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ESTRUCTURA FORMAL DEL RECURSO DE

APELACION: MODO, TIEMPO Y LUGAR

El recurso de apelación en el marco de lo establecido en


los artículos 410 y 415 del CPP se formaliza mediante la
presentación de un escrito motivado de apelación en la
secretaría del tribunal que dictó la resolución impugnada
en un plazo de cinco días a partir de la notificación de la
decisión (art. 411). Tal y como lo establecimos cuando
tratamos el recurso de oposición, aquí rigen también las
disposiciones del artículo 143 del CPP, el cual establece
las condiciones y formalidades para computar los plazos.

Una vez recibido el recurso por parte del secretario o la


secretaria del tribunal este deberá notificarlo a las demás
partes para que lo contesten en un plazo de tres días (art.
412). Las partes imprescindibles en un proceso penal
acusatorio son el ministerio público, el imputado y su
defensor. Sin embargo, puede que además de las
anteriores, en un proceso figuren como partes la víctima
constituida en querellante o en actor civil y el tercero
civilmente responsable. La regla general es que todo
aquel que figure como parte en un proceso debe ser
notificado en ocasión de un recurso
Las partes pueden producir y aportar pruebas para
fundamentar sus pretensiones en el marco de un recurso
de apelación, siempre y cuando cumplan con la exigencia
de “indicar con precisión lo que se pretende probar” (art.
411).

Ahora bien, ¿qué tipo de pruebas son las que con mayor
frecuencia se utilizan en ocasión de la interposición de
recursos? Si nos regimos por el principio de libertad de
pruebas establecido en el artículo 170 del CPP, podemos
concluir que cualquier medio probatorio es utilizable para
acreditar o refutar los puntos que se sostienen en un
recurso. De la lectura de los artículos 311 y 312 del CPP,
se establece que el recurrente deberá ofrecer su legajo
probatorio en el escrito de apelación con el que ataca la
decisión impugnada y las demás partes en su escrito de
contestación. Si la prueba es testimonial deberán
enunciarse los datos personales de cada testigo, y el
punto o los puntos establecidos en el recurso que se
pretende probar con su testimonio. Si la prueba es
documental deberá describirse y depositarse
conjuntamente con el escrito de apelación. Lo mismo
deberá hacer las demás partes.
El modo de producción de las pruebas en ocasión de este
tipo de recursos responde a los fundamentos de un
sistema acusatorio, ya que la carga de presentación recae
fundamentalmente en la parte proponente, teniendo la
jurisdicción una obligación de carácter subsidiario de
expedir citaciones u órdenes necesarias, las mismas
deben ser tramitadas por quien haya promovido la
actividad probatoria.(art.413)

