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GONZALO SANABRIA ANZOLA

Actitudes correctas ante la adversidad.

Reflexiones cristianas sobre la fe, la soberanía,


amor y cuidado de Dios con sus hijos.
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Las citas bíblicas han sido tomadas de la Biblia Versión Reina-Valera de 1960.

Actitudes correctas ante la adversidad

Introducción: Ante los obstáculos de la vida todos tenemos


reacciones diferentes (Judas se suicidó, David se humilló y se
arrepintió delante Dios, Jesús oró en el huerto de Getsemaní, etc),
sin embargo Dios nos enseña la manera idónea para enfrentar cada
adversidad, él nos da la sabiduría para tomar las mejores
decisiones, él nos fortalece para perseverar y alcanzar aquellas
grandes cosas que nos ha preparado.

Hablemos bendiciendo a Dios y nuestra vida.


La Biblia nos enseña que un día Job fue probado. A aquel gran
hombre de Dios un día le llegó la adversidad de modo que perdió
sus hijos, sus ganados, sus cosechas, su salud y hasta su esposa
murmuró contra Dios y contra él.

¿Cómo reaccionamos cuando enfrentamos etapas críticas y difíciles


en nuestra vida? ¿Cuál es nuestra actitud cuando los resultados no
son los que esperamos? ¿Qué hablamos cuando nuestra salud o
familia enfrenta obstáculos?

La Biblia nos enseña las actitudes de Job en medio de esta


situación:

Job 1:22 nos enseña que Job no le echó la culpa a Dios, “En todo
esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno”.

Job 2:9-10 nos muestra que Job ante la presión, molestia y rechazo
de su esposa no pecó con sus labios contra Dios “Entonces le dijo
su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete. Y
él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has
hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo
recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios”.

Job 3:1-4 el patriarca maldice el día de su nacimiento. Ante la crisis


abre su boca para declarar malas palabras sobre el momento en
que nació. “Después de esto abrió su boca, y maldijo su día…
Perezca el día en que yo nací y la noche en que se dijo: Varón es
concebido…”.

Todo esto nos permite ver su temor de Dios al no hablar contra él;
pero vemos también su humanidad al maldecir con decepción,
tristeza y enojo el día de su nacimiento. Vivir una crisis semejante
no es fácil y conservar un estado de ánimo apropiado no es sencillo.

Sin embargo, debemos darle a la palabra de Dios el primer lugar en


nuestras decisiones y ella nos enseña la importancia de adorar a
Dios, darle gracias y bendecir su nombre. En nuestra boca está la
vida y la muerte, y por eso Jesús dijo: “Bendecid a los que os
maldicen, y orad por los que os calumnian” Lucas 6:28, y también
dice la Escritura: “Bendecid, y no maldigáis” Romanos 12:14.

Tu vida es un diseño divino, fuiste planeado un día por Dios y él ha


preparado un maravilloso propósito para tu existencia aquí en la
tierra, y después de cumplirlo su deseo es que estés para siempre
con él.

Tu vida no es un estorbo ni un accidente, eres linaje real, sacerdote


para Dios, fuiste redimido con la sangre preciosa de Jesús, eres
hijo(a) de Dios, sin duda el título más grande en esta tierra.

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Fortalece tu fe y confianza en Dios.

Sin duda la experiencia vivida por Job fue un gran desafío, y su


integridad y fortaleza espiritual es para nosotros un ejemplo hoy.
Después de perderlo casi todo (hijos, cosechas, ganados, etc), con
su boca Job no habló contra Dios, aunque tuvo momentos críticos.

Nos dice la Biblia en Job 4:1-5 “Entonces respondió Elifaz temanita,


y dijo: … He aquí, tú enseñabas a muchos, y fortalecías la las
manos débiles… Más ahora que el mal te ha venido sobre ti, te
desalientas, y cuando ha llegado hasta ti, te turbas”.

Debemos tener presente que Elifaz no conocía el origen exacto de


la situación de Job, que a nosotros se nos revela en el primer
capítulo del libro, Job no estaba sufriendo la consecuencia de sus
pecados, él era recto y justo (nos dice el capítulo uno), era satanás
quien quería destruirlo para hacerlo blasfemar contra Dios.
Sin embargo Elifaz al ignorar esto se convierte casi que en un juez
contra Job. Actitud que no debemos tomar contra otra persona
cuando está pasando por tiempo de prueba o crisis.

