Está en la página 1de 14

*OM000034016010*

OM000034016010

JUICIOS EN ESTADO DE SENTENCIA Y SENTENCIADOS

SE DICTA SENTENCIA DEFINITIVA

SENTENCIA DEFINITIVA
En relación al expediente judicial número **********/**********, relativo
al juicio oral mercantil promovido por **********, en contra de **********,
**********.

Monterrey, Nuevo León a **********de **********de **********.-

I.- Planteamiento del caso:

1.- Demanda. La parte actora le reclama al banco demandado la nulidad de una


transferencia electrónica, registradas el día 11 once de noviembre de 2022 dos mil
veintidós, con cargo a su cuenta de débito número **********, por la cantidades de
$263,788.59 (doscientos sesenta y tres mil setecientos ochenta y ocho pesos 59/100
moneda nacional), bajo el argumento de que no fue autorizada ni consentida por el
demandante.

2.- Contestación. La institución bancaria demandada, a través de su


representante legal, compareció a producir su contestación, oponiendo las excepciones y
defensas de su intención, en donde en términos generales señala que fue el actor quien
realizó la transferencia por medio de operaciones electrónicas, a través de las claves y
códigos confidenciales y que fue registrada como un proceso normal.

II.- Estudio:

1.- Acción. Según los hechos constitutivos de demanda, la parte actora pretende
revertir las operaciones reclamadas a través de la acción de nulidad, bajo el argumento
de que se llevaron a cabo sin su autorización. Tiene aplicación por analogía la siguiente
tesis:

TARJETAS DE CRÉDITO. LOS CARGOS HECHOS POR LOS CONSUMOS REALIZADOS CON
ANTERIORIDAD AL AVISO DE ROBO O EXTRAVÍO SON IMPUGNABLES A TRAVÉS DE LA
ACCIÓN DE NULIDAD DEL PAGARÉ O VOUCHER, EN TÉRMINOS DE LA TESIS DE
JURISPRUDENCIA 1a./J. 11/2007. De conformidad con las Reglas a las que habrán de sujetarse
las Instituciones de Banca Múltiple y las Sociedades Financieras de Objeto Limitado en la Emisión
y Operación de las Tarjetas de Crédito, emitidas por el Banco de México y publicadas en el Diario
Oficial de la Federación del cuatro de agosto de dos mil cuatro, en particular la Vigésima Quinta,
en caso de robo o extravío de la tarjeta, una vez que la emisora reciba el aviso respectivo, deberá
bloquearla y sólo podrá efectuar cargos a la cuenta por operaciones celebradas con anterioridad,
lo cual, en principio, llevaría a considerar que las instituciones de crédito sólo serán responsables
de los cargos efectuados con posterioridad al referido aviso; sin embargo, esto no significa que los
cargos realizados por operaciones celebradas antes del mencionado reporte sean necesariamente
responsabilidad del tarjetahabiente. En estas circunstancias, si el titular de la cuenta no reconoce
como propios los cargos efectuados a la cuenta, o alguno de ellos, podrá objetarlos en términos de
lo que ha establecido esta Primera Sala al resolver la Contradicción de Tesis 119/2006-PS, de la
que derivó la tesis de jurisprudencia 1a./J. 11/2007 que lleva por rubro "NULIDAD ABSOLUTA.
PROCEDE CUANDO SE ALEGA LA FALSEDAD DE LA FIRMA IMPRESA EN UN PAGARÉ
(VOUCHER) SUSCRITO EN VIRTUD DE UNA COMPRA REALIZADA A TRAVÉS DE UNA
TARJETA DE CRÉDITO.", máxime cuando los consumos cuestionados se realizaron en las horas
o minutos previos al mencionado reporte. Esto es así, pues sin soslayar el hecho del aviso de robo
o extravío, debe tomarse en cuenta que las referidas reglas establecen que la emisora sólo podrá
cargar a la cuenta del titular el importe de los pagos de bienes, servicios, impuestos y demás
conceptos que realice por cuenta del tarjetahabiente, así como las disposiciones de efectivo,
cuando éste haya suscrito pagarés u otros documentos que sean aceptados por la emisora y se
hayan entregado al establecimiento respectivo o los haya autorizado y que cuando el titular no esté
de acuerdo con alguno de los cargos que aparezcan en el estado de cuenta, podrá objetarlo dentro
del plazo señalado por la emisora, el cual no podrá ser menor a noventa días contados a partir de
la fecha de corte. De esta manera, ante la objeción de algún cargo realizado con anterioridad al
reporte de robo o extravío, se podrá impugnar a través de la acción de nulidad del pagaré o voucher,
cuyo resultado dependerá de las pruebas periciales que al efecto se ofrezcan, pues al momento
de cotejar las firmas de los vouchers y someterlas a un peritaje, se podrá determinar si los
consumos cuestionados fueron realizados por el titular, caso en el que tendrá que responder por
ellos, o bien, por una persona diversa, supuesto en el que será la institución quien deba responder
por tales cargos.
*OM000034016010*
OM000034016010

JUICIOS EN ESTADO DE SENTENCIA Y SENTENCIADOS

SE DICTA SENTENCIA DEFINITIVA

Contradicción de tesis 144/2007-PS. Entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados Sexto y
Séptimo, ambos en Materia Civil del Primer Circuito. 4 de junio de 2008. Mayoría de cuatro votos.
Disidente: Olga María Sánchez Cordero de García Villegas. Ponente: José Ramón Cossío Díaz.
Secretario: Fernando A. Casasola Mendoza.

Tesis de jurisprudencia 67/2008. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión de
fecha veinticinco de junio de dos mil ocho.

Novena Época. Registro: 168411. Instancia: Primera Sala. Tipo de Tesis: Jurisprudencia. Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XXVIII, Noviembre de 2008. Materia(s):
Civil. Tesis: 1a./J. 67/2008. Página: 161.

En ese tenor, para estar en aptitud de decretar la procedencia de la acción, en


sujeción a las reglas de la carga de la prueba, inmersas en los artículos 1194, 1195 y 1196
del Código de Comercio, se deben justificar los siguientes elementos:

1. La relación contractual bancaria que dio origen a la cuenta señalada.


2. La existencia material de las operaciones reclamadas.
3. Que tales movimientos se realizaron sin el consentimiento o autorización de la parte
actora.

En cuanto al primer y segundo de los elementos de la acción, se encuentran


debidamente acreditados, toda vez que en la audiencia preliminar establecieron como
hecho no controvertido lo siguiente:

• La existencia de la relación contractual



Lo anterior al tenor del artículo 1390 bis 36 del Código de Comercio.

Ahora bien, en relación al segundo elemento de la acción, se encuentra


debidamente acreditado, pues a través de los escritos de demanda y contestación que
conformaron la litis, además de que las partes reconocieron el vínculo contractual que los
une, reconocieron la existencia material del cargo cuya nulidad se exige por medio del
presente proceso, de conformidad con el numeral 1287 y 1327 del Código de Comercio.

