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Bogotá, D.C.
2023
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SÍNDROME VESTIBULAR EN UN PACIENTE GERONTE
Un canino macho, castrado, de 12 años acude a Centro Veterinario México por segunda
opinión neurológica. Anamnesis: Lo notan torpe hace algunos meses, no se sostiene
adecuadamente, no se logra incorporar y se orinó en su cama la noche anterior. Hallazgos
Clínicos y de Laboratorio: Al examen neurológico se observa respuesta adecuada de los
reflejos, sin embargo, presenta nistagmos horizontales, ligero ladeado de cabeza,
taquipnea. En sus estudios sanguíneos se evidencia hiperhemoglobinemia, eosinopenia,
aumento de ALKP. Aproximación terapéutica: Se decide realizar manejo intrahospitalario
con solución hartman, omeprazol, maropitant. Se deja en ayuno al paciente y al siguiente
día se realiza resonancia magnética donde no se evidencia lesión en oído interno ni en
encéfalo. Conclusiones: A través de la anamnesis y los estudios realizados, se llega al
diagnóstico de síndrome vestibular del paciente geronte. Con el tratamiento establecido,
hubo evolución en el paciente y los signos presentados en consulta se minimizaron.
ABSTRACT
A 12-year-old neutered male canine comes to the Centro veterinario Mexico for a second
neurological opinion. Anamnesis: They notice that he has been clumsy for a few months, he
is not holding himself properly, he can't stand up, and he urinated in his bed the night before.
Clinical and Laboratory Findings: The neurological examination shows an adequate reflex
response, however, he presents horizontal nystagmus, slight tilt of the head, tachypnea. His
blood studies show hyperhemoglobinemia, eosinopenia, and increased ALKP. Therapeutic
approach: It was decided to carry out intrahospital management with Hartman's solution,
omeprazole, and Cerenia. The patient was fasted and the next day an MRI is performed where
no injury to the inner ear or brain is evident. Conclusions: Through the anamnesis and the
studies carried out, the diagnosis of vestibular syndrome in the elderly patient is reached.
With the established treatment, there was evolution in the patient and the signs presented in
consultation were minimized.
El síndrome vestibular (SV) es un evento neurológico que se origina por diferentes causas,
entre ellas, las más comunes son otitis interna-media, neoplasia encefálica, traumatismo
craneal, toxicidad farmacológica con metronidazol, enfermedades endocrinas como el
hipotiroidismo; algunos autores indican con menos frecuencia de presentación el moquillo,
meningoencefalitis e incluso malformaciones como la de tipo Chiari. Sin embargo, en
algunos casos se desconoce el origen de la alteración vestibular siendo más frecuente en
caninos y felinos gerontes. (Dyer, 2003)
Para una mejor comprensión de este síndrome, se debe tener en cuenta que, el sistema
vestibular cumple una función exclusiva en el equilibrio, la propiocepción y visión de cada
individuo. Por ende, el síndrome vestibular, es el daño o disminución de la función de este
sistema lo que conlleva a la particular signología de esta enfermedad (Rossmeisl, 2010).
Los trastornos del sistema vestibular pueden ocurrir por afección de cualquiera de las
estructuras que lo componen, dando lugar a los siguientes tipos de síndromes: vestibular
periférico, vestibular central, vestibular paradójico y vestibular senil. (Minguez, 2015)
A continuación, se describe la fisiopatología del síndrome vestibular senil y los signos
clínicos más relevantes.
El sistema vestibular en el oído interno es responsable de mantener la orientación del
animal o persona con respecto a su entorno y detectar la posición estática de la cabeza, así
como la aceleración, desaceleración y movimiento de rotación. La anatomía del aparato
vestibular del perro es muy similar a la del ser humano. El oído interno se encuentra en la
porción petrosa del hueso temporal. El laberinto óseo del oído interno consta de 3 canales
semicirculares, así como la cóclea y una cámara central llamada vestíbulo. El laberinto
membranoso está suspendido dentro del laberinto óseo y contiene órganos sensoriales: la
porción membranosa de cada uno de los 3 canales semicirculares y 2 órganos otolitos, el
sáculo y el utrículo. Un extremo de cada canal semicircular se ensancha para formar una
ampolla. Separando la ampolla del vestíbulo hay una membrana diafragmática flexible
llamada cúpula. La orientación de los canales en perros y en humanos también es muy
similar. Los 3 canales semicirculares (anterior, posterior y horizontal), cubren el movimiento
de la cabeza. Los órganos otolitos, el utrículo y el sáculo, son receptores vestibulares
periféricos, que proporcionan sensaciones de gravedad y aceleración lineal. Los receptores
en los canales semicirculares son estimulados por la rotación o los movimientos angulares
de la cabeza. Una disfunción del sistema vestibular tanto en los perros como en las personas
da como resultado la pérdida del equilibrio, ataxia, incoordinación, dar vueltas, caerse
inclinar la cabeza (generalmente en la dirección de la lesión), nistagmo y náuseas o vómitos.
