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OM000034016010
SENTENCIA DEFINITIVA
En relación al expediente judicial número **********/**********, relativo
al juicio oral mercantil promovido por **********, en contra de **********,
**********.
II.- Estudio:
1.- Acción. Según los hechos constitutivos de demanda, la parte actora pretende
revertir las operaciones reclamadas a través de la acción de nulidad, bajo el argumento
de que se llevaron a cabo sin su autorización. Tiene aplicación por analogía la siguiente
tesis:
TARJETAS DE CRÉDITO. LOS CARGOS HECHOS POR LOS CONSUMOS REALIZADOS CON
ANTERIORIDAD AL AVISO DE ROBO O EXTRAVÍO SON IMPUGNABLES A TRAVÉS DE LA
ACCIÓN DE NULIDAD DEL PAGARÉ O VOUCHER, EN TÉRMINOS DE LA TESIS DE
JURISPRUDENCIA 1a./J. 11/2007. De conformidad con las Reglas a las que habrán de sujetarse
las Instituciones de Banca Múltiple y las Sociedades Financieras de Objeto Limitado en la Emisión
y Operación de las Tarjetas de Crédito, emitidas por el Banco de México y publicadas en el Diario
Oficial de la Federación del cuatro de agosto de dos mil cuatro, en particular la Vigésima Quinta,
en caso de robo o extravío de la tarjeta, una vez que la emisora reciba el aviso respectivo, deberá
bloquearla y sólo podrá efectuar cargos a la cuenta por operaciones celebradas con anterioridad,
lo cual, en principio, llevaría a considerar que las instituciones de crédito sólo serán responsables
de los cargos efectuados con posterioridad al referido aviso; sin embargo, esto no significa que los
cargos realizados por operaciones celebradas antes del mencionado reporte sean necesariamente
responsabilidad del tarjetahabiente. En estas circunstancias, si el titular de la cuenta no reconoce
como propios los cargos efectuados a la cuenta, o alguno de ellos, podrá objetarlos en términos de
lo que ha establecido esta Primera Sala al resolver la Contradicción de Tesis 119/2006-PS, de la
que derivó la tesis de jurisprudencia 1a./J. 11/2007 que lleva por rubro "NULIDAD ABSOLUTA.
PROCEDE CUANDO SE ALEGA LA FALSEDAD DE LA FIRMA IMPRESA EN UN PAGARÉ
(VOUCHER) SUSCRITO EN VIRTUD DE UNA COMPRA REALIZADA A TRAVÉS DE UNA
TARJETA DE CRÉDITO.", máxime cuando los consumos cuestionados se realizaron en las horas
o minutos previos al mencionado reporte. Esto es así, pues sin soslayar el hecho del aviso de robo
o extravío, debe tomarse en cuenta que las referidas reglas establecen que la emisora sólo podrá
cargar a la cuenta del titular el importe de los pagos de bienes, servicios, impuestos y demás
conceptos que realice por cuenta del tarjetahabiente, así como las disposiciones de efectivo,
cuando éste haya suscrito pagarés u otros documentos que sean aceptados por la emisora y se
hayan entregado al establecimiento respectivo o los haya autorizado y que cuando el titular no esté
de acuerdo con alguno de los cargos que aparezcan en el estado de cuenta, podrá objetarlo dentro
del plazo señalado por la emisora, el cual no podrá ser menor a noventa días contados a partir de
la fecha de corte. De esta manera, ante la objeción de algún cargo realizado con anterioridad al
reporte de robo o extravío, se podrá impugnar a través de la acción de nulidad del pagaré o voucher,
cuyo resultado dependerá de las pruebas periciales que al efecto se ofrezcan, pues al momento
de cotejar las firmas de los vouchers y someterlas a un peritaje, se podrá determinar si los
consumos cuestionados fueron realizados por el titular, caso en el que tendrá que responder por
ellos, o bien, por una persona diversa, supuesto en el que será la institución quien deba responder
por tales cargos.
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OM000034016010
Contradicción de tesis 144/2007-PS. Entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados Sexto y
Séptimo, ambos en Materia Civil del Primer Circuito. 4 de junio de 2008. Mayoría de cuatro votos.
