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CAPÍTULO 6.

CREER Y CONOCER

En este capítulo seis llamado “creer y saber” nos hace mención de los diferentes sentidos en que
puede entenderse el termino “saber” que puede ser desde el punto de vista de sabor como sinónimo
de sensación gustativa, “Saber que …” seguido de una oración para mencionar un hecho o como
preposición falsa o verdadera, y por último “Saber cómo …” seguido de un verbo que menciona una
actividad que se traduce a un “saber hacer…” algo como cualidad de una acción, habilidades,
destrezas o pericias especiales.

Por lo tanto, podemos deducir que el “saber hacer…” puede ser una forma de comprobar un
conocimiento, sin embargo, el “saber” debe ser una creencia verdadera y justificada aplicable a
todos los conocimientos desde el sentido común hasta el científico, esto es, se refiere a toda clase
de hechos o situaciones objetivas (formales, empíricas y descriptivas) en una especie de creencia.

Otra connotación que se le puede dar al termino “saber” tiene que ver con el sentido de “estar
informado o estar enterado” como por ejemplo "tener noticia", "haberse enterado" esto es, sólo que
se den por notificados.

En algunas otras ocasiones el “saber” puede implicar un sentido de “darse cuenta” o “prestar
atención” como un acto consciente de otro irreflexivo "Perdónalos Señor porque no saben lo que
hacen" lo cual nos lleva a suponer que el término "Saber" en este caso implica, comprender el
sentido de un hecho o de un acto, darse cuenta de sus implicaciones o percatarse de su
importancia.

Por último, nos describe el “saber” en un sentido de “captar, tener la impresión” "Clavó en mí la
mirada; entonces supe que siempre me había odiado".

En todos estos casos el autor nos lleva a la conclusión que el uso del “saber” guardan un sentido
común equivalente a “percatarse” “darse cuenta” “aprender o haber aprendido” un objeto o situación
objetiva.

Si saber es una especie de creencia, podemos preguntar: ¿cuál es la diferencia específica entre
saber y otras formas de creencia? Saber es una proposición que puede ser verdadera o falsa, o
bien, que puede mencionar una actividad.

Por ejemplo, quien sabe realizar cierta actividad también tiene algún saber proposicional acerca de
ella, sabe que esa actividad tiene tales o cuales características.

Para creer es indispensable percatarse de lo que se cree.

Saber en primera persona implica que “creo” no excluye la posibilidad de estar equivocado.
Entendamos creencia en sentido fuerte o de certeza como estoy seguro… o estoy cierto que…
Y hablamos de creencia en sentido débil o de presunción en primera persona cuando usamos “creo”
como presunción y no como certeza. Este puede tener sentido irónico o equivoco.

Saber en segunda y tercera persona, expliquémosla de la siguiente manera: A “sabe” y tiene


justificación para sustentar ese saber, pero B sabe que A cree saber y tiene supuestas
justificaciones, las cuales son erróneas, y que B no acepta como verdaderas para afirmar que A
“sabe”.

Ahora bien, en el momento en que creo tener razones suficientes para afirmar algo, no puedo
afirmar que no lo sé, pues sería afirmar que mis razones no son efectivamente suficientes, sólo
puedo sospechar que podrían mostrarse insuficientes para otra persona o para mí en otro momento.

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