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Proceso de redacción
Requisitos de finalización
Hecho: Ver
Para Daniel Cassany y Antonio García del Toro, redactar es una actividad compleja que se compone de
varias tareas de distintos tipos, desde la toma de conciencia del destinatario, hasta corregir errores
ortográficos de un borrador, o buscar y ordenar ideas (Cassany-García 14, 1999). Lo anterior, supone
que, contrario a lo que muchas personas realizan, redactar va más del ingenio de cortar y pegar, del
esfuerzo de una noche de desvelo o la simple revisión ortográfica que realiza el procesador de textos.
La planificación para muchos participantes es la actividad de calendarizar los días que tienen disponibles
para realizar un documento, de modo que, sólo toman conciencia del tiempo (días/horas), dejando de
lado aspectos indispensables como el analizar el objetivo de la escritura, la realización de una agenda de
ideas a desarrollar, el diseño del contenido y la elección del método de trabajo.
Consiste en tomar conciencia de las circunstancias que llevan a escribir y los intereses sobre el tema.
Para ello, se puede formular de manera escueta el propósito comunicativo, imaginar de manera precisa
a los lectores y elaborar un primer proyecto de texto.
Generar ideas
Consiste en buscar datos que puedan ser útiles para elaborar el texto. No sólo se trata del contenido de
éste, sino también de datos de todo tipo que puedan facilitar el trabajo de redacción.
Elaborar un proyecto
Consiste en preparar un esquema, un guion, en suma, una propuesta concreta del texto a realizar.
Puede realizarse mentalmente, pero es recomendable plasmarlo en un escrito con anotaciones,
correcciones, notas, etc. Es en la elaboración del proyecto en la que se toma en cuenta la elección de un
método de trabajo que incluye la calendarización de actividades.
Para poder llevar a cabo estas tareas dentro del proceso de planificación es necesario que tomemos en
cuenta algunas herramientas de análisis a partir de las concepciones que se han desarrollado a través
del pensamiento crítico.
Es una realidad que en muchas ocasiones nuestras ideas son arbitrarias, distorsionan la realidad, son
parciales, parten de la desinformación y/o se sustentan en prejuicios. Pensamos a partir de prenociones
y actuamos a través de criterios prácticos poco reflexivos.
Derivado de lo anterior, uno de los ejercicios que debes realizar al planificar tus documentos es aplicar
herramientas mediante el pensamiento crítico, que no es más que todo un planteamiento intelectual
producto de análisis, interpretaciones y problematizaciones racionales acerca de las manifestaciones de
la realidad, sus fenómenos, situaciones e ideas, para generar cuestionamientos, juicios y propuestas
orientadas a la promoción de cambios y transformaciones en beneficio de la humanidad (Saladino,
2012).
Los elementos por tomar en cuenta para trabajar nuestro razonamiento bajo el esquema del
pensamiento crítico y que a la vez te ayudarán en la organización y planificación de documentos son los
siguientes.
A continuación presentamos algunas preguntas eje derivadas del pensamiento crítico y que te pueden
ayudar en tu proceso de planificación.
Aunado a los elementos del pensamiento crítico, existen estándares universales que deben usarse para
verificar la calidad del razonamiento sobre un problema, asunto o situación, la finalidad es alcanzar
mejores características intelectuales que se vean reflejadas en documentos de diferentes tipos.
Los autores Richard Paul y Linda Elder señalan como estándares intelectuales universales los siguientes:
Relevancia. Un planteamiento puede ser claro, exacto y preciso pero irrelevante al asunto para
un contexto determinado.
Profundidad. Un enunciado puede ser claro, exacto, preciso y relevante, pero superficial.
Amplitud. Una línea de razonamiento puede ser clara, exacta, precisa, relevante y profunda.
Lógica. Cuando pensamos ordenamos una serie de ideas. Cuando las ideas combinadas se
apoyan entre si y tienen sentido, el pensamiento es lógico. Cuando las ideas combinadas no se
apoyan entre sí, se contradicen o sencillamente no tienen sentido, es que no hay lógica.
