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LECCIÓN 13

1- POTESTAD REGLAMENTARIA

La potestad reglamentaria, según la Constitución española (artículo 97), es la capacidad del


Gobierno para dictar normas subordinadas a las leyes, distinguiéndose entre reglamentos
de ejecución y reglamentos independientes. Aunque subordinada a la ley, esta potestad
permite al Gobierno desarrollar y aplicar mandatos legales de manera directa.

El ejercicio de la potestad reglamentaria recae en el Gobierno, pero puede llevarse a cabo


por diversos órganos, como el Consejo de Ministros, el Presidente del Gobierno y los
Ministros. Este ejercicio sigue requisitos de procedimiento, incluyendo informes y
dictámenes, y las disposiciones generales deben ser publicadas en el Boletín Oficial del
Estado.

La potestad reglamentaria, a pesar de no ser equiparable a la legislativa, está sujeta a


restricciones y procedimientos que garantizan su conformidad con la Constitución y las
leyes. Los reglamentos están sujetos al control de los tribunales ordinarios, según el artículo
106.1 de la Constitución, y no pueden contradecir leyes de mayor rango.

Además de la potestad reglamentaria del Gobierno, existen potestades reglamentarias


internas en otros órganos estatales, como el Tribunal Constitucional, el Consejo General del
Poder Judicial y los órganos parlamentarios. Estos órganos pueden dictar reglamentos de
organización y funcionamiento con efectos internos, siempre subordinados a la ley que los
regula.

3 Y 4- LA COSTUMBRE Y LOS PRINCIPIOS GENERALES DEL


ESTADO Y LA JURISPRUDENCIA DE LOS TRIBUNALES

En el sistema legal español, las fuentes del Derecho incluyen la ley, la costumbre y los
principios generales del Derecho, según el Artículo 1 del Código Civil. La costumbre se
aplica solo en ausencia de normas escritas aplicables, siempre que esté probada y no sea
contraria a la moral ni al orden público. Los principios generales del Derecho son reglas
derivadas del pensamiento jurídico y se aplican en ausencia de ley o costumbre, sirviendo
como herramienta para cubrir lagunas en el ordenamiento jurídico. Algunos principios
generales, explicitados en la Constitución de 1978, tienen rango constitucional y prevalecen
sobre otras normas.

En el sistema legal español, la jurisprudencia es el conjunto de decisiones de los tribunales


al interpretar y aplicar las normas. A diferencia de los países anglosajones, la jurisprudencia
ordinaria en España no es fuente del Derecho. Los jueces y tribunales están vinculados por
la ley y no por precedentes jurisprudenciales. Aunque el Tribunal Supremo establece
criterios generales, su doctrina tiene un valor complementario. Los órganos judiciales
pueden discrepar razonadamente, pero en la práctica, se tiende a seguir la interpretación
del Tribunal Supremo por coherencia y para evitar revocaciones. La observancia del
precedente judicial dentro del mismo órgano judicial se exige por el principio de igualdad en
la aplicación de la ley.

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