de Deleuze.

4.- Rafael Echeverria “Mi Nietzsche”.

Rafael Echeverria, en su libro mi Nietzsche. Hace mención que es un libro sobre los

hombres y las mujeres contemporáneos, y sobre la profunda crisis que nos afecta.

Si Nietzsche aparece en él como protagonista es que nadie mejor que él ha

abordado esta crisis en toda su profundidad y ha señalado el camino para

superarla. Pocos filósofos han sido tan incomprendidos y, diría incluso, tan

completamente tergiversados como Friedrich Nietzsche.

Acceder al núcleo de su pensamiento representa, sin embargo, uno de los desafíos

de mayor urgencia e importancia que podamos acometer.

De todos los filósofos que ha producido la modernidad, ninguno se proyecta de

manera tan gravitante hacia el futuro como él lo hace. Su filosofía nos abre las

puertas a un futuro diferente.

Es como un haz de luz que nos ilumina en camino que no podremos dejar de

recorrer.
60

Max Scheler (1874 – 1928) parte importante del pensamiento ético de Scheler es su

estudio sobre "el resentimiento en la moral" (título de la versión española del

ensayo de Scheler sobre este tema).

Escrito por él en su época cristiana, el ensayo tiene por objeto analizar el proceso

psicológico que conduce a esa actitud moral y la repercusión que ésta ha tenido en

la aparición de ciertas valoraciones morales.

El resentimiento, noción que Scheler toma de Nietzsche, es una autointoxicación

psíquica resultante de "reprimir sistemáticamente la descarga de ciertas emociones

y afectos que son en sí mismo normales y pertenecen al fondo de la naturaleza

humana"69.

Tales como el rencor, el impulso a la venganza, el odio, la maldad, la envidia, la

ojeriza, la perfidia fue un representante eminente del movimiento fenomenológico.

Con cuyo método analizó problemas de ética, antropología filosófica, religión,

psicología y filosofía de la cultura señala que puede estar presente el resentimiento

en filosofías o doctrinas morales.

Lo está según Nietzsche en la moral cristiana, por ejemplo. Nietzsche designa en la

Genealogía de la moral la idea del amor cristiano como "la más fina flor del

resentimiento" porque, acumulado en un pueblo oprimido, "convirtió -dice Scheler

citando al autor de la Genealogía- mentirosamente en bienes males como la

pobreza, la debilidad, la humillación, el dolor".

Scheler tiene por completamente falsas estas aserciones y las somete a extensa

crítica en su obra arriba mencionada.

69
El resentimiento en la moral, Espasa Calpe, Argentina, pp. 14-15.
61

La tesis de Nietzsche proviene, nos dice, de que no apreció debidamente la enorme

transformación que conduce desde la idea antigua del amor hasta la cristiana.

Para griegos y romanos el amor pertenece a la esfera sensible y es una forma del

apetito, de la necesidad, que no es propia del ser perfecto sino por el contrario una

tendencia de lo inferior a lo superior, de lo imperfecto a lo perfecto.

El amor cristiano, en cambio, es un movimiento espiritual que rompe las leyes de

la vida impulsiva, como el odio a los enemigos, la venganza, la exigencia de

compensación por el daño sufrido.

Esta es una concepción del amor contrapuesta a la griega; ahora el amor se muestra

no en la aspiración de lo imperfecto a lo perfecto sino en que lo noble desciende

hasta lo vulgar, el sano hasta el enfermo, el fuerte hasta el débil, el rico hasta el

pobre, de tal manera que el acto mismo de descender y rebajarse cobra un alto

valor.

Además, lo amado en el enfermo y el pobre no es la enfermedad y la pobreza sino

lo positivo que hay en ellos, o sea sus valores vitales y, desde luego, sus valores

espirituales como persona.

Con estas y otras consideraciones semejantes responde Scheler críticamente a las

tesis de Nietzsche sobre la ética cristiana.

Pero el propósito general de la mencionada obra es mostrar el papel considerable

que el resentimiento ha desempeñado en deformar la valoración moral en muchas

de sus manifestaciones.

El aspecto aristocrático y antidemocrático de la filosofía nietzscheana no era escaso

en las últimas décadas del siglo XIX y gozaba de hecho de gran beneplácito en la

recepción temprana que se hizo de ella.


62

Uno de los primeros estudios detallados sobre Nietzsche, publicado en 1890 por

Georg Brandes (1842-1927), se llama justamente Friedrich Nietzsche. Eine Abhandlung

über aristokratischen Radikalismus (Friedrich Nietzsche. Un tratado sobre el radicalismo

aristocrático).

A propósito del llamativo título se expresa Nietzsche en una carta de 1887 en los

siguientes términos: “Es, dicho sea, con permiso, la palabra más inteligente que he

leído hasta ahora sobre mí”.70

Radicalismo aristocrático quiere decir, según se infiere del trabajo de Brandes, una

filosofía moral de corte crítico ante la civilización, que considera educación y

cultura como la posibilidad de la formación de hombres excepcionales.

Para el mismo Brandes, dicho radicalismo se sintetiza en la siguiente cita de

Nietzsche, tomada de “Schopenhauer als Erzieher” (“Schopenhauer como

educador”): “la humanidad ha de trabajar incansablemente en la procreación de

grandes individuos aislados.

Esta y no otra es su tarea”. Nietzsche entenderá paradigmáticamente este

individuo aislado como el artista genio.

Freud es un heredero de la filosofía de Nietzsche en el sentido de que retoma

algunas de sus ideas para la construcción de su propia teoría.

Entre estos dos grandes pensadores encontramos una relación fundamental que

permite comprender algunos de los elementos del diálogo entre la filosofía y el

psicoanálisis.

70
Correspondencia 79; cit. también en Brandes 25.
63

Freud envía a Wilhelm Fliess, una carta, el primero de febrero de 1900, se refiera a

la figura de Nietzsche: “Ahora me he procurado a Nietzsche, en quien espero

encontrar las palabras para lo mucho de lo que permanece mudo en mí, pero no lo

he abierto todavía.

Provisionalmente demasiado inerte”. Lo primero que llama la atención es la

manera en que aparecen esas afirmaciones sobre Nietzsche, Freud busca en la

filosofía de Nietzsche las ideas que no logra articular.

Pero se resiste, pues no desea decirlo por medio de las palabras de otro. Algo

semejante ocurre con la relación entre Nietzsche y Schopenhauer, pero con una

profunda diferencia.

El autor de Más allá del bien y del mal dirá: “Estoy lejos de creer que he comprendido

correctamente a Schopenhauer: únicamente he aprendido a comprenderme a mí

mismo un poco mejor a través de Schopenhauer; es por eso por lo que yo le debo la

mayor gratitud”.

Nietzsche, a diferencia de Freud, reconoce a Schopenhauer por permitirle

conocerse a sí mismo; cuestión que le parece impensable a Freud.

Quien se niega a reconocer la influencia de Nietzsche en su propio pensamiento.

No desea adquirir una deuda intelectual y parece que menos con un filósofo.

5.- La Moral Crítica de Nietzsche

En esta obra, la genealogía de la moral, Nietzsche desarrolla la teoría de la

transmutación de los valores, a través de la metáfora de “la moral de señor y la

moral del esclavo.”


64

Pues en ella realiza una crítica a la moral cristiana, la cual reduce a la vida de los

esclavos y el resentimiento de estos con respecto a la clase aristocrática; porque

esta es creadora exitosa de su moral, pero la moral del esclavo es servil y de

sumisión.

Por esta razón es que, desde la opinión de este autor, solo es vista la perspectiva

externa de la moral del dominado y es por estos valores obedientes a la aristocracia

se encuentra basada la moral cristiana.

En relación con esta cuestión expresa que incluso los individuos con almas bellas

son personas resentidas, que solo ven la realidad que desean ver, Nietzsche dice

que la existencia está hecha de odio y maldad, viéndose de esa forma un cierto

pesimismo en su apreciación de la vida.

Siguiendo esta línea de razonamiento, este filósofo expresa: “Dios ha muerto”

(Nietzsche, 1997, págs. 137-138), esto no significa que Dios como ser espiritual, que

constituye el centro de la religión, ya no exista, sino que la moral imperante en el

siglo XIX se encuentra en decadencia.

Acerca de este defecto que posee el mundo, elabora la propuesta de un nuevo tipo

de moral.