El único juez es Dios, y sólo él conoce los motivos de cada corazón.


Es muy importante tener presente que ante la adversidad o prueba
el mejor camino es acudir a Cristo; la crisis es una oportunidad para
fortalecer y avivar nuestra comunión con Dios y su palabra.

Las palabras de Elifaz nos permiten reflexionar en varias cosas de


nuestra vida hoy. Por ejemplo:

A veces la verdad nos molesta, pero es la verdad la que trae


libertad, la verdad provoca reacción en una persona que ha estado
cautiva en la mentira y el engaño. Muchas veces es la verdad la que
provoca cambios en una persona para salir de su situación. La
verdad de Dios restaura, libera y alienta al que está desanimado.

La verdad nos enseña que muchas veces somos buenos para


animar y alentar a otros, para aconsejar la vida de otros; pero
cuando enfrentamos la adversidad se nos olvida todo lo que hemos
dicho y aconsejado, y terminamos consintiendo el desánimo.

Mediante la prueba en nuestra vida Dios nos ayuda a comprender


que no debemos juzgar ni condenar a los demás, ni que debemos
ser crueles con nuestras palabras cuando el otro cae, o cuando
desanimado se aparta del camino de la fe, más bien debemos
animarlos y orar por ellos; pues es lo mismo que quisiéramos recibir
ante los obstáculos de nuestra propia vida.

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La adversidad es un espacio de profunda reflexión. Job 4:6-8.


“¿No es tu temor a Dios tu confianza? … recapacita ahora ¿Qué
inocente se ha perdido? y ¿en dónde han sido destruidos los
rectos?... Los que aran iniquidad y siembran injuria, la siegan”.

Las palabras del Señor nunca pasarán, y él ha establecido que


bendecirá al que en su corazón es temeroso de Dios, y el que es
recto en su caminar no caerá. Precisamente por esto pregunta:
¿Qué inocente se ha perdido? y ¿en dónde han sido destruidos los
rectos? Con estas palabras Elifaz quería hacer ver a Job que quizá
había pecado contra Dios.

El versículo ocho nos hace recordar el principio de la siembra y la


cosecha. Nos enseña que quienes siembran maldad, injusticia,
engaño, crimen, calumnia, robo, eso será lo que en su vida
cosecharán.

No todas las cosechas se dan en el mismo tiempo, pero toda semilla


un día germinará. Por eso es fundamental renunciar a toda mala
semilla que hemos sembrado, o que hemos albergado, y pedir
perdón a Dios por eso, para que sólo germinen en nuestra vida la
buenas semillas de las promesas de Dios.

Por la vida vamos sembrando, procuremos dejar la mejor semilla en


nuestros hijos, la mejor semilla en nuestro trabajo o negocio, la
mejor semilla en la universidad o en la iglesia, la mejor semilla en el
corazón de nuestro cónyuge, porque mañana estaremos
cosechando lo que hemos sembrado.

Recordemos las palabras de Proverbios 28:13-14 “El que encubre


sus pecados no prosperará, más el que los confiesa y se aparta
alcanzará misericordia. Bienaventurado el hombre que siempre
teme a Dios”.

Así como un constructor se dedica a restaurar una casa, le hace


modificaciones y la mejora con el trabajo de sus manos día a día,
pues ese no es un trabajo que se hace de la noche a la mañana,
podemos nosotros con la ayuda de Dios restaurar, modificar y
mejorar en gran manera nuestra vida. No nos culpemos, más bien
manos a la obra, Dios está con nosotros y él nos ayudará.
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No caigas en la tentación de culpar o acusar a Dios. Job 4:17-


19.

“¿Será el hombre más justo que Dios? ¿Será el varón más limpio
que el que lo hizo?...”.

Quizá ante la dureza de la crisis o por la dificultad de la prueba el


cristiano puede verse tentado a hablar contra Dios o a considerar
que el Señor no está haciendo lo correcto, o probablemente puede
llegar a pensar que Dios está siendo injusto con él.

