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Escrito 1.

(Shock)
¡Háblale!, susurró mi corazón al verla sentada frente a mi escritorio en el trabajo, luego de
haber decidido darnos un tiempo días antes, tal vez fuiste demasiado lejano y… si el amor
es cierto, ella te entenderá. Entenderá quizá que te sentiste herido por sus frías palabras o
esa falta de deseo evocado por sus acciones de esas ultimas semanas, entenderá que
nunca en mi vida me había enfrentado a esa situación de compromiso inminente, entenderá
que los ríos caudalosos y áridas montañas que enfrenté en esa relación en silencio
finalmente habían dado sus frutos y estaba mas que decidido a entregarle todo a esa
relación. Entenderá que la montaña rusa de deseo y pasión abierta hace años por alguien
más, había caducado ante lo bonito de sentirme a salvo con alguien en quien podía confiar.
Entenderá que como dicta el comportamiento masculino había estado en mi cueva durante
días respondiendo en mi interior preguntas y finalmente había decidido salir con una
solución. ¡Voy a intentar todo, a toda costa y sin medir nada, pues, por primera vez en mi
vida me siento completamente decidido a enfrentar mis miedos de amar a alguien!, ya me
despedí incluso de quien me nubló la vista durante nuestra relación y… al parecer estos
días me habían dejado el panorama claro.
Que ironía por parte de la vida, o más bien ¿coseché lo que sembré?, porque estaba a una
semana de sentir y ver por mis propios ojos como todo lo que creía edificado estaba
cimentado en aire y había sido construido solo por mi imaginación alimentada por palabras
bonitas y rutinarias. Fue así que viví esa primera etapa de mi recuperación afectiva a la que
denominé “Shock”, la etapa por la cual entendí el valor de las personas que me rodean y
que en la vida se debe sacar fuerzas para salir del abismo mas profundo, pues… a pesar
lo difícil de la situación y esfuerzos de los demás, siempre será fundamental en la
recuperación crear una nueva mejor versión de uno mismo a partir de una autoestima
renovada.
Se debe dejar sentir cada sentimiento, se debe permitir correr ese rio de incertidumbre,
tristeza y amargura que queda luego de ver la displicencia con que alguien que ya tomo
una decisión hace tiempo deja de lado una relación. Se permite llorar, por supuesto, pero
siempre teniendo como prioridad a ese lindo ser llamado “Yo mismo”, pues si alguien
merece ser tratado con el cuidado mas especial es ese ser con el corazón roto en mil
pedazos y que poco a poco se ira fortaleciendo hasta brillar y sonreír.
Es recurrente que la mente juegue en contra interrogando por el ¿por qué no se hizo esto
o aquello?, pero, hablar de planes de mejora de algo ya vivido es demasiado fácil y la
realidad es que la vida no es un retroactiva, pues no seriamos nosotros mismos al cambiar
hechos que nos han tallado hasta convertirnos en el maravilloso ser actual.
Ahora es el momento de sentir sin huir, es el momento de la introspectiva, es el momento
de recordar y mejorar para una futura ocasión. Es el momento de aceptar y guardar en el
corazón solo mejor, pues el peso de las decepciones no tiene cabida y debe quedar en el
baúl de aprendizajes. Es obvio que la vida sigue, pero debe ser más obvio que no puede
seguir igual. Se va a salir de la rutina y van a ser mas cercanos los picos de lo irreal.
Es momento de crecer… crecer para no volver a esta situación.

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