Está en la página 1de 4

Tipos de fibras musculares

El musculo esquelético es un tejido capaz de enfrentar múltiples demandas funcionales, desde


realizar movimientos de precisión para los que no se requieren tanta fuerza, hasta contracciones
máximas, como el mantener de la postura corporal. Esto se debe en gran parte, a la existencia de
varios tipos de fibras musculares, que poseen características metabólicas, moleculares y
funcionales diferentes. Los diferentes tipos de fibras se encuentran en proporciones variadas dentro
de cada musculo. Es decir, cada musculo es un mosaico con diversas proporciones de los distintos
tipos de fibras, lo que le concede propiedades especiales y la adaptación perfecta a la tarea
funcional a la cual está destinado el musculo.

Hoy en día, las fibras musculares se clasifican según el tipo de miosina presente en la célula y
también por la velocidad de acortamiento de la fibra. Estos dos criterios se encuentran sumamente
relacionados entre sí, ya que es la isoforma de miosina presente en la fibra es el principal
determinante de la velocidad de contracción de la célula muscular, esto se da ya que la miosina es el
“motor” de la contracción. Ahora bien, la molécula de miosina está formada de seis proteínas, dos
de ellas llamadas cadenas pesadas, y las otras cuatro llamadas cadenas ligeras. Es específicamente
la isoforma de cadena pesada de la miosina, en ingles Myosin Heavy Chain (MHC), el que
determina en una medida mayor la velocidad de acortamientos de las fibras. Actualmente, se
pueden diferenciar las variadas isoformas de MHC por medio de técnicas electroforéticas,
inmunológicas e histoquímicas sumamente precisas.

Con la ayuda de estas técnicas se puede reconocer en los mamíferos cuatro tipos de fibras
musculares: fibras de tipo I, estas son de contracción lenta y fibras tipo II, estas son de contracción
rápida, y de las cuales existen tres subtipos: IIA, IID o IIX y IIB. Por otro lado, en el ser humano
solo encontramos fibras de los tipos I (lentas) , IIA (intermedias) y IIX (rápidas). Los distintos tipos
y subtipos de fibras, además de tener diferentes isoformas de miosina y velocidad de contracción,
también se diferencian en múltiples aspectos, como su distribución, capacidad de almacenamiento
de calcio, metabolismo, etc.

En primer lugar, las fibras tipo I son aquellas que más espacio hidrolizan el ATP para contraerse,
este acontecimiento determina a su vez la velocidad máxima de acortamiento de las fibras sea
menor dentro de los distintos tipos de fibras, y esa es la razón por la cual se denominan “fibras
lentas”. Asi mismo, las fibras tipo I manifiestan cadenas ligeras de la miosina características de este
tipo de fibra. Por otro lado, proteínas reguladoras como troponina y tropomiosina que son
componentes de la maquinaria contráctil también presentan isoformas características del tipo de
fibra. A pesar de esto la principal proteína de los filamentos finos (la actina), no muestra distintas
isoformas según el tipo de fibra musculoesquelética.

Otra característica de las fibras tipo I, que es detectable por medio de microscopia electrónica, es el
mayor grosor de la línea Z, esto refleja el mayor solapamiento entre los filamentos finos de
sarcomeros adyacentes, que tiene lugar en las fibras tipo I frente a las de tipo II. Y por último
podemos diferenciar que el sistema contráctil de las fibras tipo I se dispone de miofibrillas, las
cuales son más escasas que en las fibras tipo II.

Ahora bien, en el sistema de acoplamiento excitación-contracción, por lo general este tipo de fibras
presenta un menor desarrollo de los componentes celulares que intervienen en el acoplamiento
(túbulos transversales, retículo sarcoplasmico y proteínas asociadas a ellos). Puesto que los
potenciales de acción son transmitidos con menor frecuencia en estas unidades motoras, por lo que
las fibras tienen un periodo de tiempo más largo para relajarse posterior a una contracción, de
modo que no necesitan un gran desarrollo de estos sistemas para relajarse a gran velocidad. Este
evento permite un ahorro energético y una mayor resistencia a la fatiga.

Y por último el metabolismo energético, las fibras de tipo I obtienen mayor parte del ATP para la
contracción del metabolismo aeróbico, es decir, de las vías metabólicas dependientes de la
presencia de O2 en la célula. El importante desarrollo del metabolismo oxidativo en estas fibras
hace que los sustratos utilizados primordialmente sean los triglicéridos y los hidratos de carbono. La
velocidad de propagación del impulso nervioso en el axón que inerva a estas fibras es baja, siendo
el axón de pequeño calibre con un bajo nivel de excitación, al contrario de lo que ocurre en fibras de
tipo II. En resumen, estas fibras presentan baja velocidad miosin ATPasa y de acortamiento, bajo
desarrollo de los sistemas implicados en la homeostasis del Ca y una gran capacidad oxidativa.
Gracias a estas características son células bien adaptadas para la realización de ejercicios aeróbicos
y prolongados como nadar, montar en bicicleta, trotar, remar, etc.

