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CAPITULO I
OBJETO DE LA INVESTIGACION
La labor investigativa que se desarrolla en el presente trabajo trata de establecer los principios
generales que regulan la responsabilidad civil, como consecuencia de un ilícito civil, en el campo
de los Recursos Naturales Renovables.
Nos adentramos en la labor de determinar el concepto de RESPONSABILIDAD CIVIL, de
señalar qué teoría jurídica, de las que han cubierto el mundo jurídico en dicha materia, ha
acogido el legislador ambiental, o si coetáneamente, deforma separada o superpuesta, hace
recepción de la aplicación demás de una de ellas; desarrollarlas teorías que tratan de explicar la
responsabilidad, sus elementos y maneras de enfrentarlos; entender el concepto de daño,
observando el término "DEGRADACION" que usa la L.O.A.; conceptuar qué es el ambiente;
cuáles son los recursos naturales renovables; hacer un breve bosquejo de las normas jurídicas
contenidas en la C.N., en el C.C., en la L.O.A., y otras leyes conexas; para finalizar haciendo un
análisis exegético del artículo 27 de la L.O.A., tratando de ubicar qué supuestos contempla y
finalizar desarrollando lo no previsto en dicho artículo, relativo a la responsabilidad civil, y qué
tratamiento jurídico se le aplica; en el entendido que esta norma constituye pieza angular en este
trabajo de investigación.
CAPITULO II
"El que con intención o por negligencia o por imprudencia, ha causado un daño a otro, está
obligado a repararlo.
Debe igualmente reparación quien haya causado un daño a otro, excediendo en el ejercicio de su
derecho, los límites fijados por la buena fe o por el objeto en vista del cual le ha sido conferido
ese derecho".
Así, en principio, toda la estructura Jurídica sobre la Responsabilidad Extra contractual gira en
torno al concepto de culpa, que consiste jurídicamente en la violación de una obligación
preexistente, como la define Planiol en su Tratado Elemental de Derecho Civil.
TEORIA OBJETIVA DE LA RESPONSABILIDAD
También denominada Teoría del Riesgo, surge como consecuencia del maquinismo, de la
industrialización, al nacer un conjunto de problemas jurídicos, derivados de estos fenómenos
sociales, no explicables mediante la tesis de la culpa, por cuanto en muchas oportunidades sin la
existencia de la culpa se hace necesario atribuir responsabilidad a alguien, que obteniendo
provecho de la actividad que realiza no tiene culpa en el hecho dañoso.
En esta Teoría se atiende a un hecho objetivo: El Daño, todo aquél que cause un daño debe
repararlo.
Así explica Francisco Palacios Herrera en la Teoría Objetiva:
772. Fundamento de la responsabilidad extra contractual: la culpa y el riesgo creado. Uno de los
fenómenos jurídicos más curioso de nuestra época es la persistencia del principio de que el dolor
y la culpa son los fundamentos exclusivos de la responsabilidad extra contractual. Sin culpa,
ninguna reparación decía Yhering. Es un lugar común la comprobación de que tales conceptos
resultan hoy insuficientes para organizar sobre bases verídicas y realistas un sistema jurídico
sobre ésta materia. El basto fenómeno del maquinismo, la producción en masa, la revolución
creada por el automóvil, el avión, las nuevas fuentes de energía, está pidiendo a voz en cuello un
replanteo del problema, pero jueces y juristas siguen aferrados a viejas fórmulas, no obstante que
ellas sean insuficientes para satisfacer las necesidades de la vida actual. 'El derecho que los
nuevos hechos exijan -dice Puig Brutau- se presenta enmascarado bajo viejas fórmulas jurídicas,
especialmente con la invocación del principio (tanto más solemne cuanto más desvirtuado) de
que no hay responsabilidad sin culpa".
De escasa importancia práctica, que consiste fundamentalmente en tratar de que el daño sufrido
por los particulares sea responsabilidad de la sociedad, del colectivo, trata de socializar la
responsabilidad civil, de fragmentar en un gran universo de personas.
Tímidos ejemplos de esta tesis lo son el Seguro Social Obligatorio, el seguro de responsabilidad
civil obligatorio de vehículos.