Es importante identificar la localización de la lesión; la parte periférica consiste en un
órgano receptor, situado en el oído interno, y en el nervio vestibular. La parte central
procesa la información procedente del oído interno, y está formada por el núcleo vestibular,
localizado en el tronco del encéfalo, y por determinadas regiones del cerebelo. (Flegel,
2014). Según la literatura revisada, el síndrome vestibular periférico es más frecuente en
perros y gatos que el síndrome vestibular central, y también es de mejor pronóstico.
Anamnesis
Canijo, un canino criollo, macho, castrado, de aproximadamente 12 años.
Asiste a Centro Veterinario México (CVM) el 05/09/2022 por segunda opinión de
neurología. Propietario reporta que el paciente se orinó en su cama la noche anterior a las
7:00pm, no se sostiene adecuadamente, no se puede incorporar con facilidad y lo notan
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torpe hace algunos meses, con ligero ladeo de cabeza y vomito. No toma ninguna
medicación, no sospechan del consumo de algo extraño, ni tiene antecedentes de alguna
enfermedad.
Hallazgos clínicos
El paciente fue recibido el 05/09/2022 en el área de urgencias de CVM. Frente al examen
físico general se reportaron los siguientes hallazgos.
EFG
● Estado Mental (EM): Alerta y responsivo
● Membranas Mucosas (MM): Rosadas y húmedas
● Tiempo de Llenado Capilar (TLLC): 3 segundos
● Frecuencia Cardiaca (FC): 90 Latidos por Minuto (LPM)
● Frecuencia Respiratoria (FR): 70 Respiraciones por Minuto (RPM)
● Temperatura (T): 38 °C
● PULSO: Fuerte, lleno, concordante (FLLC)
● PESO: 20 Kg
● CC: ⅗ según el índice de condición corporal (ICC) de Journal of the American Animal
Hospital Association (2010).
● Lateralización de la cabeza a la derecha
● Nistagmo horizontales
● Respuesta de amenaza sin alteraciones
● Reflejo pupilar sin alteraciones
● Estudio otoscópico sin alteraciones
No se halló ninguna otra anormalidad en el examen clínico. Con base en la historia y los
hallazgos clínicos, los diagnósticos diferenciales considerados incluyeron: Síndrome
vestibular, otitis interna, babesiosis, anaplasmosis y erhlichiosis.
Canijo pasó por el proceso del estudio neurológico evaluando la respuesta de los pares
craneales (Imagen 1), estado mental, comportamiento, etc.
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Imagen 1. Evaluación de los pares craneales
Ayudas diagnósticas
Respecto a los planes diagnósticos, el cuadro hemático (Imagen 2) reveló un aumento leve
de la hemoglobina 20.8 g/dL (hiperhemoglobinemia) por posible grado de deshidratación y
eosinófilos bajos 0,03 x10^9/L (eosinopenia) asociado a estrés. El perfil de bioquímica sérica
(Imagen 3) reveló un aumento de la ALKP 404 u/L. Adicionalmente se realizó un panel 4Dx
plus ® Idexx ® el cual salió negativo en la detección de anticuerpos para dirofilariosis (D.
Immitis), enfermedad de Lyme (B. burgdorferi), ehrlichiosis y anaplasmosis (E. canis, E.
ewingii A. phagocytophilum, A. platys).
Tomando en consideración el estudio neurológico, al siguiente día se recomendó realizar
resonancia magnética de cráneo, procedimiento que se basa en la utilidad de los campos
magnéticos sin necesidad de recurrir a procedimientos invasivos. Este estudio se hizo para
confirmar o descartar la presencia de algún tumor, identificar fluidos en el interior del oído
medio-interno, alguna enfermedad degenerativa, anomalías congénitas como
malformaciones tipo Chiari o una meningoencefalitis que estuvieran generando este
síndrome vestibular. El procedimiento anteriormente descrito se realizó bajo anestesia
inhalada, para lo cual fue necesario la intubación endotraqueal en el paciente y así
mantenerlo estable durante el estudio que duró una hora.
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Se realizó resonancia magnética en secuencias y planos de imagen con potenciación T1
antes y después del contraste, potenciación T2 del cerebelo (Imagen 4, 5 y 6).
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Imagen 3. Resultados de la bioquímica sérica y panel plus 4Dx
(Valores obtenidos y rangos de referencia)
Se utilizaron los equipos de IDEXX.
