Está en la página 1de 12

1

El amor no lo es todo en ocasiones; no lo salva todo, no lo cambia todo y no


puede con todo. El amor a veces requiere de ayuda que no le damos por
aferrarnos a que éste resolverá todo lo que nos aqueja como por arte de
magia…

Scarlys Guzmán.

2
Primera reacción.

Desperté aquí, en qué momento, no lo tengo claro, pero aquí estoy y aquí
desperté. Veo a mi lado, hay un pequeño charco con una cantidad suficiente
de líquido para ser una playa de insectos; son lágrimas. Me levanto, la mitad
de mi cara húmeda por llorar. Estuve durmiendo de medio lado, estuve
durmiendo en el suelo, aún no recuerdo cómo terminé aquí.

Tal vez me quedé dormida luego de tanto llorar, tal vez fue al instante de irse
o tal vez ya estaba llorando desde antes.

Posiblemente fue luego de ver nuestras fotos, la que compartíamos, las veía
y mis lágrimas no dejaban de salir, era como un llanto sin fin que dejaba a mi
corazón exhausto y con un vacío extraño en mi estómago, un vacío que me
hacía querer acurrucarme y jamás levantarme otra vez.

3
De eso pasaron dos días, al parecer había quedado inmóvil en el suelo,
incapaz de hacer otra cosa que no fuera respirar y llorar. El charco en mi piso
eran dos días de llanto, dos días de dolor, dos días donde sufrí sin ser capaz
de moverme, de bañarme o beber agua.

Mi corazón se sentía estrujado, pequeño y frágil, tenía miedo de romperlo en


cualquier momento, me daba miedo que se cansara por la emoción.

Sólo podía pensar en los discos de Taylor Swift y Lana Del Rey, en mi
sentimiento de traición y mi dolor en el corazón, en mi falta de aire y el vacío
que sentía.

La negación era una fase que me aterraba, sentía que pasar por ésta me
volvería loca, que terminaría en un manicomio donde viviría anhelando que
él volviera, donde creyera que esto era un sueño.

Me desperté en el suelo, donde habían quedado los pedazos de mi corazón,


ahí me había quedado a ver si podían juntarse y que funcionara como
siempre; me sentía rota, cansada y agobiada.

No me había preparado para esto, me sentía asfixiada en mi propia casa, me


sentía aprisionada hasta en el aire libre. Quería respirar, pero el aire no me
era suficiente, mi pecho y pulmones eran un desastre.

Dolía cada movimiento, cada respiración, cada pensamiento. Sólo quería


dormir hasta que el sentimiento se fuera.

4
Negación.

Hermoso el sol que radiaba mi piel, el calor era reconfortante, el pasto del
parque era acogedor, se sentía el día perfecto; aún así no dejaba de pensar
en el dolor que no deshabitaba mi pecho, en lo sola que me sentía y en lo
triste que era no poder disfrutar un día tan precioso.

No podía entender en qué momento dejó de funcionar, en qué momento ya


no era suficiente, ¿fue mi culpa?, tal vez si me hubiese ido a dormir temprano
ese día... Tal vez lo que dijo si era verdad...

Una semana de su ausencia han sido el motor de mis teorías sobre si una
palabra mía pudo haber cambiado algo, tal vez estaría conmigo, tal vez me
seguiría amando como antes...

Ahora solo quiero llorar y pensar si algo pudo haber cambiado todo esto.

5
Negociación.

Me siento pérdida, realmente paso más tiempo en otros sitios que en este,
por lo menos así es en mi mente ya que físicamente no muevo ni un dedo.

Quisiera poder sentirme mejor, aunque ahora puedo reír un poco más y de
verdad, ahora puedo escuchar cualquier cosa sin llevarlo a él, ahora puedo
dormir un poco mejor.

Sin embargo quisiera verlo, preguntarle qué sucedió y saber si hay alguna
posibilidad... Tal vez si cambio algo, o si lo hablamos podamos resolverlo, no
lo sé.

Es extraño este sentimiento de querer olvidarlo y querer dejarlo en mi vida.


De querer entender a pesar de lo duro que sea. De querer llegar a un acuerdo
solo para sentirme como antes.

Lo amo, esa verdad es innegable y lo único que deseo es que tengamos una
nueva oportunidad junto al otro, tal vez esta vez sería mejor.