Amén de que, la existencia de la operación reclamada, se tienen por


justificada además, en virtud de que, para tal efecto, la parte demandada allegó
estado de cuenta bancario, expedido por ésta, respecto de la cuenta bancaria en
Litis y del que se advierten el cargo no reconocidos.

Documental que merece pleno valor en juicio, en términos del numeral 100
de la Ley de Instituciones de Crédito.

Por último, lo que queda pendiente de analizar, como tercer elemento, es lo


relativo a la ausencia de voluntad o consentimiento de la parte actora para la realización
de las operaciones electrónicas, conforme a los artículos 8, 1794, 2224, 2225 y 2226
del Código Civil Federal, supletorio de la legislación mercantil, los cuales contemplan
al consentimiento como un elemento esencial para la existencia del acto jurídico y que,
ante la ausencia del mismo, el acto no produce efecto legal alguno. Es aplicable por
analogía la siguiente tesis jurisprudencial:

NULIDAD ABSOLUTA. PROCEDE CUANDO SE ALEGA LA FALSEDAD DE LA FIRMA


IMPRESA EN UN PAGARÉ (VOUCHER) SUSCRITO EN VIRTUD DE UNA COMPRA
REALIZADA A TRAVÉS DE UNA TARJETA DE CRÉDITO. Cuando se reclama a las instituciones
de crédito la cancelación de los cargos a una tarjeta de crédito, por la falsedad de la firma asentada
en los pagarés recibidos "salvo buen cobro" por los establecimientos afiliados (vouchers), procede
la acción de nulidad absoluta prevista en el artículo 2225 del Código Civil Federal. Ello es así,
porque si bien es cierto que las resoluciones de los juzgadores deben guiarse por el principio de
especialidad de la ley, se advierte que ni la legislación mercantil en general ni alguna otra norma
*OM000034016010*
OM000034016010

JUICIOS EN ESTADO DE SENTENCIA Y SENTENCIADOS

SE DICTA SENTENCIA DEFINITIVA

específica para estos casos regula expresamente la acción de nulidad. Por ello, debe estarse a lo
dispuesto por el ordenamiento civil referido, que regula los efectos y las consecuencias de los actos
existentes pero viciados, como en la hipótesis referida. Además, aunque se declare la nulidad
absoluta de los pagarés suscritos por virtud de una compra realizada a través de una tarjeta de
crédito, ello no significa que quede intocada la conducta de la persona que falsificó la firma, pues,
por un lado, la relación contractual yace sólo entre el acreditante (banco) y el acreditado
(tarjetahabiente), con independencia de la relación que exista entre el acreditante y el
establecimiento afiliado de que se trate y, por el otro, la ley no impide que el afectado accione contra
quien resulte responsable a fin de que lo indemnice o le repare el daño ocasionado.

Contradicción de tesis 119/2006-PS. Entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados Tercero
y Noveno, ambos en Materia Civil del Primer Circuito. 10 de enero de 2007. Cinco votos. Ponente:
José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Fernando A. Casasola Mendoza.

Tesis de jurisprudencia 11/2007. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión de
fecha diecisiete de enero de dos mil siete.

Novena Época. Registro: 172731. Instancia: Primera Sala. Tipo de Tesis: Jurisprudencia. Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XXV, Abril de 2007. Materia(s): Civil. Tesis:
1a./J. 11/2007. Página: 143.

Sobre el particular, se deben ponderar las siguientes circunstancias:

a) Las reglas distributivas de la carga de la prueba, inmersas en los artículos 1194, 1195
y 1196 del Código de Comercio, conforme a las cuales los hechos negativos indefinidos,
como la ausencia de voluntad o consentimiento, no están sujetos a prueba,
correspondiéndole el gravamen probatorio a quien afirme lo contrario; y

b) La posición del banco, que por ley debe conservar un registro de las operaciones y de
las autorizaciones efectuadas por sus clientes, según lo ordena el artículo 57 de la Ley
de Instituciones de Crédito, generando que sea el banco quien tenga mayores elementos
de prueba a su disposición.

Conforme a ese marco, ante la negativa de la parte actora de haber autorizado


las transferencias electrónicas reclamadas, surge un gravamen procesal a cargo del
banco de demostrar que aquella efectivamente emitió su consentimiento a través de los
medios o mecanismos inherentes al servicio bancario presuntamente utilizado y que los
respectivos sistemas del banco eran confiables y seguros, y sólo entonces se revertiría la
carga de la prueba al cliente, quien quedaría obligado a desvirtuar la fiabilidad de los
sistemas del banco.

Esa carga procesal obedece a que las instituciones bancarias prestadoras del
servicio se encuentran en una posición dominante con relación a sus clientes, además de
que, dada su obligación de garantizar la seguridad de las operaciones, son las encargadas
de la implementación de las medidas de seguridad pertinentes, por lo que son ellas
quienes cuentan con dispositivos y mecanismos que facilitan la aportación de pruebas. Es
aplicable la tesis jurisprudencial siguiente:

TRANSFERENCIA ELECTRÓNICA DE FONDOS. CARGA DE LA PRUEBA SOBRE LA


AUTORIZACIÓN DE OPERACIONES. La transferencia electrónica es un instrumento de pago
mediante el movimiento de fondos consistente en el cargo que recibe la cuenta del ordenante y el
abono que se produce en la cuenta del beneficiario. En la utilización de ese medio de pago, es
necesaria la intervención de uno o varios bancos, según se trate de una operación entre cuentas
de una misma institución de banca múltiple o interbancaria, de tal suerte que los bancos actuarán
como expedidores, intermediarios o receptores de los fondos, e incluso, con todas esas funciones
a la vez, para el supuesto de traspasos entre cuentahabientes de una misma entidad bancaria. Sin
embargo, para que los bancos actúen en esa cadena de relaciones, es indispensable que exista
un iniciador de tal secuencia, o sea, un cuentahabiente ordenante, y un destinatario final que
concluya el enlace de nexos, esto es, un cuentahabiente beneficiario. En efecto, las operaciones
de transferencia electrónica de fondos, entre ellas las destinadas para el pago de los impuestos
federales, son realizadas por los propios depositantes, a través de una institución crediticia, quien
a su vez utilizará el servicio prestado por la cámara de compensación respectiva en caso de
operaciones interbancarias. Dada esa particular mecánica, es menester acreditar, en caso de una
transferencia cuyo importe no se acepta como cargo a la cuenta de la parte ordenante de la
operación, que dicha operación fue realizada directamente por la institución de crédito,
*OM000034016010*
OM000034016010