En la vigente legislación venezolana, tanto la teoría subjetiva como la objetiva tienen acogida. La
primera conforma el principio general de la responsabilidad civil por hecho ilícito y la segunda
se ha venido abriendo paso de manera secundaria en el Código Civil y en forma principal en la
legislación especial, tales como la ley de tránsito terrestre, Ley Orgánica del Ambiente y la Ley
Orgánica de prevención, Condiciones y medio ambiente de Trabajo.
También se observa en el Código Civil que existe una especie de avanzada en la concepción de
la Teoría Subjetiva, cuando se crea una especie de "Presunción de Culpa", mediante la cual al
responsable del daño se le reputa culpable, teniendo en consecuencia que demostrar lo contrario,
no recurriendo al desplazamiento del nexo causal (que nos ubicaría en la teoría objetiva), sino
alegando la imposibilidad de evitar el hecho dañoso o demostrar que su conducta ha sido
prudente y diligente. En capítulo posterior retornaremos al tema.
Finalmente señalaremos que, desde el punto de vista práctico, diferenciar cuando estamos en
presencia de la aplicación de una tesis o de otra, tiene importancia por cuanto ello impone cargas
probatorias distintas según el régimen acogido y lógicamente según la postura procesal que se
tenga, bien sea demandante, demandado o tercerista. Cuando se pretende la responsabilidad civil
extra contractual de alguien se requiere determinar qué teoría se aplica en torno a aquella y de
acuerdo con ello sabremos cual es la carga probatoria de las partes.
Si el presunto responsable lo es frente a una previsión legal que acoge la teoría subjetiva, la parte
que pretende ser indemnizada deberá demostrar los extremos que la norma exige. Los artículos
1.354 y 506 del Código Civil y del Código de Procedimiento Civil respectivamente, señalan que
quien pretenda la ejecución de una obligación o quien señale haber sido libertado de ésta deberá
probar sus afirmaciones de hecho. Ello significa que el pretensor de la indemnización deberá
probar los hechos o supuestos de la norma. Esto obviando lo referente a la confessio ficta, que es
materia objetiva y escapa del interés de este trabajo de investigación.
A título de ejemplo, supongamos que estamos en presencia de un caso contemplado por el
artículo 1.185 del C.C., entonces le corresponde demostrar la intención, negligencia o
imprudencia del sujeto activo; el daño alegado y la relación de causa-efecto que deberá existir
entre ambos.
Si estamos en presencia de una culpa presunta, donde la ley supone la responsabilidad del
agente, corresponderá a éste demostrar su conducta prudente y/o diligente (Arts.1.990 y 1.994
C.C.). Aquí se libera al pretensor de la carga de probar la culpa, quedando obligado a demostrar
sólo el daño y la relación causal, pudiera decirse que el pretensor tiene el "favor legal" que le
exonera de una prueba; distinta es la situación de que el pretendido autor del daño puede
excusarse probando su no culpa.
Si por el contrario estamos ante la presencia de la aplicación de la teoría objetiva o del riesgo, el
pretensor está favorecido por cuanto se presume la responsabilidad del agente, quien sólo podrá
librarse de la suerte desplazando el nexo causal, no podrá alegar su prudencia o diligencia, no
importará su conducta, sino que objetivamente se le hace responsable del daño; se le dirá "a daño
causado, daño indemnizado". Tal es el caso del conductor de un vehículo participante en un
accidente de tránsito, poco importa si es buen conductor, su pericia, si el accidente es por
ejemplo causado por una rueda que se desprende del automóvil, sin intención, imprudencia o
negligencia, de todos modos responderá del daño causado. Su única fórmula absolutoria estaría
en demostrar el hecho de la víctima o de un tercero, sin hablar de la compensación de culpas que
es un tema que escapa del tópico que nos ocupa. En este caso, al pretensor sólo le corresponderá
probar el daño y la relación causal, no la culpa, pero a diferencia del caso anterior la excepción
del agente no podrá ser su conducta, sino los dos casos antes señalados, relativos al
desplazamiento del vínculo causal.
CAPITULO III
La defensa del medio ambiente implica, lógicamente, la de los recursos naturales renovables,
entendiendo por éstos aquellos elementos del mundo natural que tienen la particularidad de
reproducirse, de multiplicarse por sí mismo, como son la fauna y la flora.
Al decir de la Doctora Eloida Sánchez Pulido, en su texto Derecho y Administración del Agua,
publicación de la Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes, año 1977, debemos
entender por Recursos Naturales: "...los bienes de la naturaleza, en cuanto no han sido
transformados por el hombre y pueden resultarles útiles ...puede afirmarse que... comprenden
aquellas cosas de naturaleza que pueden brindar al hombre, a través de su aprovechamiento,
alguna utilidad, es decir, un beneficio, provecho o comodidad...". Al precisar sus clases incluye
el agua en todas sus formas, el suelo (la tierra y los yacimientos minerales sólidos, líquidos o
gaseosos, la flora, la fauna, el espacio aéreo y los espacios geográficos, panorámicos o escénicos.
AI conceptuar al Recurso Natural Renovable, señala: "...son aquellos que la naturaleza provee
constantemente: los pastos, el agua por el ciclo hidrológico...". (obra citada página 27).
Existe una influencia del hombre en el medio natural que permite establecer una mixtura entre
objetos que pertenecen en igual o pareja proporción a ambos mundos. El hombre influye con su
conducta, tecnología y uso sobre la flora y la fauna. En tanto en cuanto se defiende el medio
ambiente, conformados por elementos naturales y/o culturales, se defienden los recursos
naturales renovables, como un contenido de aquél.
Los recursos naturales renovables son distintos de las condiciones naturales, en tanto en cuanto
éstas no se emplean directamente como elementos de trabajo, pero que son indispensables para el
desarrollo de éste, tales como la topografía, la formación geológica de la capa terrestre, la lluvia,
etc.
El autor Enrique Meier al conceptuar los recursos naturales renovables expone:
Es una de las nociones más complejas de la ecología, pues refleja una realidad natural conectada
de manera indisoluble con la sociedad, es decir, la valoración y el uso que cada forma social,
concreta, ha dado a la naturaleza. El concepto de recursos naturales figura entre las nociones
cardinales que se utilizan en la interacción entre la naturaleza y la sociedad. Es histórico por su
propia esencia e inseparable de las conexiones entre la producción social y la naturaleza (...).
Así es, ante todo, la tradicional subdivisión sistemática de los recursos naturales (recursos
minerales, climáticos, hídricos, agrarios, vegetales, animales, etc.) Existe la subdivisión de
recursos naturales en renovables, no renovables e inagotables. Se utiliza, asimismo, la
clasificación económico-natural, que combina la subdivisión de los recursos en categorías
histórico-naturales y económicas.
Como base para la misma se distinguen dos categorías fundamentales: recursos de producción
material y recursos de la esfera productiva".
(Obra Introducción a la Ecología Política, pág. 9.)
CAPITULO VI
La responsabilidad civil que surge con ocasión del daño que se puede ocasionar al ambiente o
específicamente a un recurso natural renovable tiene, en principio, su regulación legal en el C.C.
venezolano, cuando éste en los artículos comprendidos del 1.185 al 1.194 regula lo relativo a la
responsabilidad civil genérica, así como lo que se conoce como responsabilidades especiales.
Este acogimiento de-la responsabilidad civil por el C.C. nos da una primera conclusión: LA
RESPONSABILIDAD CIVIL EN MATERIA DE AMBIENTE Y DE LOS RECURSOS
NATURALES RENOVABLES SE REGULA, EN PRINCIPIO, POR EL C.C., Y DE MANERA
ESPECIAL LO QUE OTRAS LEYES SEÑALEN AL RESPECTO NORMARA LO QUE
ESTAS ESPECIFICAMENTE INDIQUEN.
NORMAS DEL C.C.: La responsabilidad civil genérica, aplicable a fa materia que nos ocupa
está fundada sobre tres elementos clásicos de esta institución: La culpa, el daño y el nexo causal.
El artículo 1.185 del C.C. señala:
"El que con intención, o por negligencia, o por imprudencia, ha causado un daño a otro, está
obligado a repararlo. Debe igualmente reparación quien haya causado un daño a otro,
excediendo, en el ejercicio de su derecho, los límites fijados por la buena feo por el objeto en
vista del cual le ha sido conferido ese derecho."
