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LA PROPIEDAD II

LA PROTECCIÓN JURÍDICA DE LA PROPIEDAD


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ejerc ic io se deriven.

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Índice

Presentación 4

Acciones judiciales en defensa de la propiedad 5

Acción reivindicatoria I 6

Acción reivindicatoria II 7

Acción reivindicatoria III 8

Acción declarativa 9

Acción negatoria 10

Deslinde I 11

Deslinde II 13

Actio exhibendum 14

Resumen 15

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Presentación

L a protección de la titularidad dominical se articula fundamentalmente a través de la

interposición de diferentes tipos de acciones donde destaca la acción reivindicatoria al tratarse

de una acción real que compete al propietario no poseedor contra el poseedor no propietario,

que posee la cosa indebidamente con la finalidad de solicitar una sentencia de condena a

restituir la cosa.

Ahora bien, si el demandado tuviera un título inscrito en el Registro de la Propiedad, no podrá

ejercitarse ninguna acción contradictoria del dominio de inmuebles o derechos reales sin que

dicha demanda se acompañe de una demanda de nulidad o cancelación de la inscripción

correspondiente.

En este tema se estudiará la protección jurídica de la propiedad a través del análisis de la acción

reivindicatoria, la acción declarativa del dominio, la acción negatoria, la acción de deslinde

y, finalmente, la actio ad exhibendum. Todas estas acciones se interpondrán a través de la

correspondiente demanda ante nuestros tribunales.

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Acciones judiciales en defensa de la propiedad

El derecho de propiedad comprende una serie de derechos y acciones de tipo judicial cuya

finalidad es la de proteger y coartar las posibles perturbaciones que pueda sufrir el titular de

dicho derecho.

Aunque existen varios tipos de acciones, la más importante de todas ellas es la

acción reivindicatoria, prevista en el art. 348 del Código civil.

Además de esta, también han de tenerse en cuenta otras acciones menores como son:

Todas estas acciones, junto a la acción reivindicatoria, están destinadas a

proteger la propiedad.

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Acción reivindicatoria I

El art. 348.2 del Código civil establece que:

a La propiedad es el derecho de gozar y disponer de una cosa, sin más limitaciones que las establecidas en las leyes.
b El propietario tiene acción contra el tenedor y el poseedor de la cosa para reivindicarla.

La acción reivindicatoria es una acción real contra quien posea ilícitamente. Es decir, es una

acción que compete al propietario no poseedor contra el poseedor no propietario que posee la

cosa indebidamente. Esta acción, además, es ejercitable frente a terceros (erga omnes) y se

trata de una acción de condena, de carácter restitutorio.

Para ello, dentro de la acción deben concurrir los siguientes requisitos:

Dominio del actor.

Posesión de la cosa por el demandado.

Identificación de la cosa, es decir, una descripción de la misma.

Para ejercer la acción reivindicatoria, el demandante debe probar su dominio, valiéndose para

ello de los principios generales de carga de la prueba. Además, será necesario tener en cuenta

las siguientes características:

a El reivindicante debe tener un título adquisitivo y la prueba de dominio se correspondería con una prob atio diabólica.
b No es necesario que el título adquisitivo sea escrito al admitirse todos los medios de prueba aceptados en Derecho.
A efectos de prueba, se procede a la aplicación del art. 38 de la Ley Hipotecaria, por medio del cual y, a todos los efectos
c legales, se presumirá que los derechos reales inscritos en el registro existen y pertenecen a su titular en la forma
determinada por el asiento respectivo.
d Si no se realiza esta prueba de dominio, el demandado quedará absuelto.

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Acción reivindicatoria II

Acabamos de referir como requisito necesarios para ejercer la acción reivindicatoria la posesión

indebida y actual del demandado. El problema que se puede plantear es que la acción se

ejercite contra quien poseía en el momento de iniciarse el proceso pero ya no posee. Ello

supondría que en ejecución de sentencia sería imposible la restitución, consistiendo la condena

en una indemnización de daños y perjuicios. No obstante, si al propietario no le satisficiese

podría interponer una acción rescisoria contra el negocio celebrado por el demandado.

El resultado de ejercer la acción reivindicatoria es la restitución de la cosa a su

propietario legal. Sin embargo, en el caso de que el demandado deje de poseer

después de ejercida la acción reivindicatoria, no será posible la restitución y, por lo

tanto, se procederá a la indemnización por daños y perjuicios.