Disidente: Olga María Sánchez Cordero de García Villegas. Ponente: José Ramón Cossío Díaz.
Secretario: Fernando A. Casasola Mendoza.
Tesis de jurisprudencia 67/2008. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión de
fecha veinticinco de junio de dos mil ocho.
Novena Época. Registro: 168411. Instancia: Primera Sala. Tipo de Tesis: Jurisprudencia. Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XXVIII, Noviembre de 2008. Materia(s):
Civil. Tesis: 1a./J. 67/2008. Página: 161.
Documental que merece pleno valor en juicio, en términos del numeral 100
de la Ley de Instituciones de Crédito.
específica para estos casos regula expresamente la acción de nulidad. Por ello, debe estarse a lo
dispuesto por el ordenamiento civil referido, que regula los efectos y las consecuencias de los actos
existentes pero viciados, como en la hipótesis referida. Además, aunque se declare la nulidad
absoluta de los pagarés suscritos por virtud de una compra realizada a través de una tarjeta de
crédito, ello no significa que quede intocada la conducta de la persona que falsificó la firma, pues,
por un lado, la relación contractual yace sólo entre el acreditante (banco) y el acreditado
(tarjetahabiente), con independencia de la relación que exista entre el acreditante y el
establecimiento afiliado de que se trate y, por el otro, la ley no impide que el afectado accione contra
quien resulte responsable a fin de que lo indemnice o le repare el daño ocasionado.
Contradicción de tesis 119/2006-PS. Entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados Tercero
y Noveno, ambos en Materia Civil del Primer Circuito. 10 de enero de 2007. Cinco votos. Ponente:
José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Fernando A. Casasola Mendoza.
Tesis de jurisprudencia 11/2007. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión de
fecha diecisiete de enero de dos mil siete.
Novena Época. Registro: 172731. Instancia: Primera Sala. Tipo de Tesis: Jurisprudencia. Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XXV, Abril de 2007. Materia(s): Civil. Tesis:
1a./J. 11/2007. Página: 143.
a) Las reglas distributivas de la carga de la prueba, inmersas en los artículos 1194, 1195
y 1196 del Código de Comercio, conforme a las cuales los hechos negativos indefinidos,
como la ausencia de voluntad o consentimiento, no están sujetos a prueba,
correspondiéndole el gravamen probatorio a quien afirme lo contrario; y
b) La posición del banco, que por ley debe conservar un registro de las operaciones y de
las autorizaciones efectuadas por sus clientes, según lo ordena el artículo 57 de la Ley
de Instituciones de Crédito, generando que sea el banco quien tenga mayores elementos
de prueba a su disposición.
Esa carga procesal obedece a que las instituciones bancarias prestadoras del
servicio se encuentran en una posición dominante con relación a sus clientes, además de
que, dada su obligación de garantizar la seguridad de las operaciones, son las encargadas
de la implementación de las medidas de seguridad pertinentes, por lo que son ellas
quienes cuentan con dispositivos y mecanismos que facilitan la aportación de pruebas. Es
aplicable la tesis jurisprudencial siguiente:
incumpliendo así su obligación de abstenerse de realizar retiros que sólo puede hacer la parte
depositante. Empero, debe considerarse que la transferencia de fondos se realiza en forma
electrónica, de tal suerte que es el sistema computacional del contribuyente el que se enlaza con
el sistema del banco, y en ambos sistemas informáticos quedan registradas las operaciones de
envío de la instrucción y recepción de la misma, lo que permite al cuentahabiente obtener un
comprobante de la operación, pero también el sistema de la institución bancaria registrará de
manera automática, como corresponde a los programas informáticos operados por computadoras,
la autorización, asignándole un número, con fecha, monto, origen y destino. Lo anterior, genera
que sea el banco quien tenga mayores elementos para acreditar no sólo la realización de las
operaciones de transferencias electrónicas de fondos, sino también las autorizaciones
correspondientes a cada una de ellas, ya que únicamente con base en la orden recibida por el
sistema informático de la institución de crédito se puede realizar el traspaso automatizado de
