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LA MÚSICA EN EL ROMANTICISMO (III)

LA MÚSICA ORQUESTAL

Tras la obra de Beethoven para la música sinfónica de abrió un doble camino:

- Los sinfonistas puros, que continuaron con la forma estructurada en varios


movimientos y basándose en material exclusivamente musical para la composición.
Se puede encuadrar en esta tendencia a F. Schubert, F. Mendelssohn-Bartholdy y J.
Brahms.
- Los sinfonistas programáticos, que desarrollaron formas sinfónicas más libres desde
el punto de vista formal, referidas a ideas extramusicales, explícitas o implícitas.
Aquí destacaron a H. Berlioz, F. Liszt y los compositores nacionalistas.

1. EL SINFONISMO PURO

Franz Schubert (1797-1828)

En sus sinfonías destaca el delicado y privilegiado tratamiento de la madera, que dio


como resultado una armonía rica en lo que respecta al color y, en segundo lugar,
melodías amplias, no derivadas de desarrollos temáticos sino completas en sí misma.

Schubert compuso 9 sinfonías, entre las que descuellan la 8ª Sinfonía en Si m (La


Inacabada), en solo dos movimientos, y la 9ª Sinfonía en Do M (La Grande).

En estas sinfonías Schubert mantuvo la forma sonata y ninguna de ellas es


programática. Sus melodías son largas, por influencia del lied, y con referencias
folclóricas. La armonía es modulante, pero no de un modo dramático sino suave,
buscando más el color que la tensión. Son sinfonías románticas gracias al lirismo de sus
melodías, al encanto de sus timbres y a sus modulaciones.

Félix Mendelssohn (1809-1847)

En su estilo existe un equilibrio entre el ideal formal del Clasicismo y un toque


romántico en cuanto a la expresividad y expresión de sentimientos. Al igual que
Schubert, Mendelssohn utilizó melodías líricas y simétricas, en sus sinfonías respeta la
forma sonata, con algunas concesiones a su tiempo: los movimientos no suelen estar
claramente separados, o se concibe la sinfonía como un único movimiento a modo de
obertura. Su orquestación es muy transparente, con la máxima economía de medios.
Desde el punto de vista tonal, tiende a crear áreas tonales muy definidas.

Lo más destacable son sus sinfonías y oberturas sinfónicas. Compuso 5 sinfonías: 1ª


Sinfonía en Do m, 2ª Sinfonía en Sib M (Lobgesang), 3ª Sinfonía en La m (Escocesa), 4ª
Sinfonía en La M (Italiana) y 5ª Sinfonía en Re M (De la Reforma). Entre las oberturas:
El sueño de una noche de verano, La gruta de Fingal y Las Hébridas.

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Tanto en la en la Sinfonía Escocesa como en la Sinfonía Italiana sigue la corriente
romántica de retratar el norte, gris y sombrío, y el sur, soleado y vibrante. En ellas
pretende plasmar el sonido de las gaitas y las tonadas de baladas antiguas (Escocesa) y
una procesión de peregrinos y la danza de un saltarello (Italiana). En la Escocesa los
movimientos deben ejecutarse sin interrupción.

Robert Schumann (1810-1856)

El elemento literario es más o menos evidente en todos los compositores románticos,


pero en Schumann es imprescindible. De hecho, él mismo era crítico literario y escritor,
dirigiendo entre 1834-1844 la Nueva Revista de Música (Neue Zeitschrift für Musik) de
Leipzig.

Para Schumann, de formación autodidacta, el proceso compositivo era, ante todo,


intuitivo. Su concepción de una música poética no era muy precisa, y hay que entender
'poético' y 'romántico' como sinónimos. Se ha criticado su escaso dominio, tanto de la
orquestación como de las grandes formas como la sinfonía; no obstante, consiguió
mantener coherencia mediante el empleo de temas recurrentes.

Schumann fue más conservador en sus sinfonías que en sus lieder o en sus obras para
piano. Compuso 4 sinfonías: Sinfonía nº 1, en Sib M (Primavera), Sinfonía nº 2 en Do
M, Sinfonía, Sinfonía nº 3 en Mib Mayor (Renana) y Sinfonía nº 4 en Re m.