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Imagen 4 y 5. Resonancia magnética del cerebro
Del lado izquierdo se observa el resonador magnético de campo abierto de 0.3 teslas
específicamente de uso veterinario, paciente canino en plano anestésico estable,
fonendoscopio esofágico para evaluación de sonidos cardiacos. Del lado derecho de la
imagen se observa una secuencia de la resonancia del cerebro sin hallazgos anormales.
Fuente: Sala de resonancia magnética en CVM / Reporte de hallazgos resonancia magnética
de cerebro
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A continuación, se adjunta el enlace para observar a detalle y de manera completa el estudio
de resonancia magnética de cráneo del paciente.
https://viva.purview.net/instantshare.php?jwt=enc01-
hwlvgoUI0y6hBpr4Z889dx6PX087xCoqwvDDUX5AfexR5-22fDwYoQTzNMBBRv70
APROXIMACIÓN TERAPÉUTICA
La enfermedad vestibular canina del perro geronte es la causa más corriente de problemas
vestibulares periféricos unilaterales en pacientes de este rango etario, la edad promedio al
comienzo es de 12.5 años y se caracteriza por una presentación repentina de signos
vestibulares periféricos unilaterales. La inclinación de la cabeza, ataxia y caídas pueden ser
leves o pronunciadas; el nistagmo es horizontal o rotatorio. La propiocepción y reacciones
posturales son normales, aunque su valoración puede ser difícil. No se observan otras
alteraciones neurológicas y el resto de los pares craneales muestran normalidad.
Aproximadamente el 30% de los perros afectados también tienen náuseas, vómitos y
anorexia transitoria. (Couto, 2000). Lo anterior aplica para este caso, Canijo por su edad
clasifica como un paciente geronte, adicional presentaba ladeo unilateral de cabeza,
nistagmos horizontales, vomitó el mismo día que acudió a consulta, y todas sus respuestas
frente a la evaluación de pares craneales estuvieron correctas durante su examen
neurológico. Según Lorenz (2011), el conjunto vestibular mantiene la orientación de un
animal en relación con la gravedad y la posición frente a la aceleración lineal o rotatoria o
la inclinación de la cabeza. Mantiene la posición adecuada de los ojos, el tronco y las
extremidades en relación con la posición o el movimiento de la cabeza. Por lo tanto, se
asumió desde un principio que su sistema vestibular se encontraba afectado sin importar la
causa o el origen de este mismo.
Siempre que un animal presenta un síndrome vestibular es necesario establecer cuál es el
lado afectado, en ocasiones puede ser más difícil, en especial durante las fases agudas,
definir si se trata de un problema central o periférico. Según Lorenzo (2007), la
sintomatología puramente vestibular es, de hecho, común a la forma central y a la
periférica, por lo que permite el diagnóstico de síndrome vestibular, pero ningún otro. Sin
embargo, fue necesario descartar otros posibles diagnósticos que generan signología
similar en el paciente tales como intoxicaciones, traumatismos, neoplasias y
hemoparasitosis. Esto debido a que en la literatura Platt (2012), reporta que hay
enfermedades neoplásicas (tumores del oído medio o interno), enfermedades inflamatorias
(otitis), enfermedades toxicas (administración sistémica de antibióticos aminoglucósidos),
entre otras, que pueden afectar la función vestibular.
A pesar de que el resultado de erhlichiosis fue negativo en Canijo, según Jiménez (2018) la
ehrlichiosis puede generar signos neurológicos, “la ehrlichiosis se replica en las células
mononucleares, sobre todo del sistema mononuclear fagocitario, como ganglios, bazo,
hígado y médula ósea, provocando en ellos una hiperplasia linforeticular que produce un
aumento en su tamaño. La infección continúa diseminándose por el organismo, afectando
fundamentalmente pulmones, riñones y meninges. Los signos neurológicos pueden ocurrir
tanto en la fase aguda como crónica. Estos incluyen signos de meningoencefalitis como la
ataxia. Los signos neurológicos pueden ser debidos a hemorragias, infiltración celular
extensa y compresión perivascular de las meninges”.
Según Socorro, et al. (2017), se evalúan los trastornos del sistema nervioso central (SNC) y
del sistema nervioso periférico (SNP). Este paso es fundamental para elegir el estudio
diagnóstico adecuado para detectar la etiología de la disfunción vestibular. La lesión puede
localizarse en el sistema vestibular central o periférico y puede ser causada por una amplia
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gama de enfermedades. (De Lahunta & Glass, 2009). Luego de haber realizado el examen
neurológico en Canijo y al observar pocas alteraciones (nistagmo bilateral y ladeo de cabeza
hacia la derecha) se decide complementar con la resonancia magnética de cráneo ya que
este estudio ayudará a determinar el diagnóstico definitivo.
