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UNIDAD 5.

- ÓRGANOS JURISDICCIONALES Y JUECES


5.1. Actividad judicial y función jurisdiccional.

La actividad judicial abarca más elementos que el ejercicio jurisdiccional, ya que realiza todos los
quehaceres en la vida laboral del juzgador. Los actos que se relacionan con su función en general
y el conocimiento de un caso en particular son numerosos.

Tenemos, por ejemplo:

• Llevar el control administrativo del juzgado.

• Participar en proyectos de reformas legales.

• Representar al poder que pertenece en actos oficiales.

• Realizar actividades académicas dentro y fuera del poder judicial.

También se encuentran el escuchar a las partes, familiares y abogados, que no implica


necesariamente un acto jurisdiccional, ya que son alegatos informales.

La función jurisdiccional se ejerce siempre en un proceso concreto, que se traduce en actos de


autoridad y tiende a la solución de un litigio, o la emisión de la sentencia que pone fin al conflicto o
instancia impugnada.

5.1.1. El juzgador y su clasificación

EL JUZGADOR. (ROL EN EL PROCESO)

La función jurisdiccional de decir el derecho es encomendada a determinadas personas. Aunque la


ley no lo exige, deben ser peritos en derecho, con una amplia experiencia en la ciencia jurídica y un
avanzado discernimiento de la ley, calidades que debe reunir el juzgador.

El juez será el encargado de decidir las controversias que las partes traen a juicio, basando su
criterio en una serie de valoraciones, no solo de las probanzas, sino en general de todo lo que las
partes aportan en el proceso. No es una labor sencilla, ya que implica una responsabilidad ante el
estado y ante la Sociedad.

El juez además de dictar el derecho también vigilará que, dentro del curso del proceso, éste sea
llevado de forma oportuna, evitando las inconsistencias y demás incidencias inoficiosas que las
partes pudieran presentarle, muchas veces con el objeto de dilatar o entorpecer el curso normal del
proceso.

El ejercicio de sus atribuciones debe ajustarse a las disposiciones emanadas de la legislación


procedimental respectiva, pues a pesar de que la ley le concede facultades para desempeñar su
labor, ésta también se encuentra ceñida o limitada por la ley.

DIVERSAS CLASES DE JUECES:

Debido a distintos factores recogidos en la ley, los juzgadores reciben diferentes denominaciones
que dan lugar a su tratamiento jurídico-social.

Aunque todo titular de un órgano jurisdiccional es un juzgador, resulta improbable que a un ministro
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación no le agrade que le den el tratamiento de magistrado.
La denominación exacta de los juzgadores se otorga en la ley. No existe un protocolo legal con el
que se denominen.

En México podemos, al menos, aludir a las siguientes clases de juzgadores.

a) Ministro: Juzgadores que conforman a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, máximo


órgano de juzgamiento que es parte del Supremo Poder de la Federación. Termino reservado
exclusivamente a los miembros de la Suprema Corte de Justicia de la nación.

b) Ministro presidente: presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

c) Magistrado: El magistrado será el funcionario público titular de un órgano jurisdiccional de una


jerarquía superior a la primera instancia o grado.

El término puede aplicarse de igual forma a los titulares de órganos unitarios, cuando sólo se trata
de un magistrado que dirige el órgano judicial, y colegiados o pluripersonales. También es correcto
cuando se trata de un grupo de magistrados encargados de dicha función. Juzgador generalmente
de órganos colegiados.

d) Magistrado presidente: presidente de algún tribunal compuesto por magistrados.

e) Juez de distrito: juzgador federal que tiene, según el caso, facultades de control de la
legalidad o de aplicar leyes federales.

f) Juez de primera instancia (local): El juez es una persona que será la titular de un órgano
jurisdiccional; puede ser hombre o mujer y, por regla general, estará encargado del despacho de
los asuntos de primera instancia o grado.

juzgador unipersonal que sustancia y decide controversias en juzgados adscritos a tribunales


superiores de justicia.

Excepcionalmente se utiliza este término para hacer referencia a los jueces de distrito, que no son
órganos de primera instancia o grado, sino que serán los encargados del conocimiento y resolución
de los amparos Indirectos derivados de alguna violación constitucional en una materia especifica
( civil, laboral, administrativa, o de otro tipo.).

