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Argumento de datos

La realidad que tenemos con las personas con enfermedades mortales e


incurables o que sufren un tipo de discapacidad locomotora, se ve en el día a día,
la carga física y mental es algo que no cualquiera podría soportar, pacientes que no
soportan el tratamiento y fallecen o se suicidan, o personas que poco a poco pierden
sus capacidades motoras básicas.
Ante esta realidad, aprobar la ley de la eutanasia entra como una posible solución en estos casos,
pero... qué es la LEY DE LA eutanasia?

En muchos países se ha legalizado la ley de la eutanasia, esto bajo distintos parámetros para
ejecutarse, tales como en
Holanda donde se ha despenalizado la eutanasia, bajo las siguientes condiciones(): que el paciente
esté informado sobre
su enfermedad y conozca las posibles alternativas existentes; que el enfermo encuentre
insoportable su sufrimiento físico
o mental; que el deseo de morir sea firme; que su decisión sea personal y libre, sin presiones
sociales; que el médico
consulte a un colega sobre la determinación de aplicar la eutanasia, asegurándose que existen
causas suficientemente
graves para fundamentarla; y que el profesional informe a las autoridades judiciales, comunicando
las circunstancias en que
se ha tomado tal decisión y el método que ha empleado.

La eutanasia, ampliamente definida, puede ser clasificada desde diversos puntos de vista
formulándose distinciones relevantes en el debate sobre su eticidad():
Eutanasia voluntaria: La decisión la toma el paciente directamente o terceros obedeciendo los
deseos que el paciente ha expresado con anterioridad.

Eutanasia no voluntaria: La decisión la toma un tercero sin que haya habido posibilidades de
conocer la determinación del enfermo.

Eutanasia involuntaria: La decisión la toma un tercero sin pedir el consentimiento de un paciente


capaz de expresar su elección o en contra de su voluntad.
Eutanasia activa (o positiva): por acción (administración de sustancia letal p.e.).
Eutanasia pasiva (o negativa): por omisión (abstención o retiro de terapias).
Eutanasia directa: la acción u omisión intenta la muerte del paciente.

Eutanasia indirecta: la acción u omisión no busca la muerte del paciente, pero se es consciente
que ésta puede producirse como efecto secundario no deseado de dicha acción u omisión.
Si nos enfocamos en la Eutanasia activa, esta muestra un apego del 20% de la población en
EE.UU.
De todo esto, llegamos a la conclusión de querer aprobar la ley de la eutanasia por el fin de ayudar
la calidad de vida de estas personas, bajo los regimientos dados, para así demostrar la valía
de una muerte digna luego de batallar con su mal ya mucho tiempo y al fin descansar.
Argumento de ejemplificación

la existencia humana se concibe como una ocasión para el gozo continuo. El sufrimiento y el sacrificio son
cosas del pasado, que la vida moderna con todos sus progresos y avances ya habría superado totalmente.
Desde esta perspectiva, una vida de calidad sería hoy una vida sin sufrimiento alguno, sin límites ni
imperfecciones. Quien piense que queda todavía algún lugar para el dolor y el sacrificio, es tachado de
anacrónico y promotor de una moral para esclavos. Nietzsche llegó a decir que el «enfermo es un
parásito de la sociedad. Hallándose en cierto estado es indecoroso seguir viviendo»

Quizás por estas ideas y otras semejantes hemos ido construyendo una sociedad que tiene miedo y huye
del dolor, de la enfermedad, de la soledad, de la muerte, de los límites humanos. Olvidamos que en el
sufrimiento, la enfermedad y la muerte se manifiesta la interdependencia y la necesidad natural que
tenemos unos de otros. Es más, los seres humanos somos sociables por naturaleza y dependemos para bien
y para mal unos de otros.

Los valores de los que tanto se habla, frecuentemente carecen de fundamento; incluso, se vuelven
intercambiables en función de la conveniencia o del tema de que se trate. En la práctica, los valores y la
ética se convierten en manuales de procedimientos, códigos de «lo correcto» o «lo bien hecho» pero que
no van al fondo y no transforman el interior del ser humano ni se plantean la posibilidad de que las
personas puedan ser mejores.

Además, se vive un falso respeto para no ser una carga o bien para no hacerse uno cargo de los demás.
Hoy, lo «educado» es el cuidado de la forma en detrimento del fondo. Todo se hace, se dice, se organiza y
valora de tal modo que no cause repulsión ni sea desagradable.

La muerte, entonces, tiene que ser también «educada», evitando el dolor, el gasto, las molestias y el
llanto, en condiciones que llamamos decorosas. Las mismas capillas fúnebres son «asépticas». Por eso,
muchos, en aras de este falso respeto, cuidan las formas y el fondo, que es la persona, queda soslayada.
Parece que despreciamos ciertas etapas naturales de la vida del ser humano, como es la imperfección, la
enfermedad, el límite.