El artículo 1.190 del C.C. establece la responsabilidad especial del padre, la madre, tutor, los
preceptores y artesanos, por el hecho ilícito causado por el menor, el pupilo, alumno y
aprendices.
En caso de daño al ambiente o las recursos naturales renovables, surge esta responsabilidad
especial, con la característica de que el legislador comienza a agravar la situación jurídica del
accionado, por cuanto si bien es cierto que sigue fundando la responsabilidad en la teoría
subjetiva de la culpa, la presume, señala que la responsabilidad existe ab initio por cuanto la ley
presupone que existe culpa en el padre, tutor o preceptor. En este tipo de responsabilidad,
denominada compleja por cuanto existen dos personas, o una persona o una cosa participantes en
el hecho dañoso, una de manera directa (menor, pupilo, alumno, aprendiz, dependiente, animal o
cosa) y otra responsable de manera mediata, sobre quien la ley hace recaer la responsabilidad.
Así se diferencia la responsabilidad genérica de las complejas.
Lo dicho supone que el presunto responsable es quien debe probar su conducta prudente y
diligente, para desvirtuar la culpa que la ley presume es suya, además de adicionarle la
posibilidad de exoneración de la imposibilidad -material o jurídica- de impedir el hecho dañoso.
Para el pretensor se ha de señalar que se beneficia del "favor legal" que supone toda la
presunción. Cuando la ley presume lo que hace es eliminar la necesidad de la prueba, en el caso
que nos ocupa presume la culpa permitiendo la prueba en contrario de ello, por cuanto lo que
existe como presunción es de naturaleza iuris tantum.
En conclusión, el artículo de marras contiene una presunción de culpa, que agrava la postura del
pretendido y favorece al pretensor.
Aún cuando se discute en doctrina que tipo de responsabilidad acogió el legislador, lo cierto es
que la figura de la culpa comienza a perder importancia en su concepción clásico-liberal.
El artículo en cuestión establece:
" El padre, la madre y a falta de éstos el tutor, son responsables del daño ocasionado por el hecho
ilícito de los menores que habiten con ellos.
Los preceptores y artesanos son responsables del daño ocasionado por el hecho ilícito de sus
alumnos y aprendices, mientras permanezcan bajo su vigilancia.
La responsabilidad de estas personas no tiene efecto cuando ellas prueban que no han podido
impedir el hecho que han dado origen a esa responsabilidad pero ella subsiste aún cuando el
autor del acto sea irresponsable por falta de discernimiento."
El artículo 1.191 del C.C. trae la responsabilidad especial de los dueños, principales y directores
por el hecho ilícito de sus sirvientes o dependientes, ocasionado en el ejercicio de las funciones
que le han asignado.
El artículo acoge, sin reserva, la responsabilidad objetiva, bastará el daño ocasionado al ambiente
o los recursos naturales renovables por un sirviente o dependiente, en el ejercicio propio de sus
funciones como tal, para que surja la responsabilidad del dueño, principal o director.
El artículo 1.191 del Código Civil venezolano establece:
"Los dueños y los principales o directores son responsables del daño causado por el hecho ilícito,
de sus sirvientes y dependientes, en el ejercicio de las funciones en que los han empleado".
En el artículo 1.192 del Código Civil, establece la responsabilidad del propietario o cuidador de
un animal que ocasione un hecho dañoso.
Se acoge la teoría objetiva de la responsabilidad, atendiéndose en consecuencia al hecho dañoso
exclusivamente. Si se produjere un daño, teniendo como agente un animal, en el ambiente o en lo
recursos naturales renovables, surgirá la responsabilidad para el propietario o para el cuidador,
sin tener ninguna fórmula de excusa que no sea el desplazamiento del nexo causal, es decir
demostrando que el daño se produce por el hecho de un tercero y no por actuación del animal.
Por razones obvias no podrá alegarse la falta de la víctima, cuando se trate del ambiente o de los
recursos naturales renovables. El artículo 1.192 del C.C. venezolano establece:
"El dueño de un animal o el que lo tiene a su cuidado, debe reparar el daño que éste cause,
aunque se hubiese perdido o extraviado, a no ser que pruebe que el accidente ocurrió por falta de
la víctima o por el hecho de un tercero."