JUICIOS EN ESTADO DE SENTENCIA Y SENTENCIADOS

SE DICTA SENTENCIA DEFINITIVA

incumpliendo así su obligación de abstenerse de realizar retiros que sólo puede hacer la parte
depositante. Empero, debe considerarse que la transferencia de fondos se realiza en forma
electrónica, de tal suerte que es el sistema computacional del contribuyente el que se enlaza con
el sistema del banco, y en ambos sistemas informáticos quedan registradas las operaciones de
envío de la instrucción y recepción de la misma, lo que permite al cuentahabiente obtener un
comprobante de la operación, pero también el sistema de la institución bancaria registrará de
manera automática, como corresponde a los programas informáticos operados por computadoras,
la autorización, asignándole un número, con fecha, monto, origen y destino. Lo anterior, genera
que sea el banco quien tenga mayores elementos para acreditar no sólo la realización de las
operaciones de transferencias electrónicas de fondos, sino también las autorizaciones
correspondientes a cada una de ellas, ya que únicamente con base en la orden recibida por el
sistema informático de la institución de crédito se puede realizar el traspaso automatizado de
capitales. De hecho, en todas las operaciones de pagos a terceros, como proveedores de bienes y
servicios, realizadas por los cuentahabientes de las instituciones de crédito, es necesario que éstas
lleven un registro de las autorizaciones efectuadas por sus clientes, como prevé el artículo 57 de la
Ley de Instituciones de Crédito. Por ende, cuando el ordenante de la transferencia niega haber
dado una autorización al banco del cual es cuentahabiente para que se hiciera esa operación, y la
institución bancaria afirma que sí recibió la instrucción correspondiente, corresponde la carga
probatoria a esta última, tanto por ser quien conserva un registro de operaciones que, inclusive,
reflejará en los estados de cuenta que tiene que remitir a sus cuentahabientes, como por la
circunstancia de que así se desprende de la asignación de las cargas probatorias en cuanto a las
afirmaciones y negaciones de hechos establecida en los artículos 1194 y 1195 del Código de
Comercio. Así, por regla general, la carga de la prueba sobre la existencia de la autorización para
efectuar una transferencia electrónica de fondos corresponde a la institución bancaria, sin embargo,
cuando el cuentahabiente afirma que el banco duplicó el traspaso por un error atribuible al mismo,
a pesar de existir el registro de dos autorizaciones distintas, toca al propio cuentahabiente
demostrar que fue el banco quien se apartó de la forma de operar un pago a terceros, y en particular
una transferencia electrónica, para lo cual podrá exigir no sólo la aportación de los registros del
banco sino, inclusive, ofrecer la prueba pericial en informática, entre otros medios de comprobación
a su alcance.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Novena Época. Registro: 176621. Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito, Tipo de Tesis:
Aislada. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XXII, Noviembre de 2005.
Materia(s): Civil. Tesis: I.3o.C.518 C. Página: 940.

En relación a ese tema, según vimos, la postura de la institución bancaria es que


la operación fue realizada por el actor por medio del uso de claves y códigos confidenciales
de seguridad.

Al efecto, considerando que los citados mecanismos de seguridad


presuntamente utilizados son datos de identificación o factores de autentificación del
cliente equivalente a la firma electrónica, es menester ponderar lo dispuesto por los
numeral 89, 90 y 90 Bis del Código de Comercio, los cuales estatuyen:

Artículo 89.- Las disposiciones de este Título regirán en toda la República Mexicana en asuntos
del orden comercial, sin perjuicio de lo dispuesto en los tratados internacionales de los que México
sea parte.

Las actividades reguladas por este Título se someterán en su interpretación y aplicación a los
principios de neutralidad tecnológica, autonomía de la voluntad, compatibilidad internacional y
equivalencia funcional del Mensaje de Datos en relación con la información documentada en
medios no electrónicos y de la Firma Electrónica en relación con la firma autógrafa.

En los actos de comercio y en la formación de los mismos podrán emplearse los medios
electrónicos, ópticos o cualquier otra tecnología. Para efecto del presente Código, se deberán tomar
en cuenta las siguientes definiciones:

Certificado: Todo Mensaje de Datos u otro registro que confirme el vínculo entre un Firmante y los
datos de creación de Firma Electrónica.

Datos de Creación de Firma Electrónica: Son los datos únicos, como códigos o claves criptográficas
privadas, que el Firmante genera de manera secreta y utiliza para crear su Firma Electrónica, a fin
de lograr el vínculo entre dicha Firma Electrónica y el Firmante.

Destinatario: La persona designada por el Emisor para recibir el Mensaje de Datos, pero que no
esté actuando a título de Intermediario con respecto a dicho Mensaje.
*OM000034016010*
OM000034016010

JUICIOS EN ESTADO DE SENTENCIA Y SENTENCIADOS

SE DICTA SENTENCIA DEFINITIVA

Digitalización: Migración de documentos impresos a mensaje de datos, de acuerdo con lo dispuesto


en la norma oficial mexicana sobre digitalización y conservación de mensajes de datos que para tal
efecto emita la Secretaría.

Emisor: Toda persona que, al tenor del Mensaje de Datos, haya actuado a nombre propio o en cuyo
nombre se haya enviado o generado ese mensaje antes de ser archivado, si éste es el caso, pero
que no haya actuado a título de Intermediario.

Firma Electrónica: Los datos en forma electrónica consignados en un Mensaje de Datos, o


adjuntados o lógicamente asociados al mismo por cualquier tecnología, que son utilizados para
identificar al Firmante en relación con el Mensaje de Datos e indicar que el Firmante aprueba la
información contenida en el Mensaje de Datos, y que produce los mismos efectos jurídicos que la
firma autógrafa, siendo admisible como prueba en juicio.

Firma Electrónica Avanzada o Fiable: Aquella Firma Electrónica que cumpla con los requisitos
contemplados en las fracciones I a IV del artículo 97.

En aquellas disposiciones que se refieran a Firma Digital, se considerará a ésta como una especie
de la Firma Electrónica.

Firmante: La persona que posee los datos de la creación de la firma y que actúa en nombre propio
o de la persona a la que representa.

Intermediario: En relación con un determinado Mensaje de Datos, se entenderá toda persona que,
actuando por cuenta de otra, envíe, reciba o archive dicho Mensaje o preste algún otro servicio con
respecto a él.

Mensaje de Datos: La información generada, enviada, recibida o archivada por medios electrónicos,
ópticos o cualquier otra tecnología.

Parte que Confía: La persona que, siendo o no el Destinatario, actúa sobre la base de un Certificado
o de una Firma Electrónica.

Prestador de Servicios de Certificación: La persona o institución pública que preste servicios


relacionados con firmas electrónicas, expide los certificados o presta servicios relacionados como
la conservación de mensajes de datos, el sellado digital de tiempo y la digitalización de documentos
impresos, en los términos que se establezca en la norma oficial mexicana sobre digitalización y
conservación de mensajes de datos que para tal efecto emita la Secretaría.