Hace este proyecto ético retomando los valores de la tragedia, perteneciente a la

cultura occidental; pues en esta hay una afirmación de la vida y de lo que brota de

ella: el deseo, el impulso y la creación.

Es decir, la propuesta nietzscheana es la de creación e invención de nuevos valores

que se encuentran en sintonía con el eterno retorno, la vida y la voluntad de poder,


65

solo pudiendo ser producidos por alguien que sea capaz de romper con la

tradición, la sumisión, sea un sujeto revolucionario, amante de los placeres de la

vida y dueño de sí mismo, o sea, desde nuestro punto de vista, este personaje es el

superhombre.

La moral que propone Nietzsche es una moral que se basa en la búsqueda

del poder, para luego a través de su ejercicio conseguir el progreso y evolución en

el ámbito espiritual y material en la vida de los más fuertes esforzados, valientes,

arriesgados, inteligentes; y, en suma, de los aristócratas y privilegiados.

Su planteamiento moral se fundamenta en que la vida se debe vivir con la

finalidad de alcanzar el máximo grado de placer en este mundo terrenal, el cual

consiste según él, en la búsqueda constante de más poder, y satisfacerse en el

ejercicio de este.

Su moral es afirmadora de la buena vida y busca el predominio de los más fuertes

o privilegiados dentro de la estructura social.

Los valores que deben predominar son los de aquellas cosas que proporcionan

placer en este mundo terrenal, y no de aquellos valores de un mundo imaginario

espiritual de un más allá. Por ello, su moral pretende ser la única válida y

verdadera.

La ética nietzscheana, como es posible ver a través de sus obras, representa el

pensamiento ético de la época.

Nietzsche está expresando que es hora de que la sociedad olvide los viejos valores

religiosos, de ahí su célebre frase “Dios ha muerto”.


66

Cuando el hombre sea capaz de olvidar los principios y valores cristianos, deje de

ser sumiso, de resignarse a obedecer las órdenes de la Iglesia y de ver la realidad

que le es mostrada, solo entonces será posible que se observe un cambio en su

comportamiento.

6.- Sobre la genealogía de la moral de Friedrich Nietzsche.

Nietzsche creía que la vida, con todas sus crueldades, puede justificarse

estéticamente (esteticismo) y que su compulsión básica es la voluntad de poderío.

Tal vez sean más influyentes sus creencias negativas (o nihilistas), por ejemplo, la

suposición de que la verdad no es más que una perspectiva interesada y que la

moral es un pretexto de los débiles y feos para no ser dominados o abusados por

los guapos y poderosos, asumía la propia naturaleza humana y se burlaba de

aquellos que intentaban maquillarla.

Veía la corrupción en la sociedad y la daba a conocer. Todo esto en una sociedad

muchísimo más conservadora que la actual, en donde el clero aún tenía bastante

poder.

Nietzsche sostenía que todo acto o proyecto humano está motivado por la

"voluntad de poder".

La voluntad de poder no es tan sólo el poder sobre otros, sino el poder sobre uno

mismo, algo que es necesario para la creatividad.


67

Tal capacidad se manifiesta en la autonomía del superhombre, se refiere al hombre

que ha trabajado sobre sí mismo, despertando conciencia para lograr liberarse de la

esclavitud psicológica que provocan las creencias y los dogmas.

Es decir, el superhombre logra la plena libertad de ser, para ejercer

conscientemente su libre albedrío y control de su propia mente, a diferencia del

hombre común que es controlado por su mente, por los pensamientos erróneos que

generan emociones negativas y por ende acciones equivocadas.


68
69

Capítulo IV.- El Pensamiento de Nietzche.

Héctor Valenzuela Sepúlveda.

I.- Proemio.

Nietzsche fue un filósofo que seducía a adolescentes y jóvenes. Con un estilo que

provocaba grandes adhesiones y decididos rechazos fue responsable de introducir

en la filosofía a generaciones de postulantes a intelectuales que compartían una

visión crítica de la sociedad, a la que no dejaban de denunciar por muchos

motivos.

No me enlisto en las filas de quienes manifestaron su devoción por el filósofo

alemán, esta vocación de criticar nos parece siempre sospechosa, por eso no fui

iniciado en su pensamiento que hoy me veo en la obligación de exponer.

Nietzsche es así, o genera devoción o rechazo, pero no indiferencia. Es uno de los

filósofos más influyentes e importantes de la historia.

Es, utilizando una expresión que acuñó Paul Ricoeur, un pensador o maestro de la

sospecha, ocupando el podio junto con Karl Marx y Sigmund Freud. Se ha ganado

ese título por su actitud crítica hacia la sociedad occidental en la que le tocó vivir y

particularmente la sociedad alemana.

Nietzsche no solamente dirige una crítica aguda y constante a la sociedad

occidental, sino que la considera enferma, decadente, nihilista.

Es posible explicar la actitud crítica de Nietzsche si se toman en cuenta sus

circunstancias de vida y el influjo de pensadores que fueron conduciendo su

pensamiento hacia una visión personal, tal vez oposicionista, que dirige sus dardos

contra la filosofía socrática, la metafísica platónica y la moral cristiana, pues todas

desprecian la vida, esta vida.


70

Nuestra vida carece de valor, porque la vida importante, está en otra parte, nos

dicen.

Friedrich Nietzsche nace en el año 1844, en pleno proceso de unificación alemana.

Una Alemania que, como él, busca su identidad a través de su bindung, y recurre a

los clásicos griegos, a la poesía y al espíritu poético como formadores tanto del

carácter individual como colectivo, y entrenamiento de la sensibilidad a modo de

propedéutica para acceder a un nivel superior de cultura.

Hay una inclinación por la filología, la historia, la poesía y la literatura, la cultura

griega.

Nietzsche se preocupa de las leyendas germánicas (Hemanarico, Rey de los

Godos). En su juventud encuentra en la poesía la máxima expresión de la

individualidad popular, por lo que él, antes de ser filólogo había se ser poeta.

De sus raíces protestantes conservará la autoexigencia de autenticidad y de

probidad que se dejara ver en sus relatos autobiográficos cuyas notas servirán para

escribir al final Ecce Homo, el libro en el que recorre su vida.

Aunque siempre luchará por alcanzar independencia frente a la fe de su infancia,

para él esta independencia es una búsqueda de libertad.

La lectura, a temprana edad, de Das Leben Jesu (La vida de Jesús), obra de David

Friedrich Strauss, contribuirá a poner en crisis su fe dogmática en las escrituras

reveladas.

Las principales influencias del joven Nietzsche son Demócrito, Schopenhauer y

Kant, todos ellos tendrán un papel importante en la formación de su pensamiento

y gatillarán, más adelante, su obra.


71

Para Nietzsche el objeto principal de la filología no es tanto la acumulación y

adquisición de saber erudito, sino la formación de la bildung, o sea la

autoeducación y autorrealización.

La función principal de la filología es la de recuperar del modelo griego la idea de

una educación como construcción de la individualidad que haga posible

reconstruir la fragmentación del hombre y la sociedad modernas a su unidad

originaria.

Esta tarea debe, necesariamente completarse, recurriendo a la filosofía. La filología

por sí sola no basta, es necesaria, también, la filosofía.

Como filósofo la tarea de Nietzsche es desmontar a martillazos las concepciones

filosóficas surgidas a partir de Sócrates. Es necesario denunciar, desenmascarar.

Sin embargo, recurriendo a otra de sus famosas citas, “no hay hechos, solo

interpretaciones”, podremos concluir que todo está sujeto a un trabajo

hermenéutico.

Por lo mismo se debe realizar una precisión: no pretenderemos dar a conocer a

Nietzsche. No podríamos. Tal vez solamente intentaremos exponer nuestra

interpretación del pensamiento de este filósofo.

Incluso si somos más rigurosos, solamente expondremos las interpretaciones que

hacemos de aquellos autores que lo han interpretado previamente.

Para exponer una visión del pensamiento de Nietzsche se pueden seguir distintos

senderos.

