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La Sangre del Pacto

Charles Simpson

LA SANGRE DEL PACTO


Charles Simpson
INTRODUCCIÓN:
Desde el huerto del Edén, hasta el huerto del paraíso celestial, la Sangre del sacrifico
constituye el testimonio permanente de la gracia de Dios. Al igual el hombre caído fue
vestido con las pieles de los animales sacrificados por el mismo Dios (Gn 3:21). La Sangre
del Cordero se derramó para revestir con la justicia de Dios a los que acepten recibir esta
gracia. Este es el cántico de quienes hacen este pacto con Dios por medio del “sacrificio”.
Así Dios traerá a sí a “los que hicieron conmigo pecto con sacrificios” (Sal 50:5), y por
siempre entonarán la canción de los redimidos: “Al que nos amó, y nos lavó de nuestros
pecados con su sangre” (Ap. 1:5). Una Vida fundada en el pacto es una vida comprometida
para siempre
Génesis 3:21 Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.
Salmos 50:5 Juntadme mis santos, Los que hicieron conmigo pacto con sacrificio.
Apocalipsis 1:5 y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el
soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su
sangre,
1. Dios el hacedor de pactos
Génesis 1:3-5 3 Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. 4 Y vio Dios que la luz era buena;
y separó Dios la luz de las tinieblas. 5 Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó
Noche. Y fue la tarde y la mañana un día.
Desde el principio Dios se revela como hacedor de pactos. Jeremías se refirió a esta
actividad de Dios en la creación (Jeremías 33:20), al hablar del “pacto con el día y la
noche”. Así se destaca el inalterable carácter de la naturaleza divina y representa su
relación con el creador una unión inmutable bajo el soberano gobierno de Dios.
2. El primer “pacto” aparece con Noé
Génesis 8:20 Y edificó Noé un altar a Jehová, y tomó de todo animal limpio y de toda
ave limpia, y ofreció holocausto en el altar.
Noé ofrece sacrifico a Dios, y vemos aparecer el término “pacto” al comprometerse Dios
a nunca más destruir la creación por medio de un diluvio.
Antes de Noé el concepto de pacto sólo puede ser inferido en la Biblia. El uso del
término “pacto” aparece por vez primera cuando se relata la relación de Dios con Noé (Gn
6:18; 9:9). El pacto se establece mediante una ofrenda de sacrificio después del diluvio. En
gratitud por su liberación, Noé construyó un altar y ofreció sacrificios de sangre. No hay
ningún mandamiento específico que exija a Noé ofrecer sacrificios de sangre, lo cual
claramente sugiere que ya se había establecido un precedente que databa desde Abel
hasta las lecciones en el huerto del Edén, donde se requirió de un sacrificio de sangre para
vestir a Adán y Eva. El sacrificio de Noé agradó a Dios, y Él respondió ofreciendo un pacto
para no volver a destruir la creación mediante un diluvio. Esta es la primera ocasión en la
historia bíblica cuando el término “pacto” se aplica a la relación entre Dios y un individuo,
así como a su descendiente; y que se establece como un pacto de sangre.
3. Isaac el resultado del pacto
Génesis 22:13 Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un
carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo
ofreció en holocausto en lugar de su hijo.

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El pacto de Dios dio a Abraham un hijo, y su pacto de amor proveyó un sustituto para el
sacrificio.
Isaac nació de Abraham y Sara como resultado de la promesa del pacto (Gn 17:1). El
mandato divino de Abraham de sacrificar a Isaac fue la prueba suprema que demostraría
tanto la reverencia de Abraham como su confianza en la fidelidad divina a la promesa del
pacto. Preparó a Isaac para ser ofrecido con la certeza de que Dios lo levantaría de la
muerte misma (Heb 11:19). Dios intervino a tiempo y proveyó un cordero para ser
sacrificado en lugar de Isaac. Esta es una dramática prefiguración de la ofrenda que Dios
habría de dar mediante su Hijo unigénito para que muriera en lugar nuestro (Jn 3:16). El
pacto de amor de Dios le dio un hijo a Abraham y el amor del pacto proveyó un sacrificio
sustituto para salvar a ese hijo. Siglos después, el amor del pacto haría que Dios entregar
su propio Hijo como sacrificio de sangre por los hijos del hombre.
4. El significado de la circuncisión
Génesis 17:10 Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia
después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros.
La circuncisión habla de extirpar la dependencia de la carne y sitúa en Dios toda
esperanza de prosperidad humana.
El acto de la circuncisión se requirió como señal del pacto previamente establecido con
Abraham. Este no fue un nuevo pacto sino una señal externa que Abraham y sus
descendientes habrían de adoptar para mostrar que ellos eran el pueblo del pacto divino. El
hecho de que este acto se realizar en el órgano reproductivo masculino tiene, a lo menos,
un doble significado:
1) Cortar el prepucio significaba apartarse de la dependencia de la carne
2) Su esperanza de futura prosperidad no debería descansar en su habilidad propia.
La circuncisión era una aseveración de que la confianza descansaba en la promesa y
fidelidad de Dios, más que en su propia sangre.
5. El primer pacto con un sacrificio de Sangre
Génesis 15:10 Y tomó él todo esto, y los partió por la mitad, y puso cada mitad una
enfrente de la otra; mas no partió las aves.
Dios originó el vínculo representado por el punto; se ofrecen sacrificios según lo
ordenado, y Dios asume la administración soberana de su juramento.
El requisito de un sacrificio de sangre como medio de establecer un pacto aparece por
vez primera en este episodio (Gn 15:1-21, junto a las instrucciones de Dios a Abraham.
Los animales que habrían de ser ofrecidos eran seleccionados, cortados en mitades y
ordenadamente colocados frente a frente. Los participantes del pacto pasaban ente los
animales indicando que estaban irrevocablemente unidos por la sangre. El cortar el animal
sacrificado en mitades indicaba el fin de la vida presente a fin de establecer una nueva
unión o un nuevo pacto. La naturaleza sagrada de esta unión era atestiguada por
derramamiento de la sangre. En esta ocasión sólo Dios pasó entre las mitades, indicando
así que era su pacto y que asumiría responsabilidades por su administración. En este relato
de la realización del pacto hay tres ingredientes esenciales:
1) La unión que se origina en la iniciativa divina
2) La ofrenda de un sacrificio de sangre como requisito del pacto
3) La administración soberana de Dios para garantizar el cumplimiento del juramento.

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6. Sin sangre no hay expiación


Levítico 17:11 Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para
hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la
persona.
EXPIACION: perdón, hace posible purificación.
La vida está en la sangre. Si no se derrama sangre (se entrega la vida), no hay
expiación.
Esta es la declaración más clara de la necesidad de la sangre en lo que se refiere a las
ofrendas de sacrificio: La vida está en la sangre. La vida y la sangre fueron dadas sobre el
altar con el propósito específico de expiar los pecados y reconciliarse con Dios. No hay
expiación aparte del derramamiento de sangre o la entrega de la vida. Esta ordenanza se
reafirma con el nuevo pacto en Hebreos 9:22. El nuevo pacto en la sangre de Cristo
cumplió los requisitos del antiguo pacto de redención. La sangre de Cristo supera los
sacrificios cruentos del antiguo pacto y satisface eternamente los requisitos de un Dios
santo (Hebreos 9:12).
7. La importancia de los sacrificios de sangre
Éxodo 12:13 Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré
la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera
la tierra de Egipto.
El sacrificio era un medio para obtener la liberación, una ofrenda por el pecado y un
acto de consagración.
En el libro de Éxodo se pone de manifiesto una más amplia comprensión de la
importancia de los sacrificios de sangre. El sacrificio es percibido como el medio de
liberación para el individuo, la familia y la nación. La sangre de los animales para los
sacrificios era usada regularmente como ofrenda para los pecados, así como para
consagrar los instrumentos de adoración (Ex 20:24). Se le llama por vez primera “la sangre
del pacto” en Ex 24:5-8. En el pacto con Moisés y en el sacerdocio levítico encontramos la
más detallada administración de la sangre de los sacrificios. El significado del papel de la
sangre apunta aquí haca la sangre de Cristo y su aplicación para nuestra redención,
justificación y santificación (Hebreos 9:14)
8. La sangre, algo esencial para estar bien ante Dios
Génesis 4:1-10 Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por
voluntad de Jehová he adquirido varón. 2 Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de
ovejas, y Caín fue labrador de la tierra. 3 Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de
la tierra una ofrenda a Jehová. 4 Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más
gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; 5 pero no miró con agrado a Caín y
a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante. 6 Entonces Jehová dijo
a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? 7 Si bien hicieres, ¿no serás
enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú
te enseñorearás de él.
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Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el
campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató. 9 Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel
tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano? 10 Y él le dijo: ¿Qué has
hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra.

