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Tema 15.

Enfermedades del oído externo con repercusión auditiva


Dr. Fernando López

Objetivos

 Describir la patología más frecuente del pabellón auricular y orientar su tratamiento.


 Conocer la patología no inflamatoria del CAE y su relación con el uso de prótesis auditivas.
 Conocer las causas y la clínica de la patología inflamatoria del CAE. Implicaciones
logopédicas.

Contenido

Conocer las imágenes clínicas, determinar el grado y tipo de hipoacusia que producen,
las posibilidades terapéuticas, evolución y pronóstico

Introducción

Las enfermedades del oído externo (OE) están condicionadas por las características de
esta región. El OE se compone del pabellón auricular y del conducto auditivo externo (CAE). El
pabellón auricular está formado mayoritariamente por tejido fibrocartilaginoso (el lóbulo se
compone sólo de tejido adiposo) recubierto por piel que está firmemente unida al cartílago
subyacente, con el tejido conectivo de la dermis condensado hasta formar el pericondrio, que
es una capa fibro-vascular que rodea el cartílago, a partir de la cual se nutre éste. El CAE mide
2,5 cm aproximadamente y tiene una parte ósea (2/3 internos) y una parte membranosa (1/3
externo) y tiene forma de S, con su porción más estrecha en la unión óseo-cartílaginosa. Está
recubierto de piel muy fina y su tercio externo se localizan glándulas productoras de cerumen,
de grasa y foliculos pilosos. La cera es un elemento protector del oído y tiene un pH ácido que
impide el crecimiento de microorganismos.

El pabellón actúa como localizador de la procedencia del sonido. El CAE sirve para
conducir el sonido desde el pabellón auricular hasta el tímpano y amplifica el sonido hasta un
máximo de 5 dB, lo que tiene escasa relevancia. EL CAE además actúa como caja de
resonancia para frecuencias entre 2000-4000 Hz. Se sabe que la audición se mantiene aunque
exista un conducto auditivo filiforme y viene a alterarse sólo cuando la oclusión es total.

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Patología del Pabellón Auricular

Traumatismos

En ocasiones se asocia a lesiones del CAE. Consisten en laceraciones y abrasiones,


pérdidas de sustancia, amputaciones, quemaduras, congelaciones,...En estos casos, si no hay
un manejo adecuado y la evolución no es correcta hay riesgo de infección y de deformidad
irreversible del pabellón. Es importante la higiene, la sutura si es necesario y una buena
cobertura antibiótica.

Hematomas

Consiste en una colección sanguínea entre cartílago y pericondrio lo que puede


comprometer la vascularización del cartílago. Pueden ser secundarios a traumatismos
importantes o tras microtraumatismos (judo, rugby,…). Al igual que en el caso anterior es de
vital importancia evitar al sobreinfección para que no se produzca una necrosis del pabellón
con la subsiguiente deformidad.

Pericondritis

Infección del pabellón auricular por diseminación de una infección a partir de la


incisión quirúrgica en la cirugía mastoidea. Los traumatismos con laceración y hematomas y las
otitis externas son otras posibles causas. Se produce una inflamación de todo el pabellón
excepto el lóbulo (no tiene pericondrio) y el pabellón está caliente, eritematoso, doloroso, con
pérdida de surcos y relieves. El edema puede llegar a la región retroauricular y causar
protrusión del pabellón. El tratamiento es antibiótico (ciprofloxacino).

Celulitis o erisipela

Inflamación de todo el pabellón, incluido el lóbulo con un frente de avance claro. Su


tratamiento es antibiótico.

Desde el punto de vista logopédico, el reconocimiento de la patología del pabellón es


importante ya que, en ocasiones, los pacientes que utilizan prótesis auditivas son valorados por
un logopeda o un audioprotesista; son estos profesionales los que pueden orientar acerca de la
necesidad de retirar la prótesis temporalmente y solicitar atención médica.

