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Gabriel Marcel

1889-1973

Jesús Lezama

Nació un 7 de diciembre del año 1889 en París. A los 5 años de edad su madre muere y esto le
trajo una infancia dura, ya que carecía de la ausencia de su madre y su abuela y tía quien se
convertiría en su madrasta eran fuertes con él. Su padre era un diplomático y director de la
escuela de bellas artes.

Tuvo buenos resultados en la primaria y secundaria, estudió 4 años de filosofía en la Sorbona y


tras terminar la carrera de filosofía Marcel se dedicó a ser profesor en diferentes instituciones
al mismo tiempo y a publicar obras literarias, pero fue interrumpido por la primera guerra
mundial donde fue destinado a la cruz roja con la tarea de encontrar a militares desaparecidos.

En 1919 se casó con Jacqueline Boegner, que era protestante y le pidió que el matrimonio se
realizara de acuerdo con los ritos de tal religión. Marcel aceptó. En 1929 tras largo período de
inquietud religiosa e influenciado por sus amigos, Du Bos y Mauriac, Marcel se convirtió
al catolicismo. De este período de búsqueda religiosa también surge su obra Être et
avoir publicado en 1935.

Marcel sostenía que los individuos solo pueden ser comprendidos en las situaciones
específicas en que se ven implicados y comprometidos, esta afirmación constituye el eje de su
pensamiento calificado como existencialismo cristiano o personalismo aunque él negaba que
sea eso y denominaba su filosofía como neo-socrática.

Su pensamiento es una investigación acerca de las condiciones de la existencia humana, que clasificó en
dos categorías: las metafísicas y las fenomenológicas. Las condiciones metafísicas son necesarias y
expresan la seguridad existencial que todo hombre tiene de lo que significa ser hombre. Esta seguridad
existencial adopta diferentes modalidades.

En primer lugar, todo ser humano es un ser encarnado, es decir, es un ser corporal. El ser
humano es su cuerpo, no tiene un cuerpo. Marcel diferencia entre el cuerpo-sujeto y el cuerpo
objeto y dedica una gran atención a la sensación, que es lo que garantiza la intimidad y
peculiaridad del cuerpo propio.
En segundo lugar, todo ser humano es un ser temporal, un ser cuya existencia es temporal. Los
seres humanos son seres que participan del ser, pero no son plenamente. Puesto que existen,
pero no son ser plenamente, son temporales.
En tercer lugar, todo ser humano es un ser intersubjetivo. No es posible una persona sola, sin
otras personas. El hombre puede decir "yo" porque puede decir "tú". La intersubjetividad, que
es la condición de la subjetividad, puede adoptar diferentes maneras de darse: el encuentro
amistoso, la familia, la comunidad humana y el encuentro con Dios.
En último lugar, todo ser humano tiene una intimidad. Es un ser que tiene una relación
especial consigo mismo.
También propone la verdad como un valor trascendente, buscado por todo ser humano, pero
que muchas veces se encuentra impedido de acceder a ella por el avance de la tecnificación de
la existencia. Para él, entre verdad y libertad hay una conexión importante. “Se alcanza ser
libre al encontrar la verdad, y se encuentra la verdad al ser libre”
Fallecería a la edad de 84 años.

Algunas de sus obras fueron:

 Diario metafísico (1923)


 Ser y tener (1933)
 Être et avoir (1935)
 Del rechazo a la invocación (1940)
 Homo viator (1944)
 El misterio ontológico (1959)

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