Los movimientos de La 4ª Sinfonía, que en principio iba a calificarse de fantasía


sinfónica, deben ejecutarse sin solución de continuidad, estando unidos por hábiles
acoplamientos armónicos o por pasajes de transición. La 2ª Sinfonía es la más clasicista
de todas, desde el punto de vista formal; no obstante, destaca por el extremado lirismo
su movimiento lento.

2. EL SINFONISMO PROGRAMÁTICO

El segundo Romanticismo fue heredero del Romanticismo alemán pero renovado y


recodificado en el entorno parisino, en el cual se impusieron la expresión y la
subversión de los valores tradicionales, perdiendo parte del misticismo del originario
romanticismo nórdico.

Hector Berlioz (1803-1869)

Berlioz ganó el Gran Premio de Roma, por lo cual estuvo en Italia. Algunas de sus
obras muestran la influencia de la cultura italiana.

De sus 4 sinfonías, la Sinfonía Fantástica (Episodios de la vida de un artista) fue el


primer gran ejemplo de sinfonía programática en varios movimientos del
Romanticismo, siguiendo la línea iniciada por Beethoven en su 6ª Sinfonía en Fa M
(Pastoral), como obra programática estructura en movimientos. La Sinfonía Fantástica,
basada en un programa inspirado en obras literarias y en la propia autobiografía del
compositor, respetó la forma en varios movimientos, potenciándola con el uso de un

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tema recurrente, la 'idea fija' (ideé fixe), y de otro tema procedente de una secuencia
medieval. Estructurada en cinco movimientos o partes, cada uno de ellos con un
subtítulo, es un drama sin palabras con atmósferas cambiantes. A pesar de lo
heterogéneo de su movimientos, esta sinfonía posee una gran unidad gracias al
desarrollo orgánico de la idea dramática, destacando por la variedad de ambientes: el
amor romántico, la apacible naturaleza, la caricatura, lo macabro, lo demoníaco.

La Sinfonía Harold en Italia, basada también en un programa literario, consiste en


cuatro escenas unificadas por un tema recurrente confiado principalmente a la viola
solista. La obra está a medio camino entre la sinfonía programática y el concierto para
viola. La Sinfonía Romeo y Julieta, sinfonía dramática en siete movimientos o partes,
para voces solistas, coro y orquesta, siguiendo la línea de la 9ª Sinfonía de Beethoven,
pero aquí las voces intervienen ya en el primer movimiento y en otros tres más, no solo
en el último. En esta obra el programa queda claramente fijado en el prólogo. La
Sinfonía Fúnebre y Triunfal, compuesta en principio para sonar al aire libre, para una
gran banda militar y, en su versión definitiva, para banda, orquesta de cuerda y coro
final, fue un encargo del estado francés.

Con la Condenación de Fausto, en cuatro partes y un epílogo, Berlioz compuso una


obra que está a medio camino entre sinfonía coral y la ópera.

Berlioz fue un gran innovador, enriqueciendo la música con nuevos recursos de


armonía, texturas y combinaciones. Son característicos del compositor los cambios de
ritmo súbitos, efectos tímbricos, disonancias o silencios. Varias de sus obras requieren
orquestas muy nutridas, grandes coros e incluso solistas. Fue además uno de los más
notables promotores de la dirección orquestal moderna. Escribió un Tratado de
instrumentación y de orquestación, que en su segunda edición, ampliada -El director de
orquesta, teoría de su arte- incluyó también la dirección orquestal.

Franz Liszt (1811-1886)

Fue más conocido en su tempo como virtuoso del piano que como compositor. Amplió
notablemente el repertorio y demostró la versatilidad del instrumento, realizando
innumerables transcripciones para piano del repertorio sinfónico y operístico.