Todos ellos nos llevarán a construir una idea del filósofo, pero algunas requerirán

de un esfuerzo mayor y una extensión enorme, como por ejemplo si quisiéramos

avanzar cronológicamente desde primera obra, concordando que ella es “El


72

nacimiento de la tragedia”, de 1872, pasando por sus cuatro “Consideraciones

intempestivas” que van desde 1873-1876; “Humano, demasiado humano” de 1878;

“Aurora” de 1881; “La ciencia jovial “ 1882; “Así habló Zaratustra” 1883-1885; “Más

allá del bien y del mal” 1886; “La genealogía de la moral” 1887; y sus obra finales

“El crepúsculos de los ídolos”, “El caso Wagner”, “El anticristo”, “Ecce homo”,

“Nietzsche contra Wagner”, todas ellas de 1888. Si se advierte, la prolífica obra de

este filósofo tan controversial ha sido escrita en un espacio de tan solo dieciséis

años.

Podríamos también dividir su obra en juventud, plenitud y ocaso, o intentar, como

lo hace Toni Llácer71, presentar las distintas máscaras que se presentan en su obra,

la de Dionisos, la de Zaratustra o la del Anticristo.

Sin embargo, preferiremos referirnos a los temas que han surgido en su obra y que

han sido destacados como criticas importantes a la sociedad occidental, al

racionalismo, a la metafísica y a la moral, a Sócrates, Platón y al cristianismo.

Si se sigue la filosofía Nietzscheana advertiremos que uno de los primeros temas

que se presentan es el de lo “Dionisiaco y lo Apolíneo”, luego seguirá con su

famosa sentencia: “Dios ha muerto”, para sumirnos luego “el nihilismo”, el “eterno

retorno”, “el superhombre”, “la voluntad de poder”.

2.- Dionisiaco y Apolíneo

En su obra “El nacimiento de la tragedia” Nietzsche busca el origen la tragedia en

la Grecia arcaica. En esta búsqueda se encuentra con Dionisos, el patrón supremo

de la vida, la divinidad que afirma todo aquello que el Dios cristiano niega.

Él mismo (Nietzsche) se identificará con Dionisos y firmará así sus cartas, cuando

ya haya perdido la razón.

71
Llácer, Toni (2019), Friedrich Nietzsche. Pensar desde el abismo. Shackleton Books, Eslovenia.
73

Lo dionisiaco representa una dimensión de la realidad a la que nuestros ojos se han

desacostumbrado. Es esa dimensión la que nuestro filósofo reivindicará.

En la mitología griega Dionisos es el dios de la vendimia, del vino y de la

embriaguez. Designa una parte de la realidad. Es también el dios de la

contradicción y acoge en su seno todas las contradicciones del mundo.

En este sentido es un dios de todo lo que existe. Dionisos es una metáfora que

expresa la vida en toda su diversidad, en su conjunto, en su pluralidad. Es caos, es

movimiento. Dionisos representa el fundamento último de la realidad, lo

universal natural, lo uno originario.

Nietzsche toma prestado del pesimismo de Schopenhauer “la sabiduría de Sileno”.

Sileno es un viejo feo y borracho, tutor de joven dios Dionisos.

En algún momento Sileno es secuestrado y llevado para que comparezca ente el

rey Midas, que le pregunta qué es lo mejor de todo. Sileno le responde: “lo mejor

de todo es totalmente inalcanzable para ti: no haber nacido. No ser nada. Y lo

segundo mejor, es morir pronto”.

De alguna manera esta respuesta de Sileno nos conecta con aquella frase tan

recurrida en los funerales: “no somos nada”. En la Grecia antigua esto se ve en la

sabiduría del pueblo.

El conocimiento, para Nietzsche corresponde al conocimiento de esta verdad de

Sileno: todos vamos a morir, somos insignificantes. En esto consiste el

conocimiento.

Debemos comprender esta verdad e incorporarla en nuestra manera de ver el

mundo.
74

Sin embargo, este conocimiento es paralizante, es aterrador, es aniquilante. Esta

verdad es tan desgarradora que Nietzsche la relaciona con el mito de Edipo, que al

saber la verdad se arrancó lo ojos.

Para Nietzsche la cuestión del conocimiento no se juega en el terreno de la

objetividad, sino en el de la fortaleza ¿cómo aceptar la verdad sin negar la vida?

Esta es la medida del valor de un espíritu, el indicador de su grandeza.

Gracias a la excitación de los instintos, los individuos accedían al reino de lo

dionisiaco, olvidándose de sí mismos y sintiéndose miembros de una “comunidad

superior”.

Nietzsche recurre a la filosofía hindú, para explicar el carácter ilusorio del mundo.

Es así como se refiere al Velo de Maya.

Según esta leyenda, percibimos el mundo como una infinidad de fenómenos

diferentes, pero nuestra percepción actúa como un velo que no nos deja ver que

detrás de la apariencia se esconde una única realidad.

Así el éxtasis dionisiaco sería una forma de rasgar el velo de Maya, una forma de

suspender nuestra conciencia de separación y sumirnos en el uno-todo.

Tras ingresar en el mundo de la realidad dionisiaca, tras perder la conciencia y

permanecer ajeno a toda dimensión espacio temporal, el sujeto no vuelve a ser el

mismo.

En el éxtasis descubre que su conocimiento ordinario de las cosas es limitado, un

mero conjunto de representaciones subjetivas. El conocimiento dionisiaco es una

forma de autoconocimiento.

De alguna manera se relaciona con los estados alterados de conciencia que

propician la embriaguez, algunos viajes producidos por drogas enteógenas.


75

Gracias a la experiencia extática el hombre se descubre a sí mismo como sujeto

activo de conocimiento.

El hombre dionisiaco tras la comunión colectiva del éxtasis regresa a la realidad

cotidiana y se ve a sí mismo como un individuo, como un fragmento arrancado de

la totalidad.

¿Por qué los griegos no negaros la vida, ni huyeron del mundo? Si poseían la

sabiduría dionisiaca, si se las tenían que ver con todo lo problemático y extraño de

la existencia. ¿Cómo pudo un pueblo pesimista como el griego llegar tan alto?

Karen Armstrong lo expresa así: “El ritual había sido una iniciación, un rito de

paso a través del dolor, a través del temor a la muerte y la corrupción, hacia una

vida renovada. Cuando llegaba la hora de morir, algunos podían recordar las

Antesterias y ver la muerte solamente como otra iniciación más”. 72

Frente a Dionisos estaba Apolo, el dios de la claridad y la belleza, contrapeso del

oscuro Dionisos. Apolo es el dios de las apariencias, las artes plásticas, la escultura

y la arquitectura. Dionisos es el dios de todo aquello que se puede sentir, pero no

ver, como la música.

Por ejemplo. Apolo transmite un conocimiento preciso y a distancia, mientras que

Dionisos nos revela la verdad a sacudidas, entrando en nuestro cuerpo a través del

vino.

La tragedia antigua de Grecia es la conjunción de estos instintos antagónicos: por

un lado, lo apolíneo y por otro lado lo dionisiaco.

El origen de la tragedia son los ditirambos, es decir los cantos corales primitivos en

honor al dios Dionisos. El ideal de Nietzsche es asumir nuestra insignificancia y

con ello, y no pese a ello, sentir alegría.

72
Armstrong, Karen (2006). La Gran Transformación. Paidós, Barcelona. España.
76

Es la alianza entre lo dionisiaco y lo apolíneo la que permitió al pueblo griego

desarrollar un pesimismo afirmativo y vital.

Pero este equilibrio fue roto. El logos se sobrepuso al mito. Sócrates hace

desaparecer al hombre trágico y lo sustituye por el hombre teórico.

Lo dionisiaco es desterrado, aplastado, ocultado por la razón. La racionalidad se

impone a los instintos, a la música a través de la dialéctica. El realismo de Sócrates

borra todo vestigio de sabiduría dionisiaca.

Nietzsche pensaba que se podría lograr el resurgimiento de la tragedia, a través de

las óperas de Richard Wagner, que ve como dramas musicales capaces de hacer

resurgir el espíritu trágico.

3.- Dios ha muerto

Esta afirmación no es más que la constatación de un hecho que va más allá del

ateísmo que ha ganado terreno en el siglo XIX.

Para Nietzsche es la evidencia de que el Dios cristiano se ha desvanecido, que no

resulta creíble.