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Estar bien ante un Dios hacedor de pactos es una cuestión de vida o muerte, no
meramente el fruto de nuestras buenas intenciones.
El asunto de los sacrificios de sangre, como parte esencial de nuestra posición ante
Dios, se presenta por medio de las ofrendas de Caín y Abel. De acuerdo con la lección
fundamental que ofreció Dios en relación el pecado de Adán y Eva (Gn 3:21). La ofrenda
vegetal de Caín, fruto de sus propios esfuerzos, era una ofrenda para justificarse a sí
mismo y una negativa a vivir bajo el pacto revelado de Dios. La ofrenda de Caín fue
rechazada, de la misma forma que lo fue el intento de Adán de usar hojas de higuera para
cubrirse. Pero la ofrenda de Abel, un sacrificio de sangre, agradó a Dios. El sacrificio de
animales en el huerto por parte de Dios había sentado el principio de la sangre como la vía
para acercársele. Quedó en evidencia que adoptar una actitud adecuada ante un Dios
hacedor de pactos era asunto de vida o muerte, y no algo que dependía meramente de los
esfuerzos humanos.
9. El sacrificio de sangre depende de una buena relación
Isaías 1:11 ¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios?
Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre
de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos.
La santidad de Dios requiere de la sangre para limpiar el pecado, pero una relación
correcta es el supremo objetivo de su pacto.
Lo supremo en los sacrificios de sangres es la actitud del corazón. Par ser aceptable, el
sacrificio debía representar una devoción sincera. Isaías declaró que Dios estaba harto de
animales ofrecidos hipócritamente. Es cierto que la santidad de Dios requería sangre para
la purificación, pero la meta de su pacto era una relación correcta con su pueblo. David
reflejó este entendimiento en el Salmo 51, cuando dijo que el deleite de Dios no estribaba
en los sacrificios de animales, sino en un corazón contrito y humillado. La meta de Dios al
hacer pactos es una relación correcta, no meras ceremonias y sacrificios. Po lo tanto, los
sacrificios sin el sincero deseo de establecer una relación con Dios pervierten el verdadero
propósito del sistema de sacrificios, y estos son inaceptables al Señor.
10. El sacrificio de Cristo ayuda permanentemente
Hebreos 9:12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia
sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna
redención.
La sangre de Cristo se derramó sobre un altar celestial, donde se proyecto redención de
una vez por todas.
La epístola a los hebreos contrata los pactos de Dios a través de Moisés y Cristo. Pacto
mosaico habilitó sacrificios de animalesque trajeron alivio temporal a la culpa de hombre, y
ofrecieron lecciones sobre la justicia de Dios. El pacto de Moisés proveyó un vínculo con
Dios por medio de l sangre de los animales. Estos sacrificios, sin embargo, tenían que
repetirse anualmente en el tabernáculo, el cual constituía solamente un símbolo del altar
eterno y celestial de Dios. Pero Jesucristo entró en la historia como un sacerdote eterno
para ofrecer un sacrificio eterno por el pecado. El derramamiento de su sangre proveyó de
un sacrificio de un vínculo permanentes entre Dios y los seres humanos. Su sangre fue
derramada no solamente en un altar terrenal, sino ante el verdadero altar de Dios en el
cielo, donde obtuvo redención para el pecado de todos aquellos que le reciban como su
Señor y Salvador. El inmutable vínculo establecido a través del nuevo pacto en la sangre de
Cristo la realización definitiva de la promesa del Dios justo y a la vez misericordioso.