Liszt fue el creador del poema sinfónico como obra de gran entidad e independiente. El
poema sinfónico es una obra programática, de duración intermedia y en un solo
movimiento, pero con grandes secciones contrastantes sugeridas por el programa y unos
pocos temas repetidos, desarrollados o variados. Dicho programa puede estar basado en
un poema, en el argumento de una novela, en una obra teatral, en el libreto de una
ópera, en un ensayo filosófico, en un hecho histórico, en una leyenda antigua, una obra
pictórica o escultórica, etc. Liszt compuso 13 poemas sinfónicos, entre ellos, Los
preludios, Prometeo, Hamlet y Orfeo. También escribió dos sinfonías programáticas: la
Sinfonía Fausto, en tres movimientos, y la Sinfonía Dante, en dos movimientos.

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- Podemos destacar en Liszt sus atrevimientos armónicos, utilizando frecuentemente la
tríada aumentada, y los cromatismos y disonancias se tratan, a veces, libremente.
- Hay pasajes en algunas de sus obras muy retóricos en la expresión de las emociones.
- Liszt era un compositor muy literario y utilizó programas procedentes de escritores
importantes como A. de Lamartine, Dante Alighieri, J. W. Goethe, W. Shakespeare o
V. Hugo.

Desde el punto de vista formal, en sus poemas sinfónicos Liszt utilizó el programa
literario, la transformación motívica y la estructura ternaria reexpositiva ABA'.

EL SINFONISMO NEORROMÁNTICO

Johannes Brahms (1833-1897)

Brahms comenzó a componer sinfonías solo cuando estuvo seguro de estar a la altura de
lo que esperaba de él, como continuador de Beethoven. Compuso 4 sinfonías: 1ª
Sinfonía en Do m, 2ª Sinfonía en Re M, 3ª Sinfonía en Fa M, y 4ª Sinfonía en Mi m.
Además de las sinfonías, otra obra sinfónica importante son las Variaciones sobre un
tema de Haydn.
Características:

- Gran respeto por la tradición.


- Forma clásica en 4 movimientos. Mantiene el plan tonal de la sonata clásica, pero
siguiendo a Schubert en la ampliación del campo de modulaciones.
- Fusión de las formas clásica y cíclica de la sonata.
- Ninguna de sus sinfonías tiene un programa explícito.
- La línea melódica puede ser muy lírica, pero siempre contenida.
- Evitación de la retórica y cualquier despliegue de virtuosismo.
- Equilibrio entre inspiración y composición: no basta con tener ideas sino que estas
deben desarrollarse ordenadamente de forma desapasionada.
- Textura densa, pero orquestación camerística. Los temas son tratados
alternativamente por los diferentes grupos orquestales con una intensa exploración de
las posibilidades tímbricas.
- Armonía romántica en su colorido y sonoridad. El planteamiento armónico es
bastante riguroso, con resoluciones a gran escala. Ocasionalmente usa recursos
modales, tomados del entorno de la música folclórica.
- Frecuentes ritmos cruzados y hemiolas.
- Tendencia a la economía de medios y a la disciplina expresiva.
- Recursos arcaizantes como el uso de la variación sobre ostinato.

Anton Bruckner (1824-1896)

Organista y compositor, Bruckner compuso 9 sinfonías -además de otras dos sinfonías


segregadas por el compositor- y se inspiró en las obras de Beethoven y Wagner, de
quien fue admirador. Del primero tomó construcción formal, del segundo la tendencia al
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colosalismo y la textura armónica densa. Bruckner fue un perfeccionista muy sensible a
las críticas, por lo que realizó más de una versión de sus obras y fue un hombre
extremadamente religioso.

- Su religiosidad se muestra en el estilo sacro y serio, el uso de citas de cantos


litúrgicos, el uso del contrapunto, en la concepción coral de algunas partes,
alcanzando un esplendor sonoro y una especie de éxtasis místico en los temas
parecidos a corales que aparecen en sus movimientos finales, pero no exclusivamente
en ellos.
- Escritura camerística, por grupos instrumentales, a la manera de los diferentes
registros de un órgano.
- Al igual que en las de Brahms, ninguna de sus sinfonías tiene un programa explícito.
- El ritmo armónico suele ser lento, especialmente en los movimientos extremos.
- Las estructuras son espaciadas, las codas amplias, y solemnes en su conjunto.
- Los primeros y los últimos movimientos suelen tener tres grupos temáticos,
comenzando por una vaga agitación en la cuerda, como una 'nebulosa', de la que
surge un tema basado en la tríada de la tónica. Después se expone el 'grupo temático
cantabile', al que sigue la sección conclusiva que puede parecerse a un coral. Tras
ello va el desarrollo y la recapitulación y una sección final que es una apoteosis de
los temas precedentes.
- Los movimiento lentos son de carácter religioso y solemne y tienen una larga coda.
- Los scherzos son muy diferentes. Poseen la energía de los de Beethoven, pero con
ritmos y melodías que semejan canciones y danzas populares. pueden