Por último, se debe considerar que Paul y Elder señalan que existen características que favorecen el
aprendizaje, fomentan la creatividad y enriquecen intelectualmente a las personas que los poseen. Los
mencionados autores proponen que los estándares intelectuales mencionados se deben aplicar a los
elementos del razonamiento para desarrollar las siguientes características intelectuales:
Humildad intelectual
Estar consciente de los límites del propio conocimiento, teniendo especial cuidado al enfrentarse a
circunstancias en las cuales el propio egocentrismo puede resultar engañoso; prestar atención a
prejuicios, a los sesgos o tendencias y a las limitaciones del punto de vista propio. La humildad
intelectual radica en reconocer que uno no debe pretender que sabe más de lo que realmente sabe. Lo
cual no significa sumisión ni debilidad. Es la carencia de pretensión intelectual, jactancia o presunción
combinada con el reconocimiento de las fundamentaciones lógicas o la carencia de ellas, respecto de las
creencias propias.
Estar consciente de la necesidad de enfrentar y atender con justicia, ideas, creencias o puntos de vista
hacia los que tenemos emociones negativas fuertes y a las que no hemos prestado seria atención. Este
coraje se conecta con el reconocimiento de que algunas ideas que consideramos peligrosas o absurdas
pueden estar justificadas racionalmente (en todo o en parte) y que conclusiones y creencias que nos han
sido inculcadas pueden a veces ser falsas o equivocadas. Para poder determinar por nosotros mismos
qué es qué, no podemos aceptar pasivamente y sin crítica lo que hemos aprendido. Aquí entra en juego
el coraje intelectual ya que, inevitablemente, llegaremos a encontrar alguna verdad en algunas ideas
consideradas peligrosas y absurdas y algún grado de falsedad o distorsión en algunas ideas muy
afianzadas en nuestro grupo social. Necesitamos coraje para ser consecuentes con nuestro propio
pensamiento en estas situaciones.
Empatía intelectual
Autonomía intelectual
Dominar de manera racional los valores y las creencias que uno tiene y las inferencias que uno hace.
Dentro del concepto del pensamiento crítico, lo ideal es aprender a pensar por sí mismo, a dominar su
proceso mental de razonamiento. Implica el compromiso de analizar y evaluar las creencias tomando
como punto de partida la razón y la evidencia; significa cuestionar cuando la razón dice que hay que
cuestionar, creer cuando la razón dice que hay que creer y conformarse cuando así lo dicte la razón.
Integridad intelectual
Reconocer la necesidad de ser honesto con su propio pensamiento; ser consistente en los estándares
intelectuales que aplica; someterse personalmente a los mismos estándares rigurosos de evidencia y de
prueba que se exigen a los antagonistas; practicar con otros lo que se predica y admitir con honestidad
las inconsistencias de pensamiento y acción en las que uno incurre.
Perseverancia intelectual
Estar consciente de la necesidad de utilizar perspicacia intelectual y la verdad aún cuando se tenga que
enfrentar a dificultades, obstáculos y frustraciones. Firme adhesión a los principios racionales a pesar de
la oposición irracional de otros y un sentido de la necesidad de luchar con la confusión y las preguntas
no resueltas durante un período de tiempo considerable para lograr un entendimiento o una
comprensión más profunda.
Confianza en la razón
Confiar que con el tiempo tanto los intereses propios más elevados como los de la humanidad en
general, estarán mejor atendidos si dejamos actuar a la razón; si fomentamos que la gente llegue a sus
propias conclusiones desarrollando sus facultades para razonar; teniendo fe que con el estímulo y el
trabajo adecuados, la gente puede aprender a pensar por ella misma, a construir visiones racionales, a
llegar a conclusiones razonables, a pensar de manera coherente y lógica, a persuadirse los unos a los
otros mediante la razón y a convertirse en personas razonables, a pesar de los obstáculos
profundamente arraigados en el carácter natural de la mente humana y en la sociedad tal como la
conocemos.
Imparcialidad
Estar consciente de tratar de la misma manera todos los puntos de vista, sin preferir los sentimientos o
intereses propios ya establecidos, o los sentimientos o intereses ya establecidos que tengan sus amigos,
su comunidad o su nación. Implica comprometerse con los estándares intelectuales sin que interfieran
las ventajas que uno mismo o su grupo puedan obtener.
A manera de cierre, analiza el siguiente esquema que relaciona los estándares intelectuales y los
elementos para desarrollar las características intelectuales enunciadas: