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DAVID OUBIÑA

UNA
WGUETERÍA
FILOSÓFICA

Cine, cronofotografia
y arte digital

_,,,,,,,,.- -•.

MANANTIAL
Buenos Aires
índice

9
Introducció.n...........•.••••• 9
•················································ El reino de las 17
sombras .........................••••••••••••••·•·•····
La materia fantasma............................................•.•.••·••••
27
l. Los modernos Prometeos ........................................•.. • 27
La velocidad, las máquinas, el futuro.......................... 39
Ilusiones ópticasy desmontaje cinético ......................
53
2. Muybridgey Marey.................................................... 53
La accióno el pensamiento ......................................... 56
Cómo galopa un caballo.............................................
El arte del movimiento: tradición 68
y modernidad............................................................
Imágenes en movimiento, imágenes 83
del movimiento.........................................................
95
3. Mapas cronofotográficos....................................·........ 95
escribir la percepción................................................ 103
na forma que piensa..............................····················

7
La detención y el movimiento..........................................112
El gesto del video.............................................................120 ..
Introducción
Coda·················································································
131
Bibliografia......................................................................
135
Líneas de tiempo .............................................................
140

EL REINO DE LAS SOMBRAS

La escena es conocida y ha sido mencionada muchas


veces, como si pudiera condensar todo el asombro que
experi mentaron los primeros espectadores del
cinematógrafo. En 1896, el escritor Máximo Gorlci asiste a
una función de "las fotografias animadas" de los hermanos
Lumiere y deja su tes timonio:

La noche pasada estuve en el Reino de las sombras. Si supie


sen lo extraño que es sentirse en él. Un mundo sin sonido, sin
color. Todas las cosas -la tierra, los árboles, la gente, el agua y
el aire- están imbuidas allí de un cielo gris, grises ojos en
medio de rostros grises y, en los árboles, hojas de un gris
ceniza. No es la vida sino su sombra, no es el movimiento sino
su espectro silen cioso [...). Y en medio de todo, un silencio
extraño, sin que se escuche el rumor de las ruedas, el sonido de
los pasos o de las voces. Nada. Ni una sola nota de esa confusa
sinfonía que acom paña siempre los movimientos de las
personas. Calladamente, el follaje gris ceniza de los árboles se
balancea con el viento y las grises siluetas de las personas, se
diría que condenadas al eterno silencio y cruelmente castigadas
al ser privadas de todos los colo-
8 9

L
res de la vida, se deslizan en silencio sobre un suelo gris(...]. Esta
vida, gris y muda, acaba por trastornarte y deprimirte. Parece que
transmite una advertencia, cargada de vago pero siniestro sentido bro sobrenatural y el racionalismo práctico. Esa doble
ante la cual tu corazón se estremece. Te olvidas de dónde estás'. naturale za le confería su atractivo: una fonna controlada del
Extrañas imaginaciones invaden la mente y la conciencia empie miedo ante lo desconocido y el más allá. Los propios
za a debilitarse y a obnubilarse...1 ilusionistas afirmaban que sus actos servían para desacreditar
las supersticiones pero, a la vez, no dejaban de aprovechar el
efecto espeluznante pro vocado por el espectáculo. ¿El show
Hay algo fantasmagórico en la descripción de Gorki: el
permitía desmontar las cre encias vulgares sobre aparecidos o
mundo que se proyecta sobre la pantalla parece habitado por
les daba una forma más concreta? En realidad, esa
zombies. Como si, por el hecho de registrarlo, la cámara lo
ambivalencia es fundamental. "La fantasmagoría -dice
deja ra exangüe o como si las imágenes pudieran capturar las
Adorno- surge cuando, bajo las restriccio nes de sus propias
formas pero a costa de absorber toda su vitalidad. El
limitaciones, los más novedosos productos de la modernidad se
aprovechamiento de la dimensión espectral con fines de
acercan a lo arcaico. Cada paso hacia adelan te es, al mismo
espectáculo no era, por supuesto, algo nuevo. Entre fines del
tiempo, un paso hacia el pasado remoto. A medi da que la
siglo XVIII y mediados del siglo XIX, lafantasmagoría se sociedad burguesa avanza, descubre que necesita su propio
había difundido ampliamen te como un género dramático -a camuflaje de la ilusión simplemente para poder subsis tir".2
mitad de camino entre la repre sentación teatral y el show de El éxito de las fantasmagorías radicaba en la notable per
ilusionismo- que ponía en escena relatos góticos apoyados en fección del ilusionismo. No era tanto el engaño sino el
trucos y efectos especiales. Paul Philidor (nombre artístico de asombro ante eso que no puede ser real pero que ha sido
Paul de Philipsthal) y Étienne Gaspar Robert (que se admirablemente fraguado. Aunque, a primera vista, el caso del
presentaba bajo el seudónimo de Étienne Robertson) se habían cine podría pen sarse como una continuación de los
hecho famosos asustando a los públicos de Europa con su espectáculos de fantasma goría, para Gorlci es un fenómeno
repertorio de imágenes terroríficas de monstruos, fantasmas, diferente. Sobre todo porque aquí no se trata de imágenes
demonios y esqueletos varios [figura 1]. Siguiendo el modelo irreales que parecen verdaderas gracias a una tramoya
de espectáculo ideado por Philidor, Robertson había patentado, escénica; lo que el proyector de cine muestra existió en la
en 1799, elfantascopio: una linterna mágica modifi cada que realidad antes de serle arrebatado. Al escritor lo perturba el
podía desplazarse y proyectar figuras inmateriales agi tándose usufructo escandaloso que la máquina hace de las personas y
sobre vidrios, humo o superficies traslúcidas para que las cosas para condenarlas a un mundo de pesádilla.
interactuasen con intérpretes reales sobre el escenario. La fan Curiosamente, lo que le llama la atención no es la precisa
tasmagoría oscilaba entre la magia y la ciencia, entre el asom- reproducción de los movimientos sino el carácter espec tral de
las figuras. La notable capacidad analógica del invento

1. M ximo Gorki, "El reino de las sombras", en Harry Geduld,


escritores frente al cine, Madrid, Fundamentos, 1981, págs. 17- 2. Citado en Andreas Huyssen, After the Great Divide. Moder
nism, Mass Culture, Postmodernism, Bloomington e lndianápolis,
Indiana University Press, 1986, pág. 40.

10 11
L
de los Lumiere no hace más que resaltar la distancia entre
ese mundo y el nuestro: es su reconocible familiaridad lo que
t 1
2

lo vuelve extraño. "No es la vida sino su sombra", dice Gorki,


por que faltan los colores y los sonidos. No resulta extraño,
por lo tanto, que esas imágenes temblorosas se muestren tan
hipnóti cas como inquietantes. Son siniestras, en el sentido
freudiano del ténnino. Y eso es lo que las vuelve
atemorizadoras, admo nitorias, amenazantes. Igual que
lasfotografias de espíritus, tan comunes en esa época.
Muchos años después, Roland Barthes hará referencia al
spectrum de las fotos para referirse a esa "especie de pequeño
simulacro, de eidólon emitido por el obje to" cuando es
capturado sobre una placa sensible. Barthes escri be spectrum
"porque esta palabra mantiene a través de su raíz una relación
con 'espectáculo' y le añade ese algo terrible que hay en toda
fotografía: el retomo de lo muerto".3
Es cierto que el análisis de Barthes se concentra sobre las
imágenes fotográficas, pero en este punto conviene recordar
que el cine (y sobre todo el cine que ve Gorki) es, después de
todo, una sucesión de fotografías animadas. Gorki, en efecto,
no se encandila ni se deja engañar por el ingenioso
dispositivo sino que se obsesiona con algo inefable que, por
detrás de esos movimientos perfectos, viene a perturbar las
delicias de la ilu sión y del asombro. Estas imágenes del
cine, que -como un espejismo o una alucinación- brillan por
un momento frente a los ojos y luego se desvanecen
rápidamente en la oscuridad de la sala, son el resultado de un
largo proceso de experimenta
ción fotográfica sobre la descomposición y el análisis del
movimiento a lo largo del siglo XIX. Al cabo de esos
experi mentos de artistas y científicos no sólo surgirá la
magia del film sino que, en su reverso, se habrá desplegado
también el

3. Roland Barthes, La cámara lúcida. Nota sobre la fotografía,


Buenos Aires, Paidós, 1997, págs. 38-39.
rostro falso o malévolo del prestidigitador. Y así como fácil mente
pueden exhibir un fiel retrato del mundo, las fotografias instantáneas
L
también revelan la vida oculta de lo real. Como un cuerpo
desmembrado, el movimiento ha quedado sometido a una serie de
torsiones y disecciones. Las acciones más natura les, más simples y
más espontáneas han perdido toda inocen cia. Para siempre. Ya no se
trata de una planicie gentil sino de una mera fachada detrás de la cual
se agitan designios miste riosos. Los gestos dejan de ser una
continuidad lisa y plena para convertirse en una cavidad compuesta
por infinitas rugo sidades. El cine ha tenido que olvidar esas
evidencias; pero, en algún lugar, las imágenes conservan la memoria
de eso que podrían haber sido. Y bastaría con observarlas
detenidamente, sustrayéndose a la velocidad que impone la sucesión,
para empezar a descubrir por qué Gorki se estremece ante las esce nas
filmadas como si se hubiera topado con un ejército de almas en pena.
En Austerlitz, la novela de W. G. Sebald, se hace referen
cia a una película filmada por los nazis en 1944 como parte de la
"Campaña de embellecimiento" prevista para recibir a la comisión de
la Cruz Roja que debía inspeccionar las condicio nes del campo de
Theresienstadt. El programa de saneamiento convirtió ese centro de
exterminio en una ciudad modelo que parecía salida de un cuento de
hadas. Se camuflaron las barra cas miserables, se escondió a los
enfermos, se enviaron al Este siete mil quinientas personas de las
menos presentables, se limpiaron las aceras, se maquilló a los
prisioneros para que parecieran saludables y se les dio ropa adecuada.
Allí en don de había reinado el horror, ahora había un vergel habitado
por personas amables y felices que trabajaban alegremente, pasea ban
por calles arboladas, se sentaban en un café bajo la sombra
• fresca de las sombrillas y disfrutaban de conciertos o repre sentaciones
teatrales. Todo eso se mostraba en la película de catorce minutos que
filmaron los alemanes y que, años des-

13
.. """\ ...
pués, Austerlitz consigue ver en el Imperial War Museum. Tie
especie de mundo subterráneo, por decirlo así, a profundidades
ne la esperanza de encontrar a su madre entre las mujeres
aterradoras, dijo Austerlitz, a las que jamás ha descendido ningu
que transitan por esos planos fugaces, así que contempla el na voz humana.4
film una y otra vez aunque sin ninguna fortuna.

La imposibilidad de ver mejor las imágenes que, en cierto De manera sorprendente y milagrosa, la cámara lenta reve
modo, se desvanecían ya al aparecer, dijo Austerlitz, me condujo la aquello que los nazis pretendieron ocultar. Como un lapsus
finalmente a la idea de encargar una copia a cámara lenta del del film, de pronto queda al descubierto de la forma más impú
frag mento de Theresienstadt, que se extendiera a una hora dica eso que estaba en las imágenes y que no alcanzaba a ver
entera, y realmente, en ese documento, cuatro veces más largo, se a la velocidad normal. Todo un mundo espeluznante
que desde entonces he visto una y otra vez, se veían cosas y asciende a la superficie. Es cierto que no se ven las torturas,
personas que hasta entonces se me habían ocultado. Ahora las cámaras de gas, los cuerpos arrasados, el exterminio; pero
parecía como si los hombres y mujeres trabajaran en sueños en repentinamente, está todo claro: el mensaje secreto escrito con
los talleres, tanto tiempo hacía falta para que, al coser, levantaran tinta invisible se vuelve transparente y, entonces, esas imáge
en alto la aguja con el hilo, tan pesadamente dejaban caer sus nes que querían ser plácidas ya no pueden contener el horror
párpados, tan lenta mente se movían sus labios y levantaban los que las desborda. El cambio de velocidad basta para denunciar
ojos hacia la cáma ra. Al andar parecían flotar, como si sus pies la impostura (como si fuese uno de esos mensajes satánicos
no tocaran ya el suelo. Las formas de los cuerpos se habían que deberían escucharse en ciertos discos pasados al revés). El
vuelto borrosas y, especialmente en las escenas rodadas afuera, a ejemplo de Austerlitz es, sin duda, brutal. Pero interesa aquí
la clara luz del día, se habían difuminado en los bordes, como los porque muestra, de una manera exacerbada, que toda imagen
contornos de la mano humana en las fotos fluidales y del movimiento registra no sólo la fluidez, la armonía y la con
electrografias hechas en París por Luis Draget a comienzos de tinuidad sino también ese otro mundo subterráneo y perturba
siglo. Los numerosos pasa jes dañados de la cinta, que antes dor que sostiene a lo visible.
apenas había notado, se fundían ahora en una imagen, la
Habría que hacer la prueba de pasar en cámara lenta La
disolvían y hacían surgir dibujos de un blanco claro, salpicado de
salida de los obreros de la fábrica (La Sortie d'usine, Louis y
manchas negras, que me recordaron las tomas aéreas del extremo
norte o, mejor, lo que se ve en una gota de agua con el
Auguste Lumiere, 1895): tal vez, al observar los movimientos
microscopio. Lo más inquietante, sin embargo, dijo Austerlitz, bajo otra luz, descubriríamos que esos hombres y mujeres en
fue la transformación de los ruidos en la versión a cámara lenta. apariencia felices son prisioneros a quienes se les ha concedi
En una secuencia breve al principio mismo, en la que se ve la do unas pocas horas de libertad. Al fin y al cabo, el mecanis
elaboración del hierro al rojo en una herrería y el herrado de un mo de aniquilación en masa no es del todo ajeno al modelo
buey de tiro, la alegre polka de algún compositor de operetas fabril de producción en serie. Aunque los Lumiere no tuvieran
austríaco que puede oírse en la banda de sonido de la copia
berlinesa se ha convertido en una marcha fúnebre que se arrastra
con lentitud francamente grotesca, y también las otras ieza_s 4. W. G. Sebald, Austerlitz, Barcelona, Anagrama, 2002, págs. 247-250.
musicales añadidas a la película, entre las que sólo pude
1dent1ficar el cancán de La Vie Parisienne y el scherzo de El
sue ño de una noche de verano de Mendelssohn, se mueven en
una 15

14
l J -
que ocultar crímenes tan terribles como los del film de There cientemente aparece en lugar de un espacio que el hombre ha ela
sienstadt, no dejan de ser culpables de haber pasado por el borado con conciencia. Es corriente, por ejemplo, que alguien se
des pedazamiento del tiempo y la mutilación de los dé cuenta, aunque sólo sea a grandes rasgos, de la manera de
movimientos para luego ensamblarlos como el doctor andar de las gentes, pero seguro que no sabe nada de su actitud
Frankenstein en un cuerpo que se nos parece pero que, a la en esa fracción de segundo en que se alarga el paso. La
vez, resulta terrible. Algo de eso intuye Gorki. No es fotografia en cambio la hace patente con sus medios auxiliares,
necesario descender hasta los campos de exterminio para con el retarda dor, con los aumentos. Sólo gracias a ella
percibimos ese incons ciente óptico, igual que sólo gracias al
advertir que hay algo diabólico en toda imagen animada. Si
psicoanálisis percibimos el inconsciente pulsiona!.5
resulta sorprendente, eso se debe, también, a que es
aterradora. ¿Por qué, si no, los hombres pri mitivos temen que
se les quite el alma cuando son fotografia dos? ¿Y cómo no LA MATERIA FANTASMA
intimidarse ante ese artefacto que puede capturar la vida en
movimiento (la vida en movimiento, es decir: ese dibujo La promesa del cine fue siempre la posibilidad de capturar
etéreo y fugaz que se borra con el mismo tra zo que lo el tiempo. Es decir: apresar lo efímero, el instante que huye.
inscribe en el aire) para volver a proyectarla sobre la tela una Pero a la vez, y ésta es su gran paradoja, sólo puede hacerlo
y otra vez, como si fuera una mariposa pinchada con alfileres fijándolo, es decir inmovilizándolo. Bazin afirma que en el ori
que, sin embargo, todavía aletea desesperadamente? gen de la pintura y de la escultura está el complejo de la momia
En gran medida, la novedad de la fotografía y del cine (ya que "la muerte no es más que la victoria del tiempo" y, por
con siste en su capacidad para percibir y fijar lo involuntario, lo tanto, "fijar artificialmente las apariencias carnales de un ser
la contingencia, lo inesperado. En una pintura todo está puesto supone sacarlo de la corriente del tiempo y arrimarlo a la ori
en escena, todo es -digamos- posado. Nadie es sorprendido lla de la vida"). Si eso es así, entonces, la tecnología fotográfi
sino que siempre se puede elegir el gesto más oportuno, el ca permitiría embalsamar el instante y el cine sería "algo así
mejor perfil. En la foto, en cambio, hay un elemento de azar como la momificación del cambio", puesto que permite reali
que emerge aun en la puesta en escena más controlada. Eso zar en el tiempo las ambiciones de la fotografía: da una imagen
es lo que, en un comienzo, intimida a las personas frente a la de las cosas que es también la de su duración.6 Del instante a
cáma ra: recelan de ese escrutinio porque temen ser la duración; entonces. Mientras la fotografía muestra lo que ha
sorprendidas en algo que quisieran ocultar o disimular (en sido y ya no es (Barthes dice el "haber-estado-ahí"), el cine
cualquier caso: como si la foto pudiera revelar un aspecto de
sí mismas que ellas no gobiernan e incluso ignoran). Ese
aparato infernal pue de leer la mente para dejar al descubierto 5. Walter Benjamín, "Pequeña historia de la fotografía", en Dis
los pensamientos y cursos interrumpidos 1, Buenos Aires, Taurus, 1989, pág. 67.
6. André Bazin, "Ontología de la imagen fotográfica", en ¿Qué es
deseos más íntimos. Por esa razón, Benjamín sostiene que toda
el cine?, Madrid, Rialp, 1990. Las citas de este párrafo corresponden
fotografia alberga un inconsciente óptico:
a págs. 23 y 29.
La_ quehabla a la cámara es distinta de la que
habla 17
ª los OJos; d1stmta sobre todo porque un espacio elaborado incons-
'\

16
1
8

representa la experiencia de un presente permanentemente


actualizado cada vez que se proyecta el film (ya que, como
sostiene Metz, reproducir el movimiento implica re-
producir
/o, es decir, volver a producirlo, hacer que vuelva a tener
lugar).7
El observador de una fotografia es transportado hacia el
momento en que ese instante se imprimió sobre el material
sensible; el espectador de cine, en cambio, experimenta una y
otra vez la escena que tiene lugar ante sus ojos. Ciertamente
hay algo de "espectral" (en el sentido barthesiano) en la
secuencia filmada, así como la rememoración fotográfica
implica volver a vivir un momento que parecía pretérito.
Nadie se engaña, por supuesto, hasta el punto de confundir la
representación con la cosa real. Pero de todos modos, esa
vivencia que permite superponer dos temporalidades tiene, en
el cine, algo de literal: hay, al menos, una dimensión de lo
representado que no precisa recurrir al sentido figurado sino
que vuelve a tener lugar ante nuestros ojos. Tal vez no la
esce
na. pero sí su duración. La escena (en su carácter conceptual,
digamos, si esta desagregación fuera posible en la imagen
cinematográfica) pertenece al orden de lo espectral pero su
duración y su mo"imiento son siempre actuales. El espanto de
Gom ante la pantalla está motivado por esa doble propiedad:
el carácter feérico de la imagen y la inmediatez de su movi
miento. Lo que le produce escalofríos no es el simuJacro
foto gráfico sino el hecho pasmoso de que ese universo
artificial
cobre \ida.

7. Véame, Rolmd Bartbes. ""Retórica de la imagen", en Lo obvio


-•·loobhuo. Ban:elooa, Paidós. 1986, pág. 41 y Christian Metz, "Acer-
ca de la · ·· de _,;.1-..1 ·
.. UDpreslóo • en el eme''. Ensayos sobre la signi-
J,,,.,._. ._.,.,.. a el d., Buenos Aics. en Tiempo contem..,;.,.¿-..,. 1973 pág
52. ........ , ' .
\. ..J El cine nos presenta un simulacro de tiempo.8

Debido a esta capacidad para producir un movimiento con


tinuo a partir de imágenes discontinuas, la constitución del
Entonces, la impresión de realidad que promueve el cine viene dada, en gran
tiempo fílmico parecía plantear e incluso resolver la antigua
medida, por su capacidad para reproducir (es decir: para volver a producir, para
disputa filosófica a propósito de las aporías de Zenón de
hacer que se produzca nuevamente, en tiempo presente y ante nuestros ojos) el
Elea. Zenón pretende demostrar, por reducción al absurdo,
movi miento. Cuando una imagen es proyectada a la misma veloci dad con que
la imposibilidad del cambio: dado que el movimiento es
fue registrada, se desarrolla en tiempo real. Según explica Mary Ann Doanne:
infini tamente divisible, en consecuencia, todo
desplazamiento se convierte en su propia negación. La
Ese tiempo real está definido por una plenitud aparente. Nin guna ausencia o
pérdida de tiempo es visible para el ojo o accesi ble para el espectador. Pero esa flecha que el arquero dis-
continuidad temporal está, de hecho, obsesionada por la ausencia, por el extravío
de tiempo representado en la división entre fotogramas. Durante la proyec ción de
un film, el espectador permanece en una inadvertida oscu ridad durante casi el 8. Mary Ann Doane, The Emergence of Cinematic Time. Moder
cuarenta por ciento del tiempo de proyección. Por lo tanto, mucho del nity, Contingency, The Archive, Cambridge, Harvard University
movimiento o del tiempo supuestamente registrado por la cámara simplemente no Press, 2002, pág. 172.
está ahí sino extraviado en los intersticios entre fotogramas. Estos inters ticios,
cruciales para la representación del movimiento, deben permanecer inadvertidos.
19
para nunca dará en el blanco porq_ue, en cad_a instante en que
por cada nuevo rey; el cetro, mutilado por dinastías, persiste
se la tome, se halla en reposo y, s1 eso es as,, entonces nunca
aún.) Mi opinión. después de las calificadlsimas que he pre
avanza: puesto que en cada punto de su recorrido está inmó sentado. corre el doble riesgo de parecer impertinente y tri
vil, permanecerá inmóvil durante todo el tiempo en que pare vial. La fonnularé, sin embargo: Zenón es incontestable,
cería estar moviéndose. En otra de las paradojas se establece salvo que confesemos la idealidad del espacio y del tiempo.
que el hombre que intenta caminar desde una punta a la otra Acep temos el idealismo, aceptemos el crecimiento concreto
de un estadio nunca llegará a destino porque, para cubrir la de lo percibido, y eludiremos la pululación de abismos de la
distancia necesaria, primero debe recorrer la mitad de esa dis para doja.
tancia y, antes que eso, la mitad de la mitad, y antes, incluso, ¿Tocar a nuestro concepto del universo, por ese pedacito
la mitad de la mitad de la mitad, y así hasta el infinito. De la de tiniebla griega?, interrogará mi lector.
misma manera, aunque Aquiles corre diez veces más rápido
Jorge Luis Borges
que la tortuga, como le da diez metros de ventaja, nunca Discusión, 1932
podrá alcanzarla. Porque cuando él haga diez metros, ella
habrá avanzado un metro; cuando él haga ese metro, ella
habrá avan zado un decímetro; cuando él haga ese decímetro, No debería sorprender -dice Doane- que una obsesión con
ella habrá avanzado un centímetro. Aquiles podrá correr los límites de las paradojas de Zenón haya sido resucitada en la
eternamente y acercarse cada vez más a la tortuga, pero modernidad, o en la estela del surgimiento del cine. Porque, en
siempre pennanecerá separado de ella. Así, cualquier noción la modernidad, el tiempo parece cambiar sus contornos, volverse
de continuidad resulta más insistentemente presente como problema, quedar sujeto a la
irreal ya que está hecha de una acumulación de discontinuida aceleración y la manipulación. Los sistemas de representación
des. (el arte, la literatura) se ocupan de lo efimero, de lo contingente,
del momento. La confianza en cualquier universalidad o
eternidad estática resulta disminuida. Y, en este contexto, el cine
parece ofrecer una respuesta directa a Zenón al insistir en que el
LA PERPETUA CARRERA DE AQUILES Y LA TORTUGA movi miento puede ciertamente nacer de la inmovilidad. El cine
fun ciona obliterando el fotograma, aniquilando lo estático.
La p radoja de Zenón de Elea, según indicó James, es aten1:3tona no solamente a laParecería
realidad del espacio,
extraer una sino a la más mágica
continuidad invulnerable
de lo Y fina
que se del
sabetiempo.
que Agrego q
es discon tinuo.9 =po11c16n e1, mediante la so

En efecto, en cierto sentido, el cine puede ser pe118ado tan


to como una puesta en escena o como una impugnación de
la, aporías de Zenón. ¿Son los films una demostración práctica
de

:;:¿
lla Y 1 mata. (Hay otros etcarmientos anti¡uo, con,tra el
de &an alev palabra: hay la leyenda china del
otreye, de L1an¡. que era ditminuido en una mitad 9. !bid., pá¡. J76.

20 21
- que el movimiento sólo es posible como ilusión (dado que
no hay tal movimiento allí donde creemos verlo) o, acaso, la
....
espectador -como sostiene Deleuze-, no tiene sentido pensar
en la discontinuidad (que la cámara produce y que el
prue ba irrefutable de que Zenón estaba equivocado (ya que proyector corrige) sino que la duración debe ser aceptada
el movimiento puede nacer de una sucesión de momentos como la evolu ción en el tiempo de una escena o una figura.
inmó No se trata de cortes inmóviles más tiempo abstracto sino de
viles)? cortes móviles. Por lo tanto, al ser proyectados, esos cortes
Por un lado, es cierto que el movimiento resulta indivisible móviles no repro ducen una mera sucesión de fotogramas: lo
-como sostiene Bergson- ya que supone un cambio cualitativo que tiene lugar es el movimiento mismo.
y no cuantitativo. No hay que confundir la trayectoria de un Ambas explicaciones pueden resultar claramente razona
móvil con su desplazamiento. La trayectoria es por supuesto bles y, a la vez, fácilmente refutables. En uno y en otro caso,
divisible, pero ella no es más que la huella del movimiento, su para admitir una explicación debe negarse lo que también es
inscripción espacial. El movimiento es una transición y no una evidente. Es cierto que el cine debe someter los movimientos
serie de estados acumulativos. Por lo tanto, cualquier intento a la fragmentación y la detención para poder registrarlos.
por reconstruir el cambio implica un absurdo: el de un movi También es cierto que la proyección sutura esa
miento hecho de una sumatoria imposible de estados inmóviles. discontinuidad y reconstruye un flujo inmediatamente
perceptible para el espectador. Pero tal vez, más que elegir
Así sería si suponemos que la flecha puede estar alguna vez entre una y otra pos tura, se trata de aceptar que lo que el cine
en un punto de su recorrido. Y también si la flecha, que es algo
tiene de perturbador y de original consiste en esa doble
móvil, coincidiese alguna vez con una posición, que es inmovili
dimensión. Corno en esos dibujos mágicos que presentan dos
dad. Pero la flecha no está nunca en ningún punto de su recorrido
figuras o dos perspectivas contradictorias que nunca pueden
(...). La verdad es que si la flecha parte del punto A para caer en
el punto B, su movimiento AB, como movimiento, es tan simple
ser vistas simultáneamente pero que, sin embargo, forman
y tan indescomponible como la tensión del arco que la ha lanza do. parte de la misma composi ción. O se mira una o se mira la
Lo mismo que los proyectiles de cañón que explotan antes de tocar otra. Ver una es anular la otra. Y al mismo tiempo, no es
el suelo, llenando de invisible peligro toda la zona de explo sión, posible observar una silueta sin la sensación de que algo falta,
as[ la flecha que va de A a B despliega de una sola vez, aun sin la sospecha de que el dibujo está incompleto. Quizá,
que en una determinada extensión de duración, su indivisible entonces, el sentido último de las apo rías de Zenón no sea
movilidad.'º
demostrar que lo evidente es imposible (a saber: que el
movimiento no existe), sino que es mucho más complejo que
Pero P?r _otro lad_o, también es innegable que lo que lo que se advierte a simple vista. Es obvio que la flecha se
vemos es el mov1m1ento mismo. No se trata de un espejismo mueve hacia el blanco cuando es arrojada por el arquero; pero
sino de la realidad del tiempo en estado puro. Desde la también parece una explicación facilista supo ner que, dado
perspectiva del que eso es inmediatamente comprobable, no requiere de
ninguna indagatoria, interpelación o cuestiona miento.
Continuidad o discontinuidad, fluidez o detención, visibili-
lO. Henri Bergson, La evolución creadora, Madrid, Espasa-Cal
pe, 1973, pág. 269.

22 23
dad u transición o acumulación, plenitud o ilusión: coles hemos rodado una escena a pleno sol con la Geva 36.
'd d , A
oscun a
fambas
ilmado. . si·ones están presentes en cada momento todos les pareció asquerosa. Para mí es bastante extraordina
. d1 men .

El e me,
l o general, ha hecho todo lo posible por olvidar ese ria. Es la primera vez que se fuerza a la película a mostrar
por
faceta
do s ·geny se ha empeñado en celeb. rar una, de sus
ble .on todas sus posibilidades, obligándola a hacer aquello para lo
· el
como s1 captodo
ac1- Es decir' ha considerado .solo la que no fue fabricada. Es como si sufriera al ser explotada
fu a . · has
e r
tura, desestimando ese cuarenta por ciento del. soujJle, 1960), su primera película, ya había escrito: "El miér-
tiern-dad de su asamos a oscuras frente a la pan talla. Como s1
q p ,
fuera rte de la visibilidad perfecta que vendna a refutar de
mane- ª ruasnimple la aporía de Zenón. Momificac1on
·' d 1
e ca 1
b '
d '
0, ec' .a
Bazin. y habría que entenderlo literalmente: camb10 y momia
a la vez. Es posible hacer surgir la continuidad a partir de la
discontinuidad. Sin duda. Pero la afirmación sería incompleta
si no se piensa que es un resultado paradójic : no una a pesar
de la otra en un vínculo de negación simple, smo cada una
ace chada por la otra en un juego complejo y contradictorio
de atracción o rechazo. Mientras que el cine mainstream ha
apro vechado la capacidad afirmativa de los films para
convalidar la percepción convencional, la relación del cine con
las vanguar dias y la experimentación, en cambio, ha permitido
investigar las posibilidades críticas que también habitan en
una imagen.
En algún momento de Historia(s) del cine (Histoire(s) du
cinéma, 1988-1998), Godard explica: "En 1932 el holandés
Jean Ort estudia las estrellas / que se desvían de la vía láctea
/ pronto, como estaba previsto, la gravedad las devuelve a su
lugar/ estudiando las posiciones / y la velocidad de esas estre
llas repatriadas / Ort pudo calcular la masa de nuestra galaxia
/ imaginemos su sorpresa / al descubrir que la materia visible
no representaba más que el cincuenta por ciento de la masa
necesaria para el despliegue / de una fuerza de gravedad
semejante / ¿adónde se había ido entonces la otra mitad del
universo?/ la materia fantasma había nacido/ omnipresente/
pero invisible". No es, sin embargo, una preocupación tardía.
Muchos años antes, cuando rodaba Sin aliento (Á bout de
ta el límite de sus posibilidades".11 De un extremo cronofotógrafos cuando experimentaban sobre la
al otro, el cine de Godard ha estado siempre descomposición analítica del movimiento. En verdad, el cine
obsesionado por iluminar el reverso de todo lo supo desde siempre aunque eso fue tempranamente
discurso que impone autoritariamente su dominio. silenciado, como un linaje indigno que debía permanecer
Puesto que no hay hegemonía sin exclusión de la oculto al mostrarse en sociedad. Pero cuan do es capturada en
disidencia, el trabajo del cineasta consiste en su propio reverso, en su negatividad, la ima gen
reponer aquello que la institución cinematográfica cinematográfica revela su carácter no reconciliado. Y, por lo
necesita borrar para soste nerse. Se trata, en efecto, tanto, su•afán didáctico que enseña a ver todo de nuevo.
de forzar los materiales para denun ciar que esa Como dice Godard: "Es la historia de Marey, que había
supuesta totalidad es incompleta y encontrar la filma do la descomposición de los movimientos de los
materia fantasma que se ha extraviado en el caballos, y cuando le hablaron de la invención de Lumiere,
camino. dijo: 'Es com pletamente imbécil. ¿Por qué filmar a la
Esa materia fantasma es la que intuye Gorki por velocidad normal eso
detrás de la aparente amabilidad y lisura de las
imágenes. Y es, también, la que emerge
impúdicamente cuando Austerlitz ralenta la pro 11. Citado en Suzanne Li&ndrat-Guigues y Jean-Louis Leutrat,
yección del film sobre los campos de concentración. Jean-Luc Godard, Madrid, Cátedra, 1994, pág. 38.
Se trata de la potencia que habían descubierto los

24 25
os oios? No veo cuál podría ser el interés 1. Los modernos Prometeos
e vemos con nuestr
.qu J • , • fi .
bulante' Entonces, la maquina e ect1va-
ed una máqu111a
i: am
ntre Lumiere y· Marey. Hay que volver a empezar
mente 1 a11a e
desde ahí".12

LA VELOCIDAD, LAS MÁQUINAS, EL FUTURO

André Bazin afirma que el cine es un fenómeno idealista:


"No le debe casi nada al espíritu científico. Sus padres no han
sido sabios (si se exceptúa a Marey, aunque es significativo
que Marey se interesase por el análisis del movimiento y no
por el proceso inverso que permitía reconstruirlo). Incluso
Edison no es más que un gran habilidoso, un gigante de los
concursos Lépi ne. Niepce, Muybridge, Leroy, Joly, Demeny,
Louis Lumiere incluso, no son más que monomaníacos,
habilidosos o, en el mejor de los casos, industriales ingeniosos.
En cuanto al mara villoso, al sublime E. Reynaud, ¿quién no
advierte que sus dibu jos animados son el resultado de
perseguir tenazmente una idea fija? Seria un error dar cuenta
del descubrimiento del cine par tiendo de los hallazgos técnicos
que lo han permitido".1 Es decir que la técnica no viene a
fundar una imaginación cinematográ fica sino que,
simplemente, la habilita. Las ideas ya estaban ahí y el
desarrollo tecnológico, como un catalizador, les ha permiti-

Jea;- !: o uacrdGo( ard, '/'Propos rompus", en Jean-Luc Godard par


,ame : 1950-1984') • p, e h.
1998, pág. 467. l. André Bazin, "El mito del cine total", en ¿Qué es el cine?, op.
ans, a 1ers du éma, cit., págs. 33-34.
.
cm
26 27
do concretarse. Aventureros codiciosos, tenaces entrepreneurs
Esa imaginaria mujer-robot no es muy diferente de los
hombres de negocios o diletantes, los precursores del cinc son:
organismos maquínicos a los que aspira la utopía fisiológica de
antetodo, profetas. Como prueba de esto, a menudo se ha cita Marcy y. de hecho, algunas sentencias del texto bien podrían
do (Bazin también lo hace) el ejemplo de la EvaJútura ( 1880), haber sido pronunciadas por el científico real: "Es de creer
la novela de Villiers de l'Isle-Adam que es contemporánea de que estamos en un campo de experimentos que linda con lo
los primeros experimentos cronográficos y que se anticipa unos fantás tico", por ejemplo. O: "El fluido nervioso no es
años a los ensayos sobre fotografia animada. indiferente al fluido eléctrico y ambos pueden fusionarse en
En el libro de Villiers, el inventor promete fabricar la una síntesis de poder desconocido".
mujer ideal para un amigo que se atonnenta porque ha En efecto, la alucinación y la ciencia parecen confundir sus
entregado su amor a una joven de inefable belleza y alma límites. Como Frankenstein o el moderno Prometeo (Mary
deleznable: Shelley, 1817), también la Eva futura utiliza la imaginación
literaria para producir vida a partir de la materia inerte. Y
Voy a demostraros matemáticamente, y en este mismo instan tam bién aquí la energía eléctrica establece un continuo con el
te, cómo, con los fonnidables recursos de la ciencia, puedo sis tema nervioso. Aunque no es menos significativo que el
apo derarme de la gracia misma de sus ademanes, de las protagonista se llame Tomás Alva Edison, a quien Villiers
plenitudes de su cuerpo, del perfume de su carne, del timbre de des cribe como "el hombre que ha aprisionado el eco" pero
su voz, de la inflexión de su talle, de la luz de sus ojos, de lo
que también fue apodado "el mago de la electricidad" por sus
que sus movi mientos y su modo de andar tienen de personal, de
sus facciones, de su sombra en el suelo, de su aspecto, del con tribuciones en ese campo. Inclusive, en varios pasajes de
reflejo de su identi dad, en fin seré el matador de su tontería y la novela se alude a él simplemente como "el electricista". La
el asesino de su ani malidad triunfante. Voy, desde luego, a electricidad es el epítome de lo moderno porque significa
reencarnar toda esa exterioridad en una aparición cuya
semejanza humana y cuyo encanto excederán vuestra esperanza
y vuestros sueños. Después, en lugar de esa alma que os VNITED STATES PATENT OFFICE
repugna en la viva, yo insuflaré otra especie de alma, menos APARATO DE IMÁGENES EN MOVIMIENTO
consciente acaso, ¿quién sabe y qué importa? pero sugerente de
impresiones mil veces más bellas, más nobles, más elevadas y A quien corresponda:
revestidas de ese carácter de eternidad sin el cual todo esto es Quede constancia de que yo, Thomas A. Edison,
comedia en lo humano. Reproduciré exacta mente esa mujer, ciudada no de los Estados Unidos y residente de Llewellyn
con la ayuda sublime de la luz, y proyectándola sobre su materia Park, West Orange, New Jersey, he inventado ciertas
radiante iluminaré el alma imaginaria de esa cria tura nueva, nuevas y útiles mejoras al aparato de imágenes en
capaz de asombrar a los ángeles.2 movimiento, de las cuales lo que sigue es una descripción.

tarde, en Metrópolis (Fritz Lang, 1927) y, a partir de allí, en innume

2. Auguste Villiers de L'Isle-Adam la Evafi tu B A.


Calomino 1943 á ' u ra, uenos 1res,
' 'p 69· El tema de la novela reaparecerá, años más rables films.
g.
28 29
Mi invención atañe al aparato de imágenes en movimien­
toy su objeto es proporcionar los medios para que diversos que dirige la invención del cine viene a ser la realización de la
dis ositivos puedan ser puestos a funcionar durante la opera- cipón de una máquina de proyecc
idea que ·,o· n.P orconfusamente
domina . eJemp1o, 1a represen-
todas las técnicas de reproduc
tación de escenas por parte de la máquina de imágenes en movimiento puede adquirir una aspecto más vívido mediante la producción de diversos soni_dos en _m
ción de la realidad que vieron la luz en el siglo XIX, desde la
Gracias a mi invento, la película es provista con perfora­
fotografia de
ciones u otros medios de control en los puntos apropiados, los cuales cooperan con dispositivos al fonógrafo.
contacto de Es el mito
acción delmomentos
en los realismoapropiados
integral, dedurante
una el avan
Entre otros usos a los que puede aplicarse mi invención, recreación del mundo a su imagen, una imagen sobre la que no
pesaríaenlamovimiento,
se destaca el control de dispositivos para colorear la luz pro­yectada a través de la película hipoteca de dela modo
libertad
quedela interpretación del artistaennicualquier
imagen pueda mostrarse
la irreversibilidad del tiempo".3 La ilusión perfecta, la imita
ción total de la naturaleza: eso es el cine. Cuanto más avance,
tanto más se acercará a una reproducción transparente del
mundo natural. Según Bazín, hay una relación inversa entre el
desarrollo técnico-económico del siglo XIX y la imaginación
de los creadores del cinematógrafo.
En este sentido, su perspectiva es opuesta a la que
sostiene Walter Benjamín en "El arte en la época de su
reproductíbilidad técnica". En el prefacio a ese texto,
Benjamin escribe: "la trans formación de la superestructura,
que ocurre mucho más lenta mente que la de la
infraestructura, ha necesitado más de medio siglo para hacer
vigente en todos los campos de la cultura el cambio de las
condiciones de producción. En qué forma suce dió, es algo
que sólo hoy puede indicarse". El punto de partida del ensayo
escapa a las formulaciones esquemáticas del mar xismo
vulgar (que reduce las relaciones entre estructura y supe
restructura a un reflejo mecanicista) y acepta que el desarrollo
de ambas esferas corre por carriles separados, de acuerdo con
leyes inmanentes. Sin embargo, en lugar de analizar esa trans
formación superestructura! desde el punto de vista de las rela
ciones entre él artista y sus materiales, Benjamin la considera
una virtud inherente a las nuevas técnicas de reproducción: "por
primera vez en la historia universal, la reproductibilidad
técni ca emancipa a la obra artística de su existencia
parasitaria en un

inmediatez, movimiento, velocidad, energía y poder. Edison, 3


el electricista, es indudablemente un punto de encuentro 0
entre Villiers, Marey, Mary Shelley y el cine. Dice Bazin:
"El mito
3. André Bazin, "El mito del cine total", en ¿Qué es el cine?, op. cit.,
pág. 36.

31
ritual. La obra de arte reproducida se convierte, en medida
dependió tanto de la técnica para poder materializarse. La
siempre creciente, en reproducción de una obra artística dis- diferencia entre las películas y La Eva futura es ese pequeño
puesta para ser reprod u.cd1 a_".4 , _ _ gran abismo que media entr,eun fantasía abstracta (e? donde
Allí donde Bazin sólo piensa a la tecmca como simple par todo es posible, en donde la tecmca no resulta un obstaculo) y
tera de las ideas preexistentes sobre el cine, Benjamín otorga su realización concreta. Pero además, la técnica no tiene aquí,
al fenómeno de la reproductibilidad un valor absolutamente simplemente, una función instrumental. Porque lo que otorga
genesíaco. En los dos casos, la afirmación resulta problemáti al espejismo cinematográfico todo su valor, toda su potencia,
ca porque es parcial. Digamos: ambas son ciertas en un senti todo su impacto es que no consiste en ser imaginado o pensa
do pero no en otro. Es cierto, como sostiene Benjamín, que la do sino, sobre todo, realizado, es decir: algo que se sabe que
reproductibilidad técnica supone una mutación radical en las no es real pero, no obstante, respeta todos los rasgos de lo real.
condiciones de producción estética. Pero, tal como le cuestio y en este punto, la técnica juega un papel fundamental. Es un
na Adorno, no dialectiza: acaba pensando en la circulación de elemento constitutivo. A Gorki no lo espanta leer la descrip
los objetos y no en su lógica de producción. De este modo, ter ción de un tren llegando a ! estación; lo que lo deja pasmado
mina eliminando la intervención consciente y activa del crea es verlo sobre una pantalla y constatar su presencia fantasmal
dor en la denuncia de las estructuras artísticas burguesas que es allí en donde, de todos modos, sabe que no hay nada más que
fundamental en la concepción adorniana de un arte revolucio imágenes evanescentes. Sin técnica no hay cine. En este senti
nario. En el planteo de Benjamín, una transformación del do, al menos, las fotografias animadas son hijas del espíritu
orden de la cantidad pasa a producir cambios cualitativos: "El maquínico del siglo XIX y cualquier paralelismo con la caver
arte en la época de su reproductibilidad técnica" deposita una na de Platón o las sombras chinescas no es más que una faci
confianza acrítica en los nuevos medios de la superestructura, lidad metafórica sin ningún valor en términos evolutivos.
como si su mera aplicación acarrease las transformaciones El realismo integral de la imagen cinematográfica al que se
necesarias de las funciones artísticas.s
refiere Bazin no es el resultado simple y directo de un supues
De la misma manera, podría aceptarse -como plantea to realismo ontológico; surge, más bien, como culminación de
Bazin- que la idea del cine no le debe nada al espíritu cientí un largo proceso de imposición sobre lo real. Quizás, entonces,
fico; sin embargo, ninguna otra forma de representación el fenómeno es doble: es sintético y es analítico, cientificista e
ilusionista, realista y artificioso, tiene un lado maquinico y un
lado idealista, le debe todo a la técnica y, a la vez, no le debe
4. Benjamin Walter "La 0 b d , nada. No se trata de un desarrollo homogéneo, como si todos
duct·b·i·d ,• '. ra e arte en la epoca de su repro-
1, ,
Taurus ad tecnica"' en Dº . los pioneros trabajaran de manera coordinada, sino un proceso
1989 Las 1 ·t a d iscursos interrumpidos I' Buenos Aires '
s' b · st , 18 y desparejo, lleno de tanteos, de avances y retrocesos, surcado
fo
s e e e parra corresponden a págs.
5· o re los diferentes 27.
asp t d por múltiples tensiones internas. Los trabajos de Muybridge,
Benjamín Th C ecos e e ste debate, véanse Walter
Chº ' .e _orrespond ence 01 Walter Benjamin (1910-19401 • de Marey o de Londe problematizan esa simulación de lo real
,cago, Umvemty ofChicao p '/,
Walter Benjamín Madrid C d ress, 1994 Y Theodor Adorno, Sobre que se produce en la representación y que Noel Burch deno
' , ate ra, 1995.
mina "el gran sueño frankensteiniano del siglo XIX: la recrea-

32
33
'6 de la vida el triunfo simbólico sobre lamuerte".6 Y sin 34
CI n
embargo, ,
el terreno . _es siempre
de experimentación . el mismo,
.
, so1 o que se desarrolla según vectores I diferentes.
.. Por eso, no
debería extrañar que, en el reverso de pes1m1smo tembloroso
de Gorki (pero afirmándose en el mismo universo espectral),
las dos reseñas que cubrieron la proyección de los Lumiere en
el Salón Indio rescatasen la ilusión de la vida realy la posibi
lidad de volver a ver las acciones de los seres queridos mucho
tiempo después de su muerte.
Sindudas, la fantasía de abolir el carácter irreversible del
tiempo es una obsesión que precede a los Lumiere y que, más
bien, encuentra en su invento la culminación de un sueño
hecho realidad. En la variante intimista de ese sueño,
elfonos copio de Georges Demeny prometía la fantasía de un
"retrato vivo" que haría revivir a los familiares ya
fallecidos. En la variante más espectacular de Edison, la
ilusión resucitadora adoptaba la forma de una gran
representación operística pero con artistas y músicos
difuntos. Son formas perfeccionadas de la vocación de
momificar el tiempo que Bazin advierte, desde un comienzo,
en la fotografía. El tiempo momificado se sustrae a la
corrupción, puede ser repetido, manipulado y, en definiti va,
controlado. Se lo puede tener en un puño. Literalmente. Ya
que, como muestra Simmel, hacia fines del siglo XIX hubo una
rápida difusión de los relojes de bolsillo: "La técnica de la
vida metropolitana es inimaginable sin la integración
puntual de todas las actividades y relaciones naturales dentro
de una orga nización del tiempo estable e impersonal".7 El
reloj de bolsillo

,6. Noel Burch, El tragaluz del infinito. Contribución a una genea-


1:,Zª del lenguaje cinematográfico, Madrid, Cátedra, 1987, págs. 28-
. ?. ?eorg Simmel, "The Metropolis and Mental Life", en On
Jndi v,duality and Social Forms, University of Chicago Press,
pág. 328.
es como una prótesis que permite al cuerpo acomodarse a preci sión implican eficiencia, las distintas formas del
los ritmos de un mundo gobernado por los tiempos del darwinismo social también sacaron buen provecho de la
telégrafo, el ferrocarril y la fábrica. Multitudes y posibilidad de controlar por medios mecánicos los tiempos de
tecnología. El cine, que está surgiendo en ese preciso la naturaleza. Ya sea para mejorar el adiestramiento de
momento, debería incluirse, entonces, dentro de una caballos de carrera como para optimizar el rendimiento del
cultura del tiempo propia de la moder nidad capitalista. trabajo en las fábri cas. Mary Ann Doane, ha estudiado cómo a
El telégrafo había impuesto las comunicaciones instantá fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, la noción de
neas, así como las vías férreas permitían conectar las temporalidad fue estandarizada y racionalizada. Lo cual se
locali dades más distantes a una velocidad asombrosa. vincula estrecha mente con lo's cambios en la organización
Justamente, para regular con precisión las salidas y industrial y con la percepción del cuerpo del trabajador en
llegadas de los trenes, el americano Charles Ferdinand tanto máquina. Tal como se planteó en las estrategias del
Dowd había propuesto, en 1869, un sistema que permitía taylorismo, se trataba de implementar formas de "scientific
ordenar los husos horarios del país de una manera management" que permi tieran una planificación, un control y,
uniforme: la hora local quedaba así supe ditada a una en definitiva, un apro vechamiento más racional de la relación
administración globalizada. La diferencia de veinticuatro entre el tiempo de trabajo y la producción en cadena. El
horas que le permite a Phileas Fogg ganar su apuesta en la objetivo de Frederick
célebre novela de Julio Veme, La vuelta al mun do en W. Taylor, como el de Henry Ford, consistió en maximizar la
ochenta días (1872), se sostiene en ese desfase entre dos
formas de medir el tiempo. Pero como la velocidad y la
35
. 'dd del tiempo de trabajo, eliminando todo resto
product1v1 a . . .. acto de cada trabajador es tan grande y demanda tanto que el trabajador más adecuado para
d t · Las invest1gac1ones de Taylor perrn1 t1eron des-
1. mpro uc 1 vo. . , En principio, esta monografia fue preparada para presen­tarla ante la American Society of M
cciones de los trabajadores en m o d ulos que Frederick W. Taylor
componer las a .
podi,an eronometrarse·• de esa manera resultaba p,osible aislar
es decisivas del movimiento y cal.cu.lar como, podrían
1as part
1
reali za con la mayor eficacia. .E . movimiento, as1 progra-
. rse
mado, alcanzaba el máximo rend1m. 1ento, desp.oj.a,do de
ins- tantes superfluos o gestos innecesanos. La repet1c1on
permitía
mecanizar la acción y, por lo tanto, hacer que el cuerpo se
acostumbrara a ella para llevarla a cabo de manera automáti
ca en el mínimo de tiempo. Ese fanatismo eficientista precisa
ba el correlato de un registro. La vocación analítica se
tramaba, necesariamente, con diversas formas de visibilidad.
Como escribe Doane: "Menos conocido, el trabajo de
Frank
B. Gilbreth -<liscípulo de Taylor- demuestra que el deseo
de analizar y racionalizar el tiempo se expresaba, con
frecuencia, en el deseo de hacer que el tiempo fuera
visualizable. Gilbreth probó adosar una pequeña luz eléctrica
a las extremidades de un trabajador y, mediante una
exposición con temporizador, fotografió el movimiento
como una línea continua en el espa-

LOS PRINCIPIOS DE GERENCIAMIENTO CIENTÍFICO

Podemos ver y sentir el despilfarro de las cosas mate­riales. Sin embargo, los movimientos torpes ineficientes o maldi igidos de los hombres no dejan ningú rastro visible
0 tangible detrás de ellos. Para percibirlos es necesario un ac_to de memoria, un esfuerzo de la imaginación. y por esa
cio. Denominó al resultado ciclografia (o cronociclografia si
se había usado una cámara de cine)".8 En las ciclografias de
Gilbreth, el sujeto tendía a desaparecer detrás de un diagrama
razón, aun cuando la·s p' e dr I'das cotidianas
· • en este aspecto en donde sólo debería verse una intersección abstracta de líne
s•on. mayores que nuestrod crrochc de cosas materiales esto as curvas trazadas por la luz. Pero sobre todo, esa perfección
u1timo nos afecta profu d . '
nas nos impacta.namente mientras que aquello ape-
EI autor postula como .. .
toda. 1a, .... .unprmcipio general que en casi 8. Mary Ann Doane, The Emergence of Cinematic Time, op. cit..
a,""' mecán1ca1 la ··
ciencia Que subvace tra11 cada pág. 6.

36
37
abstracta ovimiento pennitía advertir de forma analítica
deIm b ·, d' se proyectan imágenes animadas. Las clases bajas acceden a
aquello que permanecía invisible para la o servac1on 1recta ..
del ojo humano. .
Esas mismas ideas sobre la eficacia productiva son la base 3
erimentos que realiza un científico 8
Ios ex
dpe uro , aP p aren te- mente irreprochable, como Marey: su E
. , F. . , .
t c10
1s101og1ca
funcionaba en estrecha relación con el Mmtsteno de Guerra,
e estaba interesado en lograr que las tropas marcharan más
qu ' 1 .d '
rápido y por más tiempo. Y no deb na o v1 arse que, se un
diversos estudios sobre las tecnolog1as emergentes del siglo
XIX fue la industria bélica la que prestó el modelo de la fabri
cación en serie. En Vigilar y castigar, Foucault muestra de
qué manera la industrialización aportó también nuevas
tecnologías de los cuerpos: cómo administrar, cómo controlar,
cómo ejer citar, cómo disciplinar y, en consecuencia, cómo
conseguir cuerpos dóciles y útiles. Pero si es cierto, como
sostienen Adorno y Horkheimer, que en la sociedad capitalista
el ocio es la continuación del trabajo por otros medios,
entonces esa pul sión de eficacia productiva dentro la fábrica
tiene su comple mento en la industria del amusement que
ocupa a los obreros más allá de su jornada laboral. Los mismos
principios de las máquinas que permitían mecanizar el trabajo
en las fábricas ponían a funcionar la extraordinaria industria del
entreteni miento que comienza a florecer en los penny
arcades, las ker meses, los parques de atracciones, los teatros
de vodevil y los nickelodeons. El mundo, de pronto, parece un
lugar bajo con trol sobre el que reina la inagotable capacidad de
invención de los hombres. En ese mismo momento, las
exposiciones univer
sales glorifican el lado más espectacular de los cruces entre
ciencia, tecnología e industria que constituyen el progreso;
pero el ..cosmos de las mercancías" -según la denominación
que Benjamin aplícó a esos evento&- encuentra también for
mulaciones nw cotídww y pedestres en esas romerías donde
te pueden C-ONeguír apHcacíone1 doméstica, de 101 inventos o
las maravillas de la modernidad sólo bajo la fonna de diverti coexistir bajo la unidad de una definición. Sin duda, es tan
mentos de feria que, sin embargo, parecen anticipar los bene inquietante la posibilidad de que un juguete pueda conducir a
ficios que incluso los más desposeídos disfrutarán en la sociedad la abstracción de la filosofia como la insinuación de que los
industrial. grandes conceptos puedan tener su origen en un pasatiempo
infantil. Pero sobre todo, esa incomodidad que la definición no
logra ocultar es, también, expresión de una actividad en la que
ILUSIONES ÓPTICAS Y DESMONTAJE CIENTÍFICO todavía se mantenían unidas la dimensión del juego y la del
pensamiento. El cine se convertirá rápidamente en lo opuesto
Durante el siglo XIX, los philosophical toys promueven o de la fi1osofia: uno será pura acción concreta allí donde la otra
acompañan el desarrollo de los estudios sobre el movimiento, reclama lo abstracto y la reflexión.
oscilando entre una mera curiosidad a propósito de los efectos Resultado de las investigaciones científicas sobre la posti
ópticos y una argumentación fisiológica sobre el funciona miento magen (lo que en óptica se denomina "imagen consecutiva" o
de la vista. Todos los artefactos, entre lúdicos y cientí ficos, que "imagen accidental" y que suele definirse con el ténnino inglés
poblaron el siglo con nombres tan estrafalarios como kinesígrafo afterímage) que vienen realizándose desde comienzos del siglo
o zootropo o praxinoscopio o fenakistiscopio o XIX, estos dispositivos ópticos pronto se convertirán, también,
electrotaquiscopio o taumatropo quedaron agrupados bajo ese
título genérico: juguetes filosóficos. Resulta interesante la apa 39
rente contradicción que subyace a esos términos obligados a
bietos de entretenimiento. La postimagen se explica corn
1ena presencia de una sensac1on en ausencia
• d e estimulo que 1o
O
J . , , a
1
ha provocado. Luego d bservar_ u o b. b . EL FILM: UN ESTUDIO PSICOLÓGICO
eto nlla te por cier-
to tiempo, el ojo continua perc1b1endo su post1magen aun
Es arbitrario señalar dónde comenzó el desarrolló de las
cuando el objeto ya no esté allí. De modo tal que la continui
imágenes en movimiento y es imposible anticipar adónde lle
dad de esa sensación es tanto el índice de un vínculo con el
vará. ¿Qué invención marcó el inicio? ¿Fue el primer aparato
referente como la toma de distancia respecto de él. Puesto que que introdujo el movimiento de las imágenes en la pantalla?
se trata de un efecto diferido, la postimagen introduce la pro ¿O el desarrollo comenzó con las primeras fotografias sobre
blemática de una subjetivización de la mirada y la pregunta por las diferentes fases de los objetos en movimiento? ¿O empe
la accesibilidad del momento presente en la representación. A zó con la primera presentación de imágenes sucesivas a tal
partir de esa noción, las teorizaciones sobre la persistencia velocidad que daban la impresión de movimiento? O acaso el
nacimiento del nuevo arte fue cuando los experimentadores
retiniana permitirían, durante mucho tiempo, explicar la
lograron proyectar esas imágenes en rápida sucesión sobre
impresión del movimiento producida por los juguetes ópticos una pared?
y por el cine. Tal como la formuló el biólogo Peter Mark Y sin embargo, este desarrollo desde los shows de medio
Roget: la sensación que cada imagen deja en la retina perma minuto de Edison hasta The Birth of a Nalion no tuvo lugar en
nece y se fusiona con la siguiente de manera que, cuando suelo americano. Esa caja con ranura, después de todo, tenia
ambas son levemente distintas, lo que se percibe no es una pocas posibilidades de éxito popular. El paso decisivo se dio
sucesión estática sino un movimiento fluido. cuando películas del tipo de las de Edison fueron proyectadas
Brewster y Fechner se arruinan la vista de tanto mirar fijo al sobre una pantalla y por lo tanto se hicieron visibles para un
público numeroso. Ese paso fue dado en Londres, en 1895. El
sol para experimentar sobre los efectos de la postimagen y Pla 1
teatro de películas comenzó ciertamente en Inglaterra. Pero
teau acabará directamente ciego. La teoría de la persistencia de hubo una fuente del arroyo que brotó en América y que pre 1

la visión quedaría luego desacreditada por los experimentos de cedió largamente a Edison: los esfuerzos fotográficos del
1
psic?logía cognitiva realizados a comienzos del siglo XX. A inglés Muybridge, que hizo sus experimentos en California en
partlf de los postulados de Wertheimer sobre el efecto phi, 1872. Su objetivo era obtener fotografias de las diversas fases 1

Hu_o Münsterberg sugirió en su libro El film: un estudio psi de un movimiento continuo; por ejemplo, las distintas posi 1

cologrco (1916) que la ilusión de movimiento es agregada por ciones por las que atraviesa un caballo al trote. Su meta era el
!ª i:riente del espectador cuando intenta unir el hiato entre dos análisis del movimiento descomponiéndolo en las partes que
lo integran y no la síntesis de una imagen en movimiento a
1

1
imagenes fijas. Por lo tanto no es un encabalgamiento entre
partir de ellas. No obstante, es evidente que esto también fue
mom nt s sucesivos debido a la demora ocasionada por una 1

defic1enc1a del oio (la post·imagen) smo


. , un paso necesario para que los triunfos posteriores se volvie
J una smtes1s mental que
une los dos momentos y . 1 ran posibles. 1
os construye como movimiento conti-
nuo. Pero para eso h b, ..
la teoría de1 .a ra_que esperar. A lo largo del siglo XIX, Hugo Münsterberg, 1916
1-
ble elm ti a pers1stenc1a retín·
iana exp 1ca de manera acepta-
o vo por el cual la ilusión óptica de continuidad se