Para la ejecución de esta acción, el demandado debe poseer indebidamente el bien que se

reclama al no poseer ningún tipo de título que justifique su posesión. En el supuesto de existir

algún título obligacional entre el poseedor y el reivindicante (como por ejemplo, un contrato de

arrendamiento) deberán de ejercerse las acciones que cada relación requiera.

Como norma general, y en el caso de que el poseedor también posea un título de dueño, la

jurisprudencia exige que, para ejercer la acción reivindicatoria, se anule el título del demandante.

Así mismo, el art. 38 de la Ley Hipotecaria establece que no podrá ejercitarse ninguna acción

contradictoria del dominio de inmuebles o derechos reales inscritos a nombre de persona o

entidad determinada sin que, previamente o a la vez, se entable demanda de nulidad o

cancelación de la inscripción correspondiente. La petición ha de hacerse en la demanda. En la

práctica, este precepto lleva a un sistema de inversión de la carga de la prueba: al actor le basta

probar su dominio mediante la inscripción.

En un principio, la jurisprudencia negó virtualidad a la inscripción como prueba,

pero actualmente es admitida. En cambio, la constancia en los libros catastrales no

es prueba, solo indicio.

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Acción reivindicatoria III

El último de los requisitos necesarios para ejercer la acción reivindicatoria consiste en la

identificación de la cosa que se reivindica. Se trata de uno de los requisitos más importantes,

pues se debe reclamar una cosa concreta y determinada, por lo que resulta fundamental

realizar una perfecta descripción de la misma. Ello excluye la posibilidad de utilizar esta acción

para reivindicar cosas genéricas.

En múltiples ocasiones, la acción reivindicatoria presenta problemas de descripción pues el bien

es descrito de forma inexacta y con referencias antiguas o incompletas. En consecuencia,

muchas de las acciones reivindicantes fracasan por no cumplir este requisito.

Para la identificación del objeto, son aceptados todos los medios de prueba. Es más, la

jurisprudencia ha aceptado la situación de los linderos como posible identificación.

Finalmente, el efecto de la acción reivindicatoria es una sentencia de condena a restituir la

cosa y, además, deberán de ser aplicadas las normas sobre liquidación del estado posesorio

previstas en los arts. 451 a 458 del Código civil.

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Acción declarativa

Como sabemos, en la acción reivindicatoria lo que se busca es la condena del demandado a que

reconozca y restituya la cosa que indebidamente posee a favor de su propietario. En cambio,

con la acción declarativa lo único que se trata de conseguir es que el demandado reconozca el

dominio sin requerir la restitución de la cosa.

Es decir, con la acción declarativa de dominio se pretende la mera declaración

de existencia de la titularidad dominical, por lo que no es una acción de condena.

La acción declarativa de dominio es útil en supuestos de:

Para ejercer esta acción, se continúa exigiendo al demandante la prueba de dominio y la

identificación o descripción de la cosa en los mismos términos en que se realiza para la acción

reivindicatoria. Y podrá ser demandado todo el que niegue o conteste el derecho del actor.

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Acción negatoria

La acción negatoria representa un mecanismo procesal creado para que el propietario de una

cosa pueda defender la libertad de su dominio negando la existencia de presuntas servidumbres

sobre sus fundos. El objetivo, por tanto, de esta acción es la de evitar las perturbaciones o

inmisiones indebidas y poder impedir que en el futuro puedan volver a perturbar su propiedad.

El propietario debe probar el dominio, pues este se presume libre. Sin embargo, no deberá

probar la falta del derecho del demandado.

Podrá ser demandado, a través de una acción negatoria, todo aquel que pretenda ser titular de

un derecho limitativo del dominio, al ser esta una acción que compete al propietario de una cosa

para que se declare la ausencia o inexistencia de gravámenes sobre su dominio.

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Deslinde I

El art. 388 del Código civil establece que:

"Todo propietario podrá cerrar o cercar sus heredades por medio de paredes,

zanjas, setos vivos o muertos o de cualquier otro modo, sin perjuicio de las

servidumbres constituidas sobre las mismas".

E l fijar los límites de la heredad puede plantear problemas con el resto de propietarios

colindantes y para resolverlo, el Código civil procede a través de sus arts. 384 y 387 donde se

dispone que:

Por lo tanto, debe diferenciarse el deslinde, que es la fijación de los límites de la finca, con el

amojonamiento, que es la señalización o exteriorización de los límites mediante hitos o mojones.