Una vez que se haya cumplido con los requisitos


anteriores el secretario del tribunal deberá remitir las
actuaciones a la Corte de Apelación en un plazo de 24
horas a los fines de que esta tome las decisiones de
lugar. (Art. 412). Es importante recalcar en este punto el
interés por la celeridad expresado por el legislador, ya que
en un plazo de a penas nueve días hábiles, se concentran
todas las actuaciones procesales y administrativas que
deben llevarse a cabo para apoderar correctamente la
Corte de Apelación. Estas actuaciones incluyen la
presentación del recurso (cinco días), su contestación por
las partes contrarias (tres días) y el apoderamiento de la
corte por parte del secretario (24 horas). A todo lo anterior
debemos agregarle el contenido del último párrafo del
artículo 411, el cual dispone que la presentación del
recurso no paraliza la investigación ni los procedimientos
en curso.
Este interés por la celeridad se confirma aún más en la
rúbrica del artículo 413, el cual le otorga a la Corte de
Apelación solo diez días para decidir sobre la
admisibilidad del recurso, la procedencia de los medios
alegados y hasta una posible vista para conocer la
discusión de las pruebas en caso de que alguna de las
partes hayan hecho algún ofrecimiento. El análisis del
artículo 413 conduce necesariamente a una reflexión
interesante con respecto al papel de la Corte de Apelación
una vez que ha sido apoderada del recurso para que
provea su decisión. De la lectura del primer párrafo de
dicha normativa se puede inferir que el tribunal de alzada
puede conocer sobre el fondo del recurso de apelación si
lo encuentra admisible, sin tener que convocar a las
partes a la celebración de audiencia oral. Es lo que puede
concluirse si seguimos la indicación expresa de dicha
norma cuando establece que luego de recibir las
actuaciones, la corte, dentro de los diez días siguientes,
decide sobre la admisibilidad del recurso y resuelve sobre
la procedencia de la cuestión planteada en una sola
decisión. Es decir, que tanto el juicio de admisibilidad
como el de procedencia se resuelven en una misma
decisión, la cual no parece que tenga que proceder de un
contradictorio oral, sino del examen de los escritos de las
partes que en sesión interna hagan los jueces de alzada.
Sin embargo, en el segundo párrafo del mismo artículo se
plantea la posibilidad de que la corte celebre una
audiencia oral para conocer sobre la procedencia del
recurso, siempre y cuando alguna de las partes haya
ofrecido pruebas, pero, aun en este supuesto, la
celebración de una audiencia oral es facultativo de la
corte, por cuanto el texto referido deja tal posibilidad a su
soberana discreción, en la medida que la corte la estime
necesaria y útil. Esto quiere decir que si una parte tiene
interés en que el conocimiento de un recurso se celebre
en el marco de una audiencia oral, debe desarrollar un
petitorio inlimine antes de que el tribunal se avoque a una
sesión interna, teniendo la obligación de ponderar tal
solicitud en razón del carácter acusatorio del proceso
penal en donde se hace necesario priorizar el
contradictorio a través de la oralidad.

Escuela Nacional de la Judicatura 222 © ESCUELA


NACIONAL DE LA JUDICATURA, 2007 Otro caso
interesante en la dinámica procesal del recurso de
apelación sobre resoluciones y que pone de manifiesto
con mayor rigor la decisión del legislador de no prohijar
dilaciones que pudieran degenerar en violaciones y
atropellos a los derechos de las partes en justicia pero
fundamentalmente los derechos de los imputados, es la
disposición del artículo 414 que crea un procedimiento
especial para impugnar las resoluciones que imponen
prisión preventiva, arresto domiciliario o que rechacen su
revisión o sustitución por otra medida. En este caso es
obligatoria por parte de la corte la celebración de una
audiencia oral y el conocimiento y decisión del recurso de
apelación deben resolverse dentro de las 48 horas a partir
de su presentación si el juez recurrido y la corte
apoderada se encuentran en el mismo distrito judicial y en
los demás casos en 72 horas. La creación de un
procedimiento tan sumario para conocer y decidir las
apelaciones sobre prisión preventiva, arrestos
domiciliarios o negativas de revisión de estas medidas
pone de manifiesto la conciencia del legislador sobre la
gravedad de la prisión preventiva como medida de
coerción de última ratio que al imponerse produce en el
afectado no solo un ataque directo a la presunción de
inocencia que lo protege, sino una vulneración al estatuto
de libertad que caracteriza el Estado social democrático
de derecho en el que vivimos y por consiguiente se
impone el carácter excepcional de este tipo de medidas,
no debiendo recurrirse a ellas de forma festiva o morbosa,
sino de forma excepcional y cuando las circunstancias
razonablemente lo permitan.
Al decidir sobre el recurso la corte tiene la obligación de
motivar su decisión a partir de la valoración de las
pruebas que se incorporen, teniendo facultad para
desestimar el recurso si no lo estima procedente, en cuyo
caso se confirma la decisión apelada o puede declarar
con lugar el recurso, en cuyo caso revoca o modifica
parcial o totalmente la decisión y dicta una propia sobre el
asunto. (art.415)

Del contenido de los artículos 411, 412, 413, 414 y 415


del CPP, se establece que la labor jurisdiccional de la
Corte de Apelación no siempre debe reducirse al mero
examen técnico de los recursos para determinar su
admisibilidad formal o la procedencia de los medios
planteados, sino que además esta instancia superior
cuando las circunstancias lo ameriten tiene la obligación
de celebrar audiencias orales en las que se produzcan
verdaderos contradictorios donde se discutan las pruebas
y se confronten las diferentes tesis jurídicas defendidas
por cada una de las partes. Es la esencia del proceso
penal acusatorio.

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