La medicina, por otro lado, se ha deshumanizado. parafraseando a Iván lllinch, la medicina,


contemporánea puede constituir una auténtica amenaza contra la salud, pues ha creado una epidemia,
médicamente incurable. La razón de esta nueva enfermedad encuentra su caldo de cultivo en la medicina
institucionalizada, de la que el hombre se siente prisionero y en la que pierde por completo su carácter
personal para transformarse en un problema técnico y económico.

La moderna civilización médica está planificada y programada para matar el dolor, eliminar la enfermedad
y luchar contra la muerte, pero a costa de sacrificar el contenido humano de la existencia.

La ideología liberal tiende a exacerbar los derechos en detrimento de las responsabilidades; pesa más la
libertad sin verdad que la justicia. Se hace tanto hincapié en las capacidades individuales, la libertad, el
éxito, la excelencia y la libre iniciativa, que ello da como resultado una sociedad que se concibe como la
sola suma de individuos, ya no interdependientes, sino sólo asociables por beneficio propio, por interés o
por razones económicas.
Quienes así piensan, pugnan por un Estado que limite su intervención y proteja sus derechos, pero que no
coordine ni dirija la construcción del bien común y, mucho menos, la solidaridad entre desiguales. En
suma, pretenden que el Estado brinde seguridad, pero que se desentienda de las personas, y los que salen
perdiendo son siempre los que menos tienen, esto es, los excluidos.
Argumento de causa y efecto
Argumento de Analogia
Argumento emotivo
Cierto porcentaje de la población mundial posee algun malestar que les dificulta su manera vivir, sea
una discapacidad severa, una enfermedad crónica, un accidente que les cambió su su vida de un momento
al otro, ect. Y la verdad en esto es que detrás de todas estas personas, hay distintos modos de pensar
y sentirse en base a lo que padecen, esto apela a la decisión que tomarán en base a su futuro, es donde
se ponen a pensar y nos ponemos a pensar en.....que hacer?.

En este punto nos planteamos lo siguiente "El derecho a una muerte digna es consecuencia lógica del
derecho a la vida".

En caso de alguna enfermedad como el cancer, sea cual sea el tipo, los tratamientos que nos brinda la
tecnología médica actual no son lo suficiente para encontrar una cura, además de los tratamientos para una
"mejor condición de vida", como la quimioterapia, entre otros, aparte de ser muy costosos y no apto para
todos
los pacientes, conlleva consigo una alta exigencia de dolor tanto físico como mental, de parte de los
pacientes.
Personas con una enfermedad degenerativa e incurable como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Que
poco a poco
va perdiendo la posibilidad de mover su brazo o piernas, y a la larga ni siquiera poder alimentarse por si
mismos
y postrarse en una silla de ruedas toda su vida o lo que le queda de esta.

Todo esto se plantean estas personas al recibir su diagnóstico y también otros personas cercanas a ellas, pero
como
nos preguntamos en el primer párrafo...qué hacer?

En muchos países se ha legalizado la ley de la eutanasia, esto bajo distintos parámetros para ejecutarse, tales
como en
Holanda donde se ha despenalizado la eutanasia, bajo las siguientes condiciones(): que el paciente esté
informado sobre
su enfermedad y conozca las posibles alternativas existentes; que el enfermo encuentre insoportable su
sufrimiento físico
o mental; que el deseo de morir sea firme; que su decisión sea personal y libre, sin presiones sociales; que el
médico
consulte a un colega sobre la determinación de aplicar la eutanasia, asegurándose que existen causas
suficientemente
graves para fundamentarla; y que el profesional informe a las autoridades judiciales, comunicando las
circunstancias en que
se ha tomado tal decisión y el método que ha empleado.

Según testimonios sobre la eutanasia de personas que padecen de cáncer avanzado,


"“No pienso en ello ahora, pero defiendo ese derecho. Si mañana decido esto, la finalidad es acabar
con el dolor, no con la vida. No es un suicidio”-Jesús Blasco(65años)
, cáncer de garganta.
“Será muy duro, pero ya sé cómo será ese momento: estaré abrazada a mi familia. Nos despediremos
juntos” Ana Mosquera,
paciente
con discapacidad y cáncer al colon, sobre la eutanasia.
Al igual que estos 2 casos, hay miles, en diferentes circunstancias y diferentes males, pero como ellos, ven a
la eutanasia como
una posible solución a su sufrimiento, mas no como una solución inminente, todos tenemos que tener el
derecho a una muerte digna.

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