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Introducción
Tomando en cuenta todo lo anterior, procederé a explicar de manera más detallada todo lo
que se mencionó en el párrafo introductorio precedente, con el objetivo de lograr una mejor
comprensión de este tipo de responsabilidad en el Derecho Civil mexicano.
Rafael Rojina Villegas menciona que la culpa se encuentra delimitada en el Código Civil, el
cual “Define a la culpa a través del hecho ilícito o del acto que se ejecuta contra las buenas
costumbres”1, lo cual está contenido en el artículo 1399 de nuestro ordenamiento sustantivo
civil guanajuatense.
Rojina Villegas señala que la fuente de esta responsabilidad es el uso lícito de cosas
peligrosas, las cuales causan un daño, el cual la ley obliga al que se sirve de ellas a
repararlo.
En ese mismo sentido, el autor antes mencionado establece tres elementos principales de la
responsabilidad civil objetiva, a saber:
En tratándose del segundo elemento, el mismo doctrinario menciona que sólo deberá
repararse el daño patrimonial, pues no hay cabida para una reparación moral en la
responsabilidad civil objetiva.
De lo anterior se deduce que es necesario un hecho ilícito para que pueda haber reparación
moral, y como ya mencionamos en el principio de este apartado, en la responsabilidad civil
objetiva se obra lícitamente, pero se causa un daño a consecuencia de la naturaleza
peligrosa de las cosas, por lo que sin la existencia de una conducta ilícita, no se puede
sostener que haya derecho a una reparación moral en la responsabilidad civil objetiva.
Ernesto Gutiérrez y González, considera además que existe responsabilidad civil objetiva
cuando:
• En el caso del enriquecimiento ilegítimo, que de acuerdo a las ideas del jurista
precedentemente referido, no debería ser una fuente autónoma de obligaciones, sino que
debería sujetarse a las disposiciones relativas a la responsabilidad civil objetiva.
Creo que el segundo supuesto podría contenerse en el primero, ya que en los dos casos se
trata de una conducta lícita, pero en la cual se debe reparar el daño que se presente.
Rojina Villegas, plantea una problemática relacionada con el primer supuesto, diciendo que
no existe disposición expresa en la ley al respecto de que se deba reparar un daño cuando se
dé a consecuencia de una conducta lícita y sin el empleo de cosas peligrosas.
Sin embargo, menciona que esta situación se debe regir bajo el principio de que todo el que
causa un daño está obligado a repararlo, para así tener la más elemental equidad y justicia,
y creo que está en lo correcto al hacer esta afirmación.
Robles Farías señala que la única excluyente en este tipo de responsabilidad es la culpa o
negligencia inexcusable de la víctima, es decir, que sólo se eximirá de esta responsabilidad
cuando se demuestre que las cosas peligrosas se utilizaban con todas las medidas de
seguridad adecuadas, y aún así se ocasiona un detrimento, el cual sólo puede ser atribuido al
actuar imprudente de la víctima.
Sin embargo, Gutiérrez y González hace mención de que la falta de relación de causalidad
entre el daño y el objeto peligroso, también es una excluyente de responsabilidad civil
objetiva, porque el daño se causó de forma indirecta, considerando que un tercero actuó
para que la cosa peligrosa produjese un detrimento.
El mismo autor considera a la prescripción como una causa de exención a la reparación del
daño derivado de la responsabilidad civil objetiva. Nuestro Código Civil señala el plazo
relativo en su artículo 1424:
“La acción para exigir la reparación de los daños y perjuicios causados, en los términos del
presente capítulo, prescribe en tres años, contados a partir del día en que se haya causado
el daño”.
No obstante lo expuesto, no creo que la prescripción sea una causa para que no exista
responsabilidad civil objetiva, ya que desde que se causa un daño, se está obligado a
repararlo; pero si transcurre el plazo establecido por la ley para exigir la reparación, sería
más propio decir que es un derecho que ya no se puede hacer valer, pero no que nunca
existió.
Finalmente, el caso fortuito es considerado por Gutiérrez y González como una excluyente
de responsabilidad civil objetiva, algo con lo que no estoy de acuerdo, pues si fuese posible
alegar este eximente, nunca se podría presentar la responsabilidad civil objetiva, ya que
esta siempre se origina a consecuencia de acontecimientos que no tienen que ver con la
voluntad
humana, además de que el Código Civil señala expresamente que sólo habrá lugar a la
exención de este tipo de responsabilidad por negligencia inexcusable de la víctima. En ese
sentido, Bejarano Sánchez dice lo siguiente:
1) La responsabilidad civil objetiva fue una forma de actualizar el Derecho a raíz del
surgimiento de la revolución industrial, porque se ocasionaban daños que no eran reparados
en razón a que sólo existía la responsabilidad civil subjetiva, la cual atiende a la culpa,
derivada de actos ilícitos. Con el establecimiento de esta figura jurídica, dejó de existir esta
injusticia, pues se indemnizaba el detrimento solamente por crear un riesgo al usar cosas
peligrosas.
2) La responsabilidad civil objetiva no tiene entre sus elementos a la culpa, pues parte del
uso lícito de cosas peligrosas, pero sólo por crear ese riesgo, se tiene la obligación de
indemnizar si se causa un daño.
4) El caso fortuito no puede alegarse como eximente de responsabilidad de este tipo, porque
de lo contrario, jamás podría presentarse. Es por eso que se elimina el concepto de culpa de
esta clase de responsabilidad, porque se tiene que reparar el daño aún cuando sea a
consecuencia de causas ajenas a la voluntad del responsable.
Referencias bibliográficas
1. Rojina Villegas, Rafael, Derecho Civil Mexicano Tomo Quinto Obligaciones Volumen II,
Editorial Porrúa, México, 2009, páginas 143 y 144.
2. Robles Farías, Diego, Teoría General de las Obligaciones, Editorial Oxford, México, 2011,
página 575.
4. Bejarano Sánchez, Manuel, Obligaciones Civiles, Editorial Oxford, México, 2010, página
295.
Bibliografía consultada
Gutiérrez y González, Ernesto, Derecho de las Obligaciones, Editorial Porrúa, México, 2012.
Robles Farías, Diego, Teoría General de las Obligaciones, Editorial Oxford, México, 2011.
Rojina Villegas, Rafael, Derecho Civil Mexicano Tomo Quinto Obligaciones Volumen II,
Editorial Porrúa, México, 2009.
Legislación consultada