Piotr Ilich Chaikovsky (1840-1893)

Puede considerarse un compositor auténticamente ruso, aunque su formación académica


en el Conservatorio de San Petersburgo, su integración en el Conservatorio de Moscú y
el éxito de sus giras por Europa occidental, lo desligaron en parte de otros compositores
rusos.

Chaikovski tuvo una formación académica tradicional, tanto en la música de su época


como, sobre todo, del pasado, pero también se interesó vivamente por los cuentos,
leyendas y melodías populares rusas, que a veces incluyó en obras de todo tipo.

De su obra sinfónica destacan sus ballets El lago de los cisnes, La bella durmiente y El
cascanueces.

Chaikovski compuso 6 sinfonías, además de la Sinfonía Manfred, entre las que destacan
las tres últimas: Sinfonía nº 4 en Fa m, Sinfonía nº 5 en Mi m y Sinfonía nº 6 en Si m.

Estas últimas destacan por la expresión sin trabas de fuertes sentimientos, alcanzando
clímax a veces extremadamente patéticos.

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En estas últimas sinfonías utilizó temas recurrentes que aparecen en algunos o en todos
los movimientos y en las dos últimas de ellas sustituyó el scherzo por un vals.

En su orquestación destaca el uso circunstancial de timbres oscuros, como clarinetes en


registro grave, violines tan graves como las violas, violas tocando al unísono con lo
violonchelos, fagotes y contrafagotes a la 8ª. Utiliza también llamadas de trompa o de
trompetas. También es característico el uso simultáneo del metal y la madera, que
repiten motivos rítmicos, como un fondo sonoro para los momentos de clímax.

LA MÚSICA NACIONALISTA

Tras la derrota definitiva de Napoleón y el Congreso de Viena (1814-1815), los


sentimientos nacionalistas empezaron a aflorar en Europa, como una reacción ante las
culturas dominantes. Nació un sentimiento de orgullo en la lengua y la literatura que fue
un ingrediente de la conciencia nacionalista que dio pie a la unificación de Italia y de
Alemania.

Hubo compositores románticos, como Brahms, que hicieron arreglos de melodías


folclóricas. Otros, como Chopin o Liszt, emplearon conscientemente elementos de la
música folclórica, pero estos elementos fueron un añadido exótico dentro de un estilo
fundamentalmente cosmopolita. Por otra parte, los principales compositores de las
culturas musicalmente dominantes, italiana o germana, como Verdi, y Wagner, no
cultivaron un estilo que pudiese ser calificado como étnicamente italiano o alemán.

En los países periféricos, el predominio de la música alemana se percibía como una


amenaza para la creatividad musical. La búsqueda de la voz nativa fue una de las fases
del Nacionalismo. Otra aspiración de los compositores consistió en lograr ser
reconocidos como iguales a los de la órbita austro-alemana. Estas aspiraciones,
frecuentemente, estaban en conflicto entre sí. Por una parte, la mejor forma de lograr el
reconocimiento en la propia patria era imitar a los compositores extranjeros y competir
con ellos en su propio terreno. Las obras creadas de esta forma eran exportables, aunque
no tuvieran ningún tipo de identidad étnica. Por otra parte, los compositores que
utilizaban elementos folclóricos autóctonos -danzas, canciones-, o imitación de los
mismos en sus obras, corrían el peligro de no ser apreciados o comprendidos fuera de su
país. A pesar de todo, la música que contaba con características nacionales acabó
resultando atractiva debido a su exotismo.

RUSIA

La vida musical en Rusia estuvo dominada hasta el siglo XIX por extranjeros. El
Nacionalismo nació primeramente en la ópera.