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Patología del Conducto Auditivo Externo

Tapones de cerumen

El cerumen cumple una función protectora y fisiológicamente es movilizado desde la


parte interna del CAE hacia el meato auditivo. Sin embargo, en ocasiones se produce una
alteración del mecanismo de auto-limpieza del CAE lo que conlleva a una acumulación de cera
en el conducto. Las causas de la alteración del mecanismo son varias: manipulación del CAE
que interfiere con su drenaje fisiológico (bastoncillos: irritan y compactan), variaciones
anatómicas del conducto, excesiva descamación epitelial (ej. eczema), ambientes muy
polucionados, uso de prótesis,... En determinadas situaciones, típicamente tras ducha o
piscina, se produce una sensación de taponamiento e hipoacusia leve. En ocasiones puede
haber acúfenos (contacto con membrana) e incluso dolor, vértigo,... El diagnóstico se realiza
mediante la otoscopia y el tratamiento es la extracción, bien mediante lavado con agua
templada a 37ºC (contraindicado en oídos operados o con perforación), bien mediante
extracción directa o aspiración.

Cuerpos extraños

En el CAE pueden encontrarse también cuerpos extraños que requieren de extracción.


Son más frecuentes en niños que en adultos. La clínica puede ser variada: desde asintomáticos
(inanimados y pequeños), sensación de taponamiento (inanimados y grandes) o dolor, prurito
(animados). El cuerpo extraño más urgente de tratar es el insecto vivo, ya que éste genera
dolor porque al moverse traumatiza las paredes del CAE y el tímpano. Además produce mucha
angustia en el paciente, al sentir el aleteo en el canal. Para poder extraerlo, es necesario
primero inmovilizarlo utilizando lidocaína o aceite. Luego se saca con instrumentos como
pinzas o ganchitos. Si el cuerpo extraño es una semilla lo ideal es no irrigarla, porque si la
extracción fracasa, al humedecerse se dilata y complica el intento de extracción. Con la
dilatación de la semilla, se presionan las paredes del CAE y al tratar de sacarla provoca
erosiones.

Exóstosis

Son tumoraciones óseas benignas del CAE, frecuentemente bilaterales y múltiples. Se


deben a traumatismos térmicos por exposición al agua fría (surfistas). En ocasiones son un
hallazgo casual ante la presencia de hipoacusias subjetiva o el desarrollo de otitis de
repetición. En caso de que sean oclusivas el tratamiento es la extirpación quirúrgica.

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Otitis externas agudas. Localizada

Es el llamado forúnculo del CAE. Su causa es bacteriana y produce dolor y picor. Se


aprecia una tumoración con signos inflamatorios, circunscrita y con posible drenaje purulento.
En ocasiones obstruye por completo el CAE- EL tratamiento consiste en antibiótico tópico.

Otitis externas agudas. Difusa

Es la forma más frecuente, sobre todo en el verano, de ahí su denominación de “otitis


del nadador”. Afectación de toda la pared del CAE. Se debe a una infección bacteriana y se
produce cuando se modifican las condiciones físico-bioquímicas del epitelio (maceración,
eccema, solución de continuidad...). Se inicia en el tercio externo y posteriormente hay
compromiso del conducto óseo y del pabellón.

Clínicamente causa picor, taponamiento, dolor intenso e hipoacusia. En la exploración


se aprecia un CAE con edema, eritema, supuración (otorrea), estenosis y posible fiebre y
adenopatías regionales (ganglios). Se aprecia un signo del trago positivo (dolor intenso al
presionar el trago) y dolor al traccionar del pabellón. La membrana timpánica está integra
(difícil de valorar por edema y dolor).

El tratamiento consiste en limpieza del conducto (descamación, pus,...), analgesia y


antibióticos tópicos. Si hay edema intenso es posible colocar taponamiento (difunde
antibiótico y alivia dolor, pues recoloca los tejidos desplazados) y administrar gotas tópicas de
corticoides; a veces hay que administrar antibióticos sistémicos (afectación general o fuera del
CAE). Favorece la analgesia el calor seco local.