Secretaría: Se entenderá la Secretaría de Economía.

Sello Digital de Tiempo: El registro que prueba que un dato existía antes de la fecha y hora de
emisión del citado Sello, en los términos que se establezca en la norma oficial mexicana sobre
digitalización y conservación de mensajes de datos que para tal efecto emita la Secretaría.

Sistema de Información: Se entenderá todo sistema utilizado para generar, enviar, recibir, archivar
o procesar de alguna otra forma Mensajes de Datos.

Titular del Certificado: Se entenderá a la persona a cuyo favor fue expedido el Certificado.

Artículo 90.- Se presumirá que un Mensaje de Datos proviene del Emisor si ha sido enviado:

I. Por el propio Emisor;

II. Usando medios de identificación, tales como claves o contraseñas del Emisor o por alguna
persona facultada para actuar en nombre del Emisor respecto a ese Mensaje de Datos, o

III. Por un Sistema de Información programado por el Emisor o en su nombre para que opere
automáticamente.

Artículo 90 Bis.- Se presume que un Mensaje de Datos ha sido enviado por el Emisor y, por lo
tanto, el Destinatario o la Parte que Confía, en su caso, podrá actuar en consecuencia, cuando:

I. Haya aplicado en forma adecuada el procedimiento acordado previamente con el


Emisor, con el fin de establecer que el Mensaje de Datos provenía efectivamente de
éste, o

II. El Mensaje de Datos que reciba el Destinatario o la Parte que Confía, resulte de los
actos de un Intermediario que le haya dado acceso a algún método utilizado por el
Emisor para identificar un Mensaje de Datos como propio.

Lo dispuesto en el presente artículo no se aplicará:


*OM000034016010*
OM000034016010

JUICIOS EN ESTADO DE SENTENCIA Y SENTENCIADOS

SE DICTA SENTENCIA DEFINITIVA

I. A partir del momento en que el Destinatario o la Parte que Confía, haya sido informado
por el Emisor de que el Mensaje de Datos no provenía de éste, y haya dispuesto de un
plazo razonable para actuar en consecuencia, o

II. A partir del momento en que el Destinatario o la Parte que Confía, tenga conocimiento,
o debiere tenerlo, de haber actuado con la debida diligencia o aplicado algún método
convenido, que el Mensaje de Datos no provenía del Emisor.

Salvo prueba en contrario y sin perjuicio del uso de cualquier otro método de verificación de la
identidad del Emisor, se presumirá que se actuó con la debida diligencia si el método que usó el
Destinatario o la Parte que Confía cumple con los requisitos establecidos en este Código para la
verificación de la fiabilidad de las Firmas Electrónicas. Cuando se acuerde el uso de
comunicaciones electrónicas certificadas, éstas deberán realizarse conforme a los requisitos
previstos en la Norma Oficial Mexicana a que se refiere el artículo 49 del Código de Comercio.

Así mismo, sobre el tema del registro de operaciones bancarias realizadas con
el uso de un medio de seguridad equivalente a la firma electrónica, los artículos 310, 316
Bis y 316 Bis 15 de las Disposiciones de Carácter General Aplicables a las Instituciones
de Crédito, disponen lo siguiente:

Artículo 310.- Las Instituciones deberán utilizar Factores de Autenticación para verificar la
identidad de sus Usuarios y la facultad de estos para realizar operaciones a través del servicio de
Banca Electrónica. […]

Artículo 316 Bis.- Las Instituciones deberán establecer mecanismos y procedimientos para que
los servicios de Banca Electrónica generen los comprobantes correspondientes respecto de las
operaciones y servicios realizados por sus Usuarios a través de dichos servicios de Banca
Electrónica.

Artículo 316 Bis 15.- Las Instituciones deberán generar registros, bitácoras, huellas de auditoría
de las operaciones y servicios bancarios realizados a través de Medios Electrónicos y, en el caso
de Banca Telefónica Voz a Voz, adicionalmente grabaciones de los procesos de contratación,
activación, desactivación, modificación de condiciones y suspensión del uso del servicio de Banca
Electrónica, debiendo observar lo siguiente:

I. Las bitácoras deberán registrar cuando menos la información siguiente:


a) Los accesos a los Medios Electrónicos y las operaciones o servicios realizados por sus Usuarios,
así como el acceso a dicha información por las personas expresamente autorizadas por la
Institución, incluyendo las consultas efectuadas.
b) La fecha y hora, número de cuenta origen y Cuenta Destino y demás información que permita
identificar el mayor número de elementos involucrados en el acceso y operación en los Medios
Electrónicos.
c) Los datos de identificación del Dispositivo de Acceso utilizado por el Usuario para realizar la
operación de que se trate.
d) En el caso de Banca por Internet, deberán registrarse las direcciones de los protocolos de
Internet o similares, y para los servicios de Banca Electrónica en los que se utilicen Teléfonos
Móviles o fijos, deberá registrarse el número de la línea del teléfono en el caso de que esté
disponible.

Las bitácoras, incluyendo las grabaciones de llamadas de Banca Telefónica Voz a Voz, deberán
ser almacenadas de forma segura por un periodo mínimo de ciento ochenta días naturales y
contemplar mecanismos para evitar su alteración, así como mantener procedimientos de control
interno para su acceso y disponibilidad.

Las bitácoras a que se refiere la presente fracción, deberán ser revisadas por las Instituciones en
forma periódica y en caso de detectarse algún evento inusual, deberá reportarse a los Comités de
Auditoría y de Riesgos, conforme se establece en el último párrafo del Artículo 316 Bis 19 de las
presentes disposiciones.

II. Deberán contar con mecanismos para que la información de los registros de las bitácoras en los
diferentes equipos críticos de cómputo y telecomunicaciones utilizados en las operaciones de
Banca Electrónica sea consistente.

La información a que se refiere el presente Artículo deberá ser proporcionada a los Usuarios que
así lo requieran expresamente a la Institución mediante sus canales de atención al cliente, en un
plazo que no exceda de diez días hábiles, siempre que se trate de operaciones realizadas en las
propias cuentas de los Usuarios durante los ciento ochenta días naturales previos al requerimiento
de la información de que se trate. En caso de grabaciones de voz no se entregará copia de la
grabación, solo se permitirá su audición, debiendo proporcionar una transcripción de la misma si
es requerida por el Usuario.
*OM000034016010*
OM000034016010

JUICIOS EN ESTADO DE SENTENCIA Y SENTENCIADOS

SE DICTA SENTENCIA DEFINITIVA

En resumen, tenemos que la firma electrónica se define como el conjunto de


datos que se utilizan electrónicamente para identificar al firmante en relación con un
mensaje de datos a fin de indicar que aprueba la información recogida en el mismo.