La música rusa se caracterizó por el uso de melodías folclóricas de diferentes zonas del
Imperio ruso, por la utilización de melodías de la Iglesia ortodoxa rusa y por el uso de
las campanas. También utilizaron melodías orientalizantes, escalas melódicas
inhabituales en Occidente como las escalas pentatónicas y hexatónicas, y 4ª y 5ª
paralelas.

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En general, el orientalismo estuvo muy presente y llegó a ser una de las características
más definitorias de la música rusa, utilizado no solo para diferenciarse del estilo alemán
dominante sino para poder tratar temáticas que de otra manera estarían prohibidas.

El primer compositor nacionalista ruso fue Mikhail Glinka.

Mikhail Glinka (1804-1857) compuso la música para la ópera de carácter patriótico


Una vida por el zar, en ruso y con argumento histórico, en la cual melodías y recitativos
muy personales se mezclan con otras características italianas. En su segunda ópera-
Ruslan y Ludmila- incluyó elementos como la escala de tonos enteros y octatónica.

Alexander Dargomyzhsky (1813-1869) prosiguió la búsqueda de una entonación


característica de la lengua rusa en sus óperas Rusalka y El convidado de piedra.

Los Cinco

Fue un grupo de compositores integrado por Mili Balakirev, Alexander Borodin, César
Cui, Modest Musorgski y Nikolai Rimski-Korsakov.

El grupo admiraba la música occidental, pero se sentían muy alejados del Conservatorio
de San Petersburgo, fundado en 1862 por Anton Rubinstein, conocido por su
filogermanismo musical. Los integrantes del grupo se sentían desmotivados por la teoría
musical impartida en la institución, por lo cual tuvieron que aprender a hacer las cosas a
su manera, utilizando los materiales que tenían más a mano: la canción folclórica.

Casi todos los miembros del grupo desarrollaron otras carreras profesionales paralelas.

- Mili Balakirev (1837-1910)

Mentor y líder del grupo, compuso una Obertura sobre el tema de una marcha española
(basada en el himno de España) y su fantasía oriental para piano Islamey, su obra más
conocida hoy en día.

- Alexander Borodin (1833-1887) fue un músico muy dotado, cuyas obras más
importantes son su Sinfonía nº 2 en Si m, el poema sinfónico En las estepas de Asia
central, el Cuarteto de cuerda nª 2 en Re M y la ópera El príncipe Igor, que incluye las
Danzas polovtsianas.

Borodin utilizó melodías folclóricas en muy contadas ocasiones, pero sus melodías
destilan estilo popular. Sus sinfonías y cuartetos son la prueba de que los nacionalistas
rusos querían competir con los compositores extranjeros en el campo de la música
absoluta o pura. Sus obras tienen melodías muy personales, con cierto toque oriental,
armonías delicadas con algunos modalismos, la textura orquestal es transparente, sus
sinfonías tienen sus distintos movimientos en tonalidades muy alejadas unas de otras.

- César Cui (1835-1918)

Fue crítico musical durante muchos años y el principal propagandista del Grupo de los
Cinco en la oposición a la música occidental, también fue el primero en publicar un
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libro sobre música rusa. Compuso canciones, piezas breves para piano y algunas óperas,
como El prisionero del Cáucaso. También compuso óperas para niños. De todos modos,
sus composiciones están hoy en día prácticamente olvidadas.

- Modest Musorgski (1839-1881)

Sus obras más destacadas fueron su poema sinfónico Una noche en el Monte Pelado, la
suite orquestal Cuadros de una exposición, los ciclos de canciones Sin sol y El cuarto
de los niños y sus óperas Boris Godunov y Jovanschina. Varias de la obras de
Musorgski fueron revisadas, completadas u orquestadas por otros compositores.

En la música vocal, Musorgski heredó de Dargomyzhsky su interés por ajustarse al


acento del habla normal rusa, por lo que suele eludir el fraseo y las melodías simétricas.
Aunque solo ocasionalmente citó melodías folclóricas auténticas, sus melodías se
inspiraron en la canción popular. Desde el punto de vista armónico, Musorgski, debido
a su formación al margen del conservatorio, fue un compositor muy original que, al no
manejar fórmulas-tipo aprendidas, tuvo que ensayar al piano sus armonías, quizás
también influidas por la canción popular polifónica. A veces, en una determinada
tonalidad, más que el uso funcional de un acorde, el compositor persiguió más bien el
color del mismo.