En segundo lugar, las fibras tipo II presentan una velocidad de contracción de 3 a 5 veces mayor
que las de tipo I. Estas fibras se subdividen en distintos grupos que se diferencian
fundamentalmente en el tipo de miosina que expresan, y por ende su velocidad de contracción. En
general, las fibras IIB constituirían la forma más rápida, con un metabolismo más glucolitico, las
IIA serían las más lentas y de carácter más oxidativo de todas las rápidas, y las IIX o IID
presentarían características intermedias.
Dentro del orden de ideas, el aparato contráctil, pueden presentar varias isoformas de cadena pesada
de miosina, denominadas MHC-2A, MHC-2B y MHC-2X. La velocidad ATPasa de estas
isoformas es mayor en la IIB, menor en las IIA e intermedia en las IIX, por esto se debe la
velocidad de cada una. En las fibras rápidas encontramos isoformas rápidas tanto de la
tropomiosina como de los tres componentes del complejo troponina, mientras que la actina
presente es la misma que la que se encuentra en las fibras tipo I. Las fibras IIA son las de mayor
grosor, pero respecto al aparato contráctil la principal diferencia entre los 3 subtipos de fibras tipo II
es la isoforma de MHC que presentan.

Continuamos con el sistema de acoplamiento excitación-contracción, como ya se mencionó está


más desarrollado que las fibras tipo I. Prueba esto es que los túbulos T representan un mayor
volumen respecto al volumen celular total, además la isoforma es distinta de la existente en las
fibras tipo I, es entre 5 a 7 veces más abundante que en estas, etc. Estas características permiten que
las fibras de tipo II puedan almacenar más cantidad de Ca y liberarlo al sarcoplasma más rápido, y
que sus miofibrillas se contraigan más rápido, y por último, que el CA liberado se introduzca de
nuevo en el RS más rápidamente, con lo que la relajación de las fibras también es rápida. En sí, el
proceso de contracción-relajación es más rápido que en las fibras tipo I.

Y por último sobre las fibras tipo II el metabolismo energético, estas fibras son más dependientes de
la glucolisis como fuente de energía de las fibras tipo I, tienen menor importancia respecto al
metabolismo oxidativo, por eso presenta una menor densidad mitocondrial y mitocondrias más
pequeñas. Dentro de sus subtipos, las IIB poseen mayor capacidad glucolitica y menor capacidad
oxidativa, contrario a las IIA y las IIX presentan características intermedias entre ambas.

Tomando en cuenta las características mencionadas podemos deducir que las fibras II son aquellas
de las que se obtiene una respuesta más rápida y con mayor tensión cuando se activan, aunque
debido a su metabolismo son más fatigables. Por esto, son particularmente adaptadas a participar en
actividades físicas breves e intensas, como el levantamiento de peso o aquellas que implican
numerosos cambios de ritmo, como el baloncesto, futbol, tenis, etc.

Tipos de Contracciones Musculares

La contracción del músculo esquelético es un proceso que nos permite generar fuerza para mover o
resistir una carga. Se define como la activación de las fibras musculares con tendencia a que éstas se
acorten. En fisiología muscular, las fuerzas generada por el músculo que se contrae se denomina
tensión muscular. La generación de tensión en un músculo es un proceso activo que requiere un
aporte energético por parte del ATP. Fisiológicamente el músculo está constituido por una banda A
(contiene miosina) la cual mantiene su longitud constante durante la contracción, mientras que la
banda I y la zona H se acortan, proponiendo así la teoría de deslizamiento de los filamentos. Las
contracciones musculares se dividen en: isométrica e isotónicas, esta a su vez contracción
concéntrica y contracción excéntrica.

Las contracciones musculares isotónicas, que son aquellas donde la tensión (fuerza de contracción)
desarrollada por el músculo se mantiene casi constante mientras que el músculo modifica su
longitud, pero manteniendo su fuerza, estas son las que se requieren para los movimientos
corporales y para el traslado de objeto. En el mismo orden de ideas esta se divide en contracción
isotónica concéntrica, donde la tensión generada es suficientemente grande como para superar la
resistencia, por lo que el músculo se acorta y tracciona de otra estructura, como por ejemplo el
tendón. A su vez también tenemos la contracción isotónica excéntrica, qué es cuando la longitud de
un músculo aumenta durante la contracción, en esta la tensión ejercida resiste al movimiento de
una carga.
Ahora bien, existen ejercicios que producen contracciones isotónicas los cuales se dividen en,
ejercicios concéntricos para las contracturas musculares que son aquellos en los que las fibras del
musculo se acortan y se vence una resistencia externa, estos son los ejercicios mas utilizados en la
práctica deportiva y también tenemos ejercicios excéntricos que son aquellos en los que se aumenta
la tensión en un estado de alargamiento de las fibras musculares.
Por otro lado tenemos la contracción isométrica, que es donde la tensión generada no es suficiente
para superar la resistencia del objeto a músculo, y por lo tanto el músculo no modifica su longitud.
Si bien estas contracciones no producen movimiento corporal, aún así hay gasto energético.
Tomando en cuenta esto, existen ejercicios isométricos para las contracturas musculares, son
aquellos que implican una tensión muscular pero no generan movimiento de acortamiento o
alargamiento del musculo. Es decir, se trata de ejercicios donde la musculatura se opone a una
fuerza sin que el ángulo o la longitud muscular hagan ningún movimiento, por ejemplo, la plancha
abdominal o una sentadilla estatica.

También podría gustarte