Así mismo, que las instituciones deberán utilizar factores de autenticación para
verificar la identidad de sus usuarios y la facultad de éstos para realizar operaciones a
través del servicio de banca electrónica.

Por último, que las instituciones deben generar los comprobantes respectivos, en
especial aquellos registros, bitácoras o demás documentos en donde se registre cuando
menos la información siguiente:

a) Los accesos a los medios electrónicos y las operaciones o servicios realizados por sus
usuarios, así como el acceso a dicha información por las personas expresamente
autorizadas por la institución, incluyendo las consultas efectuadas.

b) La fecha y hora, número de cuenta origen y cuenta destino y demás información que
permita identificar el mayor número de elementos involucrados en el acceso y operación
en los medios electrónicos.

c) Los datos de identificación del dispositivo de acceso utilizado por el usuario para
realizar la operación de que se trate.

d) En el caso de Banca por Internet, deberán registrarse las direcciones de los protocolos
de Internet o similares, y para los servicios de Banca Electrónica en los que se utilicen
Teléfonos Móviles o fijos, deberá registrarse el número de la línea del teléfono en el caso
de que esté disponible.

Pues bien, siguiendo esos lineamientos, tenemos que en el caso de operaciones


realizadas a través de la banca electrónica, el gravamen procesal a cargo del banco de
demostrar el consentimiento del cliente implica:

Primeramente, exhibir los registros o bitácoras cuya generación exige la ley, en


donde se detallen las características de las operaciones realizadas y se contengan los
elementos necesarios para poder determinar lo siguiente: Si para el acceso a la banca
electrónica y para la ejecución de las operaciones reclamadas efectivamente fueron
utilizados por el cliente los datos de identificación o factores de autenticación de éste

Posteriormente, aportar las pruebas idóneas para corroborar que los datos
asentados en los registros o bitácoras efectivamente representan la utilización por el
cliente de los factores, incluyendo los certificados digitales que lo avalen como el creador
de la firma electrónica en cuestión. Es aplicable la siguiente tesis jurisprudencial:

TRANSFERENCIAS ELECTRÓNICAS. CUANDO SE DEMANDE SU NULIDAD LA INSTITUCIÓN


FINANCIERA DEMANDADA DEBERÁ PROBAR QUE FUERON AUTORIZADAS POR EL
USUARIO MEDIANTE LOS CERTIFICADOS DIGITALES QUE AVALEN EL USO DE LA FIRMA
ELECTRÓNICA DE ÉSTE. En los juicios mercantiles donde se demande la nulidad de
transferencias electrónicas, es a la institución bancaria demandada a quien corresponde acreditar
que dichas operaciones fueron autorizadas por el actor, como usuario de los servicios financieros,
en primer lugar, por ser quien conserva un registro de éstas y, en segundo, porque ello es acorde
con las reglas de las cargas probatorias previstas en los artículos 1194 y 1195 del Código de
Comercio. Ahora bien, de los artículos 308, 310, 316 Bis y 316 Bis 15 de las Disposiciones de
Carácter General Aplicables a las Instituciones de Crédito, emitidas por la Comisión Nacional
Bancaria y de Valores, publicadas en el Diario Oficial de la Federación el dos de diciembre de dos
mil cinco y reformadas el 27 de enero de 2010, deriva que: a) las instituciones bancarias deberán
utilizar factores de autenticación, para verificar la identidad de sus usuarios y la facultad de éstos
para realizar operaciones mediante el servicio de banca electrónica; b) dentro de dichos factores
se encuentra el de categoría 3, el cual se compone de información contenida o generada por
medios o dispositivos electrónicos, así como la obtenida por dispositivos generadores de
contraseñas dinámicas de un solo uso, los cuales deben ser proporcionados por las instituciones
bancarias a sus usuarios; c) las instituciones bancarias deberán establecer mecanismos y
*OM000034016010*
OM000034016010

JUICIOS EN ESTADO DE SENTENCIA Y SENTENCIADOS

SE DICTA SENTENCIA DEFINITIVA

procedimientos para que los servicios de banca electrónica generen los comprobantes
correspondientes, respecto de las operaciones y servicios realizados por sus usuarios; y, d) las
instituciones bancarias deberán generar registros, bitácoras y huellas de auditoría de las
operaciones y servicios bancarios realizados por medios electrónicos, debiendo registrarse en las
bitácoras, entre otras cosas, los accesos a los medios electrónicos y las operaciones o servicios
realizados por sus usuarios. Por otra parte, los incisos a) y b) del artículo 2 de las reglas de la Ley
Modelo de la CNUDMI (Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional)
establecen que se entenderá por "firma electrónica", los datos en forma electrónica consignados
en un mensaje de datos, o adjuntados o lógicamente asociados a él, que puedan ser utilizados
para identificar al firmante en relación con el mensaje de datos e indicar que el firmante aprueba la
información recogida en el mensaje de datos, y por "certificado", todo mensaje de datos u otro
registro que confirme el vínculo entre un firmante y los datos de creación de la firma. En términos
análogos, el artículo 89 del Código de Comercio [contenido en el capítulo I (De los mensajes de
datos), título segundo (Del comercio electrónico), del libro segundo (Del comercio en general)],
define al "certificado" como todo mensaje de datos u otro registro que confirme el vínculo entre un
firmante y los datos de creación de firma electrónica; asimismo, señala que se entenderá por
"prestador de servicios de certificación", la persona o institución pública que preste servicios
relacionados con firmas electrónicas, expida los certificados o preste servicios relacionados como
la conservación de mensajes de datos, el sellado digital de tiempo y la digitalización de documentos
impresos, en los términos que se establezca en la Norma Oficial Mexicana sobre digitalización y
conservación de mensajes de datos que para tal efecto emita la Secretaría de Economía. Así, de
una interpretación sistemática de los anteriores preceptos se concluye que para que la institución
financiera demandada agote la carga que le asiste, de probar que las transferencias electrónicas
impugnadas fueron autorizadas por el usuario actor, debe exhibir los certificados digitales que
avalen el uso de la firma electrónica de éste; siendo insuficientes para ese efecto las impresiones
de pantalla denominadas "consulta específica de transacción", de las cuales se advierta la
información general de las operaciones y sus números de autorización respectivos, pues estas
documentales carecen de los elementos necesarios para autenticar los mensajes de datos
comunicados e identificar a las partes en la utilización de medios electrónicos. TERCER TRIBUNAL
COLEGIADO EN MATERIAS CIVIL Y DE TRABAJO DEL QUINTO CIRCUITO. Amparo directo
85/2018. Luis Nava Salmerón. 24 de mayo de 2018. Unanimidad de votos. Ponente: José Manuel
Blanco Quihuis. Secretario: Germán Gutiérrez León.

Además de comprobar que en todo ese proceso los sistemas del banco eran
confiables y seguros.