Sus óperas no poseen un desarrollo de la acción continuado, sino que están formadas
por una serie de episodios unidos entre sí. En estas óperas realmente se puede adscribir
al Musorsgki al realismo dramático.

- Nikolai Rimski-Korsakov (1844-1908)

Aunque tenía el mismo poco interés por la enseñanzas académicas de música que los
otros miembros del grupo, llegó a ser profesor del Conservatorio de San Petersburgo y
director de orquesta. Se separó un poco del círculo de Balakirev para convertirse en un
compositor más ecléctico y con más recursos.

Su interés por la música rusa se reveló no solo en las características de sus propia
música y en la utilización frecuente de melodías folclóricas en sus obras, sino también
en sus arreglos y ediciones de canciones populares.

Contrastando con el realismo dramático de Musorsgki, la música de Rimski-Korsakov


se distingue por su fantasía y sus luminosos colores orquestales.

Brillante orquestador, sus obras orquestales más importantes son la obertura las dos
suites orquestales con violín solista Capricho español y Scheherezade y la obertura La
gran Pascua rusa, sobre melodías litúrgicas de la Iglesia ortodoxa rusa.

Rimski también destacó en la composición de óperas, como Sadko o El gallo de oro. En


ellas alternó un estilo diatónico y a menudo modal -que utilizó para los personajes
humanos- con otro estilo más cromático, que evoca el artificio del mundo de los seres
fantásticos e irreales.

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CHEQUIA

Durante siglos, Bohemia fue un territorio que perteneciente al Imperio austrohúngaro,


por lo que, a diferencia de Rusia, nunca estuvo al margen de la corriente principal de la
música europea. El nacionalismo checo se manifestó sobre todo en la elección de temas
nacionales, para su música programática y para sus óperas. Los más importantes
compositores checos de la segunda mitad del siglo XIX fueron Bedřich Smetana y
Antonín Dvořák.

- Bedřich Smetana (1824-1884)

Se le considera el padre de la música nacionalista checa. Tras participar en la


Revolución de 1848, se trasladó a Suecia, hasta que, doce años más tarde, volvió a
Praga definitivamente, llegando a dirigir el Teatro Provisional de Praga. Como
admirador de Listz y de Wagner, tuvo que luchar contra los que veían ello una traba
para el desarrollo de una ópera nacional checa. Sus obras más destacadas son su ópera
La novia vendida y Mi patria, serie de seis poemas sinfónicos cuyos títulos aluden
personajes legendarios o a la geografía de su país.

- Antonín Dvořák (1841-1904)

La música de Dvořák estuvo muy influenciada por la de Brahms. Su catálogo es


diverso: escribió canciones, música para piano, música de cámara, conciertos
instrumentales para piano, para violín y para violonchelo, suites de danzas orquestales,
poemas sinfónicos, 9 sinfonías y 11 óperas.

Sus obras más destacadas son su Concierto para violonchelo en Si m, las dos suites de
danzas orquestales Danzas eslavas (dos series de ocho danzas cada una) en las que
utilizó, entre otras danzas, la dumka y el furiant tradicionales eslavas.

De sus 9 sinfonías destacan las tres últimas, por lo general de tono distendido y amable
(excepto la Sinfonía nº 7, de carácter más bien trágico) y en las que se emplean ritmos
folclóricos. La Sinfonía nº 9 (Del nuevo mundo) compuesta en Nueva York, está
inspirada en melodías amerindias y espirituales negros norteamericanos.

Otro compositor checo profundamente nacionalista fue el moravo Leoš Janáček (1854-
1928), cuyas obras más importantes pertenecen ya al siglo XX.

NORUEGA

Noruega fue hasta 1905 una parte del reino de Suecia. Ya el virtuoso violinista noruego
Ole Bul (1810-1880) defendía un estado noruego independiente. El principal
compositor noruego fue, sin duda, Edvard Grieg.

- Edvard Grieg (1843-1907)

Destacó en la composición de piezas breves para piano, canciones, el concierto para


piano y música incidental y orquestal para el teatro.

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Grieg se relacionó con compositores como el danés Niels Gade y Franz Liszt. Grieg
desenvolvía mucho mejor en las pequeñas que en las grandes formas y su nacionalismo
es más evidente en canciones para voz o para coro, en sus 10 colecciones de Piezas
líricas, para piano, y en sus Slåtter, arreglos para piano de danzas campesinas.

La base de su formación musical fue alemana Grieg (Leipzig), a la cual superpuso


características noruegas. En su música Grieg utilizó recursos modales, ritmos
combinados de 3/4 y 6/8 y bajos de bordón.

Su Concierto en La m, para piano y orquesta, inspirado en el concierto en la misma


tonalidad de Robert Schumann, es plenamente romántico y con elementos nacionalistas,
sobre todo en su último movimiento.

Otras importantes fueron: la Suite Holberg, para orquesta de cuerda y las dos suites
orquestales de Peer Gynt, de una obra escénica de Henrik Ibsen.

FINLANDIA

El Gran ducado de Finlandia perteneció hasta 1809 al Reino de Suecia y desde este año
hasta 1917 al Imperio ruso. El compositor finés más destacado fue Jean Sibelius.

- Jean Sibelius (1865-1957)

Vivió a caballo entre dos épocas, por lo que es difícil de situar en la historia. Compuso
piezas breves para piano, canciones para voz y piano, música de cámara, un concierto
para violín, música incidental, poemas sinfónicos y sinfonías.

Estudio en Helsinki, Berlín y Viena, donde admiró la obra de Anton Bruckner. Muchas
de sus obras están basadas en el Kalevala (epopeya nacional finesa). Excepto en esto, es
realmente difícil calificar a Sibelius como un compositor nacionalista, ya que la
influencia de la música folclórica de su país en su obra es muy escasa, si es que la hay.
Lo que caracterizó al compositor como 'nórdico' es el carácter de su música.

Sus obras más importantes incluyen siempre a la orquesta sinfónica y entre ellas
destacan: el Concierto para violín en Re m, el Vals triste, las suites sinfónicas Karelia,
Lemminkäinen y La tempestad (W. Shakespeare), los poemas sinfónicos Finlandia,
Luonnotar (para soprano y orquesta) y Tapiola, además de sus 7 sinfonías.

Sibelius sintió la naturaleza de un modo muy profundo. Sus obras se caracterizan por su
orquestación, que subraya los registros graves y los timbres sin mezcla, y el uso de los
motivos: motivos breves que suenan separadamente se pueden ir fundiendo unos con
otros en una entidad completa o pueden transferirse los motivos de un tema a otro. A
veces un motivo básico reaparece a lo largo de todo un movimiento o incluso de toda
una sinfonía. Sus clímax orquestales pueden llegar a ser muy emotivos.

Sus sinfonías están estructuradas en los tres o cuatro movimientos habituales, excepto
en la Sinfonía nº 7 en Do M, en un solo movimiento. Ninguna de ellas es abiertamente
programática.

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Aunque básicamente conservadora, su música más madura acusa la influencia de
tendencias contemporáneas estéticas más avanzadas.

ESPAÑA

Curiosamente, todos los compositores españoles pasaron por París, principal centro
música en aquella época. El primer compositor nacionalista español fue Felipe Pedrell.

- Felipe Pedrell (1841-1922), musicólogo y compositor, estudió la música tradicional


española, llevó a cabo las ediciones de compositores renacentistas españoles y compuso
varias óperas, con la intención de crear una ópera española. Su ópera más conocida es
Los Pirineos. Aunque sus obras no suele ejecutarse, su figura fue muy importante como
mentor de la escuela nacionalista española de fines del siglo XIX y principios del XX.

- Isaac Albéniz (1860-1922)

Discípulo de Felipe Pedrell, su vida estuvo regida por sus viajes. Se formó en Madrid,
Barcelona -donde conoció a Enrique Granados- y Bruselas. Su fama se debe a sus obras
para piano y a su música escénica.

Albéniz fue un virtuoso pianista, que vivió en Londres y en París, donde conoció a
renombrados compositores franceses. Regresó a España, pero tuvo que volver a París,
donde su casa se convirtió en refugio de otros compositores españoles, como Joaquín
Turina y Manuel de Falla.

De sus obras para piano solo destacan sus suites para piano: Suites españolas (I y II),
Cantos de España, Recuerdos de viaje, la suite Iberia (4 cuadernos de 3 piezas cada
uno), con títulos de lugares de Andalucía o Madrid, y considerada su obra maestra, y
piezas sueltas, como Navarra o Mallorca. Muchas de sus obras requieren una técnica
muy depurada. Sus óperas más destacadas fueron Pepita Jiménez y Merlín.

- Enrique Granados (1867-1916)

También fue discípulo de Pedrell en Barcelona y estudio en París, aunque no en el


conservatorio, donde consolidó su relación con Isaac Albéniz. Más tarde regresó a
España y viajó por Norteamérica, donde tuvo mucho éxito, llegando a actuar en la Casa
Blanca.

Granados compuso mucha música incidental para el teatro, suites para orquesta, música
de cámara y obras para piano.

Su figura se ha asociado a la de Albéniz por su cercanía en edad, su origen catalán, su


estadía en París y su interés por componer música nacional. Sus modelos fueron
Schumann y Chopin y a veces la música de Granados recuerda a la de Chopin o Grieg.
Granados fue un gran improvisador y un gran pedagogo del piano, fundando la
Academia Granados en Barcelona.

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Obras importantes para piano fueron sus Valses poéticos, 12 Danzas españolas que
impulsaron su fama por toda Europa y, sobre todo, la suite Goyescas. Sus obras destilan
romanticismo y elegancia y en ellas utilizó en ocasiones melodías populares estilizadas.

En su Danzas españolas, obra juvenil revisada y publicada más tarde, mezcló cierto aire
de música de salón con ritmos populares. Su fama llegó hasta Los Cinco rusos.

En sus Goyescas puso de manifiesto su interés por el Madrid dieciochesco y la figura de


Francisco de Goya. Es un conjunto de 6 piezas inspiradas por la obra del pintor, sin que
exista un correspondencia directa entre cada pieza y un cuadro determinado.

Obra importante de su catálogo fue su ópera Goyescas, estrenada en Nueva York e


inspirada también en la obra de Goya y en la que utiliza melodías de la suite homónima
para piano.

- Manuel de Falla (1876-1946)

Gaditano de origen, estudió en el Real Conservatorio de Madrid. Más tarde se trasladó a


París, donde entró en contacto con la élite de los artistas de su época (Debussy, Ravel,
Albéniz, Picasso, etc.). Más tarde regresó a Madrid y, durante años, residió en Granada,
donde se relacionó con Federico García Lorca y fue académico de la Real Academia de
Bellas Artes de Granada. Tras la Guerra Civil, se exilió en Argentina hasta su muerte.

Obras importantes fueron:

- Ballets: El amor brujo (de los que extrajo dos suites, para orquesta y para pequeña
orquesta) y El sombrero de tres picos (que se estrenó en Londres con decorados de
Pablo Picasso y de la que también extrajo dos suites para orquesta).
- Óperas: La vida breve y El retablo de Maese Pedro.
- Obras para piano: Noches en los jardines de España (3 impresiones sinfónicas para
piano y orquesta) y Fantasía Bética (para piano solo).
- Voz y piano: 7 Canciones españolas (arreglo de canciones populares españolas de
orígenes diversos).
- Obra para guitarra: Homenaje a Claude Debussy.
- Concierto: Concierto para clavecín (y grupo de cámara: flauta, oboe, clarinete, violín
y violonchelo).
- Cantata: Atlántida (cantata escénica para solistas, coro y orquesta, obra inconclusa,
terminada por Ernesto Halffter en 1976).
En sus obras la influencia de la música española es innegable, pero también está muy
presente la influencia de Claude Debussy. Sus últimas obras tienen un carácter ascético
y severo, dentro de la corriente neoclásica predominante.

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