El artículo 1.193 del C.C. señala la responsabilidad del daño causado por las cosas, para el
guardador de ellas, salvo que demuestren un elemento desplazador del nexo causal, como el
hecho de un tercero, falta de víctima, caso fortuito o fuerza mayor.
Se acoge, en la norma en análisis, la teoría objetiva de la responsabilidad. Esta norma es
aplicable al hecho dañoso que se ocasione al ambiente o los recursos naturales renovables.
El único aparte del artículo que se comenta señala la responsabilidad por incendio, pero
extrañamente vuelve a acoger la teoría de la culpa. Ello se traduce en que si un incendio produce
un daño al ambiente o las recursos naturales renovables la responsabilidad del detentador del
inmueble deberá ser comprobada con fundamento a la culpa.
El artículo 1.193 del C.C. señala:
"Toda persona es responsable del daño causado por las cosas que tiene bajo su guarda, a menos
que pruebe que el daño ha sido ocasionado por falta de la víctima, por el hecho de un tercero, o
por caso fortuito o fuerza mayor..
Quien detenta, por cualquier título, todo o parte de un inmueble o bienes muebles, en los cuales
se inicia un incendio, no es responsable, respecto a terceros, de los daños causados, a menos que
se demuestre que el incendio se debió a su falta o al hecho de personas por cuyas faltas es
responsable".
El artículo 1.194 del C.C. trae la responsabilidad del propietario de un edificio o construcción
arraigada al suelo, que amanece ruinas y que como consecuencia de ello cause un daño.
Al igual que lo señalado en el análisis del artículo 1.190 del Código Civil, aquí estamos en
presencia de una presunción de culpa, que exime al pretensor de probar la conducta imprudente o
negligente del pretendido y favorece al pretensor al libertarlo de dicha prueba.
Se acoge en el artículo en cuestión la teoría subjetiva de la responsabilidad, requiriéndose
entonces la prueba de la conducta culposa del propietario de la construcción arraigada al suelo.
El artículo 1.194 que se ha analizado establece:
NORMAS DE LA L.O.A.
El artículo 27 de esta ley tiene una norma sobre responsabilidad civil en materia de degradación
de los bienes del dominio público, que especialmente indica la responsabilidad civil, caso que se
examinará exegéticamente en el capítulo siguiente.
CAPITULO VII
"Sin perjuicio de la aplicación de las penas previstas en los artículos 24 y 25, de las acciones que
se ejerzan en virtud del artículo 32 de esta ley o de otras acciones que se deriven del derecho
común, quienes realicen actividades que produzcan degradación de los bienes del dominio
público, serán responsables ante la República de los daños causados, salvo que demuestren que
han sido ocasionados por el hecho de un tercero, por caso fortuito o por fuerza mayor. En las
mismas condiciones estarán obligados al pago de los daños correspondientes, quienes resulten
civilmente responsables en los términos de los artículos 1.190 al 1.194 del Código Civil.
La determinación de la cuantía de los daños se hará mediante dictamen de tres expertos
nombrados por el Tribunal de la causa. El dictamen de los expertos tomará en cuenta el deterioro
que se haya causado al ambiente, la situación económica del obligado a reparar el daño y los
demás elementos que según el caso deban considerarse como indispensables.
Las partes podrán impugnar el dictamen sino cumpliese los requisitos que sobre la materia
establece el Código Civil en su artículo 1.425. El Juez, si se demostrare la justeza de la
impugnación, ordenará, por una sola vez, la realización de una nueva experticia.
Parágrafo Unico: Si la indemnización que deba pagarse se fundamenta en daños causados a
bienes propiedad de los Estados o de los Municipios, las sumas correspondientes ingresarán al
Tesoro de los Estados o de los Concejos Municipales de que se trate, deducidos los costos y
gastos judiciales".
