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Tratamiento de la otitis media y otomastoiditis Crónicas

Se debe valorar el estado de la función tubaria y controlar procesos infecciosos crónicos o


alérgicos de nariz y faringe, también deben extraerse el adenoides residual que produzcan
obstrucción mecánica; asimismo, se tratan de forma quirúrgica las desviaciones septales, sobre
todo de áreas posteriores.

Para el tratamiento del proceso infeccioso ótico: tomar cultivos de la secreción antes de
administrar antibióticos.

El esquema sugerido es:

1. Aseo frecuente del oído con aspiración de secreciones.


2. Aplicación de gotas óticas locales (antibiótico).
3. Antibióticos sistémicos de amplio espectro (en caso de infecciones agregadas al proceso
crónico).
4. En caso de haber tejido de granulación o pólipos: retirarse con unas pinzas otológicas de
punta en copa. Realizar cauterizaciones de la mucosa o alrededor de la perforación
timpánica (ácido tricloroacético o nitrato de plata).
5. En caso de oído seco con la mucosa del oído medio de aspecto normal: cerrar la
perforación timpánica (timpanoplastia), tras valorar el estado funcional de la cadena
osicular y aplicar las prótesis o injertos necesarios para su reconstrucción.
6. En oídos que han presentado infecciones recurrentes con afectación de la mastoides
(radiográfica): tratar de secar el oído medio con el tratamiento médico habitual, seguido
de mastoidectomía con timpanoplastia.
7. En caso de colesteatoma: orientarse a la eliminación total del epitelio escamoso del oído
medio y la mastoides. Se recomienda una mastoidectomía radical, con o sin obliteración
de la cavidad (ofrece menor frecuencia de recidivas a excepción de colesteatomas
limitados a la región del ático); Smith (1985) ha sugerido el control de algunos de estos
casos mediante la aplicación tópica de 5–fluorouracilo (componente que inhibe la síntesis
de DNA).

Complicaciones de las infecciones del Oído Medio


Las complicaciones por infección del oído medio se clasifican en otológicas e intracraneales:

 Complicaciones otológicas:

Absceso subperióstico: se debe a la acumulación de pus entre la corteza mastoidea y el periostio


que la cubre. En lactantes, la secreción purulenta escapa a través de las suturas de unión del hueso
temporal, o por los orificios vasculares comunicantes entre el oído medio y el subperiostio. En
adultos, el absceso se forma por necrosis ósea y fistulización). El tratamiento de esta complicación
es quirúrgico: mastoidectomía simple con colocación de una cánula de ventilación.

Parálisis facial: Es efecto de la extensión directa del proceso inflamatorio al conducto de Falopio
(menos del 1% de los casos). Es más frecuencia en los niños y puede deberse a dehiscencias
persistentes del conducto de Falopio o a la propagación de la infección por vías fisiológicas. En
infecciones crónicas es la erosión del conducto de Falopio, con la subsecuente infección y
compresión del nervio a través de la zona lítica, ya sea por colesteatoma o tejido de granulación o
polipoideo. El tratamiento de esta complicación es quirúrgico. Los casos secundarios a otitis media
aguda pueden tratarse mediante miringotomías, con o sin colocación de cánula de ventilación, y
antibioticoterapia.

Fístula laberíntica: suele resultar de la erosión de alguno de los conductos semicirculares, sobre
todo el horizontal (los movimientos bruscos de la cabeza pueden inducir episodios de vértigo, casi
siempre de corta duración, sensación de presión en el oído y disminución de la capacidad
auditiva).

Laberintitis serosa: consiste en una inflamación intralaberíntica difusa, sin formación de pus, la
cual es reversible, en cuyo caso no deja déficit cocleovestibular. Para infecciones agudas el
tratamiento médico conservador (antibiótico, sedante del laberinto, antihistamínico); la operación
está indicada en casos de infección crónica o renuente al tratamiento médico inicial y es necesario
eliminar las áreas de osteítis, proteger el laberinto y evitar una meningitis secundaria.

Laberintitis purulenta: esta complicación resulta de una extensión directa del proceso infeccioso
supurativo del oído medio o de la mastoides en el laberinto o diseminación de una inflamación
meníngea hacia el laberinto a través del conducto auditivo interno o el acueducto coclear. Causa
náusea, vómito, vértigo intenso, nistagmo, tinnitus y sordera. Tratamiento: consiste en
administración de antibióticos, sedantes vestibulares y drenaje quirúrgico del laberinto a través de
una mastoidectomía radical y, en algunos casos, una laberintectomía amplia.

Petrositis: desarrollo de paresia del VI par craneal, acompañada de dolor intenso en la distribución
del nervio trigémino, debido a un proceso supurativo del vértice petroso. Debe sospecharse la
presencia de petrositis cuando un proceso supurativo del oído se acompaña de dolor ipsolateral
intenso y profundo. El tratamiento de esta complicación es quirúrgico (mastoidectomía radical).

 Complicaciones intracraneales:

Absceso epidural: la secreción purulenta se localiza entre la tabla interna del cráneo y la
duramadre. Puede ocurrir tanto en la fosa craneal media como en la posterior, el paciente puede
referir cefalea de moderada intensidad y la punción lumbar puede ser normal o mostrar sólo una
leve linfocitosis con algunos polimorfonucleares. El tratamiento: drenaje quirúrgico a través de
una mastoidectomía radical y es necesario fresar el hueso hasta exponer por completo la cavidad
del absceso y proteger la duramadre.
Meningitis otógena: consiste en la infección del espacio subaracnoideo resultante de la extensión
del proceso inflamatorio ótico, los síntomas clínicos incluyen rigidez de nuca, cefalea, fiebre,
náusea y vómito (en estados más avanzados se encuentran confusión mental, delirio o coma). La
punción lumbar muestra un líquido cefalorraquídeo bajo en glucosa, elevado en proteínas, con
abundantes células purulentas y, en el caso de una meningitis generalizada, también
microorganismos. Tratamiento: Antibioticoterapia y Erradicación del proceso infeccioso del oído a
través de: Mastoidectomía simple o radical según sea el caso.

Absceso subdural: la secreción purulenta se acumula entre la duramadre y la aracnoides por


extensión directa con erosión ósea y de la dura o a través de una tromboflebitis venosa. Clínica:
crisis convulsivas, hemianopsia, hemiplejía o afasia. Tratamiento: drenaje quirúrgico del absceso a
través de pequeños trépanos craneales además del tratamiento médico conservador, se
recomienda mastoidectomía radical.

Absceso cerebral: cualquier acumulación de pus en hemisferios cerebrales, cerebelo y tallo


cerebral, secundario a una infección aguda o crónica del oído medio (causa más frecuente de
muerte en la otitis media). En 70% de los casos se localiza en la porción media o basal del lóbulo
temporal y en 30% de ellos en el hemisferio cerebeloso. En 4 a 15% de los pacientes, estos
abscesos son múltiples. La mayor frecuencia de este problema ocurre entre los 10 y 30 años.
Afecta más al sexo masculino en relación de 2:1. Tratamiento: debe ser medicoquirúrgico, está
indicada la administración prolongada de antibióticos; la penicilina sódica y el cloranfenicol o las
cefalosporinas de tercera generación con aminoglucósidos ofrecen buen resultado

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