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El Verbo
Los verbos son un tipo de palabra que expresa una acción, un estado o un proceso. Es decir, son las palabras
con las que denominamos a las distintas acciones y condiciones posibles.
Por ejemplo, en las frases “Pablo sube las escaleras”, sube supone una acción que está realizando, en “Pablo
ha crecido un montón”, ha crecido supone un proceso que ha experimentado, y en “Pablo está cansado”,
está supone un estado.
1era singular (yo) raíz + o (yo amo) raíz + o (yo como) raíz + o (yo vivo)
2da singular (tú) raíz + as (tú amas) raíz + es (tú comes) raíz + es (tú vives)
3era singular (él/ella) raíz + a (él ama) raíz + e (él come) raíz + e (él vive)
Los verbos principales de toda oración son fáciles de reconocer, pues se encuentran siempre conjugados,
esto es, adaptados al sujeto de la oración, de modo que exista entre los dos una correspondencia de persona
(1era, 2da, 3era) y de número (singular o plural). Además, en la forma del verbo se toman en cuenta otros
como el tiempo verbal (cuándo ocurre la acción) o el modo verbal (cómo ocurre la acción). A estos aspectos
se les conoce como accidentes verbales.
Persona y número
Las variaciones de persona y número están muy relacionadas. Existen las siguientes posibilidades:
Tiempo
Un verbo, por medio de su terminación, señala si la acción que se cuenta es anterior, simultánea o posterior
al momento en que se está narrando.
Existen tres categorías temporales: pretérito, presente y futuro.
En argentina utilizamos:
2° p.p USTEDES Aman Amaban Amaron Amarán Amarían
Modo
El modo verbal indica la actitud con la que se usa el verbo.
El castellano tiene tres modos: indicativo, subjuntivo e imperativo.
Indicativo: se usa para narrar acciones que son reales o posibles de realizar.
Hoy llovió todo el día.
Subjuntivo: se usa para narrar acciones en las que haya duda o incertidumbre
de que se puedan realizar. También se usa para expresar deseos.
Quizá llueva.
Ojalá llueva.
Tipos de verbos
Verbos regulares e irregulares. Esta diferenciación se basa en la forma de conjugar cada verbo.
Verbos regulares: Siguen la regla o la tendencia general del idioma, la que explicamos en la primera
parte de este artículo. Por ejemplo, «comer».
Verbos irregulares: Requieren de una conjugación aparte, ligeramente distinta, en la que se altera
incluso la raíz del verbo. Por ejemplo, “tener”: yo tengo, tú tienes, él tiene, etc.
Verbos personales e impersonales. Esta distinción se lleva a cabo fijándose en el tipo de oraciones que cada
verbo permite, y específicamente en el hecho de si pueden o no tener un sujeto lógico oracional.
Verbos personales: Se conjuga conforme a la persona. Por ejemplo, «amar».
Verbos impersonales: Se utilizan en tercera persona singular. Por ejemplo, «llover” no puede
realmente conjugarse (“yo lluevo” o “tú llueves” solamente tienen sentido en el lenguaje poético) y
generalmente se usa en oraciones impersonales como “aquí llueve mucho”.