Todo ello en aras de poder llegar a la presunción de que el mensaje de datos o


instrucción provino del titular de la cuenta y entonces revertirle la carga de la prueba para
que desvirtuara la fiabilidad de los sistemas del banco.

En esa tesitura, se tiene que en la especie, la parte reo incumplió con el gravamen
procesal a su cargo, puesto que no existe prueba suficiente de su parte que demuestre que
la autorización de las operaciones impugnadas proviene del titular de la cuenta, ahora
accionante.

En efecto, la institución bancaria allegó una certificación, en términos del artículo


100 de la Ley de Instituciones de Crédito, de los documentos que denomina:

• Solicitud de contratación
• Solicitud única de captación, crédito y banca electrónica
• Constancia de de solicitud de clave de activación
• Constancia de prestación de servicio
• Acuse de recibo (Netkey)
• Comprobante electrónico de pago
• Estado de cuenta
• Bitácora
• Movimientos por contrato
• Notificaciones **********
• Solicitud de aclaración
• Reclamación **********

Pues bien, revisando el contenido de tales documentos, su contenido resulta


insuficiente para presumir que efectivamente dicha institución se cercioró de que quien
*OM000034016010*
OM000034016010

JUICIOS EN ESTADO DE SENTENCIA Y SENTENCIADOS

SE DICTA SENTENCIA DEFINITIVA

realizó las operaciones fue el cliente y no un tercero, puesto que, además de ello debía
demostrar que los procedimientos de identificación utilizados durante la transacción
cumplieron con los requisitos previstos para la verificación de la fiabilidad de las firmas
electrónicos, esto es, que los datos de creación del mensaje en el contexto en que se
utilizaron, sí correspondían exclusivamente al emisor, sin que el sistema en sí mismo haya
sido alterado por algún agente externo y, sólo hasta que la institución bancaria acreditara
que no se había vulnerado el sistema durante la transacción y que se tomaron las medidas
de seguridad necesarias, entonces la carga de la prueba podría revertirse al usuario quien,
en su caso, tendría el deber de desvirtuar lo aportado por aquella.

Máxime que, tales pruebas requerían de la concurrencia de los correspondientes


peritos o información de expertos, mismos que deben ser provistos por instituciones
financieras, ya que éstas tienen la responsabilidad de dotar de seguridad a los
mecanismos por los cuales se realizan operaciones financieras y, en todo caso, son las
que, sin duda, cuentan con los recursos necesarios para ello.

Lo anterior es así además, en virtud de que, revisando el contenido de tales


documentos, no se advierte algún dato o registro que, sin necesidad de conocimientos
especiales, que de manera explícita denote que en las operaciones fueron utilizados los
factores de autenticación del cliente y que haya sido éste quien los generó, pues al margen
de la información visiblemente vinculada a las características de las operaciones (fecha,
hora, montos, etcétera) lo que resta son claves o códigos técnicos que requieren ser
descifrados por un experto en la materia informática.

Sin embargo, en la especie, dicho gravamen procesal no fue observado por la parte
demandada, puesto que, no ofreció la prueba pericial en informática respectiva, ni ninguna
otra prueba adicional a lo antes analizado.

Por tal motivo, al no cumplir la institución bancaria demandada con el gravamen


procesal a su cargo, basta la simple aseveración de la parte actora en el sentido de que
no hubo consentimiento de su parte para llevar a cabo las operaciones reclamadas, a fin
de que quede colmado el tercer elemento de la acción.

2.- Excepciones y defensas. La parte demandada refiere que el actor no tiene


derecho a la restitución de la suma reclamada, en virtud de que es responsabilidad del
cliente, el manejo de sus claves y códigos confidenciales y que el pretender atribuir
responsabilidad al banco es contrario a derecho.

La excepción anterior deviene infundada, en virtud de lo siguiente:

Lo anterior es así, toda vez las premisas de las cuales el reo basa su defensa ya
quedaron superados con el estudio realizado en el apartado anterior, en donde se
estableció que la parte demandada no cumplió con su deber de demostrar que en las
operaciones cuya nulidad se reclaman hayan sido utilizados por el actor los factores de
autenticación para la operación impugnada.

Y en lo que respecta al tema de que el actor es responsable del adecuado uso


de sus datos confidenciales (token contraseña), operando como excluyente de
responsabilidad para la institución bancaria, de acuerdo a lo pactado en el contrato
mercantil de prestación de servicios bancarios, no le arroja beneficio alguno, atendiendo
a que, como se ha indicado, la parte actora reclama la nulidad de los cargos efectuados a
su cuenta bancaria derivada de dicho contrato, por ende, no existe duda, respecto a que
*OM000034016010*
OM000034016010

JUICIOS EN ESTADO DE SENTENCIA Y SENTENCIADOS

SE DICTA SENTENCIA DEFINITIVA

el banco debe responder del reclamo enderezado en su contra, por el carácter que le
asiste de prestadora de servicios bancarios, por virtud de dicho contrato.

Al efecto, como se ha expuesto, como institución de crédito le correspondía llevar


la vigilancia y seguridad de todas las operaciones bancarias que se realizan con motivo
de los contratos que éstas celebren con sus clientes, de ahí que, no sería válido que
ahora desconozca la responsabilidad que le asiste sobre el reclamo formulado por el actor.

Así es, no puede olvidarse que, desde el momento en que la nulidad de los cargos
solicitada, tiene su base en el argumento de no haberlos autorizado, debe precisarse
además que, deviene irrelevante el pacto de responsabilidad consignado en el clausulado
del contrato, pues de ser así, caeríamos en el absurdo de dejar sin posibilidad al usuario,
de combatir operaciones.

Y si bien, pudiera sostenerse que la relación entre las instituciones de crédito y los
titulares de una cuenta de depósito se rige por el contrato respectivo, lo que podría parecer
que, en principio, las partes deben estar a lo pactado en dicho contrato, como lo alega la
parte demandada.

Sin embargo, la manifestación de la voluntad que implica el uso del servicio


bancario que presuntamente fue utilizado (banca electrónica), no se da por el simple
hecho de suscribir este contrato; es decir, el hecho de suscribir el contrato sólo implica
que las partes consienten en abrir una determinada cuenta de depósito y dar uso a la
misma a través de los medios establecidos para ello, pero de ninguna manera se puede
afirmar que por haber suscrito el referido contrato se acepten todos y cada uno de los
cargos que se hagan a la cuenta, ya que con ello se harían nugatorias las reglas
establecidas por su órgano rector (Banco de México), conforme a las que se rigen las
instituciones de crédito que establecen cuáles son los únicos cargos que se pueden hacer
a la cuenta y la posibilidad de impugnar los cargos que no se reconozcan como propios
por el tarjetahabiente.