Anteriormente existían:

g) Juez de paz: juzgador en asuntos de poca monta, de mínimo cuantía o de delitos con baja
sanción. Si tiene atiende causas tanto civiles como de penales, se le denomina juez mixto de paz.

h) Jurados: jueces legos, no letrados o no profesionales que forman parte de un tribunal de


composición múltiple que recibe el nombre de jurado.

Respecto al órgano de juzgamiento, conviene conocer los términos siguientes:

a) Corte: se ha utilizado para denominar al más alto tribunal del país o a los tribunales militares.
En el primer caso nos referimos a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y en el segundo a las
cortes marciales. Desde luego, también tenemos tribunales internacionales que se llaman cortes,
como la Corte Internacional de Justicia de la ONU.

b) Pleno: está constituido por todos los miembros (juzgadores) de un determinado órgano
colegiado de impartición de justicia.

c) Salas: se componen por un número impar de ministros o magistrados para conocer


determinados asuntos propios de su competencia.
d) Tribunal: en general es de carácter colegiado, aunque por excepción hay tribunales unitarios.
Su plural tribunales se refiere, por uso forense, a cualquier órgano de juzgamiento distinto de la
Corte.

e) Junta: su empleo es de muy dilatada fecha, pero en el derecho procesal orgánico mexicano
sólo se alude con ese nombre a tribunales en materia del trabajo (art 123, apartado A, de la
Constitución).

f) Audiencia: en el virreinato novohispano fueron tribunales de alzada, de los cuales hubo dos:
La Real Audiencia de Nueva España y la Real Audiencia de Nueva Galicia. Actualmente, una
audiencia es un acto que puede tener diversos fines, como intentar una conciliación, desahogar
pruebas o alegar. En ella participan el juzgador, sus auxiliares, las partes y los terceros, así como
los abogados y los testigos.

5.1.2. Órganos unipersonales y órganos colegiados

Órganos unipersonales:

Cuando el órgano jurisdiccional está formado por un solo juzgador es de carácter unipersonal.

En este caso realiza funciones de instrucción, esto es, conoce las pretensiones, las excepciones,
las excepciones y defensas, las pruebas, los alegatos de las partes y los actos realizados por
terceros, actuando justamente como juez de instrucción, pero también resuelve el fondo del asunto
al emitir la sentencia, en cuyo caso es juez de decisión del litigio.

Órganos colegiados:

El órgano jurisdiccional es colegiado, cuando se forma por una pluralidad de jueces.

En tales situaciones, por un principio de distribución del trabajo, aun juzgador, miembro de ese
tribunal, se le encomienda elaborar un proyecto de sentencia (asistido por sus secretarios, quienes
tiene la función de preparar anteproyectos de sentencia que someten a la consideración de su
superior) que se vota en sesiones en las cuales participan el resto de los juzgadores. En caso de
ser aprobado (por unanimidad o por mayoría de votos) el proyecto pasa a ser una sentencia, y así
se convierte en un acto de autoridad jurisdiccional.

Si la votación no es unánime, se colige que hubo al menos un voto disidente. Cuando el voto
disidente es razonado y fundamentado, se forma un voto particular, el cual contiene de forma
prolija los motivos jurídicos del sentido de este y ahí se señalan las razones de la disidencia.

5.1.3. Procedimiento para la elección de ministros, magistrados y jueces.

En el sistema vigente en México, el nombramiento de los jueces consiste en la designación que


realiza un cuerpo colegiado o legislativo (como se conoce). El proceso aparentemente ofrece una
ventaja mayor que la realizada por el Poder Ejecutivo, pero con el inconveniente de que el
nombramiento lo hacen los políticos, quienes por su función legislativa en muchas ocasiones o
tienen la técnica o criterios necesarios para elegir a la persona idónea para desarrollar esta
función.