6
Ira.

Ojalá pudiera verlo, así podría gritarle lo mucho que lo odio y que no lo
necesito, yo puedo sola, puedo surgir sin su ayuda y mucho menos sin su
cariño; odio tener que sentir algo por él y peor aún, odio no poder odiarlo en
realidad, sería muchísimo más fácil si todo este estúpido amor se convirtiera
en repulsión absoluta hacia su persona. Tal vez así podría dormir sin extrañar
su risa o sus tontos abrazos.

Odio quererlo, solo ha hecho que me confunda más y pierda tiempo. Quisiera
tener razones para no querer odiarlo, pero entre más lo pienso, más creo
firmemente que es un idiota y que no quiero que esto siga doliendo así.

Demonios!, ya han pasado casi cuatro meses y sigo en esto, sigo sin poder
vivir mi vida como antes, como siempre. Lo odio.

No quiero pasarme el año llorando por los rincones, ni suplicando una


respuesta. No quiero dormir con el anhelo de que esto sólo sea un sueño y
despertar a su lado, no quiero que duela más, realmente estoy cansada.

Es horrible pasar los domingos (que son mis días favoritos) llorando sin hacer
nada, acurrucada en mi sofá viendo películas deprimentes que me hacen

7
odiarlo aún más. Tal vez sea un buen plan para un día, pero no para 6
domingos consecutivos de máxima amargura y sufrimiento.

No entiendo por qué alguien preferiría irse antes que resolver las situaciones
que deja inconclusas. ¿Qué tan cobarde debes ser para irte de esa manera
tan peculiar?. Sin una última conversación, sin pistas de ubicación, sin una
explicación clara de lo que sea.

Amarlo es una tortura, estos sentimientos queman en medidas exageradas y


me está volviendo loca.

Necesito expulsar cada incomodidad, tristeza, decepción y enojo que siente


mi alma.

A veces solemos querer odiar a quienes no podemos olvidar, sólo por el


hecho de amarlo más de lo que se le puede detestar.

8
Depresión.

He entendido que no volverá y duele, duele y sofoca mi pecho como si lo


comprimiera por tiempo indefinido.

Me levanto solo a lo necesario: ir a beber agua y al baño. He pasado una


semana entera sin ducharme y a este punto siento que he perdido mi
esencia, mi ser, mi yo; a estas alturas no sé quién soy ni mucho menos a
dónde quiero ir.

Mi norte se nubló al punto de no poder verlo, he llorado tanto que solo


puedo ver hacia el techo y sentir este vacío gigante como si me arrancarán un
pedazo de alma. Tal vez suene dramático, pero es la metáfora más acertada
que puedo encontrar.

A veces siento que no saldré de esto, otras veces en un intento de


positivismo me digo al espejo donde no me reconozco, que voy a estar mejor
que antes aunque en realidad no sé cómo hacer eso.

Tengo miedos, estoy muerta del pánico cada día que pasa.

9
Quisiera dormir y que mis problemas y sentimientos se alejaran, pero no
sucede y no estoy segura que suceda.

Ya no deseo que vuelva, sólo quiero volver yo misma.

10
Aceptación.

Un día desperté, luego de haber pasado ocho meses sin él y decidí seguir por
mí. Tal vez tardé, tal vez no tanto, pero creo que fue el momento exacto que
debía ser para tomar la decisión de mejorar y estar bien, estar en equilibrio
con mis emociones.

Tengo un mes en terapia donde he entendido el porqué de cada cosa en lo


que respecta a mí. En lo que respecta a él, esos porqué ya no me importan,
unos los he encontrado y he superado, otros ya no los considero como
necesarios de entender.

Lo perdoné por todo y por nada; ahora quiero perdonarme a mí por cada
cosa, es complicado ser amables con nosotros mismos pero tan necesario
como respirar. Trato de aceptar cada suceso y llevarlo como momentos
desafortunados que me han hecho encontrar lo que verdaderamente me da
tranquilidad.

Cada día ha sido un desafío en mi interior, pero creo firmemente en que


puedes conseguir lo que quieres cuando eres paciente.

Un día a la vez.

11
Algunos días he estado a punto del colapso, he recaído y sentido muy muy
mal. Otros días han sido mejores, he estado tranquila y satisfecha. Es
simplemente parte del aprendizaje de conocerme y volver a descubrirme,
recoger los pedazos que quedaron en el suelo, barrerlos y empezar de nuevo.

12

También podría gustarte