capitales. De hecho, en todas las operaciones de pagos a terceros, como proveedores de bienes y
servicios, realizadas por los cuentahabientes de las instituciones de crédito, es necesario que éstas
lleven un registro de las autorizaciones efectuadas por sus clientes, como prevé el artículo 57 de la
Ley de Instituciones de Crédito. Por ende, cuando el ordenante de la transferencia niega haber
dado una autorización al banco del cual es cuentahabiente para que se hiciera esa operación, y la
institución bancaria afirma que sí recibió la instrucción correspondiente, corresponde la carga
probatoria a esta última, tanto por ser quien conserva un registro de operaciones que, inclusive,
reflejará en los estados de cuenta que tiene que remitir a sus cuentahabientes, como por la
circunstancia de que así se desprende de la asignación de las cargas probatorias en cuanto a las
afirmaciones y negaciones de hechos establecida en los artículos 1194 y 1195 del Código de
Comercio. Así, por regla general, la carga de la prueba sobre la existencia de la autorización para
efectuar una transferencia electrónica de fondos corresponde a la institución bancaria, sin embargo,
cuando el cuentahabiente afirma que el banco duplicó el traspaso por un error atribuible al mismo,
a pesar de existir el registro de dos autorizaciones distintas, toca al propio cuentahabiente
demostrar que fue el banco quien se apartó de la forma de operar un pago a terceros, y en particular
una transferencia electrónica, para lo cual podrá exigir no sólo la aportación de los registros del
banco sino, inclusive, ofrecer la prueba pericial en informática, entre otros medios de comprobación
a su alcance.
Novena Época. Registro: 176621. Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito, Tipo de Tesis:
Aislada. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XXII, Noviembre de 2005.
Materia(s): Civil. Tesis: I.3o.C.518 C. Página: 940.
Artículo 89.- Las disposiciones de este Título regirán en toda la República Mexicana en asuntos
del orden comercial, sin perjuicio de lo dispuesto en los tratados internacionales de los que México
sea parte.
Las actividades reguladas por este Título se someterán en su interpretación y aplicación a los
principios de neutralidad tecnológica, autonomía de la voluntad, compatibilidad internacional y
equivalencia funcional del Mensaje de Datos en relación con la información documentada en
medios no electrónicos y de la Firma Electrónica en relación con la firma autógrafa.
En los actos de comercio y en la formación de los mismos podrán emplearse los medios
electrónicos, ópticos o cualquier otra tecnología. Para efecto del presente Código, se deberán tomar
en cuenta las siguientes definiciones:
Certificado: Todo Mensaje de Datos u otro registro que confirme el vínculo entre un Firmante y los
datos de creación de Firma Electrónica.
Datos de Creación de Firma Electrónica: Son los datos únicos, como códigos o claves criptográficas
privadas, que el Firmante genera de manera secreta y utiliza para crear su Firma Electrónica, a fin
de lograr el vínculo entre dicha Firma Electrónica y el Firmante.
Destinatario: La persona designada por el Emisor para recibir el Mensaje de Datos, pero que no
esté actuando a título de Intermediario con respecto a dicho Mensaje.
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Emisor: Toda persona que, al tenor del Mensaje de Datos, haya actuado a nombre propio o en cuyo
nombre se haya enviado o generado ese mensaje antes de ser archivado, si éste es el caso, pero
que no haya actuado a título de Intermediario.
Firma Electrónica Avanzada o Fiable: Aquella Firma Electrónica que cumpla con los requisitos
contemplados en las fracciones I a IV del artículo 97.
En aquellas disposiciones que se refieran a Firma Digital, se considerará a ésta como una especie
de la Firma Electrónica.
Firmante: La persona que posee los datos de la creación de la firma y que actúa en nombre propio
o de la persona a la que representa.
Intermediario: En relación con un determinado Mensaje de Datos, se entenderá toda persona que,
actuando por cuenta de otra, envíe, reciba o archive dicho Mensaje o preste algún otro servicio con
respecto a él.
Mensaje de Datos: La información generada, enviada, recibida o archivada por medios electrónicos,
ópticos o cualquier otra tecnología.