Pero todos estos argumentos son equivocados, pues sabemos que


Dios es perfecto y que no hay falla, ni injusticia, ni error en él; y
todos nuestros pensamientos equivocados se vienen abajo ante
preguntas como:

“¿Será el hombre más justo que Dios?”

“¿Será el hombre más limpio que su creador?”

Recordemos que el mismo Moisés por el Espíritu Santo dijo en


Deuteronomio 32:4-5 “Dios es la Roca, su obra es perfecta, todos sus
caminos son rectitud. Dios de verdad, sin ninguna iniquidad en él; es
justo y recto. La corrupción no es suya; de sus hijos es la mancha”.

Nunca saldremos bien librados al hablar contra Dios, la


murmuración es una mala semilla que produce una triste y dolorosa
cosecha.
Recordemos por ejemplo al pueblo de Israel por el desierto, quien
contó con el poder y la presencia de Dios de día y de noche
guiándolos hacia la tierra prometida, pero ante las dificultades el
pueblo murmuraba contra Dios y contra Moisés, esto sucedió varias
veces, lo que generó, como bien sabemos, juicios y fracasos,
además de dilatar el tiempo por el desierto a cuarenta años.

Guardemos nuestra boca de hablar contra Dios y evitemos culpar al


Señor por las cosas que vivimos, pues nuestra mente no alcanza a
comprender la obra, los juicios y la bondad de Dios, más bien, como
nos enseñó el Señor Jesús bendigamos y no maldigamos. Todo él lo
hace para nuestro bien, aunque a veces no entendamos su obra, ni
sus métodos.

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Siempre ten presente: Dios es bueno y mucho más


sabio que tú.
Job 42:1-6, 10, 12-13, 16-17.

“Respondió Job a Jehová, y dijo: … Yo hablaba lo que no entendía,


cosas demasiado maravillosas para mí… De oídas te había oído,
mas ahora mis ojos te ven… Y quitó Jehová la aflicción de Job y
aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job…
después de esto vivió Job 140 años y vio a sus hijos hasta la cuarta
generación…”.

Todos vivimos diferentes etapas en la vida, algunas más


complicadas que otras; así mismo también vivimos etapas muy
agradables. En todo tiempo debemos mantener presente en nuestro
corazón, una verdad que nos enseña la Biblia de principio a fin: Dios
es bueno.
El patriarca en el capítulo cuarenta y dos de Job nos muestra su
arrepentimiento y reconoce su ignorancia. Precisamente por no
entender muchas cosas de nuestra vida podemos caer en el error
de cuestionar a Dios, pero lo más importante es reconocer que
nuestra mente no alcanza a comprender las maravillas y grandezas
del Señor, y por tanto debemos confiar en él.

La parte final de éste capítulo (que es también el final del libro de


Job) nos muestra la bondad, amor y poder de Dios, quien enseña
con paciencia a sus hijos y se complace en bendecirles.

Nos dice la Biblia que Dios quitó la aflicción de Job y aumentó al


doble todas las cosas que había tenido, y si era un hombre prospero
antes de su aflicción imagínate entonces cuán prospero se hizo, por
eso dice la Biblia que “bendijo Dios el postrer estado de Job más
que el primero”.

Además Job vivió ciento cuarenta años más y pudo ver su


descendencia hasta una cuarta generación (recordemos que Dios le
dio diez hijos nuevos), el resto de su vida fue en bendición, gozo y
lleno de días y gran prosperidad.

Tengamos presente entonces: Dios es bueno, nunca comete


errores, no hay fallas en él, sabe perfectamente lo que hace y cómo
lo hace, en su tiempo perfecto manifiesta su amor y poder a nuestro
favor, pues todo lo hace pensando en nuestro bienestar.

Por eso no debemos quejarnos, ni pensar mal de él, sino más bien
levantemos nuestra adoración al Señor y gocémonos siguiendo su
camino con fe y expectativa, pues las mejores cosas están por
venir.

Tengamos siempre en cuanta las palabras de Dios a través de


profeta jeremías… “Yo se los pensamientos que tengo acerca de
vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal”.
Jeremías 29:11.
Esperamos que este libro haya sido de tu agrado.
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