Las cosmovisiones contrarias al cristianismo, como el darwinismo o el socialismo

provocaron la perdida creciente de la fe en la sociedad. Debemos tomar conciencia

de este enorme suceso de que Dios haya muerto y sus implicaciones. La

formulación la podemos encontrar en un pasaje de “la Gaya Ciencia” o “La ciencia

Jovial”: “El loco”, que expresa lo siguiente: “¿No habéis oído hablar de este loco que

encendió la linterna, en la claridad del mediodía, y corrió por la plaza gritando sin cesar:

“¡Busco a Dios!, ¡Busco a Dios!? Como allí estaban reunidos muchos que no creían en dios,

sus gritos provocaban grandes risas. (…) El loco saltó en medio de ellos y los atravesó con

la mirada. “¿Que adónde ha ido Dios? -exclamó-, os lo voy a decir. Lo hemos matado.
77

Vosotros y yo. Todos nosotros somos sus asesinos. Pero ¿cómo hemos podido hacer esto?

¿Cómo hemos podido vaciar el mar? ¿Quién nos ha dado la esponja, para borrar el

horizonte? ¿Qué hemos hecho para desprender la tierra de su sol? ¿Hacia dónde se mueve

ahora? ¿Hacia dónde iremos nosotros? ¿Lejos de todos los soles? ¿No nos caemos

continuamente? ¿Hacia adelante, hacia atrás, hacia los lados, hacia todas partes? ¿Hay

todavía un arriba y un abajo? ¿No erramos como a través de una nada infinita? (…) La

grandeza de este acto, ¿no es demasiado grande para nosotros? ¿No tendremos que

convertirnos en dioses para parecer dignos de ella? No hubo nunca un hecho tan grande y

quienes nazcan después de nosotros formarán parte, a causa de este hecho, de una historia

más elevada que todas las historias que hubo nunca hasta ahora.” Aquí el loco se cayó y

volvió a mirar a sus oyentes. También ellos callaron y le miraron extrañados. Finalmente

arrojó su linterna al suelo, que saltó en pedazos y se apagó. “He llegado demasiado pronto -

dijo entonces-, aún no es mi tiempo. Este enorme acontecimiento todavía está en camino y

no ha llegado hasta los oídos de los hombres.”

La muerte de Dios es una metáfora, no se refiere al Dios de la Biblia, sino que a

algo que no se circunscribe únicamente a lo religioso. Dios representa la metafísica

occidental.

La metafísica, lo que está más allá de la física, más allá de lo que podemos ver, más

allá de este mundo, de esta vida.

Hay un desdoblamiento entre al más acá terrenal, material y el más allá celestial.

Esta distinción entre el más acá y más allá tiene su origen en Platón, con el mundo

sensible y el mundo suprasensible, ininteligible. Esta duplicidad ya la advertimos

en el Mito de la Caverna.
78

Este mundo en el que vivimos es el mundo de las apariencias, y lo captamos a

través de los sentidos, frente a este mundo está el mundo de las esencias, el mundo

suprasensible.

El mundo de allá, el de las esencias, solo se puede captar a través el entendimiento.

Esta forma de pensar introduce una valoración, una distinción entre el mundo del

ser y el mundo del deber ser.

Este mundo en el que vivimos se transforma en un mundo de segunda clase, un

mundo imperfecto frente a la perfección del otro, el de las esencias el de las cosas

en sí, ese que nos espera, al cual debemos aspirar.

Esto se transforma, entonces en una minusvaloración de la vida. Esta vida carece

de valor, frente a la otra vida, la de más allá.

Pero resulta que, al darle muerte a Dios, hemos matado esa vida que no existe,

hemos destruido esa ficción. Ya no hay un más allá, no hay un mundo superior,

perfecto, el mundo del bien, el mundo de Dios. Ese mundo auténtico, absoluto,

perfecto, verdadero, ha desaparecido.

El mundo en el que vivimos no es perfecto, participa de lo perfecto, pero no lo es.

Las cosas participan de la esencia de lo real, lo verdadero, así, una mesa será mesa

porque participa de la esencia de la mesa en sí, y las cosas azules lo serán, porque

participan de lo azul en sí, que no está en esta vida.

Lo bello participa de la belleza, lo justo de la justicia, lo bueno del Bien, lo

verdadero de la verdad. Y al final de todo, está (o estaba) Dios. Dios es el sustento

de todo. Sin Dios el mundo pierde su razón de ser.

Sin perjuicio de ello, el loco sabe que Dios es una invención humana y que como tal

no es algo fijo, sino que evoluciona históricamente.


79

Cuando los seres humanos asesinamos a Dios, quiere decir que dejamos de creer

en él, expulsamos la idea de Dios de nuestras cabezas y con ello, rompemos con

esta dualidad de la metafísica, porque el mundo dual se sostiene en la medida que

Dios exista.

4.- El nihilismo.

El nihilismo, de latín nihil, que significa nada, es una consecuencia de la muerte de

Dios. Es una consecuencia de la destrucción de esta dualidad que propiciaba la

metafísica.

La nada, el nihilismo nietzscheano es la carencia de sentido, consiste en derrumbar

todo aquello en lo que se cree, la falta de meta.

El nihilismo es una consecuencia directa de la muerte de Dios, del derrumbe de

metafísica occidental, pues al terminar con la dualidad que propone la metafísica,

los valores tenidos como supremos, pierden validez. Dios, lo Verdadero, lo Justo.

Ya no hay metas.

El nihilismo es la consecuencia necesaria de un proceso que ha descubierto que

detrás de su modo de interpretar el mundo, no hay nada. Se trata de un proceso

histórico muy largo, que nos sitúa.

Al terminar con la dualidad de la metafísica, esa que postula el más allá,

desaparece un mundo ficticio, las categorías ficticias.

Para Nietzsche la historia de la filosofía occidental es la historia de un error, un

error que comienza con Sócrates, que rompe la armonía de lo apolíneo y lo

dionisiaco, a partir de él y de la dualidad que propone su discípulo Platón, se

construye toda una tradición cultural que niega la vida, que la desprecia.

Hay una destitución de los valores hecha por el hombre occidental.


80

El nihilismo es la historia de la desvalorización de los valores tenidos como válidos

hasta el momento en que vivió Nietzsche.

El nihilismo en su expresión negativa conducirá al último hombre, el peor de

todos, el más decadente, el más despreciable, el hombre vacío y sin sentido que

ante la muerte de Dios lo ha reemplazado por el pragmatismo y la tecnocracia.

Pero nuestro filósofo señala que la fe en el Dios cristiano ha sido reemplazada por

una fe más sutil: la fe en La Razón.

Se inicia, por parte del pensador alemán un ataque a la ciencia, una crítica que

pone en duda la supuesta neutralidad del conocimiento científico.

Nietzsche nos habla que hay una “voluntad de verdad”; la verdad hay que

alcanzarla a cualquier precio, pero esta voluntad de verdad de la ciencia no solo

presupone que es posible alcanzar un conocimiento racional y objetivo de las

cosas, sino que asume que esa es la única forma auténtica de conocimiento y, aún

más, que debemos aspirar a tal conocimiento en tanto que especie humana.

Entonces esta fe absoluta e incondicional en que la ciencia encontrará la verdad

transforma al científico en un dogmático.

Por lo demás, la ciencia, tanto como la religión, también funciona metafísicamente.

Hay que recordar que la vida es un caos, esta vida es dionisiaca, y por lo mismo, la

ciencia desconoce la naturaleza inapresable, irreductible y anárquica de las cosas.

El positivismo científico es la negación de lo dionisiaco. El científico, también es,

entonces, un nihilista.

Nietzsche deja claro que la muerte de Dios es mucho más que una simple

declaración de ateísmo, porque también los ateos quieren mantener los privilegios

de un mundo regido por una visión metafísica.


81

Sin darse cuenta de que han reemplazado la fe religiosa por la confianza en el

progreso económico y científico. Parece que para ellos cualquier sentido es

preferible a una falta total de sentido. Son nihilistas incompletos.

Para Nietzsche el ateísmo es un ateísmo de la voluntad. No es solamente no creer

en Dios, sino que mucho más allá, es no querer creer en Dios. Se debe luchar contra

todo atisbo de metafísica.

Nietzsche propone un nihilismo positivo, mira la muerte de Dios como una

oportunidad de operarse de toda la concepción metafísica de Platón y del

cristianismo.

Este nihilismo positivo tiene como misión destruir todo lo que tenga algún atisbo

metafísico, Dios y todo aquello con lo que se pretenda reemplazarlo, la

humanidad, la razón, el progreso, la nación.

Una vez muerto Dios, todos debemos convertirnos en dioses. El nihilismo positivo

anhela destruir el viejo mundo, para construir un nuevo orden a la medida del ser

humano.