La práctica del deslinde se realizará a través de un procedimiento de jurisdicción voluntaria

(sin que haya impedimento por parte de los colindantes interesados). Después de realizarse el

correspondiente acto notarial, podrá inscribirse en el Registro de la Propiedad, aunque también

se puede proceder al deslinde por acuerdo de los interesados.

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Por otra parte, también existe la posibilidad de ejecutar el deslinde mediante juicio declarativo

cuando haya controversia sobre los lindes, interponiendo la susodicha acción de deslinde.

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Deslinde II

Como sabemos, el art. 384 del Código civil permite deslindar al propietario y a aquellos que

ostenten derechos reales sobre la finca. Ello entra en contradicción con lo establecido en el art

2061 de la anterior Ley de Enjuiciamiento Civil, el cual permitía deslindar al que tuviere

constituido sobre el terreno algún derecho real para su uso y disfrute. Ello es debido a que la Ley

de Enjuiciamiento Civil era más antigua que el Código civil y, por lo tanto, prevalecerá el art. 384.

El deslinde afectará a aquellos propietarios de los predios colindantes, pero no a

todos ellos: solo a aquellos que se encuentren en la linde incierta.

Por otra parte, el art. 385 del Código civil señala que el deslinde se hará en conformidad con los

títulos de cada propietario y, a falta de títulos suficientes, por lo que resultare de la posesión en

que estuvieren los colindantes.

Se entiende por "títulos suficientes" aquellos que señalen los límites y la extensión de las fincas

de que se trate. Si no existiesen títulos suficientes se considerará la posesión que ejercitasen los

dueños de las tierras colindantes (mojones o cualquier otra señal como zanjas o setos).

El art. 386 del Código civil establece que si los títulos no determinasen el límite o área

perteneciente a cada propietario y la cuestión no pudiera resolverse por la posesión o por otro

medio de prueba, el deslinde se hará distribuyendo el terreno objeto de la contienda en partes

iguales.

Así mismo, cabe destacar que no prescribe entre coherederos, condueños o propietarios de

fincas colindantes, la acción para pedir la partición de la herencia, la división de la cosa común o

el deslinde de las propiedades contiguas (art. 1965 Cc).

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Actio exhibendum

La actio exhibendum se trata de una acción preparatoria cuya finalidad es identificar la cosa, el

estado en que se encuentra y la posesión por el demandado. Puede interponer esta acción

cualquier persona que se proponga demandar en relación a una cosa, no siendo una acción

exclusiva del demandado.

Hemos de recurrir, en este sentido, al art. 256.2 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, dedicado a las

"clases de diligencias preliminares y su solicitud".

En dicho precepto, se dispone que todo juicio podrá prepararse mediante la solicitud de que la

persona a la que se pretenda demandar exhiba la cosa que tenga en su poder y la que se haya

de referir.

S u ejercicio efectivo ha sido poco frecuente frente a otras acciones como la de deslinde y

amojonamiento, y aunque no se diga expresamente parece que es una disposición pensada para

cosas muebles.

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Resumen

L a protección jurídica de la propiedad se canaliza a través de una serie específica de

acciones. Entre estas acciones, destaca especialmente la acción reivindicatoria que es una

acción real, ejercitable erga omnes, cuya finalidad es solicitar una sentencia de condena a

restituir la cosa. Otra acción protectora de la propiedad es la acción declarativa del dominio,

que pretende la mera declaración de existencia de la titularidad dominical. Por otra parte, la

acción que compete al propietario de una cosa para que se declare la ausencia o inexistencia de

gravámenes sobre su dominio es la acción negatoria. Finalmente, la acción de deslinde y la

actio ad exhibendum completan las acciones a las que puede recurrirse para proteger la

propiedad.

En este tema han sido estudiados concepto, requisitos y finalidad de la acción reivindicatoria, la

acción declarativa de dominio, la acción negatoria, l a acción de deslinde y la actio ad

exhibendum.

El tema ha incluido los siguientes elementos:

Acciones judiciales en defensa de la propiedad.

Acción reivindicatoria.

Acción declarativa de dominio.

Acción negatoria.

Deslinde.

Actio ad exhibendum.

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