Por tanto, pese al pacto establecido por las partes en el contrato de depósito
sobre el tema de las responsabilidades del cliente y del banco, ello no significa que
los cargos realizados por operaciones celebradas sean necesariamente responsabilidad
del tarjetahabiente.

En efecto, así lo ha sostenido por nuestro máximo tribunal del País, mediante la
Jurisprudencia 67/2008, la cual resulta de aplicación obligatoria para esta autoridad, en
términos del numeral 217 de la Ley de Amparo, en el sentido de que, el hecho de que se
haya pactado en el contrato que los cargos efectuados con anterioridad al aviso del robo
o extravío serían responsabilidad del cliente, ello no significaba que los cargos realizados
por operaciones celebradas antes del mencionado reporte fueran necesariamente
responsabilidad del tarjetahabiente, puesto que, el reporte de robo sólo establece el
momento preciso a partir del cual, indefectiblemente, los cargos que se realicen por el uso
de la tarjeta serán responsabilidad del propio banco o institución de crédito, por tanto, ante
la objeción de algún cargo realizado con anterioridad al reporte de robo o extravío, el
cliente podría impugnar a través de la acción de nulidad del voucher, cuyo resultado
dependerá de las pruebas que al efecto se ofrezcan. Tesis que lleva por rubro: TARJETAS
DE CRÉDITO. LOS CARGOS HECHOS POR LOS CONSUMOS REALIZADOS CON ANTERIORIDAD
AL AVISO DE ROBO O EXTRAVÍO SON IMPUGNABLES A TRAVÉS DE LA ACCIÓN DE NULIDAD DEL
PAGARÉ O VOUCHER, EN TÉRMINOS DE LA TESIS DE JURISPRUDENCIA 1a./J. 11/2007.
*OM000034016010*
OM000034016010

JUICIOS EN ESTADO DE SENTENCIA Y SENTENCIADOS

SE DICTA SENTENCIA DEFINITIVA

Amén de que, en relación al tema que planteó sobre la existencia de litisconsorcio


respecto del tercero que aparece como receptor de las transferencias, debe decirse que,
dicho tema fue abordado y desestimado en los términos que se advierte de la audiencia
preliminar respectiva.

Por otra parte, el demandado opone la excepción sine actione agis, la


cual resulta infundada, toda vez que a través de la misma únicamente se pretende arrojar
la carga de la prueba a la parte actora para que justifique los elementos de su acción,
empero, ya se estableció lo conducente en el punto anterior del presente fallo al que nos
remitimos a efecto de evitar duplicidades.

Lo anterior según la jurisprudencia emitida por el Segundo Tribunal Colegiado en


Materia Civil del Tercer Circuito, cuyo rubro dice: SINE ACTIONE AGIS.

Sin que de autos se advierta actuación judicial ni presunción en su doble aspecto


legal y humana que le beneficie a la parte demandada.

3.- Declaratoria principal. Como corolario de lo anterior, se deberá declarar


fundado el presente juicio oral mercantil, y por consiguiente, la nulidad de la transferencia
desconocida de fecha 11 once de noviembre de 2022 dos mil veintidós con cargo a su
tarjeta de débito número **********.

En consecuencia, se deberá condenar a la parte demandada a restituir al actor


la cantidad de $263,788.59 (doscientos sesenta y tres mil setecientos ochenta y ocho
pesos 59/100 moneda nacional),

4.- Intereses legales. La parte accionante solicita el pago de intereses


moratorios al tipo legal del 6% seis por ciento, en términos del numeral 362 del
Código de Comercio.

Al efecto, a criterio de la suscrita Juez, dicha prestación resulta fundada.

En opinión de este tribunal, el pago por concepto de intereses moratorios


debe ser condenando conforme al numeral 362 del Código de Comercio por lo
siguiente.

La institución financiera depositaria tiene obligación de conservación y


restitución del dinero cuya propiedad le transfirió el cuentahabiente y, por ende,
cuando ocurre esta situación tendrá el deber de responder por los montos
sustraídos.

En este sentido, del Código de Comercio se desprende lo siguiente:

1. El reembolso de cargos no reconocidos por el titular de una tarjeta de


débito, vinculada a una cuenta de depósito de dinero abierta en una
institución bancaria sí constituye una obligación a cargo de ésta como
depositaria; pues, aunque detenta la propiedad del dinero incurre en
*OM000034016010*
OM000034016010

JUICIOS EN ESTADO DE SENTENCIA Y SENTENCIADOS

SE DICTA SENTENCIA DEFINITIVA

negligencia en la conservación de los fondos entregados para ser


retirados a la vista por el depositante, y;

2. La obligación de reembolso en el caso de cargos no reconocidos se


contrae cuando el titular de la tarjeta de débito denuncia el hecho a la
institución y solicita su restitución.

Conforme a estas premisas, el depositario tiene el deber de conservación


del patrimonio y de restitución cuando, entre otros supuestos, el depositante
pretenda retirarlo a la vista a través de los medios que autorizan las normas
relativas (tarjeta de débito); por lo que si alguien distinto al titular de la cuenta
realiza un cargo que éste no reconoce y genera un menoscabo en su patrimonio,
es posible presumir un descuido de la cosa depositada y, por ende, la obligación
del depositario de responder al depositante, lo que lo coloca en una posición de
deudor frente al cuentahabiente-tarjetahabiente acreedor.

Entonces, al haberse demostrado en juicio la obligación del banco en


restituir los cargos impugnados por la actora, se deduce el mal manejo de la
institución como depositaria, en relación numerario patrimonio de la actora,
colocándola, por ende, en una posición de deudor, lo que hace aplicable en el
particular, lo establecido en el artículo 362 del Código de Comercio que estipula lo
siguiente:

Artículo 362.- Los deudores que demoren el pago de sus deudas, deberán satisfacer,
desde el día siguiente al del vencimiento, el interés pactado para este caso, o en su
defecto el seis por ciento anual.

Encuentra sustento lo anterior en la siguiente jurisprudencia de


aplicación obligatoria:

CARGOS NO RECONOCIDOS A TARJETA DE DÉBITO. PROCEDE EL PAGO DE


INTERESES MORATORIOS POR LA FALTA O RETRASO EN LA RETRIBUCIÓN DE
LAS CANTIDADES SUSTRAÍDAS, EN TÉRMINOS DEL ARTÍCULO 362 DEL CÓDIGO
DE COMERCIO.

Hechos: Dos Tribunales Colegiados de la misma especialidad, pero de distinto circuito,


llegaron a conclusiones distintas sobre la procedencia del pago de intereses moratorios,
en términos del artículo 362 del Código de Comercio, a cargo de la institución bancaria,
cuando se han hecho cargos no reconocidos por el titular de la cuenta de depósito a que
se vincula la tarjeta de débito y aquélla no retribuye de inmediato las cantidades
sustraídas en perjuicio del cuentahabiente.