5.- Desvalorización de los valores.

La pérdida de Dios, del más allá, de la metafísica, del mundo perfecto que nos

propone, importa también que todos los valores se desvaloricen.

Nada tiene valor, porque los valores que existían estaban supeditados al mundo

más allá, el mundo suprasensible de Platón, el mundo de las esencias.

Esto ocurre, porque todos nuestros valores se sustentan y fundan en ese mundo

más allá.
82

Ese mundo justifica los valores de este mundo, de tal manera que, al desaparecer,

no solamente se pierde el mundo perfecto de Dios, de las esencias, sino que

también se borra de una plumada el mundo de acá, que no tiene sentido.

No queda nada y los valores ya no se sustentan. Se produce una desvalorización de

los valores. Nos quedamos sin los criterios con los que nos guiamos en el mundo

sensible.

Entonces nuestro filósofo se preocupará de cómo fundar los valores. Se pregunta:

¿Cómo valorar la vida cuanto todos los valores han dejado de valer? ¿Cómo dar

sentido y un fundamento a la vida cuando se ha evaporado el único lugar desde el

cual era posible fundamentar y dar sentido a las cosas?

La labor es intentar justificar la vida, la vida inmanente, la de acá, sin recurrir a la

vida trascendente, la de allá.

Lo que se intenta es sustentar la vida, esta vida, de manera absoluta. Por eso se

dice que Nietzsche es un filósofo vitalista.

En este punto se produce una distinción entre este mundo, que para Nietzsche es

devenir, y el otro mundo, el del ser.

Hay una contraposición entre el ser y el deber ser. Hay una dualidad que distingue

entre lo estático y aquello que se mueve.

La vida es movimiento, es devenir. En esto Nietzsche se apoya en Heráclito. El

mundo es un gigantesco escenario en el que todo está en movimiento constante.

En la metafísica, en cambio, el verdadero ser pertenece a lo fijo, lo inmutable.

En algún momento, Nietzsche encuentra la forma de romper esta oposición entre el

ser y el devenir. Durante el verano de 1881, en la estancia de Sils-María, descubre el

concepto del “eterno retorno”.


83

6.- El eterno retorno.

Se ha sostenido que la primera formulación del eterno retorno está en un pasaje de

“La Gaya Ciencia” que se titula: “El peso más grande”, que dice así: “Qué pasaría si

un día o una noche un demonio se deslizara furtivamente en tu soledad más solitaria y te

dijese: “Esta vida, tal como la vives ahora y tal como la has vivido, tendrás que vivirla no

solo una sino que incontables veces, y en ella nunca acontecerá nada nuevo, sino que cada

dolor y cada placer y cada pensamiento y cada suspiro y cada cosa indeciblemente pequeña

y grande de tu vida deberá retornar a ti, y todo en el mismo orden y sucesión -y así también

la araña y este claro de luna entre los árboles y también este instante y yo mismo-. El eterno

reloj de arena de la existencia dará la vuelta una y otra vez- ¿y tú con ella, minúsculo polvo

en el polvo?”

En Así habló Zaratustra, se explica el eterno retorno a través de una encrucijada en

la que confluyen dos caminos.

De un lado encontramos un camino que va hacia atrás y que dura una eternidad,

es decir, es infinitamente largo; este camino representa el pasado. Del otro lado

tenemos un camino que va hacia adelante, igualmente infinito, y que representa el

futuro. El cruce entre ambos caminos es el instante presente.

Si el camino que va hacia atrás es por principio infinito, todas las cosas tienen que

haber recorrido ese camino.

Es decir, si el pasado lo abarca todo, no puede ocurrir nada nuevo, pues todo lo

que puede ocurrir está ya contenido en él. Y lo mismo sucede con el camino que va

hacia adelante: si el futuro no tiene fin, todo lo que puede ocurrir está contenido en

él, está aún por ocurrir.


84

En conclusión, todo lo que está en el tiempo, todos los seres y acontecimientos,

están doblemente contenidos en el pasado y en el futuro. En consecuencia, todo ha

ocurrido ya y todo ocurrirá nuevamente.

Este es el eterno retorno. El tiempo es circular, no lineal. Sin embargo, el universo

es una fuerza o energía finita.

Por lo tanto, si el tiempo es infinito y el universo es finito, los acontecimientos se

repetirán.

Este planteamiento disuelve la oposición metafísica entre ser y devenir.

La teoría del eterno retorno concibe al universo, al mundo, como un sistema

hermético en el que todos los seres y acontecimientos dan vueltas sin cesar.

7.- El superhombre

Como todos los conceptos de Nietzsche el de superhombre o übermentch es un

concepto que puede dar lugar a muchas interpretaciones, pero que desde luego se

relaciona con todos los otros conceptos que hemos visto.

El superhombre o el hombre superior, o la superación del hombre, es una

consecuencia, también de la muerte de Dios, de la desvalorización de los valores y

es un hombre que acepta, quiere, desea el eterno retorno.

Es un hombre que no teme volver a vivir infinitamente su vida repitiendo hasta el

último detalle, porque ha podido superar el nihilismo consecuencial a la muerte de

Dios, a la pérdida de los valores, al sin sentido y no está atado a ninguna

concepción impuesta, sino que es capaz de vivir su vida, de imponerse sus propios

valores, es, en el fondo el hombre que propone Nietzsche, para poner en lugar de

Dios.
85

Hay que considerar que la difusión de la teoría de la selección natural que Darwin

proponía para las ciencias naturales, Nietzsche de alguna manera la aplica a la

moral.

La mediocridad del ser humano debe acabar con la superación del ser humano,

con la creación del concepto de super hombre.

De alguna manera si el hombre representa la evolución del animal, del mono si se

quiere, el superhombre tiene la misma relación y representa la superación del

hombre.

El superhombre mirará al hombre de la misma manera que nosotros miramos a

nuestros antepasados primates.

El superhombre es una evolución, es producto del hombre, es su hijo, y se coloca

en el lugar en el que estaba Dios. Ese superhombre no existe aún. No ha llegado.

Nietzsche en “Así habló Zaratustra” plantea tres transformaciones del hombre,

para llegar al superhombre. Allí nos cuenta que el hombre se comporta en primer

lugar como si fuera un camello, inclinándose para recoger un gran peso, el peso de

la obediencia a Dios y a las normas morales.

Es un animal que posee cierta grandeza ya que desprecia las tareas fáciles y se

pone a prueba cargando con el deber, pero su naturaleza es aún demasiado

sumisa.

Por eso, el camello se convierte en león, un animal que sustituye el “tú debes” de la

ley moral por el “yo quiero” de la ley de su voluntad.

Es un nihilista activo, un espíritu que siente el “placer de la destrucción” del orden

establecido. La suya es una libertad de, pero todavía no es una libertad para: se
86

libera de los valores heredados, pero aún no tiene la capacidad de crear nuevos

valores.

Por este motivo, el león se transforma finalmente en niño, alguien que juega sin

prejuicios ni preocupaciones, un espíritu que inventa incesantemente nuevos

juegos, “una rueda que se mueve por sí misma”. El eterno retorno forma parte de su

metabolismo: cuando acaba de jugar, grita entusiasmada: “¡Otra vez, otra vez!”.73

El superhombre se caracteriza por una libertad instintiva. Vive aislado, es

autosuficiente y actúa de acuerdo con sus instintos. Esa renuncia a la sociedad,

para vivir de acuerdo con sus instintos representa la máxima libertad.

Vivir de acuerdo con nuestros instintos significa vivir de acuerdo con aquello que

sea propio a nuestra naturaleza. Significa, también, no castrar o coartar nuestra

libertad en función de conceptos sociales.

Otra característica del superhombre es su fidelidad a la tierra. Solamente existe la

vida terrenal. Desea el eterno retorno, desea repetir infinidad de veces la misma

vida.

Un concepto íntimamente relacionado con el superhombre es el de voluntad de

poder, que también representa una evolución del concepto de Schopenhauer. No

se trata de la voluntad de dominar, de someter a otro, sino al contrario, de no ser

dominado, de ser el amo del propio destino.

Se reconoce en el cosmos una voluntad que lucha por abrirse paso de una manera

espontánea y caótica, sin obedecer a una razón organizada o a un plan

preconcebido.