40 41
asienta sobre una falencia del ojo humano: el ojo no alcanza a
advertir las diferencias entre dos imágenes estáticas sucesivas y lentes y de espejos cóncavos- permitían obtener una mayor
sólo puede entenderlas como un desarrollo de lo mismo. Allí nitidez de la imagen así como contrarrestar el efecto de la
inversión. Observado de esta forma, el mundo se volvía
donde debería notar una interrupción, la mirada disimula el
repen tinamente un concurso ordenado de seres, paisajes y
momento ausente y fabula una unión sostenida. Es gracias a ese
cosas que se entregaban mansamente al análisis y la
"defecto" que se advierte un movimiento donde no lo hay.
reflexión, como si pertenecieran a un cuadro de Vermeer.
Según Joseph Plateau: "si diversos objetos que difieren secuen
Durante dos siglos (XVII y XVIII), tanto para el
cialmente en términos de fonna y de posición son presentados
pensamiento racionalista como empiricista, la cámara oscura
ante el ojo uno después de otro en breves intervalos y lo sufi
fue un modelo perfecto que per mitía asignar una calidad
cientemente cercanos, las impresiones que producen sobre la
verdadera a las inferencias de la visión. El ojo, se dirá
retina se mezclarán sin ninguna confusión y uno creerá que se entonces, funciona como una cámara oscura. La
trata de un único objeto que cambia gradualmente de forma y representación que el dispositivo proyecta sobre una pared es
de posición". Puesto que la postimagen se forma en ausencia una imagen precisa, objetiva, transparente: es la cosa
del referente (lo que parece instantáneo implica, en verdad, una impresa sobre el plano, su traducción bidimensional cier ta y
demora), la noción de persistencia retiniana insinúa que la clara basada en las leyes de la naturaleza. Hay una relac n
visión no funciona según reglas fijas y objetivas sino que continua entre el objeto que podría tocarse y la
depende de una experiencia subjetiva del tiempo. La percep representac1on que permite verlo. La vista no es otra cosa
ción es producida por (y tiene lugar en) el observador. Como ha que la sustitución de una experiencia táctil. Crary explora el
demostrado de manera persuasiva Jonathan Crary, la moderni desarrollo de la camera obscura y analiza la ruptura radical
dad supone un corte abrupto con los modelos clásicos acerca de con ese modelo de visión que suponen las investigaciones
la visión. Los experimentos que empiezan a llevarse a cabo sobre el movimiento a comienzos del siglo XIX [figura 2]. Es
hacia 1820 y 1830 -y que, en última instancia, derivarán en la que las cambiantes con diciones culturales construyen un
invención del cine- construyen un tipo de observador nuevo observador diferente. En efecto, hay un pasaje de la "óptica
que ya no corresponde al modelo de visión de la cámara oscu geométrica" (el estudio de la luz y su propagación) a la
ra, e? ?on_desujeto y objeto venían determinados por "óptica fisiológica" (el estudio del ojo y de sus capacidades
relacio nes ng1das e inamovibles. sensibles); por lo tanto, ya no se tra ta de hacer hincapié en el
Conocido desde la antigüedad, el fenómeno de la cámara objeto proyectado por la representa ción sino en el acto
oscura había adquirido nuevos ímpetus a fines del siglo XVI: mismo de ver.9
filtrad as a través de 'fi ·
. un o n 1 c 1 0 adecuado, las imágenes
del
9. Véase Jonathan Crary, Techniques of the Observer. On Vision
exterior pueden .
sus contornos i nvertidos sobre la and Modernity in the Nineteenth Century, Cambridge, MIT Press,
proyect a
r 1992
pLared dde una habitación en penumbras. De Johannes Kepler y 42
eonar o Da V' · G·
siu K' h mc1a iovanni Battista della Porta y Athana-
s trc er, ese fenómenod •
aparatos cada ve á e magla natura/is se utilizó en
2
m s perfectos Y portátiles que -a través de
(en especial el capítulo 2: "The Camera Obscura and Its largo del siglo XIX. Dice: "La visión
Subject"). Crary, sin embargo, exagera los rasgos del giro hacia
la abstracción, la asunción de la autonomía de la mirada y la
43
pérdida del referente en los experimentos que se realizan a lo
l .,,. ,h";rihc no e11 el ohjeto "i110 umt c1ertu mmuJa 44
,mbre
,() el objeto.
"!Ut "" "Yn 110 e• lu trnnHpurenciu ,h:1. fcnomcrio
/ o Her-
h
vuJo ¡0 que imrwrt1t 16i,mel lu"ur opnco dd ohHcrvud, r. b1
c11c nuevo pttrltdi¡imt1 de la moucrnidud tal como
Ncnalu h,uc_ault- no h1ty nad1t por intc:rprct.ar que no •"'u yu,_a
Hu. vez, una_m_ter prclución. Mícntrm, que la cám rn oNcura
''1:1plica una d1áfan,a trün•po•ición del munuo, lm,
.1uguctcH ópticos y loH cxper,. mento• •obre la viHíón
durnntc el HÍj¿lo XIX, en cambio, pro ducen una cxpcricncía
HCnNihlc que cH fundadora de Hcnti<lo, En c•tc punto, la
colocación de Marcy rcHuha curioHa: HU admi rable epopeya
científica 11c llpoya en loH intcntoHinfructuosos por reponer
un mud(> de ccrtcia propio del Higlo XVIII en el contexto ya
rudícalmentc díHtinto del ,siglo XIX. Y CHO explica, también,
por qué un arte como el cinc le debe tanto a quien nunca
dejó de de11preciarlo, La• inveHtígacioneH de Marey y de
Muybridgc, a.l como loíl jugueteH filogóflcog de ese
período, dcj(;ubrcn que lo que He ve siempre implica una
distancia, una di11parídltd, un diferimiento, Siempre hay una
latencia. O bien lo que ac ve no está verdaderamente allí (es
una ilusión) o bien lo que 1e ve oculta una realidad más
compleja.
¿Ciencia positiva o mágica ílusíón'l Uno de los primeros
dispositivos ópticos ideados para experimentar sobre la persis
tencia retiniana fue el taumatropo: un pequeño disco con
sen doa di ujos en ambas caras -por ejemplo: un pájaro de
un lado Y u?8Jaula del otro- sostenido por elásticos de modo
tal que, al t1r de ellos, el disco gira y hace aparecer al
pájaro dentro dela.Jaula._Según la explicación de la época,
la impresión que la pnmera imagen produce en la retina no
alcanzaa borrarse antes de que la seg n imagen deje su
propia huella en el ojo y, por Jo tanto, perc1b1mos ambos
dibujos a la vez. Joseph Pla-

ya no está subordinada a una · •


fa.lso EJ . unagen exterior sobre lo verdadero o lo
• OJO yano es el que predica el mundo reaf' (pág. 138).
teau intentó darle forma a la teoría de la per1í11tencía Nociones como "animación", "activo", "vívido", "dinámi
retiniana y, pura probarla, inventó el fenakb1ti.vcopio co" son frecuentemente mencionadas en relación con estos
[figura 3), Comis te en un diHco t1urcado por ranuras ínventos, El zootropío, de Willíam Homer, era también cono
radiales, en uno de cuyo, ladoH He di11pone una 1'erie cido como "la rueda de la vida": un cilindro alrededor del
de dibujos1mce1iv01 organizados de manera circular. cual varios espectadores pueden observar simultáneamente
Haciendo girar el di8Co frente a un espejo y una acción que se desarrolla a través de una secuencia de
oh"ervando a travéff de la,c ranuras, la11 imágenes imágenes sucesivas [figura 4]. El aparato de Horner conserva,
reflejada• producen el efecto de un movimiento de todos modos, el principio del fenakistiscopio, ya que la
cíclico, Habría que agre gar aqul el e.vteren.,coplo, acción se observa a través de diferentes ranuras
cuya ínvencíón se asocia a los nom hreH de Charle11 practicadas sobre el cilindro; el praxinoscopio de Emile
Wheatstone y David Brewster y que se interesa no ya Reynaud, en cambio, pre senta una variante: refleja las
por el movimiento sino por la trídimensíonalídad: al figuras sobre un juego de espe jos colocados en un eje
uperponcr do11 fotograflas del mismo objeto alrededor del cual gira el cilindro. Reynaud ideó, incluso,
tomadas desde diferente!i ángulos, el dispo11itívo un mecanismo de proyección (el praxi noscopio-teatro) al
proporciona una sensación de profundidad, que se considera el precusor del cine de dibujos animados
Precisamente, a partir del fenakistiscopío y del [figura 5). Esa ambición por capturar la mar cha del mundo
e11tereoscopio, Jules Duboscq patentó uno de los en su instantaneidad e inmediatez es lo que expresa la
primeros intento!! de fotografía secuencial: el entusiasta enumeración de Louis Ducos du Hauron
estereofantascopío o bíos cop/o debería dar la sensación
de profundidad y de movimien to, es decir, "una 45
impresión de vitalidad'',
sobre las posibilidades de su inve to, una cámara <le lent s
· l t ' 1 s que deberían ir descubnéndose en un a desagregar un movimiento y desplegarlo en las distintas
m ucuencia
se 1 pe . f' fases que lo componen.11
b ordenada.. "El desplazamiento de un cort.ej.o.
Se suele presentar a los distintos pioneros del cine como
dune d re, las maniobras y los ejercicios militares, las integrantes de un ejército de inventores y científicos que
v1c1s1tu e una
batalla una fiesta pública, una escena teatral, los pare cerían avanzar en bloque, con una misma dirección y
mov1m1entos de una' 0 más personas, el abanico de las un pro grama bien definido. Como si las fotografias
expresiones y, si se animadas fueran
desea' el resultado de un esfuerzo coordinado y una organizada dis
las muecas del rostro humano, una vista ma rina, los
. .
movimientos de las olas (un maremoto), los mov1m1entos de 4
6
las nubes en un cielo tormentoso, particulannente en una zona
montañosa, la erupción de un volcán, etcétera, etcétera".1º La
misma vocación por registrar y reproducir anima a los omnis
copios de Henry du Mont, al kinesígrafo de Wordsworth
Donisthorpe, al electrotaquiscopio de Ottomar Anschütz o a la
cámara de doce lentes con obturadores electromagnéticos de
Albert Londe [figuras 6 y 7].
En los juguetes ópticos, todavía se advierten las dos
dimen siones heterogéneas en que evolucionan las
investigaciones sobre el movimiento a lo largo del siglo XIX.
En un sentido, su única finalidad es producir la ilusión del
movimiento a partir de imágenes estáticas; pero, al mismo
tiempo, esa ilusión está a la vista y pennite ser analizada. De
modo tal que, en el mis mo instante en que se produce el
engaño, el propio dispositivo lo deja en evidencia. Como una
máquina que, en vez de ocul tar su mecanismo, lo
transparentara, dejando a la vista las ope raciones intennedias
que realiza para alcanzar ciertos resultados. En todo caso, los
juguetes ópticos son un locus pri vilegiado para observar las
relaciones entre el movimiento y la mirada porque funcionan
de manera reversible: tan pronto sir ven para demostrar que la
sucesión de imágenes estáticas pro duce la ilusión de un
cuerpo que se desplaza, como para

1 O. Citado en Brian Coe, Muybridge and The Chronophotogra


phers, Londres, Museum of the Moving Image, 1992, pág. 8.
tribución de las inspiraciones y los inventos. Pero habría que
pensar, más bien, en una serie de vectores contradictorios
que discuten entre sí y que coexisten de una manera
conflictiva en los juguetes filosóficos. Ese debate puede
sintetizarse en, al menos, dos ideas opuestas sobre cómo
encauzar y en qué apli car los avances tecnológicos que
permiten registrar o reprodu cir el movimiento: cientificismo
vs. ilusionismo. De un lado y del otro, se alinean los diversos
experimentos. Mientras Marey, Janssen, Londe o Muybridge
están interesados en una descomposición analítica guiada por
un afán científico (o, al menos, por un interés seudocientífico
en el caso de este últi mo), los prototipos de Edison y
Dickson o los simulacros de los Hales Tours prolongan la
vertiente de los dioramas y se obsesionan con lograr un efecto
realista que produzca la sen sación de recrear la vida. Noel
Burch identifica con precisión

11. Dice César Aira a propósito de los taumatropos: "Es como si


hubieran quedado demasiado cercanos a su invención; como si no
dejaran más que hacer que repetir el gesto de su inventor. Como si
fuera un ai-te unipersonal, como si el arte fuera la invención del
arte. Y así es, en realidad. En el arte de verdad el medio sigue
siendo un medio, vuelve a inventarse cada vez; frente al arte
comercializado, en el que el lenguaje de ese arte es meramente
usado, el arte de verdad muestra una recurrente radicalidad, es un
lenguaje que vuelve a plan taer cada vez sus condiciones de
posibilidad" (Fragmentos de un dia rio en los Alpes, Rosario, Beatriz
Viterbo, 2002, pá . 83). Debo a Julio Schvartzman la oportuna
referencia al libro de Atra.

47
estas dos líneas de desarrollo sobre el movimento. Sin embar-
0 todo su razonamiento parece orientado a demostrar que los expandir el territorio de la cronofotografia aplicándola al aná
!e anos Lumiere pertenecen a la tradició cientifici_sta, orno lisis del habla; y finalmente lo condujeron hacia formas de
si eso agregara cierta alcurnia al origen oficial de_ la h1stona representación y de síntesis audiovisual que resultan opuestas
del cine. Edison denomina vitascope (visión de la vida) al a las expectativas de su mentor. A propósito del fonoscopio,
aparato de proyección, mientras que los Lu i re prefi re el Demeny afirmaba que era el creador de la "fotografia parlan te"
y que esos retratos hablados eran "la fotografía del maña na"
no bre de cinematógrafo (escritura del mov1m1ento). S1
[figura 8]: "Qué feliz sería la gente si pudiera ver de nuevo, en
bien es cierto que el trabajo de los Lumiere se encamina n un
un instante, los rasgos vivientes de una persona fallecida. En el
sentido dife rente -e incluso, a veces, opuesto- al de Ed1son,
futuro, la fotografia fija, limitada dentro de su marco, será
Burch sobre actúa de manera provocativa la distancia entre
reemplazada por el retrato animado que, con una vuelta de la
ambos basándose en el perfil biográfico (dos circunspectos
manivela, cobrará vida. Las expresiones faciales serán
investiga dores industriales frente a un inventor que elige
preservadas, así como la voz es preservada en el fonó grafo.
convertirse en un empresario del show business) más que en
Sólo se necesita combinar a este último con el fonosco pio para
los resultados concretos del invento.12 completar la ilusión".13 Cuando Barthes observa compungido la
Que esos caminos no son del todo inconmensurables, fotografia de su madre, recuerda que estuvo viva y que ahora
sino que podrían pensarse de manera complementaria o al sólo queda su ausencia. Si la muerte, como afirma Bazin, es el
menos en tensión, lo demuestra el itinerario de Georges triunfo del tiempo, las distintas formas de registrar la presencia
Demeny. Demeny comenzó como ayudante de Marey (es su de un difunto permitían preservar el cuer po tal como era en el
silueta la que se ve en muchas de las secuencias fotográficas instante de su último aliento vital. De las momias egipcias a las
producidas por el científico); luego, sus investigaciones le máscaras mortuorias de los siglos XVII y XVIII, y de allí a las
permitieron fotografias de difuntos en su lecho de muerte (tan difundidas
durante el siglo XIX), la efigie del ser querido lo protegía en
su viaje al más allá y -aunque sea sim bólicamente- lo sustraía
12. Sobre la confrontación entre realismo y cientificismo, véanse a la corrupción.
Arlindo Machado, "O cinema antes do cinema", en Pré-cinemas & Pero Demeny pretende ir más lejos porque ya no se trata de
pós-cinemas ", San Pablo, Papiros, 2005 y Noel Burch, El tragaluz del recordar al muerto por las huellas que ha dejado en su repre
infinito, especialmente el capítulo I "Charles Baudelaire contra el sentación postrera; con el fonoscopio, la representación puede
Doctor Frankenstein". Borges, que -a su modo- también toma revivirlo por un momento y mostrarlo en todo su vigor. No es
parti do en la disputa, prefiere el término biógrafo porque "es el
un memento mori que anticipa el triste destino de quienes
que nos descubre destinos, el presentador de almas al alma [...].
somos fugaces, sino la imagen justa de lo que ya se ha ido,
Repito, bió graf? es el que_ nos grega personas. El otro, el no
biógrafo, el cine mato raf , esta d_es1erto, sin otro sucedáneo de
vidas que fábricas, maqumana, palacios, cargas de caballería y
otras alusionesa la reali dado ge eral dades ;áciles. Es zona 13. Citado en Brian Coe, Muybridge and The Chronophotogra
inhabitable, cargosa" (Jorge Luis Borges, El cmematografo, el phers, op. cit., pág. 56.
biógrafo", en Textos recobrados (1919-
1929), Buenos Aires, Emecé, 1997, pág. 382). 49

48
aquella que (con justeza y justicia) lo devuelv al mundo de
biomecánica: el cuerpo humano es una máquina y, por lo tan
sus afectos. Gracias a esa efigie maquínica -al igual que en la
to, )as leyes de la física pueden aplicarse perfectamente al
novela de Villiers- ya no se trata de una mera representación
estu dio de los organismos igual que como se hace para
del sujeto sino que la representación es el _sujeto. Para el
cualquier otro fenómeno de la naturaleza. Desconocidos pero
fonos copio, el esto-ha-sido que Barthes cons_1dera el noema
no impe netrables, los procesos corporales pueden volverse
de la fotografía, se convierte en una presencia d l - asado que,
visibles (registrables) de una manera nítida y precisa. En este
al menos por un instante, vuelve a ser. La amb1c10n de
sentido, según él mismo dijo, el estudio de las ciencias
Demeny no era simplemente embalsamar sino traer de nuevo
naturales es comparable al de la arqueología, puesto que
a la vida. Su asociación con Louis Gaumont, en 1895,
siempre se trata de descifrar inscripciones formuladas en un
permitió utilizar de manera sincrónica el fonoscopio y el
idioma extranjero. "El movimiento es la caligrafia de la
fonógrafo para pro yectar cintas habladas: el cronófono, con
naturaleza. Desde el invi sible átomo al cuerpo celeste perdido
el que Alice Guy rea lizó más de cien fonoescenas (registros
en el espacio, todo depende del movimiento."15
audiovisuales de cantantes de ópera y artistas de music-hal[)
Indudablemente, hay diferencias notables entre la actitud de
entre 1902 y 1906. Esas cintas prefiguraban la idea del cine
Marey y la de Muybridge frente al estudio del movimiento:
según la forma que las imágenes en movimiento acabarían
uno parece interesado sólo en la investigación erudita,
adoptando años después. No obstante, Demeny parece un
mientras que el otro se entrega peligro samente a un
tímido explorador frente a la megalomanía de Edison que
despliegue espectacular que tiende a alejarlo de la actitud
sueña con desarrollar su kinetos copio como el teatro del
científica más consecuente. Pero nunca se trata de promover
futuro: el vitascope debería funcionar como una auténtica
una ilusión de continuidad (ni siquiera en el zoopra xiscopio
ventana al mundo, mostrando imágenes de la vida misma pero
de Muybridge, que reconstruía los desplazamientos de forma
bajo un formato que vuelva todo más entre tenido. Aquí ya
fluida pero sólo para probar que su método descom positivo
estamos muy lejos de los estudios cinéticos que se proponen
era exacto) sino de explorar analíticamente un sistema en
descomponer el movimiento con la sola fina lidad de analizar
transformación. Prolongados en una cierta dirección, los
su naturaleza.
juguetes filosóficos conducen al espectáculo del cine;
Por eso, Marey -que desprecia las fotografias animadas
desmon tados en la dirección contraria, hacen posible las
dirá que "lo que muestran habría podido verlo directamente
investigacio nes de Marey o de Muybridge.
nuestro ojo. No han añadido nada al poder de nuestra vista, no
han arrebatado nada de nuestras ilusiones. Porque el auténtico
carácter de un método científico radica en suplir la insuficien co, Siglo XXI, 1996, pág. 18. Seguramente la mención de Godard a
cia de nuestros sentidos o en corregir sus errores. Para llegar a Marey, en las págs. 27-28, glosa este pasaje de Les Photographies
eso, la cronofotografia debe renunciar a representar los fenó animées.
15. Citado en Andrej Turowski, "Étienne-Jules Marey: Biome
menos tal y como los vemos".14 Marey aspiraba a una utopía
chanical Utopía or the Automaton with the Swathed Body", Marey
pionnier de la synthese du mouvement, Musée Marey, Beaune,
1995, pág. 100. Turowski analiza, en particular, las vinculaciones
14. Citado en Georges Sadoul, Historia del cine mundial, Méxi- entre organismo y máquina en los trabajos de Marey.