Para evitar la aparición de otitis externas son importantes las medidas higiénicas:
evitar manipulación del CAE, secar concha y parte externa CAE (toalla), instilar gotas
acidificadoras tras nadar: vinagre, OH,…, tratamiento de eczema, no colocar audífonos.

Si no se trata adecuadamente la otitis externa es posible cronificación: prurito y


estrechez del CAE por obliteración debido a epitelio hipertrofiado y sobreinfectado.
Liquenificación.

Otitis externas agudas. Otitis externa maligna o necrotizante

Se deben a una evolución tórpida de una otitis externa difusa en pacientes con
alteraciones de la inmunidad (DM, VIH, ancianos,…). En ocasiones, evolucionan a una
osteomielitis temporal extendida a la base del cráneo, potencialmente muy grave. Se

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caracterizan por una otalgia intensa y persistente (>1mes), otorrea purulenta, alteraciones de
la inmunidad o enfermedad crónica y alteración de pares craneales (VII par el 25%). El
tratamiento debe ser muy agresivo: antibióticos y cirugía.

Otitis externas crónicas

Infecciones de repetición que estrechan el CAE y alteran el epitelio, favoreciendo a su


vez las reinfecciones. Casis siempre hay condiciones predisponentes a esta situación como son
las situaciones de déficit de inmunidad, alteraciones endocrinas (Diabetes), alteraciones
dermatológicas (eczema), otitis externas difusas de repetición, otorrea crónica,... Es
importante seguir medidas higiénicas, abstenerse de manipular el CAE, administrar
antibióticos y corticoides tópicos en casos de reagudización, acidificación del conducto
(vinagre, alcohol etílico, ácido bórico) y empleo de tapones hechos a medida.

Otomicosis

Habitualmente la otomicosis de debe a sobreinfección por hongos tras una otitis


externa o media bacteriana. Esto produce una alteración de la flora bacteriana saprófita (en
ocasiones debido al uso de antibióticos tópicos u orales), favorece la presencia de humedad y
calor (secreciones) y el ulterior desarrollo fúngico. Determinadas condiciones como la diabetes
o la inmunodepresión favorecen también estas infecciones. Los hongos más frecuentes son
Aspergillus y Candida. Clínicamente los pacientes presentan un prurito y otorrea rebeldes,
sensación de taponamiento e hipoacusia. El tratamiento es la limpieza, aspiración, acidificación
y antifúngicos tópicos.

Otitis eczematosa

Se debe a un eczema del epitelio CAE, de modo similar a lo que ocurre en otros lugares
el organismo. Puede deberse a una dermatitis de contacto (champús, tintes, moldes de
audífonos,...), a una dermatitis alérgica (níquel, gomas (auriculares),...), o a otitis medias
crónicas con supuración mantenida (autosensibilización). Los pacientes refieren prurito, y en la
exploración se aprecia la presencia de exudación, escamas, liquenificación. El tratamiento
consiste en evitar el agente desencadenante, evitar rascado (sobreinfección, liquenificación),
evitar entrada de agua (maceración) y, para disminuir el prurito, corticoides tópicos. Estas
otitis tienden a ser muy recurrentes.

Desde el punto de vista logopédico, la patología del CAE es importante ya que el uso de
audioprótesis puede desencadenar o favorecer el desarrollo de determinadas infecciones.

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Síntesis

 La otitis externa difusa es un cuadro muy doloroso debido a un traumatismo de la piel


del CAE, lo cual puede aparecer en portadores de audífonos. Debe seguirse
estrechamente en un paciente diabético.
 Ante un cuadro de otitis externa es necesario, en ocasiones, retira la audioprótesis en
aquellos pacientes portadores de la misma.
 La otomicosis es una entidad que en ocasiones requiere tratameinto prolongado con
higiene y aspiración de secreciones repetidas.
 La higienes del CAE es fundamental para evitar patología a dicho nivel que impida el
uso de audioprótesis.

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