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Corte de Apelaciones de Copiapó, 13 de septiembre de 2021

Entel PCS Telecomunicaciones S.A Con Álvarez


Rol Corte de Apelaciones 15-2021

Recurso Apelació n

Resultado Acepta-Revoca civil/Rechaza-Conforma infraccional

Clasificación LPDC

Artículos Artículos 3 letra d) y 23 de la Ley N°19.496; artículo 32 de


la Ley N°18.287.

Rol Designación

Corte de Apelaciones 15-2021 Copiapó

Tribunal 1° Instancia C - 8146 - 2018 Juzgado de Policía Local de Vallenar

Forma de inicio Querella infraccional y acció n civil de indemnizació n de


perjuicios

Hechos
“CUARTO: A este respecto, si bien es cierto, se debe partir de la base de los hechos ya
establecidos a raíz de la querella infraccional, para tomar una acertada y proporcional
determinació n en cuanto al fondo, es fundamental tener en consideració n todos y cada uno de
los presupuesto fá cticos que forman parte del hecho que se tuvo por acreditado en la presente
causa. Conforme a lo anterior, se debe partir de la base que para sustraer el dinero desde la
cuenta bancaria del demandante, se debió realizar una compleja e intrincada maniobra, la cual
precisamente consistía en ingresar al sitio web del banco, introducir el nú mero de cédula de
identidad y la clave secreta. Luego, se utilizó la "superclave", es decir, una tarjeta de
coordenadas mediante la cual se debe introducir una combinació n de nú meros. Para,
finalmente, introducir la "clave 3.0", que se envía mediante SMS o mensaje de texto al teléfono
mó vil del titular cuenta correntista, esto ú ltimo en caso de operaciones de mayor promedio
del habitual o a nuevos destinatarios.
De lo anteriormente establecido, se encuentra acreditado en autos, que el recurrente tendría
responsabilidad solo en el tercer paso de esta secuencia maliciosa, má s ninguna intervenció n
le cabe en los dos primeros, respecto de los cuales se probó que terceros tuvieron acceso a las
claves respectivas mediante engañ o, del cual fue víctima el propio querellante, quien en el
convencimiento que estaba ingresando al sitio web del banco en forma libre y voluntaria
entregó sus claves bancarias, pero en realidad estaba siendo sometido a un ardid tecnoló gico
conocido como "phishing", mediante el cual se ingresa a un sitio web que presenta la
apariencia real de un sitio bancario, pero en realidad no es tal, sino que se encuentra
controlado por terceros y las claves que allí se introduzcan quedan en poder de éstos.”

Decisión

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“EN CUANTO A LA QUERELLA INFRACCIONAL
TERCERO: Así las cosas, esta Corte entiende que efectivamente en la prá ctica se ha acreditado
una infracció n a la ley de consumidor por parte de la querellada, razó n por la cual, toda la
argumentació n argü ida por el apelante carece de sustento, pues sobre este aspecto especifico,
no tiene ninguna relació n con la responsabilidad de la entidad bancaria en el resguardo de los
fondos de sus clientes, sino que, má s bien, lo que se imputa y logró probarse, fue el grave
descuido y falta de control respecto de la entrega de un chip telefó nico con el cual se tenía
acceso al nú mero del querellante, respecto de lo cual el recurrente nada refiere,
reafirmá ndose con ello la impresió n de este Tribunal de Alzada, en cuanto a mantener afirme
la condena infraccional.
EN CUANTO A LA DEMANDA CIVIL
QUINTO: Teniendo en consideració n lo precedentemente expuesto, no se puede perder de
vista que el legislador también requiere o impone al consumidor cumplir con ciertos cuidados
y tomar los resguardos debidos para impedir un mal uso en relació n a los productos
contratados, tal como lo dispone el artículo 3° letra d) de la Ley 19.496, el cual prescribe:
"Artículo 3º.- Son derechos y deberes bá sicos del consumidor: d) La seguridad en el consumo
de bienes o servicios, la protecció n de la salud y el medio ambiente y el deber de evitar los
riesgos que puedan afectarles". En ese orden de ideas, en el caso sub iudice se ha podido
constar que ello no sucedió , entendiendo este Tribunal de Alzada que la causa basal de los
hechos que nos convocan, resulta ser precisamente el actuar descuidado y negligente del
actor de autos, quien por su propio voluntad y en forma crédula, a pesar de todas las
campañ as publicitarias y comunicacionales que se han desplegado en este sentido, introdujo
sus claves en sitio web que no correspondía al de su banco. En efecto, de no haber mediado la
conducta recién transcrita, la cual resulta íntegramente atribuible al propio demandante, no
se hubiera podido llevar a cabo los dos primeros pasos de la secuencia defraudatoria, siendo
absolutamente inocuo para estos efectos lo que hubiera sucedido con posterioridad por parte
de la querellada ENTEL.
SEXTO: Así las cosas, esta Corte ha arribado a la conclusió n que no corresponde dar lugar a la
demanda civil impetrada, por cuanto el perjuicio reclamado por el actor parte de la base de su
propia conducta descuidada e imprudente que posibilitó que terceros se hicieran con sus
claves bancarias, y en funció n de ello, si bien existe una conducta reprochable de parte de la
demandada ENTEL, ella por sí sola no resultaba suficiente para haber consumado la
defraudació n bancaria que le afectó , y en consecuencia, se negará lugar tanto al dañ o
emergente como al dañ o moral solicitado en la acció n impetrada.
SÉPTIMO: Finalmente, y a mayor abundamiento, es importante dejar constancia expresa en
esta sentencia que, por su parte, no se rindió prueba alguna en relació n al dañ o moral,
situació n que por sí sola impide acoger la acció n planteada en este sentido, pues a diferencia
de las consideraciones tenidas en vista por el sentenciador de primera instancia, lo cierto es
que las tendencias modernas del Derecho Civil en esta materia es que necesariamente se
requiere de prueba para su acreditació n, ello, principalmente, por uno de los principios
bá sicos en esta materia, cual es, la certidumbre del dañ o.
Sobre este punto, el reconocido tratadista nacional, don Enrique Barros Bourie, sostiene que
"la doctrina exige que el dañ o reparable sea cierto. El requisito de certidumbre hace
referencia a la materialidad del dañ o, a su realidad. La certidumbre del dañ o só lo puede
resultar de su prueba".
Luego, el mismo autor, complementando la idea anterior, refiere que "en principio, como todo
supuesto de hecho de la responsabilidad civil, el dañ o moral debe ser probado por quien lo

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alega" (Tratado de Responsabilidad Extracontractual. Editorial Jurídica de Chile. Reimpresió n
Primera Edició n. Enero 2007. Pá ginas 236 y 332) Es por ello, que en la especie tampoco
corresponde conceder una indemnizació n civil por dañ o moral ante la carencia probatoria
existente, lo cual lleva a que la acció n deducida a este respecto parte deba ser desestimada.”

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