73
Llacer, Toni (2019). Friederich Nietzsche. Pensar desde el abismo. Shackleton Books.
87

Es el impulso que le permite al hombre vencer las resistencias y superarse a sí

mismo. Es la voluntad de crecimiento, cambiar para mejor, crecer. “Crecer es

recuperar la seriedad con la que jugábamos de niños”74. La voluntad de poder nos

permitirá ser el superhombre, para volver a mirar al mundo como los niños, sin

prejuicios, con absoluta libertad, con la capacidad de crear nuestros propios

valores, sin sometimientos, sin miedos, amando nuestro destino.

En “El anticristo” hay un pasaje que se puede aplicar a la voluntad de poder:

“¿Qué es bueno? Todo aquello que eleva el sentimiento de poder del hombre. Es

decir, la voluntad de poder. ¿Qué está mal? Todo aquello que nace de la debilidad.

¿Qué es la felicidad? La sensación de apreciar como nuestro poder aumentar al

superar resistencias.

No se trata de conformismo, sino de expansión; no haya paz sino guerra; el camino

no es la virtud, sino la aptitud.”

Friedrich Nietzsche nos provoca, nos desafía, nos confunde, nos somete a una

relectura de todo lo que teníamos como establecido, las bases de las creencias que

hemos adquirido e integrado como propias y que de alguna manera nos

constituyen, la creencia en la razón, en las ciencias, la construcción metafísica de la

filosofía a partir de Platón.

El filósofo alemán nos fuerza a adentrarnos en su profunda crítica a la sociedad,

para recorrer los paisajes de un pensamiento que rompe paradigmas. Nuestros

preconceptos han cedido, para intentar interpretar qué es lo que nos ha querido

decir.

74
Sztajmszraiber, Darío (2020). El superhombre nietzscheano.
https://www.youtube.com/watch?v=P_w6XZybzjY.
88

Por supuesto no somos el superhombre cuyo advenimiento pregona Zaratustra,

pero tampoco somos ese último hombre que carece de valores y llena su vacío

recurriendo al pragmatismo y a la tecnocracia.

¿En qué etapa estamos realmente? ¿Somos leones o camellos? ¿Hemos dado

muerte a Dios? ¿Justo en este grado, que se nos presenta tan metafísico, tan

religioso? Pero, alguien le ha dado muerte, porque la palabra se ha perdido y

hemos tenido que buscarla y en un túmulo funerario yace un hombre bueno.

Nietzsche tal vez es el filósofo que más sentido le dé a la construcción del nuevo

templo. Nos llama a ejercitar el librepensamiento, a criticar, a desnudar las falaces

verdades en que se sustentan a veces los edificios que amenazan ruina.

Nos llama a terminar de derribar esos valores que ya no se sostienen y a nacer

libres, a ser como niños que crean, que establecen su propio mundo, que

construyen los valores sin supeditarse a los otros.

Nos fuerza a introducirnos en las profundidades solitarias de nuestra

individualidad, para emerger libres y nuevos, creyendo en lo que hemos

descubierto, en lo que hemos creado, no en aquello que nos ha sido impuesto.


89
90

Capítulo V.- Hermenéutica de Friedrich Nietzsche.

Leonardo Acosta Cespedes.

1.- Proemio.

La filosofía de Friederich Nietzsche ha dejado una huella imborrable en el

pensamiento occidental. Su obra desafía las concepciones tradicionales y presenta

una visión radicalmente diferente de la existencia humana y su significado.

Dentro de su vasto corpus filosófico, la hermenéutica juega un papel fundamental,

ya que Nietzsche emplea esta disciplina para desentrañar el sentido y los valores

subyacentes en la cultura, la historia y la interpretación de textos.

En este trabajo exploraremos la hermenéutica en la filosofía de Nietzsche,

examinando cómo su enfoque interpretativo se entrelaza con sus críticas a la

moralidad tradicional y su propuesta de una revalorización radical de los valores.

2.- ¿Qué es la Hermenéutica?

Para lograr introducirnos en el tema, debemos principalmente dilucidar sobre qué

nos referimos cuando hablamos de la “Hermenéutica” en la filosofía de Nietzsche.

Al respecto, podemos señalar que, para la Real Academia de la Lengua Española,

la Hermenéutica es “Interpretación de los textos, originalmente sagrados”.

El diccionario enciclopédico Larousse, lo define como “Ciencia de los principios

que son válidos para la interpretación de una afirmación. En la teología cristiana es

la ciencia de los principios en que se basa la exégesis”


91

3.- Aproximación a la hermenéutica en la filosofía de Nietzsche.

Ahora bien, siendo la hermenéutica la interpretación de los textos y símbolos,

tenemos que centrarnos en la cimiente de la filosofía de nuestro autor. Es ahí,

cuando podemos entender o interpretar de una manera global y concreta, lo que

implica este tipo de razonamiento filosófico.

Para Foucault la Hermenéutica Nietzscheana es una hermenéutica que se envuelve

en sí misma, dónde el lenguaje y los lenguajes no cesan de implicarse a sí mismos.

A su vez, evoca la interpretación desde una perspectiva bastante profunda.

En efecto, impulsa a que mediante un trabajo minucioso en que se indague de

forma muy precisa, ya sea un hecho, un texto o un acontecimiento, se logre develar

su parte más íntima y de esta forma se logre su verdadero esclarecimiento.

En este sentido, la interpretación es la más íntima expresión de la propia alma,

transformándose precisamente en interpretaciones esenciales. Es por lo que, la

hermenéutica de Nietzsche es una crítica a la tradición filosófica occidental, en la

que por lo general la interpretación tiene un sesgo dogmático y limitado del

mundo.

Al respecto, se menciona a menudo sobre un concepto dentro de su filosofía, que

es “La voluntad de poder”, que nos referiremos a continuación.

4. - La voluntad de poder en la filosofía de Nietzsche

Para Nietzsche, la voluntad de poder es la necesidad de hacer algo: “Un hombre

que quiere”. Quiere decir que es aquel impulso innato que existe en la naturaleza

humana de cada ser individual.


92

Vendría a ser el motor del ser humano, con toda su fuerza y voluntad desplegada

en movimiento de acción.

La expansión de la energía creativa, fuerza interna fundamental en la naturaleza.

Es ahí cuando se comprende que la interpretación o la hermenéutica vienen a ser

un impulso interno, esa expresión del alma que se vincula a esa voluntad de poder.

Ahora bien, la filosofía de Nietzsche también plantea la idea de que, en esta

incesante búsqueda de la verdad, las corrientes tradicionales del occidente

plantean una búsqueda que finalmente ha sido en vano, toda vez que no es algo

que pueda ser descubierto objetivamente.

En cambio, sostiene que la verdad es una construcción social e histórica, que

cambia con el tiempo y la cultura.

5.- La crítica de Nietzsche a la hermenéutica tradicional.

Para comprender el enfoque hermenéutico de Nietzsche, es importante resaltar su

crítica a la hermenéutica tradicional. Nietzsche argumenta que la interpretación

convencional, influenciada por la tradición filosófica y teológica, ha sido dominada

por una búsqueda de verdades objetivas y universales.

Según Nietzsche, esta concepción objetivista de la hermenéutica es problemática

porque impone una estructura rígida y predefinida sobre la interpretación,

limitando así la pluralidad de sentidos y significados que pueden surgir.

En su obra “La genealogía de la moral”, Nietzsche se muestra especialmente crítico

con la tradición moral judeocristiana y su influencia en la hermenéutica, al

respecto, argumenta que la moralidad tradicional ha sido impuesta sobre la

humanidad a través de un proceso de interpretación distorsionado.


93

Nietzsche sostiene que la moralidad basada en la dicotomía entre el bien y el mal

es el resultado de una “transvaluación” de los valores, donde los valores nobles y

vitales de la antigüedad pagana han sido invertidos y superiores por valores

negativos que promueven la debilidad y la sumisión.

6.- La interpretación y el perspectivismo Nietzscheano

En contraposición a la hermenéutica objetivista, Nietzsche propone un enfoque

interpretativo basado en el perspectivismo.

Según Nietzsche, no existen verdades absolutas ni interpretaciones definitivas, ya

que toda interpretación está condicionada por la perspectiva y los intereses del

intérprete.

Defiende que las interpretaciones deben ser consideradas como expresiones de

poder y voluntad de poder, en lugar de simples reflejos de una realidad objetiva.

El perspectivismo implica reconocer que cada interpretación es contingente y está

arraigada en un contexto histórico, cultural y personal específico.

Sostiene que la verdad es un constructo humano y que cada individuo o grupo

interpreta el mundo de acuerdo con sus propias necesidades, deseos y valores. Esta

visión relativista de la verdad y la interpretación implica que no hay una única

lectura correcta de un texto o una única interpretación válida de la realidad.

Para Nietzsche, la tarea hermenéutica consiste en reinterpretar la historia, la

cultura y los textos para liberarlos de los valores decadentes y nihilistas impuestos

por la moralidad tradicional.

Propone un retorno a los valores afirmativos y vitales de la antigüedad pagana que

celebraban la vida, la creatividad y la voluntad de poder. La revalorización radical


94

de los valores implica un proceso de auto transformación y superación de las

limitaciones impuestas por la moralidad dominante.

De ahí entonces que, aparezca igualmente la noción de la “interpretación activa”,

en virtud del cual sostiene que la interpretación no es una cuestión pasiva, sino que

es un acto creativo que implica la construcción de significado, en que el intérprete

se involucra activamente en la creación de significado y no se limita a aceptar la

interpretación tradicional de un texto o símbolo.

En su obra "Así habló Zaratustra", Nietzsche utiliza la figura de Zaratustra como

un ejemplo de la interpretación activa. Zaratustra es un personaje que busca crear

su propia interpretación del mundo, en lugar de aceptar las interpretaciones

convencionales que se le han dado.

Según Nietzsche, la interpretación activa es un proceso de liberación de las

restricciones impuestas por la tradición y la cultura, y una invitación a la

creatividad y la experimentación.

Como vemos, para este autor el mundo, la vida, la realidad de lo humano, es pura

interpretación. En donde en principio, se nos imposibilita conocer la verdad.

En este sentido, el pensamiento sería un juego de interpretaciones y que aquello

que denominamos verdades, sería un choque de estas interpretaciones y cuando

una se impone sobre otra, toma el nombre de “verdad”.

Volviendo a Foucault, nos dice que los saberes y conocimientos son campos de

lucha, al decir que algo es bueno, estoy imponiéndome a otra interpretación.


95

Desde esta perspectiva, podríamos decir que el ser pensante debe ir no en

búsqueda de la verdad, que tanto indagamos dentro de nuestra Augusta Orden,

sino más bien, debe ir en búsqueda de “las verdades”.

Vinculado igualmente a esa idea de voluntad de poder, comienza a señalar que los

dogmas de ciertas religiones serían verdaderos mecanismos de poder con

influencia directa sobre la moral, pues no existiría esa interpretación que venga

desde lo más profundo del ser, sino más bien que serían parte de los métodos

objetivos que finalmente no logran dar con la esencia misma de la verdad, que en

el fondo no existiría realmente.

Resulta interesante en este trabajo, abordar un aspecto más desconocido dentro de

la filosofía de Nietzsche.

Si revisamos la historia de la filosofía occidental, podremos encontrar que durante

el siglo XIX la filosofía no tuvo el auge que existió en tiempos anteriores.

Esto, se ha dicho que corresponde a que el pensamiento se estaba volcando hacia lo

exterior. Existiendo lo que se denominaba “observación científico-natural”.

Asimismo, se plantea que la especulación filosófica estaría más bien limitada por lo

concreto, dejando a un lado concepciones metafísicas.

Ahora bien, frente a este tipo de escenario, en que el positivismo científico

comenzaba a instaurarse como una forma de pensamiento global, igualmente daba

paso a especulaciones filosóficas diferentes.

Incluso, podría verse de forma muy sutil, cierta tendencia a conjugar el idealismo

con el materialismo. Es en este campo del pensamiento donde Nietzsche introduce

el ámbito “corporal”.
96

Este análisis se desprende en parte de la tradición neokantiana, teniendo en cuenta

que “el mundo perceptible” está sujeto al tipo de organización del ser vivo, es decir

el mundo percibido depende de una fuerza selectora que tiene su criterio en la

misma configuración orgánica.

En este sentido, siguiendo las pautas de interpretación propias de la hermenéutica,

comienza a plantear la hipótesis de que, si el organismo en su naturaleza efectúa

ciertas distinciones, también podríamos hablar de alguna “racionalidad corporal”.

Esta relación existente entre cuerpo y mundo, entre los organismos y su entorno,

no es un proceso irracional ni tampoco una simple expresión mecánica.

Viendo este planteamiento, autores hablan de cierta “inteligencia corporal” en que

el cuerpo humano desarrolla cierta actividad hermenéutica.

Es decir, existiría una cierta actividad interpretativa del ser vivo, como organismo

corporal.

Los autores al respecto señalan que esta actividad estaría desarrollada en distintos

niveles, ya sea desde un plano cognoscitivo, estimativo, apetitivo, entre otros.

Incluso algunos han planteado que esto se podría incluso circunscribir al mundo

orgánico de las células y de todo organismo y el instinto.

Se ha planteado por algunos autores, que se debe analizar si es factible incluir o no

a Nietzsche como un representante de la “Hermenéutica” en la Filosofía.

Entre ellos, Gianni Vattimo, filósofo italiano, uno de los principales autores de la

filosofía posmoderna y considerado el filósofo del pensamiento débil y Jean

Grondin, filósofo y pensador canadiense, especialista en la filosofía de Gadamer y

Kant, cuya investigación se centra en la hermenéutica, la fenomenología, la

filosofía clásica alemana y la historia de la metafísica.


97

Dichos autores, comienzan su planteamiento identificando primeramente cuál es

la significación real de lo que entendemos por hermenéutica, para poder concluir si

debemos considerar a Nietzsche como uno de sus representantes. Vattimo publica

en 1986: “Nietzsche y la hermenéutica contemporánea”.

En dicho texto, señala: “Hay muchas y buenas razones para sostener no sólo la tesis de

que Nietzsche ha contribuido de manera decisiva al nacimiento y desarrollo de la ontología

hermenéutica contemporánea, sino también, más radicalmente, que el sentido auténtico del

renacimiento de Nietzsche que se ha impuesto en las últimas décadas marca su completa

inclusión en el contexto de esta orientación filosófica”75

A partir de este postulado, Vatimmo logra en primer lugar clarificar el concepto de

hermenéutica filosófica y, por otro lado, posicionar en su ubicación precisa a

Nietzsche dentro de este significado.

Al respecto, indica que entendemos por “Hermenéutica Filosófica” a la orientación

filosófica que asume como tema central el fenómeno de la interpretación. Sin

embargo, resulta ser una definición bastante amplia como para determinar si

Nietzsche es uno de sus representantes.

Para llegar a esta conclusión, se plantea que se debe ir desmenuzando algunos

“temas centrales” o “temas comunes”. En este sentido, Vattimo, intenta situarlo

dentro de un período histórico de la filosofía.

Señalando que se debe considerar dentro de lo que se considera como el desarrollo

de la hermenéutica ontológica. Situándolo de esta forma dentro del pensamiento

contemporáneo, incluyéndolo entonces en la ontología hermenéutica originaria.

75
Alejandro Escudero Pérez. (2011). Nietzsche y la hermenéutica filosófica UNED.
98

Considera que existen zonas de intersección entre la filosofía de Nietzsche y la

hermenéutica filosófica, encontrando entonces estas zonas comunes a las que

aludimos anteriormente.

Por otra parte, Grondin, considera que se debe excluir a Nietzsche como un

representante de la hermenéutica. Al respecto, se plantea algunas interrogantes,

entre ellas las siguientes: ¿el pensamiento de Nietzsche puede ser caracterizado

como “hermenéutico”, y en qué medida, dado que la hermenéutica sólo ha sido

desarrollada como tal después de él? ¿Puede y debe la hermenéutica, que hasta

hace poco no ha tenido muy en cuenta su pensamiento, incorporarlo todo entero?