50 51
2. Muybridge y Marey

LA ACCIÓN O EL PENSAMIENTO

En Vivir su vida (Vivre sa vie, Jean-Luc Godard, 1962),


Naná mantiene una conversación con el personaje del Filosó
fo -interpretado por el filósofo Brice Parain- que hace refe
rencia a Veinte años después (1845), la novela de Alejandro
Dumas. Allí, Porthos ("el alto, el fuerte, un poco bruto, no
pensó en toda su vida") debe hacer estallar un explosivo.
"Coloca la bomba, prende la mecha, luego -naturalmente sale
corriendo. Y corriendo, de golpe, se pone a pensar. ¿En qué
piensa? Se pregunta cómo es posible que pueda poner un pie
delante de otro. Entonces deja de correr, no puede, no puede
avanzar más". Todo explota y Porthos muere aplas tado. "En
resumen, la primera vez que pensó, murió", con cluye el
Filósofo. Efectivamente, la acción parecería ser enemiga del
pensamiento y el pensamiento, un obstáculo insalvable para la
acción. Es lo que dice Deleuze cuando ana liza las
innovaciones del neorrealismo en el "nivel de lo men tql, en
términos de pensamiento" e indica la "irrupción de un nuevo
elemento que iba a impedir la prolongación de la per cepción
en acción, conectándola con el pensamiento y subor dinando
cada vez más la imagen a las exigencias de nuevos

53
sienos que la llevarían más allá del movimiento··.1 Y sin ella. Más que abandonar sus malos hábitos representacionales
e bargo. a pesar de la bomba que está por explotar. o justa -como pretendía Adorno-. se trata de que los films aprendan
mente por eso. habría que decir que cuando Porthos -el
a observar las cosas de otro modo.
hom bre de acción- es asaltado por un pensamiento. se trata Por eso interesa la acción de Porthos cuando se detiene a
de un momento de gran pasión y belleza.2 pensar. ¿Qué sucede cuando un movimiento natural,
Por un lado. sólo se puede alcanzar algún grado de entendi realizado instintivamente por un cuerpo, es capturado bajo la
miento tomando distancia y practicando una observación rigu luz de una conciencia que lo desmonta analíticamente para
rosa que permita describir su desarrollo; pero, por otro lado, intentar com prender su sentido? Planteada en el interior de
en cuanto se presta atención a la configuración del un film, esa detención es clave porque interrumpe el flujo
desplazamien to, ya resulta imposible reconocerse en él. De afirmativo y auto matizado de la cadena de imágenes.
pronto, los gestos más banales se cargan de un peso inusitado Indudablemente, la mayor paradoja del cine es que puede
y se muestran en una dimensión completamente extraña para representar la continuidad y el movimiento a partir de la
quienes los han desplegado. El arte posee esa función crítica: fragmentación y la detención. Es una sucesión de imágenes
es un tipo de representación que no refleja o reproduce el estáticas la que permite percibir la flui dez del movimiento:
mundo sino que devuelve una imagen extraña de las cosas que, en eso se sostiene la imagen filmica y eso, a su vez, es lo que
sustraídas al pre cario equilibrio en que las mantenía la debe borrar para constituirse como discurso sobre el
costumbre, ya no podrán dejar de tambalearse. Quizás, movimiento. Esa tensión está en la base de las pelícu las. Y
entonces, no tiene por qué haber necesariamente una así como, usualmente, el cine ha aprovechado las con
contradicción entre la singularidad intrans ferible de los actos y venciones de la fluidez, hay otras formas de utilización de lo
la universalidad abstracta del pensamien to. O en todo caso: cinemático que no remiten al ejemplo estilístico de los films
es en esa aparente contradicción entre lo abstracto y Jo dominantes sino a los rudimentos mismos del dispositivo: el
singular que el cine puede pensar. No avergon zándose de su protocinema de los cronofotógrafos del siglo XIX.
materialidad sino, precisamente, en ella y con Los experimentos del fisiólogo francés Étienne-Jules
Marey y del fotógrafo británico radicado en los Estados
Unidos Eadweard Muybridge (que, por una llamativa
1. Gilles Deleuze, La imagen-tiempo. Estudios sobre cine 2, coincidencia, nacen y mueren en los mismos años: 1830-
Bar celona, Paidós, 1987, pág. 12. 1904), constituyen el primer cuestionamiento de los datos que
2. Este párrafo, al igual que otros dispersos a lo largo del entregan los senti dos, justamente a través del análisis de los
libro, provienen de un texto anterior: "Una juguetería filosófica sentidos. Lo que motiva estos ensayos -así como los de otros
(Eadweard Muybridge, Jean-Luc Godard, Bill Viola y asociados)", investigadores que trabajan de forma simultánea o asociada
incluido en Gerardo Yoel (comp.), Pensar el cine 2. Cuerpo(s), durante el mismo perí odo-- es la desconfianza sobre la
temporalidad y nuevas tecnologías, Buenos Aires, Manantial, 2004. ilusión de transparencia que
El libro tiene su origen en ese ensayo (aunque lo ha desmontado .Produce la mirada, y su resultado es la puesta en evidencia de
para articular sus un espesor de lo percibido sin recurrir a otra prueba que la
fragmentos en una nueva configuración) y reelabora las ideas plan superficie misma de la percepción. Ese dispositivo de
teadas allí.
aprehen sión desnaturalizada que, entre otras cosas, permitió
el surgí-
54
5
5
miento del cine, es una huella clave en gran parte del arte bable el problema de la descripción de des
moderno. En las placas cronofotográficas de Marey o en las científi ay co;p; rta duración en seres vivos, que intrigaba a
instantáneas sucesivas de Muybridge, la naturalidad del movi plaza?11entos rt stas desde Leonardo Da Vinci. Según una
1 defi-
tudtosos Y a d. ·'
miento aparece segmentada en forma analitica, como una suce
enic1on
. , pos•ºble, "la cronofotografia científica es· la med 1c10n
sión de poses estáticas que todavía no han encontrado esa s sucesivas posiciones de un ser vivo en espla-
nueva fluidez construida, propia de la representación cinema tempora1 de la l t ' d 1
. t
zam1en o. La tarea del investigador es hallar · a geome na de
1 ·, I
tográfica. Por lo tanto, retrocediendo hasta allí es posible recu · · nto con
as,· el
como su dinámica, es decu, la re ac1on
mov1m1e
·imiento espacio .
y el tiempo ,,. O, b de l
perar una instancia en la que el cine aún no se había establecido V en las pala ras e
mo
como lenguaje institucionalizado. fi · ' 1
propl·O Marey· "Es la aplicación. de la fotog.ra ,a mstant anea a
estudio del movimiento. Permite que el OJO humano vea las
fases que no podría advertir de mane ª-d_irecta y lleva a abo
CÓMO GALOPA UN CABALLO la recomposición del movimiento que rn1c1almente se h bia
des compuesto".4 Los experimentos de Marey y de
El veloz desarrollo que alcanzaron los métodos Muybndge per mitieron advertir que lo que se ve no es
científicos experimentales y las tecnologías ópticas en el exactamente lo que se ve o, en todo caso, que aquello
pasaje del siglo XIX al XX permitió construir aparatos de percibido en primera instancia y de manera imperfecta por el
medición para acce der más allá de la percepción normal. ojo esconde una configuración más compleja. Ellos y otros
Habría que incluir las operaciones de los cronofotógrafos en investigadores, como Donisthorpe,
este horizonte de posi bilidades y, en un sentido más amplio,
dentro del marco epis temológico circunscripto por
Nietzsche, Marx y Freud (a quienes Paul Ricoeur definió
4. Thierry Pozzo, "Chronophotography: A Modern Aproach to
como "maestros de la sospecha" y Michel Foucault como Human Movement", en VV.AA., Marey/Muybridge: pionníers du
"fundadores de la hermenéutica moderna").3 Dentro de ese cinéma (Rencontre Beaune/Stanford. Actas del coloquio del 19 de
contexto, los estudios de Marey y de Muybridge ocupan un mayo de 19 5. en Beaune), Conseil Regional de Bourgogne, 1996,
lugar clave en la representación del movimiento. Sus pág. 129 y Etienne-Jules Marey, La Chronophotographie, Guthier
investigaciones lograron resolver de manera Villars, París, 1899, pág. 5. La técnica cronofotográfica describe el
método de Marey ,para analizar el movimiento mediante una
secuen cia _fotográfica lograda con una única cámara (desde 1883,
el crono fotografo de placa fija y luego, a partir de 1888, con la
3. Véanse Paul Ricoeur, Freud, una interpretación de la adaptación de losr llos d película Kodak, el cronofotógrafo de placa
cultura, Madrid, Siglo XXI, 1984 y Michel Foucault, Nietzsche, móvil). En un s ntido estricto no debería aplicarse a los estudios de
Freud, Marx, Buenos Aíres, El cielo por asalto, 1995. Sobre la locomoción rea
definición del para lizados por Muybridge o por algunos otros pioneros. Sin embargo la
digma de la modernidad a partir de estos autores, véase Eduardo Grü costu.m.bre extendº1do el uso del término "cronofotografia" p'ara
ah
ner, El sitio de la mirada. Secretos de la imagen y silencios del arte, 56
Buenos Aires, Norma, 2001, en especial la "Segunda parte: El cine,
o la imagen en movimiento de los tiempos modernos".
.desc b r de manera genérica los trabajos sobre descomposición del
; t;iento que.tienen lugar a partir de la segunda mitad del siglo
. or comodidad, conservo aquí ese sentido amplio.

5
7
Londe o Anschütz, desarrollaron las funciones del dispositivo n donde los párpados constituyen el obturador
ra o scura, e
fotográfico y lo aplicaron a un análisis del movimiento que · tb s . 1 ·,
m 1en r que la retina• sobre la cu.al vienen a formarse .as 1ma-
a
conduciría fatalmente al cine. genes reales de los objetos exteriores, e,s la placa s..ensible.
Marey y Muybridge estudiaron por separado y con distin Lejos de ser permanentes, la imagenes retinianas son
tos métodos un problema hasta entonces irresoluble para los fugitivas: persisten allí algunos instantes, prolongando la
estudios de locomoción en seres vivos. Según Marey: duración aparente del fenómeno que la.s. ha hech.o n, acer.
"Difícil mente exista alguna rama de la mecánica animal que Esta
opiedad de la retina nos va a permitir estudiar
. .
como una
haya merecido más atención y provocado mayor controversia imagen fotográfica puede representa un ov1m1ento.
que el andar del caballo".5 La gran pregunta formulada por la Cuando un niño agita una vanlla incandescente y se
fisiolo gía y la fotografia del siglo XIX (la pregunta que está divierte al ver la estela de fuego que parece ondular en el aire,
en el ori gen del cine y, de manera indirecta, en muchos de los en realidad está fotografiando sobre su retina la trayectoria de
cambios del arte del siglo XX) se reduce a una incógnita un punto luminoso; esta trayectoria no es demasiado larga
simple, casi trivial, que más bien parece motivo de una porque la retina no conserva mucho tiempo las impresiones
apuesta entre tahú res. Podría formularse así: ¿existe algún que recibe. En un caso similar, la placa fotográfica proporcio
nará la imagen entera y permanente del camino recorrido por
punto, durante el galo pe de un caballo, en el cual sus cuatro
el punto luminoso; no obstante, esto no será todavía la expre
cascos se hallan levantados del suelo al mismo tiempo? Hasta sión completa del movimiento ya que esta imagen no expresa
la aparición de la cronofotografia, los pintores habían más que las posiciones sucesivas ocupadas por el cuerpo
representado el galope del luminoso al abstraer la duración de su recorrido.
caballo según lo que se denominó flying gallop o ventre a Para expresar completamente los rasgos del movimiento,
terre: elevándose del suelo con las cuatro patas extendidas, es necesario introducir en la imagen la noción de tiempo, lo
las delanteras hacia el frente, las posteriores hacia atrás. Sobre cual se obtiene al hacer actuar a la luz de una manera inter
este punto se ha mencionado con frecuencia el cuadro de mitente y a intervalos de tiempo conocidos.
John Así, si abrimos y cerramos los párpados de una manera
intermitente mientras recibimos la impresión retiniana -dos

LA CRONOFOTOGRAFÍA
NUEVO MÉTODO PARA ANALIZAR EL MOVIMIENTO EN LAS CIENCIAS FÍSICAS Y NATURALES

Si consideramos la propiedad fisiológica del ojo humano, advertimos que este órgano representa, desde el punto de vis­ta dióptrico, un aparato fotográfico con su objetivo y su cá

veces por segundo, por ejemplo-, la imagen de la estela de


ego quese pintará en nuestro ojo presentará esas interrup
5. Étienne-Jules Marey, Animal Mechanism: A Treatise on ciones. Y el núrp.ero de interrupciones contenidas en una cier
Te"estrial and Aeria/ locomotion, Nueva York, Appleton, 1884,
pág. 153. .
l ta longitud de la trayectoria luminosa expresará, en medios
segundo , el tiempo que el móvil ha empleado para efectuar
1 su recorrido. Pues bien, éstas son, precisamente, las
condicio nes de la cronofotografia. , , Étienne-Jules Marey
Revue genera/e des sciences pures et apliques nº 21
15 de noviembre de 1891
j
-; 59
58
Wootton, A Race on the Beacon Course at Newmarket (l , · mpre fuera del
725 . . últimos permanecenans1e . ,
en donde se muestran más de cuarenta y cinco cab ), cuyos misterios . . , biológica (según la creencia comun
. d a 11os
cornen o de ese modo, pero podrían encontrarse eJ·em alcance de la i vest1gac1o;n motor complejo que, al igual que
. ·¡ P1
s1 m1 ares en numerosas telas de la época [figura 9]. de su época) _smo_ co:o consumía combustible y producía
Os los motores mamma os, as funciones podían reducirse a
. motor, entonces, cuy . d
En realidad, Marey había comenzado sus investigacio
fuerza. un . fi . " 6 Marey adaptó los instrumentos e
sobre descomposición del movimiento con el objeto de ha es
uím1cas y is1ca.s . 1
la mejor manera de distribuir el peso de la carga en los soldª leye , de estas ciencias para traducir el lenguaJe de cuerp
med1c1_on d otación gráfica que los volviera comprens1-
dos.. El estudio de los fenómen?s vitales implicaba, para é , un sistema e n • · ·
analizar los procesos, los cambios, el movimiento. El movi ª , lo comprensibles: además eran mscnpc1ones
ri
bles Pero no so
:n
miento, afirmaba, es la manifestación más evidente de la vida· tamente objetivas (es decir, verdaderas) ya que se1 o
por lo tanto, la fisiología debe comenzar por ahí. ¿Cómo lee; a- ce manera automática. Era el propio fenómeno
en lo visible los fenómenos internos, inaccesibles para el ojo estudia o
eJ·aba su trazo sobre el papel y,
. de ese
, modo,
· cualqmer
A '
e1que d
humano? La obsesión de Marey fue la visibilidad: cuando las . ·1·on defiormante quedaba reducida al mm1m, o.
me d1 -acgieron
s1sur el esfigmógrafo (que, a través del pulso, media
funciones fisiológicas se hacen visibles, pueden ser medidas; .
si pueden ser medidas, se vuelven legibles; y si son legibles, lo lati-
entonces pueden construirse como objetos del conocimiento. dos del corazón y los volcaba como notación gráfica precisa) Y
Para él, la fisiología debía ser considerada una ciencia exacta, el miógrafo (que, a través de las contracciones musculares,
igual que la fisica o la química. Se trataba, entonces, de estu permitía dimensionar los signos de fatiga y, por 1
diar las funciones vitales de los cuerpos en movimiento para tant_o,los factores limitantes del motor humano para
encontrar las leyes que los gobiernan. Y se trataba, también, de producir trabaJO). Estas investigaciones lo llevaron a
analizar el grado de eficiencia desplegado por esos cuerpos experimentar con el movi miento: de ese modo podría
para minimizar la pérdida de capacidad productiva ocasionada formular las leyes que regían los principios de conservación
por la disipación de energía. El credo positivista de Marey lo y disipación de la energía corporal.
impulsaba en esa dirección y las leyes de termodinámica -for
muladas a mediados de siglo- ya habían señalado el camino
para un proyecto semejante: al igual que las máquinas de 6. Marta Braun, "Movement and Modemism: the Work of Étien
vapor, el cuerpo humano (el horno faber) podía pensarse como ne-Jules Marey", en VV.AA., Marey pionnier de la synthése du
una economía dinámica que, a partir de la circulación y trans mou vement, Musée Marey, Beaune, 1995, pág. 83. Farocki analiza la
relación entre fuerza de trabajo, eficiencia maquínica e imagen cine
formación de energía, produce movimiento.
matográfica a partir de La salida de los obreros de la fábrica y las
Escribe Marta Braun: ''Marey concebía el cuerpo como una variaciones operadas por numerosos films a lo largo de la historia: así
máquina, una máquina animada, cuyas tareas podían medirse c?m los trabajadores son rápidamente asimilados a las máquinas y la
con otras máquinas y podían explicarse con las leyes teóricas fabrica derrapa con facilidad hacia el campo de concentración, el cine
de la mecánica. Yendo más lejos, incluso, no definía la vida que filma a los obreros a la salida del trabajo se convierte en el mode
que animaba a esa máquina animal como una fuerza vital lo e las modernas cámaras de vigilancia (Véase Harun Farocki "Tra
b Jadores saliendo de la fábrica", en Critica de la mirada Buenos
Aires, Altamira, 2003). '
61
60
Hacia principios de la cada d.e 1 70, había inventado el
cronógrafo y otros dispos1_ttvos n:e an_1cos y neumáticos que se una imagen poco nítida. No obstante, al año siguiente,
pennitían diagramar notac10nes smopucas sobre la secuenc• Muy bridge hizo otro intento y logró capturar a Occident
de pasos de un caballo, partiendo de la impresión que sus galopando dentro del estrecho marco de una fotografta
pat: dejaban al apoyarse en e!.suelo (_Marey a nnaba que (tiempo de expo sición de alrededor de l/2000 de segundo,
ese regis. tro era como "una notac1on musical escnta por el con una lente de dis tancia focal corta, en un momento en que
propio caba. llo'') [figura 13]. En 1873. el científico publicó las mejores placas fotográficas precisaban un tiempo de
los resultados de sus investigaciones bajo el significativo exposición de I minuto para fijar la imagen). Sólo se veía el
título La Machine anima/e y, al año siguiente, el experto en contorno de una figura en sombras, pero aun así los negativos
equitación Georges Duhousset reunió en Le Cheval una eran lo suficientemente nítidos como para ofrecer una silueta
serie de ilustraciones hechas a partir de esos experimentos. reconocible del jinete y algunos de ellos mostraban al caballo
De manera asombrosa estos libros mostraban una con sus cuatro patas cla ramente levantadas sobre la
superficie del suelo. Rebecca Sol nit contextualiza la
configuración del movimiento qu era completamente
importancia revolucionaria de ese logro:
distinta de la representación adoptada por la pintura
occidental. Cuando Leland Stanford, ex gobernador de Para Stanford, el proyecto fue siempre sobre el movimiento
California y poderoso presidente de la Central Pacific Rail• de los caballos. Para Muybridge, era también sobre el movimien•
road Company, vio los dibujos de Duhousset, pensó que la to de los obturadores y sobre la velocidad de la película. Al reve
fotografía podía aportar una comprobación fehaciente a las lar el mundo secreto del movimiento, había comenzado a
hipótesis del científico francés. Stanford tenía un interés preci transformar la fotografia en un instrumento científico. En sus ini
so en esa demostración: era poseedor de un haras, en Palo Alto, cios, el medio había sido más lento que el ojo humano, tal como
con más de doscientos caballos de carrera (luego lo prueban esos famosos boulevares vacíos de las imágenes tem
pranas. Ahora iba a cruzar una gran brecha, iba a hacer visible
ascenderían a cerca de ochocientos) y los datos exactos
-como antes lo habían hecho el telescopio y el microscopio- un
sobre el galope le permitirían trabajar el desarrollo de la mundo oculto para el ojo. Aquellos otros mundos habían estado
musculatura de las patas para obtener la mejor performance escondidos debido a la escala y al espacio, pero este mundo había
de sus animales. Decidió contratar a Muybridge -cuyo estado escondido por el tiempo. Era el mundo de las cosas coti
prestigio como fotógrafo ya dianas cuyo movimiento siempre había sido misterioso. Con el
excedía ampliamente los límites de la ciudad de San Francis tren, los seres humanos habían empezado a moverse más rápido
c?,en donde había instalado su laboratorio- y le pidió eviden que la naturaleza. Con el telégrafo, se comunicaron más rápido.
ci fotográfica que demostrara que, en el algún momento del Co la fotogra:1ª· verían más rápido, verían lo que había perma
necido escondido en el tiempo y luego podrían reconstruir esos
ga ope, los caballos levantaban sus cuatro patas del suelo.
momentos. Era como si un velo hubiera estado cubriendo los
. En 1872, Muybridge fotografió al caballo Occident, pro actos más básicos y la fotografía de Muybridge estuviera a punto
piedad de su mecenas, pero el intento no fue demasiado de rasgar ese velo para siempre.7
exito· 50· El procedimiento de colodión húmedo que se
utilizaba en las fotografias necesitaba varios segundos de
exposición aun con buena luz; por lo tanto, al pretender 7· Rebecca Solnit, River of Shadows. Eadweard Muybridge and
congelar la acción del caballo en un tiempo de exposición
breve, sólo podía obtener·
63
62
A/ta
En los años siguientes Muybridge tomó algunas otras fi
grafias de Occident hasta que, en agosto de 1877, el perió
. .,
_to-
. tco
- modos, se apltcaa
. entos era falsa. Esa falsedad, de todos
dad de los ex_pen a re resentación y no al contenido de la
1 p de esa forma. El fotógrafo no se
orma anuncio sus nuevos expenmentos: "Occict . . ¡ caballo ga opa .•
ea JifiI
galopando a toda velocidad" [figura 14]. Habría que leer imagen. e, . e im uso un objetivo más ambic10so: en
taent bién ese pronunciamiento en su más involuntaria detuvo alli smo que galo;,e en doce fases, fijando el movi-
literalict: porque no era sólo un caballo sino todo un 1878 descompuso de instantáneas. Para lograrlo, colocó
iento en una sene
hemisferio cultural el que empezaba a moverse de una m , as Scoville con lentes rápidas de Dallmayer, sepa
doce camarintervalos regulares a lo largo de una pis ·t a,
• c,ada
manera completament d
ra as po r
novedosa gracias a la agilidad de la cámara. La noticia de
periódico explicaba:
• · · 1 rom agne-
, t di·sparaba a través de un di spos it ivo e b 1
eccamara se
tico accionado por el caballo a medida que su pa o corta a o
El señor Muybridge nos envía una copia de la fotografía
filamentos tendidos transversalmente sob e l_a pista. Com_o s1
ins tantánea de Occident, tornada cuando galopaba a una velocidad
de 35 pies por segundo o una milla en 2 minutos y 27 segundos. fueran fotogramas de una película, esas imagenes su s1vas
El negativo fue expuesto a la luz menos de una milésima de permitían ver con una nitidez irrefutable la evoluc10n del
segun. do, un tiempo tan breve que el caballo no se movió ni un movimiento [figura 15].
cuarto de pulgada. El fotógrafo había hecho muchos
experimentos para asegurar la máxima sensibilidad y la menor
exposición, y el resul tado ha sido una novedad en el arte
fotográfico, estableciendo una velocidad que el ojo no alcanza a
registrar [...]. El negativo fue retocado antes de imprimir la foto;
pero estarnos seguros de que que su configuración no ha sido
alterada.8