Otra forma de designar a los jueces es la realizada por el Poder Judicial, este sistema parece ser el
idóneo debido a que, por una parte, son los propios miembros del poder judicial quienes cuentan
con la pericia necesaria para elegir de forma acertada al titular del órgano respectivo y, por otra, el
mecanismo garantiza la autonomía e independencia en su actuación.
Todo sistema tiene sus deficiencias y éste no es la excepción, ya que, al hacerse la designación de
los funcionarios públicos únicamente por este poder, puede correrse el riesgo de caer en una
especie de monopolio, de “casta judicial” que no admita influencias externas de ninguna índole.

Por lo que, dada la diversidad de juzgadores en nuestro país, existen reglas constitucionales
diferentes, según la naturaleza del juzgador:

Sistema mixto en el nombramiento de ministros

Participan dos poderes. Conforme lo ordena el art. 99 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, para nombrar a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el
presidente de la Republica somete una terna a consideración
del Senado el cual, previa comparecencia de las personas propuestas designará al ministro que
deba cubrir la vacante del caso. La votación de los senadores presentes, en la sesión respectiva,
debe ser calificada y no simple, pues requiere al menos las dos terceras partes de los votos.

Si el Senado resuelve dentro del plazo improrrogable de 30 días, el presidente de la Republica


podrá designar al ministro. En caso de que la Cámara de Senadores rechace la totalidad de la
terna propuesta, el Ejecutivo Federal enviará otra propuesta, si ella también fuere rechazada, dicho
ejecutivo podrá nombrar al ministro, recayendo el nombramiento en una de las personas
integrantes de la segunda terna.

La elección de magistrados del tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México

También es de carácter mixto. El programa normativo ordena en el artículo 122, apartado A, de la


Constitución que, para cubrir las vacantes de magistrado del Tribunal Superior de Justicia Federal,
el jefe de gobierno someterá la propuesta respectiva a la decisión de la Asamblea Legislativa.
Como se observa, en la elección de magistrados distritales participan tanto el Poder Ejecutivo
como el poder Legislativo del Distrito Federal.

La elección de jueces de primera instancia en la Ciudad de México.

Los tribunales comunes ubicados en la Ciudad de México están conformados de acuerdo a lo


establecido en la respectiva Ley Orgánica, que de forma estructurada menciona lo tocante a la
estructura, organización, funciones y competencias propias de jueces, secretarios y demás
personal.

La realiza el Consejo de la Judicatura de la Ciudad de México, creada a partir de la reforma


constitucional de 1994, como un órgano con autonomía en sus decisiones perteneciente al Tribunal
Superior de Justicia de la Ciudad de México.

Los consejos de la judicatura forman parte del Poder Judicial, pero no realizan funciones de
juzgamiento como los tribunales, sino tareas administrativas, de fiscalización, de solución de
quejas y nombramientos.

Como funcionarios del Poder Judicial se encuentran los Jueces de primera instancia quienes
conocen de asuntos relativos al ámbito civil, familiar y penal.

Los jueces de primera instancia en la Ciudad de México son designados por el Consejo de la
Judicatura, donde se practican exámenes de oposición para tal efecto.

5.1.4. Requisitos e inhabilidades.

Lo establecido por la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación establece como requisitos
los siguientes:

Título séptimo
ARTICULO 105. El ingreso y la promoción de los servidores públicos de carácter jurisdiccional del
Poder Judicial de la Federación se hará mediante el sistema de carrera judicial a que se refiere el
presente Título, la cual se regirá por los principios de excelencia, profesionalismo, objetividad,
imparcialidad, independencia y antigüedad, en su caso.

ARTICULO 106. Para poder ser designado magistrado de circuito se requiere ser ciudadano
mexicano por nacimiento, que no se adquiera otra nacionalidad y estar en pleno goce y ejercicio de
sus derechos civiles y políticos, mayor de treinta y cinco años, gozar de buena reputación, no
haber sido condenado por delito intencional con sanción privativa de la libertad mayor de un año,
contar con título de licenciado en derecho expedido legalmente y práctica profesional de cuando
menos cinco años.

ARTICULO 108. Para ser designado juez de distrito se requiere ser ciudadano mexicano por
nacimiento, que no se adquiera otra nacionalidad, estar en pleno ejercicio de sus derechos, ser
mayor de treinta años, contar con título de licenciado en derecho expedido legalmente, un mínimo
de cinco años de ejercicio profesional, gozar de buena reputación y no haber sido condenado por
delito intencional con sanción privativa de libertad mayor de un año.

