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Juramento hipocrático

Guardaré el máximo respeto a la vida y dignidad humanas. No practicaré,


colaboraré, ni participaré en acto o maniobra alguna que atente a los
dictados de mi conciencia. Respetaré siempre la voluntad de mis pacientes y
no realizaré ninguna práctica médica o experimental sin su consentimiento.

3. Muchos piden morir por dolor y soledad: ¡pero eso se arregla con
cuidados paliativos, no matando!
En Nueva Zelanda la Asociación Médica NZ, la Asociación de Médicos de
Cuidados Paliativos y la Asociación de Enfermeras de Cuidados Paliativos se
han declarado contra la eutanasia. La Asociación Médica Mundial dijo en
2019 que “no es ética” y “y debe ser condenada por la profesión médica”.
La Asociación Médica de EEUU se reafirmó en 2019 en que “es incompatible
con el papel del médico como persona que cura” y que la eutanasia legal es
“difícil o imposible de controlar”. Todos dicen que casi siempre se pide la
eutanasia por miedo al sufrimiento, por dolor mal atendido, por soledad y
dolor psíquico… todo eso se puede tratar con eficacia con la medicina actual.

4. La eutanasia legal dificulta invertir en cuidados paliativos y contra el


dolor
Aunque el arsenal médico contra el dolor, la angustia emocional y el miedo es
increíblemente grande, aún debe crecer y mejorar, y, sobre todo, debe llegar
a más personas. Con la eutanasia legalizada, no se invertirá dinero ni recursos
en cuidados paliativos ni en otros muchos campos que afectan al final de la
vida. En cambio, mientras está ilegalizada, la sociedad se ve forzada a invertir
y esforzarse en estos campos, haciendo avanzar la ciencia y la cobertura
médica. Un ejemplo está en la eutanasia en Canadá (informe oficial del
Gobierno): sólo un 28% de los técnicos de eutanasia consultó a un experto en
paliativos respecto a un caso, sólo un 6% se molestó en hablar con un
psicólogo. Con eutanasia legal, hay prisas por matar, no por cuidar o explorar
mejores cuidados y tratamientos.
5. La eutanasia daña al oficio médico
Los médicos son personas que decidieron dedicar su vida a cuidar y sanar y
acompañar… o al menos era así antes de la eutanasia legal. Con la eutanasia
legalizada, ¿seguiremos llamando médicos o medicina al siniestro “arte” de
matar enfermos o ayudarles a suicidarse? ¿Qué pensarán los nuevos médicos
de sí mismos? ¿Cuántos pensarán que tienen no sólo la capacidad técnica de
matar, sino la capacidad de decidir, sugerir, impulsar, animar, conducir a sus
pacientes, hacia la eutanasia? ¿Cuántos lo harán si reciben primas de
aseguradoras o de empresas sanitarias que buscan siempre una gestión más
eficaz, ahorrando costes? Ningún control evitará eso, sólo la total
ilegalización.

No solamente los médicos no están a favor de la eutanasia, sino también


todo lo que es la psicología clínica, ya que en países donde esta legalizada la
eutanasia también se le administra a personas que padecen de depresión
endógena o severa, en este caso cual es la diferencia entre eutanasia y
suicidio, al parecer es solo la palabra.
Contra argumentación
DDHH
Varían desde los más fundamentales —el derecho a la vida— hasta los que
dan valor a nuestra vida, como los derechos a la alimentación, a la educación,
al trabajo, a la salud y a la libertad
Artículo 1
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y,
dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse
fraternalmente los unos con los otros.
Para una vida digna, es fundamental poder vivir sin miedo y con autonomía.
“Tener oportunidades, tener trabajo para cubrir las necesidades básicas como
un techo.
Se considera que este derecho se viola también por omisión estatal, más
precisamente, por incumplimiento de obligaciones positivas del Estado para
generar condiciones que garanticen una vida digna, ya sea de niños, de
personas detenidas, de personas internadas, de comunidades indígenas o de
otros grupos o personas en.

Que pasa con los adultos mayores?

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