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acceder a la conflictiva del examinado. Se considera que ésta sería la mayor limitación para
su empleo en el marco de un proceso de EP.
En cambio, si se ha llevado a cabo luego de la evaluación un proceso de psicoterapia,
esta situación de inhibición puede cambiar y, mediante el juego es posible generar
información acerca de los resultados de la intervención terapéutica. Es decir, mediante el
empleo de la HJD estaríamos realizando una evaluación de la mencionada intervención.
La capacidad simbólica es un indicador de contenido y, a nuestro criterio la piedad
angular de la interpretación de la HJD. Complementarios de este indicador se encuentran:
elección de juguetes y juegos, modalidad de juego, motricidad, creatividad, tolerancia a la
frustración y adecuación a la realidad. Estos requieren un análisis desde una perspectiva
fenomenológica y brindan datos que permiten una comprensión amplia del juego del
examinado. A continuación se defina cada una de estas categorías de análisis
complementario.
MODALIDAD DE JUEGO: se analiza aquí los recursos yoicos con que cuenta el niño para
poder simbolizar temas y conflictos mediante el empleo de los juguetes y materiales como
mediatizadores. Así, la plasticidad sería la modalidad más saludable, por cuanto da cuenta
de riqueza expresiva; ello implica que puede simbolizar la misma fantasía a través de
distintos mediatizadores, o bien varias fantasías con varios mediatizadores. Vinculado a la
plasticidad se sitúa la creatividad. En la polaridad opuesta encontramos la modalidad de
juego rígida. El niño se adhiere a algún mediatizador en forma exclusiva para expresar una
misma fantasía. Efron señala que este estilo de juego se utiliza frente a intensas ansiedades;
se trata de niños, a quienes cualquier situación les produce desorganización yoica. El
resultado es un juego monótono que, de persistir a lo largo del desarrollo va a producir un
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empobrecimiento del yo. Otra modalidad que implica una mayor orientación hacia la
psicopatología es el juego con perseveración. Comparte las características de la rigidez ya
descripta, pero a ello se añade la repetición compulsiva de un mismo juego.
MOTRICIDAD: si bien la HJD es una técnica de contenido que se propone indagar los conflictos
del niño, es posible hacer otros análisis del comportamiento frente al cajón de juguetes. Este análisis
va a aportan datos complementarios sobre el nivel de desarrollo. Es así como se puede considerar el
dominio de su esquema corporal, la precisión o torpeza en los movimientos, el grado de autonomía,
lateralización, movimientos voluntarios e involuntarios, prensión fina, hipercinesia o hipocinesia,
todo ello en el marco de la edad cronológica y motivo de consulta
CASO JOSÉ
a) DATOS DE FILIACIÓN
EDAD: 3 a. 5 m.
NIVEL SOCIOECONÓMICO: medio
GRUPO FAMILIAR:
Padre: 34 años, empleado (por la naturaleza de su trabajo la familia ha debido mudarse de
provincia (y se prevén otros traslados) Madre, 36 años, representante de una firma de
comercialización de productos cosméticos. Hermano por parte de madre, 10 años.
de más, pero en realidad todo lo que tiene es prestado del hermano. Me doy cuenta que en
este momento José necesita más atención que Marcelo” (el hermano). Marcelo ha estado en
tratamiento psicológico hasta una fecha reciente por una problemática en torno a su condición
de hijo nacido siendo soltera la consultante. De modo que José es el primer hijo del actual
matrimonio de la madre.
HISTORIA DE VIDA: desde que la madre terminó su licencia por maternidad y durante el
primer año de vida, José permanecía en la guardería del trabajo de aquélla. Desde el 2º año
de vida quedó al cuidado de una empleada. Los primeros meses lloraba mucho, “lloraba que
era una calamidad”. La madre no recuerda cuando empezó a hablar ni a caminar.
COMENTARIO CLÍNICO
Se destaca en esta HJD agresividad en el comportamiento del niño. Explora los
materiales de la caja, interesándose por los que se asocian a agresividad y a fantasías de
destrucción, representadas en acciones tales como matar, quemar, dejar caer, cortar o en el
modelado de un animal peligroso (víbora). La impulsividad se expresa en la dificultad para
diferenciar por donde puede caminar sin destruir los juguetes esparcidos por el piso. Estas
pulsiones agresivas coexsisten con la capacidad de simbolización vinculada a la necesidad
de comunicación y afecto con la madre y con el padre; este último representado “en viaje”,
es decir la figura paterna no está disponible. Con el empleo del teléfono como mediatizador
de la comunicación hay un esbozo de estructura de juego, aceptable, dada la edad del niño.
