(extraido del libro en la Línea de Batalla de Freddy Liendo)
En la vida existe la premisa: “si alguien te dice que vas a
fracasar y tú le haces caso, créeme que va a ser así”. Tienes que hacer prevalecer el lado positivo de tu vida y de tu ser. No te pueden obligar a lo contrario. Nadie tiene derecho hacerlo. Cada uno es dueño de su destino, de su vida y de su espacio. Cada persona permite hasta dónde pueden ingresar los demás para no perturbar su tranquilidad. Realmente no le temo a los envidiosos porque ellos están por todos lados. Le temo más a quienes los aceptan porque se convierten en caldo de cultivo de estos seres mediocres. Muchas personas son negativas y les gusta jugar con las emociones de los demás. Gozan con tus debilidades. Sin dudar, debes sacudirte de ellos como sacudes las pelusas de tu saco: se sacan sin pérdida de tiempo. Cada persona tiene que marcar la línea por donde conducirse y tiene la decisión de elegir quiénes pueden ser parte de esa línea, de esto dependerá qué tan feliz o infeliz quieres ser con los demás: Se trata de elegir. Muy cierto es el dicho “Dime con quién andas y te diré quien eres”. Porque es sabido que uno coge rasgos de las personas más cercanas: existen amigos o hermanos que se visten igual, hasta caminan igual, frecuentan los mismos lugares, tienen similares destrezas y hasta habilidades comunes. He aquí la importancia de saber elegir al grupo social. Estas semejanzas se trasladan a otros grupos más grandes: en el plano laboral, en grupos comunitarios, grupos religiosos, gremios y asociaciones, grupos sociales, etc. Mientras más cercanos estemos de nuestros allegados, más hábitos comunes tendremos con ellos. No quiero decir que eres una persona que va absorbiendo personalidades. Quiero decir que el medio social donde te desenvuelves contribuye a fortalecer o debilitar tu personalidad. Aquí radica la importancia de esa elección. Lo ideal es que te encuentres en un ambiente sano, sin perturbaciones. Uno de los caminos que puedes seguir es el entrenamiento. Entrénate para que puedas manejar emociones positivas que te lleven a un buen nivel. Un buen entrenamiento consiste en trabajar con las percepciones de la manera más acertada. Los clientes cada vez más están interiorizando este concepto. Saben a qué vas y hasta se proyectan con algunas soluciones que les darás. Por tanto, hay que tener sumo cuidado con las soluciones inventadas; hay que tratar, en lo posible, que estén apoyadas en fundamentos reales, éticos y profesionales. Si el cliente pierde la confianza en ti, también lo hace por la empresa que representas. Mientras más clientes visites más soluciones encontrarás. La combinación de un adecuado manejo de las percepciones y emociones altamente positivas hace que no solo tú seas feliz, sino también que esa felicidad se traslade a tus clientes. Recuerda que tú eres como los más cercanos a ti y en esa situación están tus clientes: ellos esperan cosas buenas de ti. Sorpréndelos con preguntas que jamás esperarían que las hicieras. Las buenas experiencias de vida son las que nos hacen felices y hacen feliz a los demás. Cuando el cliente sienta el placer de adquirir un producto no es solo porque entendió sus beneficios, sino porque se le ha creado una experiencia de compra. Este es el concepto extendido de venta personalizada: “crear experiencias de compra” para “crear experiencias de vida”. Por eso insistimos, desde el inicio, sobre mantenerse emocionalmente estable. Ellos te “leen” porque observan tus comportamientos. La forma en que el cliente percibe el producto y el servicio de calidad es parte de una agresiva política de comunicación de toda empresa. Si la empresa quiere seguir ganando clientes y hacer que estos recompren cada vez más, debe manejar una razón de fuerza emocional vinculada a una comunicación estratégica. Todas las personas son seres emotivos y sus acciones se mueven en función a esas motivaciones. Cuando nos fue mal con algún proyecto sentimos un malestar producto de las emociones y actuamos con cautela la próxima vez tomando decisiones más racionales