Parte que Confía: La persona que, siendo o no el Destinatario, actúa sobre la base de un Certificado
o de una Firma Electrónica.
Sello Digital de Tiempo: El registro que prueba que un dato existía antes de la fecha y hora de
emisión del citado Sello, en los términos que se establezca en la norma oficial mexicana sobre
digitalización y conservación de mensajes de datos que para tal efecto emita la Secretaría.
Sistema de Información: Se entenderá todo sistema utilizado para generar, enviar, recibir, archivar
o procesar de alguna otra forma Mensajes de Datos.
Titular del Certificado: Se entenderá a la persona a cuyo favor fue expedido el Certificado.
Artículo 90.- Se presumirá que un Mensaje de Datos proviene del Emisor si ha sido enviado:
II. Usando medios de identificación, tales como claves o contraseñas del Emisor o por alguna
persona facultada para actuar en nombre del Emisor respecto a ese Mensaje de Datos, o
III. Por un Sistema de Información programado por el Emisor o en su nombre para que opere
automáticamente.
Artículo 90 Bis.- Se presume que un Mensaje de Datos ha sido enviado por el Emisor y, por lo
tanto, el Destinatario o la Parte que Confía, en su caso, podrá actuar en consecuencia, cuando:
II. El Mensaje de Datos que reciba el Destinatario o la Parte que Confía, resulte de los
actos de un Intermediario que le haya dado acceso a algún método utilizado por el
Emisor para identificar un Mensaje de Datos como propio.
I. A partir del momento en que el Destinatario o la Parte que Confía, haya sido informado
por el Emisor de que el Mensaje de Datos no provenía de éste, y haya dispuesto de un
plazo razonable para actuar en consecuencia, o
II. A partir del momento en que el Destinatario o la Parte que Confía, tenga conocimiento,
o debiere tenerlo, de haber actuado con la debida diligencia o aplicado algún método
convenido, que el Mensaje de Datos no provenía del Emisor.
Salvo prueba en contrario y sin perjuicio del uso de cualquier otro método de verificación de la
identidad del Emisor, se presumirá que se actuó con la debida diligencia si el método que usó el
Destinatario o la Parte que Confía cumple con los requisitos establecidos en este Código para la
verificación de la fiabilidad de las Firmas Electrónicas. Cuando se acuerde el uso de
comunicaciones electrónicas certificadas, éstas deberán realizarse conforme a los requisitos
previstos en la Norma Oficial Mexicana a que se refiere el artículo 49 del Código de Comercio.
Así mismo, sobre el tema del registro de operaciones bancarias realizadas con
el uso de un medio de seguridad equivalente a la firma electrónica, los artículos 310, 316
Bis y 316 Bis 15 de las Disposiciones de Carácter General Aplicables a las Instituciones
de Crédito, disponen lo siguiente:
Artículo 310.- Las Instituciones deberán utilizar Factores de Autenticación para verificar la
identidad de sus Usuarios y la facultad de estos para realizar operaciones a través del servicio de
Banca Electrónica. […]
Artículo 316 Bis.- Las Instituciones deberán establecer mecanismos y procedimientos para que
los servicios de Banca Electrónica generen los comprobantes correspondientes respecto de las
operaciones y servicios realizados por sus Usuarios a través de dichos servicios de Banca
Electrónica.
Artículo 316 Bis 15.- Las Instituciones deberán generar registros, bitácoras, huellas de auditoría
de las operaciones y servicios bancarios realizados a través de Medios Electrónicos y, en el caso
de Banca Telefónica Voz a Voz, adicionalmente grabaciones de los procesos de contratación,
activación, desactivación, modificación de condiciones y suspensión del uso del servicio de Banca
Electrónica, debiendo observar lo siguiente:
Las bitácoras, incluyendo las grabaciones de llamadas de Banca Telefónica Voz a Voz, deberán
ser almacenadas de forma segura por un periodo mínimo de ciento ochenta días naturales y
contemplar mecanismos para evitar su alteración, así como mantener procedimientos de control
interno para su acceso y disponibilidad.
