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PAPEL La revista dominical de EL MUNDO Domingo 22 de octubre de 2023

05

“QUIEN TIENE
de quedar fuera de la escena: ob-scenus.
El exhibicionista ya no se abre la
gabardina, sino que se abre de capa.

ALGO QUE OFRE- Bien haría en taparse las vergüenzas.


Hoy cunde la sinceridad a discreción,

CER NO HABLA
pero yo creo que es mejor practicar la
discreción a secas y guardarse la sinceridad
donde a uno le quepa.

A GRITO PELADO”
P. ¿Le sorprende la interpretación culposa
del silencio?
R. No nos engañemos. Cuando se nos
arenga a que opinemos de todo no se busca
Filosofía. Jorge Freire analiza la que aportemos ideas a la conversación
trivialización de la vida pública en ‘La pública, sino a que nos situemos en el
tablero. El yugo del posiciónese no es más
banalidad del bien’ y alerta del efecto que un sondeo interminable. Se nos obliga a
de tanta cháchara: “Es mejor practicar decir en qué posición estamos a cada
momento. Y, si te niegas, rápidamente te
la discreción y guardarse la sinceridad” caerá la acusación de apolítico, de idiotés.
Lo cierto es que, peor que resguardarse en el
Por Jose María Robles vientre de la ballena, por decirlo con la

E
célebre acusación de Orwell a Henry Miller,
es ser como esos merluzos que vagan en
l Tao Te Ching, compendio de sabiduría china bancos, cómodamente arropados, sin saber
escrito en el año 700 a.C., ya lo advertía: «Los que que en la cámara del buque todas las
hablan no saben, los que saben no hablan». El opiniones valen lo mismo. Me niego a que
pensador Jorge Freire (Madrid, 38 años) cita la me obliguen a opinar sobre aquello que
máxima de Laozi en su recién publicado ensayo, desconozco.
La banalidad del bien (Páginas de espuma). No P. Uno de los fenómenos que explica la
para darse aires de superioridad, sino todo lo contrario: para ‘opinionitis’ aguda es la hipocondría
invitar humildemente a la reflexión a propósito de la verborrea moral. ¿Cómo demostraría que la empatía
incontenible que nos rodea. No obstante, el filósofo va mucho no nos hace mejores personas?
más allá del ruido en su trabajo. R. La empatía, de hecho, nos hace peores
P. Estudia la banalización de la vida pública y la democracia personas. La compasión se alberga,
deliberativa. ¿De dónde procede la amenaza más seria? mientras que la empatía sólo se muestra.
R. De la industria del infoentretenimiento, que de un tiempo a Recordará usted esa parábola bíblica en la
esta parte inunda el debate público con titulares altisonantes y que el rico Epulón manda a paseo al
eventos cataclísmicos. Y esta amenaza consiste en que el mendigo que le interrumpe el banquete.
ciudadano se convierte en mero espectador. Si la llamamos Hoy se habría hecho un selfi con él (y,
democracia deliberativa es porque precisa una deliberación; naturalmente, no le habría dado un euro). La
por eso se aviene a duras penas al ruido y a la interferencia empatía es una forma de escurrir el bulto:
constante. Por otro lado, la banalización de la política es la participamos muy intensamente de los
hiperpolitización. El ciudadano hiperactivo es la caricatura del sentimientos de quienes sufren para limpiar
ciudadano participativo. Está siempre alerta, como la varilla nuestra conciencia y evitar prestarles ayuda.
de un sismógrafo, a los estados de excepción comunicativos ¿No lloró el comandante nazi Rudolf Hess
que se le imponen. Se pasó años quejándose de que la en una ópera que interpretaban prisioneros
democracia no podía reducirse a votar cada cuatro años y de un campo de exterminio? A mayor
ahora se ha conseguido llevar el péndulo al extremo opuesto: empatía, menor compasión.
vivimos en una campaña electoral
permanente. Se busca que la política muera de
éxito: si todo es política, nada lo es.
P. ¿Por qué todo el mundo se empeña en
opinar de todos los temas todo el tiempo?
R. Para los griegos parte de la democracia era
la parresía, la capacidad de poder hablar en
público sin tener que sufrir consecuencias
ominosas por ello. Es decir, poder expresar tu
opinión argumentada, razonada y adulta,
aunque eso rompa el consenso general. Cosa
bien distinta es opinar de todo sin tener ni
puñetera idea, que algunos consideran cosa
muy democrática y que, sin embargo, es la
trivialización misma de lo democrático.
P. ¿A dónde nos lleva semejante cacareo en
el terreno de la moral?
R. A que la palabrería vana se imponga sobre Jorge Freire, autor de ‘La banalidad del bien’. EUROPA PRESS
la praxis. Cuando soltamos muchas
opiniones, luego no podemos hacernos cargo de todas ellas. P. ¿Se puede vivir sólo de puertas para
Con las palabras sucede como con las monedas: que adentro en el siglo XXI?
sufren inflación, se deprecian, pierden valor cuando hay R. Que lo haga quien tenga vocación de
demasiadas. En ocasiones, decía Cioran, toda palabra es una pastilla de alcanfor o de ropa de cama.
palabra de más. Yo creo que basta con no exponerse
P. Denuncia que las buenas acciones han sido sustituidas demasiado. ¿Por qué tengo que aguantar
por el exhibicionismo y los golpes de efecto. En ese canje tus opiniones sobre virología, climatología y
han tenido un papel esencial las redes sociales. Frente a tal balística cada vez que abro Twitter? Como
sobrexposición, ¿cómo de importante ha de ser el pudor en decía el Arcipreste, el buen callar 100
nuestra vida diaria? ¿Cree que deberíamos tener un mayor sueldos vale en toda plaza. Quien tiene algo
sentido de la vergüenza (o del ridículo) en la proyección que ofrecer no habla a grito pelado en la
pública y el comportamiento ciudadano? plaza pública. Ni se esconde ni se aísla, pero
R. Hay una cierta obscenidad en esta pretensión de exponerse tampoco cae en el exhibicionismo. El buen
todo el rato. Lo obsceno es, etimológicamente, aquello que ha paño en el arca se vende.

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