Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Una de las primeras observaciones que se realizó en el ámbito del cáncer es que
las células tumorales en condiciones de aerobiosis tiene una captación de glucosa
y una tasa glucolítica anormalmente alta (alrededor de 10 veces mayor que los
tejidos no tumorales). En base a esta observación y teniendo en cuenta el
principio de regulación metabólica que se conoce como efecto Pasteur, Otto
Warburg propuso, a principios del siglo pasado, la hipótesis de que la
mitocondria de la célula tumoral tenía que tener su función bioenergética
alterada.
Se conoce como efecto Pasteur a la inhibición de la glucolisis en presencia de O2. por inhibición de la
fosfofructo quinasa (PFK): la formación de ATP en presencia de oxígeno aumenta considerablemente por
el metabolismo mitocondrial y la fosforilación oxidativa (30 ATP por glucosa). El aumento de la
concentración de ATP (carga energética alta) inhibe la PFK y la piruvato quinasa (PK), enzimas
reguladoras de la ruta glucolítica. La inhibición de la PFK produce la acumulación de G-6-P que a su vez
inhibe la primera enzima reguladora de la ruta, la hexoquinasa (HK).
Si por cualquier razón disminuye la producción de ATP en la mitocondria (baja disponibilidad de oxígeno
o alteración de genes que alteran la fosforilación oxidativa), la captación de glucosa debe aumentar y ser
convertida a mayor velocidad en piruvato y lactato para producir la misma cantidad de energía.
La proliferación incontrolada y desordenada de las células tumorales hace que la mayoría de las células
tumorales crezcan en condiciones hipóxicas porque, al menos inicialmente, carecen de la red de capilares
para el suministro de O2. Este hecho limita el metabolismo oxidativo mitocondrial de las células
tumorales y por tanto la generación de energía vía fosforilación oxidativa. Como consecuencia, para
compensar la deficiente generación de ATP mitocondrial, incorporan más glucosa que las células
normales para la obtención, vía glucolítica, de la energía y los precursores anabólicos que su elevado y
activo metabolismo biosintético demanda. Recientemente se han descrito también numerosas mutaciones
en el DNA mitocondrial en muchos tipos de tumores que indican una alteración de todo el metabolismo
energético mitocondrial.
Estos dos hechos hacen que las células tumorales
tengan una mayor demanda de glucosa para la
generación del ATP que necesitan, y bajo las
condiciones de hipoxia a las que están sometidas, el
piruvato generado es reducido a lactato, con la
consiguiente regeneración del NAD+, que hace posible
que, en estas condiciones, la glucolisis no se bloquee.