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11. La sangre cubre


Génesis 3:21 Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.
La sangre es lo único ordena por Dios para cubrir el pecado.
El pacto de amor de Dios requería que se sacrificaran animales inocentes para
promover vestidos de piel a Eva y Adán. Esta figura temprana de la propiciación sustitutiva
señala la necesidad del juicio sobre el inocente, a fin de proveer cobertura al culpable.
Adán Eva hicieron un vano intento de cubrirse a si mismo mediante sus propios esfuerzos,
al fabricar vestidos de hojas de higuera. Sin embargo, el orden de Dios proveyó cobertura
por medio del sacrificio. Bajo el nuevo pacto, se requiere que nos revistamos de Cristo más
bien que de nuestras buenas obras (Gl 3:27).
12. Dios inaugura soberanamente el nuevo pacto
Mateo 26:28 porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es
derramada para remisión de los pecados.
REMISIÓN: perdón de pecados.
Un nuevo y eterno pacto fue establecido mediante la sangre de Cristo.
Jesús usó la ocasión de la cena pascual para inaugurar el nuevo pacto. El simbolismo de
la cena pascual bajo el antiguo pacto, estaba a punto de ser plenamente satisfecho por
medio de la crucifixión de Cristo. En ese momento histórico, Jesús transformó el significado
de los elementos de la cena pascual en los símbolos de un nuevo pacto. El pan representa
ahora su cuerpo, el cual sería dado y la copa, su sangre, la cual sería derramada para el
perdón de los pecados. Los santos requisitos e Dios y el antiguo pacto estaban a punto de
ser satisfechos para siempre. Una nueva y viviente manera de entrar en la presencia y la
provisión de Dios estaba siendo preparada a través de Cristo, el Cordero de Dios. Se
establecía un nuevo y eterno vínculo por medio de la sangre de Cristo Jesús. Dios
inauguraba soberanamente el nuevo y definitivo pacto.
13. Relación correcta con Dios por medio de la sangre
Romanos 3:25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre,
para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados
pasados,
PROPICIACIÓN: Ofrecimiento, sacrificio para obtener perdón de pecados.
La sangre de Cristo es por siempre el único medio mediante el cual podemos mantener
una correcta relación con Dios.
Dios presentó a Jesús como el sacrificio para expiación o reconciliación con la
humanidad, la cual estaba separada de Dios. La comunión con un Dios santo era posible
únicamente por medio de la expiación de los pecados, los cuales separaban de Dios y las
promesas del pacto a la humanidad. Es la sangre derramada de Cristo lo que finalmente
satisfizo los requisitos de la justicia de Dios. El juicio de Dios cayó en forma completa sobre
Cristo, el sacrificio inmaculado que borra los pecados pasados y presentes. Es por medio de
la fe en la sangre de Cristo que la humanidad es justificada a los ojos de Dios. La sangre de
Cristo, entonces, viene a ser el vínculo que une el pueblo a Dios y que le da derecho a las
provisiones del pacto de Dios. La sangre de Cristo es para siempre el único medio de una
relación correcta con el Dios santo.
14. El sacrificio de Cristo abarca a los gentiles