Los artículos 24 y 25 de la L.O.A. prevén sanciones administrativas, aplicables a los infractores
de las disposiciones relativas a la conservación, defensa y mejoramiento ambiental, siendo éstas
tales como multas, medidas de seguridad, penas privativas de la libertad, ocupación temporal,
clausura, prohibición de actividades, modificación o demolición de construcciones; así como las
medidas preventivas que señala el artículo 26 ejusden, consistentes en: ocupación temporal,
cláusula temporal, prohibición temporal de actividades, modificación de construcciones y/o otras
medidas tendentes a corregir o a reparar los daños ambientales causados. (A la presente fecha se
discute en el Congreso Nacional el proyecto de la Ley Penal del Ambiente, que permitirá la
aplicación de sanciones penales a los infractores de los preceptos ambientales, como una fórmula
de impedir el constante daño ecológico que ocurre en el país).
Entonces, el artículo 27 de la L.O.A. nos indica que además de estas medidas, de orden
administrativo-penales, se puede ejercer la acción por indemnización civil por daños en los
supuestos que contempla el artículo de marras.
El artículo32 de L.O.A. faculta a todo ciudadano para que este pueda ocurrir por ante la
Procuraduría del Ambiente, órgano inexistente a la fecha por lo cual no lo hemos señalado como
posible actor en nombre de la República, cuando éste reclama el daño ocasionado.
En supuesto de activarse este órgano, entendemos que este funcionario, o sus auxiliares, podrán
intentar la acción de indemnización por daño, en nombre del Estado Venezolano, cuando a éste
le corresponda su parte activa en este tipo de proceso.
CONCEPTO DE DEGRADACION: Debemos entender que cuando la ley nos habla de
degradación se refiere a la contaminación de los componentes biológicos del ecosistema, como
lo plantea Enrique Meier el daño ambiental puede referirse a la destrucción o deterioro de los
factores físicos naturales de un determinado espacio a través de procedimientos mecánicos (talas,
rozas, desforestación, destrucción de la capa vegetal, desplazamiento de vegetación, etc.); la
degradación del espacio social por la acumulación de basuras, desperdicios, desechos sólidos no
biodegradables, el abandono de sustancias malolientes, la producción de ruido y vibraciones que
por su intensidad alteran las condiciones mínimas para el funcionamiento de la vida social;
degradación o contaminación del componente del ecosistema, por introducción de sustancias
químicas tóxicas, de materiales sintéticos o en fin de gases que descomponen el ambiente, y en
general todos los elementos nocivos en el desarrollo de la vida.
Cualquiera de estos tipos de daño del ambiente o los recursos naturales renovables constituye
una degradación, que es el concepto a que hace referencia la norma en cuestión.
CONCEPTO DE BIENES DEL DOMINIO PUBLICO: El C.C. venezolano cuando clasifica los
bienes en relación alas personas a quienes pertenecen señala que éstos son de la Nación, de los
Estados, de las Municipalidades, de los establecimientos públicos y demás personas jurídicas o
naturales (artículo 538 del C.C.)
Asimismo señala que los bienes que pertenecen a la Nación, los Estados Federados y las
Municipalidades, son del dominio Público o del dominio privado.
Se entiende que son del dominio público los bienes que están afectos a satisfacer necesidades
colectivas; siendo, por contraposición del dominio privado aquellos que no estén destinados a
satisfacer necesidades colectivas. Los bienes del dominio público son inalienables, los del
dominio privado pueden ser enajenados. (Artículo 543 del Código Civil).
Asimismo los bienes del dominio público pueden ser del uso público o uso privado, según
dispone el artículo 540 ejuádem.
En el caso del artículo 27 que analizamos, la ley no distingue si el objeto que sufre la
degradación es de uso público o privado, por lo cual se refiere a todos los bienes del dominio
público.
Recapitulando, observamos que los bienes de la Nación, de los Estados y de las Municipalidades
son del dominio público o privado, cuando sean del dominio público estaremos en presencia de
los supuestos que señala la norma ambiental, es decir, protegidos por ésta.
Se entiende por bienes del dominio público los caminos, los lagos, ríos, fosas, murallas, puentes
de las plazas de guerra y demás bienes semejantes (art. 539 del C.C.).
Queda así limitado el conjunto de bienes susceptibles de degradación ambiental protegidos por la
ley y se determinan los titulares de éstos y sujetos activos a que hace referencia el artículo 27 de
la L.O.A..