Desde un inicio, se descarta la opción de síndrome vestibular congénito, ya que los signos
clínicos empiezan entre el nacimiento y los 4 meses de edad. (Dyer, 2003). Además, reportó
Minguez (2015), que las razas con mayor predisposición son Beagles, Akitas, Cocker spaniels
ingleses, Pastores alemanes, Terriers tibetanos y gatos Birmanos.
El autor Minguez (2015), indicó que “las pruebas diagnósticas que deben realizarse serían:
hemograma, bioquímica sanguínea con valoración de la función tiroidea, inspección
otoscópica y TC o RM”. De los cuales se realizaron los siguientes exámenes de sangre donde
se obtuvieron los siguientes resultados:
➔ Cuadro hemático con aumento leve de la hemoglobina (HGB 20.8 g/dL) asociado a
una posible hemólisis de la muestra o un cuadro de distrés respiratorio ya que el
paciente llegó con taquipnea, su frecuencia respiratoria era de 70 RPM. También se
evidenció eosinopenia de 0,03 x10^9/L siendo la opción más viable estrés al
momento de la muestra. Cabe resaltar que el canino no estaba medicado ni tenía
antecedentes de alguna enfermedad.
➔ Química sanguínea, se evidencia un aumento de la fosfatasa alcalina (ALKP 404 U/L),
se relaciona a algún problema inicial a nivel óseo debido a la edad del paciente y a
que no hay alteraciones en enzimas hepáticas.
➔ Panel plus 4DX ® IDEXX ® con resultado negativo para dirofilariosis, enfermedad de
Lyme, erlichiosis y anaplasmosis. Las enfermedades anteriormente mencionadas
fueron necesarias descartarlas ya que en etapas avanzadas pueden llegar a generar
meningoencefalitis generando afectación directa al SNC.
Frecuentemente se encuentran signos vestibulares centrales, y pueden estar
presentes de forma aislada o combinados con otros signos neurológicos. Los animales
con infecciones del SNC no suelen presentar evidencias de afección sistémica. Por
ello, la ausencia de fiebre, anorexia o depresión, y la presencia de un recuento
sanguíneo normal no pueden ser utilizadas para excluir la posibilidad de una etiología
infecciosa en un animal con signos neurológicos. (Platt, 2012).
Una vez anestesiado el paciente, se iban monitoreando sus constantes fisiológicas (las cuales
siempre estuvieron en rango), se procedió a realizar el estudio de RM en el cual el médico
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veterinario radiólogo a cargo, con base en la evidencia anamnésica de la signología
presentada y a lo observado durante este estudio, concluyó la identificación de hallazgos con
atrofia cortical y ligera ventriculomegalia compensatoria. Siendo el diagnóstico definitivo
Síndrome vestibular idiopático o senil. Al observar a detalle los resultados de la RM y lograr
entenderla se tiene en cuenta lo que mencionó la autora Aguinaga (2006), es relevante la
información que arroja la RM, es especial en casos neurológicos puesto que las estructuras
con alta intensidad se muestran de color blanco y las de baja intensidad de color negro. Este
contraste permite identificar tejidos en las diferentes zonas. Esta técnica se puede aplicar en
el encéfalo para diagnosticar neoplasias intracraneales primarias o metastásicas y de estas
determinar su localización, tamaño y distribución. (Manso-Díaz, 2012).
CONCLUSIONES
El síndrome vestibular es una patología que puede afectar a pacientes de cualquier edad,
sexo, raza y está asociado a múltiples causas, incluso puede ser congénito y se ha descrito
signología desde el nacimiento. Específicamente el síndrome vestibular senil es una
afección común en perros mayores de 12 años que se caracteriza por una disfunción en el
sistema vestibular, que es responsable del equilibrio y la coordinación. Los síntomas
incluyen inclinación de la cabeza, nistagmo, falta de equilibrio y problemas para caminar.
Esta afección puede ser causada por diversas razones, como infecciones del oído interno,
enfermedades autoinmunitarias, lesiones cerebrales o tumorales, trastornos metabólicos,
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entre otras.
Aunque el síndrome vestibular del paciente geronte puede ser alarmante para los
propietarios de las mascotas, en la mayoría de los casos los síntomas mejoran con el tiempo
y no requieren tratamiento. Sin embargo, en algunos casos, pueden ser necesarios
medicamentos para controlar los síntomas y tratar cualquier enfermedad subyacente.
Es importante tener en cuenta que los perros con síndrome vestibular senil pueden
necesitar cuidados especiales, como evitar escaleras y superficies resbaladizas, ayudarles a
comer y beber. También es importante vigilar su salud general y prestar atención a
cualquier cambio en su comportamiento o síntomas adicionales.
En resumen, el síndrome vestibular senil es una enfermedad común en perros mayores que
puede ser tratada para mejorar los síntomas y la calidad de vida del animal. Es importante
buscar tratamiento veterinario para esta enfermedad y proporcionar cuidados especiales al
paciente afectado.
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