En este sentido, señala que no se debe incluir de forma tan simple, toda vez que

Nietzsche tiene una forma muy diferente de entender la verdad, la interpretación y

el nihilismo. Grondin ve en la orientación nietzscheana (presidida por el perspectivismo de

la interpretación, etc.) un excesivo debilitamiento –hasta su supresión o su anulación- de la

“idea de verdad”; así Grondin –apoyándose de nuevo en Heidegger y en Gadamer- sostiene

que no hay razones para renunciar enteramente de la clásica noción de “adecuación” o de

“correspondencia”, tiene, eso sí, que ser redefinida “hermenéuticamente” (y esta es una de

las tareas más necesarias ante la que está emplazada esta corriente de la filosofía

contemporánea.”76

La hermenéutica, como disciplina filosófica se ocupa del estudio de la

interpretación y comprensión de los textos, símbolos y significados en general.

Es un campo que ha sido explorado por muchos filósofos a lo largo de la historia,

cada uno con su enfoque particular.

76
Ibíd.
99

Friederich Nietzsche, reconocido filósofo alemán del siglo XIX, también realizó

importantes contribuciones a la hermenéutica, planteando su propia perspectiva

sobre la interpretación y la comprensión en su obra.

Nietzsche es muy conocido por su crítica a la metafísica y la moral tradicional y su

rechazo a la noción de una verdad objetiva y universal.

Su filosofía se caracteriza por su estilo provocador, su lenguaje poético y su

enfoque perspectivista.

Nietzsche no buscó ofrecer un sistema filosófico coherente y cerrado, sino más bien

presentó una serie de ideas y reflexiones fragmentarias que invitaban a la

interpretación y, a la reinterpretación constante.

De esta manera. La hermenéutica se convierte en un elemento fundamental para

abordar la filosofía de Nietzsche.

Una de las nociones clave en la hermenéutica nietzscheana es la idea de la

“interpretación activa”.

Plantea que todo acto de interpretación está influido por los prejuicios y supuestos

del intérprete.

No existe una interpretación neutra o puramente objetiva, ya que nuestra

comprensión está condicionada por nuestras experiencias previas, valores y

perspectiva individuales.

Según Nietzsche, la interpretación no es sólo un proceso intelectual, sino también

un acto de voluntad y de poder. En este sentido, la interpretación se convierte en

una forma de creación y transformación.

Además, destaca la importancia del contexto en la interpretación de los textos.


100

Argumenta que los significados no son inherentes en sí mismos, sino que, se

encuentran en constante interacción con el contexto histórico, cultural y lingüístico

en el que se inscriben.

Para Nietzsche, cada época y cada individuo tienen su propias perspectivas y

modos de interpretación y, esto implica que los textos pueden ser comprendidos

de diferentes maneras según e contexto en el que se les aborde.

La interpretación, entonces, no es un proceso pasivo de descubrimiento, sino que,

una actividad creativa que implica un diálogo constante entre el texto y el

intérprete.

Otro aspecto fundamental en la hermenéutica nietzscheana es su crítica al ideal de

la “verdad objetiva”.

Sostiene que la búsqueda de una verdad universal y definitiva es una ilusión.

Argumenta que de cada sostenido de verdad se ocultan intereses, perspectivas y

poderes particulares.

Según Nietzsche, la verdad es un constructo humano, un producto de la

interpretación y la voluntad de poder.

En lugar de buscar una verdad objetiva, propone una perspectiva más pragmática

y perspectivista, donde coexisten diferentes interpretaciones y compiten entre sí, y

donde la “verdad” se convierte en una cuestión de eficacia y utilidad.


101
102

Conclusiones.

David Marshall Villanelo.

Sin lugar a duda que el pensamiento de Friedrich Nietzsche ha sido y, con

seguridad continuará siendo, muy influyente en el devenir de la humanidad.

Su planteamiento referido a la vida considerándola como la realidad inicial de

todo, lo que conlleva a que cada hombre debe llegar a tener su propia

individualidad.

Por lo tanto, definir y llegar a determinar su propia escala de valores con la

finalidad de avanzar en su propio desarrollo y realización como tal.

Dentro de su inmensa bibliografía se destaca tanto por la amplitud con sus cuatro

partes como por la importancia de los conceptos incluidos en él “Así habló

Zaratustra”; en el cual establece la importancia y el sentido de la vida, así como

que cada hombre debe vivirla en forma plena y libre.

Indica que la individualidad es propia de cada ser y la superación a la que debe

aspirar cada hombre debe formar parte de su devenir además de tenerla

constantemente presente; asuntos de suma relevancia en nuestro accionar

masónico tanto simbólico como escocés.

Menciona estar en absoluto desacuerdo con los planteamientos morales

tradicionales ya que ellos esclavizan al hombre, enmarcándolo en un

funcionamiento indigno de su calidad.

Establece, además, que el hombre debe apartarse total y definitivamente de los

conceptos y creencias dispuestos por las religiones, para conseguir una libertad

verdadera y que cada ser debe buscar hasta encontrar su propia escala de valores,
103

en la que consiga su real independencia y libertad tanto de pensamiento como de

accionar, logrando de esa manera conseguir la plenitud de vida que se merece

tener.

De acuerdo con su pensamiento el concepto de Valor es de primordial importancia

analizarlo debido a considerar que la cultura occidental provocó una

transformación, a partir del siglo XVIII, de la connotación original de valores

vitales a un concepto de índole económico, por lo que es estrictamente necesario

recuperar su concepción primitiva.

Volver al concepto original es la instancia estrictamente necesaria para ocasionar la

desaparición de la moral a la sazón vigente, la que denomina ‘moral de esclavos’.

Todo ello con la finalidad de permitir el surgimiento del superhombre que practica

una ‘moral de señores’.

Esto es lo que se ha dado en llamar “la muerte de Dios”, que no debe considerarse

como tal, sino como la eliminación de la inconmensurable importancia que han

tenido y, aún tienen, los conceptos religiosos en la vida humana.

El hecho de considerar la eliminación de la importancia otorgada a las religiones

en la vida humana implica que el hombre debe superarse cada vez más y llegar a

ser un verdadero superhombre, concepto de carácter ético referido a lo que

representa el hombre nuevo que debe surgir al no estar sujeto y obligado a

mantener y respetar todas las imposiciones religiosas.

Este hombre nuevo tendrá la posibilidad de conseguir, de esa manera, la dignidad

que merece tener y que le ha sido arrebatada por dichas exigencias e imposiciones.
104

La concepción de este filósofo es que el hombre es un ser de naturaleza susceptible

de mejorar y perfeccionarse, que puede variar en el sentido de auto superación

personal de sí mismo y por sí mismo.

Esto es lo que considera como ‘la voluntad del poder’ y el principio fundamental

de la realidad. Es la energía básica que busca permanecer en el ser, incrementando

su propia condición y permitiéndole disponer de una constante superación.

Toda acción humana es provocada por esa voluntad de poder que no está referida

al poder que obliga a los demás, sino al poder que lo obliga y exige a si mismo con

lo que se logra el resultado deseado de concretar así la liberación de carácter

mental que le permita liberarse de la suerte de esclavitud producto de las

restricciones y condiciones provocadas por los dogmas y creencias de las

religiones.

El superhombre planteado por Nietzsche aún sin existir llegará a ser la

consecuencia lógica del continúo perfeccionamiento con el paso de tiempo una vez

que los acontecimientos continúen repitiéndose en el ‘eterno retorno’ planteado

por él.

Cuando el hombre haya superado en forma definitiva su sumisión a los dogmas de

las diversas religiones, aplicando los tres pasos que plantea. Ellos consisten en,

primero, eliminar al hombre que acepta y está sujeto o aprisionado por dogmas

religiosos y restricciones morales diversas.

Para luego, en un segundo paso, lograr transformarse en un hombre que elimina o

destruye lo establecido para liberarse y, por último, llegar a convertirse en un

verdadero creador o constructor de su propia vida, que lo lleve a su verdadera

libertad, habiendo encontrado así su verdadero destino e impuesto sus valores

acordes con su propia verdad.


105

La eliminación de la validez de la dualidad metafísica es consecuencia del

nihilismo planteado por Nietzsche, en cuyo concepto fundamental está el

considerar la nada o eliminación de todo lo establecido anteriormente, para lograr

una renovación sustancial, incluyendo la desvalorización de los valores vigentes a

ese tiempo.

Gran parte de su pensamiento gira en torno a la inconformidad o desacuerdo con

los conceptos morales y valóricos vigentes en esos tiempos.

Lo cual lo induce a plantear diversos tipos de modificaciones que permitan

encontrar nuevos funcionamientos que, en términos generales, liberen al hombre

de los yugos que lo oprimen, permitiéndole así obtener su desarrollo pleno.


106
107

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