Está en la página 1de 2

1. El Ev. de hoy: Mt 18, 15-20.

Tiene dos partes: la corrección fraterna y la oración en


comunidad.

2. Corrección fraterna: importantísimo para la vida del hogar (esposos; hijos); congregaciones
religiosas y grupos consagrados .: todas las personas. Cuando no hay corrección ni aceptación
de la misma es porque no hay auténtico amor ni de unos de otros.

3. Partimos de que el único ser perfecto: Dios. Y Dios da por supuesto que cometemos errores
y tenemos limitaciones. Pero esto no debe ser un obstáculo para alejarnos del Dios sino una
ocasión y oportunidad para querer mejorar, parecernos y acercarnos más a Él, a Dios, a quien
no le falta nada.

4. La corrección fraterna tiene siempre dos partes: a veces tendremos que corregir y a veces
seremos nosotros mismos los corregidos. En ambos casos necesitamos tener una actitud
correcta.

5. Defectos que encontramos habitualmente…. Lista es interminable: no ser puntual, quejarse,


egoísmo, irascible, rencoroso, desordenado, inconstante, mentiroso, desobediente, tímido,
cómodo, orgullosos,

6. Una de las obras de misericordia es corregir al que yerra. Sería un grave egoísmo si dejamos
a cada cual que se arregle pro sí mismo. Porque Dios no procedió así; se hizo como nosotros y
nos ha ido enseñando a corregir nuestras faltas con su conducto y ejemplo de vida.

7. Para la corrección fraterna el Señor nos da una lista de cómo hemos de hacerla.

- primero: la corrección debe de hacerse siempre, pues así nos lo manda Jesús.

- no empezar “diciéndoselo a la comunidad”, sino al interesado y “a solas”. Porque a veces el


interesado es el último en enterarse de su defecto.

- no debe hacer a modo de crítica, ni con irritación, ni humillando, ridiculizando o hiriendo,


sarcástico.

- la corrección debe hacerse en un lugar y tiempo oportuno; es importante saber lo que


decimos y cómo lo decimos.

8. SI queremos ser eficaces en nuestra corrección:

- hemos de ser conscientes de que también nosotros tenemos nuestros defectos.

- hemos de ver en la otra persona a un hermano para poder tratarle con amor-caridad, cariño,
delicadeza, con serenidad y comprensión, ternura y dulzura… esto nos dará una mano suave
para darle a nuestro hermano la medicina adecuada para su enfermad y así ir al fondo del
problema para poder arreglarlo.

- sobre todo amor a Dios porque si no, la corrección no funciona.


- y el que es corregido: debe ser humilde, en vez de ser orgulloso, debe agradecer siempre un
consejo que un hermano le hace de buena voluntad. Y si el consejo es bueno, tiene y debe
aceptarlo

- Eg., se cuenta de San Francisco que Asís que un día caminando por el campo con sus frailes se
encuentra con un labrador que le pregunta, ¿Eres tú Francisco, ese fraile que tiene tanta fama
de ser santo?. San Francisco se sonríe y le responde, “Sí soy ese fraile que la gente tiene como
santo”. Y el labrador sigue diciéndole, “pues a ver si ahora resulta que lo que dice la gente es
un cuento chino, es mentira. A ver si tu santidad es pura palabra y eres un cuentista”. Los
frailes quieren corregir al campesino, pero San Francisco se lo impide.

9. otras veces nos pueden dar un consejo equivocado. Pero aunque así sea, hemos de
aceptarlo con buena voluntad por respeto a la otra persona.

10. Dice el Señor, que después de la corrección a solas no nos hace caso, ni a los testigos ni a la
propia Iglesia, el Señor nos manda a apartarnos de él .

CONCLUSIÓN:

- Lección del Ev de hoy: deber de la corrección fraterna y la necesidad de recibirla bien.

11. Aquellos que piensan que no necesitan consejo ni corrección nunca… jamás progresarán en
su vida espiritual. Es más, al final esa persona se queda sola porque la gente misma dejará de
aconsejarle. Y dice la Escritura, “Ay de aquel que está sólo!”

12. El que recibe un consejo y una corrección con alegría: esta persona llegará lejos. Dios le
bendecirá siempre porque ve que esta persona es humilde y sabedora de que mete la pata con
frecuencia, es agradecida de tener a sus hermanos que le corrigen.

13. Cuanto más grande es un hombre o una mujer, con mayor humildad y alegría reconocerá
que se ha equivocado.

14. Esos son los cristianos de verdad que cuando se juntan dos o tres en el nombre del Señor, a
esos Dios los escucha.

A veces Dios nos quiere corregir por medio de otras personas. A veces decimos, “Dios no me
habla o no me escucha”. Pero cuando lo hace por medio de otra persona y no hacemos caso
entonces qué

También podría gustarte