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PRESENTACIÓN.

La idea de recortar la Historia de nuestra Provincia en “breviarios”,


obedece tanto al deseo de compendiar tan extenso proceso, como a la
percepción de que lo que se propone al lector actual, en la medida de lo
posible, debe ajustarse a la siempre cambiante relación con el tiempo, que
erige cada vez más la brevedad en virtud, y con las normas de escritura,
fuertemente influenciadas por los avances tecnológicos, en especial los
vinculados a las lecturas en pantalla y el imperio de las redes.
En otras palabras, los textos físicamente voluminosos y de apretada
escritura que constituían otrora el goce del lector, que los adquiría pensando en
las largas y gratas horas que le depararían sus páginas, van cediendo terreno
ante revistas y poco más que folletos que demasiadas veces transitan la
imprecisa frontera entre la información y el conocimiento. Por cierto que hallar
el justo término medio no es empresa fácil, en especial a la hora de empuñar la
trincheta dado que no necesariamente son los mismos, los intereses alentados
por el público en general, los estudiantes, estudiosos, investigadores y eruditos.
Si se ha objetivado o no con acierto, serán en definitiva los distintos
usuarios quienes determinen el valor absoluto y relativo de la obra, tanto en
cuanto acceso al conocimiento, la información o el refresco y recreación de
saberes anteriores.
Este primer Breviario, sobre la jornada colonial de nuestra Historia,
espero haya acertado en reseñar lo capital, desarrollar lo necesario y
profundizar lo imprescindible, aportando además una bibliografía tan extensa
como me fue dado elaborar, pero dando consistencia a un aparato erudito
elemental, que no recargue al lector simplemente interesado, y al mismo
tiempo aloje las pistas indispensables para que pueda profundizar un tema
cualquiera quien haya menester hacerlo.
En pocas palabras, Historias de Corrientes habrá muchas, pero es mi
anhelo que a la hora de la consulta rápida, actualizada y confiable, la primera e
inmediata, sean estos Breviarios la materia prima escogida para hacerla.
Corrientes, 14 de junio de 2019

Dr. Jorge Enrique Deniri


CAPÍTULO I.
EL COMIENZO DE LA HISTORIA.
Los habitantes del territorio de Corrientes a la llegada de los españoles. Los Guaraníes. Otras
culturas: Los Caingang. Los Abipones. Sus caracteres generales, cultura, costumbres y
religiosidad.
Los Guaraníes.
Cuando los españoles llegan a América – en 1492 – el actual territorio
de la provincia de Corrientes estaba habitado por los Guaraníes, un gran grupo
de aborígenes que se extendían además por todo el Brasil, Paraguay y
Uruguay al Norte y Este, y
Entre Ríos al Sur, formando
más de 400 tribus o
parcialidades, en diferentes
grados de desarrollo.
Además de tener un origen
común, se relacionaban por
el idioma, aunque, según el
caso, lo hablaban con
variantes que daban lugar a diferentes dialectos. En todos ellos, su nombre,
Guaraní, quiere decir guerrero. Así, siendo agresivos y amantes de la lucha,
dominaron a otros pueblos más pacíficos. Practicaban incluso el canibalismo
con sus prisioneros de guerra, pero lo abandonaron por la influencia de los
españoles.
“El idioma guaraní...con sus diversos dialectos, se extiende desde los 23º de latitud norte hasta los 37º de
latitud sur, en la parte oriental de la América Meridional a lo largo de sus grandes ríos y de su litoral
marítimo. Al tiempo del descubrimiento se hablaba en el Brasil...en el Río de la Plata y sus afluentes el
Paraná y el Uruguay, en el Chaco por excepción, pero especialmente en el Paraguay. Este idioma lleva
impreso en sí el sello auténtico de una lengua autóctona, escrita en la geografía del vasto territorio que
abraza, poblado por más de 100 tribus salvajes de común origen...y sin más vínculo entre sí que la lengua
misma”.
Bartolomé Mitre

Los Guaraníes eran de estatura más baja que mediana, torso robusto
en proporción a las piernas y brazos, cara redonda, piel morena, sin vello y
barba escasa, cabellos tupidos, gruesos, largos negros y lacios, dientes
blancos y parejos, pies y manos pequeños.
Sus hábitos de vida se inclinaban a ser sedentarios, lo que quiere decir
que sus poblaciones, compuestas por grandes ranchos de paredes de estanteo
(armazones de cañas
tacuara revocadas con
barro) y techo de paja,
tenían cierta
permanencia,
instalándose en
proximidades de
montes y cursos de
agua. Navegaban los
ríos y arroyos con
primitivas piraguas
hechas de troncos. Aldea Guaraní (Grabado antiguo)

El mando entre ellos, lo ejercía un cacique o abaruvichá cuyo cargo era


hereditario. El cacique también tenía poderes sacerdotales a través de los
cuales podía comunicarse con los muertos y el más allá.
Además del abaruvichá, el resto de los mejores guerreros formaba un
grupo social selecto, con mayores derechos y atribuciones que el resto de la
comunidad, que estaba
obligada a trabajar para ellos y
darles parte de sus cosechas.
La sociedad guaranítica
permitía la poligamia (que un
hombre tuviera más de una
mujer). Las mujeres estaban
sujetas al poder del hombre,
se tratase del padre, el
hermano mayor o el marido. La
mujer criaba sus hijos, Algunas culturas aborígenes del Nordeste (Maeder y Gutiérrez)

realizaba sus quehaceres domésticos y cultivaba la tierra.


Aunque buenos cazadores, la agricultura era el principal medio de vida
de los Guaraníes, que sembraban, entre otros, yerba mate, batata, mandioca,
zapallo, maíz, maní, sandías y porotos. También extraían los frutos del mamón,
papayas, cocos, naranjas, calabazas (andaí), etc. Además cultivaban algodón
(mandiyú), caraguatá, guenvé, isipó y otras fibras vegetales. También poseían
Caingang actuales. Ranchos y paraviento. numerosos animales
domésticos.
Como muchos otros
grupos nativos de América,
los Guaraníes preparaban el
suelo para sembrar
quemando previamente la
vegetación silvestre. Este
tratamiento empobrece la
tierra, y a los pocos años debían trasladarse a otros sectores vírgenes del
monte.
Tecnológicamente, los Guaraníes sabían emplear telares rústicos para
trabajar el algodón y obtener telas livianas, aunque por lo común hombres y
mujeres andaban desnudos. También trenzaban hamacas colgantes que
usaban para dormir. Para guardar sus producciones agrícolas, desarrollaron
una industria alfarera de grandes vasijas pintadas. Asimismo emplearon la
alfarería para fabricar grandes urnas, en las que enterraban a sus muertos.
Los Guaraníes creían en un Dios bueno y justo al que llamaban Tupá, y
un espíritu del mal o diablo conocido como Añá. También creían en el diluvio,
del cual, según sus tradiciones, se
1783. Abipones según el Padre Dobrizhoffer S.J.
salvaron los caciques principales -
gracias a la oportuna advertencia
de Tamandaré, profeta enviado por
Tupá - subiéndose a un Mbocayá
(palma), de cuyos frutos se
alimentaron hasta bajar las aguas.
Sus creencias también
hacían referencia a una especie de Paraíso terrenal: La “Tierra sin mal” . Un
sitio ideal hacia el que peregrinaban cuando los afectaba alguna catástrofe, ya
fuera una plaga, epidemia o inundación.
Síntesis comparativa entre las culturas Caingang (Caracarás) y Abipona.
Aspecto Caingang (Caracarás) Abipones
Sedentarios. Aldeas de unas 20 Comunidades semi nómades no mayores
Político familias al mando de un cacique. El de 100 personas gobernadas por un
cacique es a la vez chamán o cacique y un Consejo compuesto por los
hechicero. Jefes de Familia.
Principalmente recolectores de Cazadores recolectores y pescadores con
Económico semillas de pino y algarroba y miel. red. Comían incluso las langostas.
Cazadores y pescadores. Cazaban tapires a golpes de macana.Se
disfrazaban con hojas o plumas para poder
acercarse a tiro de flecha.
Estatura más bien baja. Robustos.
Piernas delgadas. Cara bronceada. Altos, fuertes, rostros agradables, narices
Social Pelo negro, ondulado. Poca barba. aguileñas, dientes blancos y parejos.
Antes de casarse preparaban su Monógamos. Sólo el cacique podía tener
casa, pero la que trabajaba era la varias esposas. Practicaban el casamiento
mujer. Polígamos. por compra.
Usaban grandes arcos y flechas y
garrote (macana o maza). Arco corto de sección rectangular
Militar Derrotados y desplazados por los aplanada, macana, lanza y boleadoras.
guaraníes. El Iberá fue su refugio. Temibles guerreros. Los primeros en usar
Conocidos luego como el caballo. Son los grandes adversarios
“Caracarás”. seculares de los correntinos.
Alzaban paravientos (con ramas,
troncos y hojas de palma) y Viviendas construidas con armazones de
viviendas fijas (ranchos de barro y ramas cubiertas con paja. Planta ovalada y
paja). Grupos de casas aisladas. una altura de 2 mts. Reunidas formando
Sabían encender fuego por aldeas. También usaban paravientos en
Cultural frotación. Andaban desnudos. las marchas. Vestían muy poca ropa o
Tejían cestas y las enceraban. ninguna, de pieles de nutria, también
Alfarería primitiva. Conocían tejidos de lana. Tatuajes en el rostro,
muchas plantas medicinales. plumas en la cabeza y tobillos, tembetá en
.Grandes fumadores. No conocían el labio inferior, pulseras y tarugos en las
las bebidas fermentadas. Usaban el orejas.Sabían hilar y tejer la lana de oveja
Tembetá., como un palillo y el caraguatá
atravesado en el mentón.
Creían en un ser supremo. Sin un culto
Creían en un ser superior que especial. Muy supersticiosos, tenían
premia o castiga. El muerto iba fuertes creencias mágicas y animistas.
hacia la divinidad o se convertía en Enterraban a sus muertos con todos sus
Religioso un animal salvaje. Muy efectos personales, envueltos en un cuero.
supersticiosos, usaban muchos El rancho del fallecido se quemaba. Si
amuletos. Enterraban a sus muertos moría lejos o en combate, lo descarnaban
en la vivienda y la quemaban. y llevaban los huesos al sitio habitual de
Luego, hacían un túmulo entierro.
(montículo) en el lugar, con comida Enterraban a sus muertos con sus armas.
y armas. Los familiares, en muestra de dolor, se
cortaban falanges de los dedos.
CAPÍTULO II.
FUNDACIÓN, POBLAMIENTO Y CONFLICTOS.
Corrientes y la Historia colonial. Antecedentes de la fundación. (Caboto, Irala, Cáceres, Rivadeneyra, Ortiz de
Zárate). La herencia zaratina. Juan de Garay y Juan Torres de Vera y Aragón. El hecho fundacional. El proceso de
poblamiento posterior: La “Ciudad cerebro”. De la “frontera del Riachuelo” a la “Frontera del Miriñay – Mocoretá”.
Los conflictos jurisdiccionales con Asunción, Santa Fe y los Jesuitas.

Corrientes y la Historia Colonial.


El territorio de la actual Provincia de Corrientes, entra en la historia
colonial a partir del año 1528, cuando Sebastián Caboto, un cosmógrafo
veneciano al servicio del Rey de España, luego de haber descubierto el río
Paraná, en 1527, reconoce la actual ubicación de la ciudad de Corrientes,
establece una relación amistosa con los guaraníes – en algún punto entre Itá
Ibaté e Itatí - y, finalmente, remata su exploración en los saltos de Apipé. Más
de medio siglo después, en 1588, con la fundación de la ciudad de Corrientes,
se inicia la ocupación efectiva del actual territorio correntino por los europeos.
Así, nuestra historia colonial, según se la considere, tiene entre dos y tres
siglos de duración.
Durante el siglo XVI, en los 60 años que separan el primer avistamiento
del lugar, de la fundación de la ciudad de Corrientes, otros exploradores dan
noticia de la misma, como un punto clave en el trayecto obligado entre la
desembocadura del Río de la Plata y los principales focos de la colonización de
entonces: Buenos Aires primero y Asunción después.
De ese proceso de siglos, los historiadores correntinos, tradicionalmente
han privilegiado diversos acontecimientos, de los que recorto los siguientes:
 La fundación de Corrientes.
 El proceso de expansión y poblamiento posterior, del actual territorio provincial.
 Los conflictos que el proceso de expansión y poblamiento provoca con:
- Los Primeros Pobladores.
- El Paraguay.
- Santa Fe.
- Los Jesuitas.

Antecedentes de la Fundación de Corrientes.


Esbozando una apretada cronología, algunos de los principales
antecedentes del hecho fundacional en sí serían:
 1528. El 15 de febrero, al parecer Sebastián Gaboto navega frente a la actual localización
de Corrientes.
 1541. Domingo Martínez de Irala parte de Buenos Aires, dejando Irala
un documento donde, entre otras cuestiones, puntualiza que para
reunirse con él en Asunción, se debe navegar el río “Grande”
(Paraná) hasta hallar la boca del río Paraguay, que es reconocible
“…siguiendo esta costa como tengo dicho después de haber
pasado unas barrancas de piedra y unas puntas de piedra donde
hay grandes corrientes”.
 1570. En algún momento de ese año, Felipe de Cáceres,
Lugarteniente del Adelantado Juan Ortiz de Zárate en el gobierno
de Asunción, libra un combate fluvial contra los guaraníes frente al
paraje que ya es conocido como de “Las siete corrientes”.
 1581. El Franciscano Juan de Rivadeneyra, enviado a la corte de Felipe II por Juan de
Garay desde Asunción, presenta al rey un memorial donde se recomienda fundar una
ciudad “…junto a las Siete Corrientes…que es donde se dividen y apartan los ríos que dan
nombre al Río de la Plata que se llama el Paraná y el Paraguay…”.

Juan Torres de Vera y Aragón, funda La ciudad de Corrientes el día 3 de


abril del año 1588. Esto le da, desde ese mismo momento, un carácter singular,
entre otras, por tres razones:
 Es la única ciudad del actual territorio argentino fundada por un “Adelantado”.1

1 Otro “Adelantado”, Pedro de Mendoza, intenta fundar una ciudad en el actual asiento de Buenos Aires, sin éxito.
Esa ciudad sólo nace realmente a la vida con Juan de Garay, en 1580.
En síntesis, el Adelantazgo fue un sistema político – administrativo desarrollado por la corona española, consistente
en “privatizar”, a manos de particulares muy ricos, una determinada operación de conquista; para suplir la falta de
dinero. En el Adelantado se concentraban la autoridad civil, militar y judicial, y sus derechos y obligaciones con la
corona se establecían en base a un contrato denominado “Capitulación”. El objeto de la institución fue lograr la
ocupación física de todos los territorios que los reyes de España reclamaban como propios. En América, fue
empleada en el siglo XVI para hacer frente a las penetraciones portuguesas, espoleadas por las noticias de la
expedición de Caboto en 1528. Así, toda América del Sur fue dividida en tres regiones, Norte – Centro y Sur, que
abarcaban un área situada de océano a océano entre los 25° y los 36° de latitud sur. En ella estaba conprendida
Corrientes. Algunos de los principales Adelantados fueron Pedro de Mendoza (1534), Juan Ortiz de Zárate (1567) u
el propio fundador de Corrientes, Juan Torres de Vera y Aragón (1587).
 Es la última de las grandes fundaciones de la llamada “Corriente del Este”, una de
las tres que pueblan el actual territorio de nuestro país.
 Los antecedentes que rodean la fundación en sí, son realmente novelescos.

Ortiz de Zárate

El Adelantado” Juan Ortiz de Zárate, a su muerte,


deja una enorme herencia y el cargo vacante,
a una hija natural – Juana - que había tenido
con una princesa inca en el Perú, nombrando
albacea de la herencia - y responsable del
Juan de Garay matrimonio de la heredera -, a su
lugarteniente en Asunción Juan de Garay2.
Éste decide casarla con Juan Torres de Vera

2 Breve cronología de Juan de Garay: En 1568. Llega a Asunción con Felipe de Cáceres, en 1571 es nombrado
Alguacil Mayor de la ciudad de Asunción, en 1573. Funda la ciudad de Santa Fe. Paga la fundación de su bolsillo.
En el año 1576. Juan Ortiz de Zárate lo nombra Albacea de su fabulosa herencia.Al año siguiente, en 1577, como
Albacea, casa a la heredera de Ortiz de Zárate, su hija Juana, con Juan Torres de Vera y Aragón. En 1578, como
nuevo Adelantado, Juan Torres de Vera y Aragón designa a Garay Teniente de Gobernador y Capitán General de
todas las provincias del Río de la Plata, de esa forma, en 1580 funda definitivamente la ciudad de Buenos Aires.
Finalmente, en 1583 es muerto por los charrúas mientras duerme, de camino entre Buenos Aires y Santa Fe.
y Aragón, un oidor3 en la Audiencia de Charcas.
Sin embargo, la gigantesca herencia despierta la
ambición del Virrey del Perú, Francisco de
Toledo, y de uno de los principales oidores,
que quieren casarla con parientes suyos. Se
inicia así el más ruidoso de los pleitos de la
época, porque Garay, rápidamente y obrando Toledo
Vera y Aragón
como albacea, la une en matrimonio con su elegido. Al respecto, dice Paul
Groussac:
“La heroína inocente del enredo – que mejor se llamaría mosca de aquella telaraña – tenía…diez y
seis años…de la verdadera madre…no hace mención ninguno de los innumerables instrumentos
judiciales o notariales que acerca de Zárate y los suyos nos han quedado. Nada sabemos de la
persona física y moral de doña Juana. Nacida de un gallardo hidalgo vizcaíno y de una…cuzqueña, -
que el compañero…escogería…por su especial belleza entre muchas…Doña Juana, salvo tal cual
peculiaridad debida a su situación de huérfana excepcionalmente rica y mimada, se parecería por lo
análogo de la educación, gustos y hábitos a sus compañeras del diminuto “grupo social”platense o
potosino, el cual, por otra parte difería muy poco de…Lima, y aún de Sevilla o Madrid. Salvo
rarísimas excepciones, era la mujer colonial una planta destinada a crecer, fructificar y secarse en la
huerta casera, sin más perspectiva ni horizonte que los del inmediato vecindario. Ninguna iniciación
ni estímulo intelectual: la niña noble no escribía sino para firmar tal o cual auto legal; ninguna lectura,
fuera de un devocionario o Vida de Santos. Como emoción artística, algún rasgueo de guitarra…Tal
debió ser la ñustita cuzqueña en cuya endeble cabeza venía a asentarse…aquella enorme
herencia…de encomiendas y minas, de estancias y chacras, complicada con tres o cuatro pleitos en
España y el Perú, fuera del pleito mayor, que era el de la gobernación rioplatense...”.

A partir de allí, con el Virrey y la Audiencia como enemigos, Juan Torres


de Vera y Aragón debe luchar lo indecible para hacer efectivo el cargo de
Adelantado: lo más importante de la herencia y que, a él como marido de la
heredera, le corresponde según las costumbres de entonces.
El hecho fundacional.
La fundación en sí de la ciudad de Corrientes, se asemeja mucho a la de
cualquier otra localidad colonial. No obstante, es conveniente destacar, además
de los ya señalados, al menos tres aspectos:
 A diferencia de otras ciudades españolas del Nuevo Mundo, Corrientes se asienta
en un punto muy bien elegido.
 La mayoría de los historiadores coincide en que
Vera y Aragón funda en un lugar escogido
Firma de Juan T. de Vera y Aragón
previamente por otros.

3 Un oidor ocupaba un cargo equivalente al de un abogado actual, que se desempeñaba como Juez en la llamada
“Audiencia”, que era algo así como el actual Superior Tribunal de la Provincia.
 Además de las ventajas del sitio en sí mismo, éste se halla ubicado prácticamente a
mitad de camino entre Asunción y Santa Fe.
Puede decirse que los momentos significativos para la fundación, se dan
a partir de diciembre de 1587 cuando, habiendo llegado en Junio a Nuestra
Señora de la Asunción, Juan Torres de Vera y Aragón es reconocido como
Adelantado, y como tal y comprometiendo su participación personal, llama a
fundar logrando reclutar aproximadamente 190 “mancebos de la tierra” 4.
Al mes siguiente, en enero de 1588, parte desde Asunción una
expedición por tierra al mando de Alonso de Vera al que apodan
“el Tupí”, sobrino del Adelantado, secundado por
Hernando Arias de Saavedra, “Hernandarias”.
Firma de El Tupí Marchan arreando 1500 vacas y bueyes y otros
tantos caballos y yeguas, para uso y alimento de la población a

fundarse. En su travesía, cruzarán los bañados y esteros de


Ñeembucú, vadeando el Paraná por el paso de Yaguarú, unas
10 leguas al Sur del sitio conocido como de las “Siete Corrientes”. Hernandarias

El Ñeembucú en un mapa francés del siglo XIX

En el mes de marzo, Zarpa de Asunción el Adelantado mismo, con 3


navíos, un bergantín, 28 balsas, 150 hombres y 48 mujeres.

4 Nombre dado a los mestizos de españoles e indias.


Finalmente, el 3 de abril de 1588, se concreta la fundación de la “Ciudad
de Vera”5, nombre que irá mutando a través del tiempo hasta convertirse en la
Ciudad de Corrientes actual.6
El Proceso de Poblamiento.
Por el papel que desempeña Corrientes en este
prolongado proceso, Hernán Félix Gómez, la ha
llamado “Ciudad Cerebro”.

Luego de su fundación, el 3 de abril de 1588, los comienzos de la ciudad


fueron difíciles, en especial por la hostilidad de los pobladores originarios hacia
los recién llegados. Medio año después, se establece una reducción de indios
Guácaras y, bastante más tarde, se alcanza la llamada “Frontera del
Riachuelo”, pero sólo bien entrado el Siglo XVII, casi tres décadas más tarde,
surge en Itatí otra población estable, en este caso una reducción de guaraníes.

Fundaciones en Corrientes durante el Siglo XVI (1500 – 1600)


Tipo de
Fecha Origen Nombre Fundación Fundador Pobladores
San Juan de
3.04.1588 Adelantazgo Vera de las Siete Ciudad Juan Torres de Españoles y
Corrientes Vera y Aragón criollos
¿?.10.1588 Autoridades de Reducción de Alonso de Vera Indios Guácaras
la ciudad Guácaras naturales “El Tupí” y Mátaras

Por la misma época, las autoridades correntinas pueblan otros puntos


hacia el sur, también con aborígenes reducidos, en la desembocadura de los

5 Nombre dado por el fundador. El lugar físico de la fundación sigue siendo discutido por los historiadores, algunos
de los cuales sostienen que fue el que pauta la tradición, la Punta Arasatí, en tanto otros se inclinan por la actual
Plaza 25 de Mayo, y algunos considera que en Arasatí solamente estuvo el primitivo fondeadero. Del mismo modo,
se discuten los incidentes que rodearon al “Milagro de la Cruz”.
6 Al respecto, Manuel Florencio Mantilla sostiene que Juan Torres de Vera y Aragón, llamó “Ciudad de Vera” a la

nueva localidad, el 3 de abril de 1588. Afirma asimismo que en el siglo XVII, se le antepuso el nombre de San Juan,
pasando a ser llamada “San Juan de Vera”, y que el documento más antiguo que lo usa, es un acta del Cabildo, del
30 de mayo de 1633. También sostiene que después, con el tiempo, sin resoluciones oficiales, el uso le agregó el
nombre primitivo del paraje: “las siete corrientes”, y pasó a ser conocida con el “falso nombre San Juan de Vera de
las Siete Corrientes·”. Luego expresa que “el tiempo y el buen gusto modificaron tan largo título (pero) en vez de
mantener el verdadero, quedó definitivamente adoptada la última palabra del falso “Corrientes”. Finalmente, rescata
que de la ciudad, tomó el mismo nombre la provincia. En las Actas Capitulares aparece designada de diferentes
maneras, como “Ciudad de las Corrientes”, Ciudad de San Juan de Vera de las Siete Corrientes”
arroyos Empedrado y San Lorenzo y en la barra del río Santa Lucía.7 Hacia el
año 1631, autorizan el establecimiento de encomiendas en la actual zona de
Santa Ana.
Al mismo tiempo, desde el Este, sobre la cuenca del río Uruguay, se
viene desarrollando otro esfuerzo poblador, por parte de los jesuitas, que
retroceden ante los ataques de los “mamelucos” o “bandeirantes” portugueses,
y, a partir de 1626, se instalan en Yapeyú, La Cruz, San Carlos y Santo Tomé.
Fundaciones en Corrientes durante el Siglo XVII (1600 – 1700)
Tipo de
Fecha Origen Nombre Fundación Fundador Pobladores
Capitán Antón
7.12.1615 Orden religiosa Pura y Limpia Reducción de Figueroa y Indios Guaraníes
franciscana Concepción de franciscana Fray Luis Gámez
Itatí

1615 Autoridades 1º. Doctrina 1º. Alonso de Vera 1º. Indios


y locales y Santa Lucía de Los 2º. reducción “El Tupí” Calchaquíes
1616 coloniales Astos franciscana 2º.“Hernandarias” 2º Astos y Cara
carás.
Virgen de la
1617 Autoridades Candelaria de Reducción ----------------- Indios Frentones
locales Ohoma franciscana
1617 Indios Guaycurúes
Autoridades Santiago Sánchez Reducción -------------------
locales franciscana
Repobladas por
1623 Autoridades Ohoma y Santiago Reducciones ------------------ haber sido
Locales Sánchez franciscanas destruidas por los
Abipones
Nuestra Señora de
1626 Orden Religiosa los Reyes Magos Reducción Padre SJ Pedro Guaraníes de la
(Jesuitas) de Yapeyú jesuítica Romero Guayra
Padre SJ Cristóbal
1630 Orden Religiosa La Cruz de Reducción Altamirano Guaraníes
(Jesuitas) Mbororé jesuítica
Antón de San Benito
1631 Autoridades Santa Ana de los Encomiendas y Gaspar de Aborígenes
Locales Guácaras Zequeira chaqueños

1632 Orden Religiosa Santo Tomé Reducción Padre SJ Luis Guaraníes


(Jesuitas) Hernat
San Carlos
1638 Orden Religiosa (En el sitio actual) Reducción Padre SJ Pedro Guaraníes
(Jesuitas) Mola
Santa Lucía (la
ciudad, destruida Reducción Repoblada con
1642 Gobierno Colonial en 1638, se franciscana ---------------- Charrúas y
traslada al sitio guaycurúes locales
actual)

7Se llama “barra” a un banco o bajo que se forma en la desembocadura de los ríos por depósito de los sedimentos
que las aguas arrastran.
Estos esfuerzos de expansión territorial, desarrollados principalmente
como consecuencia de actividades económicas esencialmente ganaderas, por
medio de estancias, alcanzada la llamada “frontera del río Santa Lucía”, se
estancan por más de un siglo.
En la segunda mitad del siglo XVIII, la ciudad de Corrientes va a
desarrollar su mayor esfuerzo poblador, buscando revindicar la jurisdicción
otorgada por su fundador8.
“Por el Acta de fundación, origen de su incontestable dominio territorial, (Juan Torres de
Vera y Aragón), le asignó los límites y términos siguientes: “ de las ciudades de la
Asunción, Concepción de la Buena Esperanza, Santa Fe de la Vera Cruz y San Salvador,
Ciudad Real, Villa Rica del Espíritu Santo, San Francisco y Viaza en la costa del Mar del
Norte” (Océano Atlántico).
Manuel Vicente Figuerero.

Este segundo período de poblamiento, se inicia hacia 1750 fundando en los actuales
territorio del Chaco y de la República del Paraguay, en la zona del Pay Ubre, en lo que es hoy
nuestro departamento de Curuzú Cuatiá, y asentando una densa y extendida línea de guardias y
presidios 9hacia el Sureste, como barrera y cordón defensivo contra el avance de las estancias
de los jesuitas. El río Corriente y las enormes extensiones anegadizas de su cuenca, se
constituyen, por su misma naturaleza, en la frontera o límite de hecho entre los correntinos y los
guaraníes misioneros de las reducciones jesuíticas.

Fundaciones en Corrientes durante el Siglo XVIII (1700 – 1800)


Tipo de
Fecha Origen Nombre Fundación Fundador Pobladores
San José de las
1732 Cabildo lagunas Saladas Guardia y Presidio Estancieros locales
(Muchas Islas)

San Fernando del Teniente de Abipones


1750 Autoridades Río Negro. Cerca Reducción Gobernador Nicolás La abandonan
locales la actual Resis- Patrón definitivamente en
tencia 1790

1757 Cabildo Caá Catí Guardia y Presidio Milicias correntinas

San Antonio de

8 Se especula aún sobre el error o acierto o las razones que movieron al fundador para asignar una jurisdicción tan
extensa a la ciudad. Personalmente, adhiero a la hipótesis del Doctor Ernesto Maeder quien sostuvo que en realidad
Vera y Aragón, al dar esos límites a Corrientes, más que otorgar a la ciudad una extensión desmesurada, lo que
hizo fue dejar documentada la magnitud de su propio Adelantazgo.
9
Guardia: Grupo de soldados o gente armada, que asegura o defiende un punto. Presidio: Cuartel. Guarnición
militar muy fuerte. Fortín en nuestra época colonial.
Orden religiosa Itatí .Ex estancia Pueblo Fray Bernardo Guaraníes
franciscana de Itatí. Hoy Sánchez
Berón de Astrada.
Guardia y presidio Milicias
1764 Cabildo Mburucuyá correntinas
San Fernando de Abipones de la ex
Autoridades Garzas (Cerca de Teniente de Reducción de San
1770 locales la actual Bella Reducción Gobernador Juan Fernando del Río
Vista). García de Cossio Negro.
Teniente de
11.10.1773 Autoridades San Roque Pueblo Gobernador Criollos e indios
locales Juan García de
Cossio.
Juez Comisionado Españoles, criollos
1779 Cabildo Nuestra Señora del Pueblo José Sambrana e indios
Pilar de Curuzú inicia las gestiones
Cuatiá
Maestre de Campo y
1779 Autoridades Pueblo Alcalde de 1er voto Milicias
locales Ñeembucú Juan Benítez de de
Arriola Corrientes
Milicias
1780 Cabildo Yatebú. Hoy Guardia correntinas
Loreto.
Milicias
1780 Cabildo Arerunguá Guardia correntinas
1780 Cabildo Caá Caraí Guardia Milicias
correntinas
Yaguareté Corá. Guardia y presidio Milicias
1780 Cabildo Hoy Concepción. correntinas

En síntesis:
 El proceso de poblamiento sólo comienza bien entrado el siglo XVII.
 A partir de allí, la ciudad de Corrientes realiza dos grandes esfuerzos pobladores
que:
 Duran aproximadamente lo mismo.
 Abarcan el 1er tercio del siglo XVII y el 2º del siglo XVIII.
 Están separados entre sí, en forma efectiva, por más de un siglo.
 La primera expansión es obra de las autoridades locales y sus principales
causas son económicas (vinculadas a la ganadería) y de seguridad (para
protegerse de las agresiones de los pobladores primitivos).
 La segunda etapa pobladora, tiene al Cabildo correntino como actor
principal y obedece, entre otras razones parecidas a las anteriores, a una
política de reivindicación de la jurisdicción inicial, frente al Cabildo de
Asunción, al de Santa Fe y, en especial, al creciente enfrentamiento con
los jesuitas.
 En ambas etapas, intervienen activamente las órdenes religiosas.

Dificultades y Conflictos asociados al Proceso de Poblamiento.


Los ataques de los primeros pobladores.
Durante toda su etapa colonial, el actual territorio correntino es una gran
zona de frontera, constantemente en armas, donde luchan de un lado los
europeos, criollos e indios evangelizados, y del otro las parcialidades
aborígenes que mantienen intacta su primitiva cultura, o han vuelto a ella,
rechazando la que los conquistadores pretenden imponerles. En este proceso
de siglos, desde aquel combate fluvial de 1750, hasta mucho después de
estallar la Revolución de Mayo, los correntinos viven armados y alertas. A un
ataque aborigen, sigue un contra ataque español, en numerosos enfrentamientos
donde, por ambas partes, se alternan los triunfos con las derrotas.

Cronología de algunos enfrentamientos significativos con los Primeros Pobladores.


 1588: El “Milagro de la Cruz”.10
 1623: Los Abipones 1928. Las excavaciones de los cimientos del Monumento a Alvear,
destruyen las reducciones hallan nuevas evidencias de los restos del “Pucará”.
de Ohoma y Santiago
Sánchez.
 1628: Sublevación de los
Guaraníes del Tapé.
Martirio de San Roque
González (S.J.).

S. Roque González

 1631: Ohomas, Frentones y


Calchaquíes atacan Concepción del Bermejo, la población española más dinámica de la época. Los
supervivientes huyen a Corrientes, donde pasan a vivir en la mayor pobreza.
 1632: Milicias correntinas participan de una campaña de castigo que fracasa, contra los atacantes de
Concepción del Bermejo.
 1638: Destrucción de Santa Lucía de los Astos, asolada por los Caracarás (los Caingang).
 1638: Campaña española contra los Caracarás que destruyeran Santa Lucía. Son derrotados en sus
ranchadas del Iberá por milicias correntinas y guaraníes misioneros.
 1700: Charrúas y Bohanes asolan Yapeyú.
 1701. Exitosa campaña de represalia contra los Charrúas y Bohanes que atacaron Yapeyú. La
realizan las milicias correntinas, y guaraníes misioneros.
 1750: El teniente de Gobernador de Corrientes, Maestre de Campo Nicolás Patrón, después de
haber luchado contra los indios en treinta y dos oportunidades, convencido de que la fuerza no
conduce a nada, intenta establecer acuerdos pacíficos con los caciques chaqueños. Logra un
acercamiento transitorio con los Abipones. Funda con ellos, la reducción de San Fernando del Río
Negro.

Las disputas con Asunción y Santa Fe.

10 Reconocido como “Prodigio” por la Iglesia Católica, el hecho histórico en sí, que cabe presumir verídico, (un
enfrentamiento armado entre un grupo reducido de españoles atrincherados en una fortificación rudimentaria, y gran
número de aborígenes que abandonan la lucha en proximidades de una gran Cruz de Urundai, al caer muerto quien
los encabeza fulminado por un rayo), presenta ribetes imprecisos sobre todo en lo cronológico. No obstante, el valor
simbólico del suceso es inmenso, al punto de ser esa Cruz la pieza heráldica central de la Bandera y el Escudo de la
Provincia.
Por razones que aún hoy los historiadores analizan, el fundador, Juan Torres de Vera y
Aragón, otorga a Corrientes un territorio tan extenso como mal definido. Esto tiene como una de
sus consecuencias, diversas disputas entre el Cabildo de la ciudad y los de Asunción y Santa Fe,
que se van a prolongar incluso más allá de la etapa colonial.
En el caso de Asunción, durante el mandato del Teniente de Gobernador Juan García de
Cossio, Corrientes ocupa efectivamente, un área ubicada en la cuenca del río Tebicuary (actual
República del Paraguay), fundando con sus milicias el pueblo de Ñeembucú, en el paraje
Laureles, con lo que hace pie en suelo que el Cabildo asunceño considera propio, dando inicio
así a las controversias.
Con Santa Fe, el conflicto tiene como base el trazado real del límite SO entre las
jurisdicciones de ambas ciudades. El Cabildo de Santa Fe, lo ubica primero en la
desembocadura del río Corriente y luego, pretende situarlo mucho más al Norte, en la barra del
río Santa Lucía.
A la larga, estos pleitos, que se inician como una “guerra de papeles”, donde las
protestas y los reclamos de las partes se acumulan sobre los escritorios de las autoridades
reales, van a dar lugar incluso a diversas invasiones y enfrentamientos armados durante nuestra
vida independiente.
El odio contra los Jesuitas.
En la ciudad de Corrientes, “...el nombre
de jesuita era sinónimo de maldad”.
Manuel Florencio Mantilla

A partir del siglo XVII, la política de la Corona española en el marco de la


Contrarreforma católica en América, sumada a las acciones de gobierno de
Hernando Arias de Saavedra, para abrir caminos nuevos hacia y desde el
Perú, a través del Chaco, otorgan un papel preponderante a los jesuitas,
favoritos del Rey y suyos.
Ese papel, pone a los jesuitas en conflicto con los habitantes de las
ciudades españolas, como Asunción y Corrientes, porque, en cumplimiento de
su misión evangelizadora, critican severamente a los colonos por el trato que
dan a los indios, y les impiden apoderarse de los que ellos cristianizan, para
incorporarlos a sus alicaídas encomiendas. Además, aunque cada miles de
indios, hay sólo unos pocos sacerdotes, su formación y calidad humana hace
posible que los habitantes de las misiones creadas por ellos, alcancen un grado
de desarrollo y una prosperidad que los europeos, comparativamente pobres y
sin posibilidades, ven con resentimiento y envidia.
En el caso de la ciudad de Corrientes, a todo esto agregan rencores tres
importantes razones:
 Expulsados de sus primitivos asientos por los ataques de los mamelucos, los Jesuitas
penetran en territorios que Corrientes ha considerado siempre suyos (precisamente, en
lo que es hoy nuestra Provincia de “Misiones” y a caballo del río Uruguay hasta Yapeyú)
y, además de instalarse allí, crean grandes estancias
que disputan a los correntinos, no sólo el suelo, sino,
especialmente, los cientos de miles de cabezas de
ganado cimarrón que lo habitan.
 Estando obligados para con el Rey, a cumplir servicios
militares, pagados de su bolsillo, a cambio de la
primitiva concesión de encomiendas que para esa
época han perdido su valor, los correntinos, en
especial algunos influyentes, deben abandonar sus
afectos e intereses por largos períodos, para
acompañar a los jesuitas en sus expediciones al
Chaco, y montar guardia en esas mismas estancias
que ven como producto de un robo perpetrado en
contra suya. Los 4 Pueblos en Corrientes (Maeder)
 Buscando aprovechar la fama de grandes educadores que
gozan los jesuitas, los dirigentes de la ciudad los invitan a instalar un Colegio, donde
puedan formarse sus hijos, pero se resienten profundamente de la influencia ante las
autoridades reales y el éxito económico que rápidamente logran los invitados.

Esta situación divide a la sociedad correntina en amigos de los jesuitas,


o “ajesuitados” (los funcionarios reales y su entorno) y enemigos (el resto, los
que no se benefician de los grandes cargos públicos y se dan a sí mismos el
nombre de “comuneros”) de los jesuitas.
Triunfantes a la larga los enemigos de los jesuitas, cuando los Reyes de
España deciden expulsarlos, el odio acumulado contra ellos y el desprecio por
sus seguidores indios, los guaraníes misioneros van a perpetuarse. Hasta no
hace mucho nuestros grandes historiadores abominaban de los jesuitas, y,
todavía hoy, aunque olvidado su sentido, entre nosotros “tape” y “china” son
palabras ofensivas.
Algunos hechos significativos del Proceso Histórico Jesuítico en Corrientes
 1614: Hernandarias apoya sus políticas colonizadoras en los jesuitas.
 1631: 20.000 Guaraníes de la Guayra, liderados por el SJ Antonio Ruiz de Montoya, huyendo de los
mamelucos, se instalan en terrenos que Corrientes reclama como suyos, en la región del Tapé,
actual Provincia de Misiones.
 1690: A pedido de los correntinos, los Jesuitas instalan un Colegio en la ciudad.
 1707: Tapés de las Misiones de Candelaria y San Carlos, saquean las encomiendas del paraje
Muchas Islas (Saladas).
 1732: Aprovechando sucesos de Asunción, se insinúa un levantamiento comunero de trasfondo
antijesuítico en Itatí.
 1756: El Cabildo envía algunos milicianos correntinos a participar en la “Guerra Guaranítica”, para
expulsar a los guaraníes de las Misiones Orientales en cumplimiento del Tratado de permuta entre
España y Portugal. A su regreso, son emboscados y casi aniquilados por los guaraníes de las
Misiones occidentales.
 1757: En un oscuro episodio, es asesinado en La Cruz, por guaraníes misioneros, uno de los
principales integrantes del Cabildo de Corrientes. Bernardo de Casajús.
 1764: Nuevo levantamiento “comunero” contra el bando jesuítico en Corrientes. Es duramente
reprimido por el Gobernador Pedro de Cevallos.
 1767: La expulsión de los Jesuitas lleva al poder a los “Comuneros” correntinos. Son ellos quienes
apresan y expulsan a los Jesuitas miembros del “Colegio”.
CAPÍTULO III.
EL PROCESO POLÍTICO ECONÓMICO DE LA CORRIENTES COLONIAL.
Corrientes en la organización política colonial: Tenientes de Gobernador y Cabildos. Corrientes en la organización
económica colonial. Los repartos de tierras y encomiendas. Corrientes inicia su dependencia de Buenos Aires. La
crisis política del siglo XVIII: Los antiguos pobladores contra los recién llegados. Corrientes en el “Movimiento
Comunero”. El Virreinato.

Corrientes en la Organización Política Colonial.


Políticamente, Corrientes forma parte de diversas estructuras durante la
época colonial:
 El Adelantazgo.
 La Gobernación del Río de la Plata con asiento en Asunción.
 La Gobernación del Río de la Plata con sede en Buenos Aires.
 La Intendencia de Buenos Aires.

A su vez estas estructuras, van a depender primero del Virreinato del
Perú, con asiento en Lima, y luego, a partir de 1776 y hasta 1810, de un nuevo
virreinato, el del Río de la Plata, con capital en Buenos Aires.
Cuando Juan Torres de Vera y Aragón renuncia al adelantazgo, en
1593, finaliza la conquista propiamente dicha, llevada a cabo por particulares
que contratan con la corona, y comienza la colonización. En ella, los territorios
conquistados se convierten en dependencias sujetas directamente al rey,
representado por funcionarios con el título de “gobernadores”.

Entre 1590, que el último adelantado abandona Asunción, y el año 1617,


los vecinos de esa ciudad y los de Buenos Aires, con autorización real,
designan gobernadores interinos. A partir de 1617, el extenso territorio del Río
de la Plata se divide en dos gobernaciones:
 La del Río de la Plata, con capital en Buenos Aires.
 La de la Guayra, con sede en Asunción.
Ambas gobernaciones dependían del virreinato del Perú, con capital en
Lima.
Entre otras causas, la división del territorio de la antigua gobernación del Río de la Plata obedece
a:
 El tamaño excesivo del territorio.
 La necesidad de :
 Defender Buenos Aires de los piratas y contrabandistas, y de los avances
territoriales de los portugueses.
 Proteger, desde Asunción, el Noreste, atacado por los mamelucos
provenientes de la ciudad de San Pablo (los “paulistas”), y por “malones”
indígenas.
 La importancia adquirida por Buenos Aires, por su número de habitantes y
crecimiento comercial, y la decadencia de Asunción, atacada por los mamelucos,
que destruyeron varias ciudades y se apoderaron de distintos lugares de La Guayra.

En líneas generales, la gobernación del Río de la Plata abarcaba las


actuales provincias de Buenos Aires, Corrientes, Misiones, Entre Ríos, Santa
Fe, el territorio de la Patagonia y la Banda Oriental, hoy República Oriental del
Uruguay. La Guayra comprendía aproximadamente el actual Paraguay y partes
del Brasil.
A fines del siglo XVIII, en el año 1776, la decadencia de España y los
cambios en la situación europea y americana, llevan a crear un nuevo
virreinato, el del Río de la Plata, con parte del territorio que hasta ese momento
perteneciera al virreinato del Perú.
A su vez, el virreinato del Río de la Plata, se divide administrativamente
en 1782, en “intendencias”, con “gobernadores intendentes” a su frente.
La “Intendencia” de Buenos Aires, de la que formaba parte Corrientes,
estaba gobernada por un “Superintendente”. Por las superposiciones
inevitables con el Virrey, que incluso compartía con ella la capital, en el año
1788 pasa a depender directamente del Virrey, para evitar conflictos de
autoridad.
Tenientes de Gobernador y Cabildos en Corrientes.
En tanto el Teniente de gobernador ejercía el mando político como tal, y
el militar como “Capitán a Guerra”, el Cabildo era la autoridad local de la
ciudad. En sus sesiones, era presidido por el Teniente de Gobernador.
En el caso de Corrientes, el Cabildo representaba la principal y
verdadera fuente del poder y, con altibajos, lo seguirá siendo hasta mucho
después de producida la Revolución de Mayo de 1810. Así, mientras por lo
común, según la importancia de la localidad, un Cabildo se componía de 6 a 12
miembros llamados “regidores” o cabildantes, da una idea del papel pensado
para Corrientes por su fundador, que el Cabildo local contara desde sus inicios
con 14 regidores, aún cuando no se llegaron a cubrir todos los cargos, puesto
que el de Alférez Real, uno de los principales, recién se crea en 1591.
El primer Cabildo de Corrientes estaba integrado por:
 Dos Alcaldes ordinarios (que presidían el Cabildo y eran a la vez los jueces de primera
instancia.
 Ocho Regidores que cumplían funciones diversas.
 Un Fiel Ejecutor.
 Un Síndico Procurador (que proponía las reformas en representación de los habitantes.
 Un Mayordomo (se encargaba de las ceremonias y fiestas religiosas).
 Un Alguacil Mayor (hacía cumplir los mandamientos judiciales).

Como en los otros cabildos, el de Corrientes elegía sus regidores entre


los descendientes de los conquistadores y era necesario ser “Vecino”, o sea
residir y tener “casa puesta” en la ciudad. Con el tiempo, se eligió también a
vecinos importantes por su riqueza. Esta última adquirió tanta importancia que
a partir de 1617, los cargos (menos los de alcalde) se vendieron al mejor
postor.
Los integrantes del cabildo no cobraban sueldo alguno, duraban un año
en el cargo – que era de aceptación obligatoria para los electos -, y
designaban a quienes debían reemplazarlos. El resto de la población no tenía
intervención alguna en los actos de gobierno, salvo cuando por algún problema
excepcional (epidemia, amenaza de ataque indio grave, sequía, inundación,
etc.), se convocaba a todos los vecinos principales a un “Cabildo abierto”. No
obstante estas limitaciones, el cabildo era la institución donde mayor
intervención en la vida pública podían desarrollar los criollos, y, en Corrientes,
donde con más fuerza podían expresarse los intereses locales.

Corrientes en la Organización Económica Colonial.

Aún hoy, más que en Corrientes, en toda Iberoamérica


El verdadero brillo social lo da la posesión de una
“Estancia”, “Hacienda”, “Fazenda”, “Finca”...

Cuando los españoles se instalan en Corrientes, no hallan el oro o la


plata que relucen en las conquistas de México y Perú. Las únicas “riquezas”
existentes son las grandes extensiones de tierras vírgenes y los aborígenes
que las habitan, vistos como una “propiedad” a repartir para poder explotarlas.
Con el tiempo, las vacas y caballos que los mismos europeos han traído, libres
de enemigos que regulen su número, se reproducen hasta formar los enormes
hatos de ganado salvaje que serán el origen de las vaquerías (matanza de
animales para aprovechar los cueros) primero y de la economía de “estancias”
luego. La “estancia”, por ser la más antigua forma de la gran propiedad, todavía
en nuestros días, llámese “fazenda” en el Brasil, o“hacienda” en México, los
llanos de Colombia, Venezuela, o cualquier otra nación hispano americana, es
considerada la raíz del “verdadero abolengo”, la “auténtica aristocracia”, o
como se de en llamarlo, aunque su propietario actual, la haya obtenido a través
de la industria, el comercio u otra actividad económica cualquiera.
Los repartos de Tierras y Encomiendas en Corrientes.
Contra la costumbre habitual, una vez fundada Corrientes, el reparto de
tierras e indios se demora varios meses, entre otras, por las siguientes causas:
 Más allá de los límites de la fundación, los españoles no ejercían un
poder real y efectivo sobre los naturales.
 El Teniente de Gobernador, Alonso de Vera “El Tupí”, era pariente
del Adelantado, y a éste, el rey le había prohibido dar cargos a
familiares suyos, lo que quitaba valor a cualquier distribución que
hiciera.
Recién el 2 de noviembre de 1588, el Teniente de Gobernador reparte a
los aborígenes de las cercanías en “encomiendas”.
“...con todas sus tierras, montes, aguadas, pesquerías y cazaderos por dos vidas como
S.M. lo manda, a los pobladores y conquistadores en las poblaciones
nuevas...(estando)...obligados a darle doctrinas suficientes y a tener casa formada en esta
dicha ciudad de Vera, armas, y caballos para la conquista, pacificacón y sustentación de
ella y para las cosas que convengan al servicio de S.M....”.
Alonso de Vera “El Tupí”.

En total, entre 1588 y 1593, se repartieron un centenar de encomiendas,


y la consecuencia inmediata, fue que se destruyó prácticamente para siempre,
la buena relación mantenida hasta entonces con los aborígenes, que a partir de
allí defendieron su libertad con las armas, hasta ser sometidos y
“encomendados” por la fuerza.
Al respecto, dice uno de nuestros grandes historiadores:
“...no pudo inventarse un sistema más aparente para hacer odiosa la conquista española
que el de las encomiendas...el régimen de las encomiendas fue en todas partes la causa de
los alzamientos...al implantarlo Alonso de vera en Corrientes, dio el primer paso hacia la
guerra...abrió el período de las dificultades para la nueva ciudad, acaso sin sospecharlo...tal
fue el cambio...que...se vio precisado a solicitar auxilios de Asunción y Santa Fe para
limpiar de enemigos...el mismo territorio...donde había tenido sus primeros protectores y
auxiliares: empresa de necesidad vital, porque sin realizarla previamente no podía repartir
tierras de labor...”.
Manuel Florencio Mantilla

El contrabando. Un capítulo no estudiado suficientemente.


Para encuadrarlo de algún modo en el plexo colonial, podríamos
mencionar al contrabando de cueros, yerba, tabaco, plata y esclavos como
modalidades económicas “informales”.
Creo que se trata de un fenómeno que hasta el momento no ha sido
estudiado en detalle por los historiadores, pero del que hay abundantes
elementos de juicio en los documentos coloniales que registran de modo harto
impreciso las alternativas de una secular contienda de los contrabandistas con
las autoridades.
Sólo a título de esbozo, cabe recordar
que la fecha pautada por ley, como la primera
mención oficial del puerto de Goya, fue tomada
por los proponentes dela norma de un decomiso
de cueros. En el mismo orden, otro indicio son
las persistentes versiones de la existencia de
“túneles” en la ciudad de Corrientes, que por no
haber sido verificadas fehacientemente, lo
mismo pueden aportar hipótesis sobre sótanos
aptos para ocultar mercancías. Una de esas
versiones, afirma que del Colegio de los
Jesuitas partía un túnel que al desembocar en la
barranca hacía posible el embarque clandestino 1792. Un contrabando de Cueros

de géneros.
Otro elemento de esta simple enunciación, es el referido a la plata, en
una provincia que no extrae un gramo, pero que históricamente ha dado y
sigue dando grandes plateros. El modo como circulaba el metal con que
aprendieron a labrar sus piezas es otro posible objeto de estudio.
Finalmente, los estudios de la doctora Fátima Valenzuela sobre la
esclavitud en Corrientes, a través de extensos diálogos en el Archivo de la
Provincia, si bien aún no publica su Tesis doctoral, me han presentado otro
posible objeto para los estudiosos, porque al parecer en su mayoría, los
esclavos en época colonial provenían del Brasil, lo que dados los caracteres
oficiales del intercambio entre ambas coronas, deja abierta la necesidad de
pesquisar esa esclavatura en relación con el contrabando.

Corrientes inicia su dependencia de Buenos Aires.


“Dios está en todas
partes...
pero atiende en Buenos Aires.”
Dicho popular
A partir del mes de diciembre del año 1617, Corrientes integra el
territorio que luego conformará nuestra República
Argentina actual. Ya en aquel entonces, deja de estar
subordinada a Asunción y pasa a depender de la
ciudad de Buenos Aires, capital de la Gobernación del
Río de la Plata, subordinada a su vez al Virreinato del
Perú, con sede en la ciudad de Lima. El gestor de la
partición del antiguo territorio, que era mucho más
extenso, fue Hernando Arias de Saavedra, apodado
“Hernandarias”.11
Este sistema político perdura más de un siglo y
medio, hasta que en 1776 se crea el Virreinato del Río de la Plata.
En tan largo período, que abarca la mayor parte de los siglos XVII y
XVIII, algunos de los principales acontecimientos político institucionales son:
Siglo XVII

 1610 – 1638. Las reducciones jesuíticas se instalan en el territorio correntino.


 1628 – 1629. Un portugués, Manuel Cabral de Melo y Alpoín, comanda con gran
éxito una campaña de castigo contra los indígenas que martirizaran a San Roque
González y otros jesuitas.
 1631 – 1635. Convertido en uno de los personajes de mayor influencia local, por su
éxito militar y su casamiento, en 1631, con Inés Arias de Mansilla, la viuda de
Alonso de Vera, “El Tupí”, Cabral de Melo y Alpoín se desempeña también con
gran brillo como Teniente de Gobernador.

11 Hernando Arias de Saavedra, “Hernandarias”, fue uno de los principales actores en la fundación de
Corrientes, como segundo de Alonso de Vera, El Tupí”, en el arreo de l ganado para consumo y uso de la
nueva población, haciendo la difícil travesía del Ñeembucú. Fue el primer español nacido en suelo
americano que ocupó el cargo de gobernador, en tres oportunidades. La primera escogido por los
habitantes de Asunción, que ejercieron el derecho otorgado por el Rey, las otras dos, fue designado por
el monarca mismo. Además, fue quien propuso la división del territorio de la gobernación, en dos
gobernaciones más manejables, y también sugirió el traslado de la capital, desde Asunción a Buenos
Aires, porque esa ciudad se había convertido en la más importante debido a su desarrollo económico, el
aumento de su número de habitantes, y las posibilidades que brindaba de hacer frente a los portugueses,
que invadían el territorio y estimulaban el contrabando, del cual Hernandarias fue gran enemigo, desde la
Colonia de Sacramento, al otro lado del río, y demasiado cerca de Buenos Aires. Asimismo, realizó
numerosas “entradas” o expediciones al interior del Chaco Gualamba contra los aborigenes.
 1632. Un “auto de buen gobierno” del gobernador, obliga a los correntinos a comprar
armas – 100 “arcabuces” y 50 “picas”, necesarias, pero que por su costo,
especialmente los primeros, empobrecen al vecindario.
 1634. Por primera vez desde la fundación, los habitantes de Corrientes son
obligados a pagar impuestos, lo que los hace aún más pobres de lo que son.
 1643. El portugués Manuel Cabral de Melo y Alpoín, como consecuencia de la
separación de Portugal de la corona española, luego de varias décadas de unión,
deja de ser el hombre más poderoso de Corrientes. No obstante, conserva gran
influencia. Todos los portugueses son registrados y desarmados. La mayoría de los
portugueses restantes, abandonan poco a poco la ciudad.
 1665 –1673. En función de las “Instrucciones” del gobernador José Martínez de
Salazar, aumentan en gran medida las atribuciones del teniente de gobernador, en
perjuicio del Cabildo correntino.12
 1676. El Teniente de Gobernador Capitán Baltasar Maciel, levanta un inventario de
encomiendas. De las 121 originales sólo quedaban 30. El resto había desaparecido
por muerte o fuga de los indios encomendados.
 1680. Por orden del Gobernador José de Garro, 80 correntinos al mando del Capitán
Alejandro de Aguirre, participan en la toma de la Colonia de Sacramento, en la
actual República Oriental del Uruguay.

LA CRISIS Y EL CAMBIO POLÍTICO DEL SIGLO XVIII.


Para los correntinos, dos son los acontecimientos de mayor relevancia
política en el siglo XVIII. Uno es específicamente colonial y americano:
 La participación de Corrientes en el movimiento comunero.
El otro, es consecuencia de la situación internacional y sus
repercusiones sobre las colonias españolas en América:
 La creación del Virreinato del Río de la Plata.

CORRIENTES EN EL MOVIMIENTO COMUNERO.


Vox pópuli, vox Dei.
Anónimo de Asunción13

El llamado movimiento comunero, en Corrientes, es el reflejo local de


graves alzamientos acontecidos en Asunción del Paraguay en 1722 y 1730. En

12Manuel Florencio Mantilla asevera al respecto que Zalazar, “...a título de favorecer a las viudas o a los
pobres... (el teniente de gobernador)...les facilitaba indios de las encomiendas o de las doctrinas, sin
admitir observación a los encomenderos o doctrinantes. De la misma suerte procedía para la construcción
de una obra pública o cuando las embarcaciones...necesitaban tripulantes...invocaba los intereses
generales...en justificación de esos actos que sacrificaban el derecho privado...Salazar...creó así un
poder...terrible para actos que, de ser punibles, correspondían a la justicia desempeñada por los alcaldes.

13 “La voz del pueblo es la voz de Dios”. Antiguo aforismo gritado por los sublevados del siglo XVIII.
ambos lugares, en última instancia, se trata de una disputa por el poder como
fuente de ingresos, a través del dominio y ejercicio de los cargos públicos. De
un lado están los empobrecidos habitantes locales, descendientes de los
primitivos conquistadores y pobladores – los comuneros-, que si bien
conservan poder en los Cabildos, han perdido, con el tiempo, toda influencia
en la corte de España. Del otro lado, se encuentran los comparativamente
prósperos americanos recientes, los europeos que, con fuertes conexiones en
España, llegan y se hacen cargo del poder con sus nombramientos de
funcionarios reales. Sus principales aliados, que despiertan odio profundo tanto
en Asunción como en Corrientes, son los jesuitas.
Tras casi 200 y 250 años de fundadas Asunción y Corrientes,
respectivamente, los habitantes de Asunción y Corrientes viven la siguiente
situación:
Los Antiguos Pobladores (Españoles americanos o criollos, y mestizos).
 Ven como relativamente lejano y ajeno a sus intereses lo que pasa en Europa y en
España.
 Tienen poca o ninguna participación directa en ellos, y cuando la tienen – como el
servicio militar contra la Colonia portuguesa de Sacramento – la ven como una carga
impuesta que perjudica sus intereses.
 Han perdido su participación dominante en el manejo del poder y los negocios públicos,
que, durante largo tiempo, les permitió incluso elegir localmente a sus propias
autoridades.
 El fracaso de las encomiendas los ha empobrecido.
Los Españoles Europeos y los Jesuitas.
 Por el contrario, en un medio donde el verdadero poder está en manos de quien maneja
los cargos públicos y no quien es dueño de la tierra, por su proximidad al trono (los
jesuitas son incluso los confesores de los reyes), ocupan puestos de mayor prestigio y
son atendidos y escuchados en Madrid, y, como consecuencia, mucho más aún en
Buenos Aires.

Estas rebeliones, respaldadas con las armas, tienen diferentes episodios


en los que, sin poner nunca en discusión la figura del rey, hacia el que todos
sienten verdadero “temor reverencial”, se depone y encarcela a sus
representantes locales, se reclama por los perjuicios que se les atribuyen a
través de sus actos de gobierno, se pide la expulsión de los jesuitas y se
solicita el poder para los más influyentes de los sublevados, argumentando que
la soberanía reside en la masa actuando en asamblea.
Como contrapartida, las autoridades reales, responden desde Buenos
Aires según las circunstancias:
 Contemporizando para ganar tiempo, si se sienten o se saben débiles.
 Con el máximo de severidad cuando son conscientes de ser fuertes, fulminando
procesos, encarcelamientos y condenas a muerte.
En estas sublevaciones, participan incluso las otras órdenes religiosas –
dominicos y franciscanos – que respecto de los jesuitas viven una situación
análoga a la que enfrenta a los españoles americanos con los españoles
europeos.
Esta disputa de los pobres contra los ricos, o, mejor dicho, la pelea por
los cargos públicos y las influencias como única y verdadera fuente del poder (y
el consiguiente bienestar y riqueza), paradójicamente, es considerada por
muchos historiadores como un antecedente de nuestras posteriores luchas por
la independencia.
Algunos acontecimientos significativos relacionados con el Movimiento Comunero.

Los Comuneros de Asunción.


1722. José de Antequera, nacido en América, es enviado a Asunción como Juez, para definir una disputa
entre el gobernador y los jesuitas por un lado, y los empobrecidos encomenderos y la masa que
componen “el común” por el otro, se pone de parte de éstos últimos y les entrega el gobierno. Tras una
severa represión es conducido a Lima, donde es juzgado, condenado y ejecutado. El día de su ejecución,
el Virrey, marqués de Castelfuerte, reprime a lanzazos con su escolta, a los sacerdotes franciscanos que
protestan y alzan al pueblo a favor del condenado.
1730. Fernando Mompó de Zayas, un evadido de la cárcel de Lima que ha sido compañero de celda de
Antequera y ha hecho suyas sus ideas, llega a Asunción y, con los antiguos partidarios de Antequera, se
alza contra un nuevo gobernador en una rebelión cuyos miembros son conocidos como los “comuneros”.
Mompó dice que el “común”, - la masa, lo que para algunos es el pueblo – de cualquier ciudad es más
poderosa que el mismo rey, y que está en sus manos elegir a quien debe gobernarla. Reprimido el
alzamiento, Mompó logra huir con la ayuda de los viejos simpatizantes de Antequera.

Los Comuneros de Corrientes.

“...En Corrientes, como en la capital, se formaron idénticos bandos: el de los antiguos comuneros,
con los frailes dominicos y franciscanos y el elemento popular, seguía las inspiraciones del General
Don Pedro Bautista de Casajús, el de los “ajesuitados”, compuesto de los vecinos ,más calificados,
en su mayoría europeos, apoyaba al teniente de Gobernador Don Nicolás Patrón...”. Raúl de
Labougle

1732. Una milicia correntina enviada hacia Asunción, para combatir junto a los jesuitas contra los
comuneros, se subleva al grito de ¡Viva el común!, depone y encarcela al Teniente de Gobernador que la
manda y, negándose a marchar, retorna a Corrientes. En la ciudad, la
mayoría se pronuncia a su favor y nombra nuevas autoridades. Envían al
Gobernador del Río de la Plata, en Buenos Aires, un documento donde
reclaman el derecho a elegir localmente a las autoridades en lo sucesivo. Al
mismo tiempo, los vecinos de Saladas se alzan y marchan sobre Corrientes
reclamando la expulsión de los jesuitas, en una Asamblea que se realiza en la
plaza (hoy Plaza 25 de Mayo). Finalmente, con la mediación del Obispo de
Buenos Aires, Monseñor Juan de Arregui, el movimiento finaliza con una
solución de compromiso: Amnistía general y la elección de un nuevo Teniente
de Gobernador, por los locales, pero entre dos candidatos propuestos por el
Gobernador. No obstante, continúa subyacente el rencor de los correntinos
contra los jesuitas.
1765. El conflicto latente entre los partidarios de los Jesuitas o “ajesuitados”,
encabezados por el Teniente de Gobernador y los principales “vecinos”
españoles europeos, y el “común” local de antiguos encomenderos y masa,
capitaneados por la familia Casajús, estalla una vez más. La causa,
nuevamente, son los servicios militares a prestar a los jesuitas por las milicias correntinas. La disputa,
enfrenta a los correntinos con la más grande figura española de la época colonial: Don Pedro de
Cevallos, entonces Gobernador del Río de la Plata, quien se forma una pésima opinión de los habitantes
de Corrientes. El temor a la indudable represión –Cevallos es conocido por lo férreo de su conducta –
lleva a los “comuneros”a escribir a Asunción pidiendo unirse al Paraguay. Incluso corren rumores de que
podrían intentar entregarse a la corona de Portugal. En definitiva, los durísimos procesos y sentencias de
muerte fulminados por Cevallos, quedan sin efecto al hacerse cargo un nuevo Gobernador, Francisco
Bucarelli y Ursúa, enemigo jurado de los Jesuitas.
1767. Para hacer efectiva la expulsión de los Jesuítas, Bucarelli recurre, como a su gente de confianza, a
los antiguos “comuneros”.

Corrientes en el Virreinato del Río de la Plata.


“Ninguna perturbación causó en Corrientes la
reforma, como tampoco le dio ningún beneficio.
...continuó ...tan abandonada...como
antes...”.
Manuel Florencio Mantilla

Entre el año 1776, y el estallido de la Revolución de Mayo en el año


1810, Corrientes forma parte de la jurisdicción del Virreinato del Río de la Plata.
Dentro de ese lapso, a partir del año 1782, con la implantación del sistema de
Intendencias, integra la Intendencia de Buenos Aires, siempre dentro del
Virreinato. Entre 1782 y 1788, la Intendencia de Buenos Aires, con el nombre
de “Superintendencia de Buenos Aires”, estuvo bajo el mando de un
Superintendente. A partir de allí, pasó a depender directamente del Virrey. Vale
decir que Corrientes, a través de sus autoridades, entre 1778 y 1810 depende
directamente de la máxima autoridad colonial de entonces, con sede en
Buenos Aires.
No obstante, como se desprende
de las palabras de Mantilla, todos estos
cambios, en los hechos no le
representaron grandes ventaja ni un
progreso significativo. Sí dieron comienzo
al prolongado proceso de distanciamiento
entre Buenos Aires y el resto de la
colonia, por los grandes beneficios que, a
la primera, le significó el encarnar el centro y
capital del nuevo sistema. En cambio, Corrientes,
vio reducida su jerarquía política, al disminuir su
papel dentro de la nueva unidad política, la
Intendencia, a lo que hoy equivaldría a uno de
nuestros departamentos, dentro de un extensísimo
espacio geográfico, porque esta Intendencia de
Buenos Aires, territorialmente comprendía la
actual provincia de Buenos Aires, la Mesopotamia
(Corrientes se encuentra en ella), y todo el Sur argentino.
A título de ejemplo, de la escasa significación que el cambio representa
para Corrientes, en el año 1772, poco antes de instaurarse el Virreinato, el
Cabildo de Corrientes se plantea una cuestión de límites con los guaraníes que
habitan Yapeyú, por una zona comprendida entre los ríos Corriente y Miriñay.
No obstante, el litigio atraviesa todo el período virreinal sin una solución
definitiva, hasta que en el año 1810, Manuel Belgrano lo resuelve, adjudicando
Curuzú Cuatiá a Corrientes, y Mandisoví a los pobladores de Yapeyú.
Algunos de los principales acontecimientos ocurridos en la jurisdicción
de Corrientes durante el Virreinato son:
 1778. Nace en San José de los Reyes Magos de Yapeyú, José de San Martín.
 1779. El Cabildo de Corrientes resuelve reconquistar el territorio del Tebicuarí, en el
Paraguay. El Maestre de Campo Juan Benítez de Ariola, con 200 hombres, funda
Curupaytí, sobre la ribera del río Paraguay, en un lugar de paso habitual de los
malones indios. La nueva población es asegurada con un fortín o presidio. La
fundación da origen a una disputa de límites con Asunción, que se prolongará luego
de nuestra emancipación.
 1787. El naturalista Félix de Azara explora los Esteros del Iberá.
 1788. Azara, expediciona por el Paraná, y sienta las bases cartográficas del
Paraguay, las Misiones jesuíticas y Corrientes.
 1797. Fray José de la Quintana funda en Corrientes una escuela de primeras letras
que se hará famosa.
 1802. El Cabildo reclama, porque se suprime el cargo de teniente de Gobernador, y
en sus funciones ejecutivas de hacienda (economía) lo reemplazan varios
funcionarios administrativos, mientras que un “Comandante de Armas” asume sus
responsabilidades militares. El reclamo sólo logra una solución favorable en el año
1809.
 1801/1802. El Telégrafo mercantil, periódico de Buenos Aires, publica los primeros
trabajos históricos sobre Corrientes:
 La Relación Histórica de la ciudad de Corrientes, del coronel Francisco
Antonio Cabello.
 La memoria Histórica sobre los límites de Corrientes, de Isidoro Martínez y
Sires, un español radicado en la ciudad.
 1802. Se reorganizan las milicias, según el Reglamento real de ese año. Toda la
jurisdicción de Corrientes forma un regimiento de caballería, de cuatro escuadrones
a tres compañías cada uno, compuestas cada una de 100 hombres. El mando en
jefe lo ejerce un coronel.
 1802. Se establece la Policía de Campaña, dependiente del Comandante de Armas,
que persigue a los cuatreros, contrabandistas, desertores, y apoya a los jueces en la
represión del delito.
 1806. 500 milicianos correntinos, con 5000 caballos, se concentran en San Roque y
marchan a Montevideo por orden del Virrey Sobremonte, para repeler a los
invasores ingleses. No llegan a participar en la lucha contra los invasores.
 1807. En la segunda invasión inglesa, durante la Reconquista, actúa un cuerpo
militar formado por los correntinos que residen en Buenos Aires. Son los “Cazadores
correntinos”.
 1807. Arrecian las invasiones de los indios del Chaco en la zona comprendida entre
el arroyo Ambrosio y el río Santa Lucía. No se trata de malones importantes, pero en
algunos casos se internan incluso hasta Saladas y San Roque.
CAPÍTULO IV.
EL PROCESO HISTÓRICO SOCIAL Y CULTURAL DE LA COLONIA.
La pirámide social de Indias en Corrientes. Cambios en el siglo XVII: Concepción del Bermejo.
Los portugueses: Su influencia. El “Accionero Mayor”. La sociedad antes de la Revolución de
Mayo: El patriciado urbano. La sociedad en las zonas rurales. Las reducciones: Itatí, Santa
Lucía de los Astos. Santa Ana de los Guácaras. La población de la Corrientes colonial. El
primer empadronamiento correntino. El desarrollo demográfico. El servicio de milicias como
conflicto social en Corrientes. La religiosidad. El “Milagro de la Cruz”. Evolución del nombre de
Corrientes. La urbanización: De la influencia guaranítica – la Casa de Galería - a la porteña – la
Casa de Fachada-. La educación: La Iglesia y el Cabildo. De la primera escuela al Colegio de
Fray José de la Quintana.

La pirámide social de Indias en Corrientes.


“...Tengo por cierto que el carecer...
consiste en su poca aplicación al trabajo”.
Fray Pedro José de Parras (Siglo XVIII).
Blancos e Indios.
Toda la historia colonial de Corrientes se caracteriza por la pobreza y las
carencias generalizadas como elemento predominante para comprender e
interpretar su conformación social.
Vale decir que, salvo contados individuos que tienen algún nivel
económico, el resto vive en condiciones que todos los observadores
contemporáneos han juzgado como paupérrimas. Todavía en el siglo XVIII, un
viajero destaca que:
“...los comercios de los españoles y naturales de la ciudad de Corrientes son en sí y con
verdad, de muy poca monta, a causa de no correr plata sellada, sin haber emulación entre
los vecinos, y por este motivo se contentan solamente con sembrar y agenciar lo
necesario...”.
Bernardino López Luján

De allí que la consideración y la ubicación social provengan, por un lado,


de los medios económicos del individuo, pero por el otro y mayoritariamente, de
sus “blasones”, o sea del grado de “pureza” de su sangre (si es o no mestizo) y,
sobre todo, de su ascendencia con respecto a los primeros conquistadores y
pobladores, o sea, si desciende directamente de ellos por padre, madre, o está
emparentado por casamiento.
Por otra parte, en la empresa fundadora, participa un elevado número de
“mancebos de la tierra”, como se llamaba a los mestizos, nativos de Asunción.
Por último, respecto del otro gran núcleo social del medio, los aborígenes:
“…Los pobladores de Corrientes no poseyeron gran cantidad de indios. Por el contrario, las
encomiendas generosamente repartidas...no pasaron en su mayoría de un gesto simbólico
de dominio, y no todas llegaron a constituirse en patrimonio real de sus
encomendadores…”.
Ernesto J.A. Maeder

Todos ellos, no obstante, compartían la pobreza común, y los


observadores de la época nos hacen saber que apenas se distinguen entre sí
por su forma de vestir, viviendo todos de la ganadería y las labores agrícolas,
de una importancia tal que:
“las labranzas merecieron siempre de vecinos y moradores una atención preferente, que en
ocasiones reclamó el alivio del servicio real para atender las sementeras y que llevó al
propio Cabildo, con una simplicidad romana, a suspender sus acuerdos semanales para
que sus regidores acudieran personalmente a la siega de las mieses en sazón”.
Ernesto J. A. Maeder

Los Negros.
“Me costó un negro
con pito y todo”.
Dicho popular rioplatense.14

Recién a partir del siglo XVIII disponemos de datos sobre los negros en
Corrientes, habiendo “libertos”, o sea ex esclavos, y “esclavos”, tanto
domésticos (cocineras, mucamas, criados), como otros empleados en las
faenas rurales y actividades industriales.
Unos y otros eran tratados, en general, con el esmero que caracterizó a
todo el Río de la Plata para con las llamadas “piezas de Indias”, dado su alto
costo, las costumbres españolas y la siempre alerta vigilancia de la Iglesia.
Al parecer, su número en nuestro actual territorio, nunca llegó a exceder
los dos millares y sus dueños, para quienes constituían una suerte de valioso
“ganado”, cuidaban de multiplicarlos en su propio beneficio.
La cuestión interracial.
Manuel Florencio Mantilla asevera que:
“Los tres tipos étnicos de la población no se mezclaron a punto de confundirse en uno solo,
resultante de la cruza de razas. El español, superior y de dominio, cuidó de conservar la
pureza de su sangre en las familias principales, procedentes de 56 mujeres avecindadas de
1591 a 1598. Los matrimonios eran muy tramitados, privando sobre todas las cualidades de
los futuros esposos la igualdad de condición social y de origen. Los de esa clase formaban
una especie de patriciado, pobre de bienes de fortuna, pero respetable y realmente
aristocrático por la honestidad del hogar, las costumbres severas, la moral religiosa, la
educación privada, el método de la vida. La cruza de razas se operó en lo restante, y creó
un tipo medio que con el tiempo desalojó a los de su origen, formando el característico de
la población general. El factor negro se mezcló poco con el indio libre o de encomienda, por
la pérdida que el hecho implicaba”.

14Según el Académico Hialmar Edmundo Gammalson, los esclavos para el servicio en el interior de las residencias,
se vendían acompañados de un pito y una cadena de plata para que su ama pudiera llamarlos.
Sin embargo, sus expresiones no deben tomarse al pie de la letra,
porque como dice Lucio Mansilla, en el Río de la Plata no existían las puertas,
y la exégesis de los libros de bautismo, separados los “españoles” del resto , a
criterio de algunos historiadores ha evidenciado que apellidos que hoy se
presumen castizos, en algún momento han tenido vinculaciones mestizas o
afroides.
Estas relaciones entre europeos, naturales y africanos, son muy
diferentes de las que se desarrollan entre los portugueses y los naturales y
africanos de sus colonias en el Brasil. Si bien el trato de indios y esclavos fue
infinitamente más duro, al final del proceso
“Vencedores en el sentido militar y técnico de las poblaciones indígenas, dominadores
absolutos de los negros...los europeos y sus descendientes tuvieron sin embargo que
transigir con indios y africanos en lo que respecta a las relaciones genéticas y sociales...La
india y la negra...en un principio, luego la mulata...la cuarterona, la octavona, volviéndose
caseras, concubinas y hasta esposas legítimas de los amos blancos, actuaron
poderosamente en el sentido de la democratización social del Brasil...”.
Gilberto Freyre

LOS CAMBIOS SOCIALES EN EL SIGLO XVII


A grandes rasgos, dos son los cambios en el proceso social, que pueden
considerarse significativos para la historia colonial correntina durante el siglo
XVII.
 El aumento poblacional representado por la radicación en la ciudad de Corrientes,
de los supervivientes de la localidad de Concepción del Bermejo.
 La breve influencia y predominio abierto de los portugueses.

Los supervivientes de la Concepción del Bermejo.


La ciudad de Concepción de Nuestra Señora de la Buena Esperanza del
Río Bermejo, conocida luego simplemente como “Concepción del Bermejo”, fue
fundada por Alonso de Vera, “el Cara de Perro”, en 1585, como punto
estratégico destinado a facilitar las comunicaciones con el Perú, defendiendo
las fronteras del Paraguay y Tucumán de los ataques de los abipones y otras
parcialidades guaycurúes del Chaco.
Rápidamente, la nueva ciudad alimentó las esperanzas de los
mandatarios de la gobernación del Río de la Plata, y su población creció
aceleradamente a partir de las versiones que la daban como un excelente
punto para la producción de algodón, cáñamo, cera y miel, fabricación de
lienzos y aprovechamiento de obrajes a partir de mano de obra india, en sus
inmediaciones.
Sin embargo, la realidad fue muy otra, y el ganado cimarrón hizo presa
de los cultivos, al tiempo que atraía a los guaycurúes, en un esfuerzo
expansivo que los llevó a convertirse en dominadores absolutos del Chaco
durante prácticamente un siglo.
La primera expresión de ese movimiento expansivo, fue la destrucción
de Concepción del Bermejo en el año 1631, encabezada por los abipones,
primeros aborígenes en dominar el uso del caballo y ser así capaces de
recorrer largas distancias para lanzar sus ataques.
Los vecinos sobrevivientes lograron huir a través de los montes,
bañados y esteros del Chaco, hasta llegar a Corrientes. Una vez en la ciudad,
se avecindaron en ella en la mayor de las pobrezas, llegando incluso a verse
obligados a ejercer la mendicidad.
Estos nuevos estantes (porque “estaban”en la ciudad), se vieron
enfrentados al “Accionero mayor” Manuel Cabral de Melo y Alpoín, llevados de
su necesidad de faenar ganado cimarrón para sustentarse, y también debieron
litigar con el Cabildo, formando un nuevo grupo de españoles, que luchaba
para obtener la igualdad de derechos, porque desde su mismo arribo fueron:
“...tratados como extraños, no dándoles participación en nada, sin permitirles acceso al
Cabildo...”.
Raúl de Labougle

Recién en el año 1647, lograron una provisión de la Real Audiencia de


Charcas, que los equiparó al resto de los habitantes de Corrientes y los habilitó
para ocupar cargos capitulares.
En definitiva, el centenar de nuevos pobladores, que casi triplicaba el
número de españoles que habitaban Corrientes, constituyó un importante
aporte para una localidad que languidecía y se despoblaba paulatinamente,
ante las dificultades que debían enfrentar sus habitantes y el escaso apoyo y
ningún recurso que obtenían de las autoridades coloniales.
La breve influencia y predominio de los portugueses en Corrientes.
En el año 1581, vacante el trono de Portugal, el rey de España, Felipe II,
por derechos dinásticos, es coronado también como monarca portugués. La
unión de ambas coronas se interrumpe el año 1640, en que los portugueses se
alzan en armas contra España, y queda definitivamente rota con el Tratado de
Lisboa, que en 1668 consagra la independencia de Portugal.
Esos 60 años de anexión portuguesa a España. En América tienen
diversas consecuencias, entre otras:
 Las colonias portuguesas, por primera vez son objeto de atención preferencial desde
la metrópoli (Lisboa), incluso se crea un organismo similar al Consejo de Indias, el
“Conselho de India”, que administra y controla desde su creación la vida económica
del Brasil colonial.
 Los súbditos portugueses pueden penetrar y asentarse libremente en los territorios
españoles. Comercian, contraen matrimonio, ocupan altos cargos y, en algunos
casos, adquieren gran influencia social. Uno de esos casos se da en Corrientes.
 Oficialmente, la situación ventajosa de los principales portugueses, se interrumpe
con las medidas adoptadas por el gobierno colonial luego de 1640. No obstante, los
lazos comerciales y de parentesco anudados, les permiten no sólo substraerse a las
medidas generales adoptadas contra los portugueses, sino seguir ejerciendo
influencia de modo más o menos abierto.
 Durante el siglo XVII (1600 - 1700), hasta que se rompe la unión de España y
Portugal y la noticia llega a América, con las órdenes consiguientes, los ataques de
los mamelucos o “bandeirantes” o “paulistas”, procedentes de San Pablo, contra las
reducciones de los jesuítas, cuentan con las simpatías y el apoyo, a veces incluso
material, de las autoridades, los encomenderos y pobladores de Asunción y
Corrientes.15
 las políticas reales, y se reflejan económicamente en el contrabando, y militarmente
en la pasividad e incluso resistencia que, pretextando razones más o menos
atendibles, obstaculiza, traba y aún hace fracasar toda empresa guerrera contra los
portugueses del Brasil.

Los portugueses en Corrientes. El “Accionero Mayor” Cabral de Alpoín.


En el año 1643, se recibe en Corrientes la orden de registrar y desarmar
a los portugueses que habitan o se encuentran en ella. Se trata en total de
catorce lusitanos, que, según sus actividades pueden ser agrupados como
sigue:

15Magnus Mörner cita, entre otros episodios, lo que podríamos denominar relaciones carnales entre españoles y
mamelucos los siguientes: 1629:“...El nuevo gobernador de Paraguay, Luis de Céspedes...en viaje a su provincia,
había hecho un alto en el Brasil, donde contrajo enlace con la hija de un alto oficial y, según los jesuítas, compró
una importante plantación de azúcar. En San Pablo presenció la movilización de cuatro bandeiras, integradas por no
menos de 900 paulistas y 2.000 indios tupíes... tras de lo cual partió hacia Guairá –en compañía de las bandeiras...”.
1630: La esposa de Céspedes, sobrina del gobernador de Río de Janeiro, Martim de Sá, llegó a Asunción en 1630,
con Salvador Correia de Sá, hijo del gobernador, y una partida de paulistas....únicamente para guardar las
apariencias, los guaireños emprendieron una acción armada contra los paulistas...”. 1639: “...A pedido del Superior
Diego de Alfaro...(hijo del célebre visitador) -, Pedro de Lugo, gobernador de Asunción , marchó a las reducciones
con una compañía de milicias: los españoles sin embargo permanecieron inactivos mientras los indios de las
reducciones rechazaban a los paulistas...”.
Actividad económica %
Comerciantes 36%
Encomenderos, hacendados y chacareros 29%
Peones y pajes 21%
Navegantes 14%

Ese reducido número de individuos, en conjunto reúne un capital


equivalente a 600$ de la época, un barco, 40 esclavos (sin contar las esclavas
e indios de las encomiendas), 5 chacras, carretas, bueyes, caballos, etc.
Incluso el principal de ellos, tiene una vid con 10.000 cepas.
Además, según los cánones de la época, disponen de armas
abundantes, en especial de fuego (arcabuces), e incluso algunas que para
entonces pueden catalogarse de exóticas, como las escopetas. Por el
contrario, del arma que será correntina por excelencia, la lanza, sólo hay un
ejemplar, al parecer de un largo extraordinario, que pertenece al cabecilla local
de los portugueses, Manuel Cabral de Melo y Alpoín.

Tipo de Arma Cantidad %


Arcabuces 5 36%
Escopetas 3 14%
Espadas 9 64%
Dagas 4 29%

Los peones y pajes, trabajan para alguno de sus compatriotas, lo que


también da una idea de la importancia relativa de éstos. El principal de todos
ellos, como queda dicho, es Manuel Cabral de Melo y Alpoín.
Radicado en Corrientes en 1625, proveniente de Buenos Aires, donde
había alcanzado la jerarquía de capitán de “caballos lanzas” o lanceros, parece
obvio que ya a su llegada es un individuo acaudalado, puesto que, de su
bolsillo, repara la Iglesia Matriz. Años después, siendo Teniente de Gobernador
de Corrientes, paga también de su peculio el amurallado de la ciudad.
Este portugués, por su calculado uso de sus bienes, sus relaciones y su
considerable capacidad militar, recorre rápidamente la carrera de los honores
posible para el lugar y la época. Incluso emparenta con los primeros
conquistadores y pobladores, por su casamiento en 1631 con Inés Arias de
Mansilla, hija de uno de los fundadores de la ciudad y viuda de Alonso de Vera
y Aragón “El Tupí”, como sabemos, familiar directo (sobrino) del Adelantado y
primer Teniente de Gobernador correntino.
El “Accionero Mayor”.
El ganado traído por los fundadores, se había multiplicado
extraordinariamente volviéndose salvaje o “cimarrón”, según la denominación
local. Durante todo el siglo XVII fue, a través de las vaquerías, el principal
recurso económico, hasta que, hacia 1704, surgen las primeras estancias.
Su explotación fue inicialmente regulada por el Cabildo, que lo consideró
como una de sus fuentes de ingresos. En el año 1611, un visitador real,
Francisco de Alfaro, reconoció los derechos de Pedro de Vera y Aragón, hijo
de Alonso de Vera “El Tupí”, y estableció un convenio con el Cabildo por el cual
reglamentó las vaquerías y creó el cargo de “Accionero Mayor”, por el cual el
resto de los “accioneros” (sujetos con privilegio o permiso para vaquear ganado
cimarrón), debían entregarle la cuarta parte de los animales reunidos o
vaqueados; o sea que convirtió al ganado en un bien público, pero con cargo
de ceder parte de las ganancias a los herederos del primitivo propietario.
En el año 1627, Pedro de Vera y Aragón, el “Accionero Mayor”, le vende
sus derechos a Cabral de Alpoín.
“...quien los ejerció con mano dura por largo tiempo. Los conflictos que provocó...o los
privilegios enojosos que favoreció, fueron enfrentados por el Cabildo en un largo
litigio...culminando con otro acuerdo en 1638...”.
Ernesto J.A. Maeder

El mismo autor, transcribe un documento donde expone lo “dura” que


era la mano del portugués, y el poder que ejercía en Corrientes, tanto que:
“...obliga y apremia...a que le den y paguen la quarta parte por decir que tiene
derecho...y...executa con mano poderosa por serlo el y su suegro, cuñados y deudos en la
dicha ciudad y que no se hace en ella cosa alguna contra la voluntad del dicho Manuel
Cabral...”.
Ernesto J.A. Maeder

Pese a la caída de influencia de los portugueses luego del registro y


desarme de 1643, la realidad es que conservan bajo la superficie buena parte
de su poder y vinculaciones, porque como puntualiza Raúl de Labougle:
“Todos esos bandos...no impidieron el que los portugueses continuaran viviendo en
Corrientes sin ser molestados...En...1651...dispuso (el gobernador) que todas las personas
de nación portuguesa saliesen...del Río de la Plata...señalando especialmente para San
Juan de Vera que..una de las que es más importante salga della Manuel Cabral..el tal auto
del Gobernador fue letra muerta, pues ...Cabral de Alpoín se presentó al Cabildo en su
carácter de Accionero Mayor, sin hacer caso alguno de lo ordenado.

En distintas oportunidades, serán denunciados portugueses para


privarlos de los cargos que ocupan, indebidamente según las nuevas
disposiciones. Cabral de Alpoín, no obstante, siguió siendo uno de los
personajes más influyentes del medio, hasta su muerte, en el año 1673. A tal
punto que, a juicio de Labougle:
“... sería, durante el segundo y tercer cuarto del siglo XVII, el personaje
más considerable de la ciudad de San Juan de Vera de las Siete
Corrientes y su extensa jurisdicción...”.
Raúl de Labougle

El resto de los portugueses arraigados, con familia y amigos en el medio


local, casados a veces con españolas que figuraban al frente de las
propiedades16, tampoco fue objeto – en Corrientes – de mayores molestias.
A lo sumo, se vieron obligados a exiliarse temporariamente en sus
chacras o estancias, hasta pasar los efectos de las medidas del gobierno
central.
Este mismo proceso, de protección local, facilitado por la idiosincracia y
las grandes distancias, lo veremos repetirse luego en otras oportunidades,
entre otras: con los españoles durante la Revolución de Mayo. Con los
colaboradores y aliados del Paraguay, finalizada la Guerra de la Triple Alianza.
El Siglo XVIII: La sociedad correntina antes de la Revolución de Mayo.
Los últimos cien años de la vida colonial correntina, nos presentan una
sociedad cristalizada en sus hábitos, pero diferenciada:
 Por un lado, el patriciado urbano, donde la jerarquización se mantiene a la usanza
española, y más cercana a sus comienzos del siglo XVI que a las modas imperantes
en el Siglo de las Luces.
 Por el otro, una población esencialmente rural, con hábitos mucho más relajados,
donde impera incluso la libertad sexual previa al matrimonio, y la promiscuidad de
las costumbres parece ser la norma.

El patriciado urbano.
A la cabeza de la sociedad, sigue el clero, con una gran influencia social
y considerado como el estamento intelectual del medio. Muy conservador y
constituido en base a la contribución de las familias más prestigiosas, debido a

16Como la Gregoria Olivera de la que derivaría el nombre de Goya, cuya acta de matrimonio halló Arturo de
Carranza en Saladas.
la costumbre de entregar por lo menos un hijo a la Iglesia, ya que ello
aumentaba su consideración social.
Al clero, lo siguen los funcionarios reales, con cargos de menor
importancia y bajos ingresos, pero muy pagados de sí mismos por sus
funciones.
Luego, nos encontramos con los comerciantes y estancieros, muchos de
ellos descendientes de los primeros encomenderos. Es entre ellos, sobre todo,
que se escogen los regidores del Cabildo.17 Están orgullosos de su sangre
blanca y de sus antepasados. Son muy conservadores en sus costumbres y
mantienen una severa disciplina en sus hogares.
“...intransigentes en sus alianzas legítimas aunque no tanto en las de mano izquierda,
severos en el continente y en las minucias de la honestidad y recato de las esposas e hijas,
ignorantes, de un catolicismo intransigente, hogareños, prolíficos...”.
Justo Díaz de Vivar

Esta continuidad en los hábitos políticos y sociales, se relacionaba


estrechamente con la falta de posibilidades materiales del medio. Había eso sí,
abundancia de alimentos y muchas industrias caseras para cubrir las
necesidades del hogar, todas ellas dirigidas por las dueñas de casa. Se hacía
el pan para toda la semana, dulces y bizcochos, se hilaban y tejían telas de
algodón – el “lienzo” – que tanto se empleaba para la ropa interior y de cama,
como para los manteles y las vestiduras eclesiásticas.
La vida social se componía de largas veladas para hilar y tejer el
algodón, o tertulias caseras al atardecer, entre la merienda y la cena.
En lo público, las ceremonias religiosas constituían una de las
principales “salidas” femeninas, especialmente para las más jóvenes.
Este estado de cosas, sufre modificaciones luego de aprobarse la
Ordenanza de Intendentes, en el año 1782. Sus disposiciones económicas,
hacen surgir en Corrientes dos nuevos sectores sociales:
 Los “industriales”, que montan obrajes, astilleros u otros emprendimientos, y
rápidamente se hacen un sitio en el Cabildo, al lado de las jerarquías tradicionales.
 Los “artesanos”, que, muy por debajo, vienen a constituirse en oficiales y operarios
de esas industrias, por encima de los peones y esclavos comunes.

17Vale aclarar que los funcionarios, los mercaderes y los estancieros, no deben ser vistos como estamentos
separados, toda vez que en la mayoría de los casos tenían cabida en los tres roles.
En síntesis, como puntualiza el autor que seguimos, los correntinos de
fines del siglo XVIII eran
“Apegados a los hábitos familiares de sus mayores, religiosos, ignorantes, leales al “Rey
nuestro señor”, satisfechas sus aspiraciones políticas con la tradicional libertad comunal; ya
un poco liberados de la prestación del servicio de milicias que tanto agobió su pasado...”.
Justo Díaz de Vivar

La sociedad en las zonas rurales. La “Campaña” correntina.


Hernán Félix Gómez, uno de nuestros grandes historiadores, considera
que las familias que habitan en el campo, “familias pastoriles”, como él las
llama, forman un tipo de sociedad que está determinada por un factor principal:
el aislamiento.
A su vez, afirma que éste da lugar al nacimiento y desarrollo de dos
hábitos principales:
 La hospitalidad.
 Las “uniones libres” (concubinatos), o sea la formación de parejas que conviven y
tienen hijos, sin haber contraído matrimonio.

A su juicio, la hospitalidad se asienta en la necesidad de cooperación y


ayuda mutua, en un medio en el que quien es hoy dueño de casa, será a su
vez visita donde reside el otro. El concubinato, puntualiza que, si bien tenía
amplios antecedentes en las costumbres de los aborígenes, también estaba
estrechamente ligado al aislamiento, que hacía que un varón extraño a la
familia, incentivara el interés de mujeres que rara vez veían otro que su propio
padre o hermanos. El carácter de estas “uniones libres”, no descartaba las
relaciones circunstanciales, y sobre ese punto, un viajero de la época (1801)
nos dice que:
“...Es tal la costumbre de agasajar a los huéspedes...que les franquean sus pobres
viviendas con la mejor buena voluntad, y a la noche...entra en las reducidas
habitaciones...en donde no le falta mujer...alguna de las hijas o parientes de aquella familia,
aunque esté el cabeza de ella, ya con más o menos disimulo, que en esto no hay mucho
rigor...”.
José María Cabrer
Sobre las mujeres, este mismo viajero afirma que eran
“...de preciosas facciones, blancas, corpulentas, buenas cabelleras, que usan sueltas,
trenzadas, y bastante abultados los senos…”.
José María Cabrer
También nos entera Gómez que, estas correntinas antepasadas
nuestras,
“...a la liviandad de su vida de solteras agregaban la de ser “firmes con sus galanes y leales
por lo regular a sus maridos, olvidándose de las debilidades anteriores...”.
Hernán Félix Gómez

En las zonas rurales, el varón, se caracterizaba además por su escaso


interés por el trabajo. La falta de incentivos económicos y la facilidad para
obtener el alimento, generaron una población masculina perezosa,
acostumbrada a sustentarse del quehacer de las mujeres.
Su pereza les hacía vivir en unos ranchos reducidos, de paja, sin más puerta que un cuero
de vaca en los más de ellos. En cada vivienda...se encontraban hasta cuatro o cinco
jóvenes gallardos y robustos, unos de las mismas chozas y otros ambulantes, que se pasan
la vida...comiendo y bebiendo, un día en una parte y otro en otra, recostados en el suelo y
manteniéndose del poco maíz, maní y alguna escudilla de leche...Fuman todo el día y
toman mate si lo hay, pero cuando les falta no se afligen...Los hombres vestían
pobremente, de lo que trabajan las mujeres, hijas, madres y hermanas, que sin cesar
laborean todo el día tejiendo ponchos, ligas, ceñidores, jergas, pellones y otras
manufacturas con las que se mantienen a sí propias y a los dichos zánganos...”.
José María Cabrer

LAS REDUCCIONES.
En el año 1615, Hernando Arias de Saavedra, “Hernandarias”, es
designado Gobernador del Río de la Plata por cuarta vez. Una de sus primeras
acciones es ejecutar una gran “entrada” (campaña militar) contra los indios del
Nordeste mesopotámico. Su triunfo, le permite imponerles – como una
condición indispensable para acordar la paz – la fe católica. De ese modo, los
franciscanos se establecen en reducciones organizadas por los tenientes de
Hernandarias. Las reducciones, son en última instancia pueblos severamente
vigilados por los conquistadores, donde los indios están obligados a residir. En
la zona de influencia de la ciudad de Corrientes, se establecen como
principales tres de esos pueblos.
Nuestra Señora de la Pura y Limpia Concepción de Itatí.
La primera reducción correntina, es producto de la acción personal de
Hernandarias. Durante una estadía suya en Corrientes, envía al Capitán Antón
de Figueroa hacia el Norte, a Itatí, y éste logra atraer a los indios instalándolos
con su primer Cura Doctrinero Fray Luis Gámez, en un sitio conocido luego
como Tabacué. Posteriormente, los reducidos se trasladan a la ubicación
actual de la localidad.
Esta será la más rica y populosa de las reducciones correntinas. Contará
incluso con una gran estancia para la comunidad –San Antonio de Itatí- (hoy
Berón de Astrada), y también para la Virgen del Santuario.
La próspera comunidad guaranítica itateña, vivirá una larga y fecunda
historia, en la que sus productos y servicios son prácticamente imprescindibles
para los pobladores de la ciudad de Corrientes, hasta que, luego de la
Revolución de Mayo, la disuelve el gobernador Pedro Ferré.
El gran historiador del momento reduccional itateño es el Presbítero
Esteban Bajac, que subsume el proceso histórico en aras del culto, que ha
convertido a Itatí en uno de los principales santuarios marianos del continente
valiéndole el mote de “Pueblo de la Virgen”.
Bajac asevera que ninguna otra etnia que los guaraníes, reunía iguales
condiciones para ser evangelizada, y destaca que Bolaños, además de ser el
poblador de Itatí, haya desarrollado una intensísima labor sacerdotal, habiendo
sido el traductor del Catecismo mínimo limense a la lengua guaraní, el primero
de tal género.
En el proceso histórico de aquella reducción, se asientan los nombres de
sacerdotes como Fray Luis de Gamarra, párroco durante el siglo XVII, las
luchas de las milicias itateñas contra los guaraníes no evangelizados,
capitaneados por los hechiceros - “payés” - del Guayrá, como asimismo los
guaycurúes, abipones y payaguáes, que acaban con fundaciones como La
Candelaria de Ohoma y Santiago Sánchez, y también contra los portugueses, a
los que las milicias indígenas debelan en reiteradas ocasiones, destacándose
los asaltos a la Colonia del Sacramento.
La reducción, encabezada por sus párrocos, batalla también duros
enfrentamientos contra encomenderos y funcionarios abusivos, como la pugna
de Fray Jerónimo de Aguilera con Jacinto de Lariz y su paniaguado local, Juan
de Vargas Machuca en 1648, un mandatario venal que se aprovecha de los
bienes y los servicios de la comunidad itateña hasta que, con el respaldo del
Cabildo, es exonerado en 1651. Del mismo modo, el Oidor Juan Blásquez de
Valverde, reclama en 1656 al Cabildo, por intermedio de Fray Juan de
Baquedano, que se ponga límite a las arbitrariedades del Teniente de
Gobernador Juan de Arias Saavedra, que contraviene las Ordenanzas de
Alfaro arrastrando a los indios a sus vaquerías y servicios de remo sin pago
alguno y sin darles de comer. Nuevamente, el accionar de un sacerdote
franciscano acaba con los abusos, porque intimidado Saavedra renuncia al
cargo.
El Cabildo de la Doctrina también se enfrenta con el de Corrientes, entre
otras razones porque con gran frecuencia, contingentes de guaraníes itateños
eran llamados para el mantenimiento de la ermita de la Cruz del Milagro y del
fuerte, amurallado en 1634, y para cumplir exigencias peculiares de los
correntinos, que reclamaban “indios pescadores” itateños a fin de poder cumplir
con la Cuaresma.
Itatí también hubo de ser escenario de un levantamiento comunero,
respecto del cual Bajac, difiere de lo aseverado por el común de los
historiadores, y en especial los historiadores correntinos, porque abomina de
Antequera, de quien afirma que “…era pobrísimo, y a toda costa quería ser
rico…” merced al trabajo de los indios, y también de Fernando Mompó de
Zayas “…intrigante si los hubo…”, a quien acusa de ser “…el creador y doctor
de las ridículas doctrinas de los comuneros…”, que pretendían esclavizar a los
indios en beneficio de una “…masa popular ignorante bajo la ambición
desmedida y tiránica de unos pocos”. Así, también exalta a Nicolás Rojas y
Patrón como gobernador, y reniega del carácter levantisco y las conductas
insurreccionales del célebre clan Casajús, tan elogiado por Wenceslao Néstor
Domínguez y Raúl de Labougle, objetando la asonada mediante la cual se
depone y destierra al gobernador José Rivera Miranda, en 1763, quien es
amparado por el Cabildo de Itatí que conduce el Comandante Juan Antonio
Güerí.
Santa Lucía de los Astos.
Al Sur de Corrientes, el mismo Hernandarias asienta otra reducción, en
la margen del río Santa Lucía, donde éste desemboca en el Paraná, en un
punto que actualmente ha desaparecido debido a la erosión fluvial.
Los primeros indios de la reducción fueron Astos, habitantes de la zona.
Luego fueron transportados a ella otros guaycurúes del Chaco. Asaltada por los
Caingangs o “Caracarás” en 1638, fue trasladada hacia el interior para
protegerla, al sitio de la localidad de hoy. La vida y actividades de esta
comunidad fueron decreciendo, hasta que el gobierno de Pedro Ferré la
disolvió.
Una escueta cronología de su momento colonial nos expone:
 1615. Se funda Santa Lucía de los Astos.
 1622. Visita Santa Lucía el gobernador del Río de la Plata Don Diego de Góngora. Hay
pocos indios, cazadores y pescadores, muy pobres. Llevados allí por Hernandarias. 55
hombres, 37 mujeres, 41 muchachos. Publica las Ordenanzas de Alfaro. Indios de diferentes
etnias. Astos, y distintas ramas guaycurúes. Estos últimos desnudos viviendo según sus
pautas culturales.
 La reducción se estabiliza con un Cura Doctrinero, un Administrador español, un Corregidor
y Cabildo indios, una estancia comunitaria y parcelas y animales individuales.
 1638. La reducción es atacada y destruida por los Caracarás. Los indios reducidos son
trasladados a Santiago Sánchez.
 1639. El gobernador Mendo de la Cueva y Benavídez encabeza una expedición de castigo
contra los abipones y ordena a los reducidos retornar a Santa Lucía, lo que se demora por
oposición del Cabildo de Corrientes. Ordena asimismo que se los asista en sus trabajos y
sementeras, tratándolos con equidad y no como esclavos.
 1640. Cumplimentado el retorno, el Teniente de Gobernador correntino hace erigir un fuerte
en Santa Lucía, con una guarnición de 20 soldados españoles a renovarse anualmente.
 1649. Dadas las vaquerías clandestinas de los indios de Santa Lucía, el Cabildo de
Corrientes ordena que no lo hagan sin permiso, so pena de los castigos pertinentes.
 1652. La peste hace estragos en la reducción.
 1653. Un nuevo ataque abipón es rechazado.
 1654. El gobernador Pedro de Baygorri Ruiz, ordena una nueva entrada al Chaco a las
milicias de Santa Fe y Corrientes.
 1655. Como resultado de esa campaña de 6 meses, se agregan a la reducción indios
guaycurúes, para ser evangelizados por el doctrinero Fray Agustín Pinto.
 1686. Indios Charrúas instalan sus tolderías en proximidades de la reducción con la
intención de atacarla. Con ayuda de Corrientes se los rechaza sin pérdidas.
 1691. Aumenta la población, por la conversión de charrúas lograda por el doctrinero Fray
Francisco de Sandoval y aprobada por el Cabildo de Corrientes.
La buena administración franciscana y el asiento de estancieros españoles dan importancia
al puerto en el tráfico de cueros y mercancías . Santa Lucía se convierte en cuartel y punto
de partida de las tropas que cruzan al Chaco a luchar
contra los indios, aprovechando la abundancia de
ganado para abastecerlas.
 1716. La reducción se traslada dos leguas tierra adentro
por razones de seguridad.
 1753. Fray Pedro José de Parras, visitante, describe
Santa Lucía como un recinto amurallado en el que
habitan unas 40 familias de charrúas y guaycurues, que
“siendo dos naciones muy distintas, se han unido
lindamente”.
 1770. El Juez Comisionado Antonio Insaurralde, el 3 de
abril empadrona 59 indios de armas, 58 mujeres
casadas, 17 muchachas de doctrina, 30 muchachos de
escuela, 38 criaturas de ambos sexos, en total 202
habitantes.
 1774. Los indios se sublevan contra el Doctrinero. Duro Santa Lucía. Imagen de madera policromada

escarmiento en ellos.
 1779. El Corregidos y el Sargento Mayor indígenas, protestan ante el Virrey Vértiz, por la
invasión de vecinos de la ciudad que se instalan en tierras que tradicionalmente fueran de la
reducción.
 1788. Fray Juan José Pereyra, muy querido por los indios, solicita su relevo por razones de
salud, pero los reducidos piden que no los deje.
 1789. El Padre Pereyra, que ha alzado el Templo, trae del Paraguay al carpintero Gaspar
Bogarín.
 1790. Muere el Padre Pereyra. Finaliza la gestión franciscana de la reducción.
 1793. Muere Bogarín, después de haber completado el retablo, púlpito, barandilla del
comulgatorio, la escalera del campanario y algunas puertas, incluso la de la escuela. No ha
concluido las ventanas, los escaños y la cajonería, pero la Iglesia es la mejor de toda la
jurisdicción, Misiones y el Paraguay.
 1803. Los incidentes con las autoridades de la ciudad , los administradores laicos tienen
enfrentamientos recurrentes con los reducidos.
 1805. El Teniente de Gobernador de Corrientes solicita al Virrey Sobremonte la supresión
del régimen de comunidad, dada la afluencia de españoles que han tomado posesión de
tierras en los terrenos comunitarios.
 1827. Se suprime el régimen de comunidad.

El cuadro siguiente, nos da una idea relativa de la riqueza de ambas


reducciones: Itatí y Santa Lucía, hacia el siglo XVIII.
Bienes Itatí Estancia de la Virgen Santa Lucía
Vacunos 11.000 8.000 3.400
Yeguas 2.890 1.056 400
Caballos 486 202 20
Mulas/Burros 170 --- 24
Bueyes 310 70 20
Ovejas 580 89 ---

La seguridad de las reducciones y la expansión agrícola correntina.


La vigilancia de los indios reducidos, y al mismo tiempo el alerta contra
posibles incursores, la daban dos “presidios” o fortines, guarnecidos por unos
20 hombres cada uno. Esos cuarteles, aseguraban las comunicaciones hacia el
Norte, y el Sur. Al Norte por el camino real que bordeaba el río hasta Itatí,
donde se transbordaba en balsas o “pelotas” (una embarcación hecha con
cueros de vaca), y, a través de las Misiones del Paraguay, se continuaba la
travesía hacia Asunción. Al Sur, por el camino real a Santa Fe, que costeaba
todo el río Paraná hasta la llamada “Bajada grande” (donde está la ciudad de
Paraná actual).
Este sistema de seguridad, hizo posible la expansión de las zonas
cultivadas por los habitantes de Corrientes, en un radio cercano a los 15
kilómetros en redondo de la ciudad. Además, la masa de los indios
encomendados la componían los guaraníes reducidos en Itatí, lo que hacía
posible emplearlos no sólo en beneficio de sus encomenderos, sino también
cuando lo requerían los trabajos de interés común, como la reparación de
casas, calles y caminos, la recolección de las cosechas, las vaquerías o las
recogidas de ganado cimarrón.
En otros casos, esas “mitas” o turnos de trabajo, representaban un
beneficio directo para la comunidad indígena. Por ejemplo, el “Accionero
mayor” Cabral de Alpoín, concede a los guaraníes itateños en 1628 el derecho
de vaqueo y recogida libre de ganado cimarrón, a cambio de la mano de obra
necesaria para alzar su casa en la ciudad.
Santa Ana de los Guácaras.
Este tercer pueblo de indios, toma su nombre de un grupo de aborígenes
chaqueños adjudicado en encomienda, durante la fundación de Concepción del
Bermejo, a Alonso de Vera y Aragón, “El Tupí”, por su primo, el otro Alonso de
Vera y Aragón, apodado para diferenciarlo, “El Cara de perro”, por su
permanente gesto de mal humor.
Una vez consolidada la nueva fundación, “El Tupí” traslada a sus
encomendados a las cercanías de Corrientes, donde hoy se asienta la
localidad de Santa Ana. Allí fueron la base, en su momento, de la reducción,
dependiendo del “Cura de naturales” de la ciudad de Corrientes.
Muerto el encomendero, estos aborígenes abandonan las formas
comunitarias, dejan de pagar impuestos y pasan, cada uno de ellos, a
mantenerse con el producto de sus cultivos. Hacia el Siglo XVIII, los gobierna
uno de los suyos con el título de Corregidor, a quien designa el Teniente de
Gobernador de Corrientes. La reducción carece de Cabildo, y para entonces,
sólo una treintena de ellos está en condiciones de empuñar armas. En total, el
número de reducidos no excede el centenar y medio de personas de ambos
sexos y todas las edades.
“...Hacia 1800 el pueblo de los Guácaras se componía de 57 familias más o menos.
Habitaban estas en grandes ranchos de paredes de adobes y techo de paja. El gobierno se
concentraba en un Corregidor. Los vecinos eran dueños de salir cuando querían, a viajar o
a conchabarse (como lo hacían) sin que se les pudiera prohibir, salvo fuese necesario
refacciones en la Iglesia. El Corregidor y los vecinos más importantes se mantenían de sus
industrias de campo (leña, porte de carretas, etc.) o se empleaban temporariamente en las
estancias vecinas. Los domingos un fraile del Convento de las Mercedes...iba a decirles
misa...este pueblo...no tuvo influencia alguna en la sociedad rural...fue innocuo en los
sucesos sociales.
Hernán Félix Gómez
Una breve cronología de momentos que pudieran considerarse
“estelares” de Santa Ana, hasta el año 1810, arroja lo siguiente:
 1737.3.12. Mensura del pueblo de Guácaras, y donación de Francisco Maciel del Águila y Villanueva,
nieto de Nicolás de Villanueva, a los indios guácaras, de un terreno de gran extensión, fraccionado
de la merced real que le otorgara Hernandarias a Nicolás de Villanueva, en el cual queda
comprendida la población.
 1756. 25 de mayo. El alcalde del Cabildo de Corrientes José de Acosta empadrona a los indios de
Itatí, Guácaras y Nación Ohoma.
 1760.10.01. Censo ordenado por Bernardo López Luján, Tte de Gdor. de Ctes. 136 personas en
Guácaras. El censo determina que los indios Guácaras no tienen bienes de comunidad, sino que
trabajan cada uno para sí.
 1762.16.05. El Sargento Mayor Sebastián Alarcón dona a su hija Francisca Ángela un lugar de
chacra en Ensenadita ante Juan García de Cossio, Tte. de Gobernador, Justicia Mayor y Capitán a
Guerra, lindante con ¿? De Soto y Juan de Amarilla. (Protocolos, T. 44, f. 92 r y v y 93 r).
 1771.5.08. El Cabildo faculta al Cura y Vicario interino, Dr. Antonio Martínez de Ibarra, a levantar de
su peculio la capilla.
 1773.12.05. Finaliza un litigio iniciado en 1772, por el intento de venta o arriendo de las leguas
ribereñas al Paraná, integrantes de las Temporalidades jesuíticas, entre la Junta de Temporalidades,
los habitantes de Ensenadas y los indios de Guácaras, que alegan derechos por servicios prestados
a la ciudad, reclamando espacio para sus rebaños y sementeras. Se resuelve que esos anegadizos
sean partidos entre ambos reclamos.
 1785. Finaliza la erección de la Capilla. (Azara). Se da cuenta de la curiosa imagen de Santa Ana
como anciana.
 1803. Escuela de primeras letras y música en la galería de la Capilla con 21 alumnos y 2 maestros.
(Cabrer).
 1803. Todavía no hay sacerdote. Se traslada un mercedario desde Corrientes a dar la Misa. (Cabrer).
 1803. Cabrer en su diario de viaje, hace hincapié en la pureza del castellano hablado por los indios
guácaras. En la escuela tampoco escucharon una palabra en guaraní.
 1803. Cabrer, por informe del Corregidor, contabiliza en Santa Ana 57 familias, cada una habitando
ranchos de adobe y techo de paja.
 1803. Según Cabrer, los Guácaras son color de cobre claro, pecosos y con el cabello colorado.
 1804. Febrero. Un oficio dirigido al Virrey por el Protector de Naturales Roque Figueroa, afirma que
el pueblo se formó “por indios que pasaron con sus familias en consorcio de los habitantes de la
ciudad de la Concepción…del Bermejo”, prófugos de las invasiones. Reclaman por avances de
españoles sobre sus tierras.

LA POBLACIÓN DE CORRIENTES COLONIAL.


Después de la fundación.
En los doce años que transcurren desde la fundación, el 3 de abril de
1588, hasta comienzos del siglo XVII, los datos disponibles son pocos e
inciertos. Circunstancia que se reitera luego, por la poca precisión de los
relevamientos demográficos de la época.
Sin embargo, queda claro que en ese primer decenio, la población
española, hacia fines del siglo XVI tiende a disminuir.
Año Varones Mujeres Total
1591 35 29 64
1595 11 12 23
1598 7 15 22
Como puede extraerse del cuadro adjunto, en sólo 4 años, en el lapso
1591 – 1595, la población total se reduce más de un 60%, siendo pareja la
disminución en el número de mujeres y hombres. Sin embargo, en los tres años
siguientes –1595 – 1598 -, aunque el número total permanece estable, los
varones vuelven a disminuir en más de un 60% y el número de mujeres sufre
un leve incremento, cercano al 20%.
El primer empadronamiento.
Bien entrado el siglo XVII, en 1621, el entonces Gobernador, Diego de
Góngora, de visita18en Corrientes, ordena empadronar a los vecinos e indios
reducidos.
Según ese recuento había:
Tipo de persona Cantidad
Españoles 9
Indios 430
Indias 416
“Muchachos” 368
Total: 1223

Al parecer, en toda la zona de influencia de Corrientes, para ese


entonces hay unos 1927 habitantes. 546 españoles y 1381 indios reducidos.
El siglo XVIII: Los españoles superan a los indios.
Como recordaremos, las encomiendas se van extinguiendo por falta de
“naturales”. A partir de los datos, siempre poco confiables que disponemos,
puede esbozarse el siguiente cuadro:
Año Población total Blancos % Indios %
1622 1.927 546 28 1.381 72
1673 3.230 1.478 77 1.752 23
1700 4.900 2.400 49 2.500 51
1717 5.000 4.088 82 912 18
1760 8.145 6.421 79 1724 21

Con estas cifras, podemos generalizar que, a comienzos del siglo XVIII,
todavía hay casi 3 indios por cada español. Cien años más tarde, hay poco
menos que un español por cada indio. En las postrimerías del siglo, en el último

18Estas “visitas” a todos los pueblos y lugares de su jurisdicción, eran obligatorias, a modo de inspecciones, y no
casuales.
tercio, los términos se han invertido definitivamente, y hay más de 3 españoles
por cada aborigen.19
El servicio de milicias como conflicto social en Corrientes.
“...y por cuanto esta ciudad, desde su fundación,
siempre ha sido frontera de guerra...”.
El Cabildo de Corrientes
A lo largo de toda su vida colonial, por su carácter de zona de frontera
“caliente”, como diríamos hoy, los habitantes de la ciudad de Corrientes se ven
recargados con servicios militares que afectan a todos los varones en edad
activa, tanto para proteger a la jurisdicción de los ataques de los indios no
reducidos, como para participar de las acciones gubernamentales contra los
portugueses.
Este último servicio, llevaba a las milicias correntinas, que debían
aportar no sólo su persona, sino también sus armas, caballos y equipo, a pasar
largas temporadas en la zona del río Pardo (hoy territorio del Brasil), sufriendo
toda clase de privaciones y dejando abandonadas sus familias e intereses.
Con respecto a los indios, el servicio militar, además de las luchas
habituales para contenerlos, a partir de fines del siglo XVII exigía cumplir una
vez al año con la política oficial de realizar una expedición al interior del Chaco
contra los abipones, los más peligrosos y agresivos enemigos de la ciudad. Esa
campaña, también se pagaba mediante un prorrateo que hacía el Cabildo entre
todos los vecinos con capacidad para contribuir.
Además, era necesario cubrir las guarniciones de los fortines o
“presidios” próximos a las reducciones en el Norte y Sur, y vigilar el río,
mediante el empleo de balsas. Todos ellos, duros servicios militares solo
interrumpidos, y no siempre, por la necesidad de levantar las cosechas.
En estas largas y agotadoras luchas, se perdió, por parte de los
correntinos, no sólo hasta el recuerdo del servicio militar como retribución a la
concesión de encomiendas, por otra parte casi extinguidas, sino casi todo
sentido de la obligación militar a cumplir, viviéndosela siempre como un abuso
injustificado, en contra de sus legítimos intereses, perpetrado, como ya hemos
visto, por los funcionarios reales y los jesuitas.

19Recuérdese que en estos datos, se omite diferenciar los mestizos, muchos de los cuales, es posible hayan sido
registrados como “españoles”.
De esa forma, ya en el año 1671, cuando se organiza una expedición
para socorrer a Buenos Aires, amenazada por piratas franceses e ingleses, las
autoridades, para conseguir los 150 vecinos entre la “gente moza y ligera” de la
ciudad, deben amenazar con graves castigos a los que se excusen sin causa
suficiente, como, por ejemplo, pretextando que el servicio militar sólo le
corresponde a los encomenderos.
Hacia 1759 la situación se ha agravado, y el Teniente de Gobernador
Bernardo López de Luján, puntualiza el carácter de conflicto social encarnado
por el servicio militar para los correntinos, en una carta al Gobernador Pedro de
Cevallos, donde sostiene que es muy difícil conseguir que los soldados
correntinos obedezcan las órdenes, afirmando que, a su juicio, eso sucede
porque nunca se los ha castigado “por sus motines y sediciones”.
Raúl de Labougle, otro de nuestros grandes historiadores, caracteriza a
esos correntinos del siglo XVIII como:
“...turbulentos, amigos de novedades, altaneros y rebeldes siempre a acatar la autoridad de quien no
fuera su convecino..la mayor parte de la culpa de su situación era de los mismos correntinos...del
excesivo localismo a que les condujo la circunstancia de vivir en frontera de guerra que les hizo
preferir por sobre todas las cosas al solar nativo...sus intereses locales, para ellos, primaban sobre
cualquier otro...repetíase en América el drama de las comunidades de Castilla: lo nacional contra lo
universal...".

Y es en ese siglo que, su idiosincracia y las grandes distancias, que


tanto los aíslan como los protegen contra rápidos y duros castigos, que los
correntinos se convierten en soldados indisciplinados y desobedientes, con una
gran tendencia a desertar y a sublevarse, que alcanza su punto máximo
durante el alzamiento comunero de 1764.20

20 Véase una breve cronología de los principales episodios vinculados a deserciones y alzamientos de las milicias
correntinas: 1762. En guerra España y Portugal, la masa de los soldados correntinos destacados en el río Pardo
consuma deserción. El Jefe español del sector, Antonio Catani, no confiando en ellos, despoja a los restantes de
sus caballos y armas y los devuelve a Corrientes con un pasaporte donde los trata de “infames”. 1763. Un
destacamento, donde forman varios de los desertores del río Pardo, se subleva en Areguá (en proximidades de
Itatí), depone al Capitán a Guerra, que los conduce, y se vuelve a Corrientes reclamando apoyo al Cabildo, que
cede al temor de sus armas y se lo concede enviando una comunicación al Gobernador Pedro de Cevallos. 1764.
Una nueva sublevación depone y encarcela al Teniente de Gobernador enviado por Pedro de Cevallos para
investigar los sucesos de 1762 / 63. Los sublevados proclaman el gobierno “del común”. 1765. Septiembre: Se
profundiza el alzamiento comunero con el nombramiento de Gaspar de Ayala, seguidor de la familia Casajús, como
Maestre de Campo. Ayala destierra de la ciudad a todos los habitantes forasteros. A fines del mismo mes,
temerosos de Cevallos, los comuneros mandan un pedido a Asunción, solicitando unirse a la Provincia de la
Guayra. El Cabildo asunceño acepta, con la condición de que sea el Rey quien lo autorice. Ante esto, corren
rumores de que los comuneros piensan entregarse a los portugueses. 1766. Febrero: Las persecuciones de los
Comuneros, llevan al Cabildo a cesar en sus reuniones semanales. Abril: A fines del mes, 360 comuneros se rinden
LA RELIGIOSIDAD
Como hecho social y cultural, la religión ocupa un lugar de privilegio en
la vida colonial de los correntinos.
Esta visión histórica, por debajo de lo confesional, resalta tres
cuestiones:
 La relación colonial con la Contra reforma Católica.
 La presencia material del catolicismo en el espacio geográfico.
 A través de la toponimia.
 Con santuarios como lugares clave de la fe, y, especialmente, de
peregrinación.
 La acción misional de los jesuitas.21

La relación colonial con la Contra reforma Católica.


En la América colonial, las naciones ibéricas - España especialmente -
imponen a toda costa el pensamiento de la Contra reforma Católica. De allí la
homogeneidad religiosa, aún hoy, del continente, en su área iberoamericana,
donde habita el mayor número de creyentes de esa confesión religiosa en el
mundo.
Para la época colonial, interesa destacar dos aspectos asociados a la
Contra reforma:
 El fundamentalismo católico, que caracteriza la vida religiosa colonial,
especialmente en Corrientes. Extendido incluso mucho más allá de la
Revolución de Mayo. En este aspecto, debe resaltarse que no hubo
persecuciones relacionadas con la lucha religiosa contra la reforma; hecho
destacable si se considera la importancia social de los portugueses en el
medio. A diferencia de otros lugares (por ejemplo Lima, en el Perú), donde las
disputas políticas y en especial económicas con ellos, se zanjaron
castigándolos como herejes.
 El Marianismo, el culto a la Virgen María bajo sus diferentes advocaciones
presentes en toda Iberoamérica.