Cuando se produzca un daño del tipo que estamos examinando, al agente dañoso sólo le queda
como fórmula de exoneración de responsabilidad el hecho del tercero, el caso fortuito o fuerza
mayor, con la cual desplaza el nexo de causalidad y lleva a establecerlo entre la conducta del
tercero, el hecho imprevisto e imprevisible y el daño causado.
El daño se determinará mediante el dictamen de 3 expertos nombrados por Tribunal de fa causa,
que se pronunciará sobre el deterioro causado al ambiente, tomará en cuenta la situación
económica del obligado a reparar el daño demás elementos que según el caso se consideren de
indispensable resolución al respecto.
El titular de la acción que prevé este artículo lo es el Estado Venezolano, de manera exclusiva,
pero la suma de bolívares indemnizatorias como consecuencia de la acción, pasan al tesoro de los
Estados Federados, Municipalidades, si estos son los titulares del derecho de propiedad sobre las
cosas a las cuales se ha dañado.
Las responsabilidades genéricas o especiales analizadas en capítulo VI de este trabajo, escapan
de las previsiones de la norma comentada y en consecuencia regularán su acción por las
disposiciones del C.C.
CAPITULO VIII
CONCLUSIONES
A los fines de precisar las conclusiones que conllevan las investigaciones realizadas sobre este
tema, debemos señalar que para ello es preciso distinguir los supuestos contenidos en la norma
del Código Civil y la previsión de la L.O.A., así como los posibles sujetos activos según el tipo
de los bienes que se degradan y finalmente cuáles de éstos son protegidos. Con tal objeto y con
el carácter de corolario señalamos las siguientes:
Si se refiere el caso concreto alas previsiones del artículo 27 L.O.A., la teoría sobre
responsabilidad civil que acoge el legislador es la objetiva. Basta que se produzca el daño para
que el responsable se obligue, a reparar el daño causado, sin importar si su conducta es culposa o
no.
Si estamos en presencia de las responsabilidades genéricas o específicas que señala el Código
Civil, hay que distinguir si éste acoge una teoría u otra, si es la subjetiva analizar si acoge la
culpa simple o la presunta.
Estimamos pertinente señalar que de acuerdo a la teoría que se acoja se distribuirán las cargas
procesales probatorias.
3. SUJETOS PASIVOS
Tanto en el supuesto de la Ley Orgánica del Ambiente como del Código Civil el sujeto pasivo es
indiferente, cualquier persona, de naturaleza pública o privada, natural o jurídica, que produzca
un daño de naturaleza ambiental, es potencialmente sujeto de una acción indemnizatoria de
daños ambientales.
4. BIENES PROTEGIDOS
Atendiendo a la atención hecha en el primer párrafo de este capítulo, observaremos que la norma
ecológica contenida en la L.O.A., protege de manera exclusiva a los bienes del dominio público;
ello impone que el beneficio derivado del acogimiento de la teoría objetiva está restringido de
manera exclusiva y limitante a estos bienes específicos.
Por el contrario, cuando el daño se ocasiona a cualquier bien, perteneciente al mundo de los
recursos naturales renovables, cualquiera sea éste tiene la protección legal del Derecho Común,
prevista en el Código Civil, con el agravante de requerir todas las pruebas pertinentes a la
aplicación de la teoría subjetiva o de la culpa.
Si estamos en presencia de una reclamación originada de conformidad con las previsiones del
Código Civil o de la L.O.A., referida a un bien ubicado en terreno urbano, la vía judicial prevista
es la ordinaria, es decir la contenida en el C.P.C. y desde el punto de vista sustantivo en el C.C. y
en la L.O.A. Si el bien afectado está referido a un Recurso Natural Renovables ubicado en un
predio rústico, con ocasión de su uso, aprovechamiento, fomento y conservación, el
procedimiento judicial aplicable lo es el "ordinario agrario", de conformidad con la ley Orgánica
de Tribunales y Procedimientos Agrarios, en concordancia con la ley Orgánica de Tribunales y
Procedimientos del Trabajo, atendiendo al aspecto sustantivo del C.C., L.O.A., L.R.A., L.F.S.A.,
y demás leyes conexas.
ABREVIATURAS USADAS:
BIBLIOGRAFIA