producto de un aprendizaje continuo. El medio social pone su cuota, el grupo donde te desenvuelves de igual manera, pero tu libertad toma mayor importancia al momento de discernir entre la emoción reactiva o una racional. Las emociones son como una energía que recorre desde tu cerebro hasta el corazón y se extiende a todo tu cuerpo. Esta energía que te hace sentir feliz, que te hace amar, que te hace perseverar, que te da dolor y fortaleza genera una conexión que va más allá de la conexión del cuerpo y del cerebro: es una conexión entre el corazón y el alma. Ser bueno con alguien, querer a alguien, desear algo, es una emoción interior que atrae elementos exteriores de manera impecable si el camino es el correcto y valedero. ¿Cuál es el camino correcto y valedero? La respuesta está en ti y en la emoción racional. Otra premisa en la vida es: “Lo que piensas y crees, eso es”. No tener creencias es como llegar desnudo al final del día. Muchas veces puede que te equivoques en lo que crees. Pero desarrollar las percepciones que hemos visto es un complemento que reduce el margen de error. Las emociones influyen en las percepciones. Un ejemplo práctico puede ser el caso del hombre que se casa nuevamente luego de un divorcio y se vuelve a divorciar por segunda vez. Mi percepción es que “esta persona nunca cambiará” y me cae mal por sinvergüenza. Pero si durante varios años se lo ve firme con su nuevo compromiso, mi percepción es que “esta persona cambió” y no me cae tan mal. Pero la percepción de la primera y segunda mujer puede que sea diferente y para ellas esta persona “nunca cambiará”. Las emociones y percepciones cambian o se validan con el transcurrir del tiempo. En ese transitar la gente tiende a modificar comportamientos. A los clientes los conocemos cuanto más tiempo y contacto tengamos con ellos. Siempre y cuando lleguemos con “una conciencia más libre y ausente de los dramas externos que te generen limitaciones”. Tienes que estar con la mente abierta y el cuidado que se requiera para evitar que ingresen en tu mente las limitaciones e influencia de la gente negativa. En el juego de las percepciones el cliente puede superar a las del vendedor si este se aleja mucho tiempo de él y el vendedor solo aparece repentinamente o de vez en cuando. El cliente cree más en quien más lo visita. La credibilidad juega un papel importante para que el cliente crea lo que le estás ofreciendo y esta creencia se gana con el seguimiento continuo y el contacto frecuente. La importancia de mantener lazos duraderos en el tiempo hace que las relaciones mutuas generen emociones positivas, que son las que necesitamos para obtener resultados favorables. Estas se cultivan en las distintas facetas de la vida empresarial y en las relaciones entre el trabajador y el cliente. La concurrencia de percepciones, experiencias, decisiones, contactos contribuyen al estado de ánimo y a la motivación intrínseca y extrínseca de estos actores. Podemos agregar que las emociones reciben la contribución de las motivaciones. Por ejemplo, cuando una mujer va de compras a una tienda de ropa la reacción cuando observa un traje que le gusta y esperaba encontrar es levantar las cejas, abrir los ojos, abrir la boca, extender los brazos: están emocionadas porque algo activó su cerebro límbico (cerebro emocional). ¿Cuántas veces un producto o servicio que han ofrecido ha causado esa reacción? En las ventas tienes que considerar las emociones con la finalidad de que adquieran tus productos. Hay que buscar motivadores que movilicen la decisión de compra. Cuando un cliente va a comprar un producto va con dos predisposiciones implícitas: la expectativa y la percepción. La primera es la esperanza de conseguir el producto a su medida y la segunda es la imagen que se crea de ese producto en el trayecto y se concretiza con “la atención recibida”. Cuando este cliente llega a la tienda y adquiere el producto que encaja perfectamente a su gusto y medida, cumplió con su expectativa y si encima de ello no solo consiguió lo que quería, sino también tuvo una excelente “atención recibida” lo cual genera un valor adicional en la compra, podemos decir que la percepción ha superado a la expectativa. Esto es lo ideal para cerrar una venta y mantener a los clientes. Hay que fijarse en la importancia de la gente que se encuentra desempeñándose en la línea de batalla. Ellos deben entender que no solo es servir y vender el producto al cliente, sino brindar una óptima atención, ya que esta acción permitirá generar “VALOR” en el cliente. Así se describe excelencia en el mundo oriental. Entonces, ¿qué es ser excelente? La palabra excelencia proviene del latín “Excellentia” (cualidad del que sobresale). El sobresalir es dejar un nivel inferior para ir a uno superior. Es dejar de estar estático e inmóvil. En las ventas es dejar el mostrador, acudir al cliente para darle un servicio de calidad superior: sobresaliente. Si se combina un trabajo de excelencia con un adecuado manejo de las emociones, los resultados no se van a dejar esperar. Ya se mencionó que somos seres emotivos. Nos emociona: la navidad, los cumpleaños, un buen empleo, una buena novia, un buen café, etc. Con buenas emociones nuestra vida y entorno se ve con mejores tonos de colores y moviliza nuestras tendencias positivas. Mejora nuestra creatividad, nos identificamos más, nos comprometemos en la lucha, nos volvemos más productivos y felices en el tiempo, ya que la felicidad no solo es conseguir algo, sino también el esfuerzo y el trabajo puesto en su obtención. . Los pensamientos positivos nos llevan a una dimensión que nos ayuda a desarrollar la capacidad de mantenernos emocionalmente conectados con el mundo y los que habitan en él. En el contexto empresarial la conexión va hacia la organización y sus objetivos. Las organizaciones son tan productivas como son las personas con las que cuenta. La responsabilidad del directivo es mantener firme esos lazos otorgándoles una razón poderosa para fortalecer el vínculo. Lo contrario a una fuerte conexión es la “debilidad emocional”. No es más que un estado psíquico que puede llevar a las personas a cierta discapacidad en el accionar. Lleva a la gente a la conclusión de que estar en la zona de confort les permite estar a salvo de cuestionamientos. La mente envía esa señal al resto del cuerpo y este se ubica en estados de inercia porque piensa que estar así va a estar protegido ante cualquier riesgo que genere la actividad o alguna exigencia mayor. De esta manera, la inercia se convierte en una estrategia de sobrevivencia de las mentes débiles. Una de las estrategias para activar ese “chip” y bloquear los estados de inactividad pasa por entregarle a la gente una razón de fuerza que les haga entender que su participación es importante para la empresa. Así vamos eliminando las causas que los llevaron a la zona de confort. Empezar a delegar y entregar responsabilidades ayuda bastante. Las personas tienen que entender que los estados de inercia no contribuyen al desarrollo de las empresas ni de ellos mismos. Hay que ayudarlos a descubrir su autenticidad para que se encuentren predispuestos emocionalmente. Otra forma de sacar a la gente de la zona de confort es decirles lo que se espera de ellos y a lo que pueden llegar con su contribución. La gente tiene que validar sus aspiraciones dentro de la organización para que puedan hacer las cosas con pasión. En la conferencia “Emprendedores de Éxito” realizada en la ciudad de Ica en febrero de 2015 tuve la oportunidad de hablarle a la gente sobre “Cómo vender más en tiempos difíciles” y precisamente una de las ideas fuerza es que la gente tiene que hacer las cosas con PASIÓN. Tiene que gustarle lo que hace y debe hacerlo bien (“como la primera vez”). La primera vez que dio un beso, que entro a trabajar, que dio su primer paso, que amo a alguien, etc. Pasión, es sentir una emoción fuerte por alguien o por lo que se hace.
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Tu Vida desde el Amor (Manifiesta Salud, Dinero y Amor con fluidez y armonía, en coherencia con tu Alma): Despertar de la consciencia y manifestación de los sueños del alma.