La presencia material del Catolicismo en el espacio geográfico.


La toponimia.

con sus armas en El Sombrerito (unos 22 km de Corrientes) a una expedición enviada por Cevallos para reprimirlos.
Finaliza así el alzamiento comunero.

21Además de los Jesuítas, en Corrientes actúan los franciscanos y mercedarios, y en menor medida los dominicos.
Los franciscanos en especial, lograron insertarse profundamente en la sociedad correntina. Franciscanos y
Dominicos actuaron contra los Jesuítas en apoyo de los Comuneros, en 1747 y 1764.
Desde el mismo nombre de San Juan, que a poco andar santifica el de
la primera fundación, en nuestro espacio geográfico son innumerables los
topónimos asociados a la iconografía y el dogma católicos.
Los santuarios.
Durante la época colonial, dos son los santuarios principales en
Corrientes:
 El de la Santísima Cruz del Milagro.
 El de la Virgen Taumaturga en la Pura y Limpia Concepción de Itatí.

La acción misional de los jesuitas.


Conocidos como los soldados del Papa, los jesuitas son los principales
actores de la Contra reforma. Sus acciones en América y en el actual territorio
correntino, en ese sentido encarnan tanto la política del Vaticano como el
accionar de la corona española como campeona universal del catolicismo.
Aunque los correntinos de entonces no lo hayan considerado desde ese punto
de vista, su acción misional constituyó entre nosotros un caso único en el
mundo, en todo sentido, y dejó una impronta perceptible aún hoy.
Cuando la Contra reforma perdió fuerzas, especialmente por la influencia
de las ideas de la Ilustración, en el siglo XVIII, la Compañía de Jesús cayó,
víctima de las nuevas tendencias y fue expulsada de América y de Corrientes.
El proceso de urbanización colonial correntino.
Como hecho socio cultural, la arquitectura colonial del actual territorio
correntino vive un prolongado proceso, cuyas grandes etapas se asientan en:
 Asunción y la influencia guaranítica, entre fines del siglo XVI y fines del siglo
XVIII.
 Buenos Aires y las modas portuguesas y europeas, a partir de la creación del
Virreinato del Río de la Plata.

1588 –1776. La Influencia Guaranítica.


“...con las repetidas lluvias se ponen estas tejas color de ceniza
y como los edificios compuestos de barro, huesos y bosta vienen
a quedar del mismo color ... toda la ciudad parece cenicienta y
ciertamente se me representó...Sodoma cuando acabó de quemarse”.
Fray Pedro José de Parras.

Estos casi dos siglos que aquel lejano visitante caracteriza de modo tan
incoloro, nos ofrecen los siguientes caracteres:
La casa guaranítica de Galería.
 Empleo de materiales autóctonos: madera, paja y barro.
 Construcción de paredes de
- ”Estanteo” (un armazón de cañas relleno con tierra y revocado con barro).
- “Tapia” (tierra apisonada entre maderas – encofrado – hasta darle consistencia.
- “Adobe” (Barro y paja amasados y secados al sol).
 Paredes muy gruesas, de hasta 2,5mts de ancho, como protección contra el calor.
 Techos a dos aguas, de tejas de palma o paja, sostenidos por “horcones” hechos con troncos de
maderas duras.
 Cielos rasos de cañas tacuara, atados con tientos de cuero.
 Habitaciones reducidas por la naturaleza de los materiales empleados.
 Puertas y ventanas pequeñas, acordes al clima, para mantener las habitaciones siempre en
semipenumbra.
 Galerías externas techadas con tejas o paja. En especial al frente de la casa. Esta última es un
verdadero espacio comunitario, prolongación de la calle donde los transeúntes se protegen del
sol y la lluvia, y se entabla toda una vida de relación.
 Rejas de madera torneada.
 Mobiliario muy sencillo y escaso.
 Las casas en su conjunto, no siguen una línea de frente.

1776 – 1810. La influencia de Buenos Aires.


“La casa expresa el prestigio social
de su propietario ”.
Ramón Gutiérrez y Ángela S. Negrette.
En el siglo XVIII se extinguen las encomiendas, se mensuran las chacras
y se inicia la expansión de las estancias. La zona de Saladas - “el riñón de
Corrientes” - se convierte en el área ganadera por excelencia, y se desarrolla
un gran impulso poblador. Mientras en la zona rural, la urbanización conserva
mayoritariamente la antigua traza guaranítica de casas en galería, con grandes
áreas baldías y una extensa masa vegetal compuesta por palmares y otras
especies autóctonas, en la ciudad de Corrientes, la influencia de la nueva
capital virreinal se hace visible, a través de un tipo de vivienda repetido en todo
el virreinato, por los más pudientes, parecida a la “Casa de Tucumán”, y que en
general presenta las siguientes características:
La “Casa de Fachada” Virreinal.
 Usa ladrillos cocidos en vez de paredes de estanteo, tapia o adobe. (Los hornos de ladrillos se
generalizan en Corrientes, a fines del siglo XVIII).
 Reemplaza el techo a dos aguas de paja o tejas, de palma o cerámicas (se habían generalizado
a partir de 1750), por el techo de azotea.
 Elimina la galería del frente, y la sustituye por una “fachada”que no cumple función comunitaria
alguna, ni protege del sol o la lluvia, pero permite exhibir la importancia social de su propietario.
 Emplea rejas de hierro, importadas de Vizcaya, como otra decoración socialmente distintiva.
 Utiliza aberturas de gran tamaño, acordes con un estilo generalizado, independiente del clima.
 Dispone de muebles más lujosos (por ejemplo camas, en vez de hamacas o catres) y en mayor
número.
 Las habitaciones son de mayor tamaño, merced al empleo de nuevos materiales y soluciones
arquitectónicas.
 Aparece la línea de frente en las construcciones.
En síntesis, las viviendas de los personajes más adinerados, dejan de
responder a los criterios tecnológicos basados en la búsqueda de soluciones
locales, para importar modas consideradas más acordes a su posición social.
Incluso, ya sobre el fin del siglo XVIII (en 1792), la familia García de Cossio
edifica en la ciudad de Corrientes la primera casa de dos pisos.22
La educación.
Durante toda la época colonial, la educación en Corrientes tiene dos
actores privilegiados:
 La Iglesia.
 El Cabildo.

La Iglesia y la primera inquietud educacional.


Ya en el año 1595, el sacerdote jesuita Juan Romero, gestiona ante el
Teniente de Gobernador Alonso de Vera y Aragón, la fundación de un Colegio.
La iniciativa no llega a concretarse en ese momento.
El accionar del Cabildo. El primer maestro correntino.
Pedro Álvarez Gaitán, diligencia en 1602 ante el Cabildo, se designe un
maestro de escuela. Al año siguiente es nombrado Ambrosio de Acosta, a
quien se reconoce como “el primer maestro correntino”.
Con todo, no resulta fácil educar en Corrientes, por la falta de interés
notoria, tanto de los padres como de los alumnos. A lo largo de los siglos XVII y
XVIII, el Cabildo presiona para que los “vecinos” (la
educación no se concibe como algo para todos) envíen a
sus hijos a la escuela, que funciona en las galerías del
Firma de A. de Acosta
templo.
El Colegio de los Jesuitas.

22 El inventario de los bienes de una persona muy acaudalada de la época, el Doctor Martínez de Ibarra, arroja lo
siguiente: Una vivienda con gran número de habitaciones (5 piezas, sala y aposento), numerosos asientos (18
taburetes “nuevos”), varias mesas (Una redonda con cajones, una mesa cuadrada, una mesa chica), varios cuadros
(14 con imágenes religiosas) y 6 de distintos países), un reloj de cajón (de pie), un “calorín”! a carbón o leña, una
caja guadarropas con cerradura, un escritorio con 9 gavetas y la biblioteca más grande de Corrientes, con 41
ejemplares.
En el año 1686, el Cabildo realiza las gestiones tendientes a lograr la
instalación de un Colegio Jesuítico en Corrientes.
(Es grande la fama de los jesuitas como
educadores). En 1690 llegan los primeros
sacerdotes y se inician las construcciones, y en
1693 el establecimiento comienza a funcionar. El
Ventana del Antiguo Colegio según V. F. López
Cabildo ordena que, a la enseñanza de la
doctrina cristiana, concurran no sólo los hijos de los vecinos, sino también los
indios y mulatos.
La gestión por las escuelas públicas para la zona rural.
En 1750, un regidor del Cabildo se traslada a Buenos Aires para
gestionar la creación de escuelas públicas en el área rural. El Gobernador del
Río de la Plata, concede lo pedido. En los hechos, sin embargo, estos
establecimientos no llegan a funcionar salvo en Saladas, donde una escuela
abre sus puertas en 1758,por primera vez, y luego las reabre en el año 1775.
La expulsión de los Jesuitas. El “Concurso” del Cabildo.
Expulsados los jesuitas en 1767, se produce una gran crisis educativa.
Intentando superarla, el Cabildo organiza en el año 1771 un concurso de
oposiciones para nombrar maestros. En 1772, se hacen cargo y entran en
funciones los ganadores, los hermanos Gregorio y Urbano de Araujo. No
obstante, el problema persiste, y a fines de siglo el Cabildo se ve obligado a
reasumir sus funciones educativas.
En definitiva, en líneas generales podemos concluir señalando que
durante el lapso en que está vigente esa enseñanza capitular:
 Por lo general, el Cabildo y los padres compartían los gastos.
 Cada alumno pagaba un peso en moneda o en especies.
 Se educaban sólo los hijos de españoles y criollos que habitaban en poblaciones
de alguna importancia.
 La educación estaba
prohibida para negros y
mulatos.
 Legalmente, los indios
podían recibir educación,
pero en la práctica, salvo
en algunas reducciones y
en las misiones, su
situación era la misma de
negros y mulatos.

La educación femenina prácticamente no existía.

Se empleaban con mucha frecuencia los Lacastigos físicos
Escuela San Francisco como
a mediados una
del Siglo XIX técnica de

enseñanza.
 La enseñanza era estrictamente memorística.
 El Plan de Estudios comprendía:
 Las cuatro operaciones aritméticas.
 Lectura y escritura.
 Nociones de gramática.
 Moral y doctrina cristiana.
La Escuela de Fray José de la Quintana.
En el año 1797 se produce el hecho educativo más trascendente de
nuestra historia colonial: se funda la escuela del Convento de San Francisco.
Allí, en un aula de adobe con techo de paja, enseña por más de medio siglo,
pagado con donaciones y colectas, Fray José de la Quintana. El más
legendario personaje de la educación
provincial.
Según Hernán Gómez, apoyado en
un escrito fragmentario de un profesor
Conrado Romero, la “verdadera historia” de
la Escuela de San Francisco, comienza en
1797 “con el advenimiento del pestalozziano
Fray José de la Quintana”.23
Según Hernán Gómez, los conceptos
que él toma del autor citado “son exactos y
coinciden con la tradición local”, y en ese
terreno, el fraile habría incorporado a su
enseñanza hacia 1801, la geografía,
latinidad y gramática castellana, ganándose
el favor de la comunidad a tal punto que
cuando en 1804 fue requerido desde

23 Lo expuesto deja planteado un interrogante, porque si el fraile era pestalozziano, todas las versiones que nos han
llegado respecto a su enseñanza de cuño jesuítico, con los alumnos demostrando su sapiencia divididos en
Monumento en la Iglesia San Francisco

“Romanos” y “Cartagineses” identificados con los colores rojo y gualda, y respondiendo a un mecanismo de
preguntas y respuestas cortado del catecismo, coincidente con la repetición memorística que caracterizará a las
aulas correntinas en épocas posteriores bien registradas, y con los castigos físicos tipo palmeta, zurriago y demás
que pautaban las normas disciplinarias. Lo expuesto, sería parte constitutiva de la leyenda que rodea a De la
Quintana.
Buenos Aires para regentear otra escuela, el Cabildo interpuso sus buenos
oficios logrando su permanencia.
Aquella escuela, habíala formado Quintana “mediante sus diligencias y
relaciones, sin gravar al Convento, ni al Estado”, circunstancia que permitió a
este último desentenderse de la educación pública, que, salvo para los
pudientes capaces de pagarse los estudios en Córdoba o Buenos Aires,
adquirió un carácter “doméstico”. Así, a partir de 1799 pudo la autoridad civil
desprenderse de la última escuela capitular, a cambio de subvencionar “muy
modestamente” a la San Francisco, aduciendo que la juventud correntina
estaba “suficientemente socorrida con las escuelas de primeras letras que han
abierto los religiosos de la observancia en aquella ciudad...”.
La Universidad.
En época colonial, menos de una veintena de correntinos cursaron
estudios en la Universidad de Córdoba, con los resultados que quedan
expuestos en el siguiente listado.24
1. 1696 - 1701. Miguel Escalante.
2. 1699. 1701. José Sánchez Negrete.
3. 1699 – 1701. Juan Fernández.
4. 1706 – 1714. Bartolomé del Prado.
5. 1708 – 1710. Tomás de Villanueva.
6. 1710 – 1714. José de Soto.
7. 1737 – 1743. Antonio José Martínez. Egresado como Maestro en Artes.
8. 1738 – 1743. José Antonio González de Alderete. Egresado como Maestro en Artes.
9. 1704 – 1706. Sebastián Núñez.
10. 1741 – 1743. Juan Nieto. Egresado como Maestro en Artes.
11. 1760 – 1767. Francisco Javier de Zamudio. Egresado como Doctor en Teología.
12. 1782 – 1783. Jacinto Silva. Egresado como Doctor en Teología.
13. 1790 – 1793. José Ignacio García de Zúñiga.
14. 1791. José Francisco Cabral. Egresado como Doctor en Teología.
15. 1794 – 1797. José Luis Cabral. Egresado como Maestro en Artes.
16. 1800. José Paulino Cabral. Egresado como Maestro en Artes.
17. 1801. José Francisco Bedoya Lagraña.
18. 1804 – 1805. Felipe Díaz Colodrero. Egresado como Doctor en Teología.
19. 1810. Angel Escobar. Egresado como Maestro en Artes.

Vale decir que en 114 años, de 19 estudiantes, un 52% logró egresar, de


los cuales 6 (31%) lo hicieron como Maestros en Artes y 4 (21%) lograron las
borlas de Doctores en Teología.

24
Datos suministrados por el Doctor Benito Moya de la Universidad Nacional de Córdoba.
COLOFÓN.
Sin lugar a dudas, Corrientes tiene un ayer colonial por todo lo alto si los
hay, compartido ¿qué duda cabe? Con las otras posesiones españolas en el
litoral rioplatense, pero con sus propias características, porque no disfrutó de la
capitalidad asuncena, ni del puerto preciso santafesino, y a la persistente
amenaza del ataque aborigen hubo de sumar la búsqueda de un complejo
equilibrio con las posesiones portuguesas.
Con Asunción, compartió las fobias y las luchas comuneras contra los
jesuitas. Con Santa Fe, logró predominar a la larga en las pujas limítrofes. Con
las reducciones occidentales, hubo de aguardar hasta bien avanzada la etapa
emancipadora para alcanzar la expansión anhelada.
Enquistada entre parcialidades belicosas, sus comienzos fueron únicos y
han quedado inmortalizados en sus símbolos y en su primer monumento. Su
Cabildo ofició como mente de esa “ciudad cerebro” cuyos pobladores
avanzaron hacia las líneas representadas por los cursos de agua asentando
estancias y capillas en torno de las cuales se organizaron las poblaciones. En
momentos cruciales, un desastre regional la nutrió con pobladores que se le
hacían imprescindibles, y la unión de los dos reinos permitió imperar a un
portugués adinerado que entretejió las redes posteriores capaces de sobrevivir
a la separación definitiva. El virreinato, sobre todo le representó afiatar las
relaciones de sus mercaderes con el puerto. Una inversión a futuro.
Más allá de toda leyenda devanada a posteriori, los coloniales fueron
para la ciudad siglos traspasados sino de miseria de orgullosa pobreza, que la
obligaron incluso a consagrarse a la divinidad para que intercediera por el cese
de pestes y hambrunas. A pesar de sus deseos de dar educación a los hijos de
su “parte mejor y más sana”, menos de una veintena de correntinos lograron
marchar a la Universidad en Córdoba, y sólo unos pocos terminaron
togándose. La milicia fue un servicio que los correntinos prestaron siempre
experimentándolo como una corvea, desertando toda vez que se les hizo
insoportable y fue posible.
Por sobre todo, el aislamiento y la necesidad ineludible de bastarse a sí
mismos, exacerbó el orgullo de los correntinos y los dotó de una identidad que
hasta hoy constituye una de sus cualidades más notables.

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nuevos rumbos. Tal es la importancia que hoy reviste su lucha en Sudamérica, en diario
“El Libertador”, Corrientes, del 25 de septiembre de 2007.
• ZINI, JULIÁN GERÓNIMO, Memoria de la Sangre, 3 tomos, Payubre, Mercedes,
Provincia de Corrientes, 1984.

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