Para Rodolfo Vigo y Silvana Stanga las exigencias judiciales son las siguientes:

· Independencia e imparcialidad de los jueces.

· Superar la perspectiva jurídica decimonónica y de la pureza del derecho.

· Capacidad argumentativa y de justificación al dictar sentencias.

· Conciencia constitucional.

· Actitud innovadora.

· Conciencia democrática.

· Conciencia institucional.

· Inserción social.

· Generosidad laboral.

· Humildad.

· Inquietud formativa.

· Responsabilidad judicial.

· Recato o decoro.

· Sentido político.

Por otro lado, con base en el Código de Ética Judicial del Poder de la Federación, se esquematizan
los requisitos que por apartados contiene este código:

El código de ética es para remarcar la idea de perfección a la que se aspira, su incumplimiento per
se no es punible. La sanción al quehacer judicial deviene por el incumplimiento de normas jurídicas
y no de carácter ético.

5.1.5. Garantías del juzgador.


1.- Económicas. Los titulares de los órganos jurisdiccionales deben contar con remuneraciones
decorosas que les permitan, en forma desahogada, el desempeño de la dedicada función que les
está encaminada.

En muchos países en vía de desarrollo, los salarios de los titulares de los órganos jurisdiccionales.
suelen ser sumamente bajos y esto va en detrimento de una buena administración de justicia. El
funcionario bien remunerado, puede desempeñar su delicado encargo con mayor dignidad y
señorío, si tiene resuelto el problema del ingreso suficiente para que él y su familia puedan llevar
una vida digna.

2.- Sociales. Estas garantías que también tienen, la mayoría de los casos, un contenido
económico, deben consistir fundamentalmente en la posibilidad de que se tenga acceso a los
servicios médicos, a los préstamos habitacionales y de otro tipo y a los derechos de pensiones y
jubilaciones de retiro, así como a vacaciones pagadas y prestaciones culturales.

3.- De Autonomía e Independencia en el Cargo. En realidad, tanto el sistema institucional de


designación y ascenso, como las garantías económicas y sociales, de existir, ya van a conducirnos
a la posibilidad de un desempeño más autónomo e independiente del cargo.

En efecto. el juez que se sabe merecedor. por su propio esfuerzo. del cargo que ocupa y que
además está bien remunerado y protegido por las garantías sociales ya señaladas,
indudablemente quedará en posibilidad de no estar expuesto a las presiones. influencias,
recomendaciones o consignas y. tendrá mayor protección contra todo ello, si se dan los requisitos
apuntados.

Sin embargo, la seguridad de la permanencia en el puesto a través de la inamovilidad, corona


finalmente el esfuerzo de dotar a los funcionarios judiciales de una plena autonomía e
independencia.

Los diversos grupos de presión, los sindicatos, los partidos políticos, el clero, y otro tipo de fuerzas
actuantes en la sociedad contemporánea. pretenden con mucha frecuencia influir en el ánimo de
los juzgadores y presionarlos para que decidan los litigios sujetos a su conocimiento en un
determinado sentido. Si se tiene la permanencia y la seguridad en el puesto y no se puede ser
cambiado por razones de tipo político o administrativo, junto con todos los demás factores ya
señalados, lo anterior vendrá a constituir el cerrojo de un sistema institucional judicial que pueda
garantizar plenamente una mejor administración de justicia.

5.1.6. Poderes del juzgador

Los juzgadores deben estar revestidos de poderes, para cumplir su función, medios de apremio,
facultades en materia probatoria, facultades de suplencia en la definición de queja y la facultad
resolutoria de fondo del asunto.

Medios de apremio:

Son el conjunto de instrumentos jurídicos por medio de los cuales el juez o tribunal puede hacer
cumplir coactivamente sus resoluciones. Ellas varían en intensidad según la rama de
enjuiciamiento de que se trate.

Ejemplos de esos medios, ya sea para mantener el orden en el tribunal o para hacer valer sus
resoluciones son:

· Multas.

· Auxilio de la fuerza pública.

· Fractura de cerraduras.
· Arrestos.

Facultades en materia probatoria.

En los procesos con tendencias publicistas, el juez ya no es un mero espectador pasivo de la


contienda (procesos dispositivos), sino que ejerce facultades, por ejemplo en torno a las probanzas
puede ordenar -en la rama procesal que expresamente lo regule- el ofrecimiento de pruebas a las
partes, o solicitar éstas a un tercero, a pesar de que dichas partes no las hayan ofrecido (llamada
prueba para mejor proveer), que el juzgador, que para bien impartir justicia, podrá solicitarlo.

Facultades debido a queja

En los procesos publicistas en algunas materias (agraria, controversias constitucionales, laboral o


de amparo) el juzgador tiene el poder de suplir la deficiencia de la queja.

Dado el principio jura novit curia (el juez conoce el derecho), el juzgador que esté autorizado podrá
suplir planteamientos jurídicos no invocados por las partes, o en su caso mal presentado por ellas.
Esto no opera en todo el universo de los pleitos y juicios, sino solo aquellos con gran trascendencia
(controversia constitucional, amparos) o en los procesos en los cuales participen grupos
socialmente “débiles” y que el juzgador ha considerado una tutela procesal especial. El ejercicio de
esta facultad requiere autorización legal expresa.

5.1.7. Responsabilidades del juzgador: civiles y penales. Faltas oficiales.

La responsabilidad judicial en que incurran los titulares de diversas jerarquías es dable por faltas
graves o delitos en el ejercicio de sus funciones judiciales, y además de las sanciones respectivas
comprende la reparación de los daños y perjuicios que causen a las partes o a terceros en la
resolución de las controversias que tienen encomendadas.

En el derecho mexicano la responsabilidad del juzgador puede dividirse en tres sectores, los cuales
pueden denominarse: Responsabilidad civil o patrimonial, de carácter administrativo o disciplinario
y de naturaleza penal.

La responsabilidad civil patrimonial: Implica la obligación de los juzgadores de resarcir a los


participantes de un proceso, o a los terceros afectados por las resoluciones que en el mismo se
dicten, de los daños y perjuicios que se hubiesen ocasionado con su deficiente o indebida
actuación cuando la misma hubiere sido negligente o dolosa. En el ordenamiento mexicano está
previsto de manera exclusiva a través de las disposiciones relativas del Código de Procedimientos
Civiles de la Ciudad de México (y los códigos de las entidades federativas que siguen su modelo),
que regulan el procedimiento calificado con efecto de técnica, como recurso de responsabilidad.

En los artículos 728 al 737 del citado Código de Procedimientos Civiles de la Ciudad de México,
establecen la responsabilidad civil de los jueces y magistrados cuando en el desempeño de sus
funciones infrinjan las leyes por negligencia o ignorancia inexcusables; dicha responsabilidad
puede ser exigida únicamente por la parte perjudicada o sus causahabientes, a través de un juicio
ordinario.

No se puede reclamar si la parte afectada no hubiese utilizado oportunamente los recursos legales
ordinarios contra la sentencia, auto o resolución a través de los cuales se hubiesen ocasionado los
daños respectivos. No se regula un sistema similar de proceso de responsabilidad civil para los
jueces y magistrados federales, soló están previstas para ellos sanciones disciplinarias y de
carácter penal.

La responsabilidad administrativa o disciplinaria: Se traduce en la imposición de sanciones


disciplinarias que van desde la amonestación hasta la suspensión temporal, y en los supuestos
más graves, la destitución del funcionario responsable o inclusive su inhabilitación, que imponen
los órganos superiores de los diversos tribunales tomando en consideración que a ellos
corresponde en nuestro sistema el gobierno de los respectivos sectores judiciales.

La responsabilidad penal: Se debe realizar una doble distinción, por una parte:

Los jueces que están dotados de inmunidad parcial a través de lo que se ha calificado como “fuero
constitucional” previsto en la Constitución Federal, y que se confiere únicamente a los ministros de
la Suprema Corte de Justicia, y de aquellos que carecen de un sistema especial de enjuiciamiento
en relación con los citados delitos oficiales.

Se ha configurado lo que se ha calificado de juicio político, los ministros pueden ser acusados ante
la Cámara de Diputados en una primera instancia, y si ésta considera, por el voto de las dos
terceras partes del total de los miembros, que el procesado es culpable, dicha Cámara nombrara
una comisión de su seno para sostener la acusación ante el Senado Federal, el cual decide en
definitiva, y si resuelve que el propio acusado es responsable de los cargos que se le imputan la
sanción que puede imputarse, de acuerdo con el artículo 10 de la Ley de Responsabilidades, es la
destitución del cargo y su inhabilitación por un término no menor de cinco años ni mayor de diez
años. Se trata en realidad de una sanción política por el tipo de delitos (ataque a las instituciones
democráticas, ataque a la forma de gobierno democrático, ataque a la libertad de sufragio etc.) No
se trata de delitos en sentido estricto, ya que carecen de tipicidad. En el caso de que el mismo
hecho tenga otra pena señalada en la ley, después de declarase la culpabilidad, el acusado
quedará a disposición de las autoridades comunes para que lo juzguen de forma ordinaria.

En segundo lugar, la situación especial de los jueces y magistrados federales y de la Ciudad de


México, cuando cometan delitos oficiales, serán juzgados por un jurado popular llamado de
“Responsabilidades Oficiales de los funcionarios y Empleados Públicos por Delitos y Faltas
Oficiales” (artículos 69-83 de la Ley de Responsabilidades). El que, según dicho ordenamiento,
sólo puede decidir sobre la culpabilidad de los citados jueces y magistrados por los delitos
regulados en el artículo 3º, que no son delitos en estricto sentido, y sólo puede motivar la
imposición de la destitución y la inhabilitación.

En la reformas de 1928 al artículo 11 de la Constitución Federal, se introdujo un procedimiento


específico para la destitución, por mala conducta, de los ministros de la Suprema Corte de Justicia,
los magistrados de Circuito y jueces de Distrito, así como los magistrados y jueces del orden
común de la Ciudad de México, cuando lo solicite el presidente de la República y las dos Cámaras
del Congreso Federal declaran por mayoría absoluta de votos justificada la petición, y se agregó en
la reforma de 1944 la disposición de que el presidente, antes de pedir a las Cámaras la destitución
de algún funcionario judicial, oirá de este, en lo privado, la justificación de tal solicitud.

5.1.8. Organización del poder judicial del fuero común.

Conforme al artículo 122 de la Constitución, son autoridades locales de la Ciudad de México la


Asamblea Legislativa, el jefe de gobierno de la ciudad de México y el Tribunal Superior de Justicia
de la Ciudad de México.

Conforma a la base cuarta de dicho numeral podemos hacer el esquema siguiente:

Según el artículo 2º de la Ley Orgánica del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, el
ejercicio jurisdiccional corresponde, dentro de los límites legales, a:

· Magistrados del Tribunal Superior de Justicia.

· Jueces de lo civil.

· Jueces de lo penal.

· Jueces de lo familiar.
· Jueces del arrendamiento inmobiliario.

· Jueces de lo concursal.

· Jueces de paz.

· Jurado popular.

· Presidente de debates.

· Árbitros.

En referencia a los auxiliares de la función judicial:

La denominación “auxiliar” en nuestro sistema jurídico, se utiliza cono sinónimo de colaborador


del juzgador, pueden ser colaboradores del juzgador las autoridades, los particulares y los
subalternos o empleados propios del juzgador.

Las autoridades auxiliares, de la función jurisdiccional pueden ser otras autoridades judiciales, pero
también aquellas personas que no tiene este carácter como, por ejemplo:

Los que cita la ley en comento les atribuye tal carácter a:

· La Secretaria de Gobierno de la Ciudad de México.

· El consejo de menores.

· El registro civil.

· El Registro Público de la Propiedad y del Comercio.

· Los peritos médicos y médicos legistas.

· Otro tipo de peritos.

· Los síndicos e interventores de concursos y quiebras.

· Albaceas, interventores, depositarios, tutores, curadores y notarios.

· Los agentes de la policía preventiva y judicial.

· Los demás a quienes las leyes les confiera ese carácter. Estos servidores sin ser
autoridades judiciales, en ciertas circunstancias colaboran en el desempeño de la labor del juez.

Los particulares también tiene obligación de auxiliar al juzgador en los casos en que así les sea
requerido para tal efecto, los primeros particulares auxiliares del juzgador serán las partes (actor y
demandado), sus respectivos abogados y demás personas autorizadas para dar agilidad y
continuidad a los procesos para los que fueron contratados; ellos juegan un papel muy importante,
ya que son el canal directo de comunicación entre el particular y el juez; en caso contrario, pueden
llegar a entorpecer de tal forma el curso de la controversia que se convierten en un verdadero
obstáculo de la justicia.

Otros auxiliares del juez serán los peritos, quienes tienen como fin principal el esclarecimiento de la
circunstancia o hecho sometido a su consideración, en virtud, de su especialización; de igual
relevancia son los testigos, los terceros llamados a juicio y el ministerio público, ellos intervendrán
en aquellos asuntos que ameriten su comparecencia, y aunque sean ajenos a la controversia, son
vinculados con determinadas circunstancias que deben ventilarse en el proceso.

5.1.9. Organización del poder judicial federal.


Como se ha mencionado en otros apartados, las cuestiones relativas a la organización,
competencia y funcionamiento del Poder Judicial se encuentran especificadas en la respectiva ley
orgánica. Estas precisiones también se aplican en materia federal, ya que el Poder Judicial de la
Federación encuentra las bases de su organización, competencia y demás funciones en su
respectiva Ley Orgánica y en la Ley de Amparo.

El poder Judicial se integra por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, órgano de máxima
jerarquía en el sistema judicial; en su reciento se resuelven las controversias jurídicas más
relevantes.

Este supremo tribunal funciona en pleno y en salas, se integra por once ministros, uno de los
cuales funge como presidente, se conoce como “pleno” a la reunión de los once ministros que se
lleva a cabo en el salón de sesiones, lugar en el que se debaten asuntos a resolverse.

Al momento de determinar un asunto, la ley indica que no es requerida la participación de todos los
ministros, bastará únicamente con que se encuentren presentes siete de los once para tal efecto
(con la salvedad de las controversias constitucionales y acciones de inconstitucionalidad, asuntos
que requieren una presencia mínima de ocho ministros).

Las controversias que se plantearán ante el Pleno de la Suprema Corte serán entre otras las
relativas a las controversias de inconstitucionalidad de leyes o tratados y reglamentos, así como las
denuncias de contradicciones de tesis sustentadas por las salas.

Para otros asuntos, este organismo sesiona en dos salas, en cada una de ellas se reúnen cinco
ministros.

La primera sala se ocupa de asuntos relativos a la materia civil y penal, mientras que en la
segunda se analizan asuntos de contenido laboral y administrativo.

Las decisiones que se tomen en cada una de las salas son válidas estando cuatro de los cinco
ministros, es importante aclarar que el ministro presidente no participa n los debates entablados en
ninguna de las salas.

De acuerdo con el orden jerárquico establecido en la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación, en segundo lugar, se encuentra el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación, que es considerado la máxima autoridad en materia electoral, de acuerdo a lo previsto
en el artículo 184 de la citada ley.

Otro órgano integrante de este poder son los tribunales colegiados de circuito, mismos que se
integran por tres magistrados, un secretario de acuerdos y los empleados que demande la carga
de trabajo del citado tribunal.

Las resoluciones de los tribunales colegiados se toan por unanimidad o bien por mayoría de votos.

De acuerdo con el articulo 37 de la ley orgánica referida con antelación, los tribunales colegiados
conocerán en primer término de los juicios de amparo interpuestos contra sentencias definitivas y
en general de toda resolución que ponga fin a una controversia y en la que se adviertan violaciones
a derechos humanos.

Estos tribunales tienen competencia para resolver los recursos que proceden contra autos y
resoluciones pronunciados por jueces de distrito, tribunales unitarios de circuito o el superior del
tribunal responsable, al desechar una demanda de amparo o bien al conceder o negar una
suspensión definitiva de actos reclamados.
Entre sus atribuciones está la resolución de lo relativo a los recursos de revisión planteados en
contra de las sentencias pronunciadas en audiencias constitucionales emitidas por jueces de
distrito, tribunales unitarios o el superior del tribunal responsable, y cuyo conocimiento no se
encuentre reservado para la Suprema Corte de Justicia de la nación.

Los tribunales colegiados de circuito también serán competentes para conocer conflictos de
competencia que se susciten entre jueces de distrito o tribunales unitarios de circuito en materia de
juicio de amparo.

Por lo que tenemos entonces que el Poder Judicial de la Federación, es uno de los tres Poderes
del estado, que tiene como misión impartir justicia y proteger los derechos fundamentales de las
personas.

Atribuciones:

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos

Artículo 103.- Los tribunales de la Federación resolverán toda controversia que se suscite:

I. Por leyes o actos de la autoridad que viole las garantías individuales.

II. Por leyes o actos de la autoridad federal que vulneren o restrinjan la soberanía de los
Estados o la esfera de competencia del Distrito Federal.

III. Por leyes o actos de las autoridades de los Estados o del Distrito Federal que invadan la
esfera de competencia de la autoridad federal.

Estructura orgánica:

En términos de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, éste se ejerce por:

I. Suprema Corte de Justicia de la Nación.

II. Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

III. Tribunales Colegiados de Circuito.

IV. Tribunales Unitarios de Circuito.

V. Juzgados de Distrito.

VI. Consejo de la Judicatura Federal.

VII. Jurado Federal de Ciudadanos.

VIII. Los Tribunales de los Estados y el Distrito Federal en los casos previstos por el artículo
107, fracción XII, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en los demás en
que, por disposición de la ley deban actuar en auxilio de la justicia federal.

Entre las facultades de la Suprema Corte de Justicia de la Nación se pueden contar las siguientes:

· Control de la constitucionalidad de actos de autoridad por medios impugnativos.

· Conocimiento de las controversias constitucionales.

· Conocimiento de las acciones de inconstitucionalidad.

· Conocimiento de las competencias a las que alude el art. 106 de la Constitución.

· Facultades de investigación de algún hecho o hechos que impliquen grave violación de las
garantías individuales o del voto público.
· Formación de jurisprudencia.

· Conocimiento por facultades de atracción de amparos directos, que se ejercerán de oficio o


petición del correspondiente tribunal colegiado de circuito o del procurador general de la República.
Así podrá conocer de los amparos directos que por su interés y trascendencia lo ameriten.

La competencia de los Tribunales Federales se puede resumir en estos rubros:

Aplicación de las leyes federales o nacionales.

Control de la legalidad.

Control de la constitucionalidad en estricto sentido.

En el territorio nacional también se cuenta con Tribunales Unitarios de Circuito que serán aquellos
tribunales federales integrados por un solo magistrado, auxiliado desde luego por los secretarios,
actuarios y otros empleados que así sean requeridos por este tribunal.

Conocerán de juicios de amparo en materia civil, penal, y administrativa, cuya labor fundamental es
resolver amparos interpuestos contra actos de otros tribunales y que no constituyan sentencia
definitiva; así como conocer de apelaciones de juicios que hayan sido tramitados en primera
instancia ante los Juzgados de Distrito, es decir, fungirán como Tribunales de Segunda Instancia
en materia de Juicios Federales.

Juzgados de Distrito son órganos jurisdiccionales de primera instancia del Poder Judicial de la
Federación, su titular es un juez de distrito, auxiliado por sus secretarios, actuarios y demás
empleados.

En determinados lugares de la República, los Juzgados de Distrito son generales o comunes, es


decir, que pueden conocer tano de asuntos de carácter civil, como penal, administrativo, laboral,
dentro de su respectiva competencia; sin embargo, n el estado de México, y Ciudad de México,
estos juzgados son especializados, es decir, conocen solo por la materia para la cual fueron
creados como la civil, penal, laboral, artículo 50 y 51 de la Ley Orgánica del Poder Judicial del
Estado de México.

Su competencia se centra en el conocimiento de las controversias relativas al cumplimiento o


aplicación de leyes federales en materia civil, penal, y administrativa, y en la resolución de juicios
de amparo indirecto en dichas materias de carácter federal.

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