Criterio jurídico: La Primera Sala resolvió que cuando el titular de una cuenta de depósito
de dinero denuncie retiros no autorizados mediante el uso de tarjeta de débito, la
institución bancaria debe retribuir las cantidades retiradas y, en caso de no hacerlo, pagar
intereses ordinarios y moratorios por el retraso en que incurra a razón del 6%; pues en el
contrato de depósito de dinero el depositario tiene un deber de cuidado sobre el dinero
que le entrega el depositante.

Justificación: Del análisis sistemático a los artículos 267, 271, 272 y 273 de la Ley General
de Títulos y Operaciones de Crédito; 332, 333, 334, 335 y 338 del Código de Comercio,
46, 48, fracción I, y 48 Bis 2 de la Ley de Instituciones de Crédito y demás aplicables en
materia bancaria, tratándose de cargos no reconocidos efectuados con tarjeta de débito,
*OM000034016010*
OM000034016010

JUICIOS EN ESTADO DE SENTENCIA Y SENTENCIADOS

SE DICTA SENTENCIA DEFINITIVA

la institución financiera depositaria tiene obligación de conservación y restitución del


dinero cuya propiedad le transfirió el cuentahabiente y, por ende, cuando ocurre esta
situación, tendrá el deber de responder por los montos sustraídos. En este sentido, del
Código de Comercio se desprende lo siguiente: 1. El reembolso de cargos no reconocidos
por el titular de una tarjeta de débito, vinculada a una cuenta de depósito de dinero abierta
en una institución bancaria sí constituye una obligación a cargo de ésta como depositaria;
pues aunque detenta la propiedad del dinero incurre en negligencia en la conservación
de los fondos entregados para ser retirados a la vista por el depositante, y; 2. La
obligación de reembolso en el caso de cargos no reconocidos se contrae cuando el titular
de la tarjeta de débito denuncia el hecho a la institución y solicita su restitución. Conforme
a estas premisas, el depositario tiene el deber de conservación del patrimonio y de
restitución cuando, entre otros supuestos, el depositante pretenda retirarlo a la vista a
través de los medios que autorizan las normas relativas (tarjeta de débito); por lo que si
alguien distinto al titular de la cuenta realiza un cargo que éste no reconoce y genera un
menoscabo en su patrimonio, es posible presumir un descuido de la cosa depositada y,
por ende, la obligación del depositario de responder al depositante, lo que lo coloca en
una posición de deudor frente al cuentahabiente-tarjetahabiente acreedor. Luego, si la
institución bancaria depositaria del dinero no restituye el monto del cargo no reconocido
al titular de la tarjeta de débito vinculada a la cuenta de depósito que contrató, deberá
pagar, además de los intereses ordinarios que se hubieren pactado en el contrato de
adhesión o cualquier otro instrumento convencional en la proporción que corresponda a
la cantidad indebidamente sustraída, los intereses moratorios en razón del 6% anual, en
términos del artículo 362 del Código de Comercio, no obstante la ubicación de este
precepto en el Libro Segundo, Título Quinto, Capítulo Primero, del Código de Comercio
que se ocupa del préstamo mercantil, porque debe reputarse su aplicación general y, por
ende, aplicable a todos los contratos de carácter comercial en los que el deudor deba
pagar un interés moratorio.

Por consiguiente, deberá condenarse a la parte demandada a pagar a la


actora la cantidad que corresponde por concepto de intereses legales, a razón del
6% seis por ciento anual, generados a partir del día siguiente que se realizaron los
cargos indebidos, hasta la total restitución de dichos cargos, previa su
cuantificación en ejecución de sentencia a través del incidente respectivo. De
conformidad con el artículo 1348 del Código de Comercio.

5.- Gastos y costas. El artículo 1082 del Código de Comercio, establece que
cada parte será inmediatamente responsable de las costas que originen las diligencias
que promueva, y que, en caso de condenación en costas, la parte condenada indemnizará
a la otra de todas las que se le hubieren causado; mientras que el diverso artículo 1084
del mismo ordenamiento preceptúa que la condenación de costas se hará cuando así lo
prevenga la ley, o cuando a juicio del Juez se haya procedido con temeridad o mala fe.
Pues bien, este tribunal considera que no se actualiza ninguna de las hipótesis para
condenar por ministerio de ley, pues la parte demandada sí ofreció pruebas para tratar de
justificar sus excepciones; no presentó documentos o testigos falsos; aunque se le está
condenando, no es en juicio ejecutivo o en segunda instancia; las excepciones opuestas,
aunque resultaron infundadas, sí eran las adecuadas de acuerdo a la litis; además de que
no se justificó dolo o mala fe de su parte.

III.- Puntos resolutivos:

1.- La parte actora justificó los elementos de su acción y la parte demandada no


la desvirtuó con sus excepciones.

2.- Es fundado el presente juicio oral mercantil, tramitado bajo el expediente


judicial número **********/**********.
*OM000034016010*
OM000034016010

JUICIOS EN ESTADO DE SENTENCIA Y SENTENCIADOS

SE DICTA SENTENCIA DEFINITIVA

3.- Se declara la nulidad de la operación descrita en la demanda.

4.- Se condena a la parte demandada a restituir a la parte actora la suma


de $263,788.59 (doscientos sesenta y tres mil setecientos ochenta y ocho pesos
59/100 moneda nacional).

5.- Se condena a la parte demandada a pagar a la actora la cantidad que


corresponde por concepto de intereses legales, a razón del 6% seis por ciento
anual, generados a partir del día siguiente que se realizaron los cargos indebidos,
hasta la total restitución de dichos cargos, previa su cuantificación en ejecución de
sentencia a través del incidente respectivo

6.- Cada parte deberá soportar los gastos y costas que hubieren erogado con
motivo de la tramitación del presente juicio.

7.- Quedan notificadas las partes de esta resolución, conforme al artículo


1390 Bis 22 del Código de Comercio. Así definitivamente juzgando lo resolvió y firma la
ciudadana licenciada María Ernestina Ureña Moreno, Juez del Juzgado de Oralidad
Mercantil del Primer Distrito Judicial en el Estado, ante la fe de la ciudadana
licenciada Zoila Esmeralda Dueñez Avalos, Secretario que autoriza y firma. Doy Fe.-

La resolución que antecede se publicó en el Boletín Judicial número **********del


día **********de **********de **********. Doy fe.-

Este documento constituye una versión pública de su original. En consecuencia, se suprimió toda aquella información
considerada legalmente como confidencial, en virtud de encuadrar en los supuestos normativos previstos en el artículo 3
de la Ley General de Protección de Datos Personales en Posesión de Sujetos Obligados y en los artículos 3 y 141 de la Ley de
Transparencia y Acceso a la Información Pública del Estado de Nuevo León.

También podría gustarte