Las bitácoras a que se refiere la presente fracción, deberán ser revisadas por las Instituciones en
forma periódica y en caso de detectarse algún evento inusual, deberá reportarse a los Comités de
Auditoría y de Riesgos, conforme se establece en el último párrafo del Artículo 316 Bis 19 de las
presentes disposiciones.
II. Deberán contar con mecanismos para que la información de los registros de las bitácoras en los
diferentes equipos críticos de cómputo y telecomunicaciones utilizados en las operaciones de
Banca Electrónica sea consistente.
La información a que se refiere el presente Artículo deberá ser proporcionada a los Usuarios que
así lo requieran expresamente a la Institución mediante sus canales de atención al cliente, en un
plazo que no exceda de diez días hábiles, siempre que se trate de operaciones realizadas en las
propias cuentas de los Usuarios durante los ciento ochenta días naturales previos al requerimiento
de la información de que se trate. En caso de grabaciones de voz no se entregará copia de la
grabación, solo se permitirá su audición, debiendo proporcionar una transcripción de la misma si
es requerida por el Usuario.
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Así mismo, que las instituciones deberán utilizar factores de autenticación para
verificar la identidad de sus usuarios y la facultad de éstos para realizar operaciones a
través del servicio de banca electrónica.
Por último, que las instituciones deben generar los comprobantes respectivos, en
especial aquellos registros, bitácoras o demás documentos en donde se registre cuando
menos la información siguiente:
a) Los accesos a los medios electrónicos y las operaciones o servicios realizados por sus
usuarios, así como el acceso a dicha información por las personas expresamente
autorizadas por la institución, incluyendo las consultas efectuadas.
b) La fecha y hora, número de cuenta origen y cuenta destino y demás información que
permita identificar el mayor número de elementos involucrados en el acceso y operación
en los medios electrónicos.
c) Los datos de identificación del dispositivo de acceso utilizado por el usuario para
realizar la operación de que se trate.
d) En el caso de Banca por Internet, deberán registrarse las direcciones de los protocolos
de Internet o similares, y para los servicios de Banca Electrónica en los que se utilicen
Teléfonos Móviles o fijos, deberá registrarse el número de la línea del teléfono en el caso
de que esté disponible.
Posteriormente, aportar las pruebas idóneas para corroborar que los datos
asentados en los registros o bitácoras efectivamente representan la utilización por el
cliente de los factores, incluyendo los certificados digitales que lo avalen como el creador
de la firma electrónica en cuestión. Es aplicable la siguiente tesis jurisprudencial:
procedimientos para que los servicios de banca electrónica generen los comprobantes
correspondientes, respecto de las operaciones y servicios realizados por sus usuarios; y, d) las
instituciones bancarias deberán generar registros, bitácoras y huellas de auditoría de las
operaciones y servicios bancarios realizados por medios electrónicos, debiendo registrarse en las
bitácoras, entre otras cosas, los accesos a los medios electrónicos y las operaciones o servicios
realizados por sus usuarios. Por otra parte, los incisos a) y b) del artículo 2 de las reglas de la Ley
Modelo de la CNUDMI (Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional)
establecen que se entenderá por "firma electrónica", los datos en forma electrónica consignados
en un mensaje de datos, o adjuntados o lógicamente asociados a él, que puedan ser utilizados
para identificar al firmante en relación con el mensaje de datos e indicar que el firmante aprueba la
información recogida en el mensaje de datos, y por "certificado", todo mensaje de datos u otro
registro que confirme el vínculo entre un firmante y los datos de creación de la firma. En términos
análogos, el artículo 89 del Código de Comercio [contenido en el capítulo I (De los mensajes de
datos), título segundo (Del comercio electrónico), del libro segundo (Del comercio en general)],
define al "certificado" como todo mensaje de datos u otro registro que confirme el vínculo entre un
firmante y los datos de creación de firma electrónica; asimismo, señala que se entenderá por
"prestador de servicios de certificación", la persona o institución pública que preste servicios
relacionados con firmas electrónicas, expida los certificados o preste servicios relacionados como
la conservación de mensajes de datos, el sellado digital de tiempo y la digitalización de documentos
impresos, en los términos que se establezca en la Norma Oficial Mexicana sobre digitalización y
conservación de mensajes de datos que para tal efecto emita la Secretaría de Economía. Así, de
una interpretación sistemática de los anteriores preceptos se concluye que para que la institución
financiera demandada agote la carga que le asiste, de probar que las transferencias electrónicas
impugnadas fueron autorizadas por el usuario actor, debe exhibir los certificados digitales que
avalen el uso de la firma electrónica de éste; siendo insuficientes para ese efecto las impresiones
de pantalla denominadas "consulta específica de transacción", de las cuales se advierta la
información general de las operaciones y sus números de autorización respectivos, pues estas
documentales carecen de los elementos necesarios para autenticar los mensajes de datos
comunicados e identificar a las partes en la utilización de medios electrónicos. TERCER TRIBUNAL
COLEGIADO EN MATERIAS CIVIL Y DE TRABAJO DEL QUINTO CIRCUITO. Amparo directo
85/2018. Luis Nava Salmerón. 24 de mayo de 2018. Unanimidad de votos. Ponente: José Manuel
Blanco Quihuis. Secretario: Germán Gutiérrez León.
