Roma: el mayor imperio esclavista de la antigüedad
Conflictos entre patricios y plebeyos
Al mismo tiempo que Roma va extendiendo su influencia sobre el centro de Italia, se fue haciendo cada vez mayor la diferenciación de riqueza y poder entre dos sectores de la sociedad romana: los patricios y los plebeyos. El grupo de los patricios estaba integrado por quiénes se consideraban descendientes directos de los fundadores de Roma. Las familias patricias eran propietarias de las mejores tierras y poseían una gran cantidad de trabajadores esclavos. Además habían logrado controlar todas las magistraturas que integraban el gobierno de la ciudad-estado. Los hombres libres que habitaban Roma y la zona rurales vecinas de la llanura del Lacio constituyen el grupo de los plebeyos. La mayoría eran comerciantes artesanos y campesinos. Aunque entre ellos existían marcadas diferencias de riqueza todos eran considerados ciudadanos romanos. Sin embargo los plebeyos estaban en una situación de inferioridad legal ante los patricios, ya que no podían ocupar las magistraturas, ni participar de las ceremonias religiosas reservadas los miembros la aristocracia. A partir del siglo V AC la tensión entre patricios y plebeyos aumentó. Los campesinos más pobres muchos de los cuales no tenían una tierra propia reclamaron ante los gobernantes una mejora de su situación. Las tensiones sociales se transformaron en luchas violentas. Ante eso los patricios aceptaron que se hicieron algunas reformas de las leyes. La Ley de las 12 Tablas 450 AC fue la primera recopilación escrita del derecho consuetudinario, es decir aquel establecido según la costumbre. La ley Licinia Sextiae 367 AC abolió la esclavitud por deudas que amenazaba a los plebeyos más pobres. Así se repartieron algunas tierras públicas entre los campesinos sin propiedad. A partir de las reformas, los plebeyos pudieron acceder a alguna magistratura. Pero la ley más importante fue la creación de la magistratura “el tribuno de La Plebe”. Estos funcionarios tenían como función proteger a los plebeyos de los abusos de los más poderosos. Pero nunca los plebeyos alcanzaron el nivel de igualdad que habían alcanzado en Atenas los ciudadanos pobres. La republica romana y su expansión territorial En la república romana los ciudadanos eran los responsables de resolver los asuntos públicos. Tenían derecho a participar de las asambleas y elegir a través del voto a los funcionarios del gobierno llamado magistrados. Esta carrera política denominada cursos honorum (carrera de los honores). Pero el verdadero poder político de la república residía en el Senado. El Senado Romano era integrado por los representantes de las familias patricias más ricas. Los primeros tiempos de la República solo los ciudadanos patricios tenían derecho a participar de las decisiones de los asuntos públicos. Al mismo tiempo se producían otros cambios políticos. Roma fue ampliando su influencia sobre territorios cada vez más amplios. Hacia el siglo III AC casi todos los pueblos que habitaban la península itálica estaban bajo la autoridad de los romanos. Un paso decisivo en el proceso de expansión fueron las guerras contra los cartagineses. El triunfo militar sobre Cartago permitió a los romanos ampliar sus dominios sobre todas las costas del Mediterráneo occidental. En el siglo I AC los romanos también extendieron su dominio sobre el cercano Oriente. Y se apoderaron de los principales centros urbanos del mundo helenístico. Expansión territorial y conflictos sociales La expansión territorial de Roma solucionó algunas dificultades y al mismo tiempo provocó otras. Lo más importante fue mantener el control sobre los pueblos conquistados y lograr que todos los habitantes aceptaran la autoridad del estado. Para lograr estos objetivos el territorio conquistado fue dividido en provincias a cargo de un magistrado designado por el senado Romano denominado pretor. Además en cada provincia se instalaron legiones de soldados para garantizar el sometimiento de los pueblos no romanos. Las autoridades de Roma consideraban que los territorios conquistados eran propiedad del pueblo Romano. La expansión territorial permitió aumentar los ingresos fiscales del estado, necesario para sostener los enormes gastos que demandaba mantener los ejércitos y los funcionarios de gobierno. A excepción de los ciudadanos romanos y los aliados itálicos (los pueblos que vivían en Italia) que estaban libres de pagar impuestos, todas las provincias y los no ciudadanos estaban obligados a tributar al estado. Otra de las consecuencias fue un gran aumento del número de esclavos capturados durante las batallas. Además el empobrecimiento de los pequeños propietarios rurales romanos debido a la llegada de cereales y alimentos más baratos provenientes de las provincias. También se produjo un gran crecimiento de la población urbana muchos campesinos perdieron sus tierras y otros que fueron reemplazados por esclavos se dirigieron a las ciudades en busca de algún medio de subsistencia. Hacia el siglo I AC las autoridades de Roma enfrentaron diferentes tipos de conflictos: las rebeliones de esclavos, las luchas de los grupos plebeyos más pobres que reclamaban el reparto de tierras qué más baratos en la ciudad, el reclamo de los aliados itálicos por ser considerados ciudadanos romanos y las resistencias de muchos pueblos provinciales a pagar. Así se aceleró el camino hacia la concentración del poder. Hacia el poder unipersonal: Julio César Durante el siglo I los grupos privilegiados de la sociedad y los plebeyos se enfrentaron de manera cada vez más violenta. Los generales del ejército Romano gracias a su participación en las guerras habían ganado mucho prestigio. Para aumentar su poder buscaron apoyo en los distintos grupos sociales. Así fue como algunos jefes militares que tienen el apoyo de los plebeyos se enfrentaron con otros que contaban con la adhesión de los patricios. Durante el transcurso de las guerras civiles Julio César un jefe militar de origen patricio encontró apoyo en amplios sectores de la Plebe, así logró afirmar su poder personal. Luego de una exitosa guerra en la provincia de la Galia, Julio César derrotó a otros generales que se oponían a su liderazgo y se proclamó imperator supremo del ejército. Julio César tomo medidas en favor de la Plebe tales como el reparto de tierras y de cereales más baratos entre los ciudadanos pobres. Esto fue resistido por los grupos privilegiados encabezados por los senadores más poderosos. Estos, finalmente, organizar una conjura y asesinaron a César en el 44 AC. El asesinato de César provocó nuevos enfrentamientos, Octavio hijo de César versus varios jefes militares. Finalmente el 31 hace en la batalla de Accio Octavio derrota Marco Antonio, el más poderoso de sus adversarios; y se convirtió en el jefe máximo del Estado romano. Octavio introdujo ciertas modificaciones en la organización de la República y sentó las bases de su poder personal. Inició un nuevo sistema de gobierno: el principado. El senado también le concedió el título de Augusto, es decir un carácter sagrado esto dio origen a una nueva era. Cuando un el 14 AC murió Octavio, los romanos de hecho reconocieron la autoridad el nuevo príncipe y Augusto fue oficialmente divinizado. Así el estado Romano dejó de ser una República y se transformó en una monarquía hereditaria, un imperio. La romanidad y la cultura occidental Durante los siglos I y II DC los romanos lograron consolidar su dominio sobre todos los pueblos que habitaban en torno al mar Mediterráneo. Al terminar las guerras exteriores y los conflictos interiores, el Imperio Romano alcanzó la máxima extensión de sus fronteras. El orden social y político que se afirmó lo largo de estos dos siglos fue conocido como La Pax Romana. Favoreció el crecimiento de la producción agrícola y de artesanías, se fundaron nuevas ciudades y el comercio entre las distintas regiones del imperio se multiplicó. Los caminos y los acueductos que comunicaban Roma con las provincias fueron vías a través de las cuales circulaban la lengua romana, junto con las leyes el derecho romano, las instituciones políticas, las características de la República y el Imperio, la forma de organizar una ciudad la urbs, su alfabeto y su literatura. La difusión de la cultura romana fue más intensa y duradera en la parte occidental del imperio, no así en los territorios orientales, que estaban más alejados de la capital. Allí los pueblos conquistados mantuvieron sus tradiciones, en cambio en Europa occidental la romanización fue más fuerte. El proceso de romanización fue la base de la llamada cultura occidental que en muchos aspectos permanece vigente en las sociedades contemporáneas. La crisis del Imperio Romano La expansión Imperial proporcionó el estado Romano importantes ventajas, recaudar los impuestos que debían pagar los pueblos sometidos y organizar una gran red comercial. Pero al mismo tiempo la enorme extensión de los dominios imperiales también provocaba inconvenientes para mantener el control sobre todos los territorios conquistados. Había que invertir muchos recursos en tropas y funcionarios administrativos. Esta situación produjo numerosos cambios políticos, económicos y culturales que afectaron la vida social de toda la población del imperio. A partir del siglo III, el antiguo orden impuesto por Roma comenzó a desmoronarse y el estado Romano construido sobre la base de la expansión territorial, el trabajo de los Esclavos y la uniformidad cultural, comenzó a mostrar signos de agotamiento y debilidad. Los jefes militares destinados a gobernar y controlar las provincias comenzaron a tomar decisiones por sí mismos desoyendo las autoridades que residían en Roma. En ocasiones se enfrentaron entre sí para aumentar su poder y con ello debilitaron las defensas del imperio en las provincias más alejadas de la capital. Al mismo tiempo comenzaron a llegar a las provincias occidentales las primeras oleadas de pueblos germánicos. Se trataba de jinetes y pastores que provocaron alteraciones en la vida de la población romana. Algunos grupos de germanos se instalaron pacíficamente y otros cruzaron la frontera con la intención de ocupar tierras y saquear ciudades. Eso generaba la necesidad de un mayor control militar y reordenar la situación. Fue necesario un gobierno más fuerte y centralizado capaz de expulsar a los invasores germanos y someter al imperio una sola autoridad, por eso hacia fines del siglo III, el emperador Diocleciano introdujo nuevas reformas y concentró aún más el poder y fueron suprimidos los derechos políticos de los ciudadanos. Además para facilitar la administración dividió el territorio en dos regiones el occidental y el oriental. Al frente de cada una de ellas, se designaron funcionarios con poder político y militar, este sistema se llamó tetrarquía. Esto permitió gobernar el imperio un siglo más, pero el imperio romano estaba ya herido de muerte, así fue que en el 456 el imperio romano de Occidente formalmente fue disuelto y el de Oriente que se mantuvo bajo una estructura social y política diferente, se mantuvo hasta el 1453, posteriormente este imperio fue denominado Bizancio. Ruralización y estancamiento económico Las Guerras civiles y las Guerras contra los pueblo extranjeros deterioraron la economía del imperio, lo que provocó una fuerte caída en las actividades urbanas como la producción artesanal y el comercio. Al mismo tiempo el freno de la expansión militar significó una fuerte reducción del número de esclavos por captura y en consecuencia el encarecimiento del precio de la fuerza de trabajo. Muchos propietarios de tierras se vieron en dificultades para seguir organizando la producción con mano de obra esclava. Algunos optaron por conceder la libertad sus esclavos y permitirles que continuarán trabajando las tierras a cambio de la entrega de tributos en productos puntos estos ex esclavos convertidos en agricultores libres o colonos, que contaban una parcela de tierra para el sustento su propia familia propias se fueron transformando en la principal fuerza de trabajo en las zonas rurales. Esto va a dar origen posteriormente al surgimiento del modo de producción feudal. El cristianismo La crisis del siglo III también se manifestó en el plano cultural e ideológico. Uno de los cambios más trascendentes fue la amplia difusión que alcanzó una nueva religión como el cristianismo organizado dos siglos antes cuando Jesús nació en Nazaret y se presentó como el enviado de Dios para cumplir las antiguas promesas hechas al pueblo hebreo. La antigua religión del Estado Romano está organizada en torno a divinidades etrusca Cómo Júpiter Juno y Minerva. Luego se incorpora esa el culto a los emperadores divinizados. Sin embargo los romanos no obligaron a los pueblos conquistados adorar los dioses de los conquistadores el contrario, fueron tolerantes con las creencias particulares de las diversas comunidades lo que favoreció el florecimiento de distintas religiones sobre todas las provincias orientales del imperio. En sus inicios del cristianismo penetró con mucha fuerza a los habitantes más pobres de Judea. Su mensaje esperanzador fue ganando adhesión entre aquellos que habían perdido la confianza en los valores religiosos tradicionales. El cristianismo era un ideal que se oponía a las injusticias de un mundo en el que se profundiza van las diferencias sociales y predominaba un autoritarismo imperialista de los funcionarios del Estado romano. La doctrina cristiana empezó a resultar amenazante para los poderosos que aparecían como responsables de la miseria de la mayoría de la población por eso los emperadores comenzaron a tomar medidas para limitar su influencia. Los cristianos fueron perseguidos y muchos de ellos sacrificados en espectáculos públicos por no renunciar a su fe. Sin embargo y a pesar de las persecuciones, las pequeñas comunidades de cristianos llamadas Iglesias que se reunían para compartir sus bienes y practicar su culto se fueron fortaleciendo. El deterioro de la capacidad del Estado Romano para imponer su autoridad favoreció el crecimiento del cristianismo. El emperador Constantino advirtió que resultaba más conveniente para el Imperio abandonar la política persecutoria y aprovechar la popularidad del cristianismo en favor del Estado Romano. Con este objetivo en el año 313 promulgó le edicto de Milán que declaró el cristianismo religión oficial del estado.
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