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Efesios 2:13 Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos,
habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.
Los gentiles se hallan ahora injertados entre los patriarcas y los pactos sagrados, y
participan como herederos de todas las promesas de Dios.
Antes del nuevo pacto, los gentiles estaban excluidos de la nación de Israel, y se les
consideraba ajenos a las promesas del pacto de Dios. No había esperanza para ellos en
esta vida, ni tampoco podían reconocer la presencia de Dios en el mundo. La sangre del
sacrificio del pacto de Cristo unió a los gentiles creyentes, quienes estaba alejados de Dios,
junto con los judíos, en el nuevo pacto. Los gentiles fueron incorporados para que gozaran
de la promesa por medio del nuevo pacto, e incluidos como herederos, junto a los
patriarcas, de todas las promesas de Dios.
15. Rescatados por la sangre
1 Pedro 1:18-19 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la
cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19 sino con
la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,
La sangre de Cristo es el precio que se paga por nosotros, por nuestra redención.
“Redimidos” significa “rescatados”. El redentor paga un precio para reclamar algo que
previamente le había pertenecido. La humanidad cuando fue creada pertenecía a Dios, pero
por el pecado se perdió. La sangre de Cristo es el precio de nuestro rescate, o redención,
Dios nos ofrece la sangre de Cristo como el sacrificio de sustitución y lo acepta cuando
nosotros se lo ofrecemos a Él. Nuestra transacción con Dios no es, por lo consiguiente, una
cuestión de oro y plata; sino que se trata de vida y muerte. Cristo dio su sangre para
rescatarnos del pecado y la muerte. Su sangre es un precio digno y provee un lazo de
unión indestructible entre Dios y el hombre.
16. Partícipes de la sangre
Juan 6:53-54 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del
Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. 54 El que come mi carne y
bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
Participar en el pacto de la sangre de Cristo significa unirse a Dios y recibir los
beneficios de su vida.
Participar -o beber, en este caso – de la sangre del pacto de Cristo es el medio de estar
unidos a Dios y recibir los beneficios de la vida de su Hijo. Cristo es el sacrificio del pacto y
la provisión de Dios para nuestro sustento. Cuando “comemos de Él” venimos a ser
participantes de la naturaleza divina (1 Pedro 1:4), la cual es la vida eterna. A través de la
obra del Espíritu Santo, recibimos su vida y participamos de sus promesas (Jn 6:63).
Aquellos que participan de esta misteriosa relación con Cristo están seguros de ser
resucitados, en aquel día a vida eterna.
17.La sangre de Cristo satisface la santidad y por lo tanto, trae la paz
Colosenses 1:20 y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que
están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de
su cruz.
Jesucristo derramó vida divina en su sangre como pago de la deuda por los pecados de
la humanidad y por la restauración de la paz del pacto.

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La humanidad quedó separada de Dios debido al pecado, y no tenía una ofrenda


aceptable que satisficiera las demandas de la naturaleza santa de Dios. Dios envió a Cristo
para proveer un sacrificio aceptable por el pecado, y estableció así un lazo de unión con
todos aquellos que recibieron a aquel que proveyó los medios para que todas las criaturas
pudieran reconciliarse con Él. Levítico 17:11 declara que no puede haber perdón sin
derramamiento de sangre. Porque el pecado quita la vida, se requiere que la vida pague
loas deudas del pecado. Jesucristo ofreció vida divina por medio de su sangre, para
satisfacer todas las deudas del pecado de los seres humanos, y así restaurar la paz del
pacto entre Dios y los hombres.
18. La sangre, reconciliación y vida victoriosa
Romanos 5:9 Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos
salvos de la ira.
La sangre de Cristo resuelve el problema de la separación entre Dios y los hombres, y
la fe en su sangre infunde vida divina para vencer el pecado.
Romanos 3:10 establece que toda persona es injusta y, por consiguiente, merece ser
juzgada. El amor de Dios va más allá e la satisfacción de la justicia, y establece un lazo de
comunión en la sangre de Dios Jesús. La fe en Su sangre no solamente nos libera de la ira
de Dios, sino que también es el medio de una vida victoriosa:
1) La sangre de Cristo resuelve el asunto legal de nuestra separación de Dios,
reconciliándonos con él; y
2) La fe en su sangre infunde vida divina y nos a fuerzas para nuestro triunfar continuo
sobre el pecado.

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