Además de comprobar que en todo ese proceso los sistemas del banco eran
confiables y seguros.
En esa tesitura, se tiene que en la especie, la parte reo incumplió con el gravamen
procesal a su cargo, puesto que no existe prueba suficiente de su parte que demuestre que
la autorización de las operaciones impugnadas proviene del titular de la cuenta, ahora
accionante.
• Solicitud de contratación
• Solicitud única de captación, crédito y banca electrónica
• Constancia de de solicitud de clave de activación
• Constancia de prestación de servicio
• Acuse de recibo (Netkey)
• Comprobante electrónico de pago
• Estado de cuenta
• Bitácora
• Movimientos por contrato
• Notificaciones **********
• Solicitud de aclaración
• Reclamación **********
realizó las operaciones fue el cliente y no un tercero, puesto que, además de ello debía
demostrar que los procedimientos de identificación utilizados durante la transacción
cumplieron con los requisitos previstos para la verificación de la fiabilidad de las firmas
electrónicos, esto es, que los datos de creación del mensaje en el contexto en que se
utilizaron, sí correspondían exclusivamente al emisor, sin que el sistema en sí mismo haya
sido alterado por algún agente externo y, sólo hasta que la institución bancaria acreditara
que no se había vulnerado el sistema durante la transacción y que se tomaron las medidas
de seguridad necesarias, entonces la carga de la prueba podría revertirse al usuario quien,
en su caso, tendría el deber de desvirtuar lo aportado por aquella.
Sin embargo, en la especie, dicho gravamen procesal no fue observado por la parte
demandada, puesto que, no ofreció la prueba pericial en informática respectiva, ni ninguna
otra prueba adicional a lo antes analizado.
Lo anterior es así, toda vez las premisas de las cuales el reo basa su defensa ya
quedaron superados con el estudio realizado en el apartado anterior, en donde se
estableció que la parte demandada no cumplió con su deber de demostrar que en las
operaciones cuya nulidad se reclaman hayan sido utilizados por el actor los factores de
autenticación para la operación impugnada.
el banco debe responder del reclamo enderezado en su contra, por el carácter que le
asiste de prestadora de servicios bancarios, por virtud de dicho contrato.
Así es, no puede olvidarse que, desde el momento en que la nulidad de los cargos
solicitada, tiene su base en el argumento de no haberlos autorizado, debe precisarse
además que, deviene irrelevante el pacto de responsabilidad consignado en el clausulado
del contrato, pues de ser así, caeríamos en el absurdo de dejar sin posibilidad al usuario,
de combatir operaciones.
Y si bien, pudiera sostenerse que la relación entre las instituciones de crédito y los
titulares de una cuenta de depósito se rige por el contrato respectivo, lo que podría parecer
que, en principio, las partes deben estar a lo pactado en dicho contrato, como lo alega la
parte demandada.
Por tanto, pese al pacto establecido por las partes en el contrato de depósito
sobre el tema de las responsabilidades del cliente y del banco, ello no significa que
los cargos realizados por operaciones celebradas sean necesariamente responsabilidad
del tarjetahabiente.