En realidad, como afirma Solnit, no se trataba sólo de


reto ques: la imagen era una fotografia de una pintura que
había sido realizada a partir de la fotografia original.
Probablemen te la nueva instantánea del galope había salido
oscura -tal como había sucedido unos años antes- pero el
fotógrafo se las había arreglado para trasladar la información
a la pintura. D_e una manera paradójica, la foto que venía a
mostrar la veraci-

tire Technologica/ Wi/d West, Nueva York, Penguin, 2003, págs. 82·
83. Agradezco a NataJia Brizuela por el descubrimiento de este bello
libro.
8. Citado en ibid., págs. 184-185.
64 65
en su configuración verdadera, las posiciones de uncue que encontraremos muchas más dificultades
eseequilibrio inestable que ningún modelo podría man º en Me to ssatisfactorios con las aves en vue1
o para obtener
em res ltadlo pero procuraremos hacerlo lo mejor que con otros anima
eorno uste ve, m1. quen.d o amigo,
. ner
tengo un entusia ·
st nº
desbordante. Por favor, respóndame rápido.
que podamos.,1estoy remitiendo al Sr. Brandon dos
En este envio, e 1fi h
J. Marey .detodas las fotografías realizadas hasta aeca
Publicada en la Nature nº 291 colecc10nes ,. halaga·d·ot s1
sobre e1tema en cuestión. Me sentina dcep-
use a I S
28 de diciembre de 18 ·
78 ta una de ellas y le estaría muy agradecido s1 convencear.
Marey de aceptar la otra con mis respetos.
Suyo,
CARTA DE MUYBRIDGE A TISSANDIER Muybridge Publicada en La Nature nº 303
22 de marzo de 1879
Estimado caballero:
He leído con mucho interés la carta que el Profesor
Marey le ha enviado a propósito de mis fotografías sobre los
movi mientos del caballo que usted dio a conocer al
reproducirlas en su revista. Sus comentarios laudatorios
sobre mi trabajo me han dado gran placer. Sea usted tan Las secuencias fotográficas de Muybrídge demostraron en
amable de comunicarle al Profesor Marey mi más alta estima forma contundente que, si bien el caballo levanta los cuatro
e informarle que sus cele bradas investigaciones sobre el cascos del suelo, eso no ocurre en la fase de extensión del
movimiento animal inspiraron en el Gobernador Stanford la galo pe sino en la fase de contracción, retrayendo las patas
idea de resolver el problema de la locomoción con la ayuda bajo su vientre. Los resultados de esos experimentos fueron
de la fotografía. El Sr. Stanford me consultó sobre esto y, en publica dos en La Nature, en diciembre de 1878. Allí fueron
respuesta a su pedido, decidí asistirlo en el desafio. Me vistos por Marey que escribió una carta a la revista
encomendó llevar a cabo una serie de los más completos
manifestando su admiración hacia Muybridge y solicitando al
experimentos. Según este propósito construimos treinta
editor que lo con tactara con él. El científico francés vaticinó:
recámaras oscuras con obturadores eléc tricos que, para
"Podremos obser var la and dura real de todos los animales
fotografiar caballos, serían colocados aproxi madamente a
una distancia de 12 pulgadas entre uno y otro. Comenzamos imaginables. Será unaaut_ ntica zoología animada. Para los
nuestros experimentos en el mes de mayo de 1878 e artistas, será una r ;oluc1on puesto que tendrán a
intentamos registrar todas las posturas imaginables d_e disposición, en su configura on verdadera'. la posiciones de
atletas, caballos, bueyes, perros y otros animales en movi un cuerpo en ese equilibrio estable que nmgun modelo podría
miento. Al comienzo no estudiamos aves en vuelo pero, al mantener".9A partir de los
sugerimos esta idea, el Profesor Marey ha hecho que
nuestros experimentos se encaminaran también en esta 9- Étienne-Jules Mare "S ¡
dirección. En consecuencia, modificamos nuestros arreglos
• Ja photographie instat • ,, ur esa1 lures du cheval reproduites par
automáticos Y llevamos a cabo sucesivos intentos a
1878, pág.54_ n anee ' en La Nature, nº 291, diciembre de
intervalos regular s de tiempo mediante un reloj que
construimos para este fin.

66
-
67
resultados de Muybridge, Marey comenzó a aplicar la fotogra. ha vuelto dinámico [figuras 16 y 18). Muybridge, por su
fía en sus experimentos y, finalmente, en 1882, desarolló un serte recibió violentas críticas de quienes se resistían a creer
Jusi/fotográfico que podía tomar doce exposiciones de un qp ua e s'us imágenes, tan poco anato' m. 1cas yd espro.v1stasd e tod a
indi viduo en movimiento sobre una misma placa [figura 19]: elegancia, representaran verdaderamente las fases en que pue
"Gra cias a las múltiples exposiciones, [Marey] creó una de descomponerse el movimiento. El caballo era uno de los
síntesis del movimiento en el tiempo y en el espacio antes que temas más prestigiosos en las artes plásticas: simbolizaba
un análisis en hileras secuenciales de imágenes tal como nobleza, prosperidad, poder. Por lo tanto, era una presencia
había hecho Muybridge. El efecto visual novedoso de sus frecuente en las pinturas y un elemento central para definir las
cronofotografías producía una asombrosa ilusión de habilidades de un pintor. A tal punto que el artista inglés Geor
movimiento a pesar de que las fases individuales no ge Stubbs, especialista en caballos, había escrito una Anatomy
resultaban claramente visibles ya que sus contornos se of the Horse (1766) para estudiar el porte y la actitud del ani
borroneaban por \a superposición de las dis tintas mal. En ese contexto, las imágenes de Muybridge tenían que
exposiciones. Mientras que \as fotografias de Muybrid ge resultar irritantes. Incluso cuando los cronistas describen sus
detenían e\ movimiento a\ servicio del análisis, las secuencias fotográficas de manera entusiasta, no dejan de
cronofotografias de Marey sugerían una continuidad espacio manifestar asombro ante las extrañas configuraciones que
temporal en una nueva disposición pictórica".1º adquieren los instantes al ser congelados por la cámara. Por
eso, Muybridge desarrolló un aparato de proyección, el zoo
praxiscopio -que permitía reconstuir el movimiento detenido y
EL ARTE DEL MOVIMIENTO: TRADICIÓN Y MODERNIDAD fraccionado por sus instantáneas-, para demostrar sin lugar a
dudas la veracidad de sus análisis [figura 20]. Y aun así, todo
Pero la reacción de los tradicionalistas tampoco se hizo seguía pareciendo cosa de magia. Luego de una conferencia en
esperar. Para una mirada educada en la perspectiva renacentis The Royal Institution, ante la presencia de miembros de la
ta, las cronofotografias de Marey eran difíciles de decodificar. familia real, artistas y científicos del Reino Unido, Georges
El encuadre ya no encierra un único instante y un espacio Augustus Sala escribió en The Illustrated London News: "Con
sin gular sino que está poblado por variaciones de una la ayuda de un asombroso artefacto llamado Zoopraxiscopio,
figura que ocupa diferentes posiciones en diferentes el cual puede describirse brevemente como una linterna mági
momentos. Marey hace estallar la unidad espacio temporal ca que se hubiera vuelto loca (con método en su locura), los
de\ encuadre y nos fuerza a aceptar una multiplicidad de animales caminaban, trotaban, galopaban y saltaban sobre cer
configuraciones del movimiento dentro de un marco que, cas de una manera perfectamente vívida y natural. Me temo
aunque permanece fijo, que si Muybridge hubiera exhibido su Zoopraxiscopio hace
trescientos años, habría sido quemado por hechicero".11

10. Franyoise Forster-Hahn, "Marey, Muybridge and Mei .


. S . d Art" VV • 11. Como explica Solnit, el zoopraxiscopio reunía "tres tecnolo-
The Study of Movement m c, ence an , en .AA E·, a wear
ssonie r.
d d Muybridg.e The Stan'1•'ord Years, 1878-1882, Stanford• ',-
69
v•1useurnof
Art, 1972, págs. 98-99.
. En
d este caso, la magia · ·surge como el último vestigi. O
mere 1
ud 1 ·ct en un pen od1 sta que, de todos modos A estas críticas, Muybridge respondió con demoledoras
de
a
. l .d . s ' parece
di rse ante a e v 1 enc1 ·a. in em argo, los come,1ta · argu men
taciones sobre la historia de la representación en
.
nstas
r
en.
ser más agresivos. Algunas revistas se burlaron mect·tantseoe Occidente, en las que demostraba que sus experimentos veni-
ta.n caturas que mostraban las patas de los animales en e n a corregir siglos de errores para instaurar una nueva era.
ti an. ;ignificativamcnte, el fotógrafo tituló u a de s s ?nfcrencias
cione s imposibles y ridículas. Sobre la
.
maner on •gu ra.
a en q
Muybndge mostraba el galope del caballo, el perióct·1 "The Romance and Reality of the Horse in Mot1on como para
San Francisco Chronicle dijo: "Completamente despro 0 ue
The contrastar la veracidad de su método analítico con las impreci
natura 1 .da d, mue h
as d e sus pos1c10nes
· · parecen torpes VtSlode siones enqueincurrían aquellos que se habían dejado guiar por
. 1 . l . d Y COtn- las falsificaciones de la mirada. Colocando sus experimentos
pleJa m1en as q e, en as pistas carrera, la belleza, la
ele- en unaperspectiva histórica, Muybridge revisaba la inexacta
gancia y la s1metr1a van todas combinadas". Georges Gué 1 representación de los caballos en relieves asirios, en frisos
el crítico de la Gazette des Beaux-Arts, iba incluso más 1:f:s: del Partenóny en manuscritos medievales para luego
desembocar en pinturas y grabados de Vernet, Géricault,
Las posturas son, en su mayoría, no sólo desgarbadas sino Delacroixo Meis-
· · f: 1 · "bl sonier [figuras 10, 11 y 12].
presentan una apan enci a a sa e 1mpos1 e. Los americanos,
q u e
gr a n -
des realistas [...] no sólo han pretendido demostrar que Géricault LAS FOTOGRAFiAS DE ANIMALES EN MOVIMIENTO DEL SR. MUYBRIDGE
y Vemet estaban equivocados sino que, además, han querido con
vencemos de que las fotografias de Muybridge son una especie de Uno de los últimos tópicos de la conversación parisina ha sido la magnífica rece
revelación que vendría a desbaratar todas las nociones aceptadas Desde la lejana tierra de California aparece un hombre q e es bien recjbido por e
sobre cómo se dibuja un caballo. [... ] Estas fotos son falsas por
que nos dan una imagen nítida en un momento en que, a causa de
la velocidad y la permanencia de las impresiones en nuestra reti
na, sólo vemos una imagen confusa cuya forma tiene algo dela
posición anterior y de la posición posterior al mismo tiempo. Por
el modo en que se halla constituido el ojo humano, es indudable
que nunca ha visto y nunca verá un caballo galopando tal como se
lo muestra en estos dibujos.12

gías visuales al mismo tiempo: fotografía, zootropios Ylinternas


mágicas, combinación que se convertiría en la base del cine. Nada
muestra su genio de inventor mejor que esto" (River of Shadows, op. º
págC. 1 5 Y en Deac Rosell, "Eadweard Muybridge and Moving Jma
cit., pág. 200). . 12. s en Frarn;oise Forster-Hahn, "Marey,Muybri
d g e u 1 tu r e " e n V V AA M l. . . -
d c i ,p á g . 3 1 ' . . ., arey Muyb ridge: p wnniers du cinéma, o p.
ge
Meissonier. The Study of Movement in Science and Art", en °P· ci ·•
71
70
un grupo de hombres insignes como rara vez puedee
r feas ya que muestran lo
trarse entre las paredes de una sola habitación.ncon- b ·dge pueden resulta
Las imágenes consistían en un gran número de foto enes de Muyn . 1 d
g 'd ysostiene que verdad siempre perturba • cuano
· t
proyectadas en tamaño real sobre una pantalla con Igtafias, a
desconoc•o
' a ayuda de se . da Al menos en una pnmera ms an-
una luz de hidrógeno. Ilustraban las actitud es asumidas revela ante nues!ra mira :lo puede buscarse en su objetiví-
caballo, cada doce pulgadas, a medida que realiza los rná Pür . bell za del invento so N
dos mov1. m1. entos: andar , cam.mar a paso largo, galopars vana­ c1a, la ete grafia no copia . eI ob,ieto
J
sino que lo captura. o o1
sa1tar. Otras 1. ma. genesI ·1ustrab an1 as acc.iones de un ,pe trotar' dad: la•ºo ( no lo sust1·tuye) si·no que lo re-presenta . (vue1vea
representa
J1 1un
. udes de hombrese rro,
fi ,
.
bu ey, un ciervo, etc. as1
, como l as actit ment o Auguste Rodm a irmo
acto de luchar, correr, sa1tar y otros e.erc .c. os atléticos. n el hacerlo presente) . En . esel mo di·ce, la verdad y la fotografía es
. . d . "Es el artista e que
Con la asistencia de un aparato llamado zoopraxisco . indigna - el tiempo no se detiene". Pero cuando
muchos de los individuos fueron exhibidos con un movim io, 1 quee dmiente,
le mostró
porquea Meíssonier las .imagenes
, toma as_ por
to real y las sombras atravesaban la pantalla, aparentem 1en­ ª
StaDJor d · · ·I d l tor
ent 'dge su repuesta ante la desconfianza micia e pm_
M uynb ' del caballo ." L. a po, emi ca
fue simplemente:
para el ojo, como si fuera el animal vivo el que estuviere moviéndose. Las varias posiciones "La máquina no puede
y del perroª muchasmentlf.
de las cuales son singulares en extremo
1
00
era tanto científica como estética; lo que se cuest1 nabaa
American Register, 3 de diciembre de 1881 las imágenes verdaderas pero poco armónicas de Muybndge
era el
servicio que podían prestar al arte: "Por siglos, el credo_ de los
artistas había impuesto el estudio de la naturaleza y el tnbuto a
ta veracidad de la observación. ¿Cómo podía conciliarse este
Bazin sostiene que el conflicto del realismo en el arte pro principio con unas imágenes que contradecían la percepción
cede "de la confusión entre lo estético y lo psicológico, entre convencional pero que eran correctas más allá de toda duda?".14
el verdadero realismo, que entraña la necesidad de expresar a Los argumentos de Stanford fueron tan irrefutables que el pro
la vez la significación concreta y esencial del mundo, y el pio Meissonier (primero escéptico observador y luego entusias
seudo rrealismo, que se satisface con la ilusión de las formas". ta defensor de las fotografias) se rindió a la evidencia e hizo las
Lapin tura realista promovía esa ilusión; pero la fotografia y el modificaciones pertinentes cuando copió su cuadro Friedland,
c!?e "satisfacen definitivamente y en su esencia misma la obs 1807 (1875) para una acuarela realizada en 1888. Y, entre
muchos otros, también Thomas Eakins adquirió un juego de
sio del realismo".13 Por eso, el propio Marey admite que las
ima- fotografias de cab llos al trote para copiar la posición de las
patas_en The Fairman Rogers Four-in-Hand (1879).
Sm emb rgo, la mportancia de las fotografias de
13. André Bazin, "Ontología de la imagen fotográfica", en Muybrid ge no debenareducirse a unafunción meramente
¿Qué correctiva de errores pasados; su verdadero interés radica
es el cine?, op. cit., pág. 26. enlos efectos que

14
• - Fran oise Forster-Hahn "M .
The Study of Movement ·. S , . arey, Muybndge and Meissonier.
m c1ence and Art", en op. cit., pág.103.

72 73
proyectan hacia adel te..Por ue, en rigor, no . d ronto mucha
se que
afjllh.. la representac1on p1ctónca clásicahah _ . P na . •·En vano sea Plicó por e p ·b sin
.. , 1 ia ins1sfd , .. n arte -escrte-_.,
equwocac1on que as nuevas imágenes aportad I ocn . tori• del art -. . la fotografia .ón de la pnme-
esu.

