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TEMA 1: LA ROMANIZACIÓN

INTRODUCCIÓN: La romanización es la asimilación de la cultura romana por los pueblos conquistados por los
romanos. Estos adoptaron la organización política, económica, jurídica y social; también la religión, las
manifestaciones artísticas, el desarrollo cultural, y demás de Roma. Tras las Guerras Púnicas contra Cartago (264
a.c.-146 a.c.), la península Ibérica quedó inmersa en el área cultural del Imperio Romano.
DESARROLLO:
1. LA CONQUISTA DE LA PENÍNSULA IBÉRICA: A finales del III siglo a.C., la Península Ibérica estaba habitada
por celtas, íberos y celtíberos. Influidos por los fenicios, griegos, y cartagineses desde el siglo VIII a.C., que
fundaron colonias como Gadir o Qart-Hadasht (227 a.C.), por Asdrúbal. En el contexto del Mediterráneo central
habían surgido dos potencias expansivas: Roma y Cartago, enfrentadas en las guerras Púnicas.
La primera guerra (264-241 a. c.) acabó con la derrota cartaginesa y la conquista romana de Sicilia, Córcega y
Cerdeña. El ataque cartaginés a Sagunto, ciudad aliada de Roma, rompió el Tratado del Ebro (226 a.C) iniciando
la segunda guerra. Lo que motivó el desembarco de los romanos en Ampurias (218 a. c.). Comenzando la
conquista romana de la península Ibérica, destacan las siguientes etapas:
• Litoral mediterráneo (218-170 a. c.): En el contexto de la segunda guerra púnica. La conquista apenas se resistió,
los pueblos tenían un alto grado de desarrollo, por su contacto con los pueblos colonizadores, y asimilaron
rápidamente las formas de vida romanas.
• La Meseta (170-29 a. c.): La geografía del terreno y el bajo desarrollo cultural dificultaron la ocupación. Las
guerras fueron durísimas, destacando las guerras lusitanas y las celtibéricas. Roma atravesó una etapa de guerras
civiles, como la desempeñada por Pompeyo y César, por el poder de la República. Tras la victoria de César, quedó
la zona centro y sur de la Península pacificada.
• La franja cantábrica (29-19 a. c.): Las guerras cántabras fueron dirigidas por César Augusto, pero el control
efectivo y total de los pueblos de la cordillera cantábrica y de los vascones nunca fue del todo efectivo.

2. LA ROMANIZACIÓN DE HISPANIA:La romanización fue un proceso lento y no afectó por igual a toda la
Península. Hispania fue una de las zonas más romanizadas. Los factores influyentes fueron:
2.1. La organización política y administrativa: En el siglo II a.C., el territorio quedó dividido en provincia
Citerior (valle del Ebro, costa mediterránea) y la Ulterior (valle Guadalquivir y resto territorio). Augusto (s. I a.C.)
dividió el Imperio en dos tipos de provincias: las ya conquistadas (Bética), controlada por el Senado y sin
presencia de legiones; y al contrario provincias imperiales (Lusitania y Tarraconensis). División que perduró
durante todo el período imperial. En la crisis del siglo III, se da una nueva división: Bética, Lusitania y
Tarraconensis, de la cual salieron la Carthaginensis y la Gallaecia. En el siglo IV se crearon las provincias
Baleárica y la Mauritania Tingitana. Las provincias eran sometidas y explotadas en beneficio de Roma,
gobernadas por un pretor, del que dependían unos funcionarios encargados de funciones administrativas,
jurídicas, militares o fiscales, asesorados y vigilados por un consilium. El cuestor estaba al frente de la hacienda
provincial y se encargaba de hacer el censo de contribuyentes.
2.2. Vías de comunicación y obras públicas: El Imperio contó con una red de calzadas, ejércitos y
comerciantes. La Vía Augusta transcurría paralela al litoral mediterráneo, unía las principales ciudades entre sí
y con Roma. La Vía Lata unía Asturica, Emerita Augusta y hasta Hispalis. Otra vía unía estas dos pasando por
Caesar Augusta, Virobesca y hasta Asturica. Además existían multitud de vías secundarias y ramales.
Las infraestructuras fueron vitales en la romanización, destacando: obras hidráulicas (puentes de Alcántara y
Mérida, acueducto de Segovia, alcantarillado y complejos termales). También infraestructuras de ocio, como
teatros, anfiteatros, circos, etc., (destacar Cartagena y Mérida).
2.3. Las ciudades: Los romanos transformaron las ciudades en sus órganos de gobierno (dependientes de
Roma). Crearon nuevas ciudades con pobladores romanos, como centros de producción e intercambio. En las
ciudades se ejercía un control del territorio y eran el centro administrativo, jurídico, político y económico de
Hispania. Se copió el modelo urbanístico oficial de Roma, a partir del cruce de las vías del Cardo (de N a S) y el
Decumano (de O a E). Los tipos de ciudades fueron: colonias, fundadas y habitadas por romanos (Emerita
Augusta, Barcino o Tarraco) y ciudades indígenas, son tres tipos:
Las estipendiarias: autónomas en el gobierno interior y sometidas al gobernador romano de la provincia. Regidas
por un pretor y sometidas a un tributo anual o estipendio, aportaban tropas. Las inmunes: no pagaban tributos. Por
último las federadas: acordaban con Roma su independencia. No pagaban tributos y prestaron auxilio a Roma.
2.4. La organización económica: La economía de la Hispania Romana era colonial, los romanos explotaban las
materias y recursos, en Roma se transformaban y volvían como productos manufacturados.
Las tierras conquistadas pertenecían al Estado, que las repartía entre colonos, soldados licenciados e
indígenas sin tierras o las arrendaba. La clase senatorial acaparó latifundios, que se convirtieron en propiedad
privada. Se organizaban en villas,grandes explotaciones agropecuarias trabajadas por esclavos.
En la agricultura, se perfeccionaron los sistemas de cultivo con el regadío y el arado romano. La base de la
producción era la trilogía mediterránea (cereales, vid y olivo). En la pesca destacó la industria de salazones (Bética
y Carthaginensis) con productos como el garum. La producción artesanal se realizaba en pequeños talleres
(cerámica, vidrio, mosaicos). La minería explotaba el oro y la plata de Sierra Morena, el cobre de Río Tinto y el
plomo en Cartagena. Los romanos perfeccionaron las técnicas de extracción, se acuñaba moneda en Roma y en
algunas ciudades hispanas. El comercio se basó en la exportación de vinos, metales y aceite, importándose de
Roma a cambio diversos bienes manufacturados (cerámica, tejidos, armas, productos suntuosos, etc.).
2.5. La organización social: Siguiendo un criterio jurídico, la sociedad se dividía entre:
• hombres libres: los honestiores: clases pudientes y ricos propietarios, una minoría dirigente, los humiliores,
pequeños propietarios, artesanos y campesinos, los no ciudadanos sin derechos políticos y los ciudadanos
romanos colaboraban con Roma e integrados en el mundo romano.
• hombres no libres: los libertos eran esclavos liberados, que mantenían una dependencia con antiguos dueños;
los esclavos fueron la base de la economía, no eran propietarios y su situación era hereditaria.
Según el criterio económico, podemos distinguir entre el patriciado,descendientes de los romanos y de una buena
situación económica. Según su riqueza, pertenecían al orden senatorial, ecuestre o decuriones. Los plebeyos
tuvieron menos poder económico. Muchos de ellos se convirtieron en clientes, pasando a depender de un patricio
a cambio de manutención, cobijo y protección.
2.6 Legado cultural de Roma: El Derecho fue importante en la romanización, tras la protesta de la plebe (450 a.
C.) se redactó el código de las Doce Tablas (hasta s. III a. C). Juristas y pretores fueron adaptando el Derecho a
las nuevas circunstancias y no desapareció al caer el poder político de Roma. Supone la base del derecho actual
en el mundo occidental.
El latín se extendió por todo el territorio y pervivió tras la caída del Imperio, siendo el origen de las lenguas
romances peninsulares. Destacaron en el ámbito cultural personalidades hispanos como el filósofo Séneca, los
emperadores Adriano, Trajano y Teodosio I el Grande.
El patrimonio arquitectónico y artístico es muy rico, con edificios y monumentos civiles como acueductos
(Segovia), murallas (Lugo), puentes (Alcántara), teatros (Mérida, Cartagena), anfiteatros (Itálica), monumentos
funerarios (Torre de los Escipiones), arcos de triunfo (Bará, Medinaceli).
El ejército fue un importante vehículo de romanización, los soldados ayudaron a expandir la lengua, creencias y
costumbres de Roma por todo el Imperio. Muchos campamentos fueron el origen de ciudades como Mérida,
Zaragoza o Barcelona.
2.7. La religión: Se respetaron las creencias, el culto al emperador y a los tres dioses de Roma: Júpiter, Juno y
Minerva (la Tríada Capitolina) era obligatorio. Se practicaba un culto privado a dioses familiares en el larario. En el
siglo III d.C. comenzó a extenderse el cristianismo, que en un principio fue perseguido, pero con el Edicto de Milán
(313) se decretó la libertad religiosa y con el emperador Teodosio se convertiría en la religión oficial del Estado
(380).
CONCLUSIÓN:En conclusión, la romanización dejó un inmenso legado cultural. En el proceso España participó al
asumir su lengua, sus leyes, la huella de sus monumentos, la fundación de ciudades o la división administrativa;
pero a la vez también contribuyó, con sus recursos naturales y legó a Roma la impronta de sus políticos e
intelectuales, una relación recíproca que con el tiempo ha configurado la base de nuestra cultura Occidental.
En el siglo III Roma se enfrentó a una crisis: emperadores pierden autoridad, las fronteras sufren la presión de los
pueblos germanos, la economía se ruralizó…

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