En efecto, así lo ha sostenido por nuestro máximo tribunal del País, mediante la
Jurisprudencia 67/2008, la cual resulta de aplicación obligatoria para esta autoridad, en
términos del numeral 217 de la Ley de Amparo, en el sentido de que, el hecho de que se
haya pactado en el contrato que los cargos efectuados con anterioridad al aviso del robo
o extravío serían responsabilidad del cliente, ello no significaba que los cargos realizados
por operaciones celebradas antes del mencionado reporte fueran necesariamente
responsabilidad del tarjetahabiente, puesto que, el reporte de robo sólo establece el
momento preciso a partir del cual, indefectiblemente, los cargos que se realicen por el uso
de la tarjeta serán responsabilidad del propio banco o institución de crédito, por tanto, ante
la objeción de algún cargo realizado con anterioridad al reporte de robo o extravío, el
cliente podría impugnar a través de la acción de nulidad del voucher, cuyo resultado
dependerá de las pruebas que al efecto se ofrezcan. Tesis que lleva por rubro: TARJETAS
DE CRÉDITO. LOS CARGOS HECHOS POR LOS CONSUMOS REALIZADOS CON ANTERIORIDAD
AL AVISO DE ROBO O EXTRAVÍO SON IMPUGNABLES A TRAVÉS DE LA ACCIÓN DE NULIDAD DEL
PAGARÉ O VOUCHER, EN TÉRMINOS DE LA TESIS DE JURISPRUDENCIA 1a./J. 11/2007.
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Artículo 362.- Los deudores que demoren el pago de sus deudas, deberán satisfacer,
desde el día siguiente al del vencimiento, el interés pactado para este caso, o en su
defecto el seis por ciento anual.
Criterio jurídico: La Primera Sala resolvió que cuando el titular de una cuenta de depósito
de dinero denuncie retiros no autorizados mediante el uso de tarjeta de débito, la
institución bancaria debe retribuir las cantidades retiradas y, en caso de no hacerlo, pagar
intereses ordinarios y moratorios por el retraso en que incurra a razón del 6%; pues en el
contrato de depósito de dinero el depositario tiene un deber de cuidado sobre el dinero
que le entrega el depositante.
Justificación: Del análisis sistemático a los artículos 267, 271, 272 y 273 de la Ley General
de Títulos y Operaciones de Crédito; 332, 333, 334, 335 y 338 del Código de Comercio,
46, 48, fracción I, y 48 Bis 2 de la Ley de Instituciones de Crédito y demás aplicables en
materia bancaria, tratándose de cargos no reconocidos efectuados con tarjeta de débito,
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5.- Gastos y costas. El artículo 1082 del Código de Comercio, establece que
cada parte será inmediatamente responsable de las costas que originen las diligencias
que promueva, y que, en caso de condenación en costas, la parte condenada indemnizará
a la otra de todas las que se le hubieren causado; mientras que el diverso artículo 1084
del mismo ordenamiento preceptúa que la condenación de costas se hará cuando así lo
prevenga la ley, o cuando a juicio del Juez se haya procedido con temeridad o mala fe.
Pues bien, este tribunal considera que no se actualiza ninguna de las hipótesis para
condenar por ministerio de ley, pues la parte demandada sí ofreció pruebas para tratar de
justificar sus excepciones; no presentó documentos o testigos falsos; aunque se le está
condenando, no es en juicio ejecutivo o en segunda instancia; las excepciones opuestas,
aunque resultaron infundadas, sí eran las adecuadas de acuerdo a la litis; además de que
no se justificó dolo o mala fe de su parte.
6.- Cada parte deberá soportar los gastos y costas que hubieren erogado con
motivo de la tramitación del presente juicio.
Este documento constituye una versión pública de su original. En consecuencia, se suprimió toda aquella información
considerada legalmente como confidencial, en virtud de encuadrar en los supuestos normativos previstos en el artículo 3
de la Ley General de Protección de Datos Personales en Posesión de Sujetos Obligados y en los artículos 3 y 141 de la Ley de
Transparencia y Acceso a la Información Pública del Estado de Nuevo León.