.
ge venían a disipar (eso seria imponer un crit
. 1· l c no de

Por Uyh...:
" ' I CL
1• h•'
deza
para decidir si . sobre si la mvenc1 d "
• · previa I gun o ·
t6 Lo que
1mpe rtmente para ana i zar a evolución del ar t ) Proer.
. .. _ :r:ntearse_la c :s ;entero el caráct :neci:ees el pasaje entr:
·d 1 e · Mas
cons1 erar que o que se encuentra en el ccnt r d rano modifica . onen en evt desembocara
· _ ,.
J U sto ., d . d · o el deb ..
es una cuestion e enm1en a smo una instanciad ate de Muybndgep .deal moderno que
lle)
las fotos . . clásico y un 1 .
polémica entre Muybridge .y sus contemporánee canibio: u n ideal estettco Deleuze d1s-
momento en que un os reo· en el . d Henri Bergson, . y
detennmado paradigma de b c,IStra ti cine: tación crítica e . iento: la anttgua
. L . . e 11eza e"'
d
za a eJar paso a otro. a mcomod1 dad de un t e 1. ·••Pie- . En su interp:;as
e dos man de .reconstruir
.. d d )aselaccione
m v1ms debían ser captu- · n·
s tgo 1• . unguderna par a la Antiguea , n su acme.. . la representac10
como Baudelaire ante el avance de la fotografia resu1t .
Uctdo lamo . nto culminante,e . . d da de poses o ms-
cuente: a elo. radas en s pu e una suces10n or ena . cción.
del movimiento supon . tetizan la esencia de esaa . .,
La poesía y el progreso son dos ambiciosos que se od· ·vilegiados que sin 'b Deleuze- cons1st10
. . . . d tantes pri . . . tífica moderna -escne
un o d1 0 mst mti vo y, cuan o se encuentran en el
mismo tan
n .co . . .no al
. canu0 "La revoluc10n c en_ a instantes privtlegiados 1 .
es necesano que uno de los dos se someta al otro. Si se le .' en referir el mov1m1ento n? Y\a de recomponer el mov1m1en
te a la fotografía reemplazar al arte en algunas de sus funcionpenn1- instante cualquiera. A n s1 se/ t fiormales trascendentes
, artzr de e emen os .
pronto lo habrá suplantado o corrompido del todo, graciasa e to, ya no seraa p artzr de e emenl t materiales inmanentes
alianza natural que encontrará en la necedad de las multitudes. Es . os .
(poses), sinoa P d h er una síntesis inteligible del mov1-
necesario, entonces, que asuma su auténtica obligación que esser (cortes). Enlugar e ac_. . 'ble de éste".17 Según una
la sirvienta de las ciencias y las artes, pero la más humilde de las . efectúa un anahsts sensi .
miento, . . l I arte debe ofrecer una síntesis, es
sirvientas, como la imprenta y la taquigrafía, que no han creado ni concepc10n trad1c1on,a e , d' 1 n
reemplazado a la literatura [...]. Pero si le permitimos avanzar d . un instante en donde el todo se revela; alh ra icae se-
sobre el terreno de lo impalpable y de lo imaginario, cuyo prove ti :rde lapose en tanto que punto de condensación. El proble
cho radica en lo que el hombre pueda agregar a su alma, entonces ma que suscitaron las cronofotografias de Marey Y las
¡ay de nosotros!.15

Frente a semejantes prevenciones, vale la pena recordar la


16.Walter Benjamín·, "El arte en la época de su
reflexión de Benjamin acerca del rol ejercido por los medios de reproductibilidad técnica", en op. cit., pág. 32. Lo cual es casi una
reproductibilidad técnica en los procesos de transformación de paráfrasis del epígra fe de Paul Valéry que Benjamín cita al principio
del texto: "Es preciso contar con que novedades tan grandes
transformen toda la técnica de las artes y operen por tanto sobre la
inventiva, llegando quizás hasta modi ficar de una manera
15. Charles Baudelaire "Le Public modeme et la photograp ,
, , , . l 'art París Henn ' maravillosa la noción misma del arte" (pág. 17).
en Curiosités est hetiques et autres e cn ts sur , • 17.-Gilles Deleuze, la imagen-movimiento. Estudios sobre cine J,
1968, pág. 160. Barcelona, Paidós, 1984, pág. 17.

75
74
inst táneas equid_istantes de Muyb i ge era quen . . o mecanismo cinematográfico,
mism , el
remitirse a una sene de momentos pnv1legiados·t O
Podían
0macta
En ambos casos hay un .. ·, que no pod1 a tener en
· , · za una prec1s1on
ladamente, cada una d e esas 1 magenes en que se d s pero en el segundoa 1can b llo nuestro ojo percibe, ante todo,
ais. primero. Del galope_ d un can ialomás bien. esquemática, una
. 1· b . e sc o m una actitud caractcnst1 a, escb t d un período llenando así un
un desplazami ento no actua t za a n inguna esen .
p , . c,a ni .
Onia trascendente. Esta era, precisamente, la que•
forma Ja'de Bnguna fonna que parece, irradiar1 so t1·tud
re o que la escultura ,fiJO
. en1 os .ti n-
son: no se puede representar e1 tiempo · porque no i e· a
rg. tiempo <lega o, esa es ac
ro la fotografia instantánea aísla cua1quier
fijarlo. Es un fluJ·O, es d ec1· r, una conti·nui·dad indivisibels ·
Pos1bte
. p l . . e en sos del Parten n,- Pe d en el mismo rango y, entonces, el galo
manente cambi o. or eso e eme es e J emplo típicod momento; loss1tuaa to os número tan elevado de actitu-
l Pe
e r- I d
movimiento. Y en rigor, podría haber afirmado lo mis e falSo
mosob pee 1cabailo se desparrama
. nenlugar
un de recogerse en una act1tu . d
la cronofotografia (aunque Bergson nunca alude direct des sucesivas como se quiera e . . . , d
b., amentere única que brillaría en un instante privilegiado e Jlummana too un
a Marey), ya que su mecamsmo · tam 1en consiste en inte
pir el desarrollo natural de un acontecimiento. rnun. período.18
Lo que es real - firma Bergson- es l cambio; la forma es Sin embargo, lo que permitió el surgimiento del di ositi-
una detención enganosa de lo que transita. Eso se debea u vo inematográfico no fue otra cosa que la reconst.rucc(10n del
c
nuestra percepción sólo puede producir imágenes discontin movimiento a partir de esos momentos cualesquiera no un
de lo que es, en verdad, fluido. Pero el instante no nos dice corte inmóvil al que se le añadiría un movimiento abstracto,
nada sobre la transición dado que, entre dos momentos sucesi sino un corte móvil, lo que Deleuze denomina imagen-movi
vos, siempre es posible encontrar un tercero que formará un miento). De hecho, en los experimentos de Marey y de Muy
nuevo intervalo: bridge ya está anunciado todo el cine: el invento que los
hennanos Lumiere presentan en sociedad el 28 de diciembre
Experimentaréis ante el movimiento intermediario la misma de 1895 no es otra cosa que el fusil fotográfico de Marey más
decepción que sufre el niño que intenta aplastar el humo el zoopraxiscopio de Muybridge. Por un lado, Muybridge
aproxi mando una a otra sus manos abiertas. El movimiento se desarrolló un método fotográfico que permitía descomponer
escapará por el intervalo, porque toda tentativa de reconstruir analíticamente el movimiento en una secuencia de imágenes
el_ c biopo estados implica la absurda proposición de que el sepa adas y recomponerlo en el zoopraxiscopio (que podría
mov1m1ento está hecho de inmovilidades. considerarse _el pri1;1er proyector cinematográfico); por otro
lado, Mare mvento un fusil fotográfico (que podría conside
En cierto sentido, habría que admitir que la foto instantánea rarse la n ra cámara de cine) en donde se registraba de
captura un momento 1· mpos1· b1 e
m· nguna ent1'd,ad porque m nera smte_tt a una secuencia de movimiento, sobreimpri
sm· 10
' . miendo las distintas exposiciones en una misma pl aca.
real
e no está hecho de intervalos singulares smo que un tranS·
. , 1
curso continuo. Pero Bergson va mcluso mas eJO -· Dice, a de
pro-
la
1
pósito de la diferencia entre el registro del OJO Ye
fotografia: 76
• 18. Henri Bergson La ¡ ·,
289. , evo ucion creadora, op. cit., págs. 269y

7
7
b,a.n la1
. ·1.r. I que ull11.za
Dijo Mnrey, en 1903, un ol\o nntes de !
lum y
. 0 s1m1.... ...• ..o
· u erte · un
un
"I método, el de la cronofotogroíla, para satisf : · 110 foto¡ráfico I telo paso a y--.
mecan1smavanzar .1
lllag;..,
h4Cer trnbaJO tuvo su c.m·
n·m1· cntosd e Ia fi1s·101ogla. La aplicación más i n· gace.r loa :équiOIS de co5: el motivo de tant; obrumado ante los 1

rl c- q en1osa
ar "'de este
L método
' l. ..
puede
p verse en el cinemató g r aY P<>Pu.
fo habrla que agre o& de un exhibid r rranc as pcliculas que ah·
scu
d ores um1 c ::rc . or au parte, Muybridge C"
, e n ' b • gen en_eel ncargd bla pa¡at a Ed1son por
e loa
1879, él habla logrado, a través del 16
zoopraxiscop· que, altops recios quee .
I kinetoscopto.
en1
de una serie de fotograflas en las que se habla d º· ª mentaban e
sinteaia RE LA PRIMERA PROYECCIÓN
un
laa movimiento; quedel
enmovimiento
1882, Marey
porhabía
mediologra:º.mp
fa.aes auccsivu de /mPnlllir
W:
ca sobre una tira de material sensible; y que en 1 s93 e coMENT :ºi! !... T6GRAF0 LUMltRE
Edison habf a organizado las figuras a lo larHo de una' •
lugar de un disco de vidrio) para au proyecc16n.
el camino que conduciría al cine.19 En efecto, lo que fahabe
aua:a: (cu Una nueva invención. que es c1
·ena,nente una de las otaa
époea. aunque sm u-
..a.o.A. muy fértal. •

mál dc, n en el nº 14 del Boul ard del Capu-


para saltar d e laa investi ciones de Marey y de Mu}'bri4. prod\ljo • a a nocl.J'I,, f
frentea un público de cienttficoe. profctoffly
¡e huta eJ eme de los Lum1ere era 1 pellcula flexible cines. -..&.- . ,,,_ mecho de u.na proyección. 1

(filUII 21]. En 1888, Oeorge Eutman habla introducido en el ÍOI Se trata de repruu-lr• r-· aaaanu,- 1
,1
Vlvidu y fotopaf\adu por tenes de toma l
men:a. do unu cámaras foto¡ráficu que carpban un rollo
de papa emulsionado de 70 mm. preparado para tomar cien
neas. Cualqwffl ,a la eacena ul capeurada Y por m6a .,_.
de que• el número de pe,.-,aaja Mi en 1M
!
ex ICáooet de IUI vtdll. podemol volver a verb. Cfl tamMk>
nes. Poco deapu s. en 1889, mejoró au puesta: una nueva mnnl. con loe colora. la pe.apecuva. lol c:.cloa 1M
cámara que reemplazaba el papel por un rollo de celuloide de
90 mm flexible, del¡ado, reaistcnte y tran&pamlte. En
def'miD.
E,cá, p« c,cmplo, la eeceu de '°'
lM c:alln. con toda la ihmóG de la Vlda real.
belrer01. Uno becc
funciour el fuelle, el bumo 1C ncapa poi' lachunenea el otro
va. la gran idea de Louis Lumiere consistió en aplicar a • ioma el tumo. k> enlrla sobn: el yunque. lo IWnCfJe en el
..- detde doado sube una larp c:olumna de vac,o, bwleo
La visla de Una calle de Lyoo COll IOck, tu movmuea&o de
tnmviu•. automóvilca.. e.te peakl a. de pueu1e1" aun 1
19. Lu paJabru de M.atty eat.án reproducadu eti Vu¡,uo TOli. mM IOl'pl'eadente. Pero lo que m6s enecDdio el •ecuc:snac ,¡
fue el 8-lo en el mar: a.e am es la vwdada
.. Étieone-Ju.les Marey and thc Ori¡jD.J of Cinema-. en
VV.AA..
Marq!Muybrlda : plonni4N' du clMma, op. ni., pá¡. 148. EJ •
Muybrid¡e está citado en Robert Bartlett Hau,..Ea,dweard Mu)'bricll'
183()..1904.., en VV.AA., Eadlward Muybridgr. 1M Slan/ord_ y zam olaa.tacob;do
bulla y- ÍD qu
o.con...._
ieto aai COIIIO Q beft•M qlMIC
ti •
a.._la,. ;_ y•
/871-18/Jl,
Chamey andop. clr.• P'g.
Vaneua 32. Sobre(eds.),
R. Schwartz esta Ci,u,ma
cuestión and
véanse wnbi
tltl In
_,...iekce
Hay---.poee
q._ . -- onaa s-ob-re

Modun Ufo, Berk.el.ey, Urtlvenity of CaJifonua Presa. 1995 Y# 1M


MaeOomwll. Ea.dwurrJ Muybrld1•• Tlr• Mo1t WJto 1'"""'1 --.ac.
1111. de loa .U..dela1Ml l i c a IOclDd peno.
Movi1t1 Pkturu, Loadrel. Weídenfcld & Nteholaon. l 972. lldodllllae\Oo..,.._al
•---o
•doailef\leiava
Cl'le le le ba dado·et PoCo

71 11
nombre de Cinematógrafo". El directo d
.. h d L r
L um1 ere. se a excusa o. os invento r ,_ .
e la fáb .
. óvil Ahora pcrpc·
1
e s
íl ea el
señores A guste y Louis Lumierc, quea son :us d s, Se' tia ha dejado de fijar lo ,nrn . .
'1tfos_nor bien merecidos aplausos. Y r rectbiero La rowgradcl movimiento. . la novedad y el ,nge·
10s túa la unagcn de la invención reside en ..
. . n los La 1,elleza .. n,del publl·
Y a pod 1amos registrar y reproducir la ato. , n a dispos1c10 e ..
podemos registrar y reproducir la vida Pod Palabra, aho nio delapar estos a paratos se pongaeres qu ndos, ya
'· rcm cuando odos puedan fotograt,iars mov1.m1·ento, s en sus
a sus s
co. cuandotrma inmóvil sino en sula palabra a flor de
ra 1
plo, volver a ver las acciones de los S"re os, os
Porrnucho
e ·e.... no bajo unao stos familiares, con
• --- s quer·1ct . .,. acc.1ones, en susdge. ará de ser ab so!uta.
tiempo después de haberlos perdido. lab1. 0s.a1 muerte eJ d. •embre de 1895
le Radical, 30 de dicienb La Poste. 30 de ,c1
1 re de 1895

Los señores Lumiere, padre e hijo, de Lyon . . las bases del cine ya estaban en
ayer a 1a prensa a .maugurac1. o. n d e un invitaron
l ,
a espectác ut
_ . . . o realmen
te extrano y nuevo cuya pnm1c1a estuvo reservada · p lo tanto, es cierto que . fi y los defensores de
pu ' bl" 1co para el los ::perimentos cr?nofo: g:: :;;·en usar una sola cám ra
pan·s·mo.
Piensen ustedes en una pantalla ubicada sobre el fondo de Marey sostienen que el fue. pde película tratada por medios
una sala tan grande como se pueda imaginar. Esta pantalla es para producir, so re una ur:fias capturadas en tiempo rea de
visible para una multitud. Sobre la pantalla aparece una pro químicos, una sene e otogr des losado podría reconstruir e
yección fotográfica. Hasta aquí nada nuevo. Pero, de repente, manera que el mov1m1ento gctador al mismo tiempo. Sm
la imagen de tamaño natural, o reducida, según la dimensión • ás de un espe
para ser visto porm . . ·ntención de plasmar una
de la escena, se anima y cobra vida. M O tenia ninguna 1
embargo, arey_n. t Para su credo científicista, eso era
Esel portón de un taller que se abre y deja salir a una can -1 ·ón del mov1m1en o. . l
tidad de operarias y operarios con sus bicicletas, perros que ::entar la superchería: ¿qué valor podía ten r- ses1mu acro
corren, automóviles; todo se agita y hormiguea. Es la vida las deficiencias de la v1s1on para enga-
.
que se aprovechaba de
misma, es el movimiento capturado al natural. ñar al ojo cuando todo el interés de la cronofotografi r d1ca;
O bien es una escena íntima, una familia reunida alrede ba, finalmente, en descomponer y nalizar elm v1m1ento_
dor de una mesa. El bebé deja escapar por sus labios la papi lncluso cuando incorporó a sus expenmentos la pehcula flexi
lla que el padre le suministra mientras la madre sonríe. n la ble, todos sus esfuerzos se orientaron a reacomodar la
lejanía, los árboles se agitan. Advertimos el golpe de viento sucesión de imágenes para aprovecharlas como parte del
que levanta el cuello de la ropa del niño. . estudio crono fotográfico. Es decir: se tomó el trabajo de
He aquí el vasto Mediterráneo. Un joven, de pie sobre ur a cortar los fotogra mas de una tira de película para colocarlos
viga se apresta a lanzarse sobre las olas. El bañista se arroJa
, tirarse al mar. uno encima de otro, levemente desfasados, y así poder
de cabeza y es seguido por otros que corren ª be fotografiarlos nuevamente como una imagen única en donde
. , 1 en sobre sus ca •
El agua salpica con su ca1da, las o as romp . h . las se vieran de manera super puesta las fases del movimiento.
zas; son revolcados por la rompiente . Y se deslizan ac1a Toda la verticalidad sucesiva de la película era forzada a
rocas. recuperar la horizontalidady la
81
80
simultaneidad [figura 17]. Marey no pretendía reconstruir
f1í 3"
ilusión del movimiento sino hacer visible la curva abstractad
1ª vulgarizada
· el nom bre de cinematogra
baJO
cionada Y . . , . el punto en el
su desarrollo. Para él, el cine sólo reproduce lo que el ojo ve y
[figura 2 )i.ón clave. aquí, es la de v;'(!; z:i:1::ficoy descie -
por lo tanto, no agrega nada a lo que ya sabemos. Un método
L an ·mento abandona suo . en un entretem-
científico. en cambio, debería servir para completar las defi. l e l expcn converti rse
ciencias de nuestros sentidos y empujar nuestro conocimiento a al llano del pop lacho : o, losLumierc no d cen otr
del mundo más allá. Para eso es necesario. entonces, renunciar . un comercio. De . ráctico, la cmemato
mientoy .·on•"desde el punto de vistap . de nuestra
a la representación de los fenómenos tal como son registrados
;fia a qu e e s o . . , la e:!:
por el ojo. El cine es mentira porque reproduce la superficie p ro v i e ne d\ i;;;:::francés
vulganzac1
7 n!(2 x 50 ans de
de máquina". En2 x a rd sostiene que lo que se c nme_
las cosasy un científico debería saber que la verdad no es lo ma Franqais. 1995). Goda la invención del eme sino,
que se aprecia a simple vista.
Todo esto, sin embargo. no evitó que surgieran l 28 de diciembre no es ó l franco para ver
rae . que la gente pag
numerosas
disputas para asignar la autoría del invento. A ese respecto, solamente, la pn e a vez ro ectadas sobre una pantalla. Des-
resultan significativas las idas y vueltas de la placa . a'genes en mov1m1entop la invención de los
1m . ue importa en .
conmemo rativa que debía colocarse en el Boulevard des de esa perspectiva. o q1 , . s1·no las nuevas pos1-
. ·tivo maqu1mco . .
Capucines don Lumiere no es el dispost . d tn·a del entretenimiento.
de, por primera vez, se habían proyectado públicamente los
films deLumiere. En 1923, la propuesta para la placa rezaba: bilidades que
sea no fueran b · para la 111us é
Que co_ncient
nan d tencial (es célebre la ese p-
"Aquí, el 28 de diciembre de 1895 tuvo lugar la primera pro ! e es un invento sin futuro")
yección de vistas animadas por medio del Cinematógrafo, tica frase de Lou1s Lum1ere. l dueño del Grand Café,
. ·· Para el caso, e
una invención francesa de Louis Lumiere". El texto fue no cambia la s1tuac1on. dd Capuchines tampoco tuvo
resistidoy suscitó protestas entre quienes consideraban que en el número 14 del Boul v esd el padre de los Lumiere
los Lumiere habían sido sólo el último eslabón de una larga demasiada visión comercial. cuano . nes le ofreció el 20%
h er
alquiló el salón las ac
para proyecc10 .
hazó la ofertay . . el
ex1g1ó
cadena. Una nueva propuesta, entonces, modificó la placa . ero el hombre rec b .
con la siguente afirmación: "Aquí, el 28 de diciembre de de las ganancias,p ¡ El rimer día sólo se cu neron
Pago fijo de 30 francos pord a. p dac1·ón fue de 33 francos:
1895 el cinemató grafo, invención de los hermanos Lumiere, . · t s y la recau
doce de los c1cn,as1eno 1 Lumiere embolsaban ganan-
hizo osible la pri
mera proyección pública de fotografla animad " N
qu.eJas. en este caso, de Ios defensores de Mareyy a . uevas peroa \ bO de una semana . o s
cuen. cia, nueva propuesta para el texto: "Aqul el 28d,
ca que ascendlan a
cias diarias i o o o francos.
end c'•onse-
bre de 1895, tuvieron lugar las primeras •proyec• e
1c1edm-
,r.otograf1ia a.nimada por med1'0 de I et·nematógrafo ucn1onáes. e
. h ., • ,
n a inventada por 1os ennanos Lum1 ere ' . Esta decisi ó
a m IMÁGENES EN MOVIMIENTO,
IMÁGENES DEL MOVIMIENTO
qui-
ció conformar a todos; no obstante, en 1926,
losPartidarn·pare- Marey colocaron al.pie de su monumento • . se había asistido a una ampliación
A lo largo del siglo XLX, . d chivoy de los medios de
una placa endtos de y popularización de los espacios e ar
se lo describe como el ''inventor de la cronofotografiaP o de
, er1ec- 83
82
encia casi natural
d e
exhibición: museos, zoológicos, parques de diversiones e· . , t 1ºl " es unpunto
[1·dad pareceu na consecu
, tr- ma de rea ¡
. efecto . .
"d talle mu

eos, penny arcades, panoramas, dioramas, Hale's Tours. Con- el artificioso e . mente porque lo rea se
servación y espectáculo se cruzan y se ven beneficiados por las del dispos1t v iteratura realista prec : cine es inverso ya que
nuevas tecnologías de registro, archivo o comunicación corno apoYº para ratura. El proble a . Escierto que lo real
la fotografia, el fonógrafo y, un poco más tarde, el cine y el resiste a la ht el de la insignificancia.. , pero el mundo
aqu1, es esentac10n,
telégrafo inalámbrico.20 En 1893, Muybridge participa de la el riesgo,. d resistirse a la repr inopinadamente en
Exposición Universal de Chicago y allí dispone de un pabellón nunca deJa ,e n cuanto ella se pone
especial, el Zoopraxographical Hall, en donde puede mostrar 1. nvade \a camarae
marcha. d la edad estética se
su invento: con cierta espectacularidad, el aparato ofrecía una e las artes e . •
reconstrucción realista del movimiento que había sido frag Al ser por naturaleza eso -ue el cine invierte el mov1m1e -
mentado durante el registro de la secuencias. rzaban por ser -dice Ranc1er -, rtianos el trabajo de la escn-
esfo . En los encuadres flaube . ·¡·dad del cuadro, las
El pasaje de las vistas fotográficas a la representación to de estas. - dora inmov1 1
tura contradecía, ?r la cnso: ivas. El pintor o el novel_ista t:s:
cinematográfica del movimiento supone una negociación
entre dos posibles desarrollos: la historia de esos balbuceos esperas y verosim1htude ;ªs: devenir-pasivo. En c
mb1ode truían los instrumentos . el trabajo
::e
acuvo e · Lo es e n
que conducirán al cine es el itinerario de una tensión entre el ositivo suprime de volverse pas iva. .
P
·
meeán ico
afán realista y el afán analítico. Esta disyuntiva no era ajena a · La cámara n o pu e . ta
devcnir-pas1 vo. . d. d d e la máqu ina, supues
los estudios de estética, pero nunca antes se había planteado culm1-
cualquier caso (...). La pas'.v'.a n estético del arte, se
en estos términos. El contraste permanecerá siempre en la presta con '6 d" I programa del reg1m e . .
base del cine, pero el debate se cierra, inevitablemente, con n a c 1 n ... la v ieJ a
·dad figurativa de la idéntica facilidad a restaurar . ue
la proyección del 28 de diciembre de 1895. Lo que Barthes capac1 .
unsiglo de pintura y ltte-
lla- fonna activa impuesta a la mat nqJ·untoa ella, se va restauran-
. tado de subvertir. , . 21
ratura hab1a tra 1 1. .ca del arte figurativo.
do progresivamente todaa og1
20. Femández Bravo destaca ese carácter mixto de las exposicio .t , ti propor
.ro el reg1 s c1·nematog ra icO
nes
un universales que son tanto "museo efimero" como un bazar del Desde un comienzo, . . · perabled e mm . ediatez y de present e.
mundo en donde cada nación elige presentarse a través de sus produc 1 ·
cionó una sensac1on m u cía prescindir de cua quier
La imagen era instantaneay are el cual las actualidades
tos característicos: "Al integrarse al escenario-mercado montado en la
feria, nuevos atributos se adherían a los productos, que los , fu 1motivo por r
intermediario: Este e e lar aunque también exp ica
convertían en objetos dotados de un valor ideológico establecido en se volvieron un género t;:bre: tic s para dirimir cu stiones
relación con 1

los_principios domin_antes en las expo icione . Estos principios privi Bravo, "Argentina y Brasil en la Exposición Universal de París de
legiaban la tecnolog1a y el desarrollo mdustnal como evidencia con 1889", en Relics & Se/ves. fconographies of the National in Argenti na,
creta del progreso histórico de la humanidad" (Álvaro Femández Brazil and Chile, 1880-1890, www.bbk.ac.uk / ibamuseum / texts
/ Femandez8ravo02.htm). por qué resultaron tan . . l retensiones de Ed1son por
, Durante un Ju1c10,
asp de autona.

• ,r . a Reflexiones 1
. La fábula cinematogra 1 , e . J'
21. Jacques Ranc1ere, p idós, 2005, págs. 18-19.
sobre la ficción en el cine,Barcelona, a
\
85
84

' ......
cobrar derechos de autor sobre una de sus vistas de actualidad
e.lconstltuye
. e ? nque mstante,,•22. 6 ?Qué pretendía
fuerondesestimadas: el juez consideró que las actualidades no Mudybridg .H . adónde se dirigen to
t a
eran susceptibles de copyright ya que no constituían un traba. as es s
jo de creación sino que registraban lo que cualquiera ¿Qué quería demostr "o : ¡cuerpos en diversas po_sici?nes
hubiera imágenes? ¿Es un cat g_ t ? ·Es un documento c1ent1fico
podido ver en el lugar del hecho. Con todo, "la pasividad de b, ervir a los art1s as. <, de
la máquina" instaura un territorio propicio para la ideología que de
•ias
que da a de todas las posiciones que pue
cuent
pequeñoburguesa del pionero Edison que denominará vitas e x h a u s ti v ·O acaso no es nada de eso?
a d o p ta r u n e,
copea su aparato de proyección, como si fuera una visión o
cuerpo?.
pura de la vida. Pero antes de eso, antes de esa miradasatis
fecha que restituye sin interferencias la imagen directa del
mundo, la vocación de los cronofotógrafos por capturar la PREFACIO A LA PRIMERA EDICIÓN DE ANIMALS IN MOTIO
per manencia de un instante implicaba un acto de
catalogación de lodesconocido.A veces, como en el caso d1888 habiendo evaluado algunas
deMuybridge, eso no excluye el caos ni el espectáculo. Sus
libros (tanto Animal Locomotion; an E/ectro-photographic . El 27 dea efel bzroeorporaxe1_scop1. 0' , el autor consultóa Thomas
meJoras par 'bT dad de utilizar ese aparato en aso­
lnvestigation of Conse cutive Phases of Animal Movement, A. Edison sobre la post 1 t tal de combinaryrepro-
., 1 fonógrafo de manera.
1887, como The Human Figure in Motion,· an Electro- cd1uacci1r0nencosniemultáneo, en' presenci.a d e un público, acciones
photographic Investigation of Consecutive Phases of
Muscular Actions, I 901) constituyen una enciclopedia visiblesypalabras au?ibles.tr ·stao doce añosdespués
C.-despues de esa en ev1 •
absolutamente desquiciada. Es el trabajo de un lunático: meo anos ...hibido ante un gran número
miles de placas fotográficas que se acumulan pero que no de que elzooprax1sco_p10 fue a et\cas deEuropaY América,
avanzan hacia ningún lado, un conjunto de movi ientos que de instituciones artísticas - cien• •arato que su ingenioso
la primera mejora aparec10 en u ap
no cesan.de e pan irse pero que sólo consiguen girar en falso. constructor denominókinetoscop o. tes se han atribuido esta
Un registro 1 finito de gestos, accionesy acti
Una gran cantidad de preten en Idbe el primer
tudes que no respondea un intento coherente de sistematiza . io A Marey se e e
mejora del zooprax1scopfi.s en movimiento . obtenidas,
ciónsino queparece exclusivamente motivado por una .dsucesión de igura
registr.o e ·unalente sobre una tira de material sen. sible, en
voracidad desaforadae insaciable. En un buen día de traba·o
con un umc' .licación de una tirao cmta que
Muybridge podía obtener entre quinientos y seiscientos ne a 1882y. a Ed1son, la pnmerad aptales figuras en una línea recta
tivos. Así, de 1884a I 885, durante su estadía en la Unive_· ,cierto número e .
c(eonntieumgarudne distn.bu1.rlas sob disco
re nu de vidrio) para ser
dad dePensilvania, produjo más de cien mil fotografías/ 1
allí seleccionó unas veinte mil para Animal Locomot. proyectadas. 'bir estas líneas, la combinación del
"Eadweard Muybridge parece un tributario de Charles Da zoopAralx1osmcope1t0ocodne eet ro ógrafo no se ha logrado de manera
queestuviera esperando en l-a erie de lasrepeticiones
momento justo ela,transformac1on, pero o aplazara siempre,
embriagadoo d1stra1do por las fugaces monadas de 22. L. UIS "Eadw, eard Muybridge", en Siluetas, Buenos
eternidad Chitarroni'
Aires, Juan Genovese, 1992, pag. 54.
86
87
satisf actoria. Sin embargo no cabe dudad
no distante-

.
.

. .
futuro, los aparatos
' no sól e dque. en el _qu1zas

o po ran reprod .
acciones v1s1bles de manera simultánea con p·1 b.
· ,

. uc1r
----
dl mueho
do ·nero y por lo tanto, resulta ,imprescindible recu-
'
la inversión. En e l proyecto fot ograf ico que
.

· . a a 1as aud1bl perar


smo que una opera entera (con los gestos lase . es, Muy bndg e desarrolla bajo el. ausp1c10
. . .
de la Universidad de
f ; · ¡ 1 · • xpres1on . .
a c ta es, as canc iones de los intérpretesy I· • • . es Pens11vama
- • u musica que 1
acompana) sera registrada y reproducida por l1na , . as (luego de la pelea con su mecenas Leland tanford) era nece
b' 1 • . • maquma qu
com me os pnnc1p1os del zoopraxiscopioy el r . e sario plantear un guión, organizar las sesiones, preparar los
a 1 · •, ,onografo
P raa mstrucc1on y el entretenimiento del , bl' '
d ·d pu ico mucho decorados, dar indicaciones a los actores sobre cómo mover
l·espues e que los a icipantes originales hayan mue,rtoy . se. En los burdeles de San Francisco, el fotógrafo solía con
fotografias se h1c1eran estereoscópicamentey I· . s1
tratar prostitutas que aceptaban posar desnudas pero a quienes
c1_nde cada serie se realizara de manera indcpe die t roy c
se les debía pagar por hora. El tiempo debía rendir al máximo
;on1ca, se po ;á ve na imitación perfectamentereali :;
rep_resentac1on ongmal mediante la ayuda deb' 1 y no había que desaprovechar los valiosos minutos: "En un
apropiados. mocu ares emprendimiento de estas dimensiones no se podía correr el
riesgo de fracaso financiero. El erotismo de muchas de las
imágenes ciertamente debe haber ayudado a las ventas. Prote
. Eadweard Muybridge
Kmgston-on-Thames, diciembre de 1898. gidas por el sello de la universidad, la publicación de fotos de
hombres y mujeres desnudos pudo evitar el mezquino rigor de
la censura moral. Hubo algunas dificultades, pero la Ciencia
, ay, por ejemplo, un grupo de fot . tenía la última palabra. Por lo tanto, las imágenes de mujeres
posito científico definido·m os _que no tienen un pro- en posiciones tan equívocas como imposibles, lograron pasar
. uestran acc10 .
de uno o más personajesY par d . nes simples a cargo a la posteridad".23
lámina 73, "Tuming around .ecen stmadas a artistas. En la Se podría argumentar que los cuerpos están desnudos
, m surpnse" .
actúa como si estuviera avergo d , una muJer desnuda por que eso permite apreciar mejor los detalles musculares
, camara. Otras , laminas llevan nza a al
,
ser .
sorprendida por la en el momento de realizar un esfuerzo (de hecho, las
cronofotogra
,, " fias de Marey también recurren a modelos masculinos desnu
s tranger , Dancing g,·r1 A · por titulo "Ch1'ld greeting dos o apenas cubiertos por unsi taparrabos) [figura 24]. Pero
a
. • p1rouette" "W
ptck up a handkerchief" "Dai·s • '. oman stopping to esto es así, ¿para qué agrega Muybridge un tul que nada
1 . • Y Jumpmg
c earmg, landing and recovering" "Ch. ª urdle, saddled cubre sobre el cuerpo de una mujer desnuda? Quizás podría
h rastre arse allí la herencia de un ideal clásico en la
a o_rpedo" [figura 23]. Como si f eran tl tukelns being scared
b;m t 1 representación del cuerpo femenino. Pero, en cualquier
1 1vas. y·1rg1·11·0 Toss·, sug.iere qu Osde Pel'1culas pri-
caso, lo cierto es que
.
s1tua ·
c1ones e, aI poneren escena esas
, . unas, Muybridge se
mm
. . comportac
un d,rector de e m e, mucho antes de lae , . omo si fuera
, rea c, ond
f i
ros 1 lms. Y segun Dominique LaJ·oux e 1os t>aSta-
1 , para a c o m
Prime- co osal sobre el movimiento, el fotógrafo trab . eter 88
,. . . aJa
su obra ma ucc1on
ed pros1m1lar
d al de un film en el
conu
n siste- que se ha
o,
23. Dominque Lajoux, "Marey, Muybridge and 1 of Cinema", en el mismo volumen.

i
Women", en VV.AA., Marey/Muybridge: pionniers du
cinéma, op. cit., pág. 117. Véase también, Virgilio Tosi,
89
"Étienne-Jules Marey and the Origins
111 1 11 11
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111"1 ud1111 cxperimcn• lo" cic11lllico!I en lu rned111ico lle la locomoción -
i1t1t11le111ude r111011 de un a v 1111C1N l11v1tud11u hnrrcr el <1tllt!• nílrmu Brnun--, c1c1lu111c11tc corn1t1tuycn unu colección
ob11crvamm1 Ju 11ecuenclttcªo111m11neru e11tructurnl y progrt111lv11: prccio1m lle imn¡inución ligurutivu. unn repetición <le los
o un lodo y no • .
de Itlll1t11ntc11 al111ndo11. Dice Prod tir• .. pr6cticos pictóricos contcmpor6- ncus y un compendio de
como una udlcrón historio sociol y de fontoslu cr61icu [...]. El compromiim de
11ceptada11 r,orque Ne velan real g . Le11fotograflUK fueron Muybridgc es. entonces. con lu narración, no con el
podla ah!11tiguar.o almenos ,,:": e pare<:lu11u algo que el movimiento. Y somos invitados a comportirlo. El espacio
ojo e11timula mlls que un mero interés en los ritmos de los gestos y
La mcdidu de lo verdadero 111 111! unb clemetttos reconocibles las poses. Coda secuencia. y cada imagen singular dentro de
, n em argo
que.1a cám ru hubiera capturado la • no e a el hecho la
de 1
pudiera v e rificarla" 24 Puest m a g e n 111110 que el
. · o que Ia m a I
0¡0
resultan ciertas, damos por sent d yora de las
J
sccuehcio, nos induce a convertir a los modelos en de
dramatis per
sonae congelados en desacostumbradas actitudes engal\oso
0e 1 · · láminas
que todas 1O
c "• cua quier d111onancia localeb !lon Y, enton-
dcf conjunto. !I orrada en la apreciación atractivo.25

24. Phillip Prodger, "The Romance andR I'


Motion", en VV.AA., Marey/Muybridge: pfo,;:,lly of the Horse in 25. Marta Braun, Picturing Time. The Work o/ Étienne-Ju/es
Marey (1830-1904), The University of Chicago Press, 1992, págs.
cft., pág. 55. er.v du clnérna'op.
247 y 249.

_
90 91

- _....:......
AIH donde Marey utilizaba la cámara sólo como un instru.
. d e1 cine• la base técnica -en otras
técnica , palabras-
. de una
mento provisorio para producir gráficos que fueran más allá
de la superficie y explicaran la naturaleza. Muybridge, en . · dedicada a satisfacer las fan tasias narrativas de Muy -
1 ndustn
•ct a decir. a duplicar esas ilus10nes
es . . que Marey procuro ,
cam. bn ge, . ,, 26
evitar durante toda su vida . . . .
bio, aprovecha la capacidad del dispositivo fotográfico para
complacer al ojo.
Lo que separa a Marey de Muybridge son las diferencias Lo I e importa aquí es que esa síntesis del mov1m1ento
L ana-.,
líticamente descompuesto que alcanza el aparato de os u_mie-
entre ciencia y arte; o, más específicamente: entre cientificis re es todavía, unos años antes, para arey y para uybndge,
mo decimonónico y arte moderno. Es cierto que la
formación de Muybridge tiene sus raíces en la vocación una utopl'a• Sus experimentos s•e mantienen en ese hmbo d.o,
nde se constituye la transición de un modelo de
taxonómica de los siglos XVlll y XlX: el Catalogue of representac1on a
Photographic Views lllustrating the Yosemite, Mammoth otro. Saben qué es lo que irremediablemente ya_no pued_ener,
Trees, Geyser Springs, and Other Rernarkable and aunque todavía no entiendanon demasiad claridad hac a on de
lnteresting Scenery o.f the Far West ( l872) es una obra de avanzan. Hay todo un umverso figurativo que estas 1mage nes
registro y clasificación. Pero sus estudios del movimiento clausuran y, a la vez, otro que inauguran aunque apenas lo
incorporan al trabajo de inventario un elemento de ficción o intuyen. Más que una afirmación, una s?sp ch . Los films -s
de fantasía. En Animal Locomotion y, sobre todo, en The sabe- no son imágenes en movimiento smo 1magenes_del_r;wv1-
Human Figure in Motion, las acciones descriptas involucran miento que se suceden unas a otras, produciend? la ilu 10n e
armado de decorados, sujetos concretos que actúan una una continuidad allí donde sólo hay instantes fiJos Y d1scontt:
situación y cierto dramatismo. Suponen ya una narración nuos. Esa tensión permanece en la imagen, agazapada, como
virtual. En algunos casos, incluso (en las secuencias s1 se tratara de su "inconsciente óptico".
"Woman turning, throwing kiss, and walking upstairs",
"Woman uncovering herself and rising from bed" o
"Woman te ping from tu , sitting down in chair, drying her
feet"), las 1magenes d muJeres desnu as o cubiertas
por suaves gasas apela_n al mismo v_elado erotismo que las
primitivas películas de mirones: a partir de la escena
convencional de la noche de bodas, en donde el flamante
marido fingía respetar el pudor de
su. vergonzosa
b 1 esposa,
. . los , . de la mariée operab an
, d couchers
1
siempre so re a vanac10n e topico de una ued es- 1
muJ·eqr . se
nuda ante la mirada d e un h ombre . P ara Marey, en ca b.
, ., . , m 1 I
cronofiotograf1ia no tema nmgun 1nteres representaci· 10, a

l
, . ona1·
sus 1
dmodelos son solo agentes abstractos, intermediarios t ' .
. d. . . , ca a iza-
proce d1.m1entos fiotogra'f 1i cos queM
arey d

ci.sa para estud 1'


esarrolló son o,b

"Cun.osamente, s.m embargera


1os
pre-
1a ase

92 93

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