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A través de esta HJD se ha tomado contacto con el mundo interno del niño, pero en
el contexto de esta única sesión dentro del proceso de evaluación psicológica se considera
que no hay datos suficientes acerca de la intensidad y calidad del conflicto que generen el
monto de agresividad observado (tema que motiva la consulta de los padres).
Complementariamente, el análisis fenomenológico de los indicadores sugeridos por
Efron y otros (1974) aporta información acerca del niño: se destaca la modalidad impulsiva
de aproximación a los juguetes, tanto para iniciar el contacto con ellos, como cuando están
esparcidos en el piso (los pisa al caminar, sin poder discriminar el lugar por donde puede
hacerlo). La elección de juguetes es adecuada a su edad, tanto como la dependencia del adulto
(pide al Psicólogo ayuda para colocarse la cartuchera con el revólver). El lenguaje y el manejo
corporal (motricidad) están acordes con su edad cronológica. Las dificultades iniciales para
desprenderse de la madre e ingresar al consultorio ceden y acepta trabajar sin la presencia de
aquélla, con lo cual se estima que el grado de tolerancia a la frustración es apropiado.
SÍNTESIS
Se ha considerado a la HJD como un recurso metodológico dentro del proceso de evaluación
psicológica. Se han desarrolado en primer término algunos conceptos teóricos que se estiman
clave para ser operacionalizados en la interpretación del juego del niño. A continuación se
ha mostrado que en el campo de la evaluación surgió en la década del ’70, una propuesta de
análisis sistemático de las diversas variables de la técnica estudiada. Se ha destacado, dentro
de ese modelo, la capacidad simbólica como el indicador de contenido de mayor importancia
puesto que permite acceder al conocimiento de las fantasías y conflictos del examinado.
Finalmente se ha fundamentado, a través de un caso clínico los alcances y límites de la HJD,
por cuanto en una sesión de juego no siempre es posible la emergencia de estructuras de
juego que permitan hacer inferencias, con el suficiente fundamento, acerca del conflicto que
subyace a la sintomatología por la cual se consulta.
Se considera que tales limitaciones devienen del traslado de este valioso recurso de
trabajo con niños pequeños del modelo psicoanalítico al modelo de evaluación psicológica,
cuyos encuadres difieren sustancialmente. En tal sentido, los aportes de Winnicott son
esclarecedores cuando señala que el juego es terapéutico en sí mismo y que si el pequeño no
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juega, habrá que esperar que pueda hacerlo antes que interpretar fragmentos de
comportamientos.
En suma, se estima que quizás de este traslado -de un modelo teórico a otro- derive
el estancamiento que se registra en las investigaciones con HJD. Queda abierto el
interrogante acerca de porqué se ha producido tal estancamiento, tanto como la invitación a
los psicólogos evaluadores a repensar el empleo de esta técnica considerando que el juego es
la ocupación primordial del niño pequeño, una experiencia creadora de carácter universal con
particularidades socioculturales en su expresión que permite la identificación de conflictos y
tiende un puente entre fantasía y realidad. Al mismo tiempo, favorece el proceso de
socialización mediante la asunción y adjudicación de roles constituyendo un importantísimo
indicador de salud en el niño.
REFERENCIAS
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Aberastury, A. (1962) Teoría y Técnicas del psicoanálisis de niños”, Buenos Aires:
Paidós.
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Efron, A, Fainberg, E., Kleiner, A. y Woscoboinik, P (1974) “La hora de juego
diagnóstica” en Ocampo, M, García Arzeno, M. y Grassano de Piccolo, E., Las técnicas
proyectivas y el proceso psicodiagnóstico. Buenos Aires: Nueva Visión.
Freud, A. (1984) Neurosis y sintomatología en la infancia. Barcelona: Paidós. 1ª.
Reimpresión en España.
Freud, A. (1991) Normalidad y patología en la niñez. Barcelona: Paidós, 7ª.
Reimpresión.
Freud, S. (1973) “Más allá del principio del placer” en Obras Completas, Madrid:
Biblioteca Nueva, Tomo III, 3ª edición.
Huizinga, J. (1968) Homo ludens. Buenos Aíres: Emecé.
Klein, M. (1967) El psicoanálisis de niños. Buenos Aires: Hormé.
Klein, M (1971) Desarrollos en psicoanálisis. Buenos Aires: Hormé.
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Winnicott, D (1979) El proceso de maduración en el niño. Barcelona: Laia.
Winnicott, D (1981) Escritos de Pediatría y Psicoanálisis. Barcelona: Laia.
Winnicott, D. (